Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Remembranzas por Uruhasa_13

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Les traigo el segundo episodio, disfrutenlo mucho. 

Segundo recuerdo: su anhelo

 

Después de un buen baño y una llamada para reportarse enfermo a la oficina, Sasuke estuvo todo el día tratando de hacer que su casa se arreglara, aunque el sofá ya no tuvo arreglo; un par de clics en Amazon y el nuevo sofá llegaría en unas dos semanas a lo mucho. Se tomó el día para reflexionar sobre todas las cosas, incluso pensó en llamar a Naruto, pero desistió casi enseguida.

Para la mañana siguiente ya estaba en su oficina haciendo encargos que su jefe Orochimaru le había dejado con Kabuto (su asistente) así que mantenía su mente ocupada.

-          Escuche que ahora vives solo – dijo Ino llegando con un traje purpura ajustado

-          No sé cómo diantres te enteras de todo – le contestó sin despegar los ojos de la computadora

-          Estaba pensando que tal vez estarías interesado en salir esta noche y…

-          Tengo mucho trabajo

Fue muy tajante, estaba consciente de ello, quería que Ino se alejara pues ahora que ya no estaba Naruto, no le interesaba. También estaba esa parte que lo torturaba mentalmente diciéndole que dejara de seguir empeorando las cosas, él no estaba interesado en Ino, la había tomado para poder desaburrirse, salir de la rutina, jamás planeó que Naruto los viese.

-          Si quieres puedo hablar con Kabuto para que el señor Orochimaru te de una prorroga más larga para el informe

-          Escucha – le dijo recargándose en la silla y mirándola muy serio – Eres mi secretaria así que no puedo hacer nada al respecto, el señor Orochimaru te puso aquí porque seguramente se la habrás mamado a alguien importante – hizo una pausa para ver la expresión de enojo de la mujer – si te soy sincero, no eres la gran cosa, he cogido con mejores. Te agradecería que de ahora en adelante te limites a hacer tu trabajo y me permitas hacer el mío

La cara de Ino era un poema, su enojo era justificado, pero al mismo tiempo le deleitaba sentir su ira. Las mujeres como ella aparecían en todas partes, un prototipo de chica Barbie en busca de lujos acosta de su cuerpo, lo supo desde el momento en que leyó su currículo cuando Kabuto le avisó que tendría una secretaria nueva.

-          ¿Sigues aquí? – le dijo con la ceja levantada

Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas, tuvo la decencia de no derramar ninguna y salir de la oficina con la cara baja y un nudo en la garganta. Entonces se quedó solo de nuevo, volvió a poner atención en su computadora, quería que sus pensamientos fuesen solo para el informe que estaba redactando. Pero en el silencio de la oficina estaba solo lleno del sonido de las teclas y del aire acondicionado, incluso el sonido de su propia respiración le era prácticamente insoportable.

-          Maldición – se susurró él mismo

No quería pensar en que llegaría a una casa vacía, saber que Naruto ya no estaría más ahí para él era el peor castigo que pudiesen darle. Se volvió a recargar en la silla en busca de paz renovada para continuar con lo que estaba haciendo en la computadora, por primera vez en mucho tiempo, el ruido de la ciudad no era el suficiente.

-          Sasuke

La voz inconfundible de su jefe, el señor Orochimaru le sacudió las entrañas, le daba escalofríos cada vez que ese travesti raro iba a hacerle encargos personalmente. No era ningún secreto en la oficina que el jefe tenía una especial afición al azabache pueblerino, pero él mismo no quería aceptar lo obvio, Orochimaru le ponía los pelos de punta.

-          ¿Si? – preguntó lo más cordial que pudo, después de todo, era su jefe

-          El informe que debiste entregar ayer cuando te enfermaste ¿Ya está listo?

Él quería decirle que no, que dejara de molestarlo, pero si lo hacía lo echarían de patitas a la calle y necesitaba el empleo. Se acomodó en su silla listo para darle una buena excusa a su jefe, debía decirle que aún estaba redactándolo porque el día anterior no pudo ni moverse.

-Eso…

- No importa, sé que lo tendré en mi escritorio para la noche – se cruzó de brazos – Kabuto me dijo que tenías algunos problemas en casa

- Kabuto debería ocuparse de sus propios asuntos

Orochimaru no pudo dejar de reír, el comportamiento tan obstinado de Sasuke era una de las pequeñas cosas que más disfrutaba de su empleado. Era obvio que le volvía loco, pero también era obvio que no tendría oportunidad ni amenazando con correrlo, estaba bien, así era más divertido ante los ojos del jefe. Sin embargo, no podía permitir que uno de sus empleados más valiosos ante sus ojos de toda la empresa no fuese productivo por culpa de sus problemas personales.

Después de todo, él era la cabeza de una corporación demasiado importante como para eso, Sasuke había subido peldaños más rápido que cualquier otro obteniendo acenso tras acenso en tan solo los primeros seis meses de trabajo y para ese momento ya era alguien que si no bien era alguien indispensable, era muy valorado por Orochimaru.

-          No estás bien, a eso me refiero

-          Mis problemas personales no tienes porque interferir en mi trabajo, está bien, Señor Orochimaru, estaré bien

-          Es obvio que me ibas a decir eso, pero es igual de obvio que no vas a funcionar

-          Yo no…

-          ¿Estás leyendo lo que escribes?

Sasuke guardó silencio, miró su monitor para darse cuenta de que estaba teniendo muchos errores tanto de ortografía como de gramática. No podía entregar un informe tan mal hecho, entendió que su jefe estaba viendo más allá de ser solo su empleado; claro que podía deberse al bien de la propia empresa, si él no estaba bien, las cosas que estarían a su cargo no estarían bien, pero también estaba aquello de que el jefe tenía cierto favoritismo por él.

-          Perdón, lo corregiré antes

-          Olvídalo, deja que Kabuto se encargue de esto – hizo una pausa para intentar leer a su empleado – ¿Por qué no te tomas tus vacaciones?

-          Señor yo…

-          No tienes que agradecerme – dijo con cierto gozo, como para poder regodearse al respecto – tomate el tiempo que necesites

-          Señor, no quiero sonar mal agradecido, pero si hago lo que estoy pensando, puedo tardar más que un par de días

-          Por favor, no me hagas cambiar de opinión

Sasuke no le dio más vueltas al asunto, recogió sus cosas antes de que Orochimaru dijera una palabra más, él mismo no hubiese llegado a la conclusión de lo que debía hacer entonces. Fue solo cuando llegó al auto y tomó el volante que se dio cuenta de qué era lo que tenía que hacer.

Su mente se remontó de nueva cuenta a la escuela, unos días después de que llegase Naruto al colegio, los dos estaban sentados en sus pupitres esperando la hora que el ojizarco había decretado como su favorita desde su primer día en la escuela. Neji Hyuga apareció por la puerta para ir donde Hinata y charlar sobre algunas cosas que a ninguno de los dos les importaba.

“Si sigues siendo un acosador todos se darán cuenta” le dijo Sasuke conteniendo una risa.

“Tengo un plan, Sasuke” le contó emocionado.

“¿De verdad?” rio divertido, en ese momento no se esperaba nada de lo que pasaría después “Hinata es la clave, Neji siempre está con ella porque es su primo mayor, la cuida y esas mierdas”.

“No estarás pensando en eso ¿verdad, Naruto?”

El rubio solo se limitó a regalarle una sonrisa cómplice, Naruto le contó que estaba planeando seducir a Hinata, era una chica tímida e inocente, seguramente caería redondita. Entraría en el círculo de ellos, se acercaría a Neji usando a su prima. Era algo común en la ciudad, Naruto no era precisamente un santo y el Hyuga era tan atractivo como para usar una jugarreta así de sucia.

“Pueblo chico, infierno grande” le dijo Sasuke aún con tono de diversión “Es la única advertencia que puedo darte”.

“Espero que no salga de aquí”.

“Ya no estás en la ciudad, Naruto, piensa bien lo que estás a punto de hacer” volvió a advertirle, solo que esta vez había seriedad en su voz. Él mejor que nadie sabía que un paso en falso y entonces todo el pueblo sabría y hablarían al respecto; fotos de desnudos, videos sexuales, chismes sin fundamentos, todo eso se propagaba como la pólvora sin importar qué eran o cómo se habían obtenido.

Las personas siempre decían que los pueblos pequeños eran acogedores, pero la verdad era que no tenían ni idea de lo fastidioso que era. Si a una chica la violaban, el pueblo decía que era una puta; si un hombre despechado publicaba las fotos o videos íntimos con su ex pareja, todos lo admiraban por ser un héroe, sin mencionar que la chica era la que volvía a quedar como puta.

“Discreción es mi segundo nombre” le respondió Naruto muy seguro.

“A veces no depende de eso”.

Apretó el volante con las manos para poder reaccionar de nuevo a lo que estaba pasando en ese momento, salió del estacionamiento para volver a sentir que vagaba sin rumbo, ir a su propia casa solo sería el recordatorio inminente de que era un tonto y no habría nadie allí. Sin darse cuenta se dirigía hacia la casa de Itachi, el hermano mayor seguramente seguía en el trabajo, pero su hermana debía estar ahí.

Era una casa modesta, a Sasuke no le gustaba mucho ir porque la casa de su hermano le recordaba a su antigua casa en el pueblo. Una punzada de culpa arremetió contra su cuerpo, sus hermanos habían dejado sus vidas en el pueblo para que él pudiera estar bien, incluso el hecho de que el bebé de Okami se hubiera quedado sin padre era de cierta manera culpa suya.

Kiba, la ex pareja de su hermana, era un hombre de pueblo que no aguantó más que medio año fuera de este, regresó al pueblo incluso antes de que Okami supiera que estaba esperando.  Todo había pasado a raíz del principio del año anterior, cuando él mismo fue quien intentó mejorar la calidad de vida de sus seres queridos.

Entró a la casa usando su propia llave, escuchó que su hermana venía de la cocina. Ella solía vivir en un apartamento cerca del centro, pero una vez que se supo embarazada, Itachi le ofreció un lugar, así ahorrarían la renta ya que solo se quedaría con un solo sueldo.

-          ¿Sasuke? – dijo ella bastante desconcertada – pensé que eras Itachi, es raro que vengas y más a estas horas

-          Orochimaru me dejó salir, me dijo que no regresara hasta que estuviera bien

-          Ese viejo loco ¿Quieres que te haga algo de comer?

-          Quiero que te encargues de mi casa un par de días

Sasuke le dijo que se sentaran un momento, ella accedió ante un pedido tan inusual como ese, su hermano estaba actuando muy raro, más de lo normal.

-          ¿Qué dices?

-          Tengo que hacer un viaje

-          ¿A dónde vas? – le interrogó muy extrañada, seguramente Sasuke estaba tratando de hacer algo para olvidarse de su reciente problema

-          Voy de regreso a Konoha

-          ¿Qué?

Ahora si seguramente a su hermano se le había botado la canica, estaba loco si pretendía regresar al lugar donde lo habían despreciado y tanto sufrimiento le habían causado. Además, estaba temerosa de lo que pudiera suceder si él se encontraba con todas esas personas a las que algún día les juro que nunca más sabrían de él. No era propio del azabache tragarse su orgullo, no podía recordar una sola vez que el azabache lo hiciera, ni siquiera por Naruto.

-          Tengo que encontrar a Naruto

-          ¿Qué te hace pensar que él regresó? Esa gente le hizo mucho daño

-          Pero fui yo quien más daño le hice – suspiró, mostrando un rostro que Okami jamás había visto – su abuelo todavía vive ahí

-          Aun así, es el lugar donde murió su papá, sabes lo que Konoha significa para él

-          Lo sé muy bien

La trampa que Naruto le había tendido a Hinata Hyuga había resultado a la perfección, el rubio se sorprendió al saber que la muchacha de hecho gustaba de él. Sasuke había metido las manos por su nuevo amigo para persuadir a Neji de no asesinar al rubio por cortejar a su prima, le parecía divertido pensar que el chico estaba preocupado por Hinata cuando él era el objetivo real.

Sasuke se divertía, la familia Hyuga que siempre se jactaba de ser la más correcta, Hinata estaba perdidamente enamorada de Naruto mientras Neji poco a poco estaba cayendo en la trampa también. Sasuke se imaginaba que a Neji también le gustaban cosas peculiares, peores que solo chicos de su mismo sexo.

“¿Qué dices, Naruto?” le preguntó estando los dos solos en la azotea, tomando su almuerzo como ya solían hacerlo.

“Tiene fantasías sadomasoquistas”.

Sasuke soltó una carcajada, jamás se imaginó que el señor rectitud Neji Hyuga tenía gustos tan retorcidos. Naruto le dijo que aún no se habían atrevido a llevar acabo las peculiares ideas del ojiplata, pero aún así era bastante divertido escuchar a su compañero hablando sobre los vergonzosos secretos del Hyuga.

“Eso no es cualquier cosa”.

“Es un chico de tercero, aún así no ha tenido más acercamientos sexuales que su mano derecha y videos de mala calidad” rezongó “Ustedes sí que necesitan refrescarse un poco”.

No importaba cuantas veces le advirtiera tener cuidado, Naruto siempre estaba un paso más adelante con eso de su plan maestro para quedarse con Neji. El rubio era bastante inteligente, aunque no lo suficiente como para darse cuenta a tiempo de todo lo que estaba a punto de desatar.

“¿Qué harás con Hinata? Como tú lo dijiste, las chicas de pueblo están algo desesperadas y hasta la más santa de todas moja sus pantaletas” amaba poder tener a alguien con quien expresarse de esa manera sin ser regañado, después de todo, era un chico de preparatoria enojado con todo.

“No me gustan las vaginas, demasiado húmedas. Ni siquiera puedo tener una erección pensando en alguien más así, soy lo que se conoce como un pasivo”.

“¿Pasivo?”.

“Ustedes sí que logran sorprenderme. Pasivo, muerde almohadas, ya sabes” rio, a Sasuke no le hizo gracia “Me encanta por atrás”.

En ese momento no le encontró el chiste, Sasuke tragó gordo escuchando a alguien hablando tan abiertamente del tema, incluso haciendo bromas. Él había aprendido que eso era motivo de vergüenza, a nadie le gustaba ser llamado “marica” en las calles; entonces se presentaba este muchacho que era gay, lo sobrellevaba bien y además tenía el valor de bromear al respecto.

-          El pueblo es un mal trago para él, no creo que Naruto esté allí

-          Lo que a ti te da miedo es que me encuentre con Kiba – rezongó Sasuke

Los ojos temerosos de la muchacha fueron suficiente para que Sasuke no profundizara en el tema, solo bastó mirar cómo se acariciaba el vientre nerviosa, un tic que había desarrollado desde que supo que estaba embarazada.

-          Deberías esperar a que Itachi regrese para hablar sobre volver, tal vez podamos ir contigo

-          No, esto es algo que debo hacer solo

-          Nadie allá te recibirá, hasta nuestros padres se mudaron para no lidiar la vergüenza

-          No somos una vergüenza, que eso te quede bien claro – suspiró lastimosamente – nuestros padres podrán irse lejos y fingir que jamás tuvieron hijos, los del pueblo pueden seguir revolcándose en su mediocridad, no me importa

-          Y sin embargo vas a meterte de nuevo allí

-          Necesito encontrar a Naruto

Las situaciones en Konoha se habían quedado allí y todos ellos se habían prometido dejar esos asuntos ahí. Se habían descuidado todos ellos, pensaron que ya nunca tendrían que regresar al infierno.

-          Konoha es un lugar horrible, Sasuke, solo ha pasado un año desde que nos fuimos, las cosas aún están recientes

-          Voy a buscar al abuelo de Naruto, seguro él no me echará

-          Deberías llamar antes

 

 

-_

 

 

Se despidió de su hermana, quería irse antes de que Itachi llegara a casa pues las palabras del azabache mayor tenían más peso que las de su hermana. Sabía que no lo detendría, no después de la charla que tuvo con Okami, pero el verlo antes de irse podría hacerlo cambiar de opinión.

Necesitaría valor para lo que haría así que de regreso a casa compró unas cervezas y cigarrillos. Le había prometido a Naruto que dejaría de fumar, era lo único que si había cumplido hasta entonces. Ya en casa, empacó rápidamente las cosas necesarias para un par de días de viaje, Konoha estaba a unas tres horas de la ciudad, le parecía muy poco tiempo para pensar en lo que podría pasar cuando llegara.

Después de tener las maletas listas en el auto, volvió a entrar, partiría de noche, sentía que a esa hora sería más sencillo lidiar con todo. Antes de tomar la primera cerveza de la tarde, necesitaba hacer una llamada.

-          ¿Si? – contestó la voz al otro lado del teléfono, una voz rasposa y grave

-          Jiraiya, soy yo

Hubo un silencio breve.

-          ¿Sasuke?

-          Si, quería saber si Naruto regresó allá

-          No que yo sepa – suspiró pesado – ¿Por qué?

-          Me dijo que se iría de la casa, pensé que regresó contigo

Un silencio más.

-          Si regresó al pueblo, no vino a mi casa… pero supongo que esta no es la única pregunta que tienes para mi

-          Iré a tratar de buscarlo, pero no tengo en donde quedarme

Otro silencio se hizo venir, pero no era uno serio, Sasuke supo que obtendría lo que estaba buscando.

-          Puedes quedarte aquí, aunque no creo que quieras quedarte mucho tiempo

-          No sé cómo puedes seguir viviendo ahí, la ciudad es más cómoda

-          Soy muy viejo para irme, mi hijo está sepultado aquí

Tan solo volver a pensar en el día en que el padre de Naruto le faltó, sintió un retorcijón en el estómago, no era precisamente el mejor recuerdo de todos.

-          Saldré al anochecer

-          Estaré esperándote

 

 

-_

 

 

Una sola lata de cerveza fue la que se terminó, a final de cuentas no quería morir en la carretera, pero guardó el resto para cuando estuviera en Konoha. Las luces le permitían ver el camino hacia lo que durante un año había evitado, un eterno y terrible año; ya había conducido durante alrededor de dos horas y media, como lo supuso, el tiempo se le hizo extremadamente corto.

“Hinata quiere tener sexo” suspiró Naruto fastidiado “Hombre, ni poniéndole un pito de plástico a esa mujer hará que tenga una erección”.

“Eso ya es serio” protestó el azabache al ver que Naruto parecía tomárselo muy a la ligera “¿Qué hay de Neji?”

“Hinata está siempre en la biblioteca y los padres de ambos nunca están en casa, dejé que me atara, pero aun así le sigue costando trabajo, sin embargo Hinata está muy insistente”.

“¿No te has puesto a pensar en lo que podría pasar? Hinata podrá ser callada pero no sabes lo que pueda hacer”.

“Hinata es callada, pero de esas que solo son calladas en público” rio “Neji tiene esa pinta de machote, pero le da miedo siquiera mirarme desnudo” suspiró aun manteniendo su sonrisa en el rostro “Me encantaría que fuese al revés”.

Durante esos días, Naruto huía de las insinuaciones de su novia e intentaba que Neji hiciera algo, Sasuke sacudió la cabeza volviendo al camino. “Bienvenido a Konoha” escrito en el cartel de la entrada al pueblo hizo que todavía se alterara más de lo que ya lo estaba. Se maldijo a si mismo por no ser capaz de asimilar la idea de que había perdido a Naruto.

Recorrer las calles de Konoha le traía demasiados recuerdos agridulces, reconocer lugares, casas de amigos, tiendas, parques e incluso la escuela no podían ser más inoportunos. Tuvo un par de regresiones más, de cuando era solo un niño corriendo por las calles de la mano con su hermana, siendo seguidos por Itachi histérico por lo que le iban a decir sus papás si no cuidaba de sus hermanos menores.

Era tan difícil tener esos recuerdos bellos sobre un lugar que le causó tanto dolor, pero el golpe final fue cuando pasó por su antigua casa. Habría personas nuevas ocupando el inmueble, Sasuke tuvo que detenerse un momento para tragar amargo; por la ventana de la sala podía verse a una familia sentados juntos, dos hijos y los padres, pensó que en algún momento él y sus hermanos también fueron así.

Decidió seguir con su camino, estaba consciente de que si esas personas se daban cuenta que había un extraño afuera de su casa, tendría al alguacil sobre su cuello. Continuó, pasó por el cementerio reprimiendo las ganas de saltar la barda que estaba cerrada por la hora y visitar la tumba de su suegro, ex suegro.

Solo había pasado un año, pero mirar la casa del viejo Jiraiya le hizo notar lo vieja y descuidada que estaba, se preguntó si fue así siempre. Él y Jiraiya se conocían desde mucho antes de conocer a Naruto pues, todo pueblo tiene a su viejo cascarrabias, aunque conforme fue creciendo entendía que el señor era solo un viejo solitario con muy mala suerte.

El anciano se miraba todavía más demacrado, le esperaba recargado en el porche de la casa, como si hubiese estado ahí parado todo el día. Se acercó lentamente mientras él aparcaba el automóvil en el frente de terracería, tantos años y aún no había sido capaz de arreglar ese desperfecto.

-          ¡Sasuke!

-          Jiraiya

-          Me encantaría decir que es un placer que vengas a visitarme pero sé que no estás aquí para verme

Sentirse culpable era el peor sentimiento, la sonrisa triste de Jiraiya hacía que Sasuke quisiera reírse de puros nervios; en lugar de eso, se limitó a sonreír y asentir con la cabeza. Después de conocer a Naruto y frecuentar su casa empezó a tenerle un aprecio renovado al cascarrabias del pueblo, hasta podría decirse que en la familia Uzumaki encontró una especie de refugio.

-          Lamento venir así, viejo

-          Está bien – sonrió encantado, Sasuke se sintió la peor persona del mundo, ese hombre debía sentirse genuinamente solo – entremos, entremos

Tal y como lo recordaba, el interior de la casa de Jiraiya era mucho más acogedora por dentro, el hombre tenía una rara obsesión con las ranas así que todo estaba decorado con esos animales disecados, pinturas y hasta figuritas tontas en los estantes. Todo le traía demasiados buenos recuerdos, todo era tal como lo recordaba.

Su mente volaba más allá de solo un año, incluso recordó las veces que el viejo no les quiso regresar la pelota a él y a sus amigos cuando hubieron roto una ventana jugando béisbol. Era como si su cerebro intentara atiborrarle de buenos momentos para suplir los malos.

Aun así no dejó de verlo, viernes por la noche viendo televisión sentados en la sala de esa vieja casa, Jiraiya y Minato se habían dormido hacía un par de horas así que solo estaban los dos muchachos frente al televisor. Ambos estaban muy contentos de que el papá del rubio tuvo la decencia de contratar un servicio de cable cuando ambos llegaron al pueblo y aunque no lo dijera, el abuelo de Naruto también estaba feliz de poder tener esos canales “premium” que estaban “prohibidos” para los chicos.

“Quita eso” le reclamó Naruto a Sasuke, ambos habían decidido echarle un vistazo a esos canales que el abuelo valoraba tanto “Ya me aburrió”.

Sasuke también se había aburrido, aunque su cuerpo se sentía caliente, no por el porno o el bochorno del ambiente, sino que por su mente rondaba una fantasía extraña. Pensó que era una fantasía bastante infantil para alguien ya de su edad, mirarse a él y a su amigo desnudos sentados juntos, solo eso. La desnudez de Naruto le causaba mucha curiosidad (por no decir deseo), no había logrado reconocer los síntomas de lo que después se daría cuenta que era un enamoramiento.

“Bien, ¿Qué quieres ver?”.

“Lo que sea, solo quita eso, es aburrido”.

Poner sus manos sobre la piel tostada del forastero, le quitaba el aliento tan solo pensar en ello, esa atracción sexual hacia otro hombre no era nada nuevo, sino que lo nuevo era la intensidad y la frecuencia. Masturbarse durante un buen rato con fantasías variadas incluyendo a algunos compañeros de clase le era indiferente, era lo suficientemente sínico como para habérselos cogido de mil maneras en su mente la noche anterior y saludarlos como si nada la mañana después.

Pero Naruto era distinto, no quería tener una de sus fantasías porque sabía que no lo podría ver a la cara calmado como ya era costumbre. Tal vez se debía al hecho de saber que a su compañero también le gustaban los hombres, incluso hasta admitía estar un poco celoso de Neji.

“Este canal sale caro, pensé que habría buena programación” reclamó el ojizarco al aire.

“Mis papás gritarían si supieran que estábamos viendo ese canal, a ellos les aterra eso”.

“Sasuke, he querido hacerte una pregunta desde hace rato”.

“Pues hazla, idiota”.

“¿Eres virgen?”.

La pregunta le tomó completamente por sorpresa, jamás nadie se la había hecho con tanta naturalidad, o más bien, nadie se la había hecho. Se quedó callado porque de hecho la respuesta era “no” pero no estaba seguro de que fuese la respuesta correcta; las chicas caían a sus pies y era normal haber experimentado con una que otra en algún momento, claro que algunas eran bellísimas y sensuales, pero con las menos agraciadas solía pensar que estaba con algo que le gustara más, a veces chicos.

“¿Muy personal?” rio Naruto con cierta malicia en su voz.

“No lo soy” se apresuró “Es solo que no vale la pena mencionar a ninguna de las chicas”.

Naruto dejó el tema, se dio cuenta de que Sasuke estaba genuinamente incómodo hablando sobre eso, seguramente se debía a su educación, suposiciones de Naruto porque a Sasuke le daban igual las chicas con las que había estado, lo que no le daba igual era, por su puesto, Naruto.

El sonido de la lata de cerveza abriéndose puso a Sasuke de nuevo en la realidad, Jiraiya había servido algo de cacahuates y dulces salados. Estaban reunidos como viejos amigos, aunque le hubiera gustado que fuesen circunstancias distintas.

-          ¿Y bien?

-          Naruto se fue de casa, peleamos y dijo que no quería volver a verme, intenté hacer de cuenta que no importaba, pero solo duré un día haciéndolo – bebió de la lata

-          ¿Por qué piensas que regresó aquí y no vino a verme?

-          Porque sabría que vendría contigo, supongo que me conoce mejor de lo que me gustaría… me conoce tan bien que estoy seguro de que cuando regrese a la ciudad después de darme por vencido, se aparecerá en esta casa

-          Hablemos un poco más, Sasuke

 

Notas finales:

No se olviden de comentar c:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).