Un bebé un nuevo integrante a la familia.
Habían esperado mucho, esos nueve meses habían hecho eternos para ambos.
No le habían contado de su relación a nadie, puesto que como buenos japoneses eran bastante reservados ambos, que habían empezado a salir después de la preparatoria. Aunque Kuroko bastante suspicaz logro darse cuenta y algunos más después de bastante más tiempo.
A pesar del miedo respetuoso que sentía Furihata a Akashi, pronto se empezó a fascinar con el como persona al tratarlo más y más y frecuentarse.
Era al principio bastante lento, puesto que se iban conociendo, pero Akashi lo visitaba bastante seguido cada fin de semana que podía, cada vez ambos querían acercarse más.
Años después se unieron y aunque el padre de Akashi no estaba de acuerdo y la familia de Kōki lo habían rechazado por ser gay no desistieron de su amor, incluso teniendo que renunciar a bastantes cosas (Como la fortuna en el caso de Seijūrō) ambos persistieron y por fin su unión daba frutos.
Ambos observaban orgullosos y felices el producto de su unión: Un bello bebé de hebras pelirrojas que miraba prácticamente sin ver pues era tan pequeño que aún no sabía diferenciar los colores adecuadamente.
— ¿No es tierno? Se parece mucho a ti Sei…
—Que dices, mira esas mejillas son como las tuyas Kōki—Se cruzó levemente de brazos para mirar a su pareja de reojo.
— ¿Me estás diciendo gordito Sei?
—Yo no he dicho nada de eso.
Kōki hace un puchero pero luego sonríe y besa a su pareja quien es bien correspondido quien le toma la cintura y acaricia un glúteo del Furi quien se sobresalta pero ahoga un suspiro de gusto y vergüenza a la vez
—Aquí no…Hikaru nos ve. —Menciono algo tímido este último apoyando sus manos en el pecho masculino de su pareja.
—Aun no puede vernos bien, es un bebé solo ve manchones…—Akashi tomo del rostro a Kōki y lo beso con toda la pasión que podía ser posible, su esposo corresponde jugando con sus lenguas entrelazando sus salivas y empezando a acariciarse a través de la ropa un poco desesperados por querer sentir algo más de piel y hambrientos de pasión sin embargo cuando empiezan a desvestirse un llanto los interrumpe haciendo que la atención se vaya hacia el bebé.
Seijūrō carga en brazos al bebé con suavidad tratando de detectar que tenía, descubriendo luego el oloroso objetivo.
—Ufff al parecer se hizo encima.
— ¿Puedes sacarle los pañales sucios mientras yo traigo unos nuevos Sei?
Akashi alzo las cejas especialmente alto esta vez ¿Mudar a un bebé? ¿Él? No es algo que hubiera imaginado hacer nunca.
—Kōki, creo que eso te corresponde a ti
—Sei, no te cuesta nada, tu puedes hacerlo. —Furi miro un poco incrédulo a su pareja que no parecía cooperar con ello. — ¿O acaso temes a un simple popó de bebé?
—Por supuesto que no…yo puedo con esto. —Trago saliva, nunca había mudado a un bebé pero no debía de ser tan difícil ¿oh si?
Destapo al bebé que aún lloraba un poco e hizo el proceso lo más limpio posible no ocultando el desagrado que le producía el olor del excremento de bebé, sentía que iba a vomitar cuando dejo el pañal en el pequeño cesto de basura mientras llegaba Kōki con un pañal nuevo para limpiarlo de paso.
— ¿Cómo algo tan adorable puede hacer algo tan apestoso? —No pudo evitar decir, el pequeño bebé veía en dirección a su padre riendo por su tono de voz indignada. A Seijūrō le causo ternura la risa de su hijo y termino acariciando sus mejillas. —Qué lindo…
—Lo es.
—Nuestro primer hijo es tan hermoso. —Se acercó más besando los cabellos que eran tan finos como una pelusita de casi el mismo tono que el solo con un tono levemente más castaño. —Es perfecto.
El bebé bostezo en los brazos de Kōki quien lo empezó a mecer suavemente para dormirlo. Parecía a punto de caer al mundo de los sueños cuando se puso a llorar nuevamente justo cuando Seijūrō quería acariciarlo de nuevo haciendo que este se sobresaltase un poco.
— ¿No debí haberlo tocado?
—No creo que sea eso Sei, al parecer tiene hambre.
—Ya veo ¿Tienes algo de comida para bebes? No te he visto comprarla pero si quieres puedo ir yo por ella.
Furihata niega tratando de calmar al pequeño quien hacia un llanto no muy fuerte pero si insistente.
—Él es muy pequeño para comer todavía eso, por ahora solo necesita leche. Hay que hacer un poco ¿Puedes sostenerlo un poco? Iré a hacer algo de formula.
Sostiene al bebé suave, pero firme mientras su esposo prepara la leche, tratando de calmarlo como puede aunque a veces se distrae con las cosas que el mayor le muestra pronto vuelve a llorar.
—Hikaru, tu padre Kōki está haciendo tu leche. —No estaba seguro si el bebé le entendería, pero al escuchar la voz firme de su padre, en vez de llorar esta vez su hijo hizo un adorable puchero que le toco una fibra muy sensible en su corazón. Quería proteger a esa pequeña vida, a esa inocente vida que recién conocía, el producto del amor con Kōki.
¿Era esto el instinto paternal?
Solo sabía que su hijo y su esposo eran lo más valioso para él.
—Ya traje la leche ¿Se quedó dormido? Están muy tranquilos.
Hikaru estiro las manitas hacia Kōki quien le dio suavemente un biberón con leche especial para bebés de pocas semanas de nacidos al poco rato, el castaño lo coloco suavemente apoyado en su hombro mientras le acariciaba la espaldita para que el bebé sacara eructitos hasta que de pronto se quedó completamente dormido.
El matrimonio Akashi lo llevo a la habitación que tenía varias cosas de bebé y peluches, que incluso Masaomi el padre de Seijūrō quien más se opuso a la unión le había comprado, pues se había quedado enternecido apenas vio a su nieto que parecía la criatura más inocente. Salieron en silencio de ese cuarto y cuando por fin estuvieron en un lugar relativamente mejor para hablar Kōki sacó el habla.
—Sei ¿Cómo hiciste para calmar a Hikaru? Parecía muy relajado contigo.
—No lo sabría decir con exactitud, simplemente parecía entenderme.
—Increíble, nuestro hijo es muy inteligente.
—Lo es. Gracias Kōki por darme un hijo tan hermoso —Beso sus manos haciendo que su pareja lo mirara con infinito amor.
—Gracias a ti por estar a nuestro lado.
— Tú y Hikaru son mi familia, nunca podría abandonarte. Jamás los abandonaría.
Acaricio suave las mejillas de Furihata para besarlas. Este abrazo a Akashi y lo arrastro hacia la cama donde hicieron el amor así como tantas veces, abrazándose cariñosamente.
—Te amo…
—Igualmente Sei ¿Crees que nos costara mucho criar a Hikaru?
—Posiblemente pero pase lo que pase nos adaptaremos. Aunque en verdad que llora fuerte en la noche y no deja dormir bien.
—Sí, llora mucho y es muy demandante, se parece a ti—Furi se rio ligeramente y beso a su esposo quien sonrió y correspondió con algo más de fogosidad.
—Pero la ternura definitivamente la sacó de ti.
—Exageras. No soy tierno.
—Eres hermoso, delicioso y sensual. Tanto así que tengo ganas de hacer un hermano para Hikaru ahora.
—Entonces ¿Qué esperas? ven.
Comenzaron a besar cariñosamente, con todo ese amor que tenían contenido, entregándose en cuerpo y alma aunque fuera un acto tan simple como rozar sus labios. Ambos corazones conectados más allá de lo que ellos mismos creían, comenzaron con las caricias cuando escucharon el llanto de su niño.
—Creo que el hermanito de Hikaru tendrá que esperar. —Kōki se relamió sus labios un poco frustrado poniéndose la ropa al igual que su esposo
—Bueno, al menos estará en proyecto, vamos a atender a nuestro pequeño.
Kōki asintió con una sonrisa tomando de la mano a su esposo mientas se dirigían a atender a su bebé, era una nueva experiencia aún para ambos, pero pronto aprenderían, aunque agotados nunca se arrepentirían de estar juntos y tener ese niño maravilloso que era su hijo.