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EL MATRIMONIO DE OSOMATSU (OSOMATSU-SAN) por Neko Angeluss

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Su corazón acelerado era la muestra de su gran miedo, quería huir, deseaba volver a casa, estaba harto de que ese hombre lo obligara a robar, que lo castigara cortando su piel y quemando cigarrillos en sus brazos, Tougo Hiragi era un monstro, no había duda de ello, era un hombre sin escrúpulos que lo obligaba a engañar gente la cual el hombre asaltaba y en los peores casos...asesinaba.


Osomatsu estaba a punto de mojar sus calzoncillos, tenía miedo, pro la alegría de haber logrado salvar a Choromatsu de él le daba valor, tenía que enfrentar que tal vez nunca podría volver a casa, lo supo cuando el bote de basura que lo escondía fue tirado y la diabólica sonrisa de ese hombre lo saludaba, Osomatsu tenía miedo y no había manera alguna de huir de él.


-¡Maldito mocoso de mierda!, te dije claramente que me esperaras en el auto, ¿Qué te hace pensar que podrás huir de mí?-Dijo tomándolo de su brazo y arrojándolo contra el suelo con fuerza.


-Ya no quiero, ya no quiero hacerle daño a nadie, es mi culpa que esa mujer y su hijo murieran-Dijo llorando contra el suelo abrazándose a sí mismo en posición fetal, tenía miedo de volver hacer algo malo.


-Tienes razón, si no hubieras llevado a esa señora con la excusa de estar perdido estarían vivos todavía, todo es culpa tuya, todo lo malo que le ha pasado a las personas que hemos encontrado es culpa tuya, porque eres débil, porque eres inútil, porque no sirve para nada que no sea dañar a los demás-.


Osomatsu lo sabía, ese hombre le había repetido tanto esas palabras que sin desearlo siquiera comenzaba a creerlo, porque era cierto, si él no hubiera convencido a sus padres de dejarlo entrar, si no lo hubiera descubierto en su vida de ladrón, si tan solo Tougo Hiragi nunca hubiera aparecido en su vida...


Osomatsu Matsuno no estaría muerto de miedo.


Las manos de Osomatsu temblaban cual arboles a punto de derrumbarse, su más grande terror se había vuelto verdad y no sabía cómo enfrentarlo, Osomatsu no era tan estúpido como para no adivinar que se trataba de una trampa, pero si conocía que si no hacía nada, esta vez... lo podía perder todo.


-Así que te deje sin palabras, jajajaja tal como imaginaba, sigues siendo el mismo mocoso estúpido y cobarde de siempre-.


Era cierto, él era cobarde y ahora mismo estaba muriendo de miedo, ese hombre era el culpable de sus peores pesadillas de niño, el que le hizo perder las agallas para enfrentar sus problemas, quien le ha hecho sentir miserable toda su vida.


-¡¿Por qué nunca me dejas en paz?!-Estaba harto y molesto, ya no lo soportaba más.


Solo pudo oír la risa escandalosa del hombre que solo sabía burlarse de su miseria, como cuando era niño y lo golpeaba hasta el cansancio por no haber llevado nuevas víctimas, Osomatsu volvía a enfrentar la realidad de ese entonces, podía volver a sentir sus manos bañadas en la sangre de inocentes que el engaño por orden suya, volvía a sentirse miserable, sucio, no había manera que el lograra borrar el pasado y mucho menos su culpa de permitir a ese hombre entrar en su vida.


Él era el culpable de todo, quería volver a huir, quería que el tiempo regresara y nunca abrirle la puerta a ese maldito hombre, pero no podía y ahora por su culpa dos personas estaban en peligro, debía de pensar, no podía volver a ser el mismo niño de hace quince años, debía ser fuerte y enfrentar al fin a su más grande enemigo, aunque este fuera el final de todo.


Incluso de el mismo.


-Acepto, pero con la condición de que hagamos el intercambio con mis hermanos presentes, no confió en ti-.


-Jajajaja, está bien, está bien, una última voluntad no se le niega a nadie-.


-También antes que nada quiero una prueba de que ellos están bien y a salvo, quiero que mandes una fotografía de ellos, como muestra de que están sanos y salvos, también quiero hablar con ellos, solo con la condición de que los dejes a solas, si me despediré de ellos quiero que sea antes del intercambio -.


-Claro, claro, eres muy exigente pero está bien, aunque yo pediré mis propias condiciones-.


-¿Cuáles son?-.


-Quiero que los cinco Matsuno vengan a la antigua construcción incompleta del edificio Fukio dentro de dos días a las 9:00 am en punto, ni un minuto menos ni un minuto más, vendrán solos y sin arma alguna, mis hombres los revisaran por si acaso, deberán venir en ropa informal, con una sudadera gris y jeans obscuros, tenis negros, mis hombres sabrán que son ustedes, nadie  debe enterarse de esto comprendes Osomatsu, si me entero que le has llamado a la policía, te juro maldita sea que el primer cuello que degollare será el de Choromatsu-.


Los dedos de Osomatsu se tensaron y un escalofrió recorrió su columna vertebral, debía ser cuidadoso.


-¿Lo has entendido?-.


-...Si, comprendo-.


- Tendrás la foto mañana en la mañana al igual que la llamada, es un placer hacer negocios contigo Matsuno-.


Osomatsu solo pudo oír como corto la llamada y los largos sonidos del teléfono anunciándole el final, se dejó caer ante la mirada aterrada de los menores quienes se sentían incómodos por preguntar que paso, hasta que Karamatsu hablo.


-Todo estará bien Osomatsu, ya hemos peleado antes, juntos podremos salvarles-.


-No es la mismo Karamatsu, ya no somos unos niños enfrentando pandilleros, ellos de verdad son mafiosos, tienen armas y la vida de Choromatsu y Yuriko en sus manos no es realmente lo mismo-.


-¿Qué fue lo que te pidió?-La voz seria de Jyushimatsu llamo la atención de todos.


-Quiere arreglar cuentas por el pasado-.


-¿Arreglar cuentas?, tu deberías ser quien pida justicia por lo que es hombre te hizo. ¿Desde cuando entregar un criminal a la justicia es razón para que él se sienta ofendido?-.


-Así son las cosas Todomatsu, no importa lo que haga nunca poder huir de el-.


Tapo su rostro que comenzaba a llenarse de lágrimas de desesperación, estaba harto, aunque pudo sentir el cálido abrazo de sus hermanos no podía negar que se sentía tan desamparado, no era lo mismo enfrentar a un simple pandillero que enfrentar al monstro de sus pesadillas, pero el problema no era ese, sino que tenía a Choromatsu y Yuriko.


Su cabeza comenzó a analizar la situación, de una manera u otra comprendía porque se había llevado a Yuriko, ¡Dios, era su prometida!, pero ¿Por qué a Choromatsu?, ¿Por qué de todos sus hermanos solo a Choromatsu?, él tenía la culpa, si no hubiera querido arreglar las cosas con Choromatsu, si no hubiera insistido en salir con el todo ese tiempo tal vez y solo tal vez ese hombre no lo hubiera visto como una carnada fácil.


Tenía que estar solo, tenía que analizar mejor la situación, Karamatsu tenía razón, había enfrentado peores tipos esto no tenía por qué ser diferente, así que decidió hablarles acerca de lo que ese hombre pidió, a cada instrucción los hermanos se veían con duda, no había manera alguna de que ese hombre accediera a las condiciones de Osomatsu tan fácilmente sin buscar causar más daño del que pensaban.


-¿Qué haremos Osomatsu ni-san?, esto no suena a algo bueno-Dijo Todomatsu.


-No hay manera alguna de que todos podamos salir bien de ese lugar-Ichimatsu tomo una calada más de su cigarrillo frunciendo el ceño ante la idea.


-Por el momento deben saber algo, ni Ichiko, ni Todoko y mucho menos-Refunfuño- La doctora Osoko pueden enterarse de lo que está pasando comprenden, sé que Ichiko y Todoko se preocuparan por Yuriko, pero por el momento quiero que crean que ella está en un spa, comprenden, nadie debe saber lo que pasa, en cuanto a la doctora Osoko sé que ella está al tanto del caso de Choromatsu, pero por favor Karamatsu, no la inmiscuyas en esto, ella es solo su doctora-.


-¿No lo entiendes Osomatsu?, ella no es solo su doctora, Choromatsu y ella se han vuelto grandes amigos, estoy seguro que se preocupara porque no ira a la cita de mañana-.


-Dile que está enfermo, no se inventa algo-Dijo un poco molesto ante el comentario.


Karamatsu no dijo nada, sabía que su hermano estaba preocupado, pero también sabía que tal vez le aterraba que dañaran a Yuriko, después de todo, las personas que ambos amaban estaban en peligro.


-Antes que nada, debe haber una manera de acorralarlo-Ichimatsu añadió.


-¿Pero cómo?, somos seis contra tal vez no sé, veinte hombres con armas, no hay manera de que podamos enfrentarlos todos-Todomatsu dijo.


-Existe una posibilidad de que no tenga tanto prestigio, recordemos que él era un simple ladrón, dudo que tenga el apoyo de las grandes familias, a menos de que él sea el lacayo de algún don-Dijo Jyushimatsu.


-Si tan solo pudiéramos saber las conexiones de cada familia en Japón, podríamos saber cuál es la verdadera posición de Tougo en ese gremio y que tan importante sería si lo atrapáramos-.


-¿Pero que tendría de malo solo volverlo acusar con la policía?-.


-Sería muy peligroso Todomatsu, las familias suelen apoyarse bastante y si él ha logrado volverse el lame botas favorito de alguien importante este podría ir en contra nuestra y ahí sí que no podríamos salir vivos-La fría voz de Osomatsu creo más preocupación en los hermanos.


-Si tan solo conociéramos a alguien que pudiera ayudarnos-Finalizo Todomatsu.


Osomatsu se levantó sin decir palabra alguna y los hermanos lo dejaron perderse en las profundidades de esa casa, nadie sabía que decir o como resolver el problema, Osomatsu solo camino guiado por sus instintos, dejo que sus pies lo llevaran sin rumbo alguno, sin pensar porque estaba ahí y como terminaron así las cosas, si alguien le hubiera dicho que el querer tener lazos lo volvería débil de nueva cuenta frente a ese hombre el habría dejado todo por el bien de su familia.


Tenía que pensar, pero todas la ideas lógicas se iban de su mente cuando se trataba de él, Choromatsu, su pequeño Choromatsu se encontraba en peligro otra vez por su culpa, si tan solo hubiera evitado eso, si tan solo hubiera una manera de regresar el tiempo el dejaría en paz al menor por su propio bienestar, era como si el escenario de hace quince años atrás se repitiera, pero él no tenía miedo de volver a dar su vida solo por verle ser libre.


Y sin darse cuenta de cómo y por qué, termino frente al futon de Choromatsu, el perfecto y bien arreglado futon de su hermano menor, sonrió con tristeza ante la verdad que cada día era más tangible ante él, abrió el armario y tomo esa suave sudadera color pistache entre sus manos abrazándola sintiendo el aroma a menta que aun emanada en ella, acostándose sobre el futon del menor analizo, de todas las ideas en su cabeza Osomatsu por fin comprendió aquellas palabras que Iyami le había dicho alguna vez.


"Eres demasiado débil ante tu corazón"


Osomatsu Matsuno tenía una debilidad, él no era capaz de enfrentar lo que sentía, por miedo al completo rechazo, por miedo a las ideas que tenía la sociedad y el miedo de enfrentar a sus padres quienes le habían criado con buenos principios, Osomatsu tenía miedo de tantas cosas ese día y por primera vez el miedo que tuvo hace cinco años cuando aquel chico de aroma a menta abandono la casa volvió.


Porque Osomatsu tenía miedo de su realidad.


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Todomatsu quería llorar, se sentía tan inútil, podía ver claramente como sus hermanos discutían la situación como hombres maduros que ya eran, incluso esa faceta de seriedad en Jyushimatsu lo aterraba, el, quien siempre se creyó el más inteligente y con las ideas más centradas ahora se sentía inferior a sus hermanos, sabía que todos eran buenos tipos, pero también que ellos habían estado lo suficientemente dentro de asuntos de pandillas para poder analizar la situación de la zona y las posibles ventajas que tendrían llamando a algunos de sus contactos.


Y el, no sabía qué hacer.


Aun recordaba aquellos tiempos en que él y sus hermanos solían tener conflictos con algunas bandas, Todomatsu nunca se había tomado enserio eso porque su mente creyó que en alguna parte de su vida esa clase de situaciones quedarían en el pasado, y nunca más tendría que volver a enfrentarlas, pero ahora había tantas cosas en su cabeza que no sabía qué hacer, por un lado estaba lo del secuestro, por otro lado, sus problemas de trabajo y por ultimo siendo de una manera y otra también importante...esta Atsushi, hacia tanto que no hablaba con el tenia tanto miedo de enfrentar a su amigo y no saber qué hacer con el acelerado latir de su corazón, movió la cabeza, no era tiempo de pensar estupideces.


Pero no podía negarlo, él no era el único que enfrentaba algo así, si bien sabia, lo único que había podido descubrir del siempre discreto Jyushimatsu,era que él y Ichiko tenían una relación seria, era algo que había hecho que Jyushimatsu se volviera un hombre tan distinto al antiguo Jyushimatsu, ciertamente aún era alegre, pero era mucho más maduro que antes.


Ichimatsu aunque no pudiera descubrirlo por el mismo se estaba enamorando de esa linda chica llamada Todoko, pero era claro que el mayor jamás lo admitiría, o al menos no por el momento, él se había vuelto un hombre más centrado en lo que buscaba y sin darse cuenta se preocupaba más por su aspecto y su manera de tratar a las personas.


Pero en cambio, Osomatsu y Karamatsu eran un caso distinto, ambos había peleado más, ambos habían tenido conflictos que nunca antes hubiera imaginado y todo única y solamente por ese chico que alguna vez pelearon por su atención, ahora la idea que le había parecido descabellada de niño había dejado de ser una broma, esos dos sin querer...


Seguían peleando por Choromatsu.


Cuando más la analizaba más lo enloquecía, la reacción de Osomatsu ese día era la clave, el cómo se molestó por el secuestro y como miro a Karamatsu, nunca lo había visto tan encolerizado, jamás lo había visto explorar de esa forma...y solo por Choromatsu, y ahora aquellos que habían tenido tantos problemas por ese chico, buscaban juntos una manera de salvarlo, porque aunque Todomatsu podía ser egoísta y pensar solo en cosas triviales se había dado cuenta de la verdad en el corazón de Osomatsu.


Y en ningún lado de la moneda podía ver a Yuriko.


¿Acaso el hermano mayor...?


Y timbre de la casa lo asusto bastante, los hermanos en la sala se pudieron en guardia, en ese momento podía ser cualquier cosa, Todomatsu aun un poco mareado ante sus pensamientos se dirigió a la puerta seguido de los mayores quienes estaban preparados para enfrentar al visitante.


Todos menos Todomatsu.


Los ojos de Todomatsu se abrieron con alivio y melancolía, sus mejillas se sonrojaron de alegría y podía jurar que si nadie lo estuviera viendo se lanzaría a los brazos de ese hombre con la alegría de no haberlo visto lo que el sentía como mil años, ahí frente a sus ojos, con un traje negro, su brillante sonrisa y su elegante mirada llena de cariño a el, Atsushi lo miraba con dulzura y calma.


-¡Atsushi-kun!-.


-Buenas noches Todomatsu-kun-.


Y sin importarle nada más, con el amor que había querido demostrarle al hombre se lanzó a sus brazos sin importarle que sus hermanos lo miraran hacer algo tan ridículo, ahí estaba Atsushi como si lo hubiera invocado con el pensamiento, siempre ahí, siempre cuando más necesitaba de la calidez de sus abrazos y sus palabras de aliento, no quería pensar más, no quería pensar en los sentimientos que había descubierto que crecían en su corazón por él, porque hora más que nunca solo quería está ahí entre sus brazos como si nada más importara.


Y Todomatsu solo pudo llorar.


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Choromatsu no podía dormir, sentía el sueño hacer más pesados sus parpados, pero no podía permitirse caer ante el peso de su cansancio, se sentía adolorido atado a esa silla, sentía como sus pies se había dormido y el hormigueo en sus manos por la dureza de las cuerdas que lo ataban, estaba cansado, pero también asustado.


Miro a Yuriko quien había llorado toda la tarde y ahora dormía ante el peso de la idea de no poder ver a Osomatsu, ante el miedo de morir y sobre todo que le hicieran algo a su prometido, sabía que la mujer no solo ya no lo miraba como antes, sino que simplemente había dejado de hablarle de ella y Osomatsu como una pareja, porque aunque Yuriko no dijera nada y haya fingido que todo estaba bien.


Él sabía que ella no había olvidado sus sentimientos.


Y eso le molestaba.


No era como si creyera que ella fuera una mala mujer, ella actuó muy distinto de los escenarios en su cabeza donde le vio arrojarle agua helada a la cara y mirándolo con asco, en ningún momento vio algo así en el rostro de la joven y mucho menos una idea clara de cómo había podido ser tan sincera con sus emociones.


Una parte de él, la egoísta quería creer que ella solo era una buena actriz, que ella quería mantener su posición en la vida de Osomatsu y por dicha razón no quiso darle importancia a los vánales y asquerosos sentimientos del hermano menor de su prometido, después de todo, hablábamos de un simple hombre asqueroso y homosexual.


Pero también estaba la otra parte.


La parte realista que le demostraba y recordaba que Yuriko era buena mujer, que nunca lo trato mal y que el sinceramente se merecía aquellos escenarios por culpa de los malos tratos de indiferencia y malos modales que tuvo contra ella, porque Yuriko era una buena mujer, era alguien que había demostrado tanto el cómo amaba a Osomatsu, ella fue quien le dio el valor para conseguir su empleo y cual el mayor no se sentía capaz de obtener, ella fue quien ayudo a la familia cuando su madre se enfermó y quien le ayudo a la señora Matsuno a que su hogar se llenada de alegría.


Porque Yuriko fue quien le dio el valor a los Matsuno de crecer.


Yuriko ayudo a que la autoestima de Ichimatsu creciera.


Fue ella quien le ayudo a Jyushimatsu a ver con más alegría su pasado con Homura.


Ella ayudo a Karamatsu a darse cuenta que era un buen hombre que podía hacerse cargo de una guardería.


Y ayudo a la señora Matsuno a cuidar de la familia cuando ella enfermo.


Yuriko se volvió el calor en la familia Matsuno.


Y era la única candidata correcta a convertirse la esposa de Osomatsu.


Porque ambos se amaban y era correcto.


Una lagrima mojo su mejilla sintiendo como aunque quisiera no podría pelear contra el gran amor que esa mujer le tenía a la familia, tal vez el hecho de que ella nunca había sentido pertenecer realmente a una familia lo fue todo para ella, Osomatsu le dio una familia y ella le dio su corazón al hogar Matsuno.


Porque si Osomatsu iba a casarse, el no conocía nadie mejor que Yuriko para él, su hermano la amaba y ella lo amaba a él, era un final feliz, y el debía de aceptarlo aunque no pudiera estar nunca a su lado.


Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando oyó la gran puerta de esa bodega abrirse, cuando vio quien era su ceño se frunció y su mirada se volvió fría, frente a el yacía el hombre que arruino la vida de su amado.


-Buenas noches Choromatsu-kun-.


El hombre que deseaba matar con todas sus fuerzas.


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-...Y eso es todo-Un silencio sepulcral se adueñó de la casa cuando Ichimatsu le contó todo a Atsushi, omitiendo algunas cosas.


Atsushi se puso a pensar en la situación, ciertamente había oído de un grupo de mafiosos que había hecho una celebración por la salida de uno de sus miembros de la cárcel, pero no podía creer que todo esto estuviera envuelto con el pasado del hogar Matsuno, miro a Todomatsu sentado a su lado con la cabeza gacha y los puños apretados como el resto de los hermanos, y entonces hablo.


-Debido al trabajo de mi tío puedo decirles que este tipo de extorción es realmente solo una trampa, ese hombre probablemente si van todos ustedes no deje que nadie salga vivo de ahí-.


-Pero él dijo que deseaba enfrentarse a Osomatsu-Dijo Karamatsu.


-Está claro que es un ajuste de cuentas, el no estará conforme con eso, hay casos en que el criminal se ensaña primero con la familia buscando crear y quiebre psicológico en su víctima antes a acabar con su vida, tengan por seguro, que ni siquiera les devolverá a Yuriko y a Choromatsu-.


-¿Ese tipo en verdad podría estar tan loco?-Menciono Jyushimatsu asqueado.


-Aunque esto es solo una suposición, necesito preguntarle a mi tío para que pueda investigar el expediente de ese hombre, haz hecho bien en contactarme Ichimatsu-kun-.


-¿Tú le llamaste Ichimatsu nii-san?-Pregunto sorprendido Todomatsu.


-Claro que sí, algunas platicas con el me ayudaron a saber del trabajo que tiene su tío como detective policiaco, debo de agradecerte a ti Atsushi por ayudarnos-.


-No es nada, hay personas que de verdad son demasiado crueles en este mundo, el saber que existen me hace sentir impotente, si no hubiera sido por cuestiones familiares tal vez hubiera logrado ser policía, pero al menos puedo ayudar de esta manera-.


Los Matsuno se sonrieron con un poco de entusiasmo, tal vez Atsushi podría ser la clave que ellos estaban buscando, felicitaron al cuarto hermano por su perspicacia y continuaron su charla con el hombre, Todomatsu solo podía verlo con entusiasmo.


Los hermanos se encargaron de hacer la cena invitando a Atsushi a quedarse ese día, el hombre acepto la oferta gratamente y mientras comían hablaban de las posibles maneras de salvar a Yuriko y Choromatsu, Todomatsu seguía impresionado por la manera en que Ichimatsu y Atsushi podían planear con cabeza fría una estrategia, no había duda alguna, Atsushi era un gran hombre que sin estar atado a la situación podía buscar maneras de ayudar a los demás.


Sentados uno a lado del otro lejos de los hermanos que comenzaron a hacer algunas llamadas, Todomatsu hablo.


-Muchas gracias por lo que estás haciendo, lamento muchísimo que te sientas obligado a ayudarnos-.


-Esto no es una obligación para mi Todomatsu, simplemente quise ayudarlos, todos son buenas personas y están preocupados por sus seres queridos, se lo que es eso, solo quiero ayudar-.


-¿Sabes lo que se siente?-.


-Si... veras, por un hombre tan loco como ese tal Tougo...yo perdí a mi madre y mi hermana, yo sé lo que es que un psicópata de un día a otro secuestre a tu familia y comience a enviarla en pedazos, yo no quiero que alguien se sienta tan impotente como yo en ese entontes-.


-Lo siento mucho Atsushi-kun, ¿Por qué nunca me lo dijiste?-.


-Porque tú eras tan alegre, no quería que me vieras con ojos de lastima y mucho menos te alejaras de mi lado por eso-.


-¡Yo nunca haría eso Atsushi!-Dijo completamente alterado y asustado ante la idea de no estar cerca del hombre.


Atsushi lo abrazo con ternura-Lo se Todomatsu-Tomo su rostro y limpio con dulzura las lágrimas que amenazaban con brotar.-Ahora más que nunca se cómo te sientes-.


Las mejillas de Todomatsu se sonrojaron, Atsushi lo había descubierto y el no había hecho nada para ocultarlo.


-Todo estará bien Todomatsu, tu familia estará a salvo y ese hombre nunca más se aparecerá en sus vidas y cuando eso pase quiero que hablemos con calma de todo-Beso su frente y lo abrazo con ternura dejando que el menor llorara lo que deseara.


Porque Atsushi nunca más lo dejaría solo.


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Cuando los hermanos oyeron el ruido proveniente de las escaleras sabían que era el momento, así era Osomatsu, un hombre que primero aclaraba sus ideas y después actuaba cuando la situación lo ameritaba, portando solo su camisa y pantalón, con una expresión seria y determinada había tomado su decisión.


Osomatsu miro a Atsushi con agradecimiento y hablo.


-Te agradezco mucho que nos ayudes en esta situación Atsushi-.


-No es nada Osomatsu, ese criminal debe aprender de una buena vez la lección-.


Ichimatsu ya había subido anunciándole la presencia del sobrino del detective más importante de la policía de Tokio, los hermanos habían llamado a sus viejos "amigos" jefes de algunas bandas de algunas zonas principales de Japón y el había hablado a su principal contacto, el jefe más importante de una de las casas de la familia de la mafia más importante de Japón.


-Ichimatsu hiciste las llamadas que te pedí-.


-Lo hice, ellos tal vez lleguen después-.


-Jyushimatsu, ¿Qué tal te fue a ti?-.


-Ellos están de acuerdo y listos para ponerse en acción-.


-Osomatsu. ¿Realmente le llamaste a esta hora?-Pregunto Karamatsu.


-El me debe muchos favores Karamatsu, créeme que no puede negarse ahora-.


Atsushi se sentía un poco perdido ante la familiaridad con la que Osomatsu hablaba del mafioso, con Todomatsu a su lado pregunto.


-¿Realmente es bueno molestar a esta hora a una persona tan intimidante como ese hombre?-.


Todomatsu rió.


-No te preocupes Atsushi, él es un buen amigo aunque algo difícil de tratar-.


La puerta sonó claramente anunciando su llegada, los hermanos y Atsushi con miradas serias fueron hacia el recibidor detrás de Osomatsu quien abrió la puerta al visitante.


Y ahí con una sonrisa sarcástica y su clásico y elegante traje de moda de los años setenta, acariciando su bigote y dándole una sonrisa clásica suya lo saludo.


-Realmente eres bueno molestando cuando más ocupado estoy Osomatsu-.


-Es tiempo de trabajar... Iyami-.


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