Tokio 17 años atrás.
Aquella tarde de verano la señora Matsuno había juntado el dinero que les daría a los pequeños como recompensa por su arduo trabajo en la limpieza de su hogar, los niños, felices por ello corrieron juntos hacia el primer camión de helados frente a su vista y compraron sintiendo en su joven e infantil mente el poder de tener dinero propio, cada uno compro su helado favorito; Osomatsu compro un helado de frambuesa, Karamatsu de chocolate, Choromatsu compro uno igual, Ichimatsu prefirió de moras, Jyushimatsu de vainilla y Todomatsu de fresa.
La felicidad que corría en sus corazones era algo que ni ellos mismos podían contener, pero al caminar por el parque, sin poder evitarlo un balón golpeo el helado de Choromatsu tirándolo irremediablemente al suelo, el pequeño lloro sin poder evitarlo al saber que ahí se había ido todo su esfuerzo en un solo golpe, Osomatsu, se acercó a él sin poder evitarlo, intentando calmarlo con sus bromas y palabras de aliento; fue en ese momento que Karamatsu se acercó.
-¿Si quieres... puedes tomar mi helado?-dijo sintiendo como el calor se le subía a las mejillas sin poder entender el porqué.
-¿Eh-em?-hump-Dijo aun gimoteando.
Entonces Osomatsu reacciono.
-Ahh-ah...toma el mío Choromatsu, el mío es más rico, quería dártelo primero pero Karamatsu se adelantó-.
-Pe-pero son sus helados-hump-Dijo preocupado.
-No importa, siempre puedo comprar otro-Menciono Karamatsu sin mirarlo a la cara.
-Puedes elegir el que quieras Choromatsu, recuerda que el mío es más rico-.
-Es-está bien, el de chocolate está bien-Dijo sintiéndose avergonzado de la situación.
Karamatsu se avergonzó ante la expresión de Choromatsu y en un acto veloz le dio el helado, cuando Choromatsu dio el primer bocado, su rostro, aun con las mejillas sonrojadas se adornó con una tierna y dulce sonrisa, Choromatsu lo miro con calidez y hablo.
-Muchas gracias Karamatsu nii-san-.
En ese momento Karamatsu supo algo muy importante: Le encantaba la sonrisa de Choromatsu.
Siempre lo hizo.
-¡Karamatsu!-.
El fuerte y desgarrador grito de Choromatsu fue lo primero que Karamatsu escucho, podía sentir como el metal caliente de la bala entraba por su abdomen inyectando un dolor insoportable, las reacciones aterrorizadas de sus hermanos solo lo alertaban de lo inminente.
Tougo le había disparado.
Lo poco que recordaba era la sensación de adrenalina corriendo por sus venas, el cómo se abría paso entre los hombres buscando el coche donde su amado se hallaba prisionero, quería alcanzarlo, quería rescatarlo y protegerlo, tal vez las emociones que el sentía en este momento se hayan fuera de contexto, pero sus deseos de poder salvarlo era algo que ni el mismo podía contener.
Karamatsu sentía como los músculos de su abdomen se contraía, como el dolor incesante lo golpeaba cruelmente y como ante el impacto se vio obligado a caer contra el concreto, toco su estómago buscando la herida y pudo sentir como Todomatsu la había presionado con fuerza mientras la sangre salía desmesuradamente, después del grito de Choromatsu todo se volvió mudo para él; Karamatsu pudo sentir como la bala al parecer se había incrustado en su interior, tal vez en sus intestinos, le rogó a los cielos porque no haya perforado de ninguna manera.
Karamatsu quería vivir.
Quería que todo terminara y esto solo se volviera una historia que nadie desea recordar, quería volver a ver esa hermosa sonrisa de la que se enamoró, quería oír una vez más la dulce voz de Choromatsu, porque aunque no fuera correspondido, el realmente lo amaba.
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-¡Persigan a esa camioneta, no se atrevan a disparar, el criminal lleva un rehén consigo!-.
En el momento en que el disparo le dio a Karamatsu, todo el mundo enloqueció, los delincuentes se abrieron paso persiguiendo la camioneta seguido por algunas camionetas Yakuza y la policía, el oficial Atsushi se abrió paso persiguiendo la camioneta que se dirigía al mar.
-¡Karamatsu!, resiste por favor-Ichimatsu sujeto su cuerpo ante los nervios de la situación-.
-Necesitamos tela para poder evitar que la hemorragia crezca, Todomatsu presiona con fuerza su herida por favor-Jyushimatsu se quitó la camisa y la utilizo para presionar la herida.
-La ambulancia esta lista, tenemos que irnos de inmediato-Atsushi hablo mientras iniciaba unas llamadas.
-¡Karamatsu!-El mencionado pudo ver al momento que lo colocaron en la camilla a Osomatsu salir de la camioneta corriendo como si su vida dependiera de ello.
-O-osomatsu-Dijo débilmente sintiendo como aun Todomatsu sujetaba el área dañada.
-Karamatsu, lo siento, estarás bien, ya lo veras-.
-¿Qué haces aquí?, de-debes perseguir a ese infeliz y sal...var a Choromatsu-.
-Pero...-.
-¿No lo amas lo suficiente?-Los ojos de Osomatsu se abrieron de par en par.-Siem...pre supe que tu... lo amabas, llámame imbécil, pero puede verlo ahora, ambos lo hicimos, ambos lo sabíamos y... ambos lo amamos demasiado... lo suficiente para pelear entre nosotros por el... esta vez... debes ser un verdadero hombre, mandar a la sociedad al carajo y pelear por él, sálvalo... salva a tu Choromatsu, no haytiempo de hablar... ¡CORRE!-.
Y Osomatsu lo hizo, corrió al vehículo conducido por Iyami y este arranco a toda potencia, Osomatsu no sabía que decir, sabía que debía arreglar las cosas con Yuriko, tenía que hablar correctamente con ella, tal vez sus padres lo golpearían por todo lo sucedido, pero ahora, en este momento, lo único que le importaba era salvar a Choromatsu.
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-¡ERES UN MALDITO DESGRACIADO!-Choromatsu grito con toda la rabia y odio que tenía al hombre que solo se dedicaba a reír a carcajadas, si tan solo no estuviera atado lo ahorcaría con sus propias manos.
-Jajajaja, ¡Eso fue tan excitante!, debiste ver tu rostro, gritaste con tanto dolor, no hay duda que eres único Choromatsu, uno en un millón, jamás sentí que el dolor de alguien me excitara como lo hace el tuyo-.
-¡Solo eres un maldito enfermo!-.
-Tal vez tienes razón cariño, pero tú y este enfermo se irán del país juntos y nadie nos detendrá-.
-Jamás iría contigo, nunca podrás librarte de Osomatsu con lo que acabas de hacer, él te matara, ten por seguro que lo hará, justo como tú heriste a Karamatsu-.
-Tranquilo, el todavía no está muerto, al menos no aun, iremos a un lugar donde nadie podrá encontrarnos mi vida-.
-No me llames así, me das asco-.
-Deberías acostumbrarte, así será toda tu vida-.
Choromatsu escucho el fuerte sonido de las sirenas, viro la vista hacia la ventana trasera y pudo verlo, los coches persiguiéndolos y sobre todo, aquella camioneta donde tal vez este Osomatsu.
-Yo creo que no será así-.
Tougo lo vio y el miedo que sintió hace un momento se disipo ante la locura.
-Nunca me retes cariño, no sabes lo que soy capaz de hacer-.
Con una mirada psicópata y perdida miro a Choromatsu, quien solo pudo sentir como si su vida estuviera a punto de acabar.
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-El paciente se llama Matsuno Karamatsu, 25 años, sangre tipo O negativo, fue herido de bala en el abdomen, sospechamos que la bala se incrusto el intestino delgado, preparen el quirófano para operar-Hablaba el paramédico por el teléfono de la ambulancia que se dirigía con rapidez al hospital.
En el vehículo iban Jyushimatsu a su izquierda a lado de Ichimatsu quien le hablaba constantemente, mientras el menor iba sosteniendo su mano, Todomatsu y Atsushi decidieron seguirlos en el coche de este al no poder entrar en la ambulancia.
-Karamatsu nii-san estará bien-Jyushimatsu se dijo a si mismo conteniendo el llanto ante el estado del mayor.
-Karamatsu escúchame, tienes que quedarte con nosotros, no se te ocurra dormirte imbécil-Hablo Ichimatsu intentando mantenerlo consiente.
-Karamatsu nii-san resiste, todo estará bien-Hablo Jyushimatsu sujetando su diestra.
-......-Su voz era como un susurro debido a la máscara de oxígeno.
-¿Qué has dicho?-Pregunto el menor acercándose a él, quito la máscara y entonces Karamatsu lo dijo.
-...Cho-choro...matsu-.
-No te preocupes Karamatsu nii-san, Osomatsu nii-san lo salvara-Hablo Jyushimatsu buscando calmar su preocupación.
-Estamos por llegar al hospital-Hablo el paramédico advirtiendo a los jóvenes.
Tan rápido como llegaron Karamatsu fue recibido por ocho enfermeros y tres médicos quienes lo ingresaron al edificio tan rápido como pudieron, los hermanos, Atsushi siguieron la camilla hasta ser detenidos por los enfermeros.
-Esta es un área restringida, está prohibido pasar-.
-Pero nuestro hermano va ahí-Hablo Ichimatsu con impotencia.
-No se preocupe señor, el será atendido lo mejor posible, sean pacientes y vayan a la sala de espera-.
Los jóvenes no tuvieron otra opción más que obedecer, cuando llegaron a la sala de espera se encontraron con un recinto de colores pálidos que solo los deprimió aún más, el largo y vacío sillón de terciopelo pistache recibió a Ichimatsu y Jyushimatsu, quienes soltaron un gran suspiro en el momento en que sus cuerpos de unieron a la suave tela del sillón, Todomatsu, alejado de sus hermanos en uno de los pasillos sintió los fuertes brazos de Atsushi envolverlo en un cálido abrazo donde no pudo evitar dejar las lágrimas salir.
-Lo siento tanto Todomatsu, jamás pensé que las cosas sucederían así, al final no fui de ayuda-.
-No digas eso Atsushi, realmente nos estas ayudando mucho, ninguno de nosotros pensó que Karamatsu seria víctima de ese sanguinario, solo espero que este realmente bien-.
-Todo estará bien, ya lo veras-Dijo besando su cabeza en un signo de amor puro y sincero.
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-Tenemos que hablarle a mamá y papá-Dijo Jyushimatsu seriamente.
-Lo sé, lo sé, pero no sé cómo explicarles lo que está pasando-Respondió Ichimatsu pasando sus manos por su rostro.
Entonces Jyushimatsu pudo sentir el incómodo ambiente en la habitación, Yuriko había sido ingresada al hospital por deshidratación, su cuerpo se encontraba muy débil pero estaba consiente, su rostro caído y su cuerpo tembloroso fue la señal real de esa incomodidad, Jyushimatsu no sabía que decir, no sabía qué hacer ante lo que había pasado hace un rato y no sabia si debía decircelo a la chica, pero sentía que de alguna manera ella ya lo sabia.
Osomatsu amaba a Choromatsu.
Si era sincero consigo mismo jamás imagino que algo así podría pasar entre hermanos y al parecer Karamatsu sentía lo mismo por el tercer hermano, entonces todos los conflictos de los mayores tuvieron un sentido en su cabeza, ambos amaban al mismo hombre pero por distintas razones Osomatsu no lo aceptaba, no sabía las razones por las que Osomatsu lo había hecho, tal vez los prejuicios, el miedo al rechazo o a ser desentendido por sus padres, no lo sabía pero...
Si sabía que Yuriko no era culpable.
Tal vez ella nunca imagino que eso pasara, tal vez solo se ilusiono demasiado con un hombre que nunca amaría, pero estaba dolida, la dulce Yuriko no irradiaba la misma felicidad que había mostrado cuando la conoció, porque Jyushimatsu pudo ver como el semblante de la mujer se había tornado gris durante un mes, tal vez Yuriko lo sabía, fingió que aceptaba la situación por su amor a Osomatsu, pero el amor la había dañado también.
Se había auto destruido por amor.
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Cuando el mar fue visible ante sus ojos Tougo se sintió preso de su propia locura, el muelle solo estaba a unos pocos metros, sus planes se habían salido de control y él no tenía ninguna idea de porque no hacer lo que estaba a punto de cometer.
-¿Qué diablos estas planeando Tougo?-Oyó la voz asustada de Choromatsu a sus espaldas y solo pudo pensar una cosa mientras sonreía perdidamente.
-¿Recuerdas que dije que deseaba dañar a Osomatsu de una forma irreversible?-.
-¿Qué quieres decir?-.
-Estoy perdido Choromatsu, si alguien me atrapa en estos momentos estoy seguro que mi jefe me dará como comida a los perros, pero, si yo tomo otro camino me librare por completo de ese destino y también podre vengarme de ese niñito de mierda-.
Choromatsu puso atención al camino y sus ojos se llenaron de terror, el camino del muelle se estaba terminando y el mar frente a sus ojos era una muestra de todo estaba perdido, lo había entendido y más en el momento en que Tougo sonrió felizmente, sintió como el miedo se volvieron lágrimas, como su cuerpo se debilitaba ante el inminente final.
El réquiem de su vida había comenzado.
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La anestesia local había sido aplicada, los médicos habían iniciado la operación y buscaban extraer la bala que había perforado el intestino delgado.
-Doctor el paciente está perdiendo demasiada sangre-Hablo la enfermera mientras trataban la herida.
-No importa como, tenemos que salvarlo-.
-La hemorragia está aumentando, la bala la bala ha sido extraída, pero perdió mucha sangre-.
-Doctor el paciente está perdiendo pulso-.
-Tenemos que apresurarnos-.
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Entiendes lo que está pasando no es así Choromatsu-El chico oyó como Tougo ponía los seguros del coche manteniendo las ventanas abiertas y entonces Choromatsu entendió porque le había puesto cinturón.-Le he quitado a dos personas muy importantes, su hermano, rival y amigo; y al amor de su vida.
Tougo acelero el coche estando cada vez más cerca de su destino.
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-Doctor, estamos perdiendo al paciente-.
-El paciente se ha desangrado y sus latidos son casi imperceptibles-.
-Traigan el desfibrilador-.
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-¡¿Dónde está Karamatsu?! ¡¿Dónde está mi niño?!-El grito de la señora Matsuno lleno la sala mientras llegaba hacia sus hijos.
-Mamá-Dijo Ichimatsu sin saber qué hacer.
-¿Qué es lo que paso?, ¿Por qué nadie me aviso rápido?-.
-Mamá...yo-Dijo Ichimatsu bajando la cabeza igual que los presentes-.
-¿Dónde está Choromatsu y Osomatsu?-.
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Choromatsu no podía evitar llorar al saber lo que pasaba, una ola de recuerdos de su vida paso frente a sus ojos en simples segundos, su infancia a lado de sus hermanos, la calidez de los brazos de su madre, los halagos de su padre, las bromas y risas de su juventud, sus momentos con sus hermanos...
Sus recuerdos con Osomatsu.
Entonces algo vino a su mente... Karamatsu, deseaba que estuviera bien, que al menos él se salvara, el dolor que sintió en el momento en que vio el cuerpo del mayor al suelo se volvió una pesadilla en sus recuerdos, Karamatsu, su amigo, su hermano.
Deseaba que se salvara.
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-Doctor, su corazón se ha detenido, él ha muerto-.
-No si puedo regresarlo-.
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-¿Ichimatsu?, ¿Qué clase de mala broma es esa?-Dijo Matsuzo asustado.
-Tougo ha vuelto, el secuestro a Choromatsu y Yuriko, salvamos a Yuriko, pero Tougo se llevó a Choromatsu, cuando intentamos salvarlo en la pista de aterrizaje Tougo le dio un tiro a Karamatsu en el abdomen, Osomatsu se quedó a salvar a Choromatsu... pero no sabemos cómo están-Dijo Ichimatsu conteniendo el llanto-.
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El doctor utilizo el desfibrilador en Karamatsu, uno, dos, tres, su cuerpo recibió la descarga, pero el corazón de Karamatsu no reaccionaba.
-Una vez más-.
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Las camionetas que perseguían a Tougo se detuvieron en el camino, Osomatsu se alteró aún más al ver como se habían quedado cerca del muelle.
-¿Qué está pasando Iyami?-.
-Espero y no sea lo que estoy creyendo-Dijo preocupado.
Iyami acelero la camioneta mirando el paisaje, los hombres salían de ellas preocupados por la situación, entonces la vio, la camioneta dirigiéndose al muelle y todo paso en cámara lenta para Osomatsu, el vehículo abriéndose paso por el camino empedrado del muelle, tomando velocidad y entonces...
La camioneta voló al mar.
-¡¡Choromatsu!!-Grito con todas sus fuerzas al ver como el coche se hundía en el mar.
Osomatsu salió del vehículo, aterrorizado corrió al muelle tanto como sus piernas se lo permitieron y se lanzó al agua como si nada más le importara, vio como el mar se tragaba a Choromatsu, quien dentro del coche lloraba viendo como Tougo disfrutaba la situación, Osomatsu pudo sentir las ondas violentas del agua cuando más hombres se lanzaron con el incluyendo a Iyami, se acercó a la camioneta como pudo comprobando lo que deseaba imposible, ambos tenían los cinturones, los seguros estaban puestos y el espacio en las ventanas no era suficiente espacioso para su cuerpo.
Entonces algunos de los hombres sacaron sus armas golpeando las ventanas del coche hasta romper vidrios y abrieron las puertas, ambos Choromatsu y Tougo fueron sacados con velocidad del coche, Osomatsu saco con toda su fuerza a Choromatsu, quien había tragado bastante agua.
-¿Choromatsu, me escuchas?-Tomo entre su brazos al menor colocándolo en el suelo, Osomatsu sintió las lágrimas cayendo de sus ojos pero no les dio importancia, golpeaba su pecho constantemente intentando sacar el agua de sus pulmones.-No puedes dejarme Choromatsu, no puedes irte, tienes que oír lo que tengo que decirte-Junto sus labios y le dio respiración boca a boca.-Tienes que saberlo Choromatsu, tú tienes que oírlo-.
Su fuerza se acababa, sus manos se congelaban, golpeaba con más fuerza el pecho de Choromatsu sin recibir respuesta.
-Tu no me puedes dejar Choromatsu, sé que he sido un imbécil-Impulso oxígeno en sus pulmones una vez más.-Sé que no merezco tu amor, sé que nunca he sido justo contigo-Volvió a golpear continuamente.-Pero me esforzare, lo haré para poder conseguir que me ames, por eso Choromatsu no me dejes-.
Junto sus manos en un gran puño y lo levanto al cielo-¡Te amo Choromatsu! ¡Yo en verdad siempre estuve enamorado de ti!-Y golpeo su pecho con toda su fuerza.
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El quirófano se quedó en silencio, los médicos y las enfermeras se miraron entre sí.
-¿Doctor?-.
El cansancio del doctor era opacado por su emociones, porque Karamatsu, su paciente de 25 años en realidad...
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Osomatsu miro el cuerpo de Choromatsu, el cuerpo inerte de Tougo se encontraba desmayado atrapado por los hombres de Iyami, quien miraba a Osomatsu sin saber que decir, la ambulancia había llegado al lugar, pero nadie podía moverse.
-¿Osomatsu?-.
-Iyami... el... Choromatsu en verdad esta...-.