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10 Razones para Salir - YoonMin por SrMomo

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Capítulo 2: 3. Por las personas que te esperan acá afuera.

 

Esta vez, YoonGi encontró a otras personas en la sala de la casa de SeokJin y NamJoon. Un chico castaño conocido como Kim Taehyung, junto a otros dos que identificó como Jeon JungKook y Jung Hoseok, estaban esperándolo junto a la pareja. YoonGi pareció algo confundido.

—Somos compañeros de Jimin de la universidad —explicó Hoseok—. Estaba muy preocupado por Jimin, y lo sigo estando, así que apenas supe que Tae y JungKook venían a visitarlo, decidí unirme.

—Hace mucho tiempo desde que no vemos a Jimin. Necesita recuperar sus estudios. —Habló JungKook, su cabello negro siendo acariciado por Taehyung, frunciendo los labios y mirando la taza de té en sus manos.

—Necesita recuperar su vida. —Agregó Taehyung finalmente. YoonGi miró a SeokJin un segundo antes de dirigirse a todos.

—Yo me ocuparé de ayudar a que lo haga. —Les ofreció a cada uno una mirada cargada de calma. Todos los demás asintieron, confiando en sus palabras, haciendo que el ambiente se sintiera menos tenso.

—Sólo espero que lo que pasó no le siga afectando después de que salga, al menos no tanto como para que se aísle por mucho tiempo. —Habló Taehyung. SeokJin y todos los presentes —excepto YoonGi— le dieron una mirada dura. Se hizo pequeño en su asiento, cohibido.

—Perdonen mi intromisión —habló YoonGi—, pero si no hay problema, ¿Pueden explicarme exactamente qué le pasó para que esté en ese estado?

Todos, a excepción de YoonGi, se dieron una mirada. De esas miradas en las que se cuestionaban unos a otros si era buena idea confesar o no. SeokJin carraspeó, decidido a hablar al fin.

—YoonGi —le llamó, buscando las palabras adecuadas para empezar a explicar—, hace menos de un mes ocurrió algo en la antigua casa de Jimin.

YoonGi se acomodó en su sillón con interés. Los demás lo imitaron, algo tensos. Escuchó con especial atención las palabras de SeokJin.

—Su padre era alcohólico. Y su madre tenía que lidiar con su esposo borracho cada vez que llegaba a casa. Algunas veces, la mamá de Jimin recibía golpes. Jimin lo sabía porque podía ver los moretones indiscretos que aparecían en la piel de la señora.

» Una noche, el padre de Jimin llegó muy borracho, gritándole a su esposa, reclamándole por una supuesta infidelidad. Jimin no pudo hacer nada, sólo vio cuando su padre empujó a su madre por la ventana. Fue desde el segundo piso. No hubiese fallecido, pero desafortunadamente, cayó sobre las puntas de un árbol cortado.

» Jimin estaba tan mal al día siguiente..., apenas tuvo fuerzas para hablar cuando llamó a la policía al instante en que vio a su madre…

» NamJoon y yo le ofrecimos que se mudara a nuestra casa. Él no tenía dónde dormir. Estaba destrozado. En su mirada había un intenso dolor, su madre era muy importante para él. Pero en cuanto se encerró en su cuarto, estuvo llorando por días. La última vez que lo vimos pidió tiempo para recuperar fuerzas. Pero ya no sé qué hacer, YoonGi..., sólo confiar en que tú le ayudes a superar esto.

YoonGi sintió una punzada en el pecho al imaginarse la situación, poniéndose en la piel de Jimin. Se sintió peor cuando una expresión de dolor cruzó el rostro de SeokJin y todos los presentes.

—Lo siento, no debí preguntar eso… —se disculpó, sintiéndose mal ante el repentino ambiente tenso. SeokJin recibió unas caricias alentadoras en el muslo por parte de NamJoon. Todos los demás miraban al suelo, con miradas melancólicas.

—No pasa nada. Supongo que es bueno que lo sepas, así sabrás qué es lo más adecuado cuando vayas a ayudar a Jimin con su problema —SeokJin le brindó una sincera sonrisa—. Además, estoy bastante sorprendido. En dos semanas has conseguido tanto, YoonGi…

—¿Dos semanas? —Preguntó Hoseok, impresionado, mirando a SeokJin. Éste asintió animadamente en respuesta.

—Llamamos a YoonGi hace dos semanas, sólo ha hablado con Jimin dos veces.

—Lastimosamente sólo puedo venir los miércoles, el trabajo es más intenso en los días restantes. —Explicó YoonGi. Hoseok exclamó, dando a saber que comprendía la situación.

—La primera semana Jimin empezó a comer. Al principio fue un poco reacio, pero accedió al final y empezó a dejar los platos vacíos —un brillo de emoción de escapó de los ojos de SeokJin. Para él, fue un gran alivio que Jimin comenzara a comer. Era una de las cosas que más le preocupaban de la salud del menor. YoonGi sonrió—. Esta semana empezó a comunicarse con nosotros, tocando la puerta una o dos veces. A veces responde a algunas preguntas, pero evitamos preguntar sobre… eso.

—Es muy bueno que Jimin esté poniendo de su parte. Eso demuestra que en realidad no le agrada todo aquello de aislarse. —Comentó NamJoon. Los demás asintieron de acuerdo.

—Estoy ansioso por verlo de nuevo y que se recupere. Las clases son aburridas sin ese enano. —Taehyung mostró una agradable sonrisa, imaginando el día en que volviera a ver a su amigo y deseándolo.

Taehyung, JungKook y Jimin estudiaban en el mismo curso. Solían ser muy unidos, salían muy seguido y se divertían junto a Hoseok.

Hoseok estudiaba en un año superior al suyo. Pero un día, antes de año nuevo, Jimin empezó a comportarse extraño, hasta que dejó de asistir a clases un mes después.
Al transcurrir una semana y no recibir ninguna señal de vida de su parte, recibieron la noticia de que el padre de Jimin había ocasionado la muerte de su madre.

YoonGi subió al segundo piso. SeokJin decidió dejar que él fuera solo, ya que sabía cuál era la habitación de Jimin.

Al estar frente a ella, dio dos golpes suaves. Agregó también el llamado de su nombre:- ¿Jimin?

Se escucharon unos pasos veloces, más enérgicos que las veces anteriores. YoonGi sonrió por esto.

—Hola Jimin. He oído que te has estado comunicando debidamente. Estoy orgulloso por eso —le felicitó sentándose como las dos veces anteriores, con más confianza—. ¿Cómo estás hoy?, ¿estás bien?

Escuchó como contestación dos golpes suaves.

—¿Estás mintiendo?

Dos golpes nuevamente. YoonGi bufó por lo bajo, sonriendo.

—Bien. ¿Qué tal si nos conocemos un poco mejor? —YoonGi hizo un sonido largo con la garganta, dando a entender que estaba pensando—. Yo te hago unas preguntas triviales, sólo unas pocas, y tú las responderás. ¿Estás de acuerdo?

Pasaron algunos segundos antes de que se escucharan dos golpes en la puerta. YoonGi se llevó una mano a la barbilla, pensando en las preguntas.

—¿Te gusta el helado, Jimin? —Soltó. Se escucharon dos golpes como respuesta. YoonGi asintió, aunque Jimin no pudiera verlo—. ¿Te parece bien si te traigo helado la próxima semana?

Jimin contestó con dos golpes unos segundos después. YoonGi se hizo una nota mental de que debía llevarle helado a Jimin el miércoles siguiente. Esperó recordarlo.

—¿Qué tal helado de chocolate, Jimin? —Escuchó dos toques—. Bien, de chocolate será.

YoonGi quiso empezar a ir a asuntos más serios. Así que, removiéndose un poco en su lugar, se preparó para preguntar, esperando no arruinarlo todo.

—Jimin, si un día te pidiera que me dejaras entrar a tu habitación, ¿Me lo permitirías?

Silencio. Estuvo a punto de cambiar la pregunta, los nervios acumulándose en su cabeza, pero de pronto escuchó un par de golpes. Aquello lo descolocó de cierta forma.

Tragó saliva e intentó calmarse un poco para no cambiar su tono de voz neutral.

—¿Estás seguro?

Esta vez no recibió respuesta. Entonces simplemente suspiró y negó con la cabeza.

—Jiminnie —le llamó cariñosamente—, no tienes que hacer nada que no quieras. No te estoy obligando a hacer todo esto.

Hubo otro silencio más largo. YoonGi estaba pensando en qué decir.

—Lo sé. —Se escuchó al otro lado de la puerta. Dos palabras en un hilo de voz levemente ronco que YoonGi casi pasa desapercibido. Incluso dio un pequeño brinco de la sorpresa, no podía creerlo. La primera persona que oyó decir algo de parte de Jimin en mucho tiempo resultó ser él. Trató de calmarse nuevamente para no verse exaltado por ello. Carraspeó la garganta.

 

—Jimin, ¿Quieres darme la carta de la semana pasada? Por favor.

Escuchó algunos sonidos breves. La hoja de papel pasó por debajo de la puerta. Él la tomó y se la guardó en el bolsillo, cuando llegaba a su casa guardaba las notas en un pequeño sobre amarillo, sin leerlas en ningún momento.

Como ya empezaba a acostumbrarse, sacó otro trozo cortado previamente por él mismo y escribió en él. Al otro lado de la puerta, Jimin se mordía el labio inferior mientras movía sus pies con nerviosismo. Estaba ansioso.

Cuando YoonGi pasó la nueva nota por el suelo, la observó por unos segundos antes de tomarla. Observó el lado blanco del papel, sin voltearlo para leer lo que traía escrito.

Las notas anteriores las había analizado, pero siempre terminaban con una respuesta corta de su parte. Sus propias razones para no salir de su encierro eran tan deprimentes y ahogadas, tan simples como destructivas. Tan indiferentes.

Sin embargo, se estaba cansando de todo aquello. Quería saber de sus amigos, pero no tenía el valor para girar la llave de la cerradura, abrir la puerta y salir.

No podía dejar todo eso así como así. Los recuerdos de miles de cosas le carcomían la cabeza, él pudo haber evitado tantas cosas. Pero no lo hizo. Y ahora estaba sufriendo por la culpa. Incluso sentía una inmensa rabia hacia aquel personaje que le arrebató a su madre.

Jimin sabía cosas que los demás no. Cosas que sólo compartían su madre y él, cosas como su plan de escape de ese infierno que llamaban hogar.

Pero todo se esfumó esa noche. Jimin se sentía impotente ante todo aquello. Él pudo haber hecho algo, ahora no puede hacer nada. Su madre pudo haber seguido con su vida, Jimin no quería seguir con la suya si ella no pudo. No lo sentía justo. Ella merecía algo mejor, era una madre tan buena…

A Jimin se le escaparon unas lágrimas al recordar lo último que su madre le dijo. Ella le había tomado el rostro con sus manos, llorando, y le había sonreído con calma. Habían lágrimas en sus ojos que le parecieron resaltar los hermosos ojos rasgados de ella.

Saldremos de esto muy pronto.

Jimin se encogió en su lugar. Su pecho había empezado a contraerse del dolor y en su garganta había crecido un nudo que no le permitía respirar. Estaba a punto de empezar a hundirse con pensamientos negativos y llenos de poca valoración hacia su vida, cuando la voz de YoonGi le llenó los oídos para interrumpir su ritual diario.

—Jimin, saldrás de esto muy pronto. Tus amigos tienen fe en ti. Yo tengo fe en ti. Te ayudaré.

El menor no pudo sino creer en aquellas palabras en un segundo, sin pensarlo. Su pecho se alivió, la tormenta en su cabeza empezaba a ser sólo una suave brisa. Sus músculos se destensaron. Las palabras de YoonGi se repetían en su cabeza mientras las lágrimas caían suavemente, sin dolor. Ahora sólo había esperanza en sí mismo. Nunca se había encontrado con algo tan fuerte y no supo cómo enfrentarlo.

—Tu misión de esta semana es escribir lo que sientes. Cómo te sientes estando encerrado, cómo te sientes con tu propia situación. Cómo te sientes conmigo —la voz de su hyung explicando le distrajo de sus propios pensamientos, tomando notas mentales de lo que debía hacer—. Si no tienes una hoja al alcance puedo darte una, ¿Tienes dónde escribirlo?

Jimin respondió con dos golpes sobre la puerta cuando revisó con la mirada su entorno entre la oscuridad. Divisó en una esquina de su habitación el bolso que solía llevar a la universidad. De allí, seguro que podría sacar un cuaderno y escribir en él.

De pronto sintió nostalgia de sus días con sus amigos en la universidad, cómo los extrañaba. Pero se hallaba encerrado en sí mismo y no podía escapar.

—Bien. Entonces para la próxima semana debes escribir eso, y yo me encargaré de traerte tu helado. ¿Estás bien con eso?

Jimin volvió a responder con un par de golpes. Escuchó cómo YoonGi se levantó de su lugar y suspiró. La peor parte era tener que despedirse de él para tener que esperarlo una semana entera. Se sintió vacío, odiaba esa parte en la que YoonGi lo dejaba solo. Sentía que volvía a perderse.

—Adiós, Jimin. Vendré la próxima semana y con tu helado. Cuídate.

El menor volvió a sentirse solo. El vacío y el silencio al que no terminaba de acostumbrarse le hizo estar más consciente de su estado. Quería salir de allí. YoonGi era la única persona que podría ayudarlo. Quería a YoonGi de vuelta un rato más.

3. Por las personas que te esperan acá afuera.

Notas finales:

Gracias por leer~


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