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Ángeles de Amor por Amakaiyr

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CAPÍTULO 2

 

Un mes y medio después....

 

Ya todos en la mansión estaban al tanto de la relación entre Touya y Yue y para alegría de la pareja, lo único que recibieron fue aceptación y muestras de cariño y apoyo por parte de sus seres queridos.

 

Esa noche Touya llevó a Yue a un lujoso restaurante porque tenía algo muy importante que preguntarle a su ángel (N/A: ya se imaginarán qué cosa)

 

Luego de una deliciosa cena, Touya llevó al guardián a un hermoso mirador para contemplar la luna y las estrellas. Ahí el moreno aprovechó la hermosa vista para decirle a su koi lo que tenía planeado desde hacía una semana.

 

Touya: Yue, no sé cómo decirte esto pero ya no puedo más.

 

Yue: ¿De qué estás hablando Touya?- el tono serio de su pareja lo preocupó.

 

Touya: Me refiero a nosotros, a nuestra relación. No puedo más, ya no quiero seguir así.- En ese momento los ojos del juez se llenaron de lágrimas. No podía ser cierto lo que escuchaba pero, qué otra cosa podían significar esas palabras sino que Touya ya no quería estar con él.

 

El joven Kinomoto, al darse cuenta que su ángel había malinterpretado sus palabras se apresuró a enmendar su error. Pero antes de poder explicarse vio con horror como Yue perdía el conocimiento y se desplomaba entre sus brazos.

 

Touya: ¡Yue, amor qué tienes, contéstame!- al ver a su koi en ese estado no supo qué hacer así que, por tratarse de un ser mágico, en vez de llevarlo con un médico, decidió encaminarse a su casa para que Sakura y el mocoso inglés lo ayudaran.

 

////////////////////////////

 

En la mansión....

 

Touya: ¡Sakura! ¡Mocoso, digo Eriol!, ¡vengan de inmediato!

 

Atraídos por los gritos del mayor, los dos magos salieron de sus respectivas habitaciones para dirigirse al estudio que parecía ser el punto de origen de los gritos.

 

Sakura: Hermano que suce... ¡Yue, qué es lo que tienes!- El juez estaba recostado en un sillón aún inconsciente.

 

Eriol: Touya-kun ¿qué es lo que le sucedió a Yue?

 

Touya: Yo...no lo sé, estábamos en el mirador hablando y de repente se desmayó. ¡Ayúdenlo por favor!

 

Eriol: Para poder ayudarlo necesitamos que nos digas una cosa, ¿es la primera vez que le pasa esto?

 

Touya: Sí, bueno... ya antes me había dicho que sentía mareos y algunos malestares y aunque yo le insistí en que lo consultáramos con ustedes él se negó; pero nunca antes había perdido el conocimiento, ¿por qué?- preguntó dándole la espalda a Yue para prestar atención a los jóvenes.

 

Al escuchar la respuesta de su hermano, Sakura inmediatamente procede a explicar la situación de su guardián con una gran sonrisa en su rostro.

 

Sakura: Con lo que nos has contado podemos decirte que no tienes de qué preocuparte, lo que le sucede a Yue es completamente normal.

 

Cuando el mayor iba a reclamar por la ligereza con que su hermana se tomaba el asunto, sintió cómo algo se movía detrás de él así que volteó para ver cómo un par de amatistas lo miraban  con desconcierto.

 

Yue: ¡Ah! ¿Qué me sucedió? ¿Dónde estoy?

 

Touya: Estamos en casa, te desmayaste en el mirador, yo me preocupé mucho y te traje para que mi hermana y el moco...eh Eriol te ayudaran.

 

Yue: ¿El mirador?... ya veo- los ojos del ángel se opacaron y humedecieron al recordar lo acontecido, así que para evitar llorar frente a todos los presentes, dirigió su mirada hacia Eriol y Sakura para preguntar qué era lo que tenía.

 

Eriol: Descuida Yue, como Sakura-san ya le dijo a su hermano, lo que te pasa es completamente normal en tu estado.

 

Yue: ¿M-mi estado?

 

Sakura: Sip. Felicidades van a ser padres, Yue estás embarazado.

 

Touya y Yue: ¡¡NANI!!!

 

Eriol: Como lo oyen- dirigiéndose a Touya -la noche en que Yue te devolvió tus poderes y te entregó lo más preciado para él, nosotros, o sea, Sakura-san y yo decidimos darles un obsequio también, así que por medio de un hechizo logramos que Yue concibiera un hijo de ambos.

 

Una vez que los dos jóvenes se recuperaron de la impresión, sus reacciones ante la noticia fueron totalmente opuestas. La sonrisa en el rostro de Touya reflejaba la alegría y el gozo que lo embargaban en ese momento, pero ésta se desvaneció al momento que miró a su koi y se encontró con un Yue bañado en lágrimas que a leguas se veía que eran de todo menos felicidad.

 

Touya: Yue ¿por qué te pones así? ¿Acaso no te alegró la noticia?

 

Yue. S-snif... ¿Y cómo esperabas que reaccionara cuando me vengo a enterar que estoy esperando un hijo tuyo justo ahora que vas a dejarme?

 

Touya: Pero... ¡qué dices!

 

En ese momento recuerda lo que sucedió en el mirador y cómo no pudo explicar al guardián sus verdaderas intenciones, por lo que, arrepentido por su torpeza y antes de que las cosas empeoraran, decidió explicarse.

 

Touya: Yue, amor.- Dijo dulcemente mientras tomaba la barbilla del juez para hacer que éste le mirara a los ojos. -Tú sabes que no soy bueno con las palabras y creo que lo que te dije en el mirador no fue la mejor manera de expresar lo que realmente siento.

 

Yue: ¿A qué te refieres?

 

Touya: A que lo que intentaba decirte mi ángel- se arrodilla y toma la mano del juez mientras saca una pequeña cajita de terciopelo negro de su bolsillo de su pantalón -es que ya no puedo seguir así, quiero pasar cada instante del resto de mi vida a tu lado para hacerte feliz- abre la cajita y revela un hermoso anillo con un diamante en forma de luna creciente -por eso te pregunto: Yue Tsukishiro ¿aceptas casarte conmigo? (N/A: se me ocurrió ponerle el mismo apellido que Yukito ya que él fue quien le dio ese nombre al crear su identidad falsa y ahora que son dos personas son algo así como hermanos creo yo).

 

Yue no cabía de felicidad al escuchar la proposición del moreno. Junto con la alegría también lo inundó un sentimiento de culpa por haber pensado siquiera que su koi había dejado de amarlo. Mientras el guardián lunar se debatía entre la felicidad y la culpa, Touya comenzaba a preocuparse al no recibir respuesta alguna por lo que pensó que tal vez se había precipitado.

 

Fue entonces que el juez se dio cuenta que aún no respondía a la pregunta hecha por el moreno y al voltear a verlo se sintió aún peor al percibir la tristeza en esas orbes chocolate por lo que sin demora le contestó.

 

Yue: ¡Sí! Claro que acepto- gritó eufórico mientras se arrojaba a los brazos de Touya provocando que ambos cayeran al suelo.

 

Touya: Amor mío, te amo tanto. Gracias por hacerme tan dichoso.

 

Yue: Yo también te amo Touya.

 

Acto seguido y sin levantarse del piso, los amantes comenzaron a darse tiernos besos que poco a poco subían de intensidad cuando de repente se vieron interrumpidos.

 

Sakura: Ejem... ejem, niisan ¿por qué no dejan eso para después?, ahora lo mejor será  comunicarles a todos la buena nueva.

 

Yue: Gomen... Sakura, tienes razón- balbuceó el guardián totalmente sonrojado por la vergüenza.

 

Touya: Agh, está bien... monstruo

 

Sakura: ¡Que no soy monstruo!

 

Touya: Yare yare, Sakura bestia.

 

Sakura: ¡Hermano!- reclamó ella con una venita punzando en su frente

 

Al darse cuenta que estaba a punto de desatarse una batalla campal en la habitación, Eriol y Yue, guiados por experiencias anteriores, se dan a la fuga antes de verse envueltos en la contienda.

 

Dos semanas después la boda se celebró en el jardín de la mansión. A la ceremonia asistieron los amigos y familiares de los novios, incluido el bisabuelo de los hermanos Kinomoto quien hacía unos meses los había ido a ver para pedir perdón por tantos años de abandono a causa de su tonto orgullo. Todos lo convidados se aproximaban a felicitar y dar sus bendiciones a la feliz pareja. Entre los invitados también se encontraba Yukito, quien se acercó a los recién casados para hablar con ellos.

 

Yukito: Felicidades chicos, no saben lo mucho que me alegra verlos al fin juntos y felices.

 

Touya: Gracias Yuki, no sabes cuán agradecido estoy contigo.

 

Yukito: ¿Y eso por qué?

 

Touya: Porque fue gracias a tu partida de esta casa que me percaté de mis sentimientos por Yue.

 

Yue: Touya tiene razón, gracias a ti es que comenzamos nuestra relación. Por eso es que quisiera pedirte algo muy importante

 

Yukito: ¿Qué cosa?

 

Touya: Sí amor, ¿de qué hablas?

 

Yue: Bueno, Yuki me gustaría, si mi koi está de acuerdo, que tú aceptaras ser el padrino de nuestro bebé

 

Yukito: ¿Be-bebé?

 

Touya: Sip. Mi hermoso ángel va a darme un hijo o hija.

 

Yukito: Vaya pues felicidades y claro que acepto con gusto ser el padrino del pequeño.

 

Acto seguido y para sorpresa tanto de Yukito como de Touya, Yue se acercó y abrazó al conejo de la nieve mientras le susurraba algo al oído.

 

Yue: Domo arigato otuoto

 

Yukito: Yoroshiku, niisan

 

////////////////////////////////

 

Meses después la felicidad de la pareja se vio completada con la llegada al mundo no de uno sino de dos pequeños angelitos, un niño y una niña. El varón era el mayor, tenía la piel clara, cabellos castaño oscuro y poseía los mismos ojos color chocolate de su padre. Mientras que la pequeña era de hermosos ojos violeta, tez morena y cabellera como hilos de plata igual a su "madre" (N/A: ya que fue Yue quien concibió a los peques y quien los llevó en su vientre, puede decirse que es su mamá).

 

Todo en  la mansión era felicidad, los pequeños crecían siendo cuidados y amados tanto por sus padres, su abuelo, su tatarabuelo y el montón de tíos y tías (Sakura, Nakuru, Tomoyo, Shaoran, Eriol, Naoko, Chiharu, Rika y Yamazaki) que se encargaban de mimarlos y consentirlos.

 

Ya ha transcurrido un año desde el nacimiento de los mellizos por lo que sus padres han decidido festejarlos en compañía de familiares y amigos pero...

 

Touya: ¡Kintaro, Nadeshiko! ¡Salgan de su escondite ahora mismo!- gritaba furioso entrando a una habitación que parecía estar vacía - ¡Vengan aquí en este instante par de diablillos!

 

Entonces se escuchan unas risitas salir por debajo de la cama. Al escuchar a su hijos reír, Touya decide seguirles el juego.

 

Touya: Pero ¿dónde podrán estar esos dos?- decía mientras se aproximaba lentamente a la cama -Bueno entonces como no aparecen no podrán comer del pastel  que les traerá la tía Sakura.

 

¡¡NOOOO!!- gritaron dos personitas mientras salían de su escondite -¡Queyemos patel!

 

Touya: ¿Con que ahí estaban nee? ¡Pues ahora verán!- exclamó con voz seria mientras se acercaba a los pequeños.

 

Atraído por el grito de sus hijos, yue entra corriendo a la habitación pensando que algo malo pudiera haberles ocurrido. Pero cuál es su sorpresa al encontrar a sus pequeños siendo "torturados" por su esposo.

 

Kintaro: ¡Ya no... papá ma-malo!- balbuceaba mientras jadeaba y se carcajeaba por las cosquillas que su progenitor le hacía en el abdomen y las costillas. La pequeña Nadeshiko no se encontraba en mejores condiciones, sus risotadas eran tales que no le permitían articular palabra alguna.

 

Yue: Muy bonito Touya, muy bonito- dijo en tono de enojo fingido- ¿Esta es tu idea de prepara a los niños para la fiesta?

 

Touya: Vamos no seas tan gruñón, aún falta un poco para que los invitados lleguen- aún no terminaba la frase cunado se oyó el timbre de la puerta principal anunciando la llegada de alguien.

 

Yue: ¿Decías?- comentó en tono sarcástico mientras arqueaba una ceja -Deja yo me encargo de estos dos, tú ve a abrir la puerta que no hay nadie más en casa ¿sí?

 

Touya: Sí señor- dijo burlonamente mientras saludaba a su koi militarmente, tras lo cual salió de la habitación para dirigirse al recibidor donde abrió la puerta para hacer pasar a los primeros invitados.

 

¿?: Buenas tardes querido sobrino.

 

Touya: Ah, hola digo buenas tardes tía Sonomi, bisabuelo, Tomoyo; pasen por favor.

 

Tomoyo: hola Touya, espero que no hayamos llegado muy temprano pero es que quiero captar hasta el más mínimo detalle del primer cumpleaños de mis sobrinos ¡jo, jo, jo! (N/A: insertar aquí risa patentada marca Tomoyo Daidoyi)

 

Touya: eh... no se preocupen- dijo con una pequeña gota en la cabeza -es más Tomoyo, si quieres puedes subir a verlos en este momento, yue los está arreglando y estoy seguro que no le caería mal una ayudadita.

 

Más tardo el joven Kinomoto en pronunciar estas palabras que Tomoyo en desparecer escaleras arriba, de todos sus tíos y tías Tomoyo era, después de Sakura quien más adoraba a los mellizos.

 

Una vez que la joven aspirante a directora de cine/modista/ camarógrafa se había ido, el moreno hizo pasara sus familiares al salón principal donde todo había sido bellamente decorado por Nakuru para la feliz ocasión. Los tres se sentaron en un amplio sillón y cuando iban a comenzar a charlar, el timbre de la entrada se escuchó nuevamente.

 

Touya: Discúlpenme por favor pero creo que dejaremos nuestra conversación para después, ahora tengo que recibir a los demás invitados en lo que Yue y Tomoyo bajan con los pequeños. De inmediato salió de la sala para recibir a los recién llegados.

 

Poco a poco fueron llegando los demás invitados hasta que todos estuvieron reunidos, ya sólo faltaban por aparecer los festejados junto con su madre, ya que Tomoyo hacía un rato que había bajado.

 

Touya: ¿Qué estarán haciendo que tardan tanto?

 

En ese momento bajan por las escaleras sus tres grandes amores. Una vez reunidos todos en el salón, Sakura desaparece por la puerta que da a la cocina para reaparecer instantes después con un hermoso pastel para los mellizos. Tras cantarles y aplaudirles, los pequeños soplaron a la vez la velita y todos comieron pastel, jugaron, rieron, abrieron sus obsequios y bailaron. Tomoyo se encargó de grabar todo el evento y una vez que todos los allí presentes se aseguraron de pedirle una copia de la grabación, poco a poco se fueron despidiendo hasta quedar sólo los habitantes de la mansión quienes se retiraron a sus respectivas habitaciones para descansar de un día lleno de diversiones.

 

Los mellizos al fin se habían rendido en los brazos de Morfeo tras un día de grandes emociones y travesuras, y en esos momentos eran llevados hacia su habitación en brazos de sus padres.

 

Yue: Al verlos dormir así, tan tranquilos, nadie creería lo traviesos que pueden llegar a ser- susurraba mientras recostaba al pequeño Kintaro.

 

Touya: Pues aunque sean unos verdaderos diablillos yo siempre los veré con un hermoso par de angelitos, mis dos ángeles de amor- respondió al tiempo que cubría a Nadeshiko con las mantas.

 

Yue: ¿Ah sí? ¿Y por qué?- preguntó tras cerrar la puerta de la habitación de sus pequeños.

 

Touya: Porque ellos son la prueba viviente del inmenso amor que siento por ti y de la dicha de ser amado por un ángel más bello aún.

 

Yue: Touya, te amo tanto, no imagino mi vida sin ti, moriría antes de perderte.

 

Touya: Yo también te amo mi ángel y por ti soy capaz de dar hasta mi vida.

 

Dichas esas hermosa palabras, los esposos sellaron su promesa de amor infinito con un cálido beso, premisa de lo que sería unas noche llena de amor y entrega a la que le seguirían muchas más.

 

FIN


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