Un mes después, elegido el atuendo que Avenir luciría para la eternidad, teletransportados a Jamir todos los necesarios para hacer el cambio de ataúd, las viejas gemelas, bien enjoyadas, se abrazaban una a la otra dándose consuelo.
-Pero lo haces con cuidado. – suplicaba Sage.
-Que si le cortas un pelo, te lo corto. – amenazaba Hakurei.
-Lo haces mejor que la vez pasada. – advirtió Shion, ya con su armadura – Mas porque ahora ya no trae armadura y cualquier daño lo recibirá el.
Las mamas chillaron y aunque Degel estaba lejos sintió que se le rompían los tímpanos. Miro con odio a Shion, que lo había embarrado en todo ese asunto.
Dohko se seco el sudor, sudor frio de los nervios, cogio la espada de su armadura, la alzo, calculo el golpe, estaba a punto de descargarlo cuando lo jalaron de ambos brazos.
-¡Nooo!
-¡Mejor no lo hagas!
Las viejas gemelas lloraban.
-Pero si no lo hace… mira que cabello…
-Y la pose… se ve menos cachetona.
-¿Entonces lo corto o no lo corto? – pregunto Dohko, que se cansaba de sostener la espada en alto.
Degel, cabron, los dejaba sufrir, por mas cabrones ellos y haberle dado un par de nalgadas, a el, que era toda una princesa de Blugaard.
El seinto de Acuario era capaz de descongelar el hielo sin tocarlo, como su nombre indicaba.
-Ay, esta bien, que lo haga.
-Pero con cuidadito.
-Mucho.
-Como si fuera la niña de tus ojos.
-¿No quieres que congelemos a la niña – señalo a Shion – y ahí practicas?
Shion hizo sus ruiditos de gato furcia. Degel sonreía. Y Kardia dijo:
-Seria genial. – habían entendido que era necesario para el proceso de congelamiento.
-Ya practique mucho.
Shion había comido raspados todo el mes.
-Jamas dañaría a mi amada, a sus amadas madres o a la amada de sus amadas madres. – añadió el chino ridículo queriendo hacer por su causa.
Shion retiro a sus madres, abrazando a cada una con un brazo. Dohko alzo la espada, volvió a calcular el golpe, se alegro de haberse despedido apropiadamente de las pompas de Shion y lo descargo. Las mamas soltaron un gemido desmayado porque se habían desmayado.
Nada parecio pasar, y nuevamente, el hielo cayo a ambos lados limpiamente.
Avenir volvió a caer, tieso.
Shion volvió en ellas a sus madres.
-Que ahí esta.
-¡Avenir! – se lanzaron a abrazarlo. Lo abrazaban las dos, con tanta enjundia y lagrimas que lo descongelaban rapidito. Cuando lo empezaron a besar Degel dijo:
-Que asco.
-Mira, ellas tambien quieren hacer un trio. – apunto entusiasmado Kardia.
-Mamas, que descongelan a Avenir y si se les descompone no hay repuesto.
Los rayos blancos saltaron a ambos lados, y por todos lados como si fueran el ataque de Leo; cuando volvieron a ver a las gemelas, Avenir ya estaba vestido con su ropa nueva. Nadie lo había visto encuerado.
Kardia, que con un par de minutos de inactividad tenia para aburrirse había comenzado por cepillarse a Shion, una de sus actividades predilectas, pues tenia mucho pelo que cepillar a contrapelo y hacia chispas.
Entonces todos recordaron el malentendido de cuando corrió el rumor de que Kardia se cepillaba a Shion, y las madres y Degel habían ido a reclamarle hechas unas furias.
-¡Eso, eso! – dijo Sage – Hazle un peinado hermoso. Pero a Avenir y no a esta gorda.
Shion cayo atrás tocándose el pecho: que nunca le habían dicho gorda sus madres.
Con un poco de trabajo, porque estaba congelado, Kardia le cepillo el pelo a la esponjosa. Parecia una labor titánica, y para cuando acabo, parecía una nube. Degel dudo poder hacer un cubo de tamaño para que cupiera.
-Ahora las joyas. – dijeron, comenzando a colgarle la preseleccion.
Tan pronto ponían una pulsera como la cambiaban a la otra mano, le apilaban collar sobre collar, tocados, joyitas en el pelo, anillos hasta las uñas, cadenas enjoyadas y joyas por el cuerpo, y por una joya que no les pareciera en su lugar, lo cambiaban todo.
Shion tuvo que detenerles al muerto porque ya estaba blandito de descongelado.
Habiendose cepillado a Avenir y a Shion, Kardia ahora quería cepillarse a Degel. Pero del otro modo.
-Deja, deja – lo empujaba su novio – Que si no me gusta delante de pueblerinos menos de chinos.
Dohko se había sentado encima de su armadura y de ahí no se movia. Parecia que podría pasar hasta la siguiente guerra santa asi.
-¡Apesta! – se quejo Kardia.
-¡Ay el muerto! – gritaron las madres, volviéndose a mover a la velocidad del rayo y dejando ahora si a Avenir con mas joyas que la reina de Saba, mas adornada que arbolito de navidad, excesivo, pero todo muy compuesto.
Que parecía que le habían inventado una nueva armadura dorada. Una hecha de puras joyas.
-¡Ahora, a congelarlo! – exclamo Hakurei
-¡Rapido, cepíllatelo Kardia! – ordeno el patriarca, y el seinto obedecio flipándolo.
-¡Quee noo! – reclamaba Degel con voz quebrada, quebrada por los movimientos - ¡Quee aasi me saaale chueco el cuubo!
-¡Joder! ¿Entonces para que lo trajimos?
-Para peinar a Avenir – le dijo su gemelo, aunque ese no era el plan original.
Shion ronroneaba y veía con ojos furcias, pero su mama le pego.
-Ni se te ocurra retrasarlos. El tiempo es oro.
-Hielo…
Un ratito después, pues Kardia encontraba excitante su publico patriarcal, Degel, muy despeinado, se volvió a colocar su diademita y a bajarse la faldita de su armadura para que los depravados no siguieran viéndole el culo.
Apunto a Shion que detenia a Avenir y comenzó a crear el hielo a sus pies.
-¡Ay, que tambien va a encapsular a la niña! – exclamo Sage.
-Se lo merecería… - Hakurei la miro torvamente – Debemos considerar si vale la pena el sacrificio.
-¿De Shion? – pregunto el chino.
-¡No! De Avenir.
-Sacrificamos a Avenir y tenemos a la niña, o sacrificamos a la niña y tenemos a Avenir… - Sage se mesaba la barbilla.
-A la niña la podemos volver a hacer… - apunto la balanza en su contra Hakurei.
En lo que hablaban, Degel ya había terminado de congelar a Avenir. Solo a Avenir, pues el caballero de Acuario congelaba lo que quería. El hielito había ido empujando a Shion para atrás, que enfrento a sus madres con muy mala leche.
-Bonito amor maternal. Y yo guardándoles el tesorito. Bueno, hasta hace un mes.
-¡Ay, quedo hermoso! – ni la pelaron sus madres.
-¡Tan bello, tan cristalino el cubo!
-¡Que le salio mas bonito que a Krest!
-Es que el viejo ya chocheaba.
-Ademas yo ayude. – apunto muy feliz Kardia.
-Ay si, te daremos un premio.
-Pero luego – lo corrió Hakurei – ahora dejenos a solas con Avenir…
-Esto ira para largo. – advirtió Shion.
-Que asco – repitió el cubito. El del cubito.
Salieron. Shion los teletransporto al Santuario. Kardia se acerco a Dohko con una manzana:
-¿Me la partes como partiste el cubo?
***
Finalmente llego el dia de la boda, el dia en que el tesorito de Shion seria oficialmente entregado.
La novia estaba radiante, porque literalmente podía medirse en radianes por que había quedado esferica de esponjosa. Kardia se la había cepillado hasta hartarse. El novio estaba en su brillante armadura, las madres de la novia parecían muestrario de joyería y Avenir, brillando al sol como quedo descrito.
Pusieron al chino a tallarle un bonito diseño en el borde a su cubo de hielo, para que se viera que estaba de fiesta.
Athena era la niña de las flores, y no pintaba mucho aunque la ceremonia se realizaba en su nombre y en su templo, que ni techo tenia.
Los caballeros dorados estaban reunidos como invitados de honor, mas atrasito de ellos estaban los de plata y bronce. Pueblerinos no, por indicación de Degel, que no queria ser la variedad de la boda de Shion.
El patriarca subio a su pedestal patriarcal y dijo:
-Cuando yo este aca, soy la autoridad, el oficiante de la boda. Y cuando este junto a Hakurei, soy la madre de la novia, ¿entendido?
-Si – contestaron todos, excepto el futuro amigo del Pony.
-¿Me lo podría repetir? – pregunto Yato de Unicornio.
Y de un disparo de dedito, le tumbaron el cuerno.
El patriarca, perdón, la madre de la novia, se dirigio al inicio del pasillo para tomarla del brazo y entregarla con el novio. Como la marcha nupcial no se había inventado, pues iba sin marcha.
-¿Qué no debería entregarla el padre? – pregunto El Cid, muy respetuoso de la tradición.
Y algunos seintos lo miraron feo por indiscreto.
-En ese caso, debería llevarlo Hakurei. – dijo Kardia, que veía mas seme al gemelo mayor.
-Chupate esa – le dijo su amigazo, Manigoldo – lo esta llevando “el padre” de la novia.
-¡No jodas! – se asombro - ¿¡Lo pario el mas seme!?
-Fue sin querer – les aclaro Sage al pasar delante de ellos.
Todavia tenían las tapas abiertas cuando el padre de la novia se puso en su modo patriarca: con el casco. Con muchos trabajos, por las joyas del pelo.
La ceremonia fue hermosa, a pesar de que Sage saltaba de un lado a otro poniéndose y quitándose el casco, y hablando con distintos tonos, para que se notara la diferencia. Aspros hacia morritos porque siendo el patriarca el padre de la novia, le correspondia a el, como sucesor designado del patriarca, celebrarla. Seria su primera boda.
-Ya nos casaremos nosotros. – lo consolo por lo bajito su gemelo.
-¿Es legal que te cases a ti mismo como patriarca? – pregunto Degel.
-O con su hermano… - comento El Cid, censurante.
-En Suecia si. – dijo la lagartona de Lagarto.
Athena sama se hacia pipi de la emoción de asistir a la boda y lo fliparía cuando casara a su seinto favorito.
-Puede besar a la novia. – y salto para llorar a su lado.
El chino puso cara bobalicona, pero Shion casi se lo come.
-Cof cof…
Los tísicos se confabulaban en su contra. Kardia cada vez tenia los ojos mas locos, eso era peligroso.
-Ya – los separo Degel – que me cala el sol en los ojos. – y temia dar espectáculo frente a todos los seintos.
Les hecharon arroz y porras: el chino ya había sido instruido de que no se lo podía comer, ni recoger del suelo, el muy tacaño. Pasaron al fresco interior del templo del patriarca, donde Avenir fue colocada al lado del pastel.
Posaron todos por una hora completa para el boceto de la pintura de la boda. Kardia poso congelado. Al terminar, Degel lo descongelo.
-¡Anda! – exclamo el chino - ¿Puedes hacer eso? ¿Y yo de gilipollas con la espadota?
-Tu lo has dicho. – rio socarronamente Degel.
Kardia saco una descongelada manzana de su bolsillo y la extendió en dirección a Dohko.
-Partemela.
El chino tuvo que desarmar la armadura de Libra para sacar la espada y partirle la manzana de un espectacular espadazo. Llevaba haciéndolo como mil veces al dia desde que cometiera su falta. Ese había sido su castigo.
El Cid se quito los palillos de la boca que se había tenido que poner para tanto sonreir, porque haciendo mala cara, le lastimaban.
-Su espada no tiene filo. – menosprecio, apoyado por su esposa. – Carece de técnica.
-No es ni la mitad de filoso que tu. – dijo la Sisi, y le ofrecio un bocadillo para que no se enojara, que luego le daban agruras y no dejaba dormir.
-Que la comida se ve deliciosa, pero dudo poder masticar.
-Maricon maricon – le dijeron las lemurianas, que ya estaban entrándole.
-No veo hora de devorar el pastel. – dijo Shion.
-Diras de cortarlo – dijo su madre – porque es todo lo que haras con el.
-¿Qué?!
-Por co-china y casarte con el chino.
-Robar la armadura
-Y tocar a Avenir.
Sus madres eran despiadadas.
De verdad la hicieron cortar el pastel, servir una rebanadita a los invitados. Confiaba poder comerse la de Avenir, pero hicieron que Degel la congelara. Con lagrimas en los ojos vio como se zampaban su pastel de bodas sin darle una boronita.
Al chino lo habían amenazado con quitarle la armadura si le daba pastel, para que no estuviera de arrastrado.
Las milf terminaron su pastel y miraron nostálgicamente a Avenir, a su armadura y a la niña.
-A la postre no ha estado tan mal. – dijo Sage.
-¿Dejar sin postre a la niña? – pregunto Hakurei.
-Eso fue genial. Pero me refiero a que ya tenemos once caballeros dorados, y la armadura de Aries vuelve a amarse con la de Libra.
-Como en tiempos del patriarca Itia.
Suspiraron.
-Claro que donde comparas al patriarca Itia con el triste chino.
-Obvio. A este triste chino le metes las metanfetaminas y le da un corto circuito.
-Seguro que ni coshar podría. – rieron malévolamente.
-Todo moradito y enjuto. – rieron mas.
-No como al patriarca Itia, que coshaba y rejuvenecido.
-Lastima que Avenir no le conociera.
-¿Y si Avenir como Aries se enamoraba de el?
Fuzzz! Se fuzaron las dos gemelas.
Con el tesorito de Shion oficialmente entregado, la feliz pareja se retiro a sus habitaciones, para darle a otra cosa, ya que al postre no.
Si Shion no comia pastel, Dohko tampoco.
El fin.