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EL MATRIMONIO DE OSOMATSU (OSOMATSU-SAN) por Neko Angeluss

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El violento movimiento de la cama provocaba un ruido constante, el sonido de sus gemidos llenaba la habitación, lo embistió duramente quería marcarlo, enseñarle al mundo que solo era suyo y de nadie más, la fricción de sus cuerpos creaba un sonido húmedo y el calor de su pasión lo hacía enloquecer, vio sus cabellos tapar la frente de su amado que se deshacía entre sus brazos y su calor, lo embistió más duro, pudo oír su violento grito lleno de placer, le encantaba esa voz lamentosa llena de placer.


-Ahh más, más-.


Beso sus labios una vez más sintiendo sus mejillas arder, al fin podía tocarlo, podía amarlo como siempre quiso, estrujo ese diminuto cuerpo entre sus brazos continuando con las estocadas, Choromatsu no podía soportarlo, estaba enloqueciendo de placer, podía saberlo en la saliva que escurría por sus rojizos labios y el brillo de placer en su mirada, pero esa voz, esa hermosa voz agonizante llena de locura.


La hermosa voz Choromatsu lo hacía enloquecer.


Pudo oír una petición de que continuase, que fuera más duro y la cumplió, él no era un tonto que fingía que lo hacía por el placer de su amado...le rompería en dos si solo así se saciara de él, lo amaba, lo deseaba y en este preciso momento lo deseaba llenar de su esencia, quería que Choromatsu no volviera a ver al mayor con pasión, que esos hermosos y diminutos ojos solo lo viesen al el y a nadie más, quería que Osomatsu desapareciera del corazón del menor.


-Ahhh Ka-kara-matsu-.


Deseaba que Osomatsu...nunca hubiera existido.


Abrió sus ojos con terror sintiendo el sofocante calor que rodeaba su cuerpo, Karamatsu estaba enloqueciendo, el simple aroma de Choromatsu cerca del hacia que sus más impuros deseos florecieran, lo amaba, quería lo mejor para él, pero también...lo deseaba.


Lo deseaba como un moribundo en el desierto al agua, como las flores al sol, se estaba volviendo algo que no deseaba, era un maldito que se atrevía a tener sueños lascivos con su hermano menor, alguien que había olvidado sus lazos con su familia por sus insensatos sentimientos, pero de una manera irónica ahora entendía a la perfección los sentimientos dolorosos de Choromatsu.


Y esos sentimientos lo hacían sentir culpable.


Karamatsu siempre había tratado de ser un buen hombre, él siempre se esforzó por proteger a sus hermanos porque él los amaba, siempre admiro la fortaleza de Osomatsu, siempre quiso ser como el, lograr la atención y el cariño que los menores le tenían al primogénito, pero ahora, justo en ese momento Karamatsu lo entendió, el ya no podía querer nunca más a Osomatsu como su hermano.


Porque Osomatsu era su maldito rival.


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Esa calmada tarde de verano Choromatsu caminaba tranquilo, pero algo en su mente no lo dejaba regresar a su hogar, los cálidos sentimientos que se procesaban en su alma y corazón no lo dejaban sentirse tranquilo, su pecho aún tenía la calidez del corazón de un jovenzuelo enamorado, lo entendía ahora, estas semanas a lado de Osomatsu había sido lo suficiente para entenderlo...lo amaría toda su vida, por siempre.


La humedad en sus ojos lo confundía, el huracán de emociones que lo asaltaban lo hacían dudar, no entendía porque después de todo, estaba tan feliz de saber eso, una simple pizca de cariño fue suficiente, para que su corazón se aferrara a los sentimientos que lo han acompañado por más de diez años.


Porque Osomatsu era más que el amor de su vida, su mejor amigo, la razón de sus sonrisas y alegría, el dueño de sus suspiros y lágrimas, su enojo, su felicidad, aquel que le dio ánimos de tomar las decisiones más difíciles de su vida, el hombre que se volvió su obscuridad y su luz, y por eso lo entendió, que lo que más deseaba era su felicidad...inclusive si no era a su lado.


Una semana y él se iría, una semana y todo lo que vivió a su lado terminaría volviéndose parte del pasado, cuando llego a su casa lo vio, sonriéndole y nombrándolo con aquella voz que hacía que en su estómago revolotearan miles de mariposas.


-¿Qué tal Choromatsu?-.Dijo alegre mientras sostenía ese libro de notas donde Yuriko había escrito todos los preparativos.


-Osomatsu nii-san, me alegra verte-.Dijo alegremente dejando su maletín en la entrada.


-Hola Choromatsu-kun-.La voz de Yuriko esta vez no le quito la sonrisa, lo había aceptado al fin.


-Hola Yuri-chan-.


-Bueno es hora de irnos-.


-Cuídense mucho, Choromatsu-kun te lo encargo-.


-Sí, no hay problema-.


Caminando por las calles que los vieron crecer, mirando la sonrisa de su hermano, por primera vez en años ambos se sentían felices, como antes que salieran del instituto, que ese día cambiara las cosas, Osomatsu estaba feliz, su corazón calmado estaba entusiasmado, era una especie de calma, que sin saber porque, amaba.


L sonrisa de Choromatsu era dulce y alegre ante sus chistes, pero con una pizca de melancolía, no lo entendía, porque a pesar de estas semanas juntos, Choromatsu mantenía esa mirada triste, le llamaba la atención, lo...no, solo estaba alegre de pasar tiempo a su lado.


Cuando llegaron a la tienda ambos rieron, el tiempo se les fue demasiado rápido, entraron y buscaron el pedido especial que habían hecho.


-Sígame por aquí Matsuno-san-.


-No te vayas a ir Choromatsu-.


-Claro que no-.


Choromatsu se sentó frente al vestidor que Osomatsu entro y espero, su corazón lo había aceptado, lo mejor que podía hacer por su hermano era...aceptar y resignarse.


Sus ojos bajaron al suelo con tristeza, lo sabía claramente, las palabras de Karamatsu aún se mantenía en su mente vagando como un remordimiento creciendo lentamente, dejar de ver a Osomatsu como un hombre era difícil, verlo como hermano fue algo que no hizo por muchos años, pero su voz interna no dejaba de mortificarlo.


-Él se casara con una buena mujer, debes ser feliz con eso-.


Mirar a Osomatsu continuar con su vida era algo que no quiso hacer todo este tiempo, pero ya no era el niño de hace cinco años, se aferraría a una vida lejos del mayor y segura adelante, como debió hacer desde el principio.


Pero el amor no es fácil, no es fácil de olvidar cuando has querido a alguien por doce años, no cuando cualquier migaja de cariño te hace feliz, cuando su lejanía se vuelve tu tristeza, la melancolía que te acompaña siempre como fiel verdugo.


Cuando lo vio salir de ese vestidor no pudo evitar sonrojarse, apretó sus manos escondiendo su alegría, apretó la mandíbula para mantener la serenidad y movió la cabeza para quitar la expresión de idiota que de seguro tenia.


En un elegante y blanco traje de satín Osomatsu salió como el príncipe que frente a sus ojos era, tan hermoso y radiante como un demonio vestido de ángel, uno que te atrapaba en su profunda obscuridad y la pasión de su mirada.


-¿Y cómo me veo?, ¿No crees que me veo muy guapo Choromatsu?-.Dijo de manera presumida divertido mirándose en un espejo del lugar-.


-No exageres Osomatsu nii-san, al menos te ves regular-.Si supliera lo que estaba haciendo por no morir de un infarto en el lugar.


-Eres cruel Choromatsu, pero siendo sinceros, ¿Cómo me veo?, ¿Te agrada?-.


¿Qué si le agradaba?, nunca lo había visto tan guapo en toda su vida, más cuando había fiestas elegantes a las que obligaban a hacerlo, no podía creer que Osomatsu se haya vuelto un hombre tan guapo y varonil.


-Te ves bien-.Aparto la mirada y escondió su sonrojo, el brillo en sus ojos fue algo que Osomatsu no entendió mas se mantuvo en silencio.


-Bueno, si a ti te gusta, entonces está listo-.


-¿Qué?-.Esa frase lo tomo por sorpresa-.


-Le dije a Yuri que no estaría de acuerdo con el traje si a ti no te gustaba, eres el primero que lo ve y eso me agrada-.


Sus ojos se iluminaron ante esas palabras que atacaron su corazón con su cálido toque, los ojos de Choromatsu brillaron ante ello y sus mejillas tomaron un tono carmesí que alegro al mayor, mirar a Choromatsu era algo que siempre le gusto.


-No digas tonterías Osomatsu nii-san-.


-No lo hago, solo demuestro mis verdaderos sentimientos, quiero que tu sea el que me acompañe en el altar, no por nada serás mi padrino-.


Tan rápido como su corazón se sintió amado fue roto ante las palabras que lo atacaban con la realidad, sus profundos sentimientos volvieron a ocultarse y solo asintió de manera resignada, no debía olvidar porque se encontraban ahí.


-¿Estás seguro que aun quieres que sea tu padrino?-.


-Claro que si Choromatsu, eres el más indicado para serlo, y solo en ti puedo confiar-.


-Está bien Osomatsu nii-san, para mi será un honor ser tu padrino-.


Osomatsu sonrió y abrazo al menor, quien al sentir la calidez de sus brazos y la dulce fragancia de su cuerpo se dejó llevar por el momento, que Osomatsu lo abrazara era lago único y hermoso, daría su vida entera porque ese abrazo dudara eternamente.


-Bueno que tal si aprovechamos y vemos como quedo el tuyo, los otros se tardaran-.


-Pero Osomatsu nii-san, ¿No es mejor esperarlos?-.


-Ya estamos aquí, pronto vendrán, ven pidamos que traigan tu traje-.


-S-si, está bien-.


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-En verdad Ichimatsu nii-san, ese gatito me ama, un día de estos cuando vayas a mi trabajo te lo presentare-.Fue la voz de Jyushimatsu animando el ambiente entre los cuatro.


-Si es un gato este bien por mí-.Ocultando la alegría de querer ver al minino.


Las voces de los menores platicando no eran suficiente para sacar a Karamatsu de sus pensamiento y mucho menos de la mirada entristecida de Todomatsu.


Cuando paso por el mayor al trabajo miro claramente en esos bellos ojos, había tristeza, una que desde que Choromatsu era llevado por Osomatsu a distintos lugares lo perseguía, Todomatsu lo sabía, el mayor era obvio, siempre supo que amaba a Choromatsu en silencio.


Cuando llegaron a la tiene vieron a Osomatsu, aun con el traje de novio puesto sentado frente a los vestidores, Karamatsu respiro molesto.


-¿Dónde está Choromatsu?-.Su voz no pudo evitar salir molesta.


-Tranquilo, solo entro al probador-.Dijo intentando calmarlo escondiendo su propia incomodidad.


Todomatsu pudo notar el brusco cambio que ocurrió en Karamatsu, muchas veces se preguntó la razón de porque el mayor podría ser tan diferente cuando el problema que había con Osomatsu era Choromatsu, vio en los ojos de ambos algo que nunca había visto, odio, se espantó por dentro, ¿Cómo era posible algo así?, recapacito, Osomatsu no era como Karamatsu, jamás había visto al menor de esa forma y no lo haría.


Osomatsu no entendía a Karamatsu, pero tampoco se entendía a sí mismo, la simple preocupación del segundo o que simplemente dijera ese nombre lo molestaba, estos días le han hecho ver al mayor algo que al parecer siempre estuvo presente frente a sus ojos...rivalidad, una que siempre había habido entre ellos, algo que él quiso ignorar, pero ahora, en este momento no quería subestimar las acciones de Karamatsu.


-Chicos ¿Qué está pasando?-.


La voz de Choromatsu los hizo voltear a él, e inmediato el corazón de Karamatsu latió con una fuerza desenfrenada, en un hermoso traje negro con corte italiano de lana, con un chaleco gris perla y una corbata verde pastel el menor se veía mucho más hermoso que nunca, Karamatsu se sonrojo, jamás se había sentido más nervioso que nunca, los hermanos hacían burlas al tercero sin darse cuenta del estado del segundo.


-Al fin Choromatsu nii-san puede casarse aun que dudo que pueda-.Decía Todomatsu.


-Aunque es un virgen que no tiene experiencia-.Menciono Ichimatsu.


-Ni novia-.Dijo Jyushimatsu.


-Oigan eso es muy cruel-.Menciono Choromatsu mas incomodo que molesto.


-Te ves muy bien Choromatsu, si no fuera a casarme te llevaría al altar como mi novio-.


Los demás rieron ante la broma del mayor, pero Choromatsu se sonrojo, que sus hermanos le hicieran burla era lo de menos para él, pero que Osomatsu dijera eso y que esa sonrisa en sus labios no fuera burlona lo hizo sentir nervioso, lo hizo soñar y eso molesto a Karamatsu.


-No digas cosas desagradables Osomatsu nii-san, asquearas a Choromatsu-.La voz de Karamatsu quito la sonrisa de sus labios, no entendía porque pero el ambiente se había hecho desagradable desde que vio al segundo entrar al local.


Todomatsu pudo ver como los demás se dieron cuenta de la situación, sintió el impulso de hablar, de hacer algo para detenerlos, pero el causante del problema hablo.


-Chicos creo que es mejor que se prueben los trajes, realmente creo que todos estamos cansados y queremos comer, Karamatsu ven pediremos tu traje de una vez-.Y de esa manera todos haciendo caso a Choromatsu rompieron la tensión dejando solo al mayor.


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La noche había llegado y en la casa Matsuno con todos los trajes listos y la mayoría de los preparativos para la boda terminados toda la familia cenaba con calma, excepto por los dos mayores que no se dirigían la palabra, Choromatsu se sentía incómodo, no entendía la tensión entre esos dos, ni la razón del problema, cuando todos terminaron se dirigieron hacia sus respectivas recamaras, menos Karamatsu que salió de la casa encontrando a Osomatsu frente a él como lo supuso.


Sus ceños se fruncieron y se miraron como nunca habían visto al otro...odio.


-¿Cuál es tu maldito problema Osomatsu?-.


-Eso es lo que yo quisiera saber desde hace unos días Karamatsu, ¿Qué diablos he hecho para que estés molesto conmigo?-.


El silencio se hizo entre los dos y el viento del este movió sus cabellos, Karamatsu no sabía qué hacer, si decía lo que en verdad sentía y porque lo odiaba eso significaría delatar a Choromatsu y él nunca se lo perdonaría, lo sabía a la perfección, tenía que arreglar las cosas con el mayor, aunque fuera hipócrita, por el bien de Choromatsu tenía que hacerlo.


-¿Qué te hizo creer que podías dejar de lado a Choromatsu por ocho años y llegar como si nada a su vida de nuevo buscando su ayuda solo porque Yuriko te lo ordeno?, ¿Sabes lo doloroso que fue ver lo mal que sentía al ser desplazado?-.


-Claro que no es así, se lo doloroso que fue para él, aun me siento culpable por ello y lo hare por mucho tiempo, sé que me volví muy egoísta y lo lastime pero no quiero volver a ser su amigo porque solo porque Yuriko me lo haya dicho, esta fue una decisión que yo mismo tome, pero incluso aunque fuera así ¿Tú quién eres para meterte en algo que solo nos incumbe a los dos?_.


-Soy quien estuvo con el todo este tiempo, quien quiso cuidarlo y ayudarlo cuando tu no estuviste, soy quien conoce mejor a Choromatsu que nadie, incluso más que tu-.


-¿Desde cuando eres tan posesivo Karamatsu?-.


-Desde que tu llegaste con tus "buenas intenciones"-.


-Entiendo que quieras protegerlo como hermano, pero creo que estas confundiendo esa relación-.


-Al parecer no soy el único ¿no es así?-.


-¿Qué estas intentando decir?-.


-Una cosa es querer que su relación vuelva a ser al menos parecida al ayer, pero el querer acaparar todo su tiempo, que te tomes horas de tu trabajo para salir con él, porque no creas que no sé qué en realidad tu hora de trabajo es a las ocho y haz acumulado horas extras por salir con el de paseo e inclusive has dejado de salir con Yuriko todos los días, ¿Sabes que ella me ha llamado preocupada porque no sabe porque no le contestas?-.


-¿Por qué haces esto Karamatsu?-.


-¿Por qué?, eso una curiosa pregunta, es algo que no pensé que llegara a pasar pero ocurrió, al inicio yo en verdad no pude aceptar la idea, pero fue inevitable-.


-No te entiendo Karamatsu-.Osomatsu se sentía incómodo.


-Yo...estoy enamorado de Choromatsu-.


Osomatsu palideció.


-Y por eso mismo no dejare que sigas jugando con él, no me importa que tenga que hacer, si es necesario te partiré la cara a golpes, pero yo quiero hacer feliz a Choromatsu y si tengo que hacerlo lo alejare de ti para siempre-.


Y Osomatsu sintió algo que no había sentido en mucho tiempo...miedo.


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