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La memoria del corazón por IlusionnaCM

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Quedando unos pasos por detrás de él, perdió de vista su silueta al girar el rostro. 


Su mirada se paseó por aquel lugar rodeado de enormes árboles; la corriente del río era tranquila y el agua al impactar en las rocas creaba una melodía sin ritmo que resultaba extrañamente relajante. El aire era fresco, a pesar de que sus piernas se sentían pesadas por caminar cuesta arriba por un largo rato, no lamenta ni siquiera un poco el camino recorrido si la recompensa era observar aquel fantástico lugar.


—Te lo dije. —La voz de Neji llamó su atención.


El chico vestía con ropa informal, unas botas perfectas para subir por aquella montaña donde el terreno era irregular y de su cuello colgaba una cámara que cuidaba como si fuera su más preciada posesión.


Ignoró su comentario, por la mañana le había asegurado que el lugar era espectacular pero no le daría el gusto de admitirlo frente a él:


— ¿En qué parte exactamente tienes planeado tomar las fotos? —preguntó sin despegar la vista del paisaje.


—Aún no lo sé, pero por suerte, hoy el sol ilumina de una manera casi perfecta. —Colocó la mano sobre su frente para cubrir sus ojos de los rayos y observar con mayor precisión. Tenía las gafas puestas, dándole un aspecto inusual, sin embargo, ya que era su día libre, aprovechó para descansar de los lentes de contacto.


Sasuke solo asintió con la cabeza, no era la persona más habladora del mundo y prefería no hacerlo con el castaño, entre menos dijera, más fácil sería el día de mañana. Fácil porque no habría nada de lo cual lamentarse por olvidar.


El chico de ojos perla por su parte comenzó a explorar el lugar, se paseó por todas partes buscando el lugar adecuado. Tenía una idea en mente, quería capturar el momento justo cuando un hombre admiraba la naturaleza mientras esta le exhibía su máximo esplendor.


Después de un rato en el que Neji examinaba todo a detalle, se acercó a Sasuke que estaba sentado en una roca.


—Encontré el lugar ideal —llamó su atención e hizo un gesto con la mano indicando al azabache no levantarse—, pero tendremos que esperar un poco.


— ¿Cuánto tiempo?


—Una hora, cuando el sol esté en la posición más alta los rayos atravesarán los espacios entre las hojas y todo se verá increíble.


—Está bien, tú eres el experto —habló mientras se acomodaba de nuevo.


El castaño se sentó a su lado y lo miró de reojo.


—Te ves más tranquilo, la semana pasada estuviste con un pésimo humor.


—Estoy igual que siempre —respondió cortante.


— ¿Pudiste arreglar las cosas con Itachi? —preguntó con un poco de temor al saber que invadía su privacidad, pero la curiosidad fue mayor.


Sasuke lo observó con el ceño fruncido, sabía a qué se refería, antes de salir de su casa leyó en su diario que el idiota del Hyuga había malinterpretado todo, dejándolo como un gay reprimido por el matrimonio de su supuesto amigo.


— ¿Tienes idea de quién es Itachi para mí? —preguntó con fastidio.


—En realidad no sé, pero todo el mundo puede notar que le quieres.


—Por supuesto que le quiero, es mi hermano después de todo.


—¿Qué? —Neji abrió los ojos con sorpresa y cuando procesó las palabras se puso rojo de vergüenza, había metido la pata de una manera muy penosa.


—Necesitas unos lentes más potentes, tu vista es pésima.


El mayor se quedó callado sin saber qué decir, pero tomó valor y reconoció su error:


—Lo siento.


—Te perdono si me aseguras dejar de suponer cosas por tu cuenta.


—Bien, pero tú tienes parte de la culpa, jamás me dijiste que era tu hermano y me dejaste saltar a conclusiones. —Se defendió un poco exaltado.


— ¿Disculpa? Yo no tengo ningún motivo para contarte mi vida privada.


Esas palabras hirieron al castaño, le parecieron peor que un golpe, se mantuvo callado y con la mirada baja. Tal vez se había excedido.


—Tienes razón, no volveré a hacerlo. —Su voz sonó distante.


Por algún motivo desconocido Sasuke sintió que había hecho mal, contradiciendo a su sentido común que le ordenaba no mantener contacto con él, pero honestamente le agradaba Neji, había algo en ese chico que a pesar de no reconocerlo le resultaba familiar. Cuando comenzaban a hablar el castaño lo trataba como a un viejo amigo provocando que Sasuke se sintiera cómodo.


El fotógrafo estaba a punto de levantarse, pero al escuchar la voz del menor se detuvo.


—No quería decirlo de esa forma.


Sonrió, él tampoco quería que su relación se tornara tensa, sería poco tiempo el que compartirán juntos, pero no quería que se volviera desagradable. Sabía de sobra que esas palabras era lo más cercano a una disculpa que obtendría de sus labios.


Aún faltaban cuarenta minutos para comenzar a trabajar y ninguno sabía qué más decir. Jamás habían tenido la necesidad de quedarse juntos sin hacer nada durante lo que les pareció una eternidad.


Neji al no soportar el silencio por más tiempo, buscó un pretexto para hablar.


—Lamento haberte llamado en tu día de descanso, debes de tener otras cosas que hacer, pero entre semana no habríamos podido venir. —Lo miró de reojo.


—No te preocupes, hoy no tenía nada planeado.


Quería continuar platicando, pero no se le ocurría algún tema, no quería de nuevo invadir su privacidad y enfadar a Sasuke.


El azabache giró su rostro y observó con curiosidad como Neji envolvía con las manos su cámara, como si la protegiera del exterior.


—Esa cámara vieja. ¿Por qué es tan importante? —Sasuke colocó la barbilla arriba de su puño.


Ignorando la parte de vieja, contestó.


—Me la regaló mi abuelo y gracias a eso descubrí que lo mío era la fotografía.


Solo asintió.


— ¿Tú tienes algún objeto valioso?


«Mi diario», pensó pero no quería que malinterpretara todo de nuevo y solo negó con la cabeza.


Buscó alguna otra pregunta, del tipo que se hace cuando quieres conocer a alguien.


— ¿Tienes algún pasatiempo?


—Leer —contestó sin entrar a detalles—. ¿Y tú?


Lo pensó por unos minutos y le dio risa descubrir su respuesta.


—Creo que la fotografía lo es todo para mí, en mi tiempo libre me dedico a buscar lugares y...


—Fotografiar gente sin permiso —las palabras salieron de su boca antes de siquiera razonarlas, interrumpiendo al castaño.


Después de leer el motivo por el cual estaba ahí, no podía evitar reprocharse por haberse metido en aquel problema por culpa de un accidente tan tonto, pero no podía reclamarse a sí mismo, ya que no recordaba nada y no sabía cómo se dieron las cosas.


—No, bueno, no suelo hacerlo seguido —contestó tratando de ocultar su pena. Se quitó los lentes y se frotó los ojos. Estaba un poco cansado, el trabajo del día anterior se había extendido y había salido tarde—. Te importa si me recuesto un poco.


—Como quieras. —Se encogió de hombros.


— ¿Me puedes levantar en media hora?


—Sí, no te preocupes.


Acto seguido el castaño buscó un lugar en el cual recargar su espalda y relajarse.


Los minutos pasaron lentos y Sasuke se asombró al escuchar la respiración serena del castaño, «¿ya se durmió?», se preguntó. El chico ni siquiera cabeceaba, pero se notaba que se había quedado dormido y le pareció curioso cómo abrazaba su cámara.


Él se levantó, se acercó a la orilla del río y no pudo evitar quitarse los zapatos. Con el pantalón enrollado hasta la mitad de su pantorrilla sumergió sus pies, sintió el frío pero la sensación era agradable, le gustaba el agua, cuando era pequeño le gustaba meterse a bañar. ¿Cuándo fue la última vez que lo hizo?, no lo sabía y mañana no recordaría el hermoso lugar donde estaba ahora, olvidaría las rocas enormes con las que se encontró en el camino, las telarañas entre las ramas en las que se atoró, el sonido tan peculiar de las aves que escuchaba en ese instante y olvidaría que por un momento se sintió pleno.


Volteó en dirección al castaño y lo observó. Envidiaba su vida, había dicho que su mayor pasión era la fotografía, tanto como pasatiempo y profesión. «Seguramente ama todo lo que hace», pensó. Él antes del accidente estudió filosofía y letras, su deseo era escribir un libro que relatara la belleza del mundo, la sabiduría de la naturaleza y la verdad del hombre. Ahora era solo un sueño.


Mientras movía los pies dentro del agua, tarareó una canción, una que su madre le cantaba de pequeño; su madre debía ser extraña porque no era una canción de cuna.


Escuchó el sonido que provoca la cámara al tomar una foto. No giró su rostro, sabía que se trataba de Neji.


—Lo siento, pero esta no la conservaré yo —dijo mientras agitaba con la mano la fotografía instantánea.


— ¿A qué te refieres? —habló confundido.


—Toma, te la obsequio —le sonrió satisfecho. Sasuke estiró su brazo para contemplarla, los colores eran tan vivos, la luz se reflejaba en el agua y en su perfil se exponía una clara expresión de paz—. Saliste muy bien, tu semblante es perfecto.


Sintió un calor surgir en su interior, pero no le prestó mucha atención.


—No era necesario.


—Sabes, en ocasiones pareces estar triste... en verdad no quiero fastidiarte —trató de justificarse—, pero si puedes conservar una hermosa imagen que dice más que mil palabras, puede que en el futuro te ayude a recordar lo que sentiste en ese instante.


Le pareció irónica la palabra recordar, pero en ese momento le impresionó más que el castaño pudiera ver en su interior y escuchar un consejo de su parte. No esperaba eso de él, apreció un poco más aquel trozo de papel y reconoció que de esa forma tendría una prueba de su experiencia.


—Gracias. —Sus miradas se encontraron.


Fue un momento corto, pero ambos sintieron una conexión extraña, como si por un momento sintieran exactamente lo mismo, el dolor y la felicidad ajena.


—Bueno, manos a la obra. —Neji se levantó rompiendo aquel momento íntimo.


El castaño le indicó a Sasuke subir a una roca y ponerse de cuclillas para observar el río bajo sus pies. Después de comentarle los gestos que deseaba que reflejara, se alejó listo para comenzar la sesión.


Los minutos pasaron y solo había tensión en el aire.


— ¡No! Esa expresión no es de asombro. —Se tocó la barbilla mientras ordenaba su cabeza que le gritaba que era imposible sacar fotos espontáneas cuando le ordenaba que hacer exactamente.


— ¿A qué te refieres?, no logro comprender qué cara quieres que ponga. —Colocó las palmas de su mano en la firme roca, ya cansado de esa posición.


—Cuando ves el lugar, ¿qué sientes? —le interrogó.


—Pues...


—No es necesario que me lo digas, solo concéntrate en sentir lo que tienes enfrente y olvídate de mí.


—Si me olvido de ti, entonces créeme no estaría de esta forma.


— ¿Entonces cómo?


—Me sentaría —contestó directo.


—Está bien, hazlo como te sientas más cómodo.


Una vez el azabache en una postura más adecuada, comenzó a relajarse lentamente.


—Sabes, cuando veo un paisaje así deseo no regresar jamás a mi casa —habló mientras colocaba la cámara frente a sus ojos perla.


—A mí me dan ganas de permanecer así por más tiempo. —Sonrió de lado.


Click.


—Puede ser, aunque después de todo, que dure poco es el motivo de sentir que es especial, al verlo todos los días estoy seguro que nadie lo apreciaría. —Se acercó un poco más.


—Por eso las personas suben las más altas montañas, pensando que ahí encontrarán la mejor vista... y a veces la tienen enfrente. —Su expresión se volvió sombría.


Click.


—Las personas son seres extraños y difíciles de comprender.


—Creo que lo más difícil es una persona tratando de comprender a otra —declaró ocultando los ojos tras su flequillo.


Click.


—Es complicado, pero es parte de nuestra humanidad, sería una locura no intentarlo. —Continuó avanzando con pasos lentos.


—A veces es mejor concentrarse en entenderse a uno mismo.


—Giró su rostro olvidando que estaba en medio de una sesión.


Click.


—Sí, pero piensa que es hermoso cuando dos personas diferentes, de valores contrarios y sueños opuestos logran apreciar a la persona de enfrente.


—Quizá tengas razón. —Recargó el peso en sus brazos pasándolos por detrás de su espalda y volviendo a mirar el agua cristalina.


Click.


—Quizá...


—Dime... qué es mejor para ti, ¿un paisaje o una persona?


—Una persona disfrutando de un paisaje, ¿qué caso tendría un lugar fantástico sin alguien que lo admire?


—Por eso me trajiste aquí, ¿no? —Soltó una ligera risa.


Click.


—Qué te puedo decir —retrocedió dos pasos—, al final me cansé de solo fotografiar lugares sin alguien de por medio.


—Creo que existen personas mejores para salir en tus fotos. —Frunció el ceño.


Click.


—Deberías observarte, cuando estás en total tranquilidad tus expresiones son interesantes —le dijo subiendo la voz para que lo escuchara.


—Prefiero no hacerlo, pero gracias por la recomendación. —Subió el rostro al cielo para observar el increíble azul adornado con esponjosas nubes.


Click.


Sin haberlo notado, ninguno de los chicos, entre ambos había nacido una afinidad. La plática se extendió, Sasuke posó en varios lugares y Neji terminó con muchas fotografías, cada una diferente a la anterior.

Notas finales:

IlusionGris: Cuando corregimos por última vez, recuerdo todo el amor que le ponemos a la historia. Gracias por leer :3


JuudeCM: Ha pasado tiempo desde la última publicación, solo diré que espero que disfruten de la historia.


No leemos en el siguiente capítulo~


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