Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Remembranzas por Uruhasa_13

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenos días, les dejo el último episodio del ff, pero como siempre, falta un epílogo así que esperenlo :)

Último recuerdo: Tu… nuestro adiós

 

Después de haber ido con Neji y Shikamaru, Sasuke regresó a pasar lo que restaba del día hablando con Jiraiya, necesitaba ese pequeño lapso mental para recargar energía y no había mejor persona para eso que el viejo del pueblo. El muchacho trataba de hacer que Jiraiya cambiase de opinión sobre vivir en la urbe, pero por más que lo intentara, el hombre era más terco que una cabra.

La mañana siguiente no fue muy distinta a la anterior, una charla en el desayuno sobre los planes que tenía el azabache. Sasuke decidió que se tomaría las cosas con calma así que después de despedirse de su anfitrión a eso de las tres de la tarde, se dirigió a uno de los bares cercanos, un sitio en donde había intentado comprar cerveza a los trece siendo rotundamente echado.

El camino hacia el bar le hizo volver a su mente un día en específico, el peor de todos. Habían pasado al menos un par de semanas antes de que alguien se diera cuenta de lo que ocurría entre Naruto y Sasuke, naturalmente el azabache tuvo problemas con su familia y después de un par de semanas más en discusiones, los padres del azabache abandonaron el pueblo alegando que no querían vivir con la vergüenza de tener un hijo homosexual. Afortunadamente no estaba solo, tenía dos hermanos maravillosos que se quedaron a su lado.

La pareja terminó la preparatoria a duras penas, a este punto ninguno de los dos querías saber nada sobre sus compañeros de clase. Solo eran ellos dos contra el mundo, esos dos años de escuela que les restaban fueron un infierno así que ni les pasó por la cabeza el inscribirse a la universidad.

Itachi perdió su empleo y Okami decidió dejar la escuela para ayudar un poco más, también se habían hecho de un aliado importante. Kiba Inuzuka, el novio de Okami, él y su familia les tendieron la mano dándoles empleo en la veterinaria que manejaban. Eran tiempos difíciles, pero entre los tres se veían, además de tener a los Inuzuka y a los Uzumaki con ellos.

El papá de Naruto había sobrevivido más de lo que los doctores del hospital esperaban, su salud ya no era la de antes. Minato se desmoronaba pedazo a pedazo, cada día era una batalla ganada, pero un cuerpo tan enfermo no sobreviviría mucho más.

Pasó, falleció.

  El funeral fue el doble de triste cuando solo los Uchiha, Naruto y Jiraiya asistieron. Cada lágrima de Naruto contenía no solo el dolor de haber pedido a su padre, sino que el rechazo de todos los demás le hacía sentirse solo. Estaba con Sasuke, con sus hermanos, con su abuelo, aún con todo, simplemente estaba deprimido.

“Me iré a la ciudad” Le dijo el rubio.

Entró al bar, el olor a madera vieja le inundó las fosas nasales recordándole todas esas noches que el cantinero se había apiadado de ellos y los dejó beber aún con las quejas de los demás clientes. Miró a la barra, pero el viejo que atendía ya no estaba, se acercó y pidió un trago, seguramente el antiguo cantinero ya estaba muy viejo para seguir ahí.

-          ¿Qué le pasó a Ibiki? – preguntó Sasuke cuando el joven cantinero le sirvió

-          Mi hermano mayor se cansó de atender el lugar, dijo que ya no tenía energía para sacar a los borrachos

-          No sabía que Ibiki tenía un hermano

-          Soy Idate, me acabo de mudar aquí hace poco, vivía con mis padres antes de que me echaran – le comentó divertido

-          Idate, quiero preguntarte si no ha pasado por aquí un chico de mi edad, un poco más bajo, rubio con ojos azules

-          No, no creo, lo recordaría

Sasuke le contó un poco más a Idate sobre lo que estaba buscando y sobre Naruto, incluso le dejó su teléfono celular por si lo llegaban a ver en el bar. Era extraño que aún no supiera nada sobre Naruto e incluso llegó a pensar que no estaba allí, daría un par de días más antes de regresar a la ciudad y cambiar sus métodos, aunque no solo estaba ahí por Naruto, él también necesitaba ese recorrido.

-          Naruto no está aquí

Sasuke giró para ver quién era el que estaba hablándole, su ceño se frunció al ver que era Kiba sentado en una mesa tras él quien le respondía al tiempo que bebía directo de la botella de cerveza.

-          Si estuviera aquí, lo sabríamos

-          Tienes mucho valor para dirigirme la palabra

-          Y tú tienes mucho valor para mostrar tu cara aquí, Sasuke

El Uchiha se paró de la barra para ir donde Kiba, le hizo una seña a Idate para que también le diera una cerveza. No contempló el encontrarse con ese sujeto en su viaje, le tenía mucho coraje por haber dejado a su hermana embarazada por no aguantar la presión de una vida urbana, que no era una excusa válida.

-          ¿Cómo está ella? – le preguntó Kiba

-          ¿Qué te importa? Tú la dejaste, quiere decir que no te interesa

-          A ella le expliqué que no podía dejar a mi mamá y a mi hermana, ella lo entendió

En ese momento se le había olvidado Naruto por completo, la sangre le hervía de pensar en su hermana y en el producto que él insistía en no tener. Idate dejó la cerveza en la mesa, Sasuke le dio un largo sorbo, ahora tenía la oportunidad de restregarle en la cara al Inuzuka el poco hombre que era.

-          Mi mamá también piensa que soy un cobarde – se adelantó el muchacho antes de que Sasuke pudiera decirle nada – sé que piensas eso también

-          La palabra “cobarde” te queda corta

-          Ella es lo mejor que me pudo pasar, pero mi vida está en Konoha, no hay por qué regresar a la ciudad

-          Aún hoy, ella te defiende, imbécil

-          Ella es una persona hermosa, no le va a costar encontrar a un hombre que la haga feliz

-          No quiere a nadie más que a ti

-          ¿Por qué se atendría a mí? Nuestros lazos están rotos

Eso era el colmo, ver como ese sujeto estaba ahí, apacible y cómodo tomando su cerveza y metiéndose con mujeres mientras su hermana cuidaba de su embarazo como la joya más preciada del mundo. Sasuke sabía que Okami tendría al bebé solo por si Kiba regresaba, por si ese hombre idiota decidía buscarla de nuevo y tener por fin a su familia, aunque su hermana no lo dijera, lo seguía esperando.

-          Ella te sigue esperando, por tú maldito hijo

Los ojos de Kiba miraron a Sasuke como si no hubiese entendido lo que había dicho, incluso Idate guardó silencio para también enterarse de la noticia. Lo demás pasó muy rápido; Kiba se puso de pie para mirar con ojos frenéticos a su ex cuñado, con mucho coraje y hasta odio.

-          No juegues con eso

-          ¿Qué no juegue con eso? Dejaste a mi hermana embarazada, bastardo

Idate se aproximó a la portezuela para salir de la barra, su hermano le había dicho que cuando hubiese algún conflicto, se preparase para intervenir en la pelea. La mesa en donde estaban sentados terminó en el suelo y el castaño sosteniendo a Sasuke del cuello de la camisa. La mirada indiferente y llena de superioridad que su contrincante ostentaba, le llenaba de ira.

-          No juegues con eso, Uchiha

-          Créeme, idiota, me encantaría que esto fuera una broma

Sasuke empujó a Kiba, no valía la pena tratar de defenderse de lo que pudiera hacerle. Se acomodó la ropa y se disculpó con Idate para levantar la mesa que su compañero había botado al suelo. Ambos se miraron en un silencio bastante incómodo, solo fue roto por el sonido del celular de Sasuke, este lo contestó sin siquiera ver el identificador de llamadas.

-          ¿Qué? – contestó con cierta rudeza, el interlocutor había tenido que pagar por la ira hacia Kiba

-          Sasuke – le llamó Itachi del otro lado – necesito que regreses en este momento

-          No puedo, sabes que Naruto…

-          Okami entro en trabajo de parto

Un silencio más, Okami solo tenía seis meses de gestación.

-          Voy para allá

Los ojos de Sasuke regresaron a Kiba, el hombre frente a él no era ni el recuerdo de aquel muchacho del que se había enamorado su hermana. Se calmó, ya le había dicho suficiente a Kiba así que sin decirle ni una sola palabra más, se acercó a la barra para pagarle a Idate la cerveza que se había caído al suelo más la de Kiba.

-          ¿No me vas a decir nada más, Sasuke?

Antes de salir del establecimiento, Sasuke miró sobre su hombro, fue como mirar una fotografía antigua. Él y Kiba bebiendo juntos, después de que Naruto decidiera irse de Konoha, el azabache no encontró a nadie mejor para hablar que al que consideraba ya como a un hermano. Kiba podía ser bastante cabeza hueca, pero al mismo tiempo era el mejor para aclararle la cabeza, siempre ofrecía una opinión neutral.

“Creo que quiero ir con él” Le decía Sasuke.

“¿Qué hay de Itachi y Okami?”.

“Me preocupas más tú”.

“¿Yo?”.

“Mis hermanos y yo ya no tenemos nada que hacer aquí, creo que Hanna también está resintiendo las pérdidas en el negocio, nadie va sabiendo que nosotros estamos atendiendo allí. Konoha ya no tiene nada para nosotros”. Hizo una pausa para ver la reacción de su cuñado, como esperaba, el rostro del Inuzuka no se miraba demasiado convencido.  “No estás obligado a seguirnos, mi hermana puede entender”.

Silencio. Sasuke había querido sonar exactamente así, sonaba muy egoísta de su parte, pero Kiba era parte muy importante para ellos, en especial para Okami por obvias razones.

“No puedo dejarla sola” respondió Kiba para el alivio de Sasuke.

“¿Vendrás?”.

“Mi madre me mataría si no lo hiciera” sonrió mostrando los dientes, como si quisiera mostrar esa faceta de chico rudo, seguro de sí mismo. De alguna manera Sasuke sospechó que Kiba no estaba seguro de lo que estaba diciendo, aún con esa cara de pocos amigos, el Inuzuka era y es un hombre hogareño, chapado a la antigua, arraigado y acostumbrado a un lugar como el pueblo.

De haber sabido que haber obligado a Kiba a irse de Konoha fue uno de los más grandes errores que pudo haber cometido. Él había sido el causante de muchas de las desgracias que lo persiguieron tiempo después, volver a tener la visión actual del bar solo hizo que el corazón se le encogiera. No iba a decirle nada más a su ex cuñado, ahora estaba en sus manos tomar su decisión.

 

 

-_

 

 

Después de explicarle la situación a Jiraiya de una manera frenética y casi histérica, Sasuke partió de regreso a la ciudad. Por su mente pasaban todas esas cosas horribles que le había dicho a su hermana sobre deshacerse de su bebé, se creyó alguien demasiado importante como para tener el derecho de decidir sobre la vida de alguien tan importante como era el bebé no nacido de su hermana menor.

Durante todo el trayecto estuvo tentado a llamar a Naruto, él siempre sabía exactamente qué debía decir en esos momentos, su novio siempre fue mejor para manejar esa clase de situaciones tan complicadas.

Todo lo que había pasado el último año estaba pasando por su mente, comenzó desde que se mudaron a la ciudad, el primer día en su casa de ensueños nueva, él y Naruto durmieron juntos sobre una manta en el suelo de madera. Ese día había sido el mejor de todos, hicieron el amor hasta el amanecer y luego se quedaron dormidos hasta tarde.

El trabajo, las deudas, la inminente reinserción en la realidad y el acoplamiento en algo que no era lo suyo. Extrañaba despertarse por las mañanas con el olor a las pinturas de Naruto, pero en lugar de recordar estar feliz, recordaba despertarse con migrañas y gritándole a su pareja porque el olor de la pintura lo hacía querer vomitar.

Las noches donde se suponía que culminarían su amor diario, se volvían paulatinamente un refugio para las peleas sin sentido, para el descargue de energía del azabache, era su manera de reprocharle al rubio que era culpa de él que no siguiera en Konoha con su familia. “Familia” claro que sí, esa palabra tenía tantos significados que Sasuke había olvidado cuál era el real.

Su familia eran Naruto y sus hermanos, él mismo se había saboteado en la búsqueda de algo que jamás quiso encontrar. Ahora era su turno para derramar lágrimas, claro que cuidaba de que no le nublaran la vista mientras conducía, quería gritar a todo pulmón pidiendo perdón por la basura de persona que había sido.

Necesitaba estar bien, necesitaba sentirse seguro nuevamente, necesitaba a Naruto. En ese instante se dijo a si mismo que tal vez sería mejor dejar de buscar a Naruto por el bien de este mismo, seguramente el ojizarco sería capaz de encontrar a alguien mucho mejor que él, alguien quien lo valorara como él jamás podría.

Poco a poco se fue acercando a su destino, había demasiadas cosas en su cabeza que creía que en cualquier momento podría explotar. Su cuerpo se movió en piloto automático porque su cabeza estaba perdida en las nubes, cuando aparcó en el estacionamiento del hospital tuvo que tomarse un momento antes de salir al encuentro.

-          Al fin llegas

Apenas había entrado al edificio cuando fue abordado por Itachi, su hermano se miraba realmente mal, como si hubiese envejecido diez años en los dos días que Sasuke estuvo fuera.

-          ¿Qué pasó?

-          Ella empezó a sangrar, la traje aquí, el doctor dijo que había empezado trabajo de parto

-          ¿Qué pasó, Itachi? ¿Dónde está ella?

-          Dios – se frotó la cara – el bebé nació y ella está bien, pero el niño… es diminuto, Sasuke

-          ¿Es un niño?

A Itachi le tomó por sorpresa que Sasuke se interesara en eso, desde que Okami les había dicho que estaba esperando, él fue siempre el primero en despreciar al bebé, a decirle que lo perdiera, no se vería bien una mujer joven y soltera criando a un bebé.

-          Sí, es un niño

-          ¿Dónde está ella?

-          Sasuke, ella está sensible, los doctores no dejan de decirle que tal vez el niño no sobreviva. Te suplico que no la hagas enojar

-          Quiero verla, Itachi

El mayor asintió lento para llevarlo hasta el área de natalidad, pasaron junto a los cuneros, rápido, pero fue suficiente para que Sasuke se preguntara si su sobrino estaba allí. Estaba harto de ser la basura que era, quería llegar a ese cuarto de hospital y abrazar a su hermana tan fuerte que ambos llorarían de felicidad, se disculparía y le prometería que él mismo se haría cargo del bebé, porque ese pequeño viaje improvisado a Konoha le había pegado en la entrepierna tan fuerte que su cerebro se reseteó.

Llegando al pasillo indicado, Itachi le señaló la puerta en donde estaba su hermana con una seña, Sasuke creyó que le estaba dando algo de espacio pero en cuanto abrió la puerta, supo cuál era la razón de la cautela de su hermano mayor.

Ahí, parado junto a la cama donde reposaba su hermana, se encontraba Naruto, sus ojos azul brillante lo miraron. Sasuke sentía que el corazón se le subió a la garganta, cuando caminó dentro de la estancia, el ojizarco se aproximó a él.

Sasuke sentía que su corazón le iba a saltar en cualquier instante, era como volver a ver a Naruto por primera vez en años, verlo acercarse a él le llenaba de dicha, seguramente se abrazarían y olvidarían todo lo que había pasado para después regresar a la casa. Ya estaba saboreando los suaves labios de Naruto, cuando este simplemente pasó a su lado y salió de la estancia como si no hubiese visto a nadie.

-          ¿Sasuke? – le llamó Okami

El pelinegro regresó a la tierra, su hermana lo llamaba porque lo necesitaba y aunque le dolía en el alma, ignoró las ganas que tenía de salir corriendo tras Naruto, aún después de haber ido tan lejos solo buscándolo.

Se aproximó a la cama y miró a Okami, ella también parecía haber envejecido, incluso más que Itachi. Durante todo el embarazo había tenido un brillo hermoso que la hacía verse viva y encendida, pero la mujer que estaba en la cama tenía la piel pálida y el cabello despeinado, tenía los ojos hinchados por llorar e incluso en ese momento volvieron a llenársele los ojos de lágrimas.  

-          Creo que ganaste, hermano – sorbió por la nariz, no pudo evitar empezar a llorar de nuevo – mi hijo va a morir

Ahora era él mismo quien empezó a llorar, entendió que no todo debía de tratarse de él. Eso último que le había dicho su hermana lo destrozo completo, se arrepintió de absolutamente todo, se inclinó y abrazó a Okami quien titubeo antes de corresponder el gesto, era más que obvio que ambos lo necesitaban.

-          No va a morir, no lo voy a permitir – le susurró al oído – él va a estar bien… todos lo vamos a estar, mi amor

-_

 

 

Después de consolar a su hermana, buscó al doctor quien lo dejó ver al niño. Entró en los cuneros pero las enfermeras lo condujeron a un cuarto aparte. En una incubadora especial estaba su sobrino, a Sasuke se le quebró el alma al ver lo diminuto que era, estaba lleno de cables y un tuvo para ayudarle a respirar. el doctor le dijo que podía tocarlo, con cuidado y por medio de unas aberturas en la incubadora.

Lo hizo, tocar al niño le dio un sentimiento completamente nuevo y ajeno, era tan pequeño y a la vez tan real, ese pedacito de vida apenas consciente no sabía que estaba luchando para mantenerse con vida. Tan inocente, esa criatura solo era una victima más de las malas decisiones que tomó, empezó a llorar de nuevo pero el corazón se le encogió cuando el niño intentó apretar su dedo.

Cada lágrima que derramó le hizo estar más consciente de todo lo que le hizo a su familia, las cosas horribles que les hizo pasar, pero sobre todo, de lo mal que seguramente estaba Naruto al respecto. Salió de los cuneros y se quedó en el pasillo, se limpió la cara con la manga de la camisa tratando de tranquilizarse.

-          Escuché que fuiste a Konoha

La voz de Naruto si que lo tomó por sorpresa, se enderezó para encontrarse al rubio frente a él, su mirada seria le recordó al día que se fue, cuando en su último intento de mantenerlo allí le pidió matrimonio. Esos ojos que le apuntaban como pistolas listas para disparar, estaba feliz de que él decidiera hablarle por su propio pie, pero estaba consciente de que tal vez podría ser la última vez que hablasen.

-          Pensé que te encontraría allí

-          Me quedé en el antiguo departamento de Okami, necesitaba pensar

-          No pensé que de verdad te fueses a ir

Sasuke no lo miraba directo a la cara, se sentía muy miserable, como si no fuera digno de que Naruto lo viera a los ojos.

-          Tuve que hacerlo, me alegra haberlo hecho, Sasuke

-          Lo sé, no te merezco

-          Diablos – dijo con un tono bastante irritado – ¿Es que no aprendiste nada?

Ahora si que no sabía que responder, Sasuke alzó la cabeza para encontrar los ojos de Naruto, él también lloraba. El azabache creía haber aprendido la lección, que su error había sido maltratar a la persona que más lo amaba, pero entonces comprendió que Naruto iba mucho más allá que solo esas trivialidades. Sasuke se acercó lentamente y extendió los brazos, sería entendible no recibir respuesta pero increíblemente su ex pareja se acercó para fundirse en un abrazo.

-          No todo gira en torno a ti, Sasuke – le susurró Naruto – hay mucho más a tu alrededor

-          Lo sé – le contestó separándose – te amo, lo que pasó durante este año – suspiró – no puedo encontrar palabras para disculparme

-          No lo hagas, todo eso es parte de ti y de mi, ambos teníamos las soluciones a la mano

-          Naruto, está bien si no quieres volver conmigo, pero te juro que haré todo lo que pueda para que regreses a ser mío

-          Jamás dejé de ser tuyo – alzó su mano, con su dedo índice enjuagó una lágrima traviesa que se había escapado de los ojos de Sasuke

Sasuke titubeó, en ese punto no sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal con Naruto, pero afortunadamente este último tomó la iniciativa, tomó el rostro del moreno entre sus manos y la acercó a la suya. El beso llegó tan pronto que Sasuke tuvo que tomarse un momento para darse cuenta que lo que pasaba no era ninguna alucinación y que realmente estaba pasando.

Pasó tanto tiempo desde la última vez que había probado esos labios que sabían exactamente como la primera vez que los probó. La efusividad iba mermando de apoco, a final de cuentas ambos necesitaban respirar así que terminaron, se separaron con los rostros rojos como tomates, pero con el corazón lleno de alegría.

-          Esto no quiere decir que todo va a ser igual – se apresuró Naruto muy serio

-          No te preocupes, yo cambiaré y…

-          No, yo también voy a cambiar, porque las cosas salieron mal por culpa mía también

-          ¿Vas a regresar a la casa?

-          No, Sasuke, primero tenemos que sanarnos y después trabajar en nuestra relación, luego veremos si podemos volver a vivir juntos

 

 

-_

 

 

Los días pasaban, Sasuke estaba concentrado en su trabajo y en su hermana que ya habían dado de alta; su sobrino aún necesitaba estar en el hospital, tenía problemas para respirar por si mismo pero los doctores le habían dicho a los hermanos que el bebé podría valerse solo en un par de meses más, mientras tanto, ya podían cargarlo en brazos.

-          Es tan pequeño

-          Y si lo  tiras, te mato – sentenció Okami

El azabache tenía a su sobrino en brazos, aún era muy pequeño y seguía teniendo los tubos para ayudarle a respirar, pero estaba vivo, eso era bastante. Después de haber tenido esa charla con Naruto en el pasillo del hospital, ambos habían trabajado en su relación desde cero, salidas al cine y paseos por el parque, aunque Naruto todavía no lo dejó ir un poco más allá

-          Ya va a cumplir un mes, Okami ¿Ya pensaste en un nombre?

-          No – negó con la cabeza – sabes que soy mala con los nombres, no quiero que lo molestan en el colegio

-          Estás pensando muy a futuro – se tomó un momento para mirar al niño en sus brazos, cabello negro y piel blanca, afortunadamente tenía más de Uchiha que de Inuzuka

-          Así debe de ser, hermano mayor, este niño crecerá fuerte y sano, pronto todo esto será una anécdota que contaremos cada cumpleaños cuando nos pida que guardemos silencio porque sus amigos se aburren con nuestras historias

Los ojos de su hermana se llenaban de lágrimas por cada palabra que decía, él también, aunque no pasó mucho tiempo antes de que Itachi y Naruto también los acompañaran, obviamente cuando las enfermeras se dieron cuenta de la cantidad de personas que estaban con el bebé que obviamente necesitaba un ambiente más hermético, hizo que Sasuke y Naruto dejaran la estancia, aunque no lo vieron con malos ojos sino que aprovecharon para dar una vuelta, habían encontrado cierta belleza en los jardines del hospital.

-          Ella todavía no sabe cuál será el nombre del bebé

-          Tendrá que apurarse, no podemos inscribirlo al jardín de niños si no tiene un nombre

-          Eres igual a ella – rio – Naruto, estaba pensando en renunciar a mi trabajo

Eso si que era una sorpresa, Sasuke había sido promovido recientemente y Orochimaru estaba más que complacido con el rendimiento del que ahora consideraba su mejor empleado, la vida del azabache estaba componiéndose poco a poco; querer tirar todo ese trabajo a la basura no era propio de Sasuke Uchiha.

-          ¿Pero, qué dices? Te está yendo muy bien con Orochimaru

-          No se siente bien ¿Sabes? Estaba pensando en que tal vez podríamos abrir una escuela de arte

Sasuke estaba lleno de sorpresas ese día, él no tenía ni una sola pizca de talento o gusto artístico, pero sabía que a Naruto le encantaría poder hacer de su pasión un trabajo más estable. Niños, arte, pinturas, todo eso sonaba al paraíso para alguien como Naruto.

-          Unos amigos me llamaron, dijeron que estaban buscando un lugar donde quedarse mientras buscan un departamento en la ciudad, ellos me dieron la idea, todos podríamos trabajar en eso. Itachi dejaría ese trabajo de oficinista; Okami podría trabajar mientras cuida al bebé; yo ya no tendría que soportar las insinuaciones de Orochimaru y tú… tú harías lo que siempre quisiste hacer

Sonaba como el sueño de sus vidas, Naruto rio imaginando tal cosa pues Sasuke tenía mucha razón, todo era tal y como alguna vez lo soñó, no podría ser más perfecto.

-          Y cuando estés listo – continuó el Uchiha – iremos a tu joyería favorita y compraré los anillos de compromiso

-          ¿Qué dices?

-          No creerás que lo que te dije el otro día era mentira ¿No? Yo de verdad quiero casarme contigo

-          Sasuke…

 

 

-_

 

 

Un par de meses pasaron, Sasuke y Naruto se dieron a la tarea de buscar el lugar donde podrían fundar la escuela. Todos se sorprendieron, en especial Orochimaru que se lamentó y hasta le ofreció a Sasuke pagarle hasta el triple de su sueldo para que no se fuera, pero sus convicciones le pudieron más que el dinero. Finalmente lograron encontrar el lugar perfecto,  una vieja fábrica de sombreros que estaba en un muy buen precio.

-          Este lugar da miedo – comentó Naruto

Cuando les entregaron las llaves del lugar ambos fueron directos a ver lo que habían comprado, solo para evaluar todo lo que necesitaban hacer para que todo quedara como debía quedar.

-          Necesitaremos pintura, mucha pintura – siguió el rubio – nos tomará mucho tiempo antes de que esto deje de parecer la anterior casa de Fredy Kruger

-          Bien, solo falta una formalidad más

-          ¿Qué? No me digas que el tipo del deposito no lo quiso valer, porque entonces…

Antes de que Naruto terminara de decir nada, Sasuke que arrodilló ante su pareja, sacó una caja de su saco y al abrirlo, dos argollas brillantes resaltaron con la luz opaca del recinto. Naruto dibujó una sonrisa tonta, le alucinaba la imprudencia de Sasuke pero no de una mala manera, al contrario.

-          Pensé que íbamos a esperar

-          Te amo, anda, dime que si

-          Eres un idiota – rio – párate de una vez, sabes que si quiero casarme contigo

Sasuke no encontró más que reír con él se puso de pie y le colocó el anillo en el dedo, le pasó el brazo sobre los hombros a su pareja, estaban bien.

Notas finales:

No se olviden de comentar!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).