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Notas del capitulo:

que les esta pareciendo, ¿es interesante? pues yo diria que se alegren, esta casi terminado, el ultimo capitulo sera publicado para el 14 de febrero, disfruten este pequeño regalo.

Camino por la universidad, mejor dicho, a la biblioteca de la misma, esperaba que hubiera algo nuevo.

Manteniéndose en un modo automático no noto que una persona salía de un pasillo conectado por el que iba, un choque detuvo a ambos, manteniendo el equilibrio a duras penas.

Edward alzo su vista, encarando a la persona frente a él, lamentándolo casi de inmediato.

Siendo que frente a él se presentaba ni más ni menos que el coro… el hombre de tren.

-pero si eras tú pequeño, no esperaba volver a verte tan pronto. - sonrió ante su nuevo descubrimiento, a la vez que veía la cara del más bajo desfigurarse.

- ¿a quién estas llamando enano? maldito viejo.

El aun divertido contesto. - ¡hey! tener 29 no significa tener un pie en la tumba-

Estuvo a punto de lanzarle una zarda de maldiciones, pero cuando su boca se abrió, la cerro casi al instante. No era la persona que conocía, a la que le gritaba hasta de lo que se iba a morir.

-como diga, tengo prisa, adiós- dijo tajante.

-si te iras al menos dime tu nombre, no es justo que sepas el mío, además dime ¿de dónde nos conocemos? - el rubio le miro interrogante. Pareció entenderlo y completar un poco lo dicho- habías dicho que te recordé a alguien que conociste, y dijiste mi nombre.

Abrió un poco los ojos, en ese momento sí que estaba cansado, no se suponía que soltara ese tipo de información a un desconocido, solo causaría mal entendidos- no le de importancia- puso su mano haciendo una señal de alto- no fue nada importante.

-Para mí si lo parece, si no lo fuera ¿por qué no decirlo? - cuestiono utilizando palabras similares a las que uso su compañero ese mismo día.

Pensó tan rápido como pudo. –es una historia larga.

-tengo tiempo- exclamo rápidamente.

-yo no- replico, trato de avanzar, pero el cuerpo del pelinegro se posó delate de su camino, trato de ir por la izquierda, este se movió deteniéndolo de nuevo, así un par de veces hasta que esto arto al otro. Esta situación parecía suceder demasiado últimamente, ¿acaso todos se bien puesto de acuerdo para ser increíblemente tercos? - ¡no piensa dejarme pasar! - reprendió frustrado.

-no.- le dijo con una gran sonrisa que hizo suspirar exageradamente al chico.

- ¡bien! Pero ha sido tu estúpida idea, no me hago responsable de nada y no me importa si no me crees bastardo.

Esto más que ofenderlo, hizo que ensanchara su sonrisa con la victoria que acababa de obtener.

-pero no aquí, suficiente tengo con que usted lo sepa como para que otros escuchen y me tomen de loco.

Alzo los hombros, le extrañaba que dijera algo así, pero la curiosidad le pudo más, siguió al rubio a un salón que parecía no estar ocupado. - será largo, en eso no mentí, mejor acomódate. - le dijo mientras se sentaba, el hizo lo mismo, permaneciendo a la suficiente distancia.

Ed aún se sentía algo incómodo ¿cómo no sería así? Estaba al lado del hombre más sarcástico y molesto que haya conocido, bueno, a medias, pero se sentía igual. Empezó a ignorar eso en lo que se concentraba en cómo empezar con su larga explicación.

-ok- inicio- en una noche tormentosa…

 

…………………………………………………………………….

 

-y esa fue la última vez que vi al coronel.

El silencio permaneció en lo que descansaba su garganta después de lo que pareció una eternidad, no solo le tuvo que explicar cómo lo “conocía” sino que incluido a ello, los principios básicos de la alquimia, su funcionamiento, el automail y otras tantas cosas que se mantenían distintas entre sus mundos.

-wow- no pudo decir más, su mente no paraba de analizar cada palabra, era mucha información.

- ¿solo “wow”? - pregunto confundido.

- es solo que, no sé, es…

-no me crees- puntualizo.

-yo no he dicho eso. - respondió molesto. – y ¿por qué no puedes hacer alquimia aquí?

-no lo sé, solo no puedo. –respondió con un tono seco, ya era mucho todo lo que le dijo, no necesitaba recordar específicamente eso.

- ¿lo puedes intentar? - hablo con un tono difícil de diferenciar, casi infantil, algo así como un niño esperanzado, pero con voz más grabe.

- no va a funcionar- aunque esto no apago la mirada del mayor, quien le seguía mirando, esperando a que cambiara de opinión. - no piensas dejarme ir hasta que lo intente ¿verdad?

-creo que sabes la respuesta.

No espero, ya había perdido mucho tiempo, eso no le quitaría más de un minuto y le quitaría al hombre de encima, eso era suficiente para que lo hiciera.

Tomo su cuaderno, lo abrió dejando cualquier página que saliera, resultando en un círculo para poder crear alguna figura pequeña.

Busco en sus ropas algún material que sirviera para eso, encontró un par de tornillos.

Aun bajo la mirada de un curioso Roy puso los tornillos encima del circulo y acomodo sus manos en el mismo, pensó en la figura, esperando que no resultara de nueva cuenta.

La gran sorpresa, no solo para su espectador, sino que para el mismo se presentó cuando este había brillado, sacando algunos rayos y dejando la figurilla de un dragón arriba del cuaderno.

Ambos observaban la figura, uno con asombro y desconcierto, el otro realmente sorprendido.

Edward miraba sus manos, el círculo, la figura, los intercalaba, en busca de alguna respuesta.

-no decías… que no podías hacer alquimia…

-no podía- dijo entre sorprendido y feliz.

Se levantó rápidamente, sobresaltando a quien le acompañaba. No le importo en lo más mínimo, tampoco espero, dio un aplauso tan fuerte como le fue posible y toco el piso.

la figura de un gran caballo, parecido a los de un carrusel, pero algo perturbarte, salió del piso, midiendo casi 2 metros.

Una gran sonrisa se instaló en el rostro de Ed, era sincera, sus ojos brillaban como nunca antes, casi como dos estrellas.

No conforme con eso, probo un par de veces más, creaba figuras diferentes con cada aplauso, un dragón más grande, una gárgola, un grifo…

Esto hizo pensar a Roy que el joven tenía fascinación por las criaturas mitológicas.

Luego de quedarse sin espacio para crear más, finalmente Ed se tomó el tiempo de pensar más seriamente todo.

No entendía por que podía usar su alquimia, lo había intentado antes de subir al tren, no funciono, ¿por qué ahora sí?

-Tienen gran detalle- esto le tomó por sorpresa, atrás suyo, apareció Mustang admirando su trabajo.

- esto… no es gran cosa. - el comentario saco una risa del hombre.

-que humilde- dijo con ironía.

No sabía si contestar con burla, sarcasmos, respeto, o mejor ni siquiera contestar. Pero algo en su mente detuvo todo lo que pudiera pasar por sus pensamientos- ¡NO PUEDES DECIRLE A NADIE! - soltó sin tacto, desconcertándole con el cambio tan abrupto que sufrió el chico.

- ¿Por qué?...

Molesto le contesto – se supone que no debía funcionar… pero lo hizo. así que hasta que no sepa porque, no, mejor dicho, hasta que pueda asegurar que me puede ayudar a regresar a casa, mientras menos sepan mejor. Esto, es, joder. - empezó a divagar, era mucho para su cabeza, al fin ALGO. No era una pista falsa, una teoría, un invento fallido. Era una salida de verdad.

Aun entre murmullos, los hombros de Edward fueron sujetados por Mustang para hacer que parara de hablar. –vale, ya entendí. secreto. Tranquilo.

Sus ojos se centraron en los del más alto, no podía creer eso, quería seguridad, pero simplemente no tenía forma de estarlo, le inquietaba.

-bien… que te parece esto, ágamos un trato- propuso casi leyendo los pensamientos de Edward. – yo no digo nada si tu… bienes a mi casa cada día y me dices que te parecen mis escritos. - termino con una gran sonrisa, que paso a dejar escapar una risa ante la cara del rubio, entre choqueado e inquieto.

- ¿tu escribes?

- olvidas que no soy tu coronel, y sí, soy escritor, vamos, es algo simple, así podrás ver si le he dicho a alguien… mira si me vez a diario, el día que no me encuentre puedes suponer que algo paso y prepararte para eso.

Era un trato ridículo, no tenía ninguna base, era más fácil creer que era una trampa… y, aun así, acepto, no sabía por qué, pero acepto.

Alegrando al mayor quien le dio su dirección y salió del salón dejando solo al chico.

 

……………………………………………………………………….

 

Se quedó casi durante media hora en aquel lugar, no era bueno pensar demasiado en él y debería tratar de volver a Amestriz, pero las ideas siempre parecían terminar por guiarle a Mustang nuevamente.

Luego de que se fuera volvió al lugar donde estuvo sentado antes, observo su libreta, cientos de círculos diferentes, simples y complejos, para diversos materiales en específico o universales, eran muchos, quería usarlos todos de nuevo, era como si recuperara una parte de su ser.

Al pasar las paginas llego el momento donde encontró la última hoja que uso, el circulo que usaba para origami, casi como si se pudiera borrar, toco con delicadeza el contorno.

Pensó en la primera figura que hizo con al, un ave de papel, recordaba la sonrisa de su madre al ver lo que habían hecho. Un sabor agridulce se sintió en su boca.

Pero cuando se decidió por activarlo escucho una voz lejana llamando por su nombre.

-¡¡¡Edward!!!, ¡¡¡Edward!!!- su voz cada vez se volvió más fácil de distinguir conforme se acercaba, Alphonse parecía estar cerca del salón.

Tomo lo poco que dejo afuera y se aproximó a la puerta.

Viendo al abrirla a un Heiderish preocupado y al parecer agitado.

- ¿Dónde estuviste? -preguntó enojado haciendo que Ed se encogiera un poco en sí mismo, Heiderish molesto era comparable con su maestra, aunque no golpeaba tan fuerte, su instinto reaccionaba con la misma señal que le indicaba huir a un refugio con un bate a la mano para protegerse.

-Por ahí…-contesto cohibido.

Esto hizo que la ira que el otro presentaba se volviera más notoria en su tono de voz-Te dije que descansaras- dijo siseando de manera lenta, conteniendo el volumen de su voz- no que desaparecieras sin dejar rastro.

-No creo que haya sido tanto tiempo ¿o sí? -cuestiono dudoso, para él fue no más de una hora, quería pensar que no tendría por qué estar en problemas.

Con una sombra encima de sus ojos junto a una sonrisa siniestra le señalo al lugar donde se encontraba una gran ventana, acato la orden muda que le daba solo para darse cuenta de que se podía apreciar los colores del atardecer bañando los edificios de la universidad junto a algunos árboles.

-Yo… creí que era más temprano- se excusó con un torpe gesto de rascarse la cabeza incómodamente.

La mirada de Heid no se apaciguo con esa aclaración, pero con todo el auto control que poseía, respiro y le tomo del brazo izquierdo para caminar de regreso con sus compañeros calmándose con cada paso.

Ed no hizo ninguna queja en el camino solo dejándose llevar por entre los pasillos, deteniéndose en lo que se abría la puerta y soltaba su agarre al entrar, siguiéndolo apenado, en otras ocasiones se iba por mucho más tiempo y más lejos, pero en esas ocasiones se notaba que no regresaría pronto, a comparación de ese momento, previamente dijo no tomar más de una hora, creyendo que nadie lo había escuchado solo para darse cuenta lo equivocado que estaba.

-Vaya, al fin, ¿qué hacían? - fue el recibimiento que consiguieron de parte de Jackson, este se encontraba encima de unas máquinas gracias a una escalera que era sujetada por su otro compañero.

-Recuperamos al Edward más soñador que nunca conoceremos- espeto Heid un poco más relajado y casi divertido.

Con mayor alegría y entusiasmo Brent dejo la escalera mientras sonreía hacia Ed-Menos mal, ¿paso algo interesante?

-de hecho, algo, si, muy interesante- cambio por completo el aura del mayor Elric.

Ente el gran cambio del chico Heid no pudo evitar el contagiarse de ese entusiasmo y preguntar- ¿De qué se trata? -

No dejando que el más bajo hablara Jack especulo en broma- ¿Otra de tus locuras imposibles? -

De esta manera alentando a Brent a hacer lo mismo- ¿Una gran historia con dragones y quimeras?

- ¿Un familiar perdido? -

- ¿El amor de tu vida? -siguió Jackson

-Ya quisieran-detuvo Edward, esas teorías, que, aunque graciosas, no era ni de cerca lo que tenía que contarles, eran sus amigos, confiaba lo suficiente en ellos y se alegraba enormemente de poder finalmente mostrarles algo que era gran parte de él, en más de un sentido.

-Bueno, no sería malo descansar, ¿qué tal si nos muestras eso tan grandioso? - dijo Brent tomando asiento en una de las partes de metal que habían regadas en la habitación, ocupando gran parte del objeto, no era precisamente pequeño.

-Bien, pero no se sorprendan demasiado-acuso sarcástico, la emoción no disminuía ni un poco para el joven.

-Claro, claro- respondió restándole importancia, era raro verle de tal manera, tan feliz.

-Mientras no hagas explotar nada, todo bien- declaro Jack al terminar de sentarse en el piso, mostrando una simple sonrisa.

-Sé que no me creen cuando les digo que yo se alquimia, pero, con esto no les quedara la menor duda- afirmo sin dejar que le bajaran los ánimos y empezando a buscar de entre sus ropas lo necesario para llevar a cabo su demostración.

Los tres rieron, no sabían muy bien lo que él quería decir, pero parecía un niño queriendo mostrar su juguete a los adultos- no querrás decir que ahora harás tu magia ¿o sí? -interrogo el delgado chico sentado en el piso con Heiderish a su lado.

-Ya les he dicho que no es magia es ciencia-bufo molesto.

-sí, se lo dijiste, muéstranos gran alquimista- bromeo Jack nuevamente.

Ed se agacho, comenzando con diversos trazos que terminaban por crear grandes figuras, él podía hacer alquimia sin círculos, es verdad, aun así, el prefería estar seguro de que funcionara, y por eso se tomaba el tiempo de hacer su gran creación.

- ¿Qué hace? - susurro Brent a los dos chicos frente a él, todos siguiendo los movimientos que realizaba la persona a unos metros de ellos.

-Parece un dibujo…- le contesto Jackson un poco dudoso.

-Déjenlo- corto Heid, esperaba que lo que hacía su compañero tuviera una finalidad, aunque no sabía cuál, él quería darle el beneficio de la duda hasta que acabara.

-Si tú lo dices, es solo que, de verdad parece como uno de esos círculos satánicos de los libros de historias de terror- no pudo continuar con la idea, al momento de decir aquello, Edward ya estaba con los ultimo detalles de su trabajo.

- ¡Listo! - exclamo orgulloso del circulo delante suyo.

-Ilumínanos con tu sabiduría gran alquimista- felizmente Jack tomo la palabra.

-Oh calla, ya lo verán- se mofo de su compañero, quien parecía ya impaciente de ver lo que le tenían preparado.

Ed empezó a jalar un par de barras de metal y dejándolas encima del circulo sin dañar los trazos que previamente había hecho. - ¿Para qué es eso? - pregunto Heid, admirando con detalle tal dibujo a la par de como arrastraba las barras.

-No puedo usar alquimia si no tengo material- dijo con simpleza, dejando lo que llevaba.

- ¿Material?, no entiendo- dijeron tanto Heid como Jack.

-Necesito algo para conseguir otra cosa- esto solo hizo que los chicos le miraran aun sin entender la razón de sus acciones. - Es mejor mostrarles-

Se preparó, no podía esperar la emoción se acumulaba en él, una ráfaga de adrenalina, casi sintiendo como temblaba de la misma.

Junto sus manos en un gran aplauso eufórico y se agacho al gran circulo, tenía pensado crear una réplica no funcional del cohete que estaban haciendo, seguro les gustaría a sus compañeros.

Pero sus ojos se pusieron en blanco, él estaba preparado para quedar segado ante los rayos que producía la alquimia, pero estos no se presentaron, no pasó nada.

Repitió el aplauso, de nuevo no funciono, lo hizo una y otra vez, lo hizo al menos 5 veces, en la última dejando más tiempo sus manos, sus ojos fijos en el círculo.

Quedo agachado con las manos en esa misma posición y sin alzar la vista, estaba estático.

Como podía fallar tan de repente, no tenía sentido, él lo había hecho hace poco, ni una hora antes, de qué manera era que funcionaba y luego no. No tenía ningún error, él lo sabía, aun así, había fallado, no podía ser.

Apretó sus puños, el izquierdo empezó a doler… no le importo.

Si él no podía hacer alquimia… si él no podía recuperarla, su mundo… él no los vería, a sus amigos, a su familia, no los vería. Era su única pista, como podía perderla, es que no… no era posible.

- ¿Y bien? - Jack hablo desilusionado, esperando algo más, se le notaba muy animado como para que solo fuera eso.

-Pero que…- miro sus manos de nuevo, quería destruir se prótesis, tal vez así se podría calmar, pero no era la mejor idea, lo sabía.

-Edward, sería bueno ir a casa, deberías descansar- improviso Alphonse al ver lo raro que se veía en ese momento, podría jurar ver sus ojos cristalizarse, incluso perder todo brillo de su ser.

-No…-contesto, pero él se acercó, tratando de levantarle- ¡he dicho que no! -exclamo notablemente alterado-, esto debería funcionar, hace un momento funcionaba.

- ¿En qué momento? - cuestiono en un intento de calmarlo con una voz dulce.

-Cuando… cuando estaba con el hombre que encontré en la estación de trenes- contesto en volumen bajo.

- ¿Cuándo ninguno de nosotros estábamos, con un hombre que no hemos visto? - pregunto Jackson incrédulo.

- ¡Estoy diciendo la verdad! - grito molesto ante la duda de su compañero, eso era una humillación, ¡él no era un mentiroso!

-Vamos Edward- nuevamente trato de interceder Heid.

- ¡No! Es verdad, funciono, no sé por qué, pero lo hizo-  continuo con el mismo tono, cada vez más molesto, esto le llegaba muy al fondo de su ser. No solo era la manera de abrirles los ojos, el NECESITABA su alquimia.

-Y yo encontré un unicornio en el baño- Jack comento divertido.

Seguido por Brent, quien molestándole dijo-Eso fue cuando habías tomado de mas-

-Eso no es verdad-trato de defenderse.

-Pero si fue cuando empezaste a cantar mambrú se fue a la guerra, con un tenedor como altavoz-rio disimuladamente, siendo descubierto por su sonrisa.

- ¡Se suponía que es un secreto!

Ed escucho la conversación de esos dos, ellos se están burlando de él, ellos no le creían, ellos… no, no era solo eso…

Salió corriendo, el ya no tenía nada que hacer allí, había ayudado suficiente.

- ¡Edward! - grito Alphonse.

No se detuvo, no pensó, solo corrió, fuera de la universidad, por calles, por edificios y callejones, él estaba escapando, alejándose de todo, incluso de su conciencia.

Así fue hasta que ya no pudo más, cuando el aire escaseaba, sus músculos dolían, solo entonces se permito encender su cerebro de nuevo.

Luego de dos años, sus esfuerzos terminaban siempre mal, pero por que este también tenía que hacerlo, de verdad fue tan malo lo que hiso que solo se merecía ver sus sueños en sus manos mientras estos se desmoronaban, le paso con la piedra filosofal, era por eso que él estaba ahí en primer lugar, y ahora…

-Pero funcionaba, yo lo vi, lo sé, no lo imagine. ¿Por qué? – miro al cielo, preparándose para gritar con todo lo que sus pulmones le permitieran, hasta que le doliera la garganta.- ES QUE ACASO NUNCA DEJARAS QUE SUELTE MI UNICO ERROR… ¡MI UNICO PECADO!- al borde del llanto, sus ojos ardían, su pecho le oprimía, comenzó a patear cosas, botes de basura, cajas, latas, todo aquello que tuviera en frente, igual golpeo paredes, las lágrimas salían sin pena de sus ojos, nublando su vista, pero el continuo, no se detuvo,  tal vez hubiera seguido si su cuerpo no se hubiera cansado, no, era seguro que él hubiese seguido mucho más.

Callo de rodillas, el viento gélido paso por sus húmedas mejillas, se mantuvo como una estatua, solo se movía por su respirar, no sabiendo cuanto estuvo así, volvió a su casa en un caminar que hacia parecer que se trataba de un alma en pena, ojos desenfocados, pelo despeinado y ropa rasgada.

Abrió la puerta, encontrando que Heid quien había ido a dormir hace poco, lo noto gracias a sus grandes ojeras, lo dejo como lo encontró, cerrando la puerta de la habitación y entrando a la propia, miro el reloj.

“3:14”

Notas finales:

¿comentarios, sugerencias, tips, observaciones?

lo que sea me alegrara que se tomen el tiempo de decirmelo.

nos leemos^^


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