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Remembranzas por Uruhasa_13

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Notas del capitulo:

Quiero pedirles perdón por tardar tanto en actualizar, estuve llegando muy noche de la escuela en la semana pero pues pude encontrar un espacio para traerles el caoítulo siguiente. Espero que lo disfruten. 

Tercer recuerdo: Sus lágrimas

 

 

“Marica” se escuchó al fondo del pasillo, Sasuke volteó para ver qué era lo que estaba pasando, se le partió el corazón al ver que quien se aproximaba hacia él, no era otro más que Naruto. Se quedó ahí parado mientras su amigo recorría el camino al salón de clases. Más, sin embargo, al azabache le rompía todavía más el alma ver como Naruto trataba de no hacer caso de los gritos con una enorme sonrisa en su rostro.

“¿Naruto?”.

“¡Buenos días Sasuke!” le saludó con la efusividad de siempre.

“¿Qué pasó, Naruto?”.

“Nada, nada” dijo con cierta tristeza en su voz, para el azabache era bastante obvio.

“No me mientas”.

Para Naruto era muy frustrante el haberse topado con alguien capaz de leerlo con tanta naturalidad, inclusive un chico citadino abierto a todo tenía sus malas rachas. Él y Sasuke fueron hacia la azotea, casi como máquinas y sin decir una sola palabra, se conocían muy bien el uno al otro como para saber que estaba mal.

Se sentaron al borde, como pocos días, miraron hacia abajo encontrándose con muchachos que estaban apenas llegando. Se miraban tan calmados, hablaban sobre lo que harían esa tarde o lo que habían visto en televisión, más sin embargo estaban ellos ahí a punto de tocar un tema bastante amargo.

“Te llamaron <<marica>> y no te reíste”.

“No es como cuando tú lo haces, idiota, ellos no estaban bromeado”.

Fue la primera vez que Sasuke veía esa mirada tan fría en los ojos de Naruto, esa expresión le era tan ajena que no parecía él mismo.

“¿Qué pasó?”.

“Tuve sexo con Neji” suspiró “Me estaba quedando en casa de Hinata, sus papás no están así que me invitó, se supone que debía abordarla por la noche, meterse en su habitación” suspiró quedo “pero en lugar de meterme en la habitación de Hinata, terminé en la de Neji”.

“Naruto”.

“No, yo sabía que estaba yendo hacia el cuarto de Neji y no al de Hinata” bufó “Debí imaginar que Hinata se preocuparía y me iría a buscar”.

Era obvio lo que sucedió, Hinata los había encontrado a mitad del sexo, seguramente por despechada había regado el rumor de que su novio era gay, claro que Neji se vendó el dedo antes de la cortada y se encargó de decir que Naruto había tratado de abusar de él.

“¡Neji es un idiota!” le dijo genuinamente enojado.

“Él solo se estaba protegiendo, creo que no medí las consecuencias”

Los ojos de Naruto se hicieron cristalinos, se avecinaban las lágrimas, pero Sasuke se dio cuenta de que su compañero las reprimió casi enseguida. No lloró, al menos no en ese momento; en su lugar, compuso una sonrisa extraña e histérica, falsa.

“Estaré bien, Sasuke, los chismes siempre se olvidan”

-          Claro que no, idiota – susurró a penas consciente

Había pasado una noche extraña, Jiraiya le ofreció el cuarto de Naruto para que se quedara, era entendible que no lo dejara usar el de Minato por más incómodo que estuviera. Todo estaba como lo había dejado el rubio un año atrás. Se frotó los ojos para incorporarse despacio y volver a recordar lo que estaba haciendo en el pueblo, tuvo que tomarse un momento, las sábanas y todo lo demás aún olían como Naruto.

Se tomó su tiempo para bajar al comedor donde Jiraiya ya había preparado algo de café y pan tostado. Dio las gracias y se sentó a comer, todo tenía un sabor familiar, la sensación era extraña, era algo que conocía bien, pero al mismo tiempo sentía que era nuevo.

-          ¿Qué planeas hacer, Sasuke? – preguntó el anciano

-          ¿Dónde vive Neji?

-          ¿Neji? – alzó una ceja

Jiraiya sabía todo el alboroto que había armado la familia Hyuga después del incidente. Las acusaciones eran ridículas, Neji era más grande que Naruto en ese entonces, también practicaba artes marciales, era hasta tonto pensar que alguien como su nieto podría doblegar a un muchacho como Neji.

-          Iré a hablar con él, tal vez Naruto lo buscó

-          ¿Por qué Naruto lo buscaría? Después de lo que sucedió, él mismo y por su propio pie decidió alejarse de esa familia

-          Naruto conoce las debilidades de Neji y él mismo está herido

-          ¿Crees que mi nieto sería capaz?

-          Quiero agotar mis opciones

-          Bien – tomó otro sorbo de su café, lo hizo muy lento, como si quisiera encontrar en la taza el valor de seguir hablando – Neji se dedica a dirigir la ferretería Hyuga

-          ¿Qué hay de Hinata? – preguntó por mera curiosidad

-          Ella se casó con un extranjero y viven de la herencia de él, su casa está en el norte del pueblo

Hinata le hizo sentir mucho asco, en algún momento del colegio él llegó a pensar en ella como una chica dulce y comprensiva, no solo era lo que había hecho con Naruto sino todo lo demás. Después de arruinar la reputación de Naruto en la escuela, lo hizo en el pueblo yendo a llorarle al cura de la iglesia local quien se alarmó lo suficiente como para regar el veneno en el pueblo.

-          Realmente todos son un dolor en el trasero

-          ¿De verdad estás seguro de todo esto, Sasuke?

-          Es la única manera de que encuentre a tu nieto

Espero a que fuese una hora prudente y salir, justo cuando estaban todos en el trabajo para poder ir a pie, Sasuke esperaba no encontrarse más que con las personas a las que tenía planeado ver, pero era obvio que siendo un pueblo bastante chico, vio aproximarse una figura espeluznantemente conocida. Un hombre alto que usaba una máscara para protegerse del polvo, iba junto a su bicicleta con una mirada estúpidamente apacible, incluso cuando sus miradas se encontraron.

No había cambiado en nada, Kakashi parecía ser el mismo bonachón de siempre, una de las pocas personas que no decidió que Naruto era una basura humana por sus malas decisiones, aun así, no hizo nada al respecto.

-          Tal vez llueva hoy – dijo el profesor deteniéndose junto a Sasuke

-          Sigues siendo el mismo holgazán ¿No deberías estar dando clases en la escuela?

-          No encontraba mi taza de café en la mañana, la busqué hasta encontrarla

-          Deberías comprar un auto, llegarías en cinco minutos, en lugar de quince con la bicicleta

-          Los niños corren por las calles a todas horas, no sería prudente

La naturalidad con la que Kakashi hablaba con él le hacía sentir cálido, Konoha tenía sus momentos, aunque Sasuke tenía que permanecer del lado de lo correcto, esa seducción falsa había sido lo mismo que los había arruinado en primer lugar.

-          ¿Qué te trae por aquí, Sasuke? Pensé que solo éramos un grupo de campesinos ignorantes

Ahí estaba esa hostilidad a la que Sasuke se había acostumbrado en su infancia, esos comportamientos pasivo-agresivos que lo alejaron en primer lugar. Pero no pudo hacer más que reír, Kakashi tenía ese efecto en todo lo que decía, tal vez esa era la razón por la que se había convertido en maestro de escuela teniendo tanto potencial. Ser tratado como un niño por Kakashi Hatake, lejos de ser un insulto, era una forma de saber que aún con todo lo que hubo sucedido, el aludido se seguía preocupando por el que alguna vez fue uno de sus mejores alumnos.

-          Naruto se fue de casa – le dijo descuidado, como si estuviera confesándole a su profesor una travesura

-          Y piensas que vino aquí

-          No pude pensar en otro lugar

-          Ya veo – Kakashi suspiró – este pueblo le debe mucho a su familia, es una lástima que no lo vean así

-          Voy a ver a Neji

Kakashi abrió los ojos sorprendido, no se esperaba que después de todo lo que los Hyuga causaron, Sasuke quisiera volver a verlo.

-          No estarás pensando hacer alguna imprudencia ¿Verdad?

-          Solo quiero preguntarle algunas cosas

Naruto y Sasuke se encontraban en el salón de clases, Kakashi estaba frente a ellos de brazos cruzados, ambos muchachos tenían prominentes moretones y estaban sucios de tierra. Unos tontos habían abordado al ojizarco a fuera del baño y pretendían golpearlo, ninguno de los dos esperaba que Sasuke estaba por allí.

“Ellos empezaron” bramó Sasuke, miró a su compañero en busca de otro enojado adolescente con ganas de defenderse. Pero en lugar de eso, vio a un muchacho devastado, triste.

“Y ustedes lo terminaron” Regañó Kakashi, suspiró para darles a entender a los adolescentes que no estaban precisamente en problemas.

“A esos chicos los dejaron ir” siguió Sasuke “Ellos estaban golpeando a Naruto por culpa del idiota de Neji”.

“Son acusaciones graves, Sasuke”.

“Puedo sostenérselos en la cara, ellos fueron los que…”.

“Basta” intervino Naruto “No importa, ya no importa”.

“Ya pueden irse” dijo finalmente Kakashi, los dos muchachos se pusieron de pie y caminaron hacia la puerta, pero su profesor llamó a Naruto haciéndolos detenerse un momento. “Lo que sea, puedes decirme, ellos no pueden hacerte daño”.

Caminaron por el pasillo hacia la salida, a Sasuke le hervía la sangre y no podía evitar seguir lanzando maldiciones a diestra y siniestra. Pero por más que hablaba, Naruto no reaccionaba así que una vez en la puerta, el azabache le dijo que fueran a tomar algo, unos minutos después estaban sentados tras unos arbustos del parque con unas cervezas de raíz.

“¿Te da miedo que te vean conmigo?” preguntó Naruto. “Si es así, no te culpo”.

“¿Qué te sucede? Tú no eres así. Es normal sentirte así por lo de Neji”.

“Eso no me importa, este pueblo no me importa” se detuvo, abrió la boca como queriendo decir algo, pero no salía, necesitó un momento. “Mi papá está muriendo”.

“¿Qué dices?”.

Minato Uzumaki se dedicaba a hacer trabajos en casas, podía hacer de todo; pintar, colocar adoquines, arreglar un grifo, desde que había llegado al pueblo después de perder su trabajo, le había ido muy bien. Naturalmente, después de toda la mierda que dejaron salir Neji y Hinata, su trabajo empezó a disminuir dramáticamente.

“Tiene cáncer”.

“Entonces deberían ir a la ciudad por un médico”.

“No tenemos dinero para eso, se ha estado tratando en el hospital de aquí, pero probablemente no lo logre”.

Sasuke quiso ahorcar a Neji y a Hinata, su veneno parecía ser solo la punta del iceberg, ahora también estaba el asunto de su papá. Los ojos azules llenos de vida ahora eran acuosos y apagados, era obvio que Naruto intentaba aparentar estar bien cuando era bastante obvio que no lo estaba.

“Naruto yo…”

“Tal vez también deberías dejar de verme, no quiero que esta mierda también te caiga a ti”

-          ¿Y bien, Sasuke?

-          Recordé algo – sonrió, el profesor también lo hizo empatizando con su ex estudiante

-          En ese caso – le dijo Kakashi tomando su bicicleta para irse – te deseo suerte y que lo encuentres

“¿Te has vuelto loco, Naruto?” le dijo muy alterado, él no sería capaz de abandonarlo a su suerte.

“¿Qué más podría pasar?”.

Fue la primera vez que vio a Naruto llorar.

 

 

-_

 

 

Afortunadamente no se topó con nadie más en su camino, caminaba lento diciéndose que necesitaba aclarar su mente. Estaba allí, recorriendo todas esas calles con una naturalidad ajena, se sentía como un extraño en su pueblo natal. Incluso los olores le generaban nostalgia, por un momento la idea de regresar al pueblo bailó por su mente.

Pero nada sería lo mismo, el pueblo no solo era colores y olores, también estaba toda la gente que les había dado la espalda no solo a él, sino que a Naruto. Se suponía que todos eran una comunidad unida, ellos mismos fueron los que los repudiaron como parias.

Seguía la dirección que le había dado Jiraiya pero se le hacía muy raro que Neji se estuviera encargando del negocio familiar personalmente en vez de  ser el magnate que solo iba al local de vez en cuando. La ubicación de la tienda también le parecía rara, no era la calle principal, ni siquiera las secundarias, estaba seguro recordar que la dirección que estaba tomando llevaba a una calle poco transitada, tal vez algo había cambiado.

Si, la calle estaba diferente de como la recordaba, pero en lugar de haberse hecho un sitio transitado, parecía solo una hilera de casas descuidadas. Caminó por allí dando se cuenta que algunas de las casas estaban vacías, hasta que finalmente vio el anuncio de la ferretería. Fue extraño, el azabache se imaginaba una tienda al estilo “Home depot” pero en lugar de eso, se encontró con un localillo, bastante rústico para tener al frente “Ferretería Hyuga”.

Entró, los estantes estaban llenos de mercancía y polvo, al fondo estaba el mostrador en donde un sujeto dormía profundamente. Sasuke tuvo que acercarse, cuando se dio cuenta de quién era el que dormía en el mostrador, parpadeo muy rápido al darse cuenta de que no se trataba de otro más que de Shikamaru Nara.

-          Siempre supe que terminarías así, Shikamaru – le dijo Sasuke en tono burlón

-          Uchiha – contestó el aludido sin perder su posición – no pensé que volvería a verte – se enderezó para mirarlo al rostro

Aunque solo había pasado un año desde su partida, el Uchiha cortó lazos con casi todos los compañeros de su clase así que no sabía que había sido de la mayoría de sus ex compañeros de escuela, aun viviendo en el mismo sitio.

-          ¿Qué hay de ti? Pensé que eran indiferente en todo, pero ahora eres mandadero de los Hyuga, que bajo has caído

Esperaba un comentario sarcástico como respuesta, pero en lugar de eso Shikamaru parecía genuinamente molesto. Era extraño ver al castaño en ese estado, por lo general evitaba las confrontaciones y eso significaba que hacía caso omiso a las provocaciones, o solo contestaba con algún comentario inteligente, pero estaba a la defensiva.

-          Un año sin vernos, que nostalgia

Sasuke reconoció esa segunda voz enseguida, Neji se salió de la trastienda, se miraba tan diferente de la última vez. Su mirada perla ya no estaba enojada, al contrario, parecía bastante complacido con lo que tenía a su alrededor.

-          Neji, justo a ti quería verte

-          Es un halago que hayas regresado por mí, pero, como ves – puso una mano sobre el hombro de Shikamaru – yo estoy con alguien

Eso sí que lo había tomado por sorpresa, Shikamaru dejó escapar una risa nasal, más propia de él mismo. Neji les ofreció una taza de café, no se tomó la molestia de cerrar el local porque era más que obvio que no habría clientes ese día. El azabache estaba muy confundido con todo, sus dos compañeros estaban comportándose de una manera muy extraña y ajena a ellos mismos, la intolerancia de Neji se esfumó, ahora parecía estar con Shikamaru.

-          Pasaron muchas cosas este último año – comentó Neji – no esperaba que nos visitaras

-          Y que lo digan – Sasuke les miró a ambos, muy cuidadoso – ¿Qué pasó con ustedes? Pensé que todo esto te causaba nauseas

-          No pude esconder lo que era por siempre, después de lo que pasó con Naruto me casé, pero obviamente no funcionó

-          Me alegra que no lo hiciera – intervino Shikamaru – mi familia también se volvió loca cuando le dije que me iría a vivir con Neji

-          ¿Y el local? Pensé que siendo los Hyuga habría algo más ostentoso

-          Conoces a la gente de este pueblo, Sasuke, después de mi divorcio las ventas bajaron tanto que mi familia quedó en quiebra. Hinata se casó con un ricachón y pudo escapar, mi tío fue atacado poco después, el alguacil dijo que había sido un robo que salió mal, pero yo sé que lo mataron por mi culpa

-          Ha sido un año difícil – volvió a decir Shikamaru – nadie compraría en una tienda atendida por una pareja homosexual, falta poco para que nosotros también nos encontremos en la miseria

Shikamaru y Neji le contaron que el haberse destapado ambos les trajo mucha paz mental, pero el precio de esa paz fue muy alto pues las personas del pueblo no perdonaban a nadie. El local original de la familia Hyuga se fue a la quiebra obligándolos a mudarse a un lugar más barato, la pareja luchaba día con día no solo con su escasa economía sino con el desprecio de las personas. El barrio en donde estaban era lo más bajo de Konoha e incluso viviendo entre marginados se sentían atacados.

-          Cada noche rezo porque ninguno de esos vándalos entre aquí

Era más que obvio que ese par estaba viviendo el mismo infierno que él y Naruto vivieron alguna vez, solo que ellos tenían que subsistir, ya no habría padres que los ayudaran ni tampoco empleos que los aceptaran siendo como eran. Konoha era un lugar hermoso, Sasuke sabía que aún quedaban rastros del profundo amor que sentía por el pueblo, pero eran esos pequeños inconvenientes lo que hacía querer borrar ese sitio del mapa.

“¿Naruto?”

Sasuke se apresuró a levantar a Naruto del piso, los chicos que lo habían atacado unos días antes seguramente terminaron su horrible fechoría. El rubio tenía la cara llena de moretones y la ropa sucia de lodo, esos sujetos buscaron humillarlo lo más que pudieron lográndolo. Naruto no le respondió, él solo lloraba en silencio, cada lágrima era dolorosa para Sasuke.

“Naruto, idiota”.

“Papá me dice que regrese a la ciudad” habló el rubio, como si no estuviera en el piso lastimado. “Dice que el abuelo cuidará de él, pero no puedo dejarlo”.

“Él estará bien, hay que preocuparnos por ti ahora”

Caminaron hasta la enfermería, ya era tarde para encontrar a la enfermera así que encontraron la estancia vacía. Sasuke cerró la puerta con seguro, quería asegurarse de que nadie los interrumpiera; curar las heridas del rubio lo hacía sentir realmente mal, como si las heridas de Naruto fuesen suyas, ya había estado mascando la idea del sentimiento, pero no logró concretarlo, hasta entonces.

“No hay nadie para mí, Sasuke, mi papá está muriendo y esta gente me odia” pausó un momento. “Tal vez regrese a la ciudad como dice papá”.

“¡No!” se precipitó, no sabiendo por qué lo había hecho cuando quería mantenerse en las sombras. “Naruto, no tienes que irte”.

“Si mi papá ya no está, mi abuelo entenderá, no hay nadie por quien quedarme”.

No recibió una respuesta verbal, Sasuke simplemente se inclinó y besó los labios de Naruto como si se le fuese la vida en ello. El rubio no lo detuvo, al contrario, le correspondió; la enfermería pronto se convirtió en algo más que eso, ambos se olvidaron de las circunstancias y el lugar, sus cuerpos estaban más allá de lo que podían pensar, como si se necesitaran y movieran solos.

“Sasuke” suspiró Naruto, haciéndolos separarse. “Si haces esto también te van a odiar”.

“Siempre y cuando tú me quieras, todos los demás pueden odiarme”.

La mano de Sasuke acarició bajo la camisa de Naruto, ninguna de las chicas con las que había estado tenía una piel tan tersa y deliciosa, quería tocarlo por siempre. Volvió a reclamar sus labios, ambos entendieron en ese momento que las malas decisiones que tomaron, las cosas que se dijeron, todo, ya no importaba.

Naruto no tenía planeado eso, se suponía que Sasuke no le parecía atractivo; tal vez fue su debilidad sentimental en ese momento, quien lo sabría, a final de cuentas todo eso se sentía muy bien. Se dejaron sobre la cama, Sasuke se encargó de desaparecer su camiseta y la de Naruto.

No supo bien cómo explicarlo, ese panorama fue la cosa más hermosa que jamás vio en su vida; ni los pechos más grandes del mundo podrían superar, los labios entreabiertos de Naruto suspirante se le antojaba tanto que no quería seguirse resistiendo.

“Sasuke” volvió a Suspirar el rubio.

“No Naruto, si dices así mi nombre yo… yo no responderé”.

“Sasuke” Repitió con malicia.

El azabache dibujó una enorme sonrisa en su rostro, besó el cuello de Naruto, se sentía demasiado bien. Recorrió todo su pecho con sus labios, saboreando absolutamente todo; el sabor alcalino del sudor del ojizarco le pareció el afrodisiaco más efectivo de todos pues el calor dentro de sus pantalones estaba pidiendo ser liberado.

“Deja que te ayude con esto”.

Naruto se incorporó, dejó a Sasuke abajo mientras él se sentaba en sus caderas, frotó el bulto con su entrepierna solo para hacer que el azabache se sintiera todavía peor, Naruto sabía bien lo que estaba haciendo. Se hizo hacia atrás, con manos hábiles desabrochó el pantalón de su compañero y lo bajó.

El aire gélido contra la erección caliente hizo que Sasuke se estremeciera por completo, ni siquiera tuvo que hacer nada más pues ya estaba sintiendo la hábil boca de Naruto reclamándole como suyo. El sexo oral no era una práctica que las chicas quisieran hacer, sin embargo, Naruto lo hacía como un profesional, su lengua enrollaba su pene como jamás nunca nadie lo había hecho jamás, Sasuke ni siquiera sabía que se podía hacer eso.

“Apurémonos” le dijo Naruto. “No quiero que nadie nos encuentre”.

“La puerta… la cerré” jadeó.

“Aún así, Sasuke” le decía mientras se ponía de pie para lentamente terminar de desnudarse.

La desnudez de Naruto era algo majestuoso, no se quiso quedar atrás y con manos temblorosas se bajó más el pantalón hasta dejarlo en sus tobillos, no encontró útil quitárselos por completo. De un brinco su compañero estuvo sentado sobre él nuevamente moviendo sus caderas sobre su miembro, restregando su entrada contra la virilidad del otro.

Naruto se alzó y alineo su entrada con el pene de Sasuke, este último sintió unas cosquillas nuevas, era la primera vez que iba a penetrar a un hombre. Mientras Naruto se sentaba, Sasuke sentía que el cielo se iba a cercando de a poco a él, se sentía estrecho, húmedo, delicioso.

El rechinar de la camilla coincidía con los sentones que daba Naruto que se sostenía del pecho del azabache. Todo pasaba en un ridículo silencio pues a final de cuentas seguían en la escuela, pero eso no le quitaba lo emocionante. Cada centímetro de piel que rozaba con la ajena, gozaban, queriendo gritar para que todo el mundo supiera lo bien que todo eso se estaba sintiendo.

Sasuke sentía que el mundo se le estaba yendo pero el alcanzar el clímax fue todavía peor, apretó las caderas de Naruto con sus manos sintiendo que por fin encontró lo que siempre había buscado, algo que ninguna chica podía darle.

La sonrisa de satisfacción en la cara de Naruto se vio nublada por lágrimas, Sasuke no le preguntó nada pero supo que no eran precisamente de tristeza. Esas lágrimas fueron las mejores lágrimas de la vida, Naruto se movió haciendo que Sasuke saliera de su cuerpo para así vestirse en silencio. No necesitaron palabras, el ojizarco abrazó al azabache y se quedaron así un buen rato.

“Naruto, creo que es tonto decirte lo que siento ahora”.

“Debiste decírmelo antes, idiota”.

“Ni siquiera yo sabía lo que estaba pasándome” suspiró, todo había pasado estúpidamente rápido, Naruto solo había llegado a su vida para complicarla. Todo estaba planeado, debía estarlo; se graduaría, iría a la universidad local y después se dedicaría a lo mismo que se dedicaba su padre, pero esos planeas ahora estaban obsoletos. “De lo que estoy seguro es que estoy aquí y ahora”.

“¿Qué pasa si decido irme?”.

“Entonces iré contigo”.

-          A todo esto – preguntó Neji – ¿Qué te hizo regresar?

-          Pensé que Naruto podría estar por aquí

Shikamaru y Neji se miraron como si Sasuke hubiese dicho una incoherencia. No entendían, primero que nada, por qué Naruto quisiera regresar al pueblo después de que todos lo trataran como basura.

-          ¿Por qué regresaría Naruto aquí? – preguntó Shikamaru, a diferencia de su pareja, él no era tan confiado

-          Peleamos y me dejó, no lo encontré y pensé que había regresado al pueblo

-          Si regresó, no lo hemos visto

Sasuke se tomó un momento no solo para meditar su situación, sino que también la de ellos dos. Un año parecía muy poco tiempo, pero pasaron muchas cosas mientras estaba ausente, Neji parecía no ser el chico que conoció en la escuela, ahora era más real. A Shikamaru no lo conocía realmente, pero le parecía muy valiente de su parte estar ahí, junto con la persona que amaba.

-          ¿Por qué lo hacen? – dijo Sasuke, sin rodeos

Una vez más, la pareja miró a Sasuke desconcertados, genuinamente no sabían a que se estaba refiriendo su invitado.

-          ¿Qué cosa, Sasuke?

-          Seguir aquí, Neji, es obvio que están yéndose a la ruina con este negocio

Un silencio ominoso se hizo entre los tres, Sasuke no se arrepintió de haberles cuestionado, ellos dos necesitaban pensar un poco más grande si pretendían salvarse. Konoha no ofrecía nada para personas como ellos y dudaba que algún día lo hiciera; se sentía empático con ellos dos, el mal humor con el que había ido a buscar a Neji se había esfumado y se debía a todo lo que estaba a su alrededor.

-          No nos estamos yendo a la ruina – explicó Shikamaru – ya estamos en la ruina, no podemos arriesgarnos a lanzarnos al vacío yéndonos a la ciudad así nada más

-          Algo errado para alguien como tú, Shikamaru

-          ¿Qué haríamos en la ciudad? ¿En dónde viviríamos? Aquí por lo menos tenemos este sitio

El azabache les regaló una sonrisa de superioridad, de esas que siempre repartía por los pasillos de la escuela. Usó una servilleta para escribir un número telefónico y una dirección, ya había pasado mucho tiempo con ellos, necesitaba pensar en lo que seguía.

-          Si deciden salir de este sitio, ya saben en dónde encontrarme

 

 

 

Notas finales:

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