Capítulo 3: Gastón y Maurice.
“Hay cierto placer en la locura que solo el loco conoce”
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- ¿Qué le pasa a todo el pueblo? - Lefou se dejó caer junto a la fuente donde aquella chica leía nuevamente había paso el extraño comportamiento de las gentes del pueblo, Gastón había nuevamente proclamando su amor a Lefou en medio de la plaza y cuando lo desairó todos parecían mirarle con odio como si él fuera el que estuviera mal aquí - ¿están todos locos? – suspiro dejando caer sus hombros.
- Son ignorantes – respondió la chica sin dejar de mirar su libro, era una historia interesante pero bueno conocía a Lefou y algo curiosa quería saber que vio en el Gastón - la ignorancia trae consigo la estupidez.
- Soy analfabeta también y sin embargo no entiendo esta atrocidad – continuo el agradecido que alguien en el pueblo comprendiera un poco sus emociones.
- Ser letrado tampoco es sinónimo de brillantes – dijo finalmente con una sonrisa - solo mira a Gastón con gran educación pero un poco – hizo una mueca, no piensen mal ama a su amigo Gastón pero a veces puede ser algo no ingenuo lo que le sigue - bueno tú me entiendes.
- Dímelo a mí – rio el - Pierrot Lefay pero puedes llamarme Lefou – finalmente se presentó extendiendo su mano.
- Bella – dijo ella agitando la mano de el - sé quién eres – le miro sonriente - has captado la atención de Gastón todo el pueblo sabe de ti – ahora parecía evaluadora como intentando descifrarlo.
- Perfecto simplemente perfecto – dijo con sarcasmo - espero que no creas que soy como el – trato de dejarlo en claro no quería que lo juzgaran de aquella forma - yo jamás sería un sodomita – dijo con algo de molestia - no algo tan repugnante – hizo una mueca - tan abominable – continuo - ¿no puedo entender por qué no le han colgado por eso?
- La ignorancia también trae consigo el miedo – bella cerro su libro entonces con mucha fuerza ante tales comentarios - Monsieur Lefay le agradecería que no hablara de lo que no conoce, Gastón ha hecho mucho por este pueblo – y aun que había escuchado muchas cosas maravillosas de el por Gastón empezaba a creer que este tipo realmente no se merecía a su amigo.
- ¿Usted también? Y creí que era una persona razonable.
- Usted es irrazonable Gastón puede que no sea el más brillante del pueblo o el más educado pero es una buena persona – le recrimino ella furiosa, que se creía este hombre no sabía nada, el no conocía a Gastón como lo hacia ella, el definitivamente no merecía ni un segundo de Gastón - ha protegido este lugar desde siempre y cuidado de su gente.
- Es un sodomita – le recordó- está mal a los ojos de Dios.
- Lo que el haga en su tiempo personal no debería importar y mucho menos a usted, no hace daño a nadie.
- Esta acosándome – dijo levantándose de golpe, porque Dios el acoso era horrible.
- Hablare con el – dijo ella levantándose igualmente - pero en su defensa diré que es demasiado terco y en su cabeza esto es solo cortejo – acomodo su delantal sacudiéndolo y le lanzo una última mirada de odio - con su permiso Monsieur Lefay.
Lefou se sintió como un verdadero idiota al criticar a Gastón con lo que parecía ser su mayor defensora-mejor amiga, estaba a un paso de disculparse cuando vio a la chica correr tras el caballo solitario que acababa de entrar al pueblo, levanto su mirada entonces al enorme reloj en la torre y descubrió que ya era tarde para su trabajo, solo esperaba que Gastón dejara de mirarle como cada noche.
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Como costumbre la taberna estaba llena desde que Gastón nuevamente aparecía en la noches, antes estaba muy ocupado quejándose con bella en su casa por lo que las noches eran tranquilas, ahora todo estaba muy animado, el lugar estaba con los acostumbrados clientes más todos los admiradores de Gastón quien lamentablemente solo tenía ojos para el regordete hombre que atendía los pedidos al llevar las jarras de cerveza.
Gastón suspiro por enésima vez esa noche mientras a su lado Stayce gruñía porque este no dejaba de lucir patético, para intentar animarlo ella hizo un gesto a Lefou para rellenar su tarro y el hombre le sonrió mas al verla junto a Gastón aquella sonrisa se borró de inmediato, con toda la frialdad del mundo Lefou sirvió cerveza en el tarro de Gastón y con una amble sonrisa la de Stayce quien solo rio al ver la desilusión en la cara de su amigo.
- Por dios Gastón – gruño la mujer empujando al hombre – quita esa cara que Lefou te ignore no es el fin del mundo – le recordó pero Gastón solo suspiro más fuerte – ¿qué tal un juego de dardos? – pregunto Gastón quito la vista un segundo de donde miraba a Lefou y tomando su chichillo lo lanzo con fuerza a la pared para regresar de nuevo a mirar al hombre sirviendo cerveza – bien entendí el punto – dijo ella cruzándose de brazos entonces miro a los músicos que parecían aburridos de tocar una música tranquila y una idea se le ocurrió.
Hay algo que debes saber, Lefou
Que no quieres entender.
Stayce se levantó entonces empezando cantar a un confundido Lefou que solo miro a la mujer extrañado.
Ser como tú, todos piden, Lefou
Con tu suerte en el amor.
Y Gastón miraba intrigado cada movimiento de la mujer, puesto que ahora estaba abrazando a Lefou por los hombros mientras miraba a los músicos haciéndoles una mueca para que la siguieran tocando.
No hay nadie que cause tal envidia
Y siempre lo hará
Inspiración, eres tú único
Como tú, yo lo sé, nadie pudo.
Y Lefou estaba cada vez más confundido no entendía la intención de Stayce al cantar eso por lo que intento zafarse para seguir sirviendo la cerveza.
Nadie es tan lindo como Lefou
Nadie es tan suave como Lefou
Nadie tiene un cabello tan sedoso como Lefou
No hay hombre en el pueblo con tanta suerte
Gastón se levantó molesto al escuchar esa parte de la canción puesto que Stayce había acariciado la mejilla de Lefou con suavidad mirando de reojo el enfado del cazador, “Bingo” pensó al verlo reaccionar finalmente por los celos.
Como Lefou
Cantaron de mala gana las trillizas con un puchero, al ver a su prima mirarlas con advertencia.
Tú, pregúntale a cualquier muchacho
Te dirán que Gastón es lo mejor
Siguió cantando buscando al escurridizo Lefou que parecía querer ignorarla, Lefou se había escondido entre Tom y Dick pero Stayce se acercó a ellos y jalando a Lefou siguió cantando.
¿Quién es?
Pregunto ella a los hombres que parecían más interesados en su cerveza por lo que les dio un golpe en la nuca y miro amenazante.
Como Gastón
Cantaron en coro.
Rompe
Hizo una mueca y los hombres parecían confundidos pero finalmente entendieron y cantaron.
El corazón
Quién podrá ser un sol como nuestro Gastón
Dijo finalmente señalando al hombre que al fin comprendía el fin de aquella canción y se levantaba totalmente orgulloso.
Un espécimen, soy muy intimidante
Canto el cazador luciéndose como sabia.
Muy grande eres Gastón
Cantaron en coro la gente.
Agradezco su apoyo
Gracias stayce
Canto guiñándole un ojo a la mujer que asintió y se aferró con más fuerza a Lefou quien esperaba escabullirse sin lograrlo.
Es sencillo entregarte mi apoyo Gastón
Y cantando eso Stayce lanzo a Lefou contra el cazador que lo atrapo como si de un vals se tratase para darle una vuelta y finalmente abrazarlo entre su cuerpo.
- ¿Es mucho? – pregunto en un murmullo pues sintió la incomodidad del hombre bajito.
- Si – respondió con los dientes apretados Lefou soltándose de su agarre y volviendo a tomar la jarra de las manos de Stayce para seguir con su trabajo.
Nadie vence a Gastón
Qué valiente es Gastón
Y la música siguió con el coro de todos los presentes que alababan al capitán.
Nadie es mejor que Lefou para Gastón.
Grito Stayce a lo que Lefou hizo una mueca de desagrado.
Cuando cazo soy muy diestro y hábil
Y hago a las fieras llorar
Les apunto a su punto más débil
Y les doy un revés
Y Gastón empezó a Cantar siguiendo a Lefou hasta la barra donde se subió para cantarle mejor al regordete hombre y cuando este no parecía entender se acostó en esta solo para sostener la jarra que él quería tomar por lo que ambos se la jalonearon.
- ¿No está mal? – pregunto ante lo inmoral de su canto.
- Es igual – se encogió de hombros con una sonrisa y Lefou le arrebató la jarra ignorando el puchero del cazador.
Nadie pega como él
Nadie es listo como él
Nadie escupe tan lejos como el gran Gastón
Cantaron en coro la gente y Lefou rodo los ojos ante cada cosa haciendo una mueca de desagrado por lo último.
- Y hablando de eso, soy un experto – dijo Gastón escupiendo para caer en el tarro de cerveza de un hombre a unos metros adelantes, Lefou hizo una mueca mientras Gastón seguía presumido y nadie pareció molestarse por eso.
¡Diez puntos Gastón!
Cantaron animándole, enserio Lefou estaba a punto de salir corriendo de ahí, por lo que se quitó el mandil y empezó a escabullirse.
De chico docenas de huevos comí
Y por eso tan fuerte crecí
Hoy sigo comiendo en gran cantidad
Soy por eso tan grande y audaz
Aprovechando que Gastón seguía cantando y de hecho estaba cargando a una mujer se encamino a la entrada cuando oh sorpresa un brazo lo rodeo de la cintura y joder estaba siendo levantado del suelo, Lefou casi grita al darse cuenta que Gastón lo estaba levantando también, la mujer a su lado sonrió y el sintiendo perder el equilibro puso sus manos en la cabeza de Gastón que solo rio al verlo asustado por lo que finalmente los bajo.
Y continuaron aminándole con aplausos mientras Lefou daba gracias de estar nuevamente en el suelo, Gastón rio por lo que se dio cuenta que aún seguía aferrados al hombre y este lo tenía de su cintura por lo que lo empujo soltándose, Gastón entonces subió sobre las mesas para consternación de Lefou que miraba aquello con desaprobación al mismo tiempo dos mujeres subieron y bailaron con Gastón hasta que alguien, Stayce sospecha lo empujo y Gastón tomo su mano jalándole para hacerle subir y bailar ahí también.
Lefou se rindió negado con la cabeza empezó a zapatear aplaudiendo y riéndose, esto era ridículo, estaba mal y definitivamente no debería pero qué más da, era lo más que se había divertido en mucho tiempo por lo que simplemente se dejó llevar y bailo importándole poco que fuera con Gastón aminado por medio pueblo.
Gastón lo tomo entonces de la cintura para darle un par de vueltas y finalmente tomo su rostro sorprendiéndole estaba seguro que lo besaría cuando de la nada otro hombre salto sobre la mesa en el extremo contrario por lo que Gastón le soltó, vio entonces que llevaba una espada y amenazante miro al capitán, cuando vio a Gastón ese ya tenía puesta su chaqueta roja y su espada por lo que empezó una “batalla” aquella representación fue tan emocionante, Lefou bajo de la mesa justo a tiempo para ver como Gastón detenía a tres atacantes, algo ridículo pero aun así no podía despegar la vista de él y como si nada Gastón empezó a caminar, alguien le alcanzo un tarro para beber cuando un atacante por detrás intento sorprenderlo, Gastón se giró justo a tiempo y todavía se agacho para entregar el tarro a Lefou guiñándole un ojo para nuevamente enfrentarse nuevamente a la batalla.
Uno a uno los atacantes fueron cayendo a en las manos del poderoso capitán para terminar en una triunfante pose que coincidió con la pintura en la pared, Gastón se inclinó entonces extendiendo una mano para volverlo a subir a la mesa y tras un largo debate Lefou la tomo, subió entonces donde el vencedor seguía posando entre ovaciones del público, Stayce miro a Lefou animándolo y este negó con la cabeza.
- El mejor - dijo Lefou con sarcasmo sin mucho amino.
¡Es Gastón!
Cantaron en respuesta.
- Es genial – dijo entonces cuando Gastón volvió a tomarle de la cintura.
¡Es Gastón!
Otra vez el coro.
Nadie puede hacer lo que puede Gastón
Con trofeos mis muros voy decorando
Y el agarre en su cintura se apretó acercándole a su cuerpo mientras cantaba levantado su espada en victoria, para nuevamente mirar a Lefou y acercar su rostro casi para besarle.
Otro no hay
Es un hombre sin par
Él es fenomenal
Especial
Colosal
Tú pregúntale bien a sus fans
Sólo hay uno con convicción y pasión
Y el coro de los que cantaban les envolvió en un momento único, Gastón le miro sonriente, el momento fue roto por Stayce que se levantó en la mesa cantando.
Él es G - A - S – T – O
Gastón
Canto el coro con ánimo para finalizar la canción, lentamente ellos bajaron de la mesa, Gastón como todo un caballero ayudo a Lefou que rindiéndose se dejó ayudar sin darse cuenta que alguien, Tom movía la mesa para que se tropezara y callera sobre Gastón quedando rostro contra rostro, Lefou todo sonrojado por el esfuerzo de hace un momento lucia mucho más adorable y apetecible de lo normal porque Gastón no podía resistirse a acercarse y besarlo.
Entonces la puerta se abrió y el beso no se concretó, Lefou le empujón con fuerza y Gastón furioso juro que mataría al idiota que arruino su momento.
- Gastón – dijo Maurice entrando – tienes que ayudarme la tiene, la encerró en un gran calabozo – y toda la furia se evaporo del hombre – tiene a Bella – Gastón se acercó a Maurice aquel viejo hombre que lucía horrible despeinado y totalmente agitado.
Alguien tenía a Bella.
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Gastón no recuerda muy bien que conoció a Bella mucho antes de decidir a hacerla su esposa, no es que fuera su culpa solo no presto atención, recuerda el gran alboroto en el pueblo cuando la multitud salió al bosque buscando a la niña perdida en el bosque, eso era lo bueno de los pueblos pequeños si alguien tenía alguna emergencia todo el pueblo ayudaba, no importa que apenas si llevara unas semanas ahí, eras parte de esa comunidad y ellos se tomaban muy enserio eso, por lo que cuando Maurice empezó a gritar pidiendo ayuda debido a que su niña no regreso del bosque aquella tarde todo el pueblo salió en su búsqueda.
Resulto que Bella no había sido devorada por los lobos o demás bestias feroces, o caído en el rio y ahorrarse o su favorita tropezar con un tronco y romperse el cuello, en serio que tenía esta gente en lugar de tranquilizar al hombre lo ponían más de nervios, el punto es que bella se quedó dormida debajo de un árbol leyendo, si la niña se distrajo y quedó dormida por lo que no escucho cuando la llamaron, todos suspiraron aliviados, padre e hija se reconciliaron y el pueblo se sintió satisfecho.
Tiempo después volvió a suceder Bella desapareció y ahora como doncella oficial de Gastón y futura esposa este llamo al pueblo en ayuda, solo quería que lo vieran encontrarla como un héroe y así Gastón la rescato de una horrible ardilla que quería robar su galleta en su bolsillo mientras otra vez dormía.
La tercera vez se volvió repetitivo y para la quinta ya nadie hacia caso, solo Gastón salía a buscarle junto a un muy angustiado Maurice, por lo que ser el primero a quien pedirle ayuda se convirtió en una costumbre, así que ahí estaba Maurice llamando a Gastón porque Bella había desaparecido pero esta vez una Bestia la había capturado.
Gastón suspiro fue divertido las primeras veces, había mucha emoción y Maurice siempre fue bueno con el por lo que ayudarlo estaba en primer lugar pero ahora había arruinado su beso con Lefou y bueno el momento totalmente, estaba a punto de decirle que Bella seguramente estaba durmiendo y regresaría más tarde cuando a su lado Lefou se miró realmente preocupado.
- Una gran y monstruosa bestia – dijo Maurice agarrando las solapas del traje del capitán, todo el mundo estallo en risas entonces y Gastón ya acostumbrado a las exageraciones del hombre solo suspiro – ¿porque se ríen? la vida de mi hija peligra – respondió el viejo a las burlas, Gastón estaba a punto de salir a su rescate al escuchar nuevamente las burlas alguien aprecio llamarlo loco y eso sí que no le gusto cuando vio a Lefou mirarse realmente preocupado.
- Pobre hombre – murmuro Lefou mirando realmente preocupado – te ayudare a encontrarla – dijo sorprendiendo a los presentes y Gastón miro a este pequeño pero valiente y leal hombre con nueva admiración, tal vez Maurice estaba diciendo algo más pues agradecía a Lefou y como nadie más parecía querer ayudar una nueva idea se formó en su cabeza.
- Claro que te ayudaremos – dijo Gastón llamando la atención en el nuevamente – encontrare a Bella como siempre lo hago – y Maurice empezó a balbucear agradecimientos mientras Lefou le miraba con sorpresa y algo de admiración.
Ni siquiera pensó en lo ridícula de la situación pues ahí estaba Lefou mirando con gran admiración y si tenía que ir en cienos de búsquedas inútiles, él estaba seguro que Bella ya estaba en casa pero lo valía por Lefou.
Tras largas horas de búsqueda en la pequeña carreta después se dio cuenta que no fue tan agradable como pensó, si estaba con Lefou en un casi romántico paseo por el bosque a la luz de la luna pero Maurice está ahí llamando toda la atención de su futuro esposo quien preocupado escuchaba atenta cada palabra y bueno estaba empezando a impacientarse, En primer Lefou no estaba sentado a su lado, no, tan amable como era dejo que el viejo hombre se sentará adelante y en segunda hacia un montón de frio Gastón con su abrigo se estaba enfriando y Maurice empezaba a temblar joder si se enfermaba Bella iba a matarlo.
- Creo que ya es suficiente – dijo Gastón dándose cuenta que no podría lucirse esta vez – hay que dar la vuelta.
- Esperen – dijo Maurice y Gastón detuvo la carreta para que el viejo hombre bajara de esta hasta un árbol cercano – aquí es – y Maurice empezó a murmurar cosas sobre magia y troncos que regresan a su posición original eso era nuevo Gastón nunca lo había visto así.
- ¿él está bien cierto? – Lefou se acercó por detrás para murmurarle algo y Gastón se dio cuenta a que se refería, un poco indignado por que llamaran loco a Maurice solo sonrió en respuesta y bajo de la carreta para acercarse al viejo que seguía murmurando con ademanes algo de un castillo mágico.
- Muy bien Maurice – sonrió el – se acabó el juego – suspiro – regresemos a casa.
- La bestia la tiene y esta – volvió a decir mirando al bosque.
- No existe ninguna bestia – levanto un poco la voz - o las tazas que hablan o la magia – dijo entre dientes - pero si hay lobos mucho frio y el hambre atroz – dijo mirándole un poco con fastidio estaba cansado y quería regresar a la calidez de la taberna para deleitarse con Lefou aunque fuera a metros de él ignorándole.
- ¿Está todo bien? - pregunto Lefou entonces desde la carreta levantándose, Gastón se giró a verle sonriendo para nuevamente mirar a Maurice.
- Maurice – dijo con voz ahora suave – estoy seguro que bella ya está en casa cocinando algo delicioso – dijo con entusiasmo.
- Si crees que todo fue un invento mío – le miro entonces Maurice indignado - ¿por qué decidiste ayudarme?
- Sabes perfectamente porque – respondió Gastón rodando los ojos y Maurice solo lo miro más interrogante – Bien quiero impresionar a Lefou – dijo entre dientes, Maurice miro a Gastón y luego al regordete hombre que ya estaba bajando de la carreta y suspiro – ahora hay que volver.
- Bella no está en casa – Maurice negó.
- Si dices bestia una vez más – gruño de desesperación tomando a Maurice de los hombros más luego recordó a Lefou y suspiro calmándose – seguramente salió en busca de cosas para tu viaje y…
- Mi viaje fue hoy – interrumpió el hombre negando con la cabeza, eso hizo que Gastón le mirara confundido – esta mañana Gastón – pero el hombre parecía no captar – por dios no prestaste atención alguna te dije que cuidaras de Bella.
- Siempre hago eso – y ahora parecía un niño chiquito cruzándose de brazos mientras era regañado – espera – Gastón empezó a entender las cosas – hoy saliste de viaje – Maurice asintió – Bella jamás sale al bosque cuando estas de viaje – y eso era verdad la chica no lo hacía nunca desde que tiene memoria – maldición – murmuro – tenemos que ir a casa ahora.
- Pero Bella – empezó Maurice, Gastón soltó un gran suspiro flexiono el cuello y sin decir agua va levanto al hombre como un costal - ¡Gastón! – grito indignado el hombre pero poco le importo.
Dejo caer su cuerpo en la parte trasera de la carreta y después ordeno a Lefou subir sin calidez alguna, este era un hombre totalmente diferente a lo que había visto todo este tiempo, Maurice siguió murmurando cosas sobre Bella en peligro y querer regresar a buscarla pero Gastón agitando las riendas fue lo más rápido que pudo hasta la casa de Maurice, entro como un torbellino a la casa llamado a la chica que definitivamente no estaba ahí, corrió a buscar al caballo de la familia lo encontró sucio y cansado lleno de hojas y ramitas del bosque, en la carreta Lefou alejaba las riendas del viejo que quería regresar al bosque entonces Gastón se acercó a ellos y murmurando una disculpa golpeó al hombre para noquearlo, Lefou jadeo sorprendido luego cargando a aquel lo llevo dentro de la casa y suplico a Lefou por quedarse ahí.
- ¿A dónde Vas? – le pregunto al verle tomar salir de la casa.
- Voy a traer a bella – y sin más salió para desenganchar su caballo y montarlo con su escopeta lista para enfrentar lo que fuera.
Bestia o no Gastón la traería a salvo.
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La fiesta estaba en su apogeo, litros y litros de cerveza repartidos por todo el pueblo en aquella pequeña taberna, canticos de alabanzas entre gritos de felicidad.
- ¡Mi Hijo! – grito el viejo hombre jalando al muchacho contra si - ¡El héroe de Villanueve! – brindo con su jarra al aire, todos le siguieron y el pobre muchacho sonrió con una bebida igual a la de su padre.
Un par de chicas le llamaron entonces, bellas doncellas que lo apartaron de su padre quien con un empujón lo animo a reclamar la atención que tanto se merecía, el héroe del pueblo, aquel que los había salvado de moros aquel día.
Gastón Legume un chico de 16 años de edad.
Besos repartidos en la oscuridad por aquellas chicas cuyas manos parecían tocarlo por todas partes, incomodo finalmente se pudo alejar de esas y sin decirle a nadie salió a las calles aun mareado por el licor, su cabeza daba vueltas y el frio aire nocturno solo empero las cosas pues sus ojos ardieron impidiéndole ver, se tambaleo por un buen rato, adentro la fiesta seguía ignorantes de que su héroe había desaparecido, pero Gastón no era un héroe, lo sabía y eso le daba aquel mal sabor de boca.
Horas antes estaba cazando, horas antes su rutina empezaba otra vez, un ciervo pensó algo que llevar a Bella, para lucirse y seguir la farsa que su padre le había inventado, cuando los vio a aquello que hablaban un idiota extraño y dispararon a cualquiera que los viera, fue simple suerte que en aquel momento el ciervo en sus hombros detuviera la bala y el cayera sin aire al suelo, que la sangre se confundiera con la de él y aquellos hombres lo dieran por muerto.
Fue suerte que escuchara gritar a la gente del pueblo y despertara con una ventaja, que supiera adentrarse en sigilo y noquear a un hombre, fue más suerte aun a quien salvo fuera a otro cazador que alabándole le siguió, fue suerte que su disparo diera en la sien de otro soldado y su regreso de la muerte asustando a los soldados que temiéndole huyeron.
Fue suerte y una maldición por que Gastón estaba tan asustado, tenía tanto miedo que cuando mato a un hombre por primera vez algo en su interior se rompió, la adrenalina del momento, la rapidez de la situación el tener que decidir en el momento le hizo ignorante de sus propias reacciones, pero ahora, libre de todo esa presión en las calles desérticas Gastón tenia aquella imagen, la mirada vivida del hombre el primero al que quito su vida.
Se detuvo contra una pared a vomitar, la bilis y cerveza en su estómago se vacío oliendo terrible, sus manos empezaron a temblar, su frente sudo y ahí en la oscuridad de la noche Gastón finalmente soltó lo asustado que estaba, el aroma a sangre quemo su memoria, la angustia y terror de aquellos que le vieron cubiertos de sangre creyéndolo un demonio por verle morir antes solo le recordó lo cerca que estuvo de la muerte, la suerte que había tenido.
- ¿Gastón? – Maurice pregunto, tras ese día tan movido en el pueblo atento a los posibles peligros se asustó al escuchar a alguien cerca de su casa, salió armado para defender a su niña que dormía plácidamente en su habitación pero cuál fue su sorpresa al encontrar solo a Gastón - ¿Hijo estas bien? – pregunto bajando los escalones y acercándose al joven a unos metros de él.
Lentamente Gastón levanto la cabeza, limpio la bilis en su boca y miro a Maurice como un empeño ciervo asustado, no, él no estaba bien, había matado a un hombre, a varios hombres y la gente del pueblo le estaba celebrado por eso, había tomando una vida, había visto el miedo en los ojos de los demás y aun así disparar sin piedad y todos lo alababan por eso, no, no estaba bien, porque en una extraña forma, por un mísero segundo aquello le gusto, se sintió tan bien asesinar a un hombre que recordarlo ahora solo le enfermaba.
- Ven aquí déjame ayudarte – cuando Maurice vio a un afligido Gastón suspirando lo ayudo a caminar a su casa, había escuchado su heroico y ahora más que nunca le agradecía tanto, porque su niña hubiese muerto de lo contrario – entra vamos – le ordeno y Gastón se dejó manipular, uno a uno subió las escales casi tropeando con ellas, fue llevado hasta una silla junto a la chimenea y acepto la taza en sus manos sin realmente prestar atención a lo que hacía - ¿Gastón? – volvió a llamarle el viejo hombre y solo entonces noto que lo había ignorado.
- ¿Dónde esta Bella? – pregunto en su lugar mirando a todas partes en busca de la niña que seguramente lo echaría con una mueca en el rostro, casi lo deseaba, que alguien le dijera lo que realmente era, un asesino.
- Está dormida en su cama – respondió el hombre – gracias a ti hijo – y palmeo su hombro con suavidad – realmente eres un héroe.
- ¿Héroe? – soltó un bufido amargo –un asesino – murmuro entre dientes apretando la taza entre sus dedos cada vez más fuerte – soy un maldito asesino – y la taza en sus manos se abollo gracias a su inusual fuerza, Gastón miro con horror la taza para luego al viejo hombre temiendo finalmente mostrar su naturaleza, el rechazo por parte de aquel que solo fue bueno y paciente.
- No eres un asesino Gastón – pero Maurice no estaba enojado, el miro a un niño asustado, a un chico que aun cuando había salvado vidas se sentía culpable por todo el daño que causo, a un ser con conciencia – es normal estar asustado.
- Yo no estoy asustado – soltó mecánicamente, una enseñanza de su padre, un nombre no tenía miedo.
- Si lo estas – dijo el viejo – todos en el pueblo lo estamos Gastón – negó con la cabeza – y eso es algo bueno, eres solo un chico Gastón, uno que tuvo que hacer cosas que aun un adulto teme – y Gastón se levantó enojado, molesto por ser tratado como un simple infante.
- No soy un crio Maurice – dijo furioso frente al hombre – acabo de matar hombres para salvar este pueblo, salvar tu vida – le empujo con un dedo – así que no me digas que tengo miedo – entre cerro los ojos – soy mucho más valiente que nadie aquí.
- Eres Valiente si – dijo totalmente tranquilo – pero eso no impide no tener miedo – Gastón pareció confundido entonces – Gastón ser valiente no es la ausencia del miedo si no tenerlo y aun así enfrentarlo – miro al chico por que nuevamente parecía desinflarse, la ira ya fluyendo fuera de el – el miedo es algo inherente de nosotros – continuo el hombre mientras Gastón empezaba a sentarse otra vez - parte de nuestra naturaleza.
- Desearía no tener miedo –dijo finalmente Gastón en un susurro.
- Jamás desees eso – Maurice se acercó a un con una calidez envolvente que abrumo al joven de inmediato – porque solo un tonto no tiene miedo, si no puedes sentir miedo entonces no puedes sentir nada – dijo y Gastón cerro los ojos ante sus palabras.
- Mate a un hombre hoy – murmuro tras un largo silencio – no quería hacerlo – jadeo – vi el terror en sus ojos y aun así lo mate – Maurice solo se quedó ahí escuchándole atentamente – y me felicitaron por eso animándome a hacerlo de nuevo – murmuro – y mate a otro y a otro para proteger este pueblo - y sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas ante cada palabra – estoy asustado Maurice – dijo finalmente levantando su mirada al hombre – tengo tanto miedo porque entre más lo hacía más me gusto – confeso finalmente – yo disfrute matando a esos hombres.
Y el silencio invadió la habitación, Gastón cerró los ojos mientras pequeñas lagrimas se escurrían por sus ojos esperando pacientemente los gritos, el desprecio de aquel bueno señor para su persona que simplemente lo llamara como el monstro que seria, mas nunca llego su hombro fue palmeado con suavidad.
- Solo recuerda porque lo haces – respondió con calidez el viejo hombre – porque luchas Gastón así no te perderás – y Gastón se tiro de rodillas entonces abrazo la cintura de Maurice y finalmente lloro, las lágrimas cayeron por su rostro como un rio de dejando surcos en sus enrojecidas mejillas mientras el viejo hombre solo acariciaba su cabello.
Gastón pidió perdón ente murmullos entrecortados, suplicando fuerza para apagar la oscuridad en su pecho y finalmente casi al alba las lágrimas se detuvieron en sus ojos y aquel grande peso de su corazón se levantó, la oscuridad de su alma volvió a mantenerse oculta.
Al despertar lo primero que vio Bella fue a Gastón dormido en la silla de su padre junto a las cenizas del fuego y a su padre frente a el también dormido, enojada pateo sin delicadeza alguna y le grito por venir y sonsacar a su padre a beber su grandiosa victoria, muchos gritos después una explicación de Maurice más tarde ignorando todos los detalles Bella de muy mala gana sirvió el desayuno a un Gastón que le recordó lo buena esposa que era, esto solo le gano un golpe en su espinilla.
Una semana más tarde el rey envió soldados a proteger las aldeas y Gastón fue deslumbrado por aquéllos militares, un mes después Maurice salió en su acostumbrado viaje y como ya era costumbre Bella se quedó al cuidado de una buena vecina.
- Yo cuidare de ella – le dijo Gastón a Maurice quien solo sintió en su dirección, mientras Bella bufaba por esto.
- ¿Qué quieres que te traiga Bella? – pregunto a su niña como de costumbre.
- Una rosa – dijo ella con una enorme sonrisa y Maurice asintió ya sabiendo que o pedía todo el tiempo.
- ¿Que deseas tu Gastón? - y aquello sorprendió a los dos bella no entendía a su padre y Gastón jamás antes había estado en una situación parecida, por lo que parecía desconcertado, pero nuevamente Maurice le había mirado con aquella tranquilidad.
- Lo mismo que Bella – negó con la cabeza – una simple rosa – pues que otra cosa podía pedir a quien ya le daba paz en su alma.
- No puedes una rosa es lo mío – grito Bella levantando las manos.
- Bien un tulipán, un girasol, un árbol si es posible – dijo rodando los ojos – lo que sea.
Y bella se enfrasco en una nueva discusión con Gastón sobre robar ideas de los demás mientras Maurice los miraba con una enorme sonrisa, al regresar de su viaje bella tuvo su rosa y Gastón tuvo un enrome tulipán, un girasol la próxima vez y para la tercera una rosa blanca.
El siempre cuido de Bella más antes de la cuarta vez las tropas del rey se retiraron y Gastón partió con ellos.
Durante la guerra, en aquellos angustiantes momentos Gastón tuvo mucho miedo y para cuando las muertes a su paso le dieron el rango de Capitán la bestia en su interior era imparable, erróneamente el había alimentado aquel monstruo, Gastón nunca olvido porque peleaba pero este se fue deformando y pronto el costo fue muy alto.
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Gastón regreso a la taberna totalmente empapado, cansado y hambriento desde hace cinco días buscando en el bosque no había encontrado nada bueno se encontró con Agatha pero esta solo le dijo que no debía buscar algo que no estaba perdido y se alejó tan misteriosa como era, cinco jodidos días y nada había pensado que tal vez Bella regreso a casa sin ningún rasguño pero de nuevo si eso pasara ya hubieran ido a avisarle y nada de nada así que con hambre y molido por la exhaustiva búsqueda Gastón corrió a la posada a comer algo, se sintió un poco culpable a no saber de Maurice por lo que desvió su camino a la casa que conocía como la suya solo para encontrarla sola.
Mierda esto no pintaba bien, corrió a la taberna en busca de Lefou o de alguien que pudiera decirle que rayos pasara cuando vio a Tom y Dick o lo que parecían ellos saliendo de esta decidió no darle importancia cuando una mujer fue empujada lejos.
- Stayce – dijo el corriendo a ayudarle – maldición Dick – gruño el – creí que ya habíamos pasado esto – sentención dispuesto a golpear a alguien para sacar su frustración, cuando vio que era Maurice quien llevaban a rastras - ¿Qué demonios esta pasando aquí? – gruño la lluvia había parado entonces y todos lucían culpables frente al cazador.
- Nada importante – dijo Tom – solo ayudamos a Maurice – Gastón levanto una ceja ante esto pues una carreta llego de la nada y el la reconoció.
- Suéltenlo – gruño amenazante – ahora – apunto con su arma cuando nadie parecía hacerle caso.
- Gastón – Lefou se acercó a él entonces – Gastón no – dijo el logrando confundirle – no quieren hacerle daño pero Maurice está enfermo y necesita mucho ayuda.
- ¿Qué? – dijo confundido mirando al hombre de su afecto.
- Desde que te fuiste ha intentado escapar – respondió – fue agresivo y mostro un leve moretón en su pómulo recuerdo del momento en que quiso detenerlo de huir al bosque en busca de Bella.
- Sigue insistiendo con lo de la bestia – dijo Dick en respuesta.
- Gastón por favor baja tu arma esto es por su bien – repitió Lefou y Gastón bajo lentamente su mosquete ante la sorpresa de Maurice.
- Gastón la bestia es real – grito el hombre – y tiene a Bella – eso hizo que nuevamente levantara su arma y volviera a amenazarle.
- No voy a repetirme – gruño sorprendiendo incluso a Lefou, Maurice fue soltado quien de inmediato corrió a un lado de Gastón lo que le distrajo lo suficiente para que Dick y Tom sacaran sus armas y le apuntaran pero por suerte el cazador tenía un respaldo.
- Baja tu arma amigo – dijo Stayce sacando un arma y apuntándole directamente en la cabeza, el viejo hombre soltó el arma de inmediato recordando lo buena tiradora que era, que siempre fue – ahora si nos disculpa – sonrió ella y empezaron a retroceder.
- Gastón – dijo Lefou – el necesita ayuda…
- ¡Alto! – grito una voz llegando en un corcel sorprendiendo al pueblo entero.
- Bella – dijo con alegría Maurice corriendo a ella mientras se bajaba del caballo – creí que te había perdido.
- Papá – respondió abrazándole, la gente pareció querer hacer algo por lo que Gastón y Stayce nuevamente levantaron sus armas para defenderlos - ¿Qué están haciendo? – pregunto ella detrás de Gastón quien quería abrazarla pero en ese momento tenía algo más importante entre manos, como defenderla de los lunático pueblerinos.
- Solo intentamos ayudar a su padre – dijo el viejo del acilo – estará bien cuidado y…
- Mi padre no está loco – interrumpió ella – Gastón diles
- ¿Qué crees que eh estado haciendo? – respondió en un gruñido molesto por no ser apreciado – quédate quieto Tom – movió su arma al ver caminar al hombre.
- Bella tu padre ha desvariado sobre una bestia en un castillo – dijo entonces el viejo juguetero asustándose al ver las armas apuntadas a él.
- Yo ya estado ahí, la bestia es real – dijo ella.
- Yo le creo – gruño Gastón.
- Dirían lo que fuera para salvarlo – dijo alguien la multitud y Gastón deseo poder saber quién para dispararle – no es creíble.
- Escuchen – gruño molesto – si Bella dice que es real lo es – dijo no muy convencido – ahora podemos dejar este asunto por la paz y regresar a nuestras actividades o…
- Quieren una prueba – gruño Bella tomando su espejo con ambas manos – enséñame a la bestia - y para sorpresa de todos incluido Gastón un enorme bestia rugiendo apareció en el espejo sorprendiéndole.
Todos se asustaron entonces, tanto por la enorme Bestia como la magia de la que habían sido presentes, incluso Gastón bajo su arma para arrebatar el espejo, alguien pregunto si era peligrosa pero bella empezó a negar diciendo que no, que era gentil y bueno Gastón solo miro a la terrible bestia en el espejo.
Magia, Gastón jamás había creído en la magia y sin embargo ahora tenía una prueba, miro bella que seguía hablando sobre lo bondadosa de esta bestia, miro sus ropas, el bello vestido con hilos de oro y luego a Maurice lo asustado y mal herido al llegar gritando aquella noche.
La Bestia era real, Maurice tenia razón era peligrosa lo había torturado y ahora estaba de alguna forma controlando a Bella, lo vio en la guerra, vio a soldados prisioneros victimas de sus verdugos ponerse de su lado, alabarlos como si fueran toda su vida, vio a estos sentir tanto agradecimientos por sus captores que incluso al ser rescatados escapaban para regresar a ellos y serles fieles, el embrujo del enemigo, lo habían llamado el la guerra, ahora empezaba a creer que tal vez no era una locura, quizás todo aquello que decían los libros de bella eran verdad, quizás la Bestia realmente había embrujado de alguna forma a su mejor amiga.
Él no iba a permitirlo, lo prometió una vez y lo cumpliría, protegería a Bella a cualquier costo, incluso de la magia misma.
- Bella – llamo Gastón – si no te conociera bien diría que sientes afecto por ese monstruo.
- No es un monstruo Gastón –lo miro ella de esa forma única que pedía apoyo incondicional – ellos si – señalo a la multitud entera –el jamás le haría daño a nadie.
- Oí de los efecto de esta oscura magia – murmuro mirando el espejo otra vez – pero jamás creí que los vería en persona – y ahora miraba a la chica – esto amenaza nuestra mera existencia – bella jadeo entonces asustada por el comportamiento de su amigo – enciérrenla – ordeno
- ¿Gastón? – dijo confundida Maurice tomando el hombro del cazador.
- Maurice – negó con la cabeza – no podemos dejar que corra con la Bestia – Miro al viejo hombre tratando de hacerle entender bella aun sorprendida por el repentino cambio de su amigo no se movió, hasta que la empujaron dentro de la carreta para poner un enorme candado.
- ¡Bella! – grito su padre corriendo a verla por los barrotes, al redimirse la palabra de Maurice nadie lo toco – Gastón esto es muy drástico.
- Es por su bien - más el hombre se mantuvo firme mirando nuevamente el espejo – voy a ayudarla – ahora miro al viejo – hare que el embrujo desaparezca – y el viejo hombre suspiro asintiendo pues conocía lo terrorífica que era aquel monstruo por lo que solo se alejó de la puerta aun cuando su hija suplicaba ayuda.
- ¿Gastón? – pegunto su lado Stayce al verlo encerrar a su única amiga.
- ¿quieres acompañarla? – le gruño en respuesta y la mujer jadeo al ver esa mirada, nunca lo había visto, nadie en el pueblo lo había visto, la forma en la que lo dijo, la amenaza latente de quitar su protección sobre ella solo le hizo negar con la cabeza, no ella no podía regresar a como era antes, no podría regresar a ser algo que no era.
- Quédate con ella Maurice – ordeno el capitán y el viejo hombre solo asintió junto a aquel que hace unos minutos estaba listo para llevárselo.
Y Bella grito dentro del carruaje mientras Gastón incitaba al pueblo entero a formar grupo para la aniquilación de la bestia, Lefou sonrió tímidamente a Gastón pero este apenas si le presto atención, su gente estaba en peligro, su querida Bella estaba hechizada, su familia fue amenazada y no iba a permitirlo, la misma oscuridad de antes, el miedo mezclado con la venganza y deseo de proteger a sus seres queridos había vuelto a encender ese fuego en su interior.
- ¡Hay que destruir a la Bestia! – grito Gastón y todos a su alrededor asintieron.
El capitán Legume había vuelto, la bestia sin corazón apareció y nadie quería estar en su camino.
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Gastón regresaba de una cacería muy fructífera su caballo repleto de carne y trofeos para la taberna, el buen hombre siempre gustaba de exhibirlo ahí con orgullo por lo que Gastón como un niño pequeño le llevaba bastantes, a diferencia de su casa gustaba de presentar sus trofeos ahí, guio su caballo al establo cuando el alboroto de a gente le llamo la atención, curioso que más Gastón se acercó a la multitud luego de entregar su caballo a un mozo.
En medio de la gente un joven en el suelo era abucheado, Gastón trato de recordar de donde lo había visto, cuando lo recordó era el sobrino de la costurera, ella había muy buenas chaquetas para él y el chico siempre ahuyento a sus primas para que el pudiera estar ahí sin ser molestado por estas, era un buen chico, entonces un de los hombres gritaba con fuerza contra el joven y un vestido en la otra mano pregonando algo que hizo enojar a los demás, Gastón se dio cuenta que no prestaba atención por lo que se acercó más para ver qué pasaba.
El chico en cuestión Stanley como descubrió después estaba siendo acusado de sodomía, al parecer el barbero, el viejo que sostenía el vestido lo había visto por la ventana usar uno de los vestidos y lo conto por lo que ahora el pueblo entero decía cosas horrendas de él, Gastón se preguntó que estaba haciendo un viejo mirando por la ventana donde tres doncellas decentes, si las trillizas eran empalagosas pero muy decentes Vivian y como nadie se preguntaba eso, por lo que perdido en sus divagaciones solo pudo escuchar como exigían colgar al joven por actor impuros.
Aquellas palabras le hicieron recordar que había alguien en problemas y empujando al viejo pervertido le cuestiono sobre su comportamiento, sobre mirar por ventanas de chicas inocentes y termino dejándole mal parado, la gente empezó entonces a abuchear al viejo y aunque todavía querían colgar al Stanley, Gastón pregunto al pueblo si este les había molestado o insultado de alguna forma por su comportamiento, ellos sacaron lo de las escrituras, de que dios estaba condenándolo, por suerte el padre Robert salió en su ayuda, explico como deberían ser tolerantes y demás.
La multitud se fue esparciendo luego de un par de horas y Stanley no paro de agradecer a Gastón y al padre Robert, días después Gastón entro en una pelea donde Stanley fue empujado a un callejón y golpeado, si el chico estaba medio muerto y luego de dar unos buenos golpes, Gastón le ayudo a ir con el médico.
Cuando Stanley mejoro Gastón lo animo a ser quien era a usar vestidos hermosos de seda y demás, en un principio Stanley pensó que Gastón tenía interés en él, que quizás esperaba algún favor pero este negó “eres preciosa Stayce pero no gusto de las mujeres” Stanley jadeo puesto que él fue la primera persona en reconocer su verdadero ser y aun que ella hubiera buscado un mejor nombre acepto el que Gastón había puesto en el, después de todo un nombre no es escogido, tu madre lo da con mucho afecto, Gastón era así para el Stayce fue el nombre que su salvador escogió para ella.
Las cosas no fueron fáciles aun le costaba salir de casa vestida así pero con el tiempo se fue animando y pronto todo el pueblo la reconoció como lo que era, claro que ayudo que Gastón amenazara con romper la cara de quien la acosara y que por supuesto Stayce fuera una costurera mucho mejor que su tía y que sus vestidos fueran tan llamativos y hermosos que todas las damas del pueblo dejaron sus complejos si podían tener en sus manos uno de esas preciosidades, Bella fue su segunda amiga, Gastón siempre fue el primero, y el viejo cazador siempre fue un gran sostén para ella, un faro en la oscuridad, con el tiempo Tom y Dick llegaron alrededor, apenas e acostumbraron a Gastón y sus modos y tras ver a su joven amigo como un ella fue muy raro, pero pronto también ellos golpeaban a cualquier idiota para defender su honor, el barbero fue víctima casi siempre por sus palabras.
Fue una de las cosas que más admiraba Bella de Gastón, el inspirar a otros a ser mejores, lamentablemente este “poder” se podía usar en ambos sentidos, como formar una turba asesina contra un ser inocente.