Choromatsu tenía miedo.
Se sentía atrapado en una celda de la que no podía salir, su propio cuerpo lo había aprisionado como si se tratara de su propio enemigo, había perdido la cuenta del número de veces que intento mover su cuerpo de aquella cama tan incómoda como una piedra, pero por más que lo intento su cuerpo no le respondía, los recuerdos de los hechos que lo habían llevado a esta situación eran vagos y borrosos, pero si sabía algo, de alguna manera cada vez que la imagen de ese muelle llegaba a su cabeza el pánico lo consumía.
Choromatsu detecto la voces de su familia muchas veces, diciéndole que todo estaría bien y que no tendría que preocuparse, pero, ¿Cómo podía él no preocuparse?, cuando su cuerpo parecía haberse desprendido de su alma y se había vuelto su peor enemigo, Choromatsu sentía que cada día se volvía más lento y que el tiempo en que él se encontraba así se volvía eterno, no era que no tuviera esperanzas de despertar, sino la impotencia de no hacerlo en ese momento lo que lo estaba volviendo loco.
Recordaba la voz de Osomatsu como un sueño, un hermoso y doloroso sueño donde el hombre le daba palabras de amor, tan dulces como la miel y tan tristes como la sonata de un violín, lo amaba tanto que sentía que la vida le daba ilusiones, suaves fantasías de algo que no tendría jamás, un espejismo que su cerebro le había dado para mantenerse vivo, no podía ser nada más, una promesa que no podía ser cierta, solo eso.
Lo único que él podría tener después de todo.
Choromatsu no supo cuánto tiempo había pasado, solo sabía que un día oyó una voz diferente de cualquier doctor que haya escuchado, sonaba joven y preocupado, Chormatsu se molestó, no necesitaba palabras cargadas de lastima, pero en cambio recibió algo diferente a esta.
-Buenos días Matsuno-kun, a partir de ahora seré su terapeuta, se me ha encargado su cuidado, así que ya no podrá descansar en esa cama en mucho tiempo, creemos que con la estipulación lograremos ayudarlo, pero sinceramente... yo creo que usted despertara pronto, así que cuando despierte demos lo mejor de nosotros para su pronta recuperación, ahora revisare su temperatura, si me lo permite-.
Choromatsu siente algo cálido, un toque suave sobre su frente, una sensación de esperanza lo llena y sabe que estos sentimientos son agradables por el calor en su pecho.
-Choromatsu-kun...-.
Todo pasa tan rápido, quejas que parecen una pelea, Choromatsu no entiende por qué Osomatsu actúa así, quiere saber porque esta tan molesto, porque atacó al chico, pero no puede moverse, no puede sentir nada más que odio contra sí mismo, sabe que Osomatsu salió de la habitación, sabe que lo ha dejado solo con el chico al que había atacado hace rato, pero no quiere eso, no es que Choromatsu se sienta incomodo con el medico a su lado, solo quiere ser egoísta aunque sea una vez y tener a Osomatsu a su lado, lo necesita.
"No te vayas"
No quiere que Osomatsu lo abandone como hace años.
"No me dejes"
Siente las lágrimas mojando sus mejillas pero no le importa.
"Quiero estar contigo"
Desea que Osomatsu lo mire, aunque solo sea un minuto más, lo quiere a su lado de la manera que no lo tendrá.
"Quiero amarte"
Ya no le importa nada más en el mundo que él, ya no le importa si alguien se opone a sus sentimientos, se los dirá aunque sea rechazado.
"Te amo Osomatsu"
Y sus ojos al fin se abrieron.
Podía sentir el dolor del blanco de la habitación quemar su vista pero no le importaba, podía sentir en entumecimientos de su cuerpo y su lengua, movía sus dedos temblorosamente, tanto como su cuerpo se lo permitió, pudo oír las voces del médico y la enfermera en la sala, pero sus ojos no le permitían procesar las imágenes correctamente.
-OH por Dios, no puede ser, es un milagro-Había dicho el joven.-Llama a su familia de inmediato, ¡Ahora!-.
-S-si lo hare-.
Sintió la cálida mano del médico sujetar la suya con ternura, miro su rostro logrando al fin definir la imagen, puede sentir como el chico revisa sus signos vitales, no quiere eso, quiere a Osomatsu.
-Tranquilo Choromatsu-kun todo estará bien, no tiene que preocuparse-.
Quería hablar, pero su boca no se movía tanto como deseaba, se movió tanto como pudo inquietamente.
-¿Qué ocurre?, ¿quiere algo en particular?-.
Lo quiere a él, quiere verlo, apretó al fin su mano contra la del castaño buscando su atención.
-¿Qué es Choromatsu-kun?-.
-O-o-.
-¿O?, no tiene que presionarse, pero lo escuchare-.
-O-o-s-so-.
-¿Oso?, ¿Osomatsu?, ¡Osomatsu!, eso es lo que quiere decir, si es así, podría cerrar sus ojos una vez, si no cierre dos veces-.
Acato su orden cerrando sus ojos una vez, esto era mucho más difícil y molesto de lo que esperaba, pero agradecía al chico por ser capaz de entenderlo.
-¿Quiere ver a Osomatsu-san?-.
Volvió a cerrar sus ojos una vez.
-Está bien, ahora mismo fueron a avisar a su familia, hablare con ellos y les diré su estado-.El chico se iba a alejar, pero Choromatsu sujeto su bata con fuerza para evitarlo-Tranquilo Choromatsu-kun, no lo dejare solo, pero tengo que decirle a Osomatsu-san que quiere verlo-.
Y solo así Choromatsu lo soltó.
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Osomatsu siente que su corazón esta acelerado y no es por correr en los pasillos de ese hospital, lo sabe, la felicidad inundando su corazón no lo deja en paz y quiere que este momento de dicha no termine, puede oír los gritos de Karamatsu diciéndole que no vaya tan rápido pero no le importa, este momento nadie se lo quitara, esta felicidad ya nadie se la quitara, ni si quiera la sonrisa amable del idiota médico que lo miraba desde la puerta lo hizo.
Cuando detuvo sus pasos oyó a sus hermanos llegar a su lado, pero no había nada más que le importara que saber:
-¿Cómo esta Choromatsu?, ¿Cómo fue que despertó?, ¿Podemos verlo ya?-.
-Tranquilo Osomatsu-san, ahora mismo Choromatsu esta bien, sus signos vitales son estables, pero al parecer en este momento puede alterase muy rápido, así que les pediré que sean cuidadosos-.
-Ya veo, seremos cuidadosos-Dijo Karamatsu abrasando a Osoko a su lado.
-Por lo tanto comprenderán que no puedo permitir que entren todo a la vez-.
-Está bien-.
-En esta clase de situaciones generalmente le pedimos a los parientes del paciente que ellos elijan a la primera persona en pasar, pero en el caso de Choromatsu-kun, el pidió ver a alguien en específico-.
-¿Quien fue la persona que el escogió?-Pregunto Osoko de manera tranquila.
Nakamura miro a los chicos con calma y suspiro-El pidió ver a Osomatsu-san-.
Los presentes callaron, esperaban algo así en cualquier momento, el día en que los dos se volvieron a ver cara a cara enfrentando sus sentimientos había llegado y ellos no se oponían a ello.
Osomatsu sintió un calor inundar su pecho, pero a la vez sintió el miedo que creía muerto de los años de juventud ¿Cómo enfrentar a Choromatsu una vez más sabiendo todo lo que sentía sin arruinarlo?, pero Osomatsu ya no era un niño para pensar en eso.
-Estoy listo-.
-¿Estás seguro Osomatsu?-Pregunto Karamatsu colocando una mano sobre su hombro.
-Más que nunca en mi vida Karamatsu-.
Karamatsu le sonrió, no había duda que Osomatsu había cambiado, no había duda que no lo arruinaría esta vez, Osomatsu miro a su alrededor recibiendo miradas de apoyo, sonrió sin poder evitarlo.
-Osomatsu-Hablo Osoko.
-¿Si?-.
-Voy a golpearte si vuelves a lastimarlo-.
-Jaja lo entiendo-.
-Todos te mataremos si lo haces Osomatsu nii-san-Dijo Ichimatsu sin dudas.
Osomatsu no pudo evitar reír y sin más con su corazón calmado y apoyado por todos Osomatsu entro al cuarto sin dudas de lo que sentía y lo que deseaba decir.
Cuando entro a la habitación lo miro ahí, estaba tan hermoso como un ángel, vestido de blanco y con el hermoso contraste de sus ojos negros brillando como piedras preciosas, Osomatsu no pudo evitar llorar, sintiendo el nudo de su garganta más liviano, como si el peso del mil años lo hubiera abandonado, camino hacia el con precaución, como si temiera que fuera un sueño, como si no tuviera derecho de mirar este hermoso escenario donde las rosas que siempre traía para él lo hacían lucir tan hermoso.
-O-oso-matsu-Dijo Choromatsu sintiendo las lágrimas mojar sus mejillas.
-Buenos días dormilón-.
Osomatsu tomo sus manos sentándose a su lado y las beso con amor.
-Por fin volviste a mí-.
Y Choromatsu lo supo con esa mirada, tan cargada de dulzura, amor y esperanza que no habían sido ilusiones aquellas palabras que escucho durante su largo letargo, sino la verdad que Osomatsu llevaba dentro de su corazón.
-¿Cuánto...ti-tiem-po?-Pronuncio con dificultad y miedo Choromatsu.
-Un año y medio-.
-L-lo sien-to, cause... mu-chas moles...tias-.
-No Choromatsu, nada de ti es una molestia, solo hubo miedo, pero ahora se ha ido, hay muchas cosas que no se si aún recuerdes que debo contarte-.
-Como Kara..matsu y Osoko-dijo con una cara divertida.
-Jajajaja veo que lo recuerdas-dijo acariciando su cabello.
-¿Osomatsu... pu-puedo pe-dir...te algo?-sus mejillas se sonrojaron y miro hacia las rosas a su lado.
-Claro que sí, cualquier cosa que desees-Lo miro con una sonrisa.
Al inicio dudo, sintiendo arrepentimiento de solo pensarlo, pero ahora más que nunca lo necesitaba.
-¿Puedes...abrasarme como cuando niños?-.
Osomatsu sintió como el calor en su pecho aumento al igual que sus latidos y sonrió lleno de ternura ante la petición.
-Claro que si-.
Y lo abrazo, con ternura, con alegría, con alivio, pero sobre todo con amor, buscando ser cuidadoso, sin moverlo demasiado y colocando sus frentes juntas como siempre Osomatsu pudo sentir las lágrimas correr en sus mejillas y se sintió culpable por bañar el rostro de Choromatsu con ellas, pero no podía evitar la felicidad en su corazón haciéndolo sentir que al fin en su mundo...
Había salido el sol.
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Tal como Nakamura había dicho su trabajo con Choromatsu inicio arduamente, cuando su situación se tomó como estable los Matsuno llevaron a Choromatsu a su hogar, la recuperación fue la parte más difícil para Choromatsu, se sentía impotente de tener que estar aun en cama sin poder moverse, pero esa incomodidad era alejada por el firme apoyo de sus padres y hermanos quienes no lo dejaron solo.
Choromatsu tuvo que enfrentar la vergüenza cuando el cálido y alegre Nakamura bromeaba con él acerca de que la harían volver a caminar de la misma manera que le enseñan a un bebe, pero solo podía sentir eso, Nakamura mostraba respeto y amabilidad a Choromatsu y él no podía sentirse más que contento de tener a alguien como el cuidando de su persona.
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-Todo es muy difícil Osoko, un día Jyushimatsu e Ichimatsu parecían tener secretos, Karamatsu se peleaba con Osomatsu, Todomatsu se veían incómodo y pensativo y Osomatsu estaba a días de ser el marido de Yuriko; y ahora Osomatsu no se casó con ella, Ichimatsu tiene a Todoko, Jyushimatsu preparando su boda, Todomatsu y papa pelearon por sus preferencias y su relación con Atsushi, tú y Karamatsu son una linda pareja comprometida y yo no sé qué hacer, no importa que me haya puesto al día con todo lo que ha pasado y sé que todos han hecho su mayor esfuerzo por cuidar de mí y hacerme sentir cómodo, pero es raro, siento como si algo de mi hubiera muerto en ese accidente-.
-Es normal Choromatsu, un coma como en el que encontrabas no es algo fácil de superar, estamos hablando de algo que va más allá de todo lo que esperabas, pero no puedo asegurarte como todos que estarás como antes, muchas personas que se encontraron en una situación como la tuya no volvieron a ser los mismos, no tienes que presionarte en volver a ser el mismo Choromatsu, pero si podemos hacer que este nuevo Choromatsu se enfoque en el presente y su futuro para dejar atrás lo que le hizo daño-.
Choromatsu le sonrió con calidez, Osoko era la mejor amiga que tenía en el mundo y agradecía a los cielos que sus mejores amigos, ella y Karamatsu estuvieran juntos, había algo nuevo en el mundo de Karamatsu que brillaba de manera tan dulce y Choromatsu sabía que se debía a Osoko.
-¿Y... como te sientes acerca de Osomatsu ahora?-.
Choromatsu suspiro pesadamente, pero hablo.
-No lo sé, sé que aún lo amo y al parecer los sentimientos que tengo por el desde el día que te conocí hasta ahora no han hecho más aumentar, Osomatsu se ha vuelto más maduro y serio, no sé si esto es porque ha crecido o de alguna manera tiene aún que ver con el secuestro, pero sí sé que ha cambiado mucho conmigo, es tan gentil y siempre se preocupa mucho por mí, cuando desperté quise atribuirle esa actitud a pensar que el correspondía mis sentimientos, pero no sé que pensar cuando ni siquiera hemos hablado de ello.
Osomatsu pasa más por la casa, cuida de mi cuando mis padres no están a pesar de que él sabe que aún viven en la casa Ichimatsu y Jyushimatsu, pero no lo se Osoko, tengo miedo de abrir una puerta que cambie de manera negativa mi relación con él a pesar de que siento... a pesar de que creo, que él siente lo mismo.
Osomatsu es mi hermano, es algo que me repito constantemente, pero no puedo evitar sonrojarme cuando el toca mi mejilla con tanta dulzura y me mira de una manera que no se descifrar, no sé qué debo hacer Osoko-.
-Desde el accidente pasaron muchas cosas Choromatsu, hemos visto el rotundo cambio en él, es más sincero con sus emociones y aunque aún teme decirlas sé que con el tiempo lo hará, yo no te diré las palabras que has deseado oír por casi veinte años, porque yo no soy la persona a quien deseas escuchar, pero te diré algo Choromatsu, no tengas miedo de abrir esa puerta, ten miedo de abrirla en un momento equivocado, sé que llegara el momento correcto en que ambos al fin abordaran el tema como debe ser, pero también sé que Osomatsu quiere que tu estés bien primero, debes amarte antes a ti mismo tal como eres antes de pensar si los sentimientos que hay entre Osomatsu y tu son amor verdadero-.
Osoko siempre sabia decir las palabras correctas en el momento indicado, era como ella pudiera descubrir los misterios de los confines de su mente y leerlos como si de un libro abierto se tratase, Osoko tenía razón, él sabía que sus sentimientos por Osomatsu eran amor, pero tenía que aprender a amar cada parte de sí mismo para poder amar a Osomatsu de la manera correcta.
Y solo así, ambos sabrían cuál era el camino correcto.
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-Buenos días Choromatsu-.
Los ojos de Choromatsu se apartaron del libro entre sus manos cuando oyó la gentil voz de la persona que más amaba en el mundo, Osomatsu como un niño pequeño y emocionado se acercó a él y se sentó, Choromatsu sintió la electricidad en su cuerpo cuando la mano de Osomatsu se aferró a la suya de manera serena y calmada, hoy con la luz del atardecer el Osomatsu con las mangas remangadas de la camisa blanca y la corbata suelta le trajo recuerdos de ese día, un recuerdo destellante de Osomatsu sacándolo de lo profundo del mar con ira y pánico en sus ojos, no importaba cuanto Choromatsu quería recordar perfectamente esa día, solo tenía pequeñas piezas del rompecabezas que no sabía si algún día podría armar completamente.
-¿Adivina qué?, he hablado con Nakamura y me dijo que tu recuperación va mil veces mejor de lo que él esperaba, eso significa que muy pronto podremos ir afuera-.
Choromatsu sonrió sintiendo la emoción carcomer sus huesos, la idea de poder salir de ese lugar lo hacía infinitamente feliz, no era que Choromatsu no fuera feliz de al fin tener su propia habitación o de estar en casa siendo mimado por sus padres, pero el Choromatsu de veintisiete años quería mirar el mundo de allá fuera por sí mismo, quería volver al trabajo, si es que aun podía volver, tenía un miedo profundo que su vida no pudiera arreglarse nunca más, pero el fuerte agarre de Osomatsu lo hizo salir de sus pensamientos y mirar los ojos del mayor que lo observaban con intensidad.
-Sé que te levantaras pronto de esa cama Choromatsu, todos te apoyaremos siempre-.
-Lo se... solo estaba pensando en ese viaje-.
-¿Y a dónde quieres ir?-.
-A cualquier lugar menos el mar-.
Osomatsu lo miro y pudo comprender sonriendo dulcemente, lo abrazo con ternura y entre sus brazos solo pudo decir.
-Nunca dejaría que alguien te lleve al mar nunca más-.
Y Choromatsu fue feliz solo con esas palabras.
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Nakamura se había vuelto una gran amigo con el paso de los meses, cuatro meses donde Choromatsu había logrado mejorar la movilidad de sus manos, brazos y cuello y su columna vertebral al fin tenía la fuerza para sostener su torso, Choromatsu se sentía muy feliz, Osoko quien aún llevaba su historial psicológico le había dicho a la familia que el gran apoyo que Choromatsu estaba recibiendo había mejorado su autoestima de gran manera y se podía notar en la gran risa que se oía de la habitación ante uno de los chistes de Nakamura.
-Jajajajaja, ¿En serio te golpeo porque creyó que abusarías de su esposa?-.
-Sí, desde ese momento me prometí a mí mismo que nunca ayudaría a la terapia de una mujer casada sin su marido presente-.
-Jajajajaja, oye eso me hace pensar, ¿Por qué pides entonces que alguno de mis hermanos este presente si yo soy un chico?-.
-Porque sé que si Osomatsu-san se entera que estoy a solas contigo en verdad vendrá y me golpeara de la misma manera que ese hombre lo hizo-Entonces Choromatsu sintió la sangre subir a sus mejillas.
-N-no creo que haga eso-.
-¿Aun no le has dicho?-.
-¿Decirle que?-.
-Que estás enamorado de el-.
El silencio lleno la sala, el flequillo de Choromatsu cubrió sus ojos con una suave brisa de incomodidad, Nakamura no se quedó callado.
-Sé que lo amas por la manera en que lo miras, sé que tus sonrojos solo son por su presencia, también sé que tienes miedo de que él te mire cuando estamos en terapia por sientes que tu aspecto aun no es muy agradable y también sé que Osomatsu-san no es indiferente del todo a esto-.
Por un momento Choromatsu quiso decir algo, pero sus labios se cerraron cuando miro la sonrisa triste de Nakamura, los ojos del hombre deseaban decirle algo que sus labios no tenían valor de expresar, pero Choromatsu no podía saber que era, una vez más busco el asco en los ojos del castaño, pero no encontró registro alguno de ello.
-¿No... sientes asco... porque ame a mi hermano mayor?-.
-Claro que no Choromatsu, uno nunca es quien puede decidir sobre el corazón a quien debe amar o no, no creo que sea culpa de nadie que tu hayas generado estos sentimientos por él, pero sí creo que mereces ser feliz... además creo que soy la última persona del mundo que no podría juzgarte por amar a un chico-.
Fue como un susurro, algo simple y triste soltado al viento, pero cuando Choromatsu quiso decir algo Ichimatsu entro a la habitación junto con Todoko con el almuerzo para ellos de ese día.
Choromatsu lo sintió entonces... por un momento Nakamura le había recordado a su yo anterior.
Y solo pudo sentir tristeza por ello.
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Cuando Choromatsu pudo moverse en la silla de ruedas sin problema alguno Nakamura sonrió orgulloso de él y pronuncio aquellas palabras que Choromatsu no quería escuchar en un buen rato.
-Ahora Choromatsu, debemos esforzarnos en hacerte caminar-.
-Por favor Nakamura, no creo que aun sea el momento-.
-¿Tienes miedo?-.
-Demasiado, sé que todos se esfuerzan mucho en cuidar de mí y todo, pero también sé que este cuerpo inútil no se moverá pronto-.
-No digas eso Choromatsu, solo han sido seis meses, es natural que tu cuerpo le cueste trabajo esto, pero es algo que haremos juntos-Nakamura sostuvo su mano gentilmente y Choromatsu sintió algo que no podía describir cuando miro sus ojos-.
-Además estamos a solo días de la boda de tu hermano, ese día debes de salir al fin a mundo y haremos todo lo quieras-.
-¿Nakamura puedes venir conmigo ese día?-.
-Pero Choromatsu, no soy miembro de la familia-.
-Eso no importa, Jyushimatsu me dijo que estas gratamente invitado y no sé qué voy a hacer cuando todos vayan a bailar en la pista y me quede solo, eres un gran amigo mío y por eso quiero llevarte-.
Choromatsu no pudo entender porque las mejillas de Nakamura se habían sonrojado tanto y mucho menos el deje de decepción que hubo en sus ojos, pero prefirió ignorarlo y prestar atención en la respuesta de su amigo.
-Está bien, iré contigo-.
-Solo no te pongas a coquetear con todas las chicas de la fiesta-.
-Jajajajaja, no hables de mí como si fuera un don juan-.
-Con esa cara es probable que ellas se peguen a ti como a la miel-.
-¿Qué es eso Matsuno-kun?, ¿A caso crees que soy guapo?-Dijo con una pose divertida intentando parecer presumido.
-Claro que lo eres maldito, siento tanta envidia por ello-.
Aunque Nakamura rió de los intentos fallidos de Choromatsu cuando intentó golpearlo, el Matsuno no pudo evitar darse cuenta de que sus mejillas se habían vuelto más rojas.
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El corazón de Choromatsu latía insaciablemente, ese sábado por la mañana encontró tal como se había planeado a Osomatsu en un traje negro y con la sonrisa más hermosa que le haya visto, en ese momento Choromatsu sintió que podría morir de inmediato.
-Muy bien Matsuno-san, ¿A dónde desea que lo lleve el día de hoy?-.
-Jajajajaja, ¿Qué clase de tu es este?, ¿Un mayordomo salido de un manga shojo o un host?-.
-Seré el que tú quieras Choromatsu-Lo dijo con una mirada seductora y aquella sonrisa que hacia derretirse.
-Co-como sea, solo vámonos-Sintiendo como sus mejillas ardían, movió la silla de ruedas lejos del chico oyendo su risa burlona y sintiendo su corazón latir a mil por hora.
-Jajaja perdón Choromatsu, solo dime, ¿A dónde quieres ir hoy?-Choromatsu sintió como el hombre tomo el control de su silla moviéndola tranquilamente por la acera de manera precavida, Choromatsu solo dejo hacerlo y sonrió tiernamente.
-Solo demos una vuelta por la ciudad, quiera ver cómo ha cambiado con mis propios ojos-.
Y tal como él se lo pidió así lo hicieron.
Choromatsu había descubierto que extraña rutina que ambos implementaron antes de los hechos del secuestro se había vuelto parte de ambos de una manera u otra, tan pronto como Nakamura le había dado el visto bueno con que saliera a la ciudad antes de la boda de Jyushimatsu para familiarizarse, Osomatsu lo tomo a él y a la silla consigo y lo llevo a cada lugar que sabía que Choromatsu amaba, el menor sabía que aún no podía ir a un concierto de Nyaa-chan debido a lo peligroso que sería en su actual situación, pero ver el parque y visitar a sus hermanos en su trabajo era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo, tan vez aun no era tan independiente como deseaba serlo, pero saber que Osomatsu lo mimaría en todo lo que deseara hacia que su pecho se llenara de calidez.
Tal vez Osoko había tenido razón, aunque ninguno de los dos hablara de sus sentimientos, a Choromatsu no le molestaba esta tranquilidad que sentía en sus días junto a Osomatsu.
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Cuando el día de la boda llego Choromatsu se dio cuenta que nunca había visto tan nervioso a Jyushimatsu.
-Jyushimatsu, tienes la ropa interior encima del pantalón-Dijo Ichimatsu con aburrimiento.
-Ichimatsu porque no me dijiste antes-Jyushimatsu comenzó a cambiarse de inmediato.
Vestido y arreglado Ichimatsu no hacía más que reírse por su hermano menor que se había vuelto un manojo de nervios tan pronto sonó la alarma.
-No deberías ser tan malo con el este día Ichimatsu-.
-No puedo evitarlo, este es el último día que vivirá aquí con nosotros-.
Choromatsu pudo ver la melancolía en los ojos de Ichimatsu, tal vez él podía ser un poco cruel con sus hermanos, pero aunque estuviera feliz por Jyushimatsu, su hermanito favorito ya no jugaría tonterías a su lado como en los viejos tiempos, Choromatsu solo pudo tomar aquellas manos que llevaban rato luchando con sus agujetas y lo miro cálidamente.
-Jyushimatsu será muy feliz-.
-Lo sé, solo no pude evitar recordar los buenos tiempos-.
-Jajajajaja cierto, el ya no es el mismo Jyushimatsu de hace siete años-.
-Pero sé que lo hará bien, no por nada es mi tonto hermanito-.
La relación casi inexistente entre Ichimatsu y Choromatsu había cambiado tanto que nadie podía recordar al par de hermanos que evitaban estar a solas, hoy en día Ichimatsu aún le mostraba lo feliz que estaba de que haya despertado y su amistad se fortaleció solo con el tiempo, Choromatsu solo podía apoyar a Ichimatsu a enfrentar el cambio que traería la ausencia de Jyushimatsu en casa.
-Estoy listo, ¿Cómo me veo?-.
Cuando Jyushimatsu se presentó ante ellos vestido en ese kimono nupcial, con un haori negro y el hakama plateado ambos se dieron cuenta que el paso de los años habían hecho de Jyushimatsu un gran hombre, listo para el gran paso que iba a dar con la mujer que más amaba en el mundo.
Ichimatsu solo se acercó a él y le dio una palmada en el hombro murmurando un bien solo como él podía hacerlo.
-Ichimatsu nii-san ¿Estas a punto de llorar?-Pregunto divertido Jyushimatsu.
-Cla-claro que no idiota-Lo golpeo volteándose con las mejillas sonrojadas.
Choromatsu no pudo evitar reír ante ello.
-Nunca vas a ser muy honesto Ichimatsu-Dijo riendose de el.
-¡Cállate tonto Choromatsu!-.
Ese era su Ichimatsu y ningún Matsuno haría algo para cambiarlo.
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La boda en el templo había sido tan elegante y hermosa como Ichiko la había planeado, el brillo del sol de marzo anunciaba el inicio de la primavera, en su kimono blanco cubierto con el Uchikake lleno de colores con bordados de gaviotas y flores doradas Jyushimatsu sintió que su corazón se detuvo cuando vio lo que para él era una hermosa princesa del periodo heian, si para sus ojos Ichiko era hermosa, el día de hoy se veía aún más hermosa.
Cuando ambos entraron en la limusina, lejos del templo y solo ellos dos solos Jyushimatsu no pudo evitar el impulso de besarla como su hubieran pasado cien años sin hacerlo, no era el beso más apasionado que habían tenido, pero el ver el rostro sonrojado y sin aliento de Ichiko lleno su corazón de gozo.
-No creí que podría aguantar más tiempo sin besarte-Dijo acariciando sus mejillas.
-A mí no me hubiera importado si lo hubieras hecho justo en ese momento-Ichiko se abrazo a el con esa sonrisa característica de ella.
-No quiero la ira de los dioses golpeándome por insolente-.
-Tienes razón, solo puedo agradecerles por dejarme vivir este momento-.
-¿Eres realmente feliz Ichiko?-.
-Más de lo que crees, si alguien me hubiera dicho que terminaría casándome con el hermanito del ex prometido de mi amiga, cinco años menor que yo no hubiera creído que pasaría, pero ahora más que nunca quiero estar a tu lado toda mi vida-.
-Te amo Ichiko-.
-Y yo a ti Jyushimatsu-.
Sus labios se unieron en un dulce beso e Ichiko supo que nadie la haría más feliz que Jyushimatsu.
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Cuando los novios llegaron la celebración en el jardín estilo japonés que Ichiko y Jyushimatsu habían escogido fue en grande, tan pronto como llegaron pudieron ver a sus amigos rodeándoles con felicitaciones y buenos deseos.
-Ichiko te ves hermosa-Dijo Todoko con mirada ensoñadora.
-Gracias Todoko-Dijo Ichiko agradecida siendo rodeada por las mujeres que la aturdian con preguntas.
-¡My Little Jyushimatsu, te has hecho un hombre para seguir tu propio camino!-Dijo Karamatsu dramáticamente mientras las lágrimas cubrían sus mejillas logrando que las risas llenaran el lugar.
-Deja de ser tan dramático estúpido Karamatsu-Dijo con molestia Ichimatsu.
-Pero Ichimatsu nii-san hace una horas también estabas llorando-El menor lo delato consiguiendo las escépticas miradas de los hombres a su lado.
-¡Cállate Jyushimatsu traidor!-Las mejillas de Ichimatsu no podían estar más rojas.
-¿En serio lloraste Ichimatsu?-pregunto burlonamente Osomatsu.
-No me jodas Osomatsu-.
-Osomatsu ya déjalo en paz-En medio de los bullicios Osomatsu giro hacia donde había escuchado esa voz, frente a el el hermoso Choromatsu en un traje negro simple lo miraba con una sonrisa, la felicidad en su pecho se alejo cuando miro a ese estupido medico en el mando de la silla del menor.
-Choromatsu nii-san-Jyushimatsu se acercó alegremente al hombre en silla de ruedas y lo abrazo sin importarle nada mas.-Soy tan feliz de que estés aquí con nosotros-Dijo tan sinceramente solo como él podía.
Las risas se apagaron cuando esas palabras fueron dichas y Choromatsu solo pudo abrazar tiernamente al menor sobre él, todos estaban felices de que Choromatsu estuviera ahí, cuando Ichiko se acercó al lugar habiendo exitosamente dejado atrás a las mujeres se encontró con la escena más tierna que hubiera visto en su vida y no dudo en acercarse a ellos.
-Yo también estoy feliz Jyushimatsu-Dijo Choromatsu soportando las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
Cuando Jyushimatsu se alejó, Choromatsu miro a Ichiko con ternura, esa chica estaba haciendo muy feliz a su hermano y solo podía agradecerle si esa felicidad nunca terminase.
-Ichiko, sé que Jyushimatsu a veces puede ser muy imperativo, pero es mi adorable hermano menor a quien todos queremos y sé que él te hará muy feliz y sé que tú también lo harás feliz -.
-Asi sera Choromatsu-.
Solo bastaba esa cálida mirada de Choromatsu a la chica para se sintiera feliz, Choromatsu tenía algo para hacer que las personas lo apreciaran solo con tratarlo un poco, Ichiko lo sabía por qué en este tiempo que lo ha tratado a descubierto a un hombre gentil que amaba a su familia y que no cerraba su corazón a quienes los amaban de la misma manera.
-Bueno, bueno creo que ha llegado el momento más importante de la tarde, el baile de los novios-Dijo Karamatsu rompiendo el momento.
La idea del baile había sido una idea de Karamatsu, ni Ichiko ni Jyushimatsu encontraron mala la idea y tal como él había preparado, una melodía romántica se escuchó cuando Ichiko con un vestido blanco con corte princesa fue guiada a la pista por Jyushimatsu es un smoking tradicional con corbata y chaleco vainilla.
El baile fue hermoso, lo preparativos excepcionales, con la ayuda de todos y decoraciones de girasoles, lavanda y rosas blancas la fiesta era un éxito, a pesar de las quejas de Ichimatsu, Todoko y Karamatsu habían logrado darle ese toque romántico a lugar sin problema alguno.
-Debes aceptarlo Ichimatsu, Karamatsu tiene buen gusto, solo un poco de menos lentejuelas y woaw obtienes algo muy bueno-Menciono Todoko quien había conseguido que Ichimatsu la llevara a la pista de baile.
-Me sorprende que es tonto no lo haya arruinado-.
-Debes tener más fe en el-Lo abrazo con calidez.
-Jamás-Dijo con el ceño fruncido.
-Eres tan cruel Ichimatsu-Dijo con una sonrisa derrotada sabiendo que el mentia.
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Osomatsu estaba molesto, desde hace rato que había querido acercarse a Choromatsu, pero ese tipo Nakamura había llegado alegrando al chico que ahora estaba a su lado, juntos en esa pequeña mesa cerca del pequeño puente rojo del lugar, la fiesta era un éxito, se repetía a sí mismo, Jyushimatsu conversaba con Ichiko en el gran tatami frente a la pista divirtiendo a su ahora esposa, Karamatsu y Osoko bailaban sin detenerse desde hace rato, Atsushi y Todomatsu paseaban por el jardín de flores en lo que parecía ser un plan del mayor, Ichimatsu y Todoko bailaban a pesar de la quejas del chico; pero Osomatsu no podía apartar su vista de aquella pareja que solo prolongaba su ceño fruncido.
Cuando la canción termino Osoko se acercó a el mientras Karamatsu se dirigía hacia los baños.
-Si sigues con eso te volverás viejo Osomatsu-Dijo divertida la chica.
-¿Qué tiene de bueno el Osoko?, solo míralo-Osomatsu señalo a Nakamura para ella lo viera consiguiendo solo la risa de mujer.
-Bueno es guapo, gentil, noble, gracioso, maduro, escucha a la gente, no se burla de nadie y es un gran acompañante después de todo-Dijo mientras contaba las cualidades del chico con la sonrisa aun en sus labios.
-Cállate, esto es molesto-.
-Tal vez si alguien tocara cierto tema muy importante Choromatsu estaría contigo y no con Nakamura-.
Osomatsu miro de nuevo su copa y luego a Choromatsu, era cierto, Nakamura era genial, sabía que aunque mil chicas lo miraran, para el solo estaba Choromatsu y eso era su mayor miedo.
-Yo amo a Choromatsu, lo amo más que a nadie, pero aun no es tiempo, le prometí a Karamatsu que esperaría al momento en que estuviera bien y no voy a romper esa promesa, en este momento Choromatsu no necesita a un amante, sino a su hermano mayor, y no romperé esa imagen-.
-Si es así, ¿Por qué te preocupa que Nakamura sea su amigo?-.
-Porque... Nakamura está enamorado de Choromatsu-.
Los ojos de Osoko se postraron en chico, sonrió irónicamente, sabía que Osomatsu no era un estúpido para no notar lo estaba pasando ahí, pero no sabía que sería tan directo.
-Eso significa que estas atrapado, sino le dices cómo te sientes pronto, ese chico te lo quitara-.
Osomatsu estaba atrapado en un laberinto que no sabía cómo iba a enfrentar, pero si sabía algo.
Ese chico bonito jamás tendría a Choromatsu.
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-Estas flores son tan lindas Atsushi, me gustaría plantar algunas en casa-.
-Sembraremos tantas como desees Todomatsu-.
-Sí, quiero que..-.
Cuando los ojos de Todomatsu se levantaron pudo ver a su padre frente a ellos, el miedo lo ataco, el recuerdo de cómo terminaron las cosas con sus padres lo hizo retroceder, pudo sentir las manos de Atsushi sobre sus hombros y colocándolo a su lado.
-Todomatsu, Atsushi-Dijo Matsuno con seriedad.
-Lamento haber venido e importunarte, ahora mismo nos vamos, solo déjanos despedir de los demás-Dijo Todomatsu sin poder mirarlo a los ojos.
-Todomatsu, no se vayan, quiero hablar contigo-Dijo con un suspiro Matsuno.
Todomatsu miro a Atsushi y volvió a mirar a su padre, busco una vez más los ojos de Atsushi y encontró su cálida mirada dándole apoyo.
-Lo que tú desees Todomatsu-Dijo Atsushi sin quitar su brazo de su hombro.
-...Esta bien, pero sin que nos alejemos mucho de Atsushi-.
-Lo entiendo-Dijo su padre seriamente.
-Todo estará bien Atsushi-Dijo cálidamente al hombre con una sonrisa.
-Estaré cerca por si me necesitas-Dijo mirando al señor Matsuno y camino un poco más lejos que ellos.
Todomatsu camino a lado de su padre hasta que el hablo.
-Supe que ambos planean abrir un café junto a Ichimatsu-.
-Ah-ah sí, Ichimatsu quiere que sea un Neko Caffe, decidimos que juntaremos los gustos de los cuatro en uno solo, aun Atsushi y yo no sabemos cómo se podrá juntar esto pero sé que funcionara-.
-Todomatsu-.
-¿S-si?-.
-Ese día fui muy cruel... debí de escucharte y pensar mucho mejor las cosas, lo único que conseguí fue que tu madre me odiara por echarte-.
-De una manera u otra lo entiendo, con lo de Choromatsu y que yo haya dicho eso, debes sentirte mal por haber traído al mundo un hijo homosexual-.
-No Todomatsu, yo estuve mal, aun no entiendo cómo funciona esto o porque eres homosexual, solo sé que tu madre tiene razón, siempre has sido mi hijo y yo debí de apoyarte... aunque aún no estoy muy de acuerdo con tu relación con ese hombre debo aceptarlo-.
-¿Eso significa que me perdonas?-Las lágrimas en sus ojos comenzaron a juntarse.
-No Todomatsu, eso significa que yo te pido que tú me perdones-Le dijo mirándolo a los ojos.
-No ah-ah hay nada que per-donar-.
Cuando Todomatsu abrazo a su padre después de mucho tiempo, lloro como un niño cuando el hombre lo abrazo más fuerte, Atsushi solo pudo sonreír ante la escena y solo pudo pedir a los cielos que esto fuera el final de una desgracia.
-¿Él te hacer feliz?-.
-Ca-cada día de mi vida, el me hace feliz-.
-Atsushi, venga por favor-.
Atsushi se llenó de valor, no podía negar el miedo en su corazón pero camino seguro frente a Matsuno.
-Aun no estoy de acuerdo con esta relación, pero si realmente amas a Todomatsu no puedo hacer nada contra eso, solo escucha bien, sin importar que, no te atrevas a dañarlo o yo mismo te matare-.
-Lo hace señor Matsuno, cuidare de Todomatsu siempre-.
Todomatsu no podía estar más feliz de que al fin su padre lo haya aceptado tal como es y que aceptara a Atsushi completaba su felicidad.
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Frente a su casa despidiendo a Nakamura Choromatsu aun reía, se había divertido, no tenía dudas de ello, le gustaba la compañía de Nakamura más de lo que alguna vez allá creído, él era un gran amigo y le gustaba la calidez que su compañía creaba en su corazón.
-Jajajajaja no puedo creer lo divertida que fue la fiesta-Dijo Choromatsu aferrandose al endredon que Ichimatsu le dio antes de salir.
-Ciertamente fue divertido-Dijo Nakamura frente a él.
-Gracias por acompañarme Nakamura, hubiera sido aburrido sin ti-.
-No, gracias a ti por invitarme, me agrado mucho la fiesta-.
La mano de Nakamura toco la suya, solo había sido algo momentáneo, sutil y gentil como solo él era y los ojos de Choromatsu se conectaron a los suyos.
Los ojos de Nakamura brillaban dulcemente, no importaba cuanto Choromatsu intentaba investigar que era lo que había en esos ojos, que era lo que ese hombre quería decirle no lograba descubrir lo que ese chico aun guardaba para sí mismo y no se atrevía a preguntar.
-Lamento la molestia pero Choromatsu, es hora que entres a la casa, si estas más en la silla te cansaras-Dijo Ichimatsu saliendo de la casa.
-Ya voy Ichimatsu-Dijo sin apartar su mirada del medico.
-Te he estado reteniendo todo este tiempo, lo siento Choromatsu-.
-No, no te preocupes, nos vemos mañana-Dijo cuando Ichimatsu movió la silla hacia la casa.
-Si hasta mañana-.
-Hasta mañana Nakamura-Dijo Ichimatsu con un saludo.
-Hasta mañana Ichimatsu-.
Cuando la puerta del hogar Matsuno se cerró Nakamura volteo hacia su camino con la sonrisa mas feliz del mundo en su rostro, hasta que lo vio frente a él con el ceño fruncido y una mirada que irradiaba ira.
-O-osomatsu-san, realmente me asustaste-Dijo poniendo una mano en su pecho.
-Nakamura-.
-¿Qué ocurre?-.
-Deja de pretender a Choromatsu-.
Los ojos de Nakamura se abrieron con pánico, ¿Cómo era que Osomatsu lo sabía?
-No sé qué estas...-.
- Dejémonos de estupideces, no importa cuánto finjas, sé que estás enamorado de Choromatsu-.
Nakamura suspiro pesadamente.
-Bueno ya que lo descubriste supongo que no sé qué más hacer-.
-Aléjate de Choromatsu, sé que eres su médico, pero eres tú el que no entiende que solo eres su médico-.
-Se perfectamente eso Osomatsu-san, también se la condición psicológica de Choromatsu, no planeo forzar nada con él, solo sé que me interesa que Choromatsu mejore, quiero que él pueda ser libre de cualquier atadura con su accidente, quiero que él sea feliz, desde el día en que lo conocí ha sido así, no dejare de amarlo solo porque tú me lo digas-.
-Tu...-Nakamura lo interrumpió levantando su mano.
-Aun no acabo Osomatsu-san, aunque no lo crea yo amo verdaderamente a Choromatsu, más de lo que usted imagina, y si algo llega a pasar entre él y yo es una decisión que solo le corresponde a Choromatsu, así que por favor no venga a intentar amenazarme, yo no hare nada que él no quiera y eso es lo único que le diré-.
Sin más Nakamura camino directo a su casa con tranquilidad y seguro de sus palabras dejando a Osomatsu sin palabras, Nakamura no había sido como Karamatsu, Osomatsu entendió que el hombre que pretendía a su hermano era mucho más maduro de que esperaba, sin violencia ni amenazas Nakamura había expuesto sus emociones con seguridad y eso solo creo en Osomatsu:
Miedo.
Algo estaba pasando, una vez más Osomatsu estaba frente a la misma situación, pero ahora no era igual, frente a el, el miedo de perder a Choromatsu se hacía más fuerte, una vez más un rival había aparecido, se ganaba el corazón de Choromatsu y ganaba terreno.
Y una vez más era por su propia culpa.
Porque no decía las palabras que debía decir y si no hacía nada esta vez.
De verdad lo perdería.