Itachi-Sasuke
Itachi estaba algo desconcertado por la actitud de su hermano, ya había hablado con él acerca de su boda. En realidad ya había pasado más de medio año que se lo había comentado y él lo había aceptado diciendo que lo anotaría para no olvidarlo, con esto se dio cuenta que realmente no le agrado mucho la idea ya que habían pasado más de seis meses y él actuó como si fuera la primera vez que se lo contó. Necesitaba saber que su hermano estaba de acuerdo con su decisión.
Necesitaba hablar con él seriamente, quizá después lo ayudaría para poder recordarlo o mantener eso presente.
No aguantaba más, había pasado solo dos días pero sabía que entre más avanzaba el tiempo más se acercaba la fecha de su boda, aunque ya tenía casi todo para ello aún faltaba una cosa, o mejor dicho una persona. La persona más importante y que más quería en el mundo, su hermano. Tenía que hablar con él y ese día creía que era el indicado.
Apenas iban a dar las siete, faltaba para que Sasuke terminara su sesión con Neji. El nerviosismo estaba presente con él, como aquel día en el que le dijo que planeaba casarse, primero no lo había tomado tan bien pero después de platicar seriamente le dijo que estaba bien, que si era por su felicidad por él no había problema y que no se preocupara que lo anotaría para tenerlo presente. Pero ahora se daba cuenta que solo se lo dijo para que no se preocupara, tenía más de seis meses pensando que su hermano estaba bien con la decisión que había tomado pero ahora confirmaba que a Sasuke le había afectado y mucho.
Y como no, lo sintió con sus palabras hace dos días diciéndole que por él no había problema, solo buscaría un departamento. Sus palabras tenían un poco de tristeza y preocupación. ¿Realmente estaría tomando la decisión correcta? No lo sabía. Ahora más que nada tenía que hablar con él. Sentía que primero estaba la felicidad de su hermano que la de él mismo.
Una puerta azotándose le hizo salir de sus pensamientos, se dio cuenta que era la principal. Era Sasuke, había llegado mas temprano de lo habitual. Salió de su recamara dejando el libro que tenía en mano y que había olvidado por completo al estar centrándose en sus pensamientos, ahora se dirigía para la habitación de su hermano ya que por la actitud al entrar estaba algo molesto, aunque era raro ya que él no demostraba lo que sentía a través de su conducta, simplemente se quedaba callado e ignoraba a todo el mundo.
Por otro lado Sasuke al estar en su habitación estaba más enojado que cualquier día. No sabía por qué se le ocurrió decir eso en el estudio del Hyuga. Él no sabía ni tenía el derecho de decir tales cosas, pero la culpa fue suya por abrir su boca. Quizá con Naruto las cosas pudieron haber sido diferentes pero no, tuvo que decirlo en voz alta y para su mala suerte tuvo que escucharlo todo el Hyuga.
—¿Por qué Itachi? ¿Por qué te quieres casar? —suspiró—. Acaso ya no tenía el derecho de saberlo antes. ¿Por qué hasta apenas me vengo enterando? Necesito encontrar un nuevo departamento —gruñó.
Quizá ya lo sabía pero como siempre lo olvidó, odiaba eso. Saber que de un día para otro ya habían pasado más de cuatro años era difícil, vivir con la angustia de que de un día para otro las personas que estén a su alrededor terminan por alejarse de él ya que cada quien terminará haciendo su propia vida. Aunque claro él no se dé cuenta ya que para él siempre será aquel día del fatídico accidente.
—¿Por qué te preocupa que él se case? Si no quieres deberías expresarlo y decirle que no estás de acuerdo —entró Neji por la puerta para pasar al cuarto de su estudio, donde se encontraba Sasuke—. Si estamos hablando de la misma persona que siempre viene por ti, debes decirle lo que sientes y no quedarte callado.
—Tú no sabes nada, cállate.
—Solo doy mi opinión, ayer y hoy has estado de un humor insoportable y supongo que es por «Itachi», ¿así se llama, no? —puso la cámara que tenía en sus manos, en la mesita donde se encontraba su demás equipo—. Si no quieres que se case solo díselo. Se ve que quieres mucho a esa persona así que lucha por él.
«Espera, ¿qué? —pensó Sasuke—, ese idiota está confundiendo las cosas.»
—Realmente eres un idiota, no sabes lo que dices —sujetó su mochila, listo para irse en cualquier momento—. No te metas en mis asuntos, solo concéntrate en las fotos que me tomarás y punto.
Fue lo último que dijo antes de marcharse, el idiota del Hyuga, como lo llamaba ahora Sasuke tenía un concepto diferente de él. Creía que su hermano y él estaban en una relación, era un idiota por sacar esas conclusiones.
—Sasuke.
El sonido de la puerta junto con la llamada de su hermano lo hizo sacar de sus pensamientos
—¿Estás bien, Sasuke?
—Sí, hermano.
En ese momento Itachi se dio cuenta que algo iba mal, Sasuke nunca lo llamaba así y solo lo hacía en situaciones que preocupan a su pequeño hermano.
—¿Puedo pasar, Sasuke? —no lo dejó responder, ya estaba dentro de la habitación del menor—. ¿Podemos hablar?
Sasuke no sabía de qué quería hablar su hermano o quizá sí, solo que no sabía si estaba realmente preparado para ello—. ¿Qué sucede Itachi? No tengo mucho ánimo para conversar.
—Solo quería hablar contigo acerca de la boda, de mi boda —aclaró, mientras que Sasuke sintió que su corazón empezaba a latir con cada palabra que dijo su hermano—. Será en dos meses como ya debes saber y la chica con la que me casare la conoces.
—Espera, ¿la conozco? —se levantó de su cama para encarar a Itachi—. ¿Quien es?
—Sí, y muy bien. Es Izumi.
—¿Izumi? Izumi, ¿la chica con la que siempre estabas junto con Shisui? —Itachi solo asintió con su cabeza—. ¡Espera!, ¿por qué no me lo habías dicho?
—En realidad... —no lo dejó terminar.
—Eso no importa —dijo haciendo eso de lado—, ¿cómo fue?, ¿por qué ella? —Ahora estaba más interesado en el tema que todo su enojo se esfumó. Sasuke jaló a Itachi para que se sentaran en su cama justo como cuando eran pequeños, cuando Itachi le contaba algún cuento para que se durmiera.
—Pues... —no sabía cómo empezar—. La quiero y mucho, ha estado conmigo todo este tiempo, fue la que más me apoyó cuando... —tragó saliva—, cuando ocurrió el accidente. Había caído en una depresión al momento que me dijeron que tu habías entrado en estado de coma, no pude soportarlo, nuestros papás estaban igual; eres lo mas preciado que tengo y perderte me aterraba, más de esa manera. —Un pequeño nudo se estaba formando en la garganta de Sasuke, ahora sabía algo más que en sus notas no mencionaba—. No sabía qué hacer, estaba como muerto en vida y solo había pasado una semana. Ella siempre estuvo presente y a mi lado cuando ocurrió; me estaba destruyendo encerrándome en mi mundo, entonces ella llegó un día a mi departamento y me hizo ver que estaba haciéndome un mal, me reanimó con sus palabras para que me levantara y no perdiera la fe en que tu algún día volvieras a mi lado —pasó un dedo por su mejilla limpiando una pequeña lágrima mientras continuaba—. Desde ese día en adelante siempre me acompañaba y me daba ánimos con la esperanza que tú despertaras, aún lo sigue haciendo con tu situación actual. Me ha apoyado en muchas cosas más, no te imaginas. El día que le dije que fuera mi novia sabía que la querría a mi lado para siempre, la amo como no te imaginas hermano. Ella sabe que para mi tu eres y serás lo más importante que tengo.
Ahí estaba, la punzada de culpabilidad en su pecho, no permitiría que su hermano sea infeliz solo por su egoísmo. Ahora sabía un poco más acerca de lo que ocurrió después del accidente, creía que solo eran cosas pequeñas pero nunca se imaginó que su hermano, Itachi, sufriera tanto. Ya no quería eso, aceptaría su decisión pero, ¿él a dónde se iría?
—Sasuke. —Volvió a sacarlo de sus pensamientos—. Hay algo más.
—¿Algo más? —preguntó confundido.
—Sí, es acerca del departamento que buscas —no se esperaba eso—, ya no será necesario, en realidad nunca lo fue. Izumi y yo habíamos platicado, bueno en realidad hemos platicado de muchas cosas y una de ellas es que te conocemos, y sabemos como te comportarías así que este departamento te lo quedaras. Sin objeción, Sasuke.
—Pero, hermano...
—Déjame terminar Sasuke —inhaló y exhaló lentamente para tranquilizar sus sentimientos que provocaron pequeñas lágrimas hace unos momentos—. No te preocupes por mi, cuando me case me iré a vivir con ella, hemos comprado una pequeña casa cerca de acá. Créeme, he pensado en todo. No creas que te haré a un lado tan fácil. —Un pequeño sollozo se escuchó— . Te quiero y eres lo mas importante para mi, pequeño hermano tonto.
Fue ahí cuando Sasuke no pudo contenerse más y terminó por romperse en llanto, realmente era un desgraciado por ser un hermano tan egoísta, sabía que él debería ser feliz aunque ya no estuvieran juntos. Sabía que él era el único que le provocaría tales emociones y que era el único con el que demostraría esa pequeña debilidad que tenía, pero ahora no importaba necesitaba desahogarse un poco.
Sintió una mano en su hombro y con otra mano como intentaba acercarlo. Fue un abrazo. Se sentía mal, muy mal, pero ahora necesitaba eso; odiaba tener esa enfermedad y depender de Itachi a costa de su felicidad. Pero eso terminaría muy pronto era un hecho que se propuso. Ahora por el momento solo necesitaba de ese abrazo que le daba Itachi para desahogarse.
Muchos minutos fue lo que duró el abrazo, mientras que lágrimas salieron por ambas partes. Se necesitaba de eso, el apoyo de los dos. Al acabar Itachi avisó que prepararía la cena, que no tardará mucho en salir. Sasuke se quedó aún sentado en su cama mientras pensaba todo eso que había sucedido, necesitaba preservar eso para mañana y todos los días, ahora tenía más conocimiento. Primero editó la nota donde decía que buscará departamento y solo dejó que Itachi se casaría en dos meses, y que comprara un traje para la boda. Después dejó el móvil a un lado y vio el libro que Karin le había dado, se dio cuenta que solo dos páginas tenían algo escrito, nada relevante. Se propuso escribir todo, cada cosa que había sucedido ese día, necesitaban mantenerse al margen para mañana y no provocar un poco de sufrimiento a su hermano.
Acabo de escribir con un poco de detalle todo y lo dejó debajo de la carpeta que siempre leía por las mañanas para que así también la leyera.
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Neji-Hinata
Después de aquella huida por parte del Uchiha, Neji se quedó perplejo, nunca pensó que le afectaría tanto una respuesta así; sabía que quería mucho a esa persona no por nada casi siempre se les veía juntos, no podía pensar que ellos tuvieran algún tipo de romance. No lo juzgaría, él no era el tipo de persona con una mente cerrada aparte de que cada quien puede hacer con su vida lo que quiera y si él cree que eso es lo correcto lo aceptará aparte de que solo convivirán por el tiempo en el que le pague su cámara.
Mientras acomodaba su equipo (que se quedó a medias por la huida del Uchiha), iba viendo la habitación pensando que quizá necesite una remodelación, ya tenía un tiempo desde que estaba así y el color blanco cada día se estaba poniendo algo gris por la suciedad. Vibró su celular a los pocos minutos de que terminó de guardar todo, era un mensaje de su prima, decía que si podían verse; él sólo contestó con un claro, junto con la ubicación y la hora. Por lo mientras olvidaría el caso del Uchiha y también de su departamento.
Ahora se encontraba en el bar-café donde se encontraba con su prima, faltaban cinco minutos pero sin el Uchiha tenía tiempo de sobra y decidió llegar un poco temprano. Por el momento solo pidió un vaso de agua en lo que llegaba su prima, quería hablar seriamente con ella después de lo que le había comentado, comprobará si realmente era cierto. Era mayo, estaban en primavera así que no hacía tanto frío pero ese día era algo bipolar, en la mañana estuvo algo templado, por la tarde hacía un calor de los mil demonios y ahora en la noche estaba haciendo algo de frío. Debió haber traído un suéter más abrigado pero no quería ir al otro departamento ya que se encontraría con sus compañeros y no quería estar respondiendo preguntas.
Cuando recordó eso les mandó un mensaje, que estaría con su prima ya que sino alguien (refiriéndose a Lee), le estaría llamando para ver a qué hora llegaría.
Pasaron minutos y su prima llegó.
—¡Hermano Neji! —exclamó la joven que se acercaba a él.
—Hinata, buenas noches —dijo mientras se levantaba de su asiento para recibirla.
—Buenas noches.
Neji esperó a que se sentara Hinata para después hacer lo mismo, pidieron un té y café respectivamente. Necesitaban platicar de varias cosas aparte del tema principal que quería saber Neji, empezaron con cosas triviales para relajar la conversación. Se sentía tranquilo, Neji no sabía como empezar por ese tema, aunque ya sabía acerca de su boda porque fue uno de los primero que se lo dijo o eso ella le comentó.
—Así que, ¿si te casarás con ese torpe? —dijo algo directo con un toque de enojo a lo que ella respondió con un movimiento de cabeza y un leve sonrojo—. Pero es porque quieren, ¿verdad? O acaso hay un bebé de por medio —dijo entrecerrando los ojos, la chica enfrente de él se puso roja hasta las orejas por aquella suposición.
—¿Qué? ¡No! —exclamó por la vergüenza de aquello comentado—. Es porque realmente queremos hacerlo y porque ahora tenemos buenos trabajos, y contamos con los recursos —suspiró, para después darle un pequeño sorbo a su taza de té y proseguir—. ¿Sabes? Él y yo hablamos de esto antes. Sé que no hemos durado mucho tiempo pero realmente nos comprendemos; hace poco me había propuesto matrimonio solo que sin anillo ni nada por el estilo. —El chico frente de ella observó discretamente su mano donde iría tal anillo y no encontró nada—. Me dijo que lo compraría cuando tuviera un trabajo fijo y así pedir mi mano, sabes que a mi no me importa eso. Quiero contar con tu total apoyo, hermano, porque sé que él es el indicado.
Hubo un momento de silencio en el cual Neji meditaba aquellas palabras cuando sintió unas cálidas manos agarrando las suyas por encima de la mesa.
—Créeme cuando te digo que es el indicado, lo quiero mas que a nadie en este mundo y sé que seré muy feliz a su lado. —Fue ahí cuando Neji no necesitó meditarlo más ya que al ver aquellos ojos iguales a los suyos observó un brillo que su prima solo expresaba para dar a conocer que estaba decidida.
—Está bien —suspiró—. Cuentas conmigo como aquella vez cuando renunciaste a todos los lujos que te brinda mi tío y el abuelo para ser libre y no tener que cargar con el gran apellido «Hyuga». Como yo lo hice, al luchar por mi sueño.
—Gracias —dijo, mientras daba un leve apretón a las manos que estaban debajo de las suyas—. De verdad, gracias, hermano. Realmente quiero que estés el día de mi boda conmigo.
—No tienes nada que agradecer, tu estuviste siempre ahí para mi cuando toda la familia me dio la espalda por no querer seguir con la empresa, aparte de mi abuelo materno, claro —le sonrió—. ¿Tu padre lo sabe? ¿O Hanabi?
—No, sigo teniendo contacto con mi padre y hermana pero aún no les he dicho nada. No sé cómo vayan a reaccionar, aunque tengo un poco de apoyo de los dos aún así no me gusta depender de ellos y quizá si les digo pensaran que quiero algo de dinero para la boda.
—¿Quieres que te preste algo? —Comentó.
—No, no —movió la cabeza en signo de negación—. He estado ahorrando, Naruto igual, creemos que contamos con lo suficiente para una boda sencilla y solo para personas muy cercanas. No queremos hacer algo grande. También contamos con el apoyo de sus padres, nos quisimos negar cuando se lo contamos pero insistieron que ellos tenían que hacerlo.
—Está bien, pero no dudes en decirme si necesitas algo —dijo lanzando una última mirada a las manos que tenían sujetas las suyas—. ¿Ok?
La chica de ojos perla enfrente de él respondió con un asentimiento de su cabeza y una gran sonrisa.
Sí, le gustaba que ella fuera feliz. La consideraba como una hermana ya que crecieron juntos y verla así de feliz lo hacía feliz; tenía que admitir que su, ahora, prometido no era un perdedor como creía ya que veía que realmente se estaba esforzando mucho para tener un futuro mejor, por él, por ella y por su futura familia.
La conversación se hizo un poco más fluida y platicaron de demás cosas, como la pequeña comida que harían sus suegros para festejar su compromiso.
—Será pronto —comentó la chica, mientras empezaba a vibrar su celular por un mensaje nuevo—. Es Naruto. ¡Oh Dios mío! Se nos ha pasado el tiempo —al momento de decir eso el chico instintivamente tomó su celular para checar la hora y afirmativamente se les había pasado el tiempo.
—¿Quieres que te acompañe a casa?
—No, no te preocupes. Naruto viene por mi, por eso me mandó un mensaje.
—Ok —dijo, para después pedir la cuenta—. Vamos.
Se dirigieron a la salida después de pagar la cuenta, Naruto tenía un pequeño automóvil así que sólo esperarían en la salida. En unos minutos y él ya estaba estacionándose enfrente del bar-café, se hizo notar con un claxon.
—Hinata —nombró con una enorme sonrisa después de bajar de su coche—. Buenas noches Neji.
—Buenas noches —respondió con saludo—. Creo que me iré yendo.
—Hermano Neji, te podemos llevar —dijo Hinata después de acomodarse mejor la bufanda que le había traído su prometido.
—No, pero gracias. Nuestras casas están en sentido contrario, no me gustaría molestarlos.
—Está bien —suspiró—. Pero cuando llegues a tu departamento marcas al móvil o un mensaje tan siquiera.
Neji sonrió, solo de esas pequeñas sonrisas cálidas que a ella le daba y se despidieron con un cordial saludo.