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La libertad de ser DISTINTO Goten x Trunks por LukeDB

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Notas del capitulo:

Bah, lo mismo

Hola, este capítulo es muy especial, uno de mis favoritos. Fue complicado escribirlo pero está listo. En realidad lo dividí en dos partes para facilitar la lectura, ya saben, sólo que esta vez los subo el mismo día por si quieren leerlos, son muy buenos, entre más lean se darán cuenta.

Me gusta que cada capítulo tenga un toque especial y este no será la excepción, espero les guste. Creo que equivale a dos semanas por la extensión, pero espero puedan leerlo y opinar al respecto.

Aquí dejo mi primer resumen de verdad

Goten y Trunks saben que sienten algo especial por el otro, aunque sus actitudes sean contrarias, ambos no podrán ocultar sus sentimientos. Cuando creen que su amistad debe llevar un rumbo una decisión de la madre de Trunks cambia todo, Goten tendrá que decidir que hacer para no alejarse de su amigo.

Tarde o temprano alguno de los dos tendrá que acelerar sus intenciones para hacerle saber al otro lo que siente, aunque esto se de en un momento inesperado para ambos

Capítulo 11: No puedes esconder lo que sientes por mí (parte 2)

Cada vez que estoy con él descubro nuevos sentimientos en mi interior, no sé si le guste realmente, pero me agrada imaginar que sí, ojalá un día pudiera llegar y decirle 'me gustas, ¿Quisieras ser mi novio?'. Sujetos a un amor, flotando en el cielo, riendo juntos.... 

-Goten, ya vámonos- salió de su desasosiego 

-Ya voy- 

Los muchachos se detuvieron en una estación que rentaba bicicletas a unas cuantas calles del colegio. 

-Trunks, ¿tú sabes conducir esto?- 

-Sí, ¿nunca has montado en bicicleta?- 

-No- 

-No es la gran cosa- 

-Mira esta, podríamos ir juntos- 

Los amigos de Goten tomaron bicicletas individuales, por su parte los jóvenes se subieron a una doble para que condujera Trunks, era bien sabido para ambos que no debían usar sus habilidades. 

-Trunks- habló el menor al montarse en el asiento trasero –Yo no tengo de dónde sujetarme- 

-No digas tonterías, puedes volar pero no mantener el equilibrio- el pelinegro realizó una mueca típica - No importa, se supone que te sujetes en … mí- 

-Está bien- titubeó el menor  

Esas cálidas manos abrazaron la breve cintura del encantador pelilila, el sol iluminaba el cabello jugando con los tonos brillantes. La reacción natural de ambos fue mirarse directamente por un instante, aunque enrojecidos, los dos obviaron la actitud del otro y observaron el paisaje pensativos. 

Las hermosas jacarandas comunes en Japón decoraban el ambiente con ese color morado que hacía recordar el cabello del orgulloso Saiayin. Las golondrinas cantaban en los parques, niños salían de sus hogares aprovechando el día soleado, un bedel tiraba su botella de agua mientras los perros se acercaban sedientos. 

Los chicos avanzaban a buen ritmo, Trunks pedaleaba sin esfuerzo y el menor observaba de un lado a otro maravillado. El aroma peculiar del pelilila incitó a Goten, tomó con fuerza al joven conductor y acercó su rostro a la espalda que bloqueaba su visión. Automáticamente Trunks tragó saliva y tembloroso continuó su camino; un intenso hormigueo arañó sus entrañas hasta que cedió la razón ante sus emociones 

"No llevamos prisa, no pasará nada si damos un par de vueltas" pensó Trunks 

Recorrieron un hermoso parque observando los densos árboles que tapaban el paso de la luz del sol. Un enorme estanque sobresalía en el centro, pasaron por encima de un puente de madera, Goten señalaba a los patos con una mano haciendo aspavientos sin soltarse del abdomen con la otra mano, provocando que el rostro de su amigo ardiera notablemente. 

Al salir de ahí cruzaron un gran arco de piedra y se incorporaron a un costado de la avenida contigua, los automóviles los dejaban atrás con gran facilidad. 

-Trunks, vamos más rápido- 

-No, detente- insistió el mayor 

El pelinegro levantó las cejas ante la expresión de su estimado y empezó a pedalear acelerando a un ritmo vertiginoso. Al final fue divertido para ambos recorrer la ciudad como en un cohete, esquivando automóviles, personas y objetos. El transporte estaba destartalado, no soportaba el movimiento de los pies del chico, el olor a quemado penetró la nariz de ambos quienes cual Saiayines ignoraron las señales hasta que una rueda salió disparada y la bicicleta se estrelló de frente con un camión de carga. 

-¡No puede ser, atropelle a personas inocentes!-un hombre bajó del vehículo ante el escándalo de la gente cercana –No están aquí, ¡Los debí de aplastar con las llantas!- gritó conmocionado 

-Eres un tonto Goten, te dije que no fueras rápido- descendieron flotando 

-Pero si tú manejabas, chocaste y se destruyó la bicicleta- reprochó el menor –Y ahora qué hacemos- 

-Tomé- Trunks le dio un billete al hombre boquiabierto -Llévese esto y entregue el dinero que se nos hace tarde- 

Los jóvenes se alejaron a gran velocidad ante la mirada de todos. 

-¿Qué estaban haciendo?- cuestionó Bill con una sonrisa burlona provocando el rubor en el pelilila 

-Hasta que llegan, creí que dejarían la bicicleta más adelante- cuestionó Mark 

-Es que nos atropellaron y se destruyó, así que decidimos caminar-  

-¿LOS ATROPELLARON?- hablaron los otros compinches 

Trunks golpeó al menor con un fuerte coscorrón lanzando una mirada severa 

-Ayyy … bueno sólo un poco- 

El pelilila le cerró la boca de golpe 

-jeje, ya saben cómo es, siempre inventa cosas- se le ocurrió desviar el tema -¿Ya hicieron cambio de turno?- 

-Es que no hay nadie más, se fue un hombre hace unos minutos sin decir nada- habló Bill 

-Se supone que aquí debería estar la gerente- dijo de mala gana 

Aproximadamente media hora después, cuando estaban uniformados y aburridos llegó la chica encargada 

-Ustedes deben ser los nuevos … y tú- se dirigió con molestia al ojiazul -¿No piensan trabajar?--Es que no sabemos que hacer- reveló Goten 

-Es sencillo- la mujer recorrió con la mirada a los tres principiantes - Así es guapo- observó al pelinegro. Trunks abrió sus ojos redondos y se interpuso entre ellos 

-Veo que se conocen – se enfrentó con la mirada al pelilila 

-Tú, el alto- se dirigió a Mark – ve a la dulcería -y tú piel pálida, revisa las entradas y encárgate de cualquier otra cosa, sólo déjale reservada la limpieza al príncipe- rio frente a Trunks 

-Claro- replicó Bill sin inmutarse 

-Y tú, lindo chico, entrega los tickets de entrada. ¿De acuerdo?- se dirigió al joven de cabello azabache 

-Sí- 

-Pésima idea- susurró el pelilila burlón 

-No me importa lo que tú digas, yo mando aquí … príncipe. Eres un príncipe que cayó en una cloaca- se alejó riendo a carcajadas 

-Son buenos amigos- dijo el pelirrojo 

-Príncipe … ¡Trunks! Tiene razón, pareces un príncipe- habló el menor 

-Vaya, que directo es Goten- susurró Bill a Mark 

-Goten, no...- exclamó el ojiazul avergonzado 

-Sí. Además en teoría lo eres ¿no?- 

-¿De qué se trata esto? Hablas de un príncipe azul por su aspecto- fingió sorpresa el pelirrojo 

-¡No!- gritó el pelilila alterado adivinando a qué se refería su amigo y avergonzado ante los demás 

-Claro que sí, ¿cómo se le llama a los hijos de los príncipes? Al final tu papá es un príncipe …- 

-¿Un príncipe?- dijo el moreno sorprendido -¿De qué lugar?- 

-¡De ninguno! Goten no sabe lo que dice- 

-Ya entiendo- levantó las cejas el pelirrojo y los miró con suspicacia –Goten, sabía que te gustaban los chicos … pero nunca me imaginé que te gustaran los mayores- 

El pelinegro no alcanzaba a comprender ese comentario mientras al mayor se le derretía la cara de vergüenza 

-¡Cállense! No saben nada- intentó hablar con soltura -Vámonos Goten- lo tomó de la mano y se metieron al almacén 

-Qué cosas depara la vida, a Goten le gusta tanto el hijo como el padre. Me imagino un trío- 

-No seas pervertido- dijo el moreno –Además … qué posición ocuparía Goten- 

-Bueno … yo sólo sé que el hijo debe obedecer al padre, Goten no sé- 

-Qué asco- rieron los dos 

 

-Goten … deja de ser un tonto que van a pensar mal de nosotros- 

-¿De nosotros?- 

-Sí- 

-¿Por qué?- 

-Ellos no deben saber nada de nuestro origen, ni de nuestros poderes- 

-Lo siento, se me olvidó, aunque no tiene nada de malo que crean que eres el hijo de un príncipe …- 

-Sí, ellos creen que … que … te gusta mi papá- balbuceó eso último 

-¿Qué me gusta?- trató de procesarlo –jajaja, ¿el señor Vegeta? No digas tonterías- 

-Ya sé, así que evita decir esas cosas- ordenó nervioso 

-Si lo conozco desde niño, estaría loco en pensar …- 

-¡Cállate!- gritó soportando las náuseas. -Vámonos- 

 

Goten soñaba a unos lindos animales que jugaban con él en el bosque cuando alguien le gritó en el oído 

-¡NIÑO! DESPIERTA- 

-ahh, si, ya hice mi tarea mamá- volvió a caer en su desasosiego 

-Heyyy- 

-Deme dos malteadas de chocolate …- abrió los ojos un poco y despertó sorprendido quitándose las lagañas 

-Llevas diez minutos sin atender a nadie- 

-Claaaaaro- dijo en un bostezo -¿Qué quiere?- 

-Que qué quiero malcriado, ¡Quiero ver la película!- habló el hombre gruñón 

-Pues entre a verla, no me moleste- 

-¿Entonces no pagamos por las entradas?- 

-Ahh, se me olvidaba- hizo una mueca 

-Dame tres entradas- 

-Tome- le dio una tercia de boletos 

-¡Esa ni siquiera es la película que quiero! Torpe- 

-Es que soy nuevo- rio -Tres entradas para la resurrección de Cooler. Serían diez dólares-  

-¿Diez dólares? Estás loco, es un robo- 

-¿Un robo? Mmm, yo también pienso lo mismo. Ya sé le cobraré la mitad- 

-Si les cobras la mitad ¡a nosotros también!- gritaron las personas formadas detrás 

-Me parece justo- 

-Cállense- gritó el hombre aprovechando el chantaje 

-Mejor cierre la boca usted, esa película es una estafa, le están viendo la cara de imbécil, debería ser gratis- 

-¿Gratis? Sí, el cine debería ser gratis- exclamó el pelinegro 

-Síi- hablaron unos detrás 

-Está bien. ¡Cine gratis para todos!- se sintió muy poderoso ante la multitud que coreaba el nombre del cine 

La mujer encargada salió de su oficina con el escándalo que causaban los enormes grupos de gente que entraban 

-¿Qué está pasando?- dijo extrañada 

-Hey, todos, en este cine es gratis la entrada- hablaba un chico flacucho 

-¿Qué estás haciendo?- le habló a Goten furiosa 

-Estoy dando las entradas como me dijiste- 

-¡No dije que las regalaras!- 

-Pero aquí dice 'precio sugerido'- 

-¡Eso es sugerido para la franquicia!- lo tomó del brazo llevándolo lejos –No sirves para eso, mejor ve a la dulcería, ahí no cobrarás nada, sólo encárgate de despachar los productos- 

De lejos el pelilila sonreía satisfecho del desastre causado por la mala decisión de la chica. 

 

Goten observó todos los dulces con sus ojos ilusionados. Había barras de chocolates, caramelo suave, gomas de mascar, paletas, barras coloradas, bolitas rellenas de fresa y un sinfín de posibilidades. Para rematar atrás de él tenía un estante cubierto de nachos y una máquina con palomitas de caramelo, mantequilla etc. Después de un rato que nadie lo miró, se concentró en la variedad de alimentos que podían alegrar su paladar. 

"Cuántos dulces hay … y yo aquí viendo. No creo que sean tan envidiosos para no invitarme, el camión siempre surte más. Tal vez si me como uno no se den cuenta, al fin yo no soy cliente, no necesito pagar por ellos. Debo de decidir bien cual …" 

Un minuto después el mostrador se encontraba vacío, la cara y ropa delataba su travesura. Metió la cabeza a la máquina de palomitas y abrió la boca para recibir los granos que explotaban en el aire, luego aspiró todo de una vez tragando todo sin masticar. 

La gerente salió al baño y cómo su oficina estaba junto a Goten abrió la puerta y se encontró con una escena perturbadora. El pelinegro succionaba el dispositivo despachador de queso, no quedaba ni rastro de lo que alguna vez hubo ahí. 

-¿¿¿QUÉ HICISTE???- gritó tan fuerte que estremeció el lugar llamando la atención de los otros trabajadores. Los compinches se miraron atónitos sin creer lo que acababa de hacer su amigo, en cambio Trunks reía entre dientes. 

Goten reaccionó viendo lo que había causado, se sintió culpable, había metido la pata como pocas veces, no pudo evitar decir otra cosa más que: 

-Puta madre- dijo a los mil vientos 

-¿G-g-goten?- habló Mark. Los otros tres chicos incluido el pelilila lo miraron sorprendidos de lo que acababa de decir, jamás imaginaron que ese tierno niño usara ese fino vocabulario. Al darse cuenta del posible error el pelinegro se tapó la boca y susurró 

-Lo pensé … o lo dije- 

-Lo dijiste- respondió el pelirrojo abriendo bien sus ojos 

-Ven-la chica lo tomó de la oreja y se dejó arrastrar el muchacho 

-¡Es imposible! Nunca pensé decir esto pero ¡estas despedido!, y vas a tener que pagar por lo que hiciste, ¿entendiste?- 

"No puede ser, lo arruiné todo. Ahora no voy a poder estar con Trunks, era mi única oportunidad, por qué no puedo hacer nada bien, todo por unos dulces … mmm, estaban deliciosos" se reprendió a sí mismo un poco después "ahora que voy a hacer lejos de él" empezó a sollozar cubriéndose el rostro con las manos sentado frente al escritorio 

Trunks como buen chismoso escuchó todo y entró al lugar decidido 

-Goten no va a ningún lado- su figura sobresalió con la luz en su espalda 

-Tú no te metas- 

-Todo esto sucedió por tu culpa, tú no me hiciste caso, no capacitaste a nadie, no sabes nada, eres inepta para este trabajo- desquitó su malestar 

-No te atrevas a hablarme, si no quieres que …- 

-Despídeme si quieres … o si puedes- rio –yo no me voy sin Goten y no lo dejaré solo- 

"Trunks" suspiró el menor sorprendido, cualquiera fuese el motivo sacó el pecho a las balas para defenderlo injustificadamente. 

-No eres nadie …- la mujer se puso pálida de ver al supervisor a través del ventanal y salió corriendo 

-Puedo explicarlo …- 

-¿Explicarlo? ¡Es un desastre este lugar!- habló un hombre de mediana edad con bigote largo y bastante obeso 

-¡Es su culpa! Son unos inútiles- 

-Tú eres la gerente, debes hacer algo para que este lugar no se caiga a pedazos, pero no, sólo duermes en la oficina mientras otros trabajan- mencionó Trunks 

-¿Es eso cierto?- cuestionó el señor abriendo sus ojos que parecían cerrados por las bolsas debajo de sus párpados 

-¡No!- 

-Claro que sí. Mire los estados financieros si no me cree, desde antes de que llegáramos todo está en rojo, no soy un tonto, no engañas a nadie- remató el ojiazul 

-Pero yo no …- 

-No veo fallas en su lógica, todo apunta a que no sirves para este trabajo. Vete- fue contundente el supervisor 

La chica se vio rodeada por todos sin escapatoria 

-Púdranse- fue por sus cosas y se alejó a regañadientes 

-Por lo que veo eres un chico listo. ¿Quieres ser el nuevo gerente?- los sorprendió el hombre 

"De todas formas no puedo salir de este lugar" 

-Bueno … está bien- dijo orgulloso el pelilila 

Goten aplaudió como si lo hubiesen nombrado rey del mundo. Después de mentir respecto a lo que había sucedido, el supervisor se fue y todo estuvo más tranquilo. 

-Trunks- lo detuvo del hombro mirándolo a los ojos -¿Por qué hiciste esto por mí? Te lo agradezco- 

-No, gracias a ti por acompañarme en este lugar todo es mejor- se enrojecieron sus mejillas -Además, somos amigos, para eso estamos- 

-Ehmmm- exclamó el pelirrojo -¿Ahora cómo vamos a trabajar?- interrumpió sus miradas y los chicos giraron a direcciones opuestas 

-Bill, tú hazte cargo de la dulcería, Mark, tú ve a la taquilla y Goten … sé que somos amigos, pero … creo que sería mejor que te encargaras de limpiar- habló el ojiazul 

-Vaya, suena como todo un líder- dijo el moreno 

-Está bien- cualquier cosa que le indicara su amigo lo hacía feliz 

-No es tan desagradable como parece … puedo ayudarte con los baños, pero el último cubo de hombres está prohibido- dijo nervioso -¿escuchaste Goten?- 

-Sí- asintió el menor y su amigo suspiró aliviado 

-Limpia las salas de cine y todo lo que veas- 

-Genial, así podré comer las sobras sin que me regañen- sonrió 

-Qué asco- exclamó Bill haciendo un gesto de desprecio 

-Goten, no sabía que dijeras esas cosas- sonrió Mark 

-¿Qué?- se tapó la boca al recordar 

El ojiazul también lo miró con sus ojos bien abiertos 

-¿Puta madre? cuándo aprendiste eso … y desde cuando lo piensas- dijo Trunks 

-Estuvo de puta madre, la reconcha de la lora- rio el pelirrojo 

-No me molesten - habló avergonzado Goten mirando el suelo 

"¿Inocente?" Pensó Trunks y lo miró atontándose "Por supuesto, una mala palabra no hace daño … creo" 

... 

Los días pasaban y ambos sabían que cada día les atraía más el otro. No faltó un momento en el que sus rostros enrojecieran, sintieran una leve caricia que interpretaran como un cariño y se encontraran en sus miradas tímidas. Parecía ser otro día sin novedad en la relación de estos jóvenes. Trunks ayudaba a actualizar el inventario acomodando varios productos. Goten observó de lejos mientras fingía hacer algo, vio cómo al agacharse el pelilila su camisa se levantó un poco dejando ver la espalda baja de su mejor amigo. Por extraño que le pareciera, le hipnotizaba ver su piel, esa figura era tan atractiva, demasiado sensual para mantenerse lejos. 

-Q-quieres que te ayude- susurró en su oído acercándose demasiado por detrás.  

El mayor sucumbió con esas palabras, tomado por sorpresa cual vil susurrante de almas le estremeció por completo. Perdiendo el control de su cuerpo dejó caer la parte delantera de su torso sobre el mostrador hasta que sus manos se aferraron a los bordes. Era una posición tan comprometedora que no pasó desapercibida para los ojos verdes del pelirrojo que observaba a un costado. Trunks a cuarenta y cinco grados mientras se mantenían unidas sus piernas y sus caderas. 

-Que dices- insistió el menor 

-ahh- lo alejó un poco el mayor carraspeando. Nadie ignoró el tono de su cara  

-Un p-poco más lejos … me p-pones n-nervioso- masculló 

-¿nervioso?- cuestionó extrañado Goten 

-sí- respondió muerto de vergüenza -no quiero que me descubran …- volvió a cometer otra torpeza 

-¿Qué te descubran?- el menor no creía que eso fuera una declaración de intenciones 

"Estúpido" se maldijo Trunks 

-Que descubran un secreto …- dijo en pánico intentando corregir 

-¿Y yo puedo saber ese secreto?- cuestionó el menor girando su cabeza 

El pelilila aterrado se quedó inmóvil sin responder 

-Vamos Trunks- habló el pelirrojo que se miraba las uñas expectante –Seguramente es un gran secreto, sería lo peor que te descubrieran, cierto- insinuó al ver su rostro desorientado 

-N-no- respiró agitado –h-he tenido peores- se le ocurrió de la nada 

-¿Peores?- cuestionó Goten 

-C-cuando me descubrió mi mamá- buscó controlar la situación 

-Cuando fumaste-  

-A parte de eso- se recriminó hablar de más pero no podía evitar sentirse acorralado 

-¿Cómo fue?- 

-Y-yo- empezó a levantar la voz –Estaba en … la computadora y … y …- era incapaz de inventar algo y balbuceó sin sentido 

-Ya sé - arqueó las cejas Bill –eres un pajillero, te descubrió haciéndote una paja- empezó a mover su mano de arriba a abajo en el aire causando que Trunks se fuera de espaldas hasta que lo sujetó Goten 

-No entiendo- dijo el pelinegro escuchando la risa del pelirrojo 

-Tengo cosas que hacer- huyó Trunks a la oficina para encerrarse 

El pelirrojo no desaprovechó la oportunidad y como sabía que él podía verlo desde la ventana rodeó su puesto y continuó haciendo esa detestable simulación con las manos. El ojiazul impávido se limitó a levantar su dedo medio de la mano derecha mostrándole su enfado y cerró las persianas tembloroso. 

-¿Tú sabes a qué se refería?- 

-Mejor pregúntale a él- concluyó que sería divertido que viera su reacción 

-Oye Goten- le habló alejándose un poco y lo miró de forma picarona- Si no te conociera creería que te quieres tirar al gerente … con tal de que te suba el sueldo- 

-¿Tirar?- 

-Follar, garchar, coger … ya sabes. Esa escena se vio muy pornográfica - esbozó una sonrisa 

-¿Pornográfica? Eso con qué se come- levantó las cejas el menor 

-Luego averiguaras con que se come- 

-…- estuvo pensativo el menor 

Más tarde Trunks se encontraba junto a Goten limpiando unas mesas después de superar su trauma a medias. Le encantaba acompañar a su amigo cada vez que podía, ese cosquilleo en sus entrañas era adictivo o probablemente la adicción se la causaba el pelinegro. En un descuido Goten colocó su mano encima de la de su amigo y notó su rostro arder. Ambos se miraron a los ojos sin remordimiento 

¿Por qué me mira así? No sé qué tiene … pero su conducta es muy extraña, jamás sentí esto cuando me veía antes, es como si descargara su energía en mi desde esa distancia … se siente ¿bien?, acaso es alguna señal de que yo … le guste, suspiró emocionado el pelinegro y sonrió de oreja a oreja provocando que se saliera un hilillo de saliva de la boca de su amigo. 

-Es verdad que trabajan aquí- habló una chica rubia –Voy llegando y los encuentro tomados de la mano- rio  

"Mierda" tragó saliva el pelilila y perdió la fuerza en su cuerpo. Sabía que si continuaba ahí todo saldría mal y salió disparado al baño con unas incontenibles  ganas de orinar y sobre todo esconderse 

-¿Ya son novios?- habló la chica con el menor 

-No- dijo con embarazo –Aún no sé si le gusto- dijo tímido tomándose las manos y bailando un poco 

-¿Qué?- exclamó la rubia "Ese Trunks es un idiota" suspiró -Goten … necesito un poco más de tu parte … por qué no intentas hacer esto- le dio un beso en la mejilla 

-Fíjate cómo lo toma. Bien, en un rato nos vemos- caminó hacia los baños 

"UN BESO" abrió los ojos el pelinegro "¿Funcionará?" Se tomó la cabeza con las manos "Espero que no se vaya a molestar " se quedó absorto en sus pensamientos 

Trunks acababa de terminar de orinar cuando escuchó la puerta abrirse de golpe y observó aterrado a la persona que entró. 

-Q-q-q-q- balbuceó  

-¿Te comió la lengua el ratón?- 

-¡Es el baño de hombres!- exclamó sin mucha energía sintiendo que se le iba el aire 

-Cariño, no me di cuenta, disculpa, sólo seguí a un chico que corrió cuando me vio 

-Ahhh- se giró el pelilila sudoroso evitando su mirada 

-No puedes esconder eso que sientes … acércate a él y dale un beso- aproximó su boca a la misma mejilla que minutos antes había tocado al pelinegro.  

-No temas … y luego se lo das en la boca, esfuérzate- el pelilila se desvaneció y cayó sentado de golpe ante las risas de Lesslie 

-No seas tonto … o crees que Goten te va a esperar tanto - salió finalmente guiñándole un ojo 

"Mátenme" se dejó caer semiinconsciente en el suelo. Respondió hasta que un adulto entró por fin al baño, lo encontró como un muerto en el piso y salió temeroso. 

Besarlo … sin duda me vio de nuevo con él, es increíble que no pueda contener un poco lo que siento … 'No seas tonto … o crees que Goten te va a esperar' que quiere decir con esperar …  ¡Claro! Él no espera esto de mí. Intenta decirme que soy un estúpido y que estoy a punto de besarlo. Pero cómo hago para ser su amigo de siempre sin realizar cosas raras, se mojó la cabeza y golpeó un poco su rostro para hacerse reaccionar. 

En el iniciar de la noche justo antes de cerrar turno Trunks observaba a Goten impaciente. Le daba vueltas al asunto, incapaz de tranquilizar sus pensamientos, en cualquier caso, creía que estaba perdiendo a Goten por tener un caprichoso corazón. Triste de su situación salió del lugar y subió justo arriba del letrero justo en la entrada, ocupaba un espacio como un balcón sin salida escondido de la vista de los escasos transeúntes. Estaba a punto de llorar cuando sintió una presencia acercarse. 

-Trunks, ¿Qué haces aquí?-  

-Estoy cansado- mintió intentando una vez más conservar la calma 

-¿Por qué tienes esa cara? Hicimos algo malo- exclamó preocupado el menor 

-No es nada- miró el cielo mientras movía los dedos de las manos nervioso 

-Creo que no dices la verdad- 

-Es que ... es complicado Goten- 

-Para eso estamos los amigos … para que cuentes lo que te sucede- 

-Si supieras- se limitó a decir y no volvió a hablar 

Goten se preocupó por la expresión tan decaída de su amigo e intentó animarlo tomándolo del cuello con su brazo. Luego miró el cielo con él y comenzó a contar las estrellas que veía en voz alta sin fin aparente. 

-Trunks, no crees que es un gran día, el cielo es hermoso-  señaló pestañeando 

-Ahh, sí que lo es- dijo desganado el mayor 

"Bueno, debo intentarlo" pensó Goten 

-Es un lindo día … es como en esas películas que anuncian a menudo, un excelente lugar y una gran vista … para estar enamorado- se le escapó lo último 

"Enamorado" se le hizo un nudo en la garganta a Trunks. Miró la sonrisa del menor y sus ojos clavados en el horizonte; se sintió el culpable de que su amigo no alcanzara esos sentimientos, al final él no le había permitido que se acercara a muchos chicos, quizás pasaba demasiado tiempo con él y para colmo le gustaba 

-Puede ser … hay muchos días así. Quizás necesites estar con un chico que te guste, alguien de quien te puedas enamorar, no estar aquí con un amigo como yo- dijo esto dolido 

-No tontito … hablo de ti- dijo sin escatimar ruborizándose por completo, ante el silencio de su amigo minimizó sus palabras –quiero decir que disfruto tu compañía- habló algo nervioso sin saber que pensaba él. 

-¿Yo? ¿Mi compañía es agradable?- el pelilila no estaba muy coherente y no le cruzaba por su cabeza la palabra 'enamorado'. 

-Goten- suspiró -Estar conmigo no es agradable, últimamente me han pasado muchas cosas, hay algo que siento y no puedo decir, es inútil pensar que todos me ven normal, porque sé que no es así, es incomprensible para cualquier otra persona, nadie conoce mi situación- descargó parte de sus emocione acumuladas 

Habla de mí ¿o me equivoco? No puede ser coincidencia. Tantas veces que actuó extraño 'así quédate si quieres, así me gustas' su rostro ardiendo … quizá no sea un sueño, pero tengo miedo

-Y tú cómo sabes que yo no … siento lo mismo- habló con suficiencia 

-¿Qué? Claro que no, tú no pasas por esta angustia- dijo convencido. 

El pelinegro se percató que el mayor estaba distraído en la nada y juntó sus labios con su mejilla dándole un tierno beso. Cada emoción que despertaba, cada momento se acumulaba en ese gesto que los estremeció como un choque eléctrico a ambos haciendo que sus corazones palpitaran. 

Trunks miró incrédulo al menor ¿Qué rayos era eso? se preguntó impaciente, su rostro ardió y sus pensamientos entraron en un tormentoso conflicto 

-¿P-por que l-lo hiciste?- balbuceó temeroso 

-Trunks- respondió el menor aterrado, un pinchazo en su corazón removió sus emociones, se sentía fatal, pero antes de irse a lamentar a otro lado debía disculparse 

-¡Es algo de amigos! Lo siento- susurró deprimido 

Es algo de amigos … y yo fastidiándolo, va a creer que soy un raro, que no soporto llevar esta amistad con tranquilidad ... sólo amigos

Antes de que el pelinegro se tapara el rostro con sus manos, los cálidos labios de su amigo se posaron en su mejilla volviéndolo loco. Lo tenía sujeto de la cabeza y no lo liberaba, no era algo romántico, sino muy cariñoso, como cuando su mamá lo besaba en la frente. 

"Goten … eres un pilar en mi vida, no quiero que esto se acabe por mi culpa. Tu cara es maravillosa, no sé el porqué de no hacerlo antes" suspiró a centímetros del menor y separó sus labios con delicadeza hasta que sonó 'smuack'.  

El pelinegro miraba sus pies conmocionado, pensaba que  estaba molesto, pero le regresó el gesto más poderoso y más tierno.  Era posible que le gustara a su amigo y este lo estuviese ocultando, que todos sus sueños fuesen reales, no podía unir todos los puntos, sin embargo quería creer que así era, no podía pensar en otra opción al sentir el calor que le abrazaba cuando su estimado lo sorprendía con esa clase de gestos casi categóricos casi espeluznantes. 

-Gracias por ser mi amigo, te quiero. Lamento si te he ofendido con algo que dije- se sinceró el pelilila 

"Me quiere … yo lo amo ... será posible …" 

-Ya vamos a cerrar que tengo sueño- habló el mayor más aliviado deteniendo los pensamientos del otro 

-De acuerdo- dijo dudoso el azabache sin saber qué hacer en ese momento. 

Cuando ambos entraron los otros ya los esperaban listos para dejar el lugar. Goten estaba muy emocionado al ver a su amado, lo acababa de besar de alguna forma y eso era muy estimulante para sus sentidos, quería hacerle saber que lo apreciaba, que notara lo que sentía por él y no lo olvidara como supuestamente ocurrió en el pasado. 

De pronto lo abrazó con firmeza y le besó la mejilla apasionadamente ante la mirada de los muchachos. Trunks sintió su rostro arder, no soportaba esos cariños bien intencionados de su amigo a su entender. Sin embargo, por primera vez en lugar de reprenderlo al sentir la vergüenza de ser observado, se limitó a hablar tranquilo 

-Apúrate en tus cosas para que nos vayamos- el menor le respondió con una sonrisa perdida 

... 

Cada nuevo día era insostenible para el pelinegro, quería declarar su amor, continuamente besaba fraternamente a su amigo como el que no quería y rara vez le contestaba el pelilila, pero cuando lo hacía, le regresaba los besos cuando no podía contenerse y le provocaba fuertes estremecimientos. Por momentos parecía distante y en otros casi estaba seguro que sentía lo mismo por él. No le importaba reconocer que había saciado sus emociones inconclusas un par de noches en su cama, pensando fogosamente en los labios del hermoso ojiazul.  

Un lunes los chicos esperaban aburridos a que volara una mosca en el tragaluz. El ambiente estaba más muerto que el semestre de Goten y todos esperaban la hora para salir del trabajo. Los jóvenes susceptibles a la seducción del otro jugaban tictac toe una y otra vez 

-Trunks, estoy aburrido- 

-Yo igual- 

-Ya sé- se le prendió el foco a Goten -¿por qué no vemos una película como antes?- 

-¿Y quién se supone que se encargue?- 

-No vendrá nadie- habló el moreno desde la taquilla aledaña -Si sucede algo les avisamos - 

-De acuerdo- aceptó feliz el pelilila –Veamos …- 

-Esta- señaló la cartelera emocionado el menor 

-¿Estás seguro?- 

-No te gusta- dijo decepcionado 

-Como tú quieras- 

"Una película romántica … que mosco le picó, seguramente está pensando en algún chico del colegio" intentó apartar esa idea de su cabeza 

Como no podían faltar, Trunks compró un montón de dulces y palomitas para acompañar el preámbulo de la película, porque no duraban más. El joven de cabello azabache estaba embelesado con la expresión del ojiazul. Recorrió cada centímetro de su rostro y avanzó a unos lugares en el centro de la sala.  

No había pasado ni un minuto de iniciada la película cuando el menor se recostó en el pecho de su amigo. Al creer que era un juego del pelinegro lo regresó a su posición original con rudeza, Goten molesto, frunció el ceño y se decidió a observar la película con sus ojos cristalinos. Fue entonces cuando Trunks se percató que hizo algo mal e intentando compensarlo él mismo se recostó en el pecho de su amigo causándole un rubor descontrolado. 

Increíblemente ninguno de los dos hablaba, a diferencia de otras películas. Goten lo miraba constantemente de reojo, no había forma de no estar anonadado. Comenzó con un suave recorrido por su cabello lila y luego acarició delicadamente su rostro. 

Trunks se sentía como en un sueño ya vivido, esos que quería evitar, un cosquilleo le impedía pensar, sólo podía seguir sintiendo los suaves dedos de su amigo a través de su frente. Todo esto corrompía sus débiles intentos por disimular. Justo cerca del final la luz se apagó cortando la cinta. Se encendieron las luces de emergencia iluminando el lugar con un tenue color rojo que permitía distinguir pocas cosas. 

El mayor se levantó para averiguar lo que sucedía cuando se estremeció al sentir a su amigo abalanzarse sobre él. Voló con ese peso que se sujetaba de su cinturón hasta que llegó al final del pasillo 

-¿Qué te sucede?- exclamó el pelilila 

-Me da miedo la oscuridad- 

-No digas tonterías, eres un Saiayin- 

-Tienes razón- sonrió el pelinegro y elevó su energía hasta que apareció un resplandor amarillo que iluminó el lugar 

-Así está mejor- 

Trunks miró estupefacto a su compañero, era guapísimo en ese estado, era verdad que pensó lo mismo desde que eran niños y lo vio así por primera vez, aun cuando no creía tener sentimientos hacia él. Era imposible resistirse, tan solo una mirada, un beso sería fatal, pero ¿valdría la pena? 

El pelinegro interpretó la mirada estúpida de su amigo 

-Lo siento, no deben vernos transformados- regresó a su estado original e hizo despertar de su desasosiego al mayor. Al sentir la pesada atmósfera se refugió en el cuerpo de su amigo rodeándolo con sus brazos. 

-Suéltame Goten- habló sumamente nervioso –me … haces cosquillas- se excusó 

-Es que tengo miedo … mejor te hago cosquillas- empezó a atacar al mayor, quien se alegró mucho y le siguió el juego ambos deslizando sus manos en las costillas del otro. En un momento Trunks cayó de sentón en las escaleras de los pasillos y miró a Goten frente a él arrodillado con un gesto poco claro. 

-Sabes, no importa, yo ya sabía cuál era la siguiente parte de la película- exclamó el menor orgulloso 

"El beso … el más lindo beso que una pareja se puede dar" suspiró  

"¿Sexo? … no seas pervertido Goten … tú pensabas que …" reflexionó nervioso por su parte Trunks 

El menor siguió el juego emocionado, tocó el costado del mayor y luego bajó un poco los brazos hasta tocar el trasero de su amigo. "Me agrada esa parte, es tan suave y … atractiva" se ruborizó el menor y siguió con su movimiento, no pretendía hacerle cosquillas, buscaba algo que le llamó la atención. 

Trunks tragó saliva indiscreto, luego sintió que esas manos se apartaban de él sacando algo de su bolsillo trasero 

-¿Escondías esto?- mostró sonriente un envoltorio con largas barras de caramelo con colores del arcoíris- 

-Es mío- respondió caprichoso el mayor 

-Yo también quiero- hizo un puchero el muchacho de cabello azabache  

-Era la última-  

-Entonces me la voy a comer- 

Los jóvenes disputaron cada barra saboreándolas todas juntas en su boca. Goten tomó la última rápidamente y lo miró mostrándola triunfante. El pelilila no quería quedarse con las ganas y la mordió por debajo tomando la otra punta, sin saber bien lo que hacía. El menor respondió y ambos jalaron los extremos sin que se rompiera. Trunks acercó un poco su rostro comiendo una parte, hasta que se dio cuenta lo que estaba a punto de hacer. Goten le siguió la corriente, sabía que eso terminaría con sus labios juntos, pero tal vez así lo deseaba su amigo, por su parte él sí quería besarlo en los labios, aunque sea un poco. El pelinegro avanzó lentamente ante los ojos abiertos del pelilila que seguía confundido y aterrado. No había forma de detenerlo, todo ese momento era muy seductor, sudó frio y se hizo a la idea de lo que sucedería. 

En un movimiento rápido sus labios hicieron contacto, ambos abrieron los ojos ruborizándose a la par inmóviles, no descubrieron que pasaría porque de pronto alguien llamó la atención 

-Ya lo arreglé- habló Mark encendiendo las luces. Miró con claridad la escena algo desconcertado y volvió a bajar el switch 

-No sabía … que estaban ocupados-  

El pelilila morado del terror lanzó a su amigo lejos estrellando su cabeza contra el techo y para su fortuna no notaron su fuerza 

-n-no pasó nada- gritó estremecido, pero el moreno siguió su camino para dejarlos solos 

-Ayyy,- se sobó la cabeza el menor y sintió un vuelco en el corazón 

-Goten-  susurró el pelilila, no tenía idea de que decir  

-¿Ya no quieres … seguir jugando?- intentó convencerlo de retomar lo suyo 

-Y-yo … mejor luego ¿vale?- habló con suficiente soltura. 

Trunks le pidió que limpiara la sala aunque no había nada que levantar. Perturbado se dirigió a su oficina y empezó a apretar una pelota de esponja hasta que la hizo añicos. 

"No puedo creerlo, Goten me besó, que siente por mí" sintió un vuelco en el corazón, esa idea le aterraba tanto, tenía que negarla como diera lugar "no, fue mi culpa, él estaba jugando, fui yo el que comió ese dulce, él no quería perder. Para él eso no fue un beso, pero para mí sí, es terrible, no debo dejarme dominar, es imposible que intente algo, no podría vivir así. Sé que para él sería peor la idea" suspiró y comenzó a llorar un poco, así que puso algo de música tranquilizadora. 

El guapo joven ojiazul estuvo muerto de miedo el resto del día, esperó hasta que terminara el turno impaciente y cuando llegó a su casa robó unas pastillas para dormir cayendo rendido. 

Sus pensamientos tenían formas vagas, un sinfín de colores apretaban su visión confusa, los límites del espacio tiempo no quedaban claros, tampoco qué hacía ahí, posiblemente era él, aunque no controlaba para nada a esa persona. La alternativa le importó un bledo, divagó como un alma en pena entre la niebla. La única certeza en ese mar de incertidumbre era que la persona a quien buscaba tenía un nombre que retumbaba en su cabeza día y noche sin cesar: Goten. Un extraño ruido bastó para despertarlo, no provenía del exterior, era algo interno, quizá era esa voz susurrante que por momentos le hacía creer que estaba loco, pero no, simplemente la gente la conoce como consciencia 

Tengo miedo a dormir, a veces sueño que estoy con él, quisiera no imaginarlo tan cerca, con un aroma fuerte que me obliga a besarlo en mi cama. Por eso odio los sueños, me veo a mi mismo, no puedo negar que soy yo pero a veces hago cosas tontas que no haría estando despierto. Me da vergüenza que lo toque en algunos sueños, acariciándolo mientras lo desvisto lentamente" se tomó la cabeza con una sensación inmunda "Incluso recordarlo me provoca escalofríos, pero es como si tuviera un hombre dentro de mí, otro yo completamente diferente, bueno no tanto, lo que sé es que no es capaz de usar su cabezota. En el fondo las distancias entre lo que es real o no, entre el mundo y los sueños es muy pequeña, tal vez este sea el sueño y lo que recuerdo era la realidad. Me confunde pensar eso y me sería imposible decidir cuál de las dos opciones es un mejor lugar para vivir" arañó la almohada molesto consigo mismo " siempre supe que esto era algo prohibido, pero cada vez que estoy contigo me haces tan feliz, ¿por qué el destino es tan jodido? Yo no decidí vivir así, sentir esto por él, pero no tengo ni un gramo de control sobre lo que deseo … un deseo que se pudrirá en el infierno. Espero que en el camino no me lleve a mí también,  lloró hasta que se le hincharon los ojos sintiéndose cada vez más cansado, más triste y miserable. 

Uno de sus días libres los chicos decidieron salir a pasear y hacer un par de compras. Cada día que pasaba con Trunks hacía más feliz a Goten, suplicaba a todos los dioses que fuera real su más anhelado deseo. Temía la reacción de su amigo, aunque estaba casi seguro que le correspondería, cómo no creerlo con tantas señales tímidas que abordaban una precaución extra que probablemente compartía el otro. En el fondo esperaba decirle todo lo que le hacía sentir, cada suspiro robado, los gestos incómodos, miradas indiscretas, cariños auténticos, palabras voraces, halagos promiscuos, palpitaciones intensas, cercanía adictiva … sueños y besos imaginarios; pero antes que eso disfrutaba su compañía y no deseaba acelerar nada. 

Felicidad: El cumplimiento de nuestros deseos y proyectos provoca un sentimiento positivo, intenso y duradero, que se experimenta como plenitud porque no se echa en falta ninguna cosa 

Escribió Goten en su cuaderno, su avance era notable, quizás bajo su propia experiencia pudo comprender mejor muchos de los sentimientos que recorrían su ser. 

 

POV. GOTEN 

Llevo tanto tiempo con él y nunca imaginé preocuparme por que llevaría puesto, cómo me veía. Que le gustará más, unos jeans apretados o unos pantalones cortos. Sin duda los pescadores, sé que le gustan mis piernas, debería de fijarme si nota que lo llevo puesto, si no me compraré otra cosa que le guste. Las sudaderas no son lo mío, además hace suficiente calor, casi tanto como para no llevar nada, no creo que le guste verme así ¿o tal vez?, jaja claro que no. 

Él siempre se ve tan elegante, es algo que admiro, no importa que lleve encima, una chaqueta de cuero, camisa y suéter, una camisa polo o hasta usando una simple remera luce como un deportista exitoso, por esa parte lo envidio un poco. Cuánto tiempo vas a esperar para besarme o mejor yo lo hago, ya sé que es un sueño, pero no resisto más. Lo amo tanto que podría cometer una locura, pero este amor vale cualquier locura 

Me gustaría decirle a mi familia que soy gay entre más pronto mejor. Me he imaginado que si estuviera con Trunks, podríamos decirles juntos, pero no estoy seguro que él quisiera hablar con su familia. Nuca había pensado en eso, entendería que fuera difícil para él, pero lo amo. No me gusta esconder las cosas pero nunca me arrepentiría de estar con él aunque nadie nos viera, lo haría sin duda, siempre que él me aceptara abiertamente dentro de su corazón, que quisiera ser mi novio, sólo mío 

No niego que he estado practicando en mi cuarto frente al espejo, algo así como que no me doy cuenta y se me escapa un beso, no como el de la otra vez, creo que huyó porque estuvo un poco mal, o tal vez fue por vergüenza. Mark, llegaste en el momento menos oportuno, pero ya que, sea lo que sea debo concentrarme en él. Me gustan sus ojos, guardan un misterio incalculable, parecen por momentos dos gotas de agua aunque prefiero verlos como un par de zafiros que me atrapan en un espiral sin fin. También me gusta la pizza y el sushi y … creo que ya tengo hambre 

No me sorprende que mi mamá tenga todo listo desde temprano, creo que debería ponerme algo de ropa, mejor regreso a mi habitación. 

-Mamá, ¿cómo haces para que todo sea tan delicioso?- 

-Es que sé cómo hacer las cosas, un poco de experiencia- 

-Demasiada, diría yo- sonrió el pelinegro escurriendo la leche por la comisura de sus labios 

Me gustaría aprender a cocinar, qué haré cuando ya no esté con mi mamá. Gohan me contó que ni él ni mi papá saben cocinar muy bien, fue todo un martirio pasar días enteros con las tripas pegadas y la comida quemada dentro de la habitación del tiempo, yo tampoco la pasé muy bien con Trunks, me refiero a la comida. Después de mucho pensarlo he llegado a la conclusión de que soy demasiado perezoso para hacerlo, no me desagradaría vivir aquí por muchos años, amo a mi familia y no tengo prisas en irme, aunque Trunks me dijo hace un tiempo que si yo pensaba en ser un mantenido. No entiendo muy bien el porqué dijo eso, acaso es tan difícil encontrar empleo en el mundo cuando uno no tiene ganas más que dormir, vaya que injusta es la vida. 

Veo que me puse los zapatos al revés, estaré enfermo, sí, pero de amor. A veces me gusta recordar los momentos en el álbum familiar, tengo muchas fotos con mi querido amigo próximo presidente de la compañía de cápsulas más famosa del mundo. La verdad es que hacíamos poses ridículas, incluso tengo una con los pantalones abajo en su cara, pero no se la enseñaré de nuevo, teníamos como unos ocho años, el nueve, igual creo que aún soy un poco inmaduro, todos dicen eso, pero así me gusta ser, libre de miramientos. 

Se me va a hacer tarde, ¿Desde cuándo me importa la hora en la que llegue? Ahh, sí, desde que sé que me estará esperando y entre más tarde llegue es un segundo menos con él. Hace tiempo, cuando descubrí que me gustaban los niños, pensaba que tendría una cita antes de ser novio de alguien. En realidad, no le tomé mucho interés, simplemente pensaba que cuando llegara el momento así sería. Me da igual como sea con él, si llego a ser su novio no rechazaría una cita a cualquier lugar, pero no como amigos, me gustaría besarlo mirando el atardecer, sólo eso. 

Desde hace mucho que me gusta, contrario a eso, la idea de que él sintiera lo mismo era completamente descabellada. No fue sino hasta que me besó que me quede confundido, pero todas esas sensaciones supe que eran irrepetibles y quizás sólo las pudiera vivir con él. Más lejos de ese 'accidente' no pensaba llegar, pero ¿Por qué no? Un amor sin valentía no es nada, se lo lleva el viento olvidados en un baúl que nadie más abrirá. 

No hay nada más fantástico que sentir el amor, no estoy seguro de cómo se desarrolla, pero me siento en plenitud, nunca antes había estado enamorado, pero ahora lo sé, no estoy equivocado. Trunks, deseo entregarte mi corazón, antes que nada, quiero estar seguro desde el inicio que puedas amarme tanto como yo a ti. Confío en que sea verdad, a ciencia cierta no lo sé, pero quiero creerlo, por favor, que sea real, te pediría que no te fueras, que no me ignores de nuevo porque detesté todas las veces que evitamos hablar sobre nuestros besos. De verdad te quiero, quiero estar seguro porque no soportaría el dolor, decirme en la cara que no te gusto, me haría sentir muy triste saberlo, que todo lo que he intentado es en vano, que este amor que siento no vale la pena, lloraría incontrolable, el simple hecho de pensarlo desdibuja mi mente. Espero que veas cuanto te amo algún día. 

Me siento muy cursi, ya me da igual, con sólo recordar su beso me pongo rojo, pensaré con calma en el camino 

… 

Me pasó algo muy extraño. Trunks me dijo que nos viéramos en Venus Fort, llegué según sus indicaciones, pero olvide si el oeste era a la izquierda o a la derecha, es que entre oriente y oeste me confundo inexplicablemente. Había muchas personas caminando entre las calles, no sé porque si era domingo o tal vez iban a misa, pero todos me empujaban o al menos chocaban conmigo. De pronto se acercó una bella mujer, creo que era policía y me preguntó si estaba perdido. En ese momento me sentí muy nervioso, no quería parecer un niño perdido en el tumulto, así que dije que todo estaba bien y tomé un taxi para que no me viera extraño.  

Olvidé por completo que bastaba con seguir su presencia, me sentía algo sudoroso y me empecé a impacientar por la cara de ese hombre de pocos amigos. Me gritó que a dónde iba a ir porque la tarifa no podía avanzar si me quedaba ahí. Por mi parte le pregunté que si me veía guapo porque tendría un encuentro con una persona especial. No sé qué cosa entendió, pero en vez de contestarme, empezó a decir que yo era muy joven para tener encuentros, y bueno, él que sabe de Trunks. 

Así de la nada, condujo todo derecho. Yo no sé si sea por torpe o por mi desconocimiento, seguramente por ambas, no me di cuenta que él no tenía idea de dónde iba yo, no tuve más que seguirle la corriente. Me dijo que si era mi primera vez y le respondí que no, luego empezó a decir cosas, pero no le presté mucha atención, hablaba sobre ser delicado y que la sangre podía hacerse presente, aunque dudo mucho que sepa que somos Saiayines, es difícil que sangremos de la nada.  

Luego me contó que le gustaba conocer muchas zorritas y casualmente a mí también me gustan esos animales, así que afirme con la cabeza y dije que eran muy lindos, él me corrigió y dijo lindas. Me preguntó que si queríamos verlas de rápido, me pareció un poco raro, pero no me negué porque me pareció un tipo agradable. 

Cruzamos una avenida grande y llegamos a una autopista con un largo puente, después de unos diez minutos visitamos una región descuidada llena de casas pequeñas y para mi gusto feas. Nunca llegamos al lugar del que él hablaba, sólo vi a unas mujeres vestidas como si fueran a una fiesta de disfraces, se veían algo ridículas con poca ropa, creo que una no llevaba sostén y estaba llena de pintura negra, pero no me fijé bien. Ese hombre empezó a reír y hablar con la nada, estaba perdiendo un poco la paciencia, así que miré mi reloj y le pregunté si ya íbamos a llegar. Él me miró desde el retrovisor y me preguntó que a dónde quería ir. Esto me molestó mucho, pero contesté amable y el auto tuvo que cruzar toda la ciudad de regreso.  

Me sentí un poco triste cada vez que veía como aumentaba el pago que tendría que realizar, ya no tendría dinero para comprar nada y tenía ganas de invitarle un helado a Trunks. Para colmo dimos tres vueltas a la misma calle mientras el señor reía, pienso que él intentaba adivinar la ubicación del lugar, yo sólo escuchaba el sonido del taxímetro. Cuando se detuvo me enfadé un poco conmigo mismo, llegamos justo donde iniciamos, veía la bahía y entonces cuestioné si ya estábamos en el destino. Frunció el ceño y me indicó dónde era el lugar, al parecer se encontraba frente a mis ojos en una isla medio extraña llena de establecimientos, me tomé la cabeza con las manos y arrugué mi cara, pues como no, soy muy tonto.  

Cuando me di cuenta ya iba veinte minutos tarde y eso que salí temprano de mi casa. Me bajé del taxi, me escondí rápido cerca de un puesto de hotdogs en el muelle hasta que nadie notara mi presencia y luego salí volando hacia ese lugar. Me siento un poco mal porque olvidé pagarle al señor, intenté regresar, pero lo vi charlando con unos policías, deben de ser sus amigos, así que no lo interrumpí y bueno aquí estoy viendo a Trunks frente a mí desde hace como un minuto. Él está sentado en una banca de madera riendo un poco. El lugar es brillante, muy alto y lleno de decoraciones bastante lujosas, aunque nada se compara con ese gesto de mi amigo. 

… 

-Otra vez llegas tarde, ¿Vas a venir? O te vas a quedar mirando la nada- 

-Ya voy, lo siento- hizo una mueca el menor 

-Desde hace rato estaba viendo las tiendas, sabía que no llegarías a tiempo, además hace mucho calor para quedarme sentado aquí a pleno rayo de sol- 

-Uyy, sí que hace calor … te gusta mi short- 

-Este … sí, te ves b-bien- dijo entre dientes –La verdad yo sólo traje esta ropa- 

-Te ves bien para ser primavera amor- exclamó el menor despistado 

-¿ardor?- dijo confundido el pelilila 

-¡nnno! Quiero decir sí … me arde la cara por el sol- palpitó su corazón 

-No te creo, pero avanza tonto- sonrió el pelilila 

El menor miró que su amigo estaba tan feliz y lo besó en la mejilla tres veces seguidas 

-Ahh, ya déjame Goten- dijo el pelilila sacudiéndose su mejilla izquierda –No me avergüences frente a todos- 

-Perdón, yo pensé que te gustaba- no dijo esto desilusionado sino intrigado 

-No te voy a contestar eso- 

"Que respuesta tan estúpida, soy muy obvio" pensó Trunks 

"¿Le gustan mis besos?" Volvió a intentar tomándole la mejilla con ambas manos y besándolo con mucha pasión alrededor de cinco segundos. El pelilila estaba inmóvil, se enrojeció demasiado que hasta su amigo menos ruborizado lo notó 

-¿Qué opinas?- 

-C-cállate-  

-Pensé que como somos amigos …- 

El pelilila lo miró a los ojos, no podía resistirse a eso, si a su desinteresado amigo no le importaba, porqué a él sí, no debía de ser el raro de la película. Se abalanzó sobre él hasta frenar en seco y lo besó tiernamente muy cerca de sus labios haciendo que el menor temblara con cada cosquilleo o más bien era un revoloteo de mariposas en su estómago impactando contra su vientre. 

-Satisfecho- según él estaba disimulando 

-Sí- suspiró el menor, aunque algo le hacía sentir que no estaba del todo conforme. 

Goten se quedó un poco atrás observando la figura del pelilila, era tan sensual con esa camisa abierta y sus jeans negros que marcaban tanto ese trasero que destacaba entre sus piernas y su espalda, la forma que sobresalía era tan hermosa. Cualquiera que se lo imaginara caminando a través del piso marmoleado junto a la fuente circular forjada con cerámica quedaría encantado, su forma de caminar recta con sus manos por delante y haciendo un poco su trasero para atrás. Esa parte junto con su cabello era lo que más le atraía a Goten del cuerpo de su amigo. 

El pelinegro avanzó hasta alcanzarlo, enredó su brazo con el propio, miró descaradamente el trasero de su amigo mientras el otro tragaba saliva tembloroso sin percatarse y luego recargó su cabeza al hombro del mayor. En vez de alejarlo el ojiazul avanzó, sabía que era muy raro que unos amigos se tomaran así, estaba muerto de miedo, pero admitía que pocos tenían una relación como la suya, encima de todo necesitaba calmar su corazón. 

-Quieres un helado- 

-Sí quiero todo- dijo sin pensar el mayor 

Los muchachos no tuvieron que caminar mucho para encontrar un puesto de helado en la parte superior, subieron por las escaleras eléctricas muy incómodos y siguieron sin soltarse. Pidieron su típica ración y Goten se negó a que Trunks pagara. El hecho de mantenerse entretenidos con el postre hizo que el mayor se aliviara lo suficiente para andar con tranquilidad sosteniendo su helado con ambas manos. 

Iniciaron viendo los artículos en una tienda de tecnología, Goten miraba sorprendido todo lo que podía mientras el pelilila los trataba con desprecio, no era nuevo para él. Poco después visitaron un montón de tiendas con ropa de marca. Pasaron horas apreciando los conjuntos, Trunks admiraba los mejores trajes, zapatos y artículos adicionales como relojes y perfumes; quería comprar varias cosas, pero siempre notaba el semblante de su amigo triste, sabía que no le permitiría ofrecerle algo y él se sentía mal por no poder comprar nada de ahí, por esa razón se limitaba a irse mirando al joven de cabello azabache con una sonrisa 

Por último visitaron una tienda departamental que contrastaba con el resto de establecimientos de la plaza. El cielo comenzaba a oscurecerse y tronaba a lo lejos, era común que en primavera se presentaran lluvias frecuentes. Trunks no estaba muy convencido de entrar ahí, nada le llamaba la atención, en cambio su amigo miraba ilusionado un grupo de remeras que se ajustaban a su bolsillo. 

-Trunks, tú no vas a ver nada- 

-No- 

-¿Por qué? Quieres que te compre algo- 

-Así está bien, no te preocupes, te lo agradezco, pero yo puedo comprármelo solo- 

-Pensé que tu mamá te había quitado tu mesada- 

-Fue una amenaza, no se atrevería a hacer algo así, mientras siga ocupado no le interesa- 

-Ya veo, mira esta camisa, ¿no te gusta?-  

-Claro que no, está llena de flores horribles, ni siquiera es ropa de playa- 

-Y que tal esta- el menor señaló una prenda de mezclilla que combinaba con su pantalón 

-Se ve bien, supongo- 

-¿Por qué no te la pruebas?- 

-No estoy seguro- 

-Anímate- 

-Puedo ayudarlos en algo- llegó una mujer bien vestida con tacones altos y el cabello recogido, era evidente que era una vendedora por la placa que portaba en el pecho 

-Sí, mi amigo quiere probarse esto- sugirió el menor 

-Sígame por favor, es por acá- le indicó la mujer al ojiazul 

-Yo voy a seguir viendo cosas- 

-Está bien- suspiró Trunks poco convencido 

El muchacho avanzó junto con la mujer y encontró no muy lejos los probadores vacíos 

-Estaré por aquí si necesita algo- le dijo la mujer y se retiró alrededor a atender a otros 

"Por fin un momento a solas, ese chico me trae loco … ese chico es mi amigo. Rayos, habló demasiado a gusto, en vez de alejarlo de mi cabeza lo noto cada vez más dentro … estoy empezando a pensar que nunca lo podré sacar de mis pensamientos"  

Resignado comenzó a quitarse su prenda superior para ponerse la camisa, se sentó en el banco de madera, se abrochó sus botones y se miró en los espejos sin tener una opinión sensata de cómo se veía. Tal vez la compraría, seguía indeciso cuando escuchó que su puerta se abría, miró aterrado de quién se trataba y se quedó inmóvil mordiéndose la lengua por la ansiedad  

... 

POV. Goten 

¿Qué acaba de suceder? Es tan confuso … no sé cómo describirlo, necesito recapitularlo 

Después de revisar varios conjuntos tomé unos pantalones y un par de remeras, creí que era mejor acompañarlo, así podríamos opinar al respecto. No había nadie más en los otros probadores, pero era buena idea entrar juntos para no molestarnos constantemente pidiendo que el otro saliera, al final somos amigos desde niños. 

Entré moviendo la manija y noté que se puso colorado, no lo entendía, era posible que yo le gustara, pero no ameritaba esa reacción, es que se veía tan gracioso con el humo en su cabeza, así que mejor decidí preguntarle 

-¿Qué te pasa?- 

-N-nada … ¿Qué haces aquí? Son individuales- 

-Que tiene, somos amigos, quería que me dijeras si te gustaba esta ropa- 

El pelilila tragó saliva y volteó a otro lado pero no tenía escapatoria 

-Te ves lindo con esa camisa- 

-G-gracias- 

El pelinegro comenzó a tomar los pantalones, en ese instante el mayor reaccionó aterrorizado, intentó disimular y solamente balbuceó 

-N-no te pongas e-eso- 

-No te gusta- 

-Mejor … usa lo que quieras, nada de pantalones- quería evitar siquiera ver algo de su trasero y mucho menos su miembro sobre su ropa interior  

... 

Como no le agradaban esos pantalones decidí ponerme la remera roja, no sé qué le pasó, sólo se cayó torpemente sobre la banca y empezó a respirar muy rápido. No sé si fue mi idea, pero sentía que su corazón palpitaba con intensidad, el mío también, pero eso era normal estando cerca de él. Pocas veces lo había notado así de raro, desde la noche de nuestro último beso no lo recordaba tan extraño 

-¿Te sientes bien?- 

-No- 

-Quieres que te ayude- 

-¡No! H-hazte a un lado- el pelilila se tapó los ojos 

-¿Estamos jugando? Porque si te quitas las manos de los ojos verás que no puedes esconderte, hay mil Trunks y Gotens en los reflejos- el pelilila sintió un vuelco en su corazón. 

Me quité esa ropa para ponerme la morada pero me quedé así sin nada arriba, luego de observarme en el espejo me incomodó su mirada, en realidad no sé, me gustaba pero había algo muy extraño, no me quitaba los ojos de encima, yo me movía y él me seguía, cuando me acerqué sólo se hizo hacia atrás y se acurrucó sobre sus piernas. Me reí por dentro mucho, se veía como un niño indefenso, pero por otra parte no dejaba de verme entre los dedos abiertos con los que cubría sus ojos, o sea, no me desagradaba esa extraña sensación aunque me mataba la intriga 

-Y que me estás viendo, es que … me da vergüenza- 

-¡Nada!- 

-Si quieres yo también puedo verte- 

-N-noooo- el mayor se cubrió la cara levantándose la camisa dejando ver su abdomen bajo 

Se veía tan bien así que no pude resistir mirarlo fijamente sin que se diera cuenta, me gustó tanto en ese momento que me acerqué para sentarme a su lado tirando la ropa al piso. Lo abracé con fuerza y le di un pequeño beso en la mejilla, no sé qué le sucedió esta vez, pero parece que desapareció de ahí, es como si su alma abandonara ese lindo cuerpo para irse a jugar por ahí. En un principio me preocupé porque no respondía, se me ocurrió tomarlo de las manos y me miró a los ojos, sabía que estaba aterrado, pero yo me preguntaba ¿por qué? Acaso le gustaba y pensaba que yo no le haría caso, en los últimos días había dudado que sintiera algo por mí, creía que era evidente mi amor por él, más no podía, aunque mis amigos me tranquilizaron diciendo que era probable que tuviera miedo al rechazo. O al menos eso pensaba en ese momento 

-Trunks … estás muy raro- 

-N-no- 

-Mira, que tontito, te abotonaste mal- 

Sin dudarlo puse mis manos bajo su barbilla y comencé a desabotonarlo lentamente. Me di cuenta que encogió su cuello y sudaba demasiado, no entendía como una persona podía estar tan nerviosa por un simple acto. 

-Déjalo así- habló más tranquilo el pelilila 

Me sorprendió su actitud, parecía haber recuperado algo de color en su rostro, pero sus manos se sostenían en las mías temblorosas, quizá querían alejarme de él, pero no lo logró. Recorrí poco a poco esa camisa de mezclilla hasta que finalicé en su ombligo. Cuando se abrió su ropa noté que su cuerpo era bellísimo, esos vellitos en el abdomen me parecieron muy agradables, su pecho se veía muy bien esculpido, alcancé a ver sus pezones y me ruboricé muchísimo, de verdad me volvía loco en formas que no imaginaba. Al notar mi mirada se cubrió desesperadamente casi ahogándose. 

No hice otra cosa mas que levantarme, no quería incomodarlo demasiado, así no soy yo, todo debe de ser desde el corazón. Busqué la remera morada cuando lo vi de reojo, él me miraba anonadado abriendo su boca, mi espalda no tenía nada raro según yo. Primero pensé que olía mal y es que me quedaba poco desodorante en la mañana, pero luego supe que no era eso. 

Él se paró trastabillando y se sujetó como pudo del espejo contrario al mío. Nos podíamos ver cara a cara, esta vez olvidó cerrar su camisa y notaba su cuerpo a medias. No había nada que detuviera las miradas, ni la suya ni la mía, no podíamos escapar de esos benditos espejos ¿o no?. Su rostro celestial terminó por encantarme, no sé quién de los dos estaba peor, parecía recuperado de su temor, sólo me miraba impaciente, algo nervioso. 

Era necesario que dijera algo, pero no pude, sólo lo vi y nuestras miradas potentes se conectaron, era imposible separarse, un par de imanes en nuestras cabezas nos hacían seguir. Yo avancé un poco, recorté la distancia a la mitad, era tan lento que tardé como un minuto en el que no podía parpadear. Luego me dio miedo, no estaba seguro de hacer lo correcto, que pasaría si hacía algo que lo molestara, arruinarlo todo en ese momento no era una opción. 

Lo que más me sorprendió fueron sus movimientos, casi se cae al intentar dar un paso, avanzaba chiveado (ruborizado), desviaba su cabeza un poco, pero no dejaba de verme de lado. No sé si sabía lo que yo quería o era una reacción extraña, pensaba que diría algo porque miró mi pecho y claramente se mordió los labios cosa que me confundió más. No sé por qué tardó tantas horas en llegar frente a mí, tan solo era un lugar donde apenas podía estirar mis brazos, igual y fueron unos segundos, no puedo tener exactitud del tiempo que pasa cuando lo miro de esa forma y mucho menos cuando estaba tan cerca. 

Yo también tenía miedo, podía besarme, podía besarlo yo mismo, pero no sucedía nada. Me perdí en sus hermosos ojos brillantes, parpadeaba como loco, simplemente avanzó mi cabeza un centímetro y me quedé inmóvil. Lo único que se me ocurrió fue sonreír como tonto, tal vez fue lo más brillante que logré porque él también sonrió aunque no parecía controlar sus músculos faciales. 

De pronto se acercó girando la cabeza un poco, su boca sobresalía de todo, estaba tan cerca, pero se detuvo de golpe, parecía que quería que yo me acercara. Aterrado me quedé así sin hacer nada, miré que se alejaba un poco y mi corazón se destrozó. Probablemente cometí el peor error de mi vida, ya no lo volvería a besar, me sentí como un inútil y mis ojos comenzaron a quebrarse, lo único que pude hacer para no alterarlo fue sonreír bastante triste, fingí que todo estaba bien, pero mi estómago quería tragarme en ese hueco enorme. Es una sensación horrible, como los ojos se te hinchan y pierdes la razón, en un momento te vuelves tan débil, crees que todo el mundo se derrumba bajo tus pies, todo por tu culpa. Cerré los ojos destrozándome por dentro, estaba tan cerca, si me gustaba tanto tenía que haber hecho algo, él me había besado antes y luego dijo que no me lo tomara enserio, mínimo podía regresárselo, pero fui un cobarde. Todo estaba perdido, era mi única oportunidad, si tan solo me hubiese acercado, era probable que a partir de ahora él se olvidara de mí para siempre, que creyera que yo le interesaba en lo más mínimo, me sentí la peor persona del mundo hasta que me besó. 

Abrí los ojos sorprendido y él me miró tiernamente a los ojos, fue muy suave, aproximó sus labios casi nada, casi sin querer hacerlo, pero lo hizo. Era mi sueño hecho realidad, cerré los ojos de nuevo y junté más mi cara para que no se me escapara. Sentí que apretó mis labios con los suyos, su pecho se juntó con el mío. Traté de responder, no quería que acabara pronto, lo esperé por tanto, mi corazón explotó y casi caigo por completo, sin embargo antes de que pasara demasiado tiempo yo reaccioné y seguí un poco el ritmo moviendo mi cabeza para facilitar el asunto. Él abrió los ojos a la par de mí, no sé si se sorprendió o estaba desorientado, pero yo seguí presionando su labio superior, le toqué su mejilla para hacerlo sentir seguro.  De forma increíble me empujó con su cuerpo sin separarse hasta llegar al espejo, nos separamos ante la falta de aire y lo vi de frente, creo que estaba más nervioso que yo, al menos me sentía tan emocionado que no me escondí, abrí la boca grande y levanté un poco el mentón, él también se acercó lentamente sin dejar de mirarnos a los ojos, era como si nos quisiéramos decir tantas cosas, pero nada podía superar ese instante. Y es que han sido todos esos contados ratos que hemos entrado un poco en nuestra intimidad en los que todo es mucho mejor, al menos para mí. 

Me tomó de la cabeza, nos besamos lo mejor que pudimos, me gustó tanto cómo hacía para elevar cada sensación, esas pequeñas mordidas me hacían cosquillas, más cálidas de lo normal, de hecho eso me hizo darme cuenta de mi temperatura, compartíamos algo de sudor a través de los pectorales, su camisa se abrió por completo y le ayudé a quitar ese estorbo, aunque sus brazos se mantenían rígidos. 

Justo en ese momento, cuando vio lo que había hecho se alejó diez centímetros, pero no nos mirábamos a la cara, sólo observábamos nuestro cuerpo, no pude controlarme en ese momento y me excité pero seguí como si nada. Temí que se molestara pero sólo bajó la mirada avergonzado y me besó como un loco, era tan divertido, acaricié su cabello y yo también buscaba replicar el mismo comportamiento.  

Lo tomé del trasero, sé que soy bastante tonto y normalmente era una zona que evitaba, es verdad que de vez en cuando nos dábamos unas palmaditas, pero nada más, cualquier roce lo ponía de malas, sobre todo cuando me acercaba por detrás, nunca me dijo sus razones y creo que la gente lo considera una zona íntima, aunque a mí me da igual, es muy suave como un par de malvaviscos, ahora que lo pienso últimamente estaba más permisivo a que me aproximara a abrazarlo por la espalda. 

Él solamente se sobresaltó un momento, pero me dejó hacer lo que quisiera, en realidad tenía curiosidad de sentir si eran tan apetecibles como yo las veía,  y no me decepcionó, quisiera dormir sobre él como si fuera una almohada. Continuó presionando más mi pecho con el suyo, su calor irradiaba como un vapor, me dolían un poco los labios y buscaba aire de donde podía pero no deseaba dejarlo ir jamás. 

Como apretaba tanto subí las piernas instintivamente sobre él y lo abracé por la espalda con fuerza, creo que él también quería eso porque me acarició despacio, recorrió mi pecho, mi abdomen y mis pezones. No sé qué fijación tuvo en esa última parte pero perdí la cordura cuando empezó a moverlos en círculos, estaban un poco levantados y sus suaves manos me producían escalofríos incontenibles, descargaba todas mis emociones besándolo con todas mis fuerzas jalando sus labios hacia mí. No entiendo por qué esto me excitó de más, estaba como cuando comenzaba a masturbarme, fue increíble, pero tenía miedo, que tal si eso que hacía con sus manos me provocaba que disparara semen en mis pantalones. Seguramente bajaría por mi short. ¿Qué pensaría él? ¿Era agradable o nauseabundo? ¿Sentiría lo mismo él si yo lo tocaba de esa manera? Me dio miedo hacerlo y mejor seguí besándolo, retomamos aire y junté mi boca desesperadamente. Gracias a que  subió sus manos a mi cabeza, yo pude dejar de angustiarme con preguntas, aunque estando ya prendido en mis emociones comencé a meter la lengua dentro de su boca. Me sentí extraño por no recordar que podía hacer eso, al final llevábamos horas dentro, o yo que sé. 

Me preocupó su respuesta, se alejó bruscamente y se talló los ojos como si se preguntara si eso era real, yo tampoco lo podía creer, pero ni torpe ni perezoso me lancé sobre él dejándolo tirado sobre la banca que se balanceaba intentando no caerse. Me senté encima de sus piernas y él se mordió un dedo como si se tratara de una desesperación incontenible. Tampoco me importó que fuera tan incómodo sentarme ahí, parecía que el espacio en su entrepierna estaba muy deforme, creo que tiene un problema ahí, puede que necesite consultar un médico, pero eso no me incumbe. Me sentí muy nervioso porque no pude controlar el movimiento de mi pene y se salió de lugar, no ayudó para nada usar ropa interior holgada y shorts, alcanzó a rozar su estómago por encima de mi ropa, espero que no se haya dado cuenta, al menos no se salió por completo porque eso sí que hubiera sido vergonzoso. 

Mi lengua se metió sobre esa cavidad aún desconocida para mí era y no era a la vez igual al beso de la fiesta. Su aliento mejoró considerablemente y me descontrolaba sentir el sabor del helado de vainilla entre sus dientes y un poco entre su lengua. Pienso que a él también le agrado la idea porque introdujo su lengua en mi boca jugando con la lengua mía de paso en una batalla para ver quién podía ganar más terreno. No recuerdo cuanto tiempo seguimos así, esperaba que nunca se acabara ese momento, pero algo nos llamó la atención y me dejó helado ... bueno, no del todo 

-Hola, ¿se encuentra todo bien señor? Se le ofrece algo más- habló la vendedora 

Ambos nos separamos y observé a Trunks muerto de miedo, me hacía sentir sus nervios, yo también estaba aterrado, suspiré y empecé a hablar, no quería sonar raro, aunque pienso que no salió como esperaba 

-Estamos bien, gracias- masculló el joven pelinegro 

Creo que él nunca espero que yo hablara, giró su cabeza un poco y me miró con sus ojos desorbitados, sentía que había metido la pata, pero luego su expresión de serenidad me puso tranquilo, parecía que éramos cómplices de una aventura inocente. Lo peor estaba por llegar cuando volvió a hablar esa señora 

-¿Qué quiere decir con estamos?- 

Incrédulo me sujeté del espejo y de la mano de Trunks para no caer, ya no había mucho que disimular, era momento de seguir con lo nuestro o cortarlo de una vez y que de todas formas nos descubriera, así que mejor le grité, total, ¿Qué era lo peor que podía pasar? 

-¡Ya váyase de una vez!- 

Creo que eso lo sorprendió más a él, me tomó de las manos y levantando una ceja por un tic se limitó a levantar un dedo como una señal torpe de que me callara. Esto me hizo recordar algo que me dijo hace tiempo, que no era correcto tomar las cosas de los centros comerciales y que estaban llenos de policías que te detendrían en el acto, también mencionó que había muchas otras cosas prohibidas pero de eso no debía preocuparme. Me enfrasqué en esas palabras y bajé mi cabeza hacia su pecho, cosa que le provocó un estremecimiento. Que tal que eso estaba prohibido, tendríamos que escapar como fugitivos, no era problema huir de ahí a gran velocidad sin que nos vieran, pero que haríamos lejos de ahí, nos volveríamos a besar, seriamos novios, o nos iríamos como amigos, pensar en la sola idea me hacía sentir terrible. 

Antes que supiera que hacer él comenzó a hablar, no se le entendía muy bien, su rostro pálido y rojo no permitía notar su verdadero estado de ánimo, aun así creo que funciono 

-Disculpe ... fue mi error ¡Compraré todo esto! Mejor vaya ... a hacer otra cosa- habló entrecortado el pelilila 

-A sus órdenes- salió la mujer contenta por la comisión intentando buscar más mercancía para estafar 

Cuando empezó a desaparecer el ruido, lo mire a los ojos de nuevo, pero está vez se notaba muy incómodo, yo pensé que no me quería y casi comienzo a llorar hasta que me acarició la cabeza desde su pecho, sentía que sus manos sufrían de ansiedad, creo que ninguno de los dos sabía qué hacer ahora, pensé que todo había finalizado y lo besé sin pudor en los labios como forma de agradecimiento o no tengo idea, no pensaba con claridad. Nuevamente me tomó por sorpresa al no despegar las manos de mi cabeza, se veía triste como si la confusión predominara en él, pero yo sentía que él quería estar conmigo.  

Empecé a sentir frío en los brazos y me abrazó firmemente, ahora el calor de los dos era muy agradable. Le di unos torpes besos alrededor de su boca y cerca de su cuello, estoy seguro que lo vi en alguna parte pero no lo recuerdo, me pareció tan romántico en ese momento que no me importó que me viera como un tomate. Me hizo cosquillas en la nuca con sus dedos y ambos acercamos nuestros rostros de frente para besarnos.  

Otra vez recuperamos las sensaciones y las lenguas entraron en contacto. Posó sus manos en mi trasero y como ahora estaba completamente arriba de él acostado yo apreté con mi cadera, algo me decía que lo hiciera, era como instintivo.  

Nos separamos para tomar aire y lo que vi me dejó impresionado. Era la sonrisa perfecta, esa imagen la retendré por siempre, sus delicados labios abiertos, esas mejillas rojas me daban ganas de apretarlas, sus blancos dientes alineados me tenían loco. Yo no tengo los mismos encantos, pero intenté sonreír como él, es cierto que mi cabello no es tan sensacional como el suyo, pero es algo mío y en el fondo me gusta. Se tomó el corazón con los ojos bien abiertos, creí que estaba tan enamorado de mí como yo de él, aunque también se me ocurrió que estaba sufriendo un infarto porque yo me sentía igual, digo, podemos morir de amor ¿no? 

Todo terminó después de un rato, no recuerdo si nos seguíamos besando o no, pero el abrazo fue sensacional, me sentía protegido junto a él. Se levantó mirando la puerta y se puso su ropa, la que llevaba antes. Era el momento de hablar, creo que era evidente lo que sentíamos, no sabía qué decir, me le declaraba, él lo haría, o ambos, o quizá ya era obvio y no hacía falta decirlo, pero yo sentía que sí. 

Estiró un poco los brazos y me sorprendió como pocas veces 

-Vístete y nos vamos, no te preocupes, yo lo pago- dijo el pelilila llevándose todo lo que habían tomado de la tienda. 

Y ahora que hago, no fue ningún error esta vez, ¡claro que me lo tomo muy enserio!, estoy desesperado no quiero ocultarlo. Si tiene miedo quiero decirle que estará bien conmigo, pero se fue sin decir una palabra, así como si nada. No quiero olvidarlo, no puedo hacerlo, yo lo amo. 

Estoy llorando, no sé si salir ahora o esperar que regrese, que tal si se fue o ya no me quiere ver, no, que tonterías digo debo de buscarlo, ya veré que le digo ... puede que esté exagerando el asunto, pero estoy asustado, ya que me queda, voy a salir ... 

... 

 

-Sería todo- 

-Sí- 

-Bien, espéreme un momento por favor- dijo la vendedora saliendo a buscar algo 

El joven pelilila se tomó la cara con sus manos y comenzó a llorar desconsolado aunque nadie le hacía caso.  

Estoy perdido, cómo finjo que no me gusta de ahora en adelante, no puedo esconderme para siempre. Yo sólo pedía tener un día tranquilo, sé que fue mi culpa, quisiera que alguien me explicara como vivir lejos de él. En cualquier momento vendrá y esto se acabará, nuestra amistad, nuestros recuerdos. 

No tengo excusas, tampoco energía para hablar. Me odio profundamente, a pesar de todo reconozco cuanto me gustó estar encerrado en ese lugar claustrofóbico, cual pervertido, así me siento, si tan sólo me hubiese detenido antes, tal vez estaríamos riendo de esto ... si me hubiera detenido desde el primer beso. Ya es irremediable, lo único que puedo imaginar son sus palabras de desprecio que vendrán muy pronto. Estoy seguro que dirá algo así: 

‘Para ser mi amigo eres muy raro, me besas sin avisar, no lo haces mal pero lo siento mucho, no sabía que te gustaba tanto, lamento no corresponderte. Creo que estás loco por mí, si tan sólo me hubieras dicho que eras gay, esto no habría sucedido. Lo siento sinceramente, siento que las cosas fueran así, sobre todo porque al descubrir tus sentimientos estoy seguro que no debemos seguir siendo amigos, es por el bien de los dos, es una pena porque de verdad me agradabas desde niño. Te deseo suerte, adiós 

El pelilila lloró más fuerte haciendo que los cercanos se alejaran de ese loco. Sólo se vio interrumpido cuando regresó la vendedora a cobrarle. Pagó con su tarjeta de crédito sin levantar la cabeza, cualquiera escuchaba sus sollozos. La mujer le ofreció una caja de pañuelos y no por buena persona, sino para aumentar la cifra que marcaba la caja. 

Avanzó sin idea muy despacio, estaba roto, quería irse a su casa a llorar en soledad, todavía mejor prefería tener una máquina del tiempo para golpearse la cabeza a tiempo, pero se sabía derrotado. Sintió una presencia acercarse e intentó recuperar la compostura, para sorpresa de nadie no lo consiguió. 

-Trunks ... espera- el pelinegro olvidó por un momento lo que quería decir ante la mirada dolida del mayor  

-Que te sucede, por qué lloras, siento si fue mi culpa- exclamó desorientado  

-N-no ... es por la cuenta- mintió alejándose  

“Es un tacaño, no es para tanto” pensó por su parte Goten 

Trunks inquieto se movía cambiando de ritmo empujando a todo mundo y luego sonreía a la nada, se sentía como un loco desquiciado, la ansiedad lo carcomía por dentro, tenía la esperanza de que todo fuera un sueño. 

-Espera, quiero hablar contigo, no te alejes- insistió Goten 

El ojiazul hizo oídos sordos, desesperado se lanzó desde el borde del tercer piso hasta la planta baja. Las personas lo miraban atónito, era como una exhibición de habilidades sobrehumanas, evidentemente el joven de cabello azabache le siguió y lo alcanzó del brazo 

-Por favor Trunks- suplicó al mermado de su amigo 

Por última vez el mayor se alejó zafándose del enredo, se tapó los oídos y empezó a tararear de forma ridícula muy infantil. Exasperado Goten se le adelantó y lo detuvo de frente tomándolo de los hombros sabiendo que lo escuchaba 

-No entiendo porque te haces el loco, yo quiero saber si tú ...-algo lo interrumpió  

Trunks no tenía idea de qué hacer, se negaba a escuchar las a su parecer demoledoras palabras de su amigo. No sabía si no tenía otra opción, pero debía detenerlo. 

“Ya cállate Goten, no me hagas daño, soy un imbécil” se insultó de forma horrible. 

El pelilila le cerró la boca con un beso, habían pocas cosas en su cabeza que le ofrecieran mejores soluciones. Notó las miradas de las personas, varias desviaban sus ojos, otros lo veían de reojo, algunos lo señalaban horrorizado y unos pocos creían que era bastante tierna la pareja. En un inicio no le interesaba mucho la opinión de otros, sobre todo porque sabía que esa no era su intención, no en público, era un recurso casi suicida. Alejó su cabeza cuando se puso medio morado y habló sin cordura 

-Y-ya ves, n-n-no m—me importa h-hacerlo- exclamó entrecortado. Su amigo suspiró sosteniendo su pecho. 

-Yo ...- lo volvió a interrumpir el mayor 

Si no entendía que debía cerrar la boca, lo haría a la fuerza, no literalmente porque sería más difícil intentarlo de esa manera. De nada serviría quedarse parado, necesitaba huir, buscar el mejor lugar para escapar libremente y que con suerte lo dejara atrás en el camino 

Recorrió la plaza buscando esa salida, era demasiado grande y tardó muchos minutos, sus labios temblorosos no soltaban a su amigo, lo abrazó un poco para no levantar sospechas, al menos eso pensó, claramente el resultado era contrario. 

Su angustia destrozaba su ser, detestaba las miradas de otros, no era su vida, pero extrañamente le incomodaban de más como si le importara el qué dirán. Peor se sentía por lo que estaba haciendo, como estaba tan ciego, seguía creyendo que su amigo lo detestaba y este sentimiento se potenciaría con sus acciones, jamás se preguntó por qué se besaban de esa forma si le molestaba tanto, probablemente se acostumbró de más a sus labios. 

Tuvo que seguir el ritmo del menor, abría la boca y deslizaba un poco su lengua sin mucha intención. A pesar de lo horrible que le parecía todo, sabía que algo de eso no le desagrada en su interior y eso le causaba un conflicto más grande, apretaba los puños como muestra de su enojo. 

Los chicos salieron juntos por una puerta de emergencia, algunos se imaginaron lo que iban a hacer, pero nadie se acercó a molestarlos. 

El lugar ya estaba despejado, era la parte trasera de la plaza en la zona de carga, el cielo estaba muy oscuro por las nubes grises. Trunks no se alejó en un primer momento, de forma inexplicable lo besó mucho ya lejos de las miradas curiosas y luego cuando sucumbió al pánico salió volando a alta velocidad, no se fijó y destruyó un cubo de cristal, sin duda era muy doloroso, pero nada se comparaba con lo que sentía en lo más profundo. 

Goten no se movió, no lo siguió, era un sueño hecho realidad, sus piernas no respondieron y su cabeza tampoco reaccionó. Luego de unos minutos mientras simulaba que su amado seguía con él, recuperó la mente y suspiró ilusionado 

-N-no lo puedo creer ... no es real ... nos besamos ... ¡nos besamos! ... le gusto ... ¡yo le gusto! ¡Le gusto a Trunks! No lo puedo creer ¡estoy llorando de felicidad! - miró el cielo, sintió una gota de agua y abrió la boca mostrando su enamoramiento 

-Ya no resisto más, tengo que declarar lo que siento, quiero que sea mi novio- exclamó convencido 

Notas finales:

Wow, por fin esos chicos se volvieron a besar en un momento increíble. ¿Qué sucederá a partir de ahora? Se ve difícil que Goten no se le declare a Trunks, pero ¿cómo podrá aceptar el pelilila que su amigo lo ama cuando lo ha negado para protegerse?

A mí me pareció sensacional, no sé si notaron que por momentos tenía cosas especiales en la narración. No desarrollaré todo en primera persona pero me gustaría saber si les gusta cuando los chicos lo narran largo en su punto de vista, a mí sí, sobre todo lo hice con Goten por ahora, tengo pensado que Trunks tenga su momento pero ya será luego.

No sé qué opinen de la historia, me gustaría que comentaran porque es importante saberlo para saber si sigo haciendo cosas así, además me anima a apurarme un poco.

Hay otra cosa que quería comentar, si quieren no me hagan caso, si no les agradezco la respuesta. Soy algo nuevo por aquí, yo sólo leí un par de historias muy interesantes y aquí estoy. En lo personal, no es que me desagrade el lemon, lo que me gusta es reconocer los sentimientos y las situaciones en los que se produce, es lo que más me llama la atención de una historia de estas aunque tenga mucho sexo.

Algunas veces es muy explícito, romántico o salvaje no pasa desapercibido. Estuve pensando durante un tiempo y creo que eso es el eje principal de la página "que sorpresa". Sé que se trata de historias y sin trama queda poco, pero tarde o temprano es un fin en la mayoría de historias. Entonces por qué escribo esto … bueno, es que siento que está muy relacionado con lo que se conoce como literatura erótica.

Y luego? … Por lo que tengo entendido uno puede disfrutar de esas lecturas porque son apasionantes y mueven tus emociones o puedes llevarlo a otro extremo y masturbarte con los relatos, es como la pornografía, en mayor o menor medida tiene un fin y no es ver gente desnuda como arte apreciativo. Entonces les pregunto ¿Alguna vez se han tocado leyendo un fic? Si quieren no respondan … sólo piénsenlo en privado. ¿Seré el único raro? ¿Han sentido que son el personaje en esos momentos? ..

Les envío saludos!!! Y gracias por leer


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