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Un vaso de whisky y otro de Coca-Cola por Oblivious

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Notas del fanfic:

Historia corta, sin continuación uvu

Lamento cualquier falta de ortografía y/o coherencia.

A leer.

Taehyung terminó de comer los pocos Cheetos que quedaban antes de limpiar sus manos en su pantalón y ponerse de pie con un vaso de bebida en su diestra.

 

—Bien, Hoseok-ah, aprovechando que estamos en esto de socializar porque tú te casarás con quien es mi mejor amigo, me gustaría saber qué opinas sobre mi brindis. Ya sabes, soy mejor el padrino del mundo, mejor que el cerebrito de Nam hyung.

 

Hoseok se rió, negando suavemente con su cabeza.

 

—Namjoon es una de las mejores personas que he podido conocer. No seas así, deberías darle una oportunidad, insisto.

 

—Ni loco, él parece tener un problema con despegar sus ojos del trasero de la hermana mayor de Jimin.

 

—Si eso dices, Taehyungie.

 

El menor sonrió emocionado. Un pequeño atisbo de ansiedad se reflejó en sus ojos.

 

—No está completamente terminado, obviamente, y estoy seguro que cambiará bastante de aquí al resultado final.

 

—Bueno, de ser así, me alegro de ser capaz de escuchar los borradores del proceso y quizás ayudar con los cambios —dijo, bebiendo luego del whisky de su vaso.

 

Kim hizo una mueca, no aprobaba el consumo de alcohol y aún así se tragó su opinión sobre ello, carraspeando para comenzar a hablar.

 

—Bueno —inició—, Jimin. Mi querido Park Jimin, el mochi mas caprichoso que podría existir en la Tierra. No sabes qué nostalgia me causa ver que ahora, luego de meses verte estresado con los detalles para la boda –y de hecho, me alegro infinitamente sobre la sencillez de ella, porque joder, hasta que escuché tus planes, me imaginaba que querrías algo como de cuento de princesas–, finalmente estás sentado junto al amor de tu vida, de la mano. Ambos sonrientes y deslumbrando al resto de nosotros, simples seres mortales que anhelan...

 

El menor dudo, Hoseok le sonrió, indicando con un gesto que siguiera.

 

—Que anhelan encontrar una pareja como Hoseok, alguien que les complemente como persona, que los haga seguir adelante gracias a su apoyo incondicional —tragó el nudo que se formó en su garganta con dureza—. Te amaré por cada uno de aquellos recuerdos que solamente podría haber vivido a tu lado, estarás en mi corazón y no tengas duda que apenas tenga un hijo –o hija, no estaría mal de todos modos–, tú serás el primero en saberlo y por supuesto que serás su padrino y tío favorito. Todavía.... todavía recuerdo....

 

Su mirada viajó entre el papel en sus manos, papel bastante arrugado y con rayones en el, y Hoseok.

 

—Me está encantando hasta ahora, Tae, y eso que las palabras ni siquiera son dirigidas a mí.

 

Él tragó saliva, dolido por el recuerdo.

 

—Todavía recuerdo el momento en que Hoseok se cruzó en tu vida por primera vez —se quedó sin aliento en la frase al pensar que habría deseado decirla de otro modo—, nuestro primer año de universidad, apenas saliendo a la vida. Despreocupados. Solamente decididos a pasar un buen rato y sin compromiso, pero justo allí, en nuestra primera fiesta como universitarios, él se me cruzó.

 

Calló, pensando en lo que dijo.

 

—Se nos cruzó —corrigió, queriendo no verse alterado—. Un chico de gran sonrisa que se acercó con confianza a nosotros, sus dos manos ocupadas con vasos alcohol.  Tan carismático, que incluso yo, con mi constante rechazo a las bebidas alcohólicas y el comportamiento que genera en las personas por su consumo, sumado a que todavía luchaba contra mi timidez, quedé cautivado con su presencia. Su voz, su carisma, su...

 

Hoseok lo observaba curioso, tanto, que su espalda se curvó hacia adelante mientras apoyaba sus codos en las rodillas correspondientes. El vaso ya vacío entre sus dedos le hizo sentir raro.

 

—Todo un personaje —susurró.

 

Bebió un largo sorbo de Coca Cola, hasta que creyó que sus garganta estuvo lo suficientemente relajada.

 

—Quién diría que después de aquella noche nos mantendríamos en contacto —una pausa—, se mantendrían en contacto —volvió a decir—. Mucho tiempo pasó, pero aquellos sentimientos se siguieron cultivando, creciendo, tanto, que en un punto me preguntaba si Hoseok era un idiota o realmente no se había dado cuenta de ellos.

 

Miró a Jung nervioso.

 

—De tus sentimientos, Jiminie —completó bien, o eso creyó.

 

—Taehyung...

 

El más joven volvió a leer el resto de lo que había escrito en la hoja. Poco menos de media hoja  quedaba y estaba casi seguro que de había hablado demasiado.

 

Pero no sabía qué sentido de demasiado.

 

Fingió seguir leyendo, como si estuviera memorizando lo que quedaba aunque solamente estaba reescribiendo el resto del penoso discurso en su mente.

 

—Tan vivido en mi memoria se mantendrá el primer momento que los vi juntos, de la mano, compartiendo sonrisas. La sensación de aquel momento se mantendrá toda mi vida, porque sabía, aunque al principio me negaba a creer que durarían, lo de ustedes era un claro para siempre. Es un para siempre —inhaló, sus ojos aún fijos en los rayones de lo que escribió con intención de hacer sonreír a su mejor amigo—. Envidiables, perfectos uno para el otro, hoy los vi decirse sus votos y yo no pude evitar derramas lágrimas... porque ustedes fueron... porque tú, tú fuiste único para mí, Jung Hoseok.

 

Pareció por un momento que Tae perdió el aliento. Sus manos temblando mientras trataba doblar la hoja de papel.

 

—Taehyung, es idea mía, ¿o eso sonó como una confesión?

 

El menor vaciló, terminado de guardar el pedazo de papel en su bolsillo trasero.

 

—Debe ser idea tuya, hyung. Hemos estado bebiendo.

 

—Cierto, un vaso de whisky y otro de Coca-Cola.

 

La mirada de Taehyung viajó hasta Hoseok.

 

—Debería cambiar mi discurso ahora que me doy cuenta.

 

—Sí —una mueca de culpabilidad rozó la expresión del mayor—, deberías.

Notas finales:

Muchas gracias por haber leído~


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