Tony maldecia entre dientes mientras limpiaba su cuerpo con aquel trapo, remojandolo en el agua cada que empezaba por asear una nueva parte.
-que malagradecidos-se quejo-sin mi ni siquiera se habrían enterado de sus sentimientos.... gente desconsiderada-limpió su cuello antes de humedecer de nueva cuenta el trapo, sintiendose irritado por aquel baño tan nada relajante-¿quién fue el idiota que se atrevió a decir que bañarse era peligroso? Una baño decente una vez al año es estúpido ¿que hice para merecer esto? Estoy solo en esta época y sin amor, dudo mucho que Watson y Holmes acepten un trio ¡por favor! Muy apenas saben lo que es el sexo gay, un trio sería demaciado para ellos-murmuró.
Con toda la calma del mundo se dedico a terminar su limpieza, para después curiosear entre la ropa de su doble y robarle unos pantalones junto a una camisa.
Peino su cabello con los dedos, inconforme por la falta de brillo en él.
Si bien estaba limpio, no era precisamente del modo al que a él le gustaba estar.
Sospechando que sus compañeros tardarían en acabar lo que sea que estuvieran haciendo, Tony se puso cómodo en una de las sillas, mientras que tomaba el libro que aún conservaba y comenzaba a hojearlo.
Se sentía tan patético mientras leía aquello, pero en vista de que no podía hacer nada más, optó por no darle más vueltas al asunto.
Tenía que empezar a hacerse a la idea de que probablemnete no volvería a su tiempo, de que tal vez moriría en aquella ciudad del siglo pasado donde nadie sabría quién era. No habría desfiles, un emotivo discurso ni llantos de admiradoras y admiradores que tenía por todo el mundo.
Solo sería un tipo al que otro tipo asesino por alguna razón.
Que alguien tocara la puerta lo saco de sus pensamientos, poniendo su atención en la amable casera que entraba cargando con una bandeja.
-el té, señor Stark-
-muchas gracias-sonrió Tony, tomando de inmediato la taza que se le ofrecía.
-veo que ha puesto un poco de orden en esta habitación-comentó la señora Hudson, mirando un poco a su alrededor, notando los papeles acomodados en pilas y demás objetos colocados en el sitio dónde deberían estar-tengo otra habitación en la que podría acomodarse si gusta-
-eso sería grandioso-contestó Tony después de haber considerado la propuesta, le había gustado la idea de tener una cama decente al menos.
-le mostrare donde se encuentra ¿que tal su estadía en Londres?-
-maravillosa, realmente es una... bella ciudad-dijo Tony, negando con la cabeza mientras seguía a la casera hacía la que sería su nueva habitación, regresando despues de unos segundos para tomar el libro y el violin de Holmes, junto con sus papeles. "Debo verme ridículo" pensó Tony.
-aquí esta la habitación, un poco más pequeña que la del señor Holmes pero...-
-bastará- la interrumpio Tony-muchas gracias por su hospitalidad señora Hudson, si hay algo que puedo hacer por usted no dude en pedirmelo-
-lo tendre en consideración y ¿ese no es el violin del señor Holmes?-Tony sonrió aún mas ante la pregunta, dedicandole una breve mirada al instrumento en sus manos.
-precaución, me he dado cuenta de que la inspiracion le llega en plena madrugada y una noche de paz y tranquilidad no le caera mal-contestó el Stark, realmente divertido por la venganza que había planeado.
Para molestar a Watson solo tenía que molestar a Holmes. Mas simple que eso no podía ser.
* * *
Watson se había negado a soltar al detective, manteniendolo sentado sobre sus piernas y regalandole cientos de mimos. Ambos se habían puesto su respectiva ropa, pero eso no evitaba que siguieran las caricias y los abrazos.
-ya deberíamos salir, dejar a Stark solo por tanto tiempo no puede ser bueno-
-el bebé estará bien Holmes-le contestó el doctor, mientras pasaba sus dedos por el cabello ajeno-la señora Hudson esta en casa-
-eso es precisamente lo que me preocupa y además ¿bebé?-preguntó el detective confundido, girandose a ver a su compañero, quién no pudo reprimir una sonrisa, besando luego la punta de su nariz.
-olvidalo, vamos-aceptó Watson.
Ambos se levantaron de su asiento, con Holmes apunto de abrir la puerta, pero se detuvo unos segundos.
-casi lo olvido-dijo el detective, antes de jalar el rostro de su compañero y besarlo, probablemente no lo haría en algún tiempo-listo-susurró en cuanto se separaron, abriendo luego la puerta y saliendo del estudio.
-¿donde crees que esté?-le pregunto el doctor, siguiendo a su compañero desde una distancia considerable, mirando cierta parte del detective que se veía muy bien de espaldas.
-en mi habitación, lo más seguro-contestó Holmes, adentrandose en la misma solo para detenerse en seco, mirando sorprendido su alrededor.
-¿qué? ¿qué ocurre?-
-¡Anthony Edward Stark!-al escucharlo, la señora Hudson reprimio una sonrisa, mientras que Tony, despegó la vista del libro solo para disfrutar de su victoria.
-abuelo Holmes, 0; sexy Stark, 1-
* * *
-pregúntale a la señora Hudson- trato de convencerlo Watson, viendo como el detective buscaba por todos lados a su doble.
-esta aliada con él, no dira nada, aún está dentro del edificio, tomando en cuenta el tiempo que nosotros tardamos y el tiempo promedio en que tardo en asearse, tomar parte de mis trajes y ordenar mi habitación, acaba de salir de ésta...-
-tu robabas mis trajes-le recordó el doctor, buscando calmar un poco a su enojada pareja. Aunque debía admitir que ver a Holmes perder el control de si mismo era algo que jamás había visto... bueno, sin contar las claras excepciones, como la ocurrida en aquél estudio.
-hasta la licorera se llevo, mi violin...-
-cuando lo saque dijo que se lo quedaría-
-...mi solución de cocaína, mi pipa y el tabaco-
-es algo que sería bueno que dejaras- continuó diciendo Watson, sin que el detective le prestara realmente atención.
-¡nany!-volvió a gritar, esta vez dispuesto a que su casera le dijera donde se encontraba su descarado doble.
-Holmes, no es necesario gritar-
-intolerable ¡una completa falta de respeto!-Watson dejo de seguir al detective, mientras éste aún gritaba indignado, caminando hacía donde se suponía debía estar su casera.
El doctor suspiro con cansancio, si a la señora Hudson le había comenzado a agradar Stark, lo más probable es que le diera su propia habitación y solo recordaba una disponible.
Se dirigió a toda prisa hasta el cuarto, esperando contar con un poco de tiempo antes de que Holmes volviera.
Toco la puerta insistentemente, tratando de abrirla luego, pero descubrió que estaba con seguro.
-Stark, soy yo, abrame-nadie contestó-se que esta ahí, abra ya-
-Tony Stark no se encuentra en este momento, por favor deje su mensaje después del tono beeeeep-
-Holmes llegara aquí tarde o temprano, así que habra la puerta-
-no, eso no pasara-le dijo el millonario con burla, sobresaltandose al escuchar como volvian a tocar pero de forma más estrepitosa.
-¡sera mejor que habra!-gritó Holmes.
-¡no!-
-¡señores!-gritó también Watson en busca de detenerlos, al ver que no funcionaba, miro a ambos lados del pasillo para asegurarse que nadie lo veia.
Tomo a Holmes de la cintura, abrazandolo por la espalda-calmate-le pidió, escuchando como la respiracion de su compañero comenzaba a volverse más lenta y pausada.
Su método pareció funcionar, hasta que un sonido por más familiar para Holmes lo volvio a sobresaltar.
Tony habia empezado a tocar el violin de una forma horrible, dañando aquél preciado instrumento.
El detective se safo de los brazos de su compañero, acercandose de nuevo a la puerta de forma amenazante. Iba volver a tocar cuando recordó algo.
-su armadura se encuentra en el estudio-susurro, deteniendose de inmediato el sonido del violín.
-no se atrevería- trato de convencerse Tony, más al escuchar como su doble se iba, dejo caer el instrumento al piso y abrio la puerta con velocidad, casi chocando con Watson al salir.
-¡Holmes!-gritó, tratando de alcanzarlo algo desesperado-¡ni se te ocurra meterte con mi bebé!-
-no puede ser- se lamento el doctor, de haber sabido la tormenta que vendría apenas salieran del estudio, se habría encargado de distraer al detective un poco más.