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¡Por un demonio, lo que faltaba! por WhiteHeart14

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Notas del fanfic:

No sé qué está pasando aquí. No pregunten. 

Jungkook revisa la hora en su celular por décima vez en la noche y le dan ganas de llorar cuando se da cuenta de que apenas son las nueve de la noche. Maldice la hora en la que dejó que Jimin lo arrastrara a la, hasta ahora, peor fiesta de toda su vida.

Lo peor de todo es que mientras él estaba sentado arrepintiéndose de todas las decisiones que lo llevaron a ser amigo de Park Jimin, éste se puso ebrio increíblemente rápido.

-¿Estás jugando conmigo Park?- Jungkook lo sienta en la silla al lado de él -Vuelve a tus malditos sentidos, que nadie se embriaga con una lata de cerveza.

-Eres un amargado- Jimin le dice mientras se va de ladito -Sabía que no te tenía que traer.

Jungkook rueda los ojos y lo agarra de la cintura para que no se caiga -Y yo sabía que no tenía que venir… Jimin, estamos en la fiesta de un amigo de tu primo.

-¿Y?

-Van en secundaria.

-¿Y?

-Somos los únicos mayores de edad.

-¿Y?

-¡ERES EL ÚNICO EBRIO!

-¿Y?

-¿Aprecias tu vida?

-Ya no hablo, ya entendí.

Jungkook gruñe bajito -Hay que largarnos de aquí.

Jimin lo detiene del brazo y lo ve con ojos de cachorro -No puedo llegar a mi casa todavía.

-¿Por qué?

-Estoy ebrio.

-¡Tienes veinte años, maldición! ¿Cómo te regañan por eso?

-¡Pues eso pasa cuando tienes una familia, señor vivo-solo-y-hago-lo-que-quiero!

Jungkook rueda los ojos, otra vez. Jimin se pregunta entonces si podrá encontrar algo de cerebro si los sigue rodando de esa manera.

-Vayamos a mi departamento,- propone -te quedas a dormir ahí.

Jimin hace un puchero -No quiero ir.

Jungkook mira a su alrededor. Los adolescentes están cantando y bailando al ritmo de la música, la mayoría con una cerveza en la mano que, Jungkook sabe, no le toman, y es que a la edad de catorce o quince años, la cerveza es la cosa más amarga y asquerosa que van a probar, pero se quieren sentir más grandes. Él lo sabe perfectamente.

Después mira al cielo por la ventana. La noche pinta perfecta. No hace frío, ni hace calor. Jungkook quisiera tener a alguien con quien pasar esa noche perfecta para una cita.

Sus pensamientos los interrumpe un Jimin que está jalando su brazo, invitándolo a bailar.

-Tengamos una cita- suelta de la nada.

Las mejillas de Jimin se colorean de un ligero rosado, y suelta su mano a la velocidad de la luz -¿Qué dijiste?

-Que tengamos una cita- Jungkook no ha tomado nada, pero le gustaría estar igual que Jimin en esos momentos -¿Qué pasa? ¿No puedes tener una cita con tu mejor amigo?

-¿A dónde iremos?

-Al cine y después por helado. Una cita perfecta. Podremos tomarnos de la mano y abrazarnos, ya sabes. Sé que te gustan esas cosas.

Jungkook no puede creer lo que está proponiendo. Jimin era su amigo, y nunca lo podría ver como algo más. Entonces, ¿por qué quería una cita? ¿Tan desesperado estaba por sentir algo de amor en su patética y aburrida vida?

Jeon Jungkook podía tener a quien quisiera si se lo proponía, siendo una de las personas más populares de su universidad era obvio que había decenas de mujeres detrás de su hermoso traserito. Mas nunca había mirado a alguna. Jimin aseguraba que su mejor amigo era homosexual, igual que él, pero Jungkook se defendía diciendo que ninguna era lo suficientemente bonita, o inteligente, o algo.

En pocas palabras, Jeon Jungkook era la amargura en persona. Siempre enojado. Siempre quejándose de todo. Nunca nadie lo tenía contento. Y lamentablemente el único que lograba aguantarlo era Park Jimin.

Jimin también era bastante popular, pero el pequeño hombre se había declarado gay desde los diez años, y desde entonces, con el apoyo de sus padres y sus amigos, es una pequeña bolita que irradia felicidad y apoyo a cualquiera que se le cruce en su camino.

Todo lo contrario a Jungkook.

Media hora después, están en el centro comercial más cercano, dentro del cine comprando palmitas, nachos y refrescos.

-¡Yum!- Jimin se chupa los dedos cuando sin querer se le llenan del queso de los nachos.

-Que asqueroso.

-Jódete, Jeon- Jimin lo molesta -Tú vas a pagar todo.

-¡¿Qué?!

-¿Cómo que “qué”? Yo no tengo dinero y tú eres increíblemente rico. Anda, no seas codo.

La película que escogió Jimin es la peor película del mundo, Jungkook jura. Media hora después, el alcohol termina su efecto en el cuerpo del mayor y cae dormido en el hombro de Jungkook.

Diez minutos después Jungkook se duerme de igual manera.

--

 

Una mano lo remueve delicadamente. Jungkook solo quiere seguir dormido, está a punto de quejarse, pero recuerda que está en una sala de cine.

Es una linda trabajadora la que lo está moviendo, indicándole que se despertara.

-Lo siento- Jungkook hace una pequeña referencia desde su asiento. La pantalla está negra, Jungkook deduce que durmió toda la película. Saca su celular y mira la hora. Era la una de la mañana.

-La reunión está a punto de comenzar- la niña le sonríe dulcemente -Por favor despierte a su compañero, ya están todos presentes.

Jungkook mira asustado a su alrededor. Hay más personas. La mitad de los asientos de la sala estaban ocupados con personas que miraban a la pantalla directamente sin moverse de su asiento.

-¿Jimin?- Jungkook siente una ligera corriente de pánico recorrer su espalda -Jimin, despierta.

Su amigo levanta la cabeza de su hombro y se limpia el pequeño camino de baba en su barbilla -¿Ya se terminó?

-Dormimos mucho- Jungkook le dice al oído -Son más de la una de la mañana.

Jimin se separa rápidamente y lo mira asustado -Llegamos aquí a las diez de la noche… ¿estuvimos aquí tres horas?

-¿Eso importa?- Jungkook siente el pánico aumentar en su pequeña mente -¿Por qué hay gente en una sala de cine a la una de la mañana?- Jimin se encoge de hombros -Me acaban de decir que la a empezar ‘la reunión’, ¿qué reunión?

-A lo mejor hacen una reunión de trabajadores de aquí- Jimin no nota lo extraño de la situación, y eso hace que Jungkook se ponga más de nervios.

-Vámonos.

Lo toma de la mano y se levantan los dos rápidamente, están a punto de salir de ahí, pero la pantalla se enciende y el par de amigos puede ver un rojo intenso que da algo de luz a la sala.

Jimin y Jungkook se sientan de inmediato.

Jimin quiere vomitar. Jungkook quiere llorar.

La mitad de la sala estaba llena de cosas. No eran personas. ¡Eran cosas!

Jungkook pudo distinguir a una figura humanoide, más alta que el promedio, con media cabeza faltante. Al lado de eso, se encontraban unas gemelas preciosas de unos siete años, pero con sus bocas llenas de sangre. Hay una señora con sobrepeso, a la cual le sale un cuerno enorme de su frente. Al lado de ellos hay un señor que tiene dos caras en su cabeza.

Jungkook decide que no va a investigar más, no quiere ver a los demás.

-Debe de ser una broma- Jimin dice.

-¿Te parece una broma?- Jungkook le grita lo más bajito que puede -¿Qué demonios es esto?

-Demonios- una voz gruesa hace que ambos dejen de hablar y miren al frente, donde estaba un “señor” que podría pasar por común y corriente. Si no tuviera la cara quemada -Estamos aquí como cada semana, dispuestos a recibir nuestro premio por ser los mejores.

-¿Dijo demonios?- Jungkook no sabe si reír o llorar -Dijo demonios. Demonios.

-Cállate- Jimin lo pellizca.

-¡Dijo demonios!- Jungkook chilla bajito, sin que nadie lo escuche.

-Ya saben las reglas. No quiero fallas- continúa el hombre -Cada quien sabe lo que tiene que hacer. Disfruten.  

Un tipo de música comenzó a sonar por las bocinas y cada una de las personas/cosas se fue despareciendo, algunos salían por el pequeño pasillo mientras que los demás se quedaban platicando.

-¿Qué es eso?- Jungkook está en pánico -¿Qué esa música?

Jimin rueda los ojos -Villancicos, de seguro.

-¡No es para jugar!

-Jeon, esto probablemente sea una broma de mal gusto. O yo qué sé. Tal vez es una religión nueva.

-Esto no es religión- Jungkook quiere gritar y correr y llorar -Nos van a matar.

-Mira- Jimin ve la puerta de emergencia abierta -Salgamos por ahí, nadie nos está poniendo atención.

Ambos se levantan y comienzan a caminar lentamente hasta la puerta, pero se detienen abruptamente al encontrarse un espectáculo de una carnicería humana. Y a varias “cosas” o “fenómenos” caminando alrededor de los cuerpos, como si estuvieran escogiendo algún tipo de juguete.

Ambos se dan la vuelta al mismo tiempo, Jungkook a punto del colapso y Jimin sintiendo todo su cuerpo de gelatina.

-Mierda. Esto es serio.

-Nos van a matar- Jungkook no sabe qué hacer -Nos van a matar y voy a morir triste y solo.

-Y virgen.

-Cállate.

De la nada, ambos se quedan de piedra cuando ven que las gemelas se les acercan.

-¿Son nuevos?- preguntan al mismo tiempo, sus voces dulces, con un tinte infantil cubierto con travesuras y risas.

-S-sí- Jimin responde -S-soy S-s-sebastián- ambas miran a Jungkook -Él es Justin. Es mudo.

-¿Qué le pasó?

Por un momento, Jimin las vio como niñas normales; sonrisa invadida de felicidad y expresión curiosa. No podía decir que con ojos de niñas. Porque no tenían ojos.

-Él tampoco puede hablar- una niña señala a un señor con la garganta completamente abierta -su hija le cortó su gargantita, ¿a él también?

Jimin abre los ojos -Tomó ácido-  responde rápido -Su mamá le dio ácido de cenar.

Las dos niñas se ríen -Que bonito, de seguro era un mal portado.

-Uy, sí, era un n-niño muy malo- Jimin responde y Jungkook lo mira con ojos abiertos, preguntándole con la mirada qué estaba haciendo.

-¿Y tú?- la niña de la derecha lo mira y su expresión cambia a una de enojo -¿Cómo estás aquí?

Jimin esconde su mano derecha en su manga -N-no tengo mano… m-mi novio me la cortó.

-¿Gay?- una niña pregunta, todavía más curiosa -¿Eres gay?

-S-sí…

-¿Y mataste a tu novio por lo de tu mano?

Jimin asiente con la cabeza, no cree tener más coraje para seguir hablando con dos niñas sin ojos y con las bocas llenas de sangre, les escurría cada que hablaban.

-Nosotras nos besamos,- una dice riendo -nuestra mamá nos encontró, y nos cortó la lengua…- Jimin se explica entonces la boca -después nos sacó los ojos.

-Pero antes de morir- la otra niña dice alegre, como si estuviera contando una fábula -La matamos con sus cuchillos.

Jimin se odia, de verdad se odia, pero la curiosidad le ganó -¿Y cómo hablan y ven?

-El señor Kim nos ha devuelto esa habilidad- dicen al mismo tiempo, entre risas -Nos hemos portado muy mal y ese fue nuestro premio…

-A lo mejor puede hacer que tu amigo hable;- dice una -le gustan los nuevos.

Jimin y Jungkook asienten y la señora del cuerno les habla a las niñas, era su turno de elegir un cadáver.

Jimin y Jungkook se miran. No saben qué hacer. ¿Correr? ¿Llorar? ¿Suicidarse ahorcándose con sus propios pantalones? Cualquier opción sonaba bastante tentadora.

-¿Nuevos?

“Otra vez” se piensa Jungkook al mismo tiempo que cierra los ojos para no ver a la cosa asquerosa que se está acercando a ellos.

Jimin lo pellizca y Jungkook abre los ojos. No es una cosa. Este si es una persona. Lo único que lo hace diferente son unos pequeños cuernos de cristal verdes que sobresalen de su frente. Jungkook mira sus ojos, que no eran ojos, parecían dos esmeraldas que brillaban en la oscuridad. El hombre era moreno y un poco más delgado y bajo que él. Pero era completamente hermoso. Jungkook se preguntaba si estaba en el cielo o en el infierno.

-¡Son nuevos!- el hombre se alegra tanto de verlos que Jungkook tiene miedo de llamar demasiado la atención. Pero al parecer cada quien estaba muy concentrado en sus asuntos -Yoongi, ¡son nuevos!

-No molestes, Tae.

La mirada de Jungkook y de Jimin va directamente al lugar donde proviene la voz.

Es otro hombre igual o más hermoso que el tal Tae. Tiene los mismos cuernos, un poco más chicos, pero más brillantes, y en lugar de ser verdes son azules, del mismo color de su cabello y de sus ojos. Jimin no puede dejar de mirarlo. Es extremadamente blanco y su ropa completamente negra hace contraste con su piel.

Yoongi se acerca lentamente con ellos y los mira. De la nada, saca una pequeña espada de su pantalón y los acorrala en la pared más cercana.

-¿Q-qué pasa?- Tae lo mira confundido.

-No son demonios.

La mirada de Tae se oscurece. Jungkook pasa saliva. Tae los mira fijamente para después acercarse a ellos y olerlos.

Yoongi toma a Jimin y a Jungkook del cabello y les da un jalón -¿Qué demonios hacen aquí?

Jungkook ve como en cámara lenta las uñas de Tae crecen y se encajan en sus costillas. Suelta un gemido de dolor.

-¿Cómo sabían que estábamos aquí?- esta vez Tae pregunta.

La voz de Tae no es la misma. Ha bajado de tono y es ronca y gruesa, Jungkook siente una corriente que viaja desde su nuca hasta sus pies.

Jimin y Jungkook se miran sin saber qué hacer.

-Déjanos ir. Por favor- habla Jimin -N-no era nuestra intención estar aquí.

-No me digas. ¡Pero qué causalidad!- los ojos de Yoongi están brillando tanto que Jimin se siente encandilado de alguna manera -Saben que es su fin, ¿verdad?

Jungkook pasa saliva -Oye…- dice mirando al demonio de ojos verdes a la cara -Me estás lastimando.

Tae le encaja más las uñas, sin llegar a perforar la piel. No le responde nada pero al parecer entre Jungkook más sufría, la sonrisa de Tae se hacía más grande.  

-¡Vámonos!- ordena Yoongi -Dile a Chanyeol que encontramos unos angelitos.

-¿Encontraron qué?- Jungkook brinca en su lugar cuando ven al hombre que les dio la bienvenida a todos, el de la cara quemada. Estaban muy de cerca para no notar que las quemaduras estaban vivas, y dentro de estas la piel estaba tan echada a perder que por ciertos lugares le salían gusanos.

Jungkook no puede evitar soltar una arcada.

-Llévatelos- le ordena a Yoongi. Jimin nota que no voltea a ver a Taehyung ni un segundo -Dile a Kim que yo mismo iré a hacerme cargo de ellos.

Jungkook pasa saliva de nuevo. Jimin lo ve con cara de DEJA-DE-HACER-ESO.

Tae mira a ambos y les sonríe -¿Listos para morir?

-Cierren los ojos- ordena Yoongi y ellos obedecen.

Cuando los abren, están en un cuarto negro, pero con suficiente iluminación como para distinguir a las dos figuras que los miraban desde una esquina. Eran Tae y Yoongi.

Ambos estaban atados a una silla de manos y pies, con una cosa de esas para que no griten.

-Chanyeol dijo que se haría cargo de ellos- Tae comienza a hablar -Pero por mientras nos podemos divertir.

-¿Y si primero le avisamos a Kim que tenemos a dos angelitos en nuestro poder?

Tae rueda los ojos -No nos dejará jugar con ellos, los va a querer para él solito.

-Tienes un punto.

-¿Entonces?

-A divertirnos.

Las luces se encienden por completo y Jungkook y Jimin pueden ver una mesa enorme recargada en la pared de al fondo con al menos cuarenta instrumentos de tortura. Jungkook jura que más de tres son de la edad media.

-Que lástima- habla Tae mientras toma un cuchillo y lo embarra de una sustancia color verde neón -Tan bonitos que son, no los quiero matar.

Yoongi mira directo a Jimin y toma un látigo con espinas que estaban bastante filosas para el gusto de Jimin -Pido al chiquito. Me lo quiero comer.

-N-no soy tan rico como parece- Jimin habla de nuevo -¡D-de verdad! Soy vegano, te lo juro.

-Apuesto a que eres rico en todos los sentidos- Yoongi sonríe -Me gusta que tengas el coraje de hablar.

Y sin dar aviso, suelta el primer latigazo directo a la cara de Jimin, haciendo que éste gritara de dolor. El impacto lo tira al suelo y Jimin agacha la cabeza.

Yoongi decide que no era lo suficientemente fuerte el látigo, quería algo peor, así que deja a Jimin tirado y camina con toda la tranquilidad del mundo a la mesa para buscar otro artefacto más entretenido.

-Me tocó el mudo- Tae se queja y se acerca lentamente a Jungkook -¿Crees que te pueda hacer hablar, bonito?- Jungkook había decidido no hablar, por su propio orgullo -Responde.

Al ver que Jungkook no hablaría, decide arrancarle la playera de un jalón y ponerle el cuchillo en el estómago. La sustancia neón comienza a quemar, pero Jungkook no iba a emitir ningún sonido.

-¿No vas a hablar?- Tae comienza a cortar la piel de Jungkook poco a poco, perforándolo lentamente.

Tae se detiene cuando ve un liquido esparciéndose por los pantalones de Jungkook, hasta llegar al piso.

-¿Te orinaste?- la voz le vuelve a cambiar, Jungkook jura que tiene un tinte de procupación -¿Eso es pipi?

Jungkook está llorando. Llorando de verdad. Está sangrando de las costillas, tiene una quemada enorme y está orinado.

Yoongi levanta la cabeza y corre directamente con un Jimin todavía en el suelo, toma su cabello y le levanta la cabeza para poder verlo. Está sangrando por las púas del látigo. Y también está llorando.

-Está sangrando- Yoongi lo suelta como si le quemara -Tae. Los ángeles no sangran.

-¡Tampoco hacen pipí!

-No puede ser. No. No- Yoongi se jala de los cabellos -Trajimos a humanos.

-¿Y ahora?

-Hay que avisarle a Kim.

 

 

Jungkook y Jimin ya no están llorando, pero sí están muertos de miedo. Están en una habitación color lila, con luces de neón color rosa para iluminar.

Tae y Yoongi entraron en pánico y los dejaron tirados y heridos en la otra habitación, volviendo minutos después con un hombre alto, moreno y fornido, cabello pintado de morado, con los ojos color violeta. No tenía cuernos, no tenía deformidades, no tenía nada extraño. Pero imponía más que todos. Era Kim.

Yoongi y Tae estaban siendo regañados por él, y por primera vez Jimin y Jungkook se sintieron un poco protegidos, sentados en un cómodo sillón mientras Kim tenía a Yoongi y a Tae de las orejas, haciendo que hagan gestos de dolor.

-¡¿CÓMO SE LES OCURRE?!- Kim mentaba madres a todo lo que se movía -¡TIENEN MIERDA EN LA CABEZA!

-¡Velos!- Tae los señala -No me vas a decir que esas caritas no son de ángeles.

-¡Los ángeles son peligrosos, pedazos de idiotas andantes! ¿Creen que secuestrar un ángel es fácil? ¡No! Entre ustedes dos no podrían ni siquiera con uno… ¿QUÉ LES PASA? ¿Cómo confundieron humanos con ángeles? Y lo peor de todo… ¡¿Cómo se les ocurre siquiera intentar secuestrar a un ángel!

-¡Chanyeol ha traído ángeles!

-¡Chanyeol es un demonio de dominio, igual que yo! ¡Ustedes no!

-¿Y ahora?- Tae se intenta zafar, pero su oreja está fuertemente detenida por la mano de Kim. -¿Qué crees que pase, mi amigo Namjoon?

-Soy tu jefe.

-Como sea, responde.

-El nivel de irrespetuosidad…

-¿Y bueno?

-¡Lucifer los va a torturar hasta que se harte!- Kim les grita -Eso va a pasar. ¡Saben que tenemos estrictamente prohibido meternos con los humanos comunes y corrientes! Lucifer se va a volver loco.

Tae mira a Yoongi -¿Crees que nos ponga a trabajar con la parca como la última vez?

-VA A MANDAR A LA PARCA POR USTEDES.

-¿Me puedo suicidar?- pregunta Yoongi serio.

-Muy tarde, campeón, estás en el infierno, más muerto que mis sueños y esperanzas. 

-¿No los podemos regresar?- pregunta Tae, como si la solución fuera obvia.

-Abrirían un portal por medio de ellos ya que no tuvieron ninguna precaución al traerlos y no hicieron ningún conjuro en caso de que algo saliera mal… esos dos pobres muertos de hambre serían la puerta de los demonios al mundo humano- responde Kim -Alterarían más de alguna dimensión con ese portal y el mundo humano entraría en crisis, lo que supondría que los arcángeles comenzarían a investigar Y NOS MOLESTARÍAN.

-¿Perdón?- Jimin habla por primera vez, ofendido -¿Muertos de hambre?

-¿Es el momento de preocuparte por eso cuando dos demonios te trajeron al infierno y estuvieron a punto de torturarlos y/o matarlos y ahora toda la vida humana que conocen está en riesgo?

Jimin lo mira serio -¡Lo único que me preocupa es que tengo hambre y dudo que tengan burritos con salsa verde y guacamole! 

Kim se sienta en la silla y se talla la cara con las manos, desesperado -Yoongi, dale de comer al bastardo.

-¿Disculpa?- Jimin se ofende por segunda vez en la noche.

-Disculpado, ahora lárgate de mi vista hasta saber qué voy a hacer contigo y con tu amigo el mudo traumatizado.

-Jungkook no está mudo… ¡Ni traumatizado! ¿Verdad, Kook? ¿Verdad? ¿Eso es pipi?

Todos miran a Jungkook con los ojos bien abiertos y Tae rueda los ojos -¿De nuevo? ¿En verdad?

Kim busca la ventana más cercana para aventarse. Lástima que ya está muerto. Se pregunta si es muy tarde para tomar otro dominio.

-¡Felicidades Taehyung! Has traumado a un pobre humano infeliz. Lo quebraste, ya no funciona como debería.

Tae se encoge de hombros -¿Y ahora qué hago, Namjoon hyung?

-Llévalo a tu casa y enciérralo sin que nadie los vea. Que Lucifer no se entere- mira a Yoongi -Tú lleva al enano a tu casa y haz lo mismo.

-¡¿Enano?!- Jimin grita, quejándose de nuevo. 

Kim lo mira desesperado -¿APRECIAS TU VIDA?

-Wow, es la segunda vez que me dicen eso el día de hoy. Estoy bastante ofendido.  


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