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Cold Love por RozenDark

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Notas del capitulo:

Como les prometí, aquí esta el capítulo nuevo ;)


En fin, los personajes de Yuri On Ice son propiedad de su respectivo autor y los demás de mi propia autoría. Como dije antes, la historia original de “Besar a un ángel” o “Kiss an angel” es propiedad de Susan Elizabeth Phillips, yo solamente utilicé algunos puntos para darle un poco de salsa a la historia xD. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son propiedad de sus respectivos autores.


 


Y sin más que decir, les invito a leer ^3^/

"Sacando Al Eros Que Llevas Dentro"

 

~.°.~.ღ.~.°.~

 

Víctor se levantó con prisa de su muy incómoda posición. Lanzó un sonoro bostezo a la par con la que se tallo los ojos. Y al ya despertar, miró con esperanza hacía aquel incómodo y nada agradable catre donde se suponía que su esposo debería estar dormido, pero por como se veía, podía afirmar que el Omega no había pasado la noche allí.

Más que preocupado y arrepentido, fue directamente al baño, pero ese pequeño cuadro estaba por demás vacío.

 

—¿Será que salió? —, se preguntó preocupado. Miró la hora y su angustia se incrementó aún más. El reloj daba las cuatro de la mañana en punto —. ¿Yuuri? —, salió con una lámpara de mano, esperando ver al Omega justo afuera del remolque, pero lo único con lo que se topó fue aquella botarga aún empapada —. Decía la verdad —, se mordió el labio al darse cuenta lo imbécil que había sido con su esposo.

 

Por primera vez en muchos años, el orgulloso y rencoroso Alfa Víctor Felstman se arrepentía de sus crueles actos en contra de un Omega. Razón por la cual ahora, decidió salir e ir a buscar a su esposo para ofrecer sus disculpas, no solo por su comportamiento, también por haberle levantado la mano.

Solo esperaba que Lilia no se enterara del golpe, porque estaba seguro de que ella lo pondría en su lugar.

 

o.~ஐ~.o

 

Yuuri llevaba casi toda la noche corriendo alrededor del circo. Esperó durante dos horas a que aquel cruel hombre se quedara dormido, para después salir y ponerse ropa abrigadora, pero deportiva, para así salir de aquel remolque, dispuesto a perder varios kilos.

Era la primera vez que un Alfa lo hacía enojar tanto, ni siquiera el esposo de su vieja amiga Yuko lo enfado de aquella manera. Eso le hizo recordar, que aquel Alfa le había inspirado de una manera un tanto rencorosa a alcanzar sus ideales a llegar al nivel de su amado Vitya Nikiforov.

 

---FLASHBACK---

Un pequeño Omega veía con tanta admiración la televisión. Su hermana mayor, una Alfa lo veía con una sonrisa un tanto burlona, mientras que su madre, una Beta, se encargaba de poner a su lado un platón de galletas recién hechas.

 

—Yuuri, te he dicho una y otra vez que no te acerques tanto al televisor. Puedes dañarte los ojos —, la mujer un tanto llenita, veía con diversión al menor de sus hijos, aunque en aquel regaño había cierto reproche.

—Lo siento mami —, el Omega se alejó de la pantalla sin llegar a despegar su mirada de ella. Contuvo el aliento al ver que su amado patinador casi cae, pero gritó al ver la sorprendente manera en la que se recuperaba.

—Déjalo mamá, ya sabes como se pone Yuuri cuando ve a Vitya Nikiforov patinar —, la joven Alfa mencionó aquello con todas las intenciones de hacer enojar a su hermano —.por cierto, ¿hoy no irás a patinar al Ice Castle? —, miró dudosa al Omega, más no pudo evitar enojarse al ver a su hermano temblar mientras negaba —. ¿Qué hizo ahora el imbécil de Nishigori? —, cuestionó con enojo. Ella sabía cuán odioso y burlesco podía ser aquel mocoso y ciertamente lo odiaba debido a que siempre descargaba sus tonterías en su pobre hermano menor.

—Dijo que por más que practique, nunca llegaré a estar a la misma altura que Vitya —, le respondió con la voz cortada. Muy en el fondo, a pesar de tener un gran amor y una inmensa admiración hacia el prodigio del patinaje, Vitya Nikiforov, sabía que jamás estaría a la misma altura que él. Por más práctica que hiciera, nunca tendría la oportunidad de lograr alcanzar a su ídolo y amor.

—No le hagas caso —, la chica se acercó a abrazar a su hermano —. Yo se que si sigues intentando, algún día conocerás a Vitya Nikiforov y este caerá rendido a tus pies.

—Yuuri miro con anhelo a su hermana —. ¿En serio lo crees? —, preguntó con esperanza.

—Por supuesto que lo creo, ¿crees que lo digo porque eres mi hermano menor?, recuerda que siempre te molesto y me burlo de ti, pero cuando es una conversación seria, sabes perfectamente que no te mentiría nunca.

 

El pequeño Omega abrazo con fuerza a su hermana. Si bien Mari siempre le hacía maldades o se burlaba de él por su enamoramiento hacia un Alfa que ni conocía en persona, cuando lo ameritaba, ella siempre lo defendía o lo animaba. Con aquellas palabras, ya tenía el ánimo necesario, para ir a la pista de patinaje de su amiga y daría su máximo esfuerzo para demostrarle a ese torpe Alfa que Yuuri Katsuki no se iba a rendir tan fácilmente.

---FIN DEL FLASHBACK---

 

—Si ese día le di una buena lección a Takeshi-san, a partir de ahora, voy a dejarte con ganas de algo que nunca va a ser tuyo Felstman —, murmuró con rencor.

 

Siguió corriendo con más ánimo que antes. Definitivamente le enseñaría a Víctor que nunca debía de usar a sus amadas mujeres para estupideces, es más, ese Alfa ni siquiera tenía el derecho de pensar en ellas.

 

o.~ஐ~.o

 

Habían pasado ya unos dos meses aproximadamente. Dos meses en los que Víctor no había logrado disculparse de manera apropiada y en los que Yuuri hacía un esfuerzo sobrehumano para hacer ejercicios hasta casi amanecer y seguir con aquel castigo de usar aquella denigrante botarga.

El nipón, estaba justo ahora frente al espejo, maravillado del gran progreso que había hecho. Su redonda y flácida figura que había obtenido gracias a la depresión y dolor causados por la muerte de su madre y hermana, había desaparecido por completo, dando como resultado, aquella esbelta y formada figura que poseía gracias a su pasión por el patinaje. Sonrió satisfecho y salió del baño, listo para poner en marcha la siguiente fase de su plan: convencer a Lilia Baranovskaya de dejarlo participar en el show, ¿cómo lo haría?, eso era sencillo. Le enseñaría la medalla que había logrado ganar cuando apenas era un adolescente, y no solo eso, también le daría el teléfono de su ex entrenadora de ballet, todo para lograr convencer a aquella dura Alfa.

Aunque si se ponía a pensar, Lilia podía parecer fría y tosca, incluso llegó a pensar que lo odiaba desde aquel incidente con el supuesto robo, pero de solo recordar lo preocupada que estaba cuando vio el moretón en su mejilla, supo que se había equivocado. Lilia no solo le dio un ungüento muy bueno, sino que también reprendió, por no decir que casi mata a Víctor por haber reaccionado de una manera tan bruta.

 

—Hora de empezar.

 

Salió del baño, con la ropa más holgada que tenía, todo con la intención de seguir escondiendo su nueva apariencia de los ojos de su marido. Solo esperaba lograr obtener esa oportunidad de presentar aquella rutina que con tanto esmero había estado ensayando las últimas dos semanas.

 

o.~ஐ~.o

 

Víctor por su parte, estaba más que preocupado. En esos dos meses, no había logrado disculparse con Yuuri, y este por su parte ya ni lo miraba, cosa que por alguna razón, le comenzó a angustiar desde aquel día en el que le había levantado la mano. Tampoco había logrado congeniar como acostumbraba con Anya, haciendo más deficiente el acto y menos popular el circo.

 

—No se lo que me pasa Chris. Desde que perdí el control con Yuuri, no he podido dar mi máximo esfuerzo en el show —, Felstman había decidido contarle su pesar a su buen amigo, un Beta de nombre Christophe Giacometti.

—Bueno amigo, por lo que me contaste, puede ser que el aroma de ese Omega te haya enamorado —, calló lo que iba a decir, al ver la mirada azul de su amigo, llenarse de odio y asco —. O por el simple hecho de que no te disculpaste como debías, digo, hablaste mal de su madre y hermana, y creeme que a nadie le gusta que hablen de esa manera de los seres queridos que ya fallecieron.

—¿Y que me propones que haga?, él no quiere ni mirarme, y aunque no lo creas, me tiene preocupado que ya casi no come y que cada vez luce más cansado y pálido —, externó aquello con una palpable angustia.

—El rubio sonrió al ver a su amigo preocuparse por alguien más que su propia persona —. Primero, tienes que disculparte por todo lo que hiciste y segundo tratar de ser menos imbécil y por lo menos cambiarle la botarga, que esa que tu le diste está más que podrida y asusta a los niños —, lo último lo dijo, no para que le levante el castigo al Omega, pues él también creía que el Japonés había robado el dinero.

 

Víctor asintió no muy conforme con lo de la botarga, pues él mismo había elegido esa para darle un merecido castigo al Omega.

 

o.~ஐ~.o

 

—¿Entonces, vienes aquí pidiendo que te quite el castigo de andar con la botarga y te premie para que estés en el show principal? —, la Alfa estaba cruzada de brazos y su mirada se había hecho dura ante el nipón.

 

Yuuri había tragado grueso. Baranovskaya estaba emanando un aura demasiado hostil para su gusto. Y si había pensado que la mujer aceptaría tan fácilmente, ahora se re planteaba aquella idea, dando como resultado aquel temor de que ahora si la Alfa lo odiaba.

 

—Solo le pido que por una noche me deje actuar. No le pido nada más que eso —, pero en definitiva, Yuuri no se daría por vencido —. Si le preocupa que no sepa patinar o que no tenga experiencia en ballet, de una vez le digo que aunque fue un tercer lugar, logré obtener una medalla en un campeonato cuando era un adolescente, también tengo experiencia en ballet, gracias a una ex bailarina que me entrenó arduamente —, explicó aquello con desesperación.

—Lilia suspiro, mientras negaba —. Aunque me digas eso, no puedo creerte. La medalla que me muestras, puede ser de otra persona, ¿qué me dice que no la robaste? —, al decir lo último, no pudo evitar mirar al Omega con un profundo reproche cargado de decepción —. Sobre tu entrenadora, el teléfono que me diste no existe, así que lo siento, pero mi respuesta es un no.

 

Al sentenciar su respuesta definitiva, Lilia no pudo evitar la culpa que le carcomía por dentro. Sus instintos le decían que debía ser más tolerante con el Omega, pero los negaba al recordar lo que Yuuri había hecho al llegar al circo.

 

—Lamento haberla molestado señora —, Yuuri quería llorar, pero no lo haría, no daría el gusto a la Alfa de verle llorar.

 

Tantos esfuerzos tirados a la basura, tantas noches en vela por mejorar su condición física y su rutina, pero Lilia Baranovskaya no quería ni darle una misera oportunidad.

Se dio la vuelta dispuesto a salir, pero después de dos meses de duros y sádicos entrenamientos sin la comida adecuada y el castigo impuesto, por fin su cuerpo no pudo más. Todo lo que el Omega vio, fue el color negro de la inconsciencia.

 

—¡Dios mio!, ¡Yuuri! —, la Alfa fue con prisa a verificar el estado del Omega —¿Pero qué? —, algo no andaba bien. Lilia recordaba que Yuuri era de proporciones robustas y pesadas, pero al levantar un poco el laxo cuerpo del Omega, supo lo liviano que se sentía ahora —¿Qué hiciste niño? —, para hacer claras sus sospechas, abrió la chamarra del nipón, llevándose la sorpresa de ver que el chico tenía por lo menos unas cinco prendas más debajo de la que había abierto.

 

Lo que Lilia vio al final, fue el esbelto y formado cuerpo, atando cabos de una manera alarmante. Como pudo, llevó al Omega a su cama y llamó al doctor que atendía a todos los que residían en el circo.

No pasó mucho tiempo cuando el doctor había llegado. Sergey Morózov, o como Lilia le decía, Seriozha, era un hombre Beta unos dos años menor que ella y su marido. Lo conocía desde sus inicios en el circo y sabía de buena fe, que si el Omega tenía alguna enfermedad, Sergey podía ayudarle.

 

—¡Oh!, pero si es el lindo chico que reparte volantes en la calle —, el hombre se acercó a la cama con cautela, todo mientras le sonreía a su vieja amiga —. ¿Qué le ocurrió? —, preguntó preocupado, mientras tomaba nota en su cuaderno.

—Estábamos terminando una conversación, cuando se desvaneció —, explicó sin dar más detalles —. Creo saber porque, pero mejor que tu comiences a tratarlo como se debe. Él hasta hace unos meses, era un chico de complexión llena, pero cuando se desmayo y me acerque a verlo, me di cuenta de que había bajado de peso.

 

Sergey anotaba cada una de las palabras de la Alfa, todo con una expresión llena de seriedad.

 

—Bueno, Lilia, creo que al ver el cuerpo del chico, puedo decir que ha estado haciendo ejercicio, pero también te puedo asegurar que todo ese desgaste que mencionas, tiene que ver también con el uso de esa botarga que usa.

—Siento diferir en eso Sergey, pero uno no enferma por usar un disfraz, uno enferma por no saber cuidarse y Yuuri no supo cuidarse como se debe —, respondió seriamente la Alfa.

—Sabes Lilia, he visto a este chico trabajar con esa cosa puesta, recibir burlas de personas molestas. Incluso en una ocasión, lo vi andar con esa botarga completamente empapada —, comentó lo último con una mirada llena de reproche hacia su amiga —. No se lo que haya hecho este chico, pero no creo que haya sido algo tan malo, para que lo trates de esa manera. Digo, es una calamidad que los seres humanos, no solo maltraten animales, también a sus iguales —, con cierta malicia dijo aquello. El doctor bien sabía que aún cuando en el circo de sus amigos nunca maltrataron animales cuando los tenían, jamás harían aquel acto atroz de maltratar a su prójimo. Sergey trataba de que la Alfa supiera del abuso que aquel Omega recibía cada día desde hacía unos tres meses, abuso que quería comentar, de no ser por su innumerable trabajo en el hospital y el corto periodo en el que Lilia andaba en el circo.

—¿Cuándo lo viste empapado? —, cuestionó nerviosa, no queriendo creer que esa era una de las razones por las que Víctor había actuado de una manera ruda.

—Hace como dos meses. Siempre paso por el centro y desde hace tres meses que lo veo por allí repartiendo volantes, pero hace dos meses lo vi más lento de lo habitual y cuando me acerque para verlo, pude confirmar que el disfraz estaba más que húmedo y pesado —, respondió con detalle —. Quise ahondar el porqué, pero el chico me cambió de tema y se despidió. Creeme Lilia, que desde ese día quise venir, pero no había podido, afortunadamente hoy pasaba cerca de aquí cuando me hablaste y no dude en venir.

—Ya veo —, murmuró nerviosa, pensando en mil maneras de torturar al torpe de Víctor —. ¿Puedes hacer algo por él? —, más que ansiosa, preguntó aquello, mientras miraba al Omega.

—Sergey suspiro —. No te preocupes, voy a sacarle una muestra de sangre para ver que tan mal está, aunque te lo advierto, el chico va a necesitar una buena alimentación y muchos líquidos. Puede que sea una malnutrición, o un sobre esfuerzo, así que sugiero reposo absoluto por lo menos una semana —, explicó seriamente, mientras alistaba lo necesario para sacar la muestra de sangre —. Te llamaré cuando tenga los resultados, y de acuerdo a lo que salga, te daré las indicaciones correspondientes. Con permiso.

 

La Alfa, acompañó en todo momento a su amigo, mientras escuchaba cada una de las indicaciones dadas por este.

Para cuando estuvo segura de que Morózov se había ido, regresó a su remolque, aliviando su ser al ver al Omega abrir los ojos.

 

—¿Cómo te sientes? —

—Bien… Supongo —, respondió apenas —. Lamento las molestias, no se preocupe, que enseguida iré a mi trabajo.

—Por el momento, deberás descansar por una semana. Y después, regresarás a tus deberes habituales, junto con tu trabajo al entregar volantes, eso sí, te cambiare la botarga —, en definitiva, Lilia no dejaría que el Omega vuelva a usar esa infernal botarga —. Por ahora, descansa un poco más aquí y cuando tengas fuerzas, eres libre de ir a tu remolque.

 

La Alfa iba a salir a hacer su ronda diaria del lugar, pero de nueva cuenta, las palabras que el Omega le había dicho, hicieron estragos en su interior. Cambió de idea, ahora mismo iría a hablar con Víctor, y dependiendo de lo que le dijera, ella tomaría la decisión de dejar a Yuuri patinar o seguir como hasta ahora.

 

o.~ஐ~.o

 

—¡Víctor! —

 

El nombrado, no pudo evitar el nerviosismo que le daba esa mirada. Dejó un momento su entrenamiento, para ir directamente a la oficina de la Alfa.

 

—¿Qué sucede Lilia? —, preguntó nervioso.

—La Alfa solamente se dedicó a observar a su protegido con seriedad —. Quiero hablar del día que levantaste tu mano en contra de tu esposo. Y quiero todo, desde la razón de tu pérdida de control, hasta las palabras que usaste en contra de Yuuri.

—¿Por qué el interés repentino? —, El peli plata la miró con sorpresa y preocupación.

—No es de tu incumbencia —, respondió de manera tajante.

—El joven Alfa trago grueso —. Recuerdo que perdí el control por algo que Anya había dicho. También recuerdo haber dicho tantas calumnias dirigidas a las difuntas, madre y hermana de Yuuri y que él me abofeteó por todo —, respondió de forma resumida.

—¿Y?, ¿qué más? —, la Alfa no creía que solamente fuera eso. Debía de haber algo más para hacer que el Omega quisiera bajar de peso con prisa y formar parte del show —. ¿Seguro que no hablaste sobre su peso o apariencia?

—Víctor solamente se rasco la mejilla en señal de estar completamente nervioso y aterrado —. Puede que haya mencionado que su padre “me pagó” para casarme con él —, hizo mención de lo último, mientras movía los dedos —. Incluso, puede que haya metido en ese tema a su madre y hermana. ¿Quién sabe?, tal vez y le grite que solamente espero a que ellas murieran para hacer que su padre suplicara para que algún Alfa se casara con él —, frustrado y más que avergonzado, murmuró aquellas duras y crueles palabras.

—¡Así que era eso! —, Lilia solamente negó ante lo dicho, pero gracias a eso, había tomado una muy importante decisión.

 

Víctor no se espero la cachetada que llegó después de esas últimas palabras dadas por la mujer, ni tampoco se espero verla salir del lugar, dejándolo más que extrañado e intrigado.

 

o.~ஐ~.o

 

—¡Tienes que ser más flexible! —, le reprendió seriamente —. Eso si quieres ser parte del show de mañana en la noche.

 

Ya había pasado semana y media desde el colapso de Yuuri. Y apenas pasó la semana de descanso del Omega, Lilia le hizo saber de la decisión que había tomado. Lo ayudaría con mucho gusto a darle una lección al orgulloso Alfa, Víctor Felstman.

Por esa misma razón, desde ese mismo día, Lilia y Yuuri iban a la pista de patinaje del centro a practicar como se debe. Y aún cuando el Omega demostraba uno que otro error, a la Alfa le había enamorado la rutina que el nipón había creado con tanto esmero. Lo admitía, ese Omega tenía un talento para ese tipo de cosas, lo único que siempre afectaba al nipón, era esa falta de confianza.

 

—Creo que es todo por hoy Yuuri —, le dijo al ver que había logrado la flexibilidad que tanto le corregía.

 

El Omega asintió, mientras se acercaba. Con mucho gusto le acepto el agua que la mujer le ofrecía.

 

—Nunca le pregunté señora, ¿por qué aceptó ayudarme? —, quiso saber aquello.

—Admito que en un principio quise hacerlo, pero mi juicio se nublo con lo del robo. Mejor agradecele a mi amigo, pues fue gracias a él que decidí atar cabos —, respondió con una casi inexistente sonrisa —. Fue justo después de eso, que hable con Víctor y él me dijo lo que tu quisiste guardar. Ni siquiera entiendo porque lo protegiste, bien pudiste decirme la verdad y yo misma lo hubiera puesto en su lugar —, de solo pensar que había hecho el Alfa Felstman, le daba rabia.

—No se lo dije, porque desde el momento en el que recibí ese golpe, había decidido lo que haría —, Yuuri apretó con fuerza sus manos —. Yo quería demostrarle que nunca debe subestimarme, ni meterse con mi madre y hermana, es por eso que comencé a hacer ejercicio y comer menos, y si, se que lo último fue algo muy tonto, pero tenía prisa, aún cuando soy una persona que baja de peso más rápido que otros —, lo último lo dijo apenado, pues no solo la Alfa lo reprendió, también el doctor que lo había atendido. Y es por eso que ahora debía seguir una estricta dieta.

—La Alfa suspiro —. Supongo que ahora, tendré que buscarte un traje para mañana —, mencionó aquello, y ya tenía uno en mente.

—En realidad, ya tengo uno —, Yuuri se apresuró a quitarse los patines, para después acercarse a su mochila —. Este traje lo mandó a hacer mi madre antes de morir. Ella y mi hermana tenían la esperanza de verme en otra competencia antes del accidente, y precisamente iba a usar este traje con la rutina que le mostré —, Yuuri sonrió con nostalgia, mientras sacaba el traje que usaría. Una perfecta copia del traje de Eros, que su amado Vitya Nikiforov había usado en su última presentación.

—¡Pero si ese traje es! —, Lilia no pudo evitar sorprenderse al ver ese traje. Ante sus ojos estaba un hermoso traje negro con incrustaciones de piedritas brillantes en la parte del pecho y en la cintura, cada uno formando una perfecto patrón en diagonal, también tenía una parte con una tela muy fina, casi transparente y en parte de la cintura, una pequeña falda del lado derecho, resaltando aún más aquel lado transparente. Y ella conocía perfectamente ese bello traje.

—Sabe, puede que sea muy tonto, pero yo amaba a Vitya Nikiforov. Él fue la razón por la que decidí aprender a patinar y también fue la razón por la que decidí dedicarme al patinaje. Y aún cuando desapareció hace años, quise volver a patinar en una competencia con este traje y la rutina mejorada de Eros, todo con la efímera esperanza de que él me viera aunque sea por una sola vez. Por eso mismo, mi madre y mi hermana me dieron este traje, que aunque no volveré a usar, y aunque Vitya no me verá nunca, al menos servirá para hacer que mis amadas se sientan orgullosas donde quiera que estén.

 

La Alfa no pudo retener las lágrimas, con semejante discurso era imposible. Y definitivamente, haría lo posible para que ese Omega, le diera la lección de su vida a Víctor, aunque había algo que la estaba preocupando con ese romance casi irreal. Ella sabía lo que le había ocurrido a Vitya Nikiforov, y también sabía quien era.

 

o.~ஐ~.o

 

La gran noche había llegado. Para buena suerte de Lilia, la casa estaba llena.

Cada uno de los integrantes del circo, ya había hecho su rutina, y justo ahora los últimos integrantes hacían su número,con la única diferencia de que Lilia les había ordenado quedarse en la pista, pero uno en cada extremo.

Justo cuando acabaron, Anya fue a un extremo, mientras que Víctor fue hacia otro. De un momento a otro, las luces se apagaron y para cuando se volvieron a prender, Yuuri se encontraba en medio de la pista, con aquella fea botarga puesta. Las risas no se hicieron esperar entre el público, incluso entre los integrantes del circo, quienes creían que su jefa se había vuelto loca.

 

—¡TAN DESESPERADOS ESTÁN QUE AHORA HACEN COMEDIA! —

 

Lilia frunció el ceño ante ese comentario. Fijó su mirar hacia el alborotador, y no pudo evitar lanzar en un murmullo un insulto hacia aquel Alfa, pero ya se divertiría al verlo babear después.

 

—Pon la música que te dije —, le ordenó a aquel Alfa adolescente de nombre Otabek.

 

Una melodía demasiado sugerente y provocadora comenzó a sonar, causando las reacciones no esperadas. Risas por doquier y burlas e insultos dirigidos al “gordo” con la botarga.

Yuuri a pesar de estar nervioso, no daría su brazo a torcer, así que comenzó a patinar con mucho trabajo, hasta que vio la señal de Lilia. Despacio, se acercó a la salida de la pista, dispuesto a comenzar con su plan.

 

—¡Hasta que decidió irse el marrano! —, dijo un Beta.

—¡No se como se les ocurrió esta tontería! —, dijo una Alfa.

 

Anya por su parte, solo reía por la estupidez que se le había ocurrido a ese cerdo, es decir, ¿en serio pensó en opacar su belleza con semejante payasada?

Víctor por otro lado, no podía quitar su mirada del Omega, ni tampoco podía evitar la risa que le había causado con eso, ¿quizás Lilia pensó en que necesitaban algo de diversión?, o eso pensaba, hasta que el chico se arrancó la botarga, mostrando algo que no pensó que vería justo en ese Omega.

Yuuri se quitó de manera salvaje aquel maldito disfraz, nada difícil con los ajustes que le había dado, mostrando así su nueva apariencia. Piernas largas, delgadas y formadas, una cintura delgada y curveada,un trasero grande y antojable y con ese nuevo peinado hacia atrás y sin esos lentes, ese Omega sin nada en especial como muchos decían, ahora mismo era la perfecta encarnación de Eros.

 

—No despegues tu mirada de mi Víctor, porque yo seré la sensual dama que hará que caigas a mis pies —, Yuuri se acercó a murmurar aquello al Alfa de azules ojos.

 

Y Víctor definitivamente no podía apartar su mirada de ese sensual Omega, que casualmente era su esposo antes gordo. Peor aún, ese traje que el famoso Vitya Nikiforov uso antes de su retiro, se acentuaba y resaltaba aún más en el sensual y pecaminoso cuerpo de aquel Omega seductor.

 

—Muchos se preguntaran, ¿quien soy yo? —, el Omega se situó de nueva cuenta en medio de la pista —¡Soy Eros!, ¡Y he venido a enamorar a MI esposo! —, lo último lo dijo, mientras miraba a la odiosa Beta.

 

El juego de luces cambió drásticamente, mientras la música se hizo más fuerte y sonora.

Yuuri comenzó su rutina, justo como si fuera una competencia, empezó con todo. Desde saltos y movimiento de manos, giros y miradas que provocaban más que suspiros, todo siempre mirando los azules ojos de su esposo.

El público estaba callado, los Betas murmurando lo bello que el Omega era, los Omegas envidiosos, pero sin llegar a ser groseros y los Alfas maravillados de ver a tan hermoso espécimen.

Los integrantes del circo, estaban más que sorprendidos de ver a ese Omega, nunca se esperaron nada de Yuuri, y menos desde el incidente del robo, pero aquel Omega estaba logrando lo que ni Víctor y Anya habían hecho en varios meses: atraer la completa atención del público.

La música silencio, justo después que Yuuri dio un triple salto, situándose justo frente a Víctor para cerrarle la boca con una suave caricia.

 

—Cierra la boquita amor, no querrás que te entren moscas —, murmuró de manera sensual, para después pasar su lengua en la barbilla del Alfa —. Pobre, tan bueno era mi baile, que se te cayó la baba.

 

Víctor parpadeo un par de veces, captando la muy directa burla que había recibido. Pero cuando iba a responder, Lilia ya estaba en medio de la pista, llamando a todo el elenco para despedirse del público. Espabiló y se acercó con prisa a hacer reverencia, todo sin despegar su mirada de su sensual esposo.

Lilia noto eso, el público comenzó a aplaudir con fuerza, incluso comenzaron a silbar, todo eso cuando Yuuri se despedía, sin llegar a prometer volver a la pista, y eso había hecho, que tomará una decisión con respecto a su show.

 

—Lo lograste Yuuri —, le dijo con una pequeña sonrisa.

—Y todo gracias a usted —, respondió sonriente el Omega —. Y una promesa es una promesa, yo seguiré repartiendo volantes sin queja alguna, después de todo, logré vengarme de Víctor y demostrar que valgo algo —, y era verdad, eso le había hecho sumamente feliz.

—Bueno, creo que diste una gran impresión hoy, así que he tomado una decisión —, lo último lo dijo en voz alta, para llamar la atención del resto de los que conformaban el circo —. A partir de mañana, Yuuri y Víctor comenzarán a practicar juntos, Anya, tu formarás parte de la rutina de Mila e Isabella —, sentenció seriamente.

 

Todos se sorprendieron, incluido Yuuri, pero la única persona en contra, fue la furiosa Anya Petrov, quien salió del lugar hecha una furia.

Víctor por su parte, tenía donde debatir, ahora estaba más que caliente por la reciente rutina de su esposo, y ahora que Lilia había dicho aquello, sabía que todos los días estaría caliente por culpa de su ahora sensual esposo.

Nadie dijo nada más, cada quien regresó a su respectivo remolque, más nadie se dio cuenta del odio en aquella mirada, odio que iba dirigido al Omega japonés, todo porque ese Alfa se había fijado en otro que no fuera él.

 

—Maldito cerdo.

 

Continuará

Notas finales:

¿Y alguien creía que todo sería igual a la historia original?, aquí podrán notar que no es así xD


Pero bueno, esto fue todo para este capítulo. Y si les gusto y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo (^3<)/


Y bueno, cualquier falta ortográfica, no duden en informarme xD


Y como buena persona que soy, es doy adelanto de lo que pasará en el próximo capítulo…


*Yuuri logra convertirse en la pareja de patinaje de Víctor.


*Anya trata de sabotear la rutina de Yuuri.


*Yuuri tiene un sospechoso del robo del dinero.


*Yuuri entra en celo frente a Víctor… Se nos viene el lemon ¬///¬


Todo eso y más en “No Juzgues Un Libro Por Su Portada”


Y si el fic es de su agrado y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo :D


En fin, nos leemos pronto


Chau chau (*_-)/


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