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Victor Frankenstain por Mariela

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CAPITULO 3

Tomar un baño fue mi primer instinto, estaba muy sucio y quería cambiarme la ropa, sin embargo, caminar con esa faja metálica fue más difícil de lo que habia imaginado, pues aun no me acostumbraba a la nueva postura que me estaba obligando a tomar.

Cuando finalmente alcance el cuarto de baño me quité el pantalón y abrí la regadera, para después, meterme a la tina y tallar todo mi cuerpo con el cepillo, removiendo todo rastro de tierra y sudor que tuviera encima.

Cuando por fin me sentí limpio, salí para secarme y ponerme ropa limpia, emparejé mi cabello, me afeite la barba, y me miré al espejo. Al principio no podía creer que el hombre en el reflejo fuera yo, me veía tan diferente que parecía imposible, pero lo asimilé tan pronto como recorde que a esas alturas ya había superado muchas imposibilidades.

Número uno: que Lorelei me notara.

Número dos: escapar del circo.

Y número tres: estar de pie.

No pude evitar embozar una ligera sonrisa ante mi nuevo aspecto, pensé inmediatamente en Lorelei y en la sorpresa que se llevaría si llegaba a verme así. Contemplé incluso la posibilidad de ser el hombre que merecía, el hombre a la altura de su belleza y  aquel digno de aspirar a su afecto.

Sin embargo, esa ligeras ilusiones se desvanecieron con rápidez. Pues, por mucho que hubiese cambiado estaba seguro que eso no era ninguna garantía de que ella me amara, se necesitaba mucho más que una apariencia decente para ganarme su corazón y por eso, me limité a sólo desear que estuviera bien y se recuperara de su accidente. Planeé visitarla en el hospital apenas saliera el sol, y con esas ideas me fui a dormir en esa cómoda cama que apartir de ese momento sería mía.

******************************

-Veamos, un peligroso jorobado es encerrado por la seguridad del público con un agresivo complíce igual de peligroso-decía, mientras inspeccionaba la carpa de la función de caballos-Logran liberarse, y atacan al dueño del circo, le roban todas sus cosas valiosas, cometen su violenta fuga después de matar a un hombre inocente, y desaparecen...-miró la alcantarilla que se hallaba a su lado-Sin dejar rastro-guardó silencio unos segundos mientras organizaba sus ideas, y luego caminó hacia su subordinado-¿Eso pasó en resumen, Alister?

-Así es inspector.

-Fuga, robo, omicidio, tal como dijo el señor Barnabe.

Ambos hombres salieron de la carpa y se dirigieron al lugar donde se supononía, vivía el "peligroso" jorobado. La historia era muy subrrealista y el Inspectos  apenas podía creer que intentaran engañarlo con algo así, se sentía subestimado.

-Esto es lo que creo que ocurrió, Alister. Un ser humano con la columna deforme, es enjaulado contra su voluntad, tal vez algo habitual durante su vida aquí, un desconocido lo libera usando un imán, algo que cualquiera podría hacer-voltearon institivamente hacia la jaula de leones-Después escapan con urgencia, como es normal ya que todos los acusan, huyen, los persiguen, y muere un hombre. Sospechó que el omicidio pudo ser en defensa propia, si.

Entraron al pequeño cuarto que habia pertenecido a Igor y cuando el Insprctor posó su mirada sobre una pared, notó un par de dibujos clavados en ella. Uno era un rostro, y el otro, un brazo humano en el que se señalaba las venas, los huesos y los músculos, algo que causo que su mirada se transformara a una totalmente sombría.

Apretó los puños y tomó el dibujo del rostro para entregarselo a su subordinado.

-Se le busca por omicidio.

-Señor, ¿acaso no dijo que-

-He dicho-estrujó la bolsa que sostenía en sus manos-Algo me dice que el fenómeno del circo...podría ser sólo el comienzo.

******************************

-Buenos días-saludé al salir de mi habitación, pero no obtuve respuesta.

Revisé el lugar en busca de mi salvador pero no lo encontre por ningún lado, en cambio, hallé una nota pegada a uno de sus instrumentos.

"Igor, en la escuela hasta las seis. Ropa, en el armario. Dinero, en la lata de la puerta CON-TU-LLAVE. Cena, en casa. Victor."

Después de leer la nota me quede más tranquilo y decidí arreglarme para visitar a Lorelei como lo habia planeado el día anterior. Encontré un plano de la ciudad entre los libros de mi salvador, cuyo nombre al parecer era Victor, y busqué el hospital donde ella estaba internada. Una vez que tuve la ubicación y supe cómo llegar, tomé el dinero y la llave de la lata y partí de inmediato.

Las calles, las casas, y las personas en sus actividades cotidianas parecían salidas de otro mundo, todo era tan nuevo y sorprendente para mí y apenas podía creer que me encontrara caminando entre ellos, DE PIE, y mirandolos de frente.

Había una colosal diferencia entre el mundo dentro del circo y el mundo fuera de él, y para ser sincero, el segundo me parecía más atractivo.

Tan distraído estaba que no me dí cuenta de cuando había llegado al hospital, los nervios se apoderaron de mí y me ví tentado a dar la vuelta e irme, pero no lo hice. Quería verla, quería ver al ser más precioso que hubiera existido jamás, y confirmar por mí mismo que ella estaría bien.

Ciertamente, el hospital no era un lugar muy agradable, era sombrío y deprimente, pero nada de eso me importó al localizar a Lorelei en una de las camillas para pacientes. Me acerqué cauteloso y acaricie su mejilla, estaba pálida y no parecía estar mejorando, de hecho, no lo estaba haciendo.

-Doctor-llamé, pero el hombre me ignoró y salió de ahí seguido de sus estudiantes.

En ese momento noté a la enfermera y me acerqué a ella con rápidez. Le expliqué lo que Lorelei necesitaba para su recuperación y le dí unas monedas para que hiciera lo que le pedía. Posteriormente, le dirigí una última mirada a mi ave y salí de ahí lo más rápido que pude.

Estaba muy preocupado por ella, pero estaba seguro que con los nuevos cuidados que tendría poco a poco iría recuperando su salud, y eso me reconfortaba de alguna forma.

Mientras caminaba por las calles de vuelta a la mansión de Victor, noté una ilera de carteles pegados en una pared con un rostro que me resultó familiar, y al acercarme más, me quedé en shock al reconocerme en el anunció de SE BUSCA, al parecer, se me acusaba de omicidio y por lo tanto, todos estarían buscandome.

******************************

-Hace seis meses, un hombre intentó comprar partes de animales muertos en los jardínes zoológicos de Londres, lo rechazaron. Dos semanas después, entraron para amputar y robar extremidades de animales-le explicaba a su subordinado, mientras daba vueltas en su oficina con su rosario en manos-Un mes después, un patrón similar en la Academia de Veterinaria. Parece macabro, pero confisqué eso en la escena del crimen en el circo-señaló la bolsa en el escritorio-Abrélo.

Alister miró dudoso a su superior y se acercó lentamente a la bolsa para abrirla y revisar su contenido.

-Señor, esto es asqueroso-dijo, sosteniendo la extremidad de león en sus manos.

-Pertenecía a una leona que recién falleció, pero estaba a lado de la víctima de omicidio en el circo y no llegó hasta ahí caminando sola.

-¿Cree que exista conexión?

-Creo que el otro hombre del circo tiene la misma descripción que este...ladrón de animales. Pero, ¿quién haría eso? ¿Con qué motivo?-Alister se encogió de hombros-Esto es asqueroso y huele a un acto ruín y pecaminoso, y ese hombre anda por las calles de esta ciudad. Pero te aseguro que no será por mucho tiempo, sé que algo planea y yo descubriré lo que es.

******************************

Escuché sus pasos resonar en el salón mientras observaba los carteles con mi cara esparcidos en el suelo, pero no me volví a mirarlo hasta que se puso de cuclillas junto a mí.

-¿Tan pronto volviste al lodo?

Preguntó, tomando uno de los carteles para obeservar de cerca su propio rostro en ellos.

-Uh, ya veo-rió divertido-Hicieron una infame representación mía, yo no tengo así el cabello ni la naríz. Soy muy buen amigo del crimen, pero no creí que las autoridades atacarían así mi vanidad.

No podía creer su actitud despreocupada ante una situación que, a mi parecer, era para alarmarse. Nos estaban buscando, y si nos hallaban iríamos a prisión, no quería eso. No quería ser encerrado de nuevo y menos aun que Victor  también lo fuera, él habia sido muy amable conmigo como para terminar en un lugar así por mi culpa, y aunque no lo diría en voz alta, secretamente estaba de acuerdo en que ese rostro en el cartel era una infamia a su enigmatica belleza, tanto así que sólo verlo me molestaba.

Pero dejé esos pensamientos de lado, no era el momento de divagar en la belleza de Victor sino en buscar una solución al problema en el que estabamos metidos.

-¡Victor, piensan que somos...que soy un omicida!

Él se encogió de hombros.

-Me han llamado cosas peores en la vida-arrugó el cartel-Además, no te están buscando, ¿o sí? Buscan a un lastimoso jorobado, sin nombre, e Igor quiero que te veas al espejo-acercó (demasiado) su rostro al mío, observandome fijamente a los ojos-Igor, esa criatura ya-no-existe-y se apartó, arrojando el cartel al fuego-A cenar.

Apenas se marchó, luché por recuperar mi respiración normal. Me quedé sin aliento ante nuestra repentina cercanía, pude sentir su cálidez y su respiración tan cerca de la mía que el corazón se me aceleró de inmediato, sólo esperaba que él no hubiese notado mi arrebato anterior o me moriría de vergüenza. No comprendía por qué me pasaban esas cosas a su lado y eso me asustaba, ya que pensaba que la única persona que tenía derecho a hacerme sentir de esa forma era y siempre sería Lorelei.

La cena no fue en silencio, menos aun cuando casi me abalancé contra el plato de deliciosa comida que me habia servido y el exquisito vino que habia vertido en mi copa, eso y el enorme comedor donde estaba eran más de lo que hubiese soñado.

-Esta delicioso-dije, alzando la vista de mi plato hacia él, mientras masticaba la comida-Y...mm...¿qué te llevó al circo para empezar?

-Cubiertos-me respondió cortante.

-¿Qué?

-Usálos.

Fue en ese preciso instante en que reparé en su mirada de total desagrado hacia mi comportamiento que seguramente para él, era de lo más vulgar y asqueroso. No pude evitar sentirme avergonzado de mi falta de modales, estaba frente a un hombre de clase alta y de modales refinados, no estabamos al mismo nivel y aun así, me estaba comportando como si estuviera todavía en el circo.

-Lo siento-dije, e iba a tomar el tenedor cuando él me detuvo.

-Las manos antes.

-Oh, sí, claro.

Me limpié las manos con la servilleta y luego tomé los cubiertos para seguir comiendo. Victor sonrió complacido.

-Animales. Partes de animales. Verás, soy estudiante de la Escuela de Medicina, el plan de estudios es básico, los exámenes son sencillos, y los profesores, oh, los profesores son de limitada capacidad y aún más limitada visión...

-¿Por qué me...-lo interrumpí-¿Por qué me rescataste?

-Porque tú, amigo mío, eres algo inesperado. No todos lo días me topo con un hombre que, apesar de su fea y grotesca deformidad, es claramente tan observador e ingenioso, dotado del par de manos más capaces de lo que haya visto antes-dijo eso tomando una de mis manos entre las suyas. Casi me sonrojé por el contacto- Mi interés en ti va más allá de lo que te imaginas. Sígueme.

Se levantó y se dirigió a su estudio, por lo que lo seguí de inmediato.

-Antes de conocerte, pretendía hablar con el señor Barnabe sobre la adquisición de sus animales muertos.

-¿Con qué fin? ¿Estudiarlos?

-Jajaja, no. No como tú crees-se posicionó detrás de una mesa con una manta blanca-Soy de la firme creencia de que la muerte puede ser temporal, Igor.

-Eso es imposible.

-IMPROBABLE sí, imposible no-dijo con molestia-La vida es un regalo, ¿por qué no cualquiera podría hacerlo? No tengo tiempo para discutir eso, así que sin soverbia ni vergüenza, declaró mi descubrimiento la obra del siglo-destapó la mesa, dejando al descubierto una serie de instrumentos extraños y un par ojos de simio dentro de unos de contenedores de vidrio.

Lo miré desconcertado y luego, me agaché para ver los contenedores más de cerca.

-Esos ojos llevan ahí más de tres meses-decía con estusiasmo-Y este aparato que ves, es un conductor de electricidad que yo mismo creé. Tiene una doble fusión, observa, y...-intentó activarlo, pero no funcionó, por lo que se volvió rápidamente a sus herramientas para arreglarlo-Bueno, aguarda un momento. Todo es cuestión de transformación entiendes, la transformación de simple energía  electrica en la variedad biológica que fluye por el cuerpo humano y brinda vida al sujeto. Yo descubrí que, al pasar esa corriente por una mezcla especial de sulfatos y metales...

-¿Se domina la transformación?

Él me miró impresionado y luego embozó una hermosa sonrisa.

-Sí, así es.

-Enseñame.

Asintió y metió esa especie de gancho dentro de los contenedores, para luego empezar a darle vueltas a la noria y mandar una descarga electrica a los ojos.

Al terminar, tomó una vela y la acercó a ellos. Quedé fascinado con el hecho de que estos reaccionaran a la luz, pues se abrían y cerraban aleatoriamente.

-Ahí esta, ¿lo ves? Viven-rió-¿Qué te parecen?

-Es impresionante, pero están muy dañados los nervios.

Su sonrisa se borró.

-¿Podrías explicar?

-Los nervios oculomotores no tienen la corrección adecuada, por eso no están sincronizados.

Victor guardó silencio por unos segundos, posteriormente tomó con fuerza mi rostro y lo acercó al suyo. Se me fue el aliento de sólo sentir su respiración tan cerca, mi corazón se aceleró justo como habia pasado en la chimenea, pero esta vez sentí que se me saldría del pecho. Observé sus hermosos ojos azules, tan azules como el cielo, e incluso más, pensé que no se parecían en nada a los ojos de Lorelei, ella era hermosa si, Victor...Victor lo era aun más.

Él no tenía comparación.

Detuve mis pensamientos. Tenía que recordar que él era un hombre, yo era un hombre, y mi corazón ya le pertenecía a alguien.

Lorelei.

-Igor, ¡tú...-comenzó a carcajearse y se separó abruptamente de mí-¡Tú eres exactamente el hombre que búscaba!

-Gracias...te lo agradezco.

-Es un placer. Hoy te voy a asignar tus tareas poco a poco, las ejecutarás a tiempo mientras yo las aplicaré de inmediato a una creación de-mi-autoría-propia. ¿Dudas?

-Ah, esa creación...

-NO es algo que te interese.

Su respuesta fue tan cortante que me sorprendió.

-Pero si voy a...

-Igor-señaló los libreros y el escritorio-Todo esto es tuyo. Cada libro, cada obra, cada aparato, escritorio, habitación, laboratorio, todo es tuyo.

Mis ojos se abrieron de sorpresa e incredulidad.

-¿Hablas en serio?

-Claro. Como mi asistente, estarás en el corazón de un proyecto científico que cambiará el mundo, así que, ¿vas a ayudarme?

Al ver las esperanzas que tenía en mi y en lo mucho en que creía en mi trabajo, supe que sólo habia una respuesta correcta.

-Acepto.

Claro que, en ese entonces, no tenía idea de lo que estaba aceptando, pero supongo que aun de haberlo sabido lo habría hecho sólo porque Victor...Victor era especial.

******************************

Al principio me resultaba extraño que mis tareas sólo consistieran en reanimar órganos de simio, no podía imaginar para qué se suponía que los necesitaríamos, pero esa inquietud desapareció al transcurrir de los días. Pronto, todo dejó de importarme.

Comenzó como un torpe y absurdo juego de adolecentes, miradas, roces, sonrisas, charlas interminables...

~~~~~~~~~~~~~~~~~

-¡Oh Igor, esto es maravilloso! ¡Los pulmones han vuelto a funcionar!

-Me alegra que te guste mi trabajo.

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No puedo explicarlo, pero cada vez que cumplía con mi deber Victor me sonreía y yo amaba esa sonrisa. Quería que siguiera sonriendo para mí, así que continué mi trabajo sin hacer más preguntas acerca del por qué de tan peculiar labor, ya no me importaba saberlo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-¿Lograste que el corazón bombeara?

-Por supuesto. Compruebalo por tí mismo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Fueron tardes interminables de trabajo en conjunto, y los pequeños roces que se generaban en el preceso hacian que mi corazón se acelerara de sobramanera, incluso su cercanía me robaba el aliento y no entendía la razón.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-Espero que te guste, lo preparé especialmente para ti-dijo, poniedo la cena en la mesa.

-¿Lo cocinaste tú mismo?- pregunté asombrado-Nunca lo habría creído.

-Bueno, no esta en mis mejores atributos pero en vista de que esta mansión carece de sirvientes es necesario adaptarse o morir. Tú entiendes, no.

-Claro-sonreí y justo cuando estaba por tomar el tenedor, Victor tuvo la misma idea y nuestras manos de tocaron.

Me sobresalte de inmediato y aparté mi mano, acción que provocó una carcajada en Victor.

-Tranquilo Igor, no voy a morderte...tal vez, jajajaja.

Reí sólo para disimular mi nerviosismo, de verdad me afectaba lo cerca que estabamos en ese momento.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Y un día, ambos nos sincerisamos con el otro. Aunque quizás, yo mucho más que Victor. Le conté mi historia de vida, pero él apenas si me mencionó que tenía familia, parecía resentido y como no quería molestarlo, lo dejé pasar. Así cono dejé pasar la dichosa creación que resguardaba en el sótano.

No volví a preguntar sobre ella y un evento en especial hizo que la olvidara por completo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-Victor, ten cuidado.

-Tranquilo Igor, hago esto todo el tiem-Ah.

-¡Victor!

Aquel incidente en la biblioteca permitió que pudiera estar más cerca de él, de hecho demasiado cerca, pues mientras intentaba bajar un libro de los estantes más altos con una escalera, resbaló y yo lo atrapé en mis brazos. El peso nos ganó y terminamos ambos en el suelo conmigo sobre él.

La sensación de tenerlo así fue indescriptible, casi podía sentir sus músculos por encima de la ropa y al levantar la vista hacia su rostro quedé perdido en esos brillantes zafiros que me miraban con igual intensidad.

-I-Igor, ¿p-podrías...

No escuché lo que me dijo, tampoco me importó, sólo me dedique a admirar la belleza de su rostro y a acercarme lentamente a él, no me dí cuenta del momento en que mis manos habían comenzado a acariciar sus caderas ni del instante en que él habia comenzado a estrujar mi mi camisa.

Victor fue el primero en reaccionar y el primero en intentar separarse más yo no se lo permití, estreché su cuerpo y en consecuecia él dejo escapar un ligero gemido. Al principio no sabía por qué, pero pronto me dí cuenta de que  sus piernas estaban vulgarmente abiertas y que yo estaba en medio de ellas, el abrazo habia causado fricción en nuestros miembros.

-Igor...Igor, por favor, levantate.

Sus mejillas se sonrojaron y la imagen me exitó  a tal grado de que volví a frotarme contra él, recibiendo a cambio más gemidos de su parte.

No lo soporte más, tomé su rostro y...

Un relámpago se hizo presente anunciando el inicio de una tormenta. Casi al instante me separé de él y lo miré sorprendido de mis acciones.

-Y-Yo...lo siento Victor.

Prácticamente huí de la escena. Después de eso, fue mucho más difícil convivir con él todos los días, lo evocaba todo el tiempo en mi cabeza y pronto, Victor era lo único en lo que pensaba.

Él se habia adueñado de mis pensamientos.

Pero no podía ser así para siempre. Las cosas cambian, eso lo sabía a la perfección, y no paso mucho cuando volví a despertar a la realidad y recordar a quien habia dejado de lado por mucho tiempo.

Lorelei.

Su completa recuperación habia sacudido la que en ese momento  era mi vida. Mi corazón casi saltó de alegría al verla abandonando el hospital y la atracción que habia sentido por Victor fue opacada por ella.

Habian hecho arreglos para Lorelei, ahora tenía un benefactor. Me alegraba su recuperación y que tuviera a alguien que la cuidara, pero...con el paso del tiempo la extrañaba. Me preguntaba si su vida habría cambiado tanto como la mía y me gustaba suponer que sí ya que no tenía que arriesgar su vida en las alturas nuevamente.

Sin embargo, eso no era un consuelo a lo mucho que deseaba verla. Sólo me quedaba desearle lo mejor y esperar que su nueva vida la hiciera feliz, eso era lo único que quería.

******************************

"Para: Igor Strausman"

Leí en el sobre de la carta y al revisar su contenido descubrí que se trataba de una advertencia de pago. Al parecer el señor Igor tenía una deuda y esta ya no esperaría más para ser saldada.

Justo en ese momento escuché la puerta del sótano abrirse y a Victor acercarse a mí con una sonrisa.

-Ah, Victor, llegó esta carta para el señor Strausman y...-me la arrebató antes de que pudiera terminar.

-¡Hoy quiero salir, Igor! Ve a tu cuarto y vistéte elegante, porque saldremos a la ciudad a divertirnos.

Dijo eso último corriendo a su habitación, mientras que yo me habia quedado pegado al escritorio. ¿Salir? ¿Con Victor? ¡¿Juntos?! La simple idea me dejó sin aliento, por una extraña razón estaba aterrado y a la vez, emocionado de hacerlo.

Y es que Victor estaba en un nivel muy por encima de mí, él era de la mejor clase y alguien así debía frecuentar lugares exclusivos de su mismo estatus social. Lugares en los que yo simplemente no encajaba.

******************************

-¿Es aquí?-pregunté al llegar.

-Tengo una membresia vitalicia gracias a la posición de mi padre, ejem-se aclaró la garganta algo incómodo-Como miembro honorario. Él pagó el terciopelo de las alfombras.

-¿Tu padre...

-Es lo que llaman un buen hombre, respetable médico, miembro de la Escuela Real de Médicina y pionero en el campo de cardiología.

-¿Lo podré conocer algún día?

-Aa...No lo creo-dijo justo cuando alcanzamos la entrada.

Estaba muy nervioso, no me creía capaz de entrar e insconcientemente me detuve.

-Victor, la verdad no sé si esté listo para esto.

-Tranquilo-me sonrió-Sólo tienes que pararte derecho, hablar con decencia y hacer lo necesario para no avergonzarme.

Eso sinceramente no habia sido alentador, pero aun así me armé de valor y entramos juntos al lugar. Estaba decidido a no hacer pasar a Victor por un mal rato y lo cumpliría a toda costa.

******************************

Claro, las cosas no salieron como esperaba y no precisamente porque yo hubiese hecho algo sino porque Victor se habia salido de control tras la segunda copa que se tomaba esa noche.

-¡Los bebés no tienen que nacer de ustedes!-casi gritó, golpeando la mesa con cada palabra que decía.

-Victor-lo llamé, notando la incomodidad de nuestras acompañantes-¿Crees que sea apropiado hablar de esto con las señoritas?

-¡Por supuesto! Oh, dios, ¡ayudame! Sólo intento informarle a estas hermosas damas que la fecundación no tiene que llevarse a cabo en el cuerpo femenino-golpeó de nuevo la mesa-Escucha, ¡el esperma! El esperma se mueve independientemente hacia el óvulo y al entrar se fecunda y empieza a formarse el bebé sin..

-Sin nuestra ayuda-completó una de nuestras acompañantes.

-¡Exacto! Ustedes se van a estudiar y cuando las necesitemos, colocamos el óvulo...

En ese momento desvié mi mirada hacia los demás presentes en el salón y fue ahí cuando noté un rostro familiar atravezando el salón hacia el segundo piso.

Era Lorelei. Lucía tan hermosa como la recordaba, creo que incluso más, y no pude evitar seguirla sin reparar en el llamado de Victor ante mi repentina acción de abandonar la mesa y dejarlo sólo con las damas.

Estaba hipnotizado, casi corrí hacia ella, pero me detuve antes de alcanzarla por completo. No sabía qué decirle o cómo actuar, no sabía siquiera si me reconocería y fue precisamente ese temor a su rechazo que me dí la vuelta y opté por recargarme en  la baranda del balcón.

Pensaba en regresar a lado de Victor cuando de pronto sentí la presencia de alguien a mi lado.

-Disculpe, yo...-me volví hacia ella y como supuse, no me reconocía-Perdón, lo confundí con alguien más.

-Tal vez me conoces.

Su sonrisa se borró y pareció pensarlo unos momentos.

-¿Podría decirme su nombre?

-Nunca lo tuve.

Eso fue suficiente para que ella juntara las piezas. Dejó su copa en la baranda y embozó una sonrisa incluso más amplia que la anterior.

-Eres tú.

-El mismo...bueno, no tan el mis...

Su abrazo me tomó por sorpresa, sentí la calidez de su cuerpo y el dulce aroma de su cabello, parecía tan irreal tenerla así pero eso no evito que la envolviera con mis propios brazos. La amaba y volver a verla era todo lo que habia deseado en los últimos meses.

Al separarnos no podíamos despegar la mirada del otro, Lorelei tenía una hermosa sonrisa dibujada en su rostro y yo estaba hipnotizado por ella.

-Quiero darte las gracias, tú...me salvaste la vida-dijo conmovida.

Iba a decir algo cuando de pronto se escuchó una singular y escandalosa sonrisa en todo el salón. Ambos volteamos instintivamente y localizamos de inmediato al responsable.

-A-bu-rri-do, JAJAJAJA.

Me parecía increíble que alguien que aparentaba seriedad y elegancia pudiera reírse de esa forma.

-¿Es amigo tuyo?-pregunté y ella se volvió hacia mí.

-Es el Baron Bernar, él me invitó a actuar en su cabaret y ser su consorte...en público-respondió algo incómoda-Él...prefiere la compañía de los hombres.

-Ya veo-volví a sonreirle-Amm...quería...Y-ya tengo nombre. Me llamo Igor.

Soltó una pequeña risa una pequeña risa al oírlo.

-Eso es fantástico, yo...

Fue interrumpida por el escandalo que nuevamente provenía del salón.

-¡No, no, NO! ¡Es mentira! Ustedes parecen creer que el cerebro humano es rosado, pero no es así-tomó una ostra y se las mostró a todos-¡El cerebro es gris como una ostra!

En ese momento recordé que no habia llegado sólo.

-Es Victor Frankenstein-me volví hacia ella-Es un hombre astuto, me ayudó a salvarte.

-¿Siempre es así?

-No, claro que no. Es muy listo y gentil solo que a la gente común  les parece un poco...

-SON ORDINARIOS.

El "casi" grito nos sobresalto y al ver que Victor estaba ahí no pude más que sorprenderme con el hecho de que haya llegado tan rápido hasta nosotros.

-Victor, ¿cómo...

-Buenas noches-me ignoró y se acercó a Lorelei con una mirada que no supe desifrar-Tú eres el ángel caído, ¿no? ¿Te has desplomado de grandes alturas últimamente? Jajajaja.

No entendía la actitud de Victor, parecía estar burlandose de Lorelei sin razón alguna y si no lo conociera bien habría jurado que estaba celoso.

-Deberías probar desde aquí-se sentó en la baranda y casi por inercia me acerqué para cuidar que no se fuera hacia atras-Tranquila, sólo son unos diez metros de caída libre, jajaja.

-Temo que lo único que se está cayendo son sus modales, señor Frankensfish-respondió ella con molestia.

-¡Es Frankenstein!

De pronto el ambiente se volvió tenso, muy tenso. Victor miraba fijamente a Lorelei y Lorelei le sostenía la mirada, ambos encarandose con algo parecido a los celos y a la ira reflejandose en sus ojos, y yo no comprendía por qué.

-Bueno-habló ella-Señor "Frankenstein", supongo que es verdad que me gusta azotar de grandes alturas, así como a usted le gusta ponerse en vergüenza frente a todo el mundo.

-¿Disculpa?

Al ver que Victor daba un paso hacia Lorelei con una mirada en extremo furiosa, lo tome del brazo y lo alejé de ella.

-Victor, ¿volvemos a la mesa?

-Por supuesto. Para empezar, no tenías que haberme dejado ahí.

Dijo con rabia y luego se volvió hacia las escaleras para regresar a la mesa que habíamos ocupado al llegar, pero antes de seguirlo miré a Lorelei y le sonreí amable, logrando que ella también me sonriera.

-¿Te gustaría acompañarnos?

Se lo pensó un momento y luego respondió

-Sería un placer, Igor.

************************************************************

A pesar de mis intentos por mejorar el ambiente, la tensión seguía presente entre nosotros,  Victor hablaba de su proyecto animadamente pero remarcaba mucho el hecho de que trabajabamos juntos, y Lorelei también lo notaba ya que tenía una expresión irritada en su rostro y se mostraba esceptica a cualquier teoría sobre crear vida que Victor presentaba, rechazando incluso el hecho de que existiera otro tipo de humanos que pudiera procrear, además de las mujeres.

-Eso es absurdo e imposible. Y, en lo particular, a mi me resulta repugnante el hecho de que existan hombres con esa capacidad. Asumiedo claro, que su teoría sea cierta.

-NO ES una teoría. Pero no espero que alguien de visión muy limitada y mente cerrada pueda entenderlo. Considero que usted y todos los demás en este salón, a escepción de Igor y de mí, son estupidos,  y yo no voy a intentar que una persona estupida entienda lo que quiero hacer. En el futuro, un futuro inmediato se lo aseguro, no sólo mujeres y el tipo de hombres que le mencioné, podrán crear vida, los laboratorios también. Yo visualizo un mundo donde una persona pueda enfrentar a su asesino en un juzgado y donde nadie tenga que volver a experimentar el dolor de perder a un ser amado.

-Pues puede llamarme estupida, pero sigo firme en la creencia de que eso es imposible.

-Bien, eres estupida.

-Victor-lo llamé, pero él nuevamente me ignoró.

Parecía un mal sueño, sentía que estaba en medio de un campo de batalla con los bandos enemigos a cada lado y eso me causaba escalofríos.

Para mi fortuna o desdicha, la cena terminó pronto y pudimos irnos, pero mientras caminabamos a casa, Victor parecía muy molesto e irritado por algo, y no me atrevía a preguntar por qué.

Por suerte, no tuve que hacerlo.

-No creo que debas volver a verla-dijo con frialdad.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Es una chica muy linda, sin educación, superticiosa, una total distracción para ti. Y sobre todo, ella no tiene la capacidad de entender lo que queremos hacer, son muy diferentes y por tanto no deben volver a verse.

-Pero ella es amable conmigo.

-Yo también.

-Victor, no puedo dejar de verla solo porque tú me lo pides, la he extrañado mucho y fue una alegría para mi encontrarme con ella esta noche.

-Con que una alegría, eh. ¿Es que acaso mi compañía no ha sido una alegría?

-No...digo sí...no...Victor, ella me gusta.

-¡EL AMOR ES UNA DISTRACCIÓN!-gritó asustandome-¡Y no voy a tolerar distracciones en este trabajo! Así que, lo quieras o no, no volveras a verla, ¿entiendes?

-¡¿Y por qué tengo que obedecerte?! ¡Tú no puedes ordenarme eso Victor!

-Claro que puedo. ¿O ya olvidaste lo que hice por tí? ¡Ella no te sacó de esa jaula ni te levanto del lodo y yo sí! ¡Yo fui el que te salvo! Y lo menos que espero a cambio es tu completa lealtad hacia mí, Igor.

-Y tienes mi lealtad, pero...

-¡Demuestramelo entonces!

Guardé silencio por unos segundos, Victor estaba poniendome entre la espada y la pared y sinceramente no me agradaba la idea, pero no me dejaba otra opción. Debía elegir entre obedecerlo y renunciar al amor de mi vida, o no hacerlo y renunciar a él y al trabajo que hemos estado formando juntos.

-¿Y bien?

Amaba a Lorelei, estaba convencido de eso, y por lo mismo, sabía que la respuesta era obvia.

-Lo siento, pero yo amo a Lorelei y no pienso dejarla ahora que por fin tengo una oportunidad.

-¡Oportunidad que obtuviste gracias a mí!

-Lo lamento Victor, mi decisión no cambiará.

Lo que pasó a continuación me dejó petrificado. Mi corazón se detuvo y mis ojos se abrieron con asombro, mientras mi boca era invadida por una lengua experta que se encargaba de explorar hasta el último rincón de ella.

Victor me estaba besando.

Victor me besaba.

Y yo quería que lo hiciera.

Notas finales:

Okey, esta fue el peor capítulo que haya escrito en toda mi vida y la verdad hubiera preferido no publicarlo, pero dado que no podía hacerlos esperar más ni escribir más(ando con un bloqueo mental desde hace varios días y una falta de inspiración horrible) decidí compartirlo.

Comprenderé si no les agrada ni comentan, pero agradesco a quienes lo hagan.

Les mando muchos besos y abrazos.

Hasta la proxima!

 


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