[Jungkook]
Salí de mi dormitorio con mi mochila en una mano mientras maldecía por lo bajo y comenzaba a correr. Era increíble que el primer día de clases llegara tarde por culpa del estúpido despertador que no había pitado las suficientes veces como para despertarme. Se notaba que las clases habían comenzado hace mucho, pues los pasillos del edificio de los dormitorios estaban desiertos, como si yo fuera la única alma viviente en aquel lugar.
Mi habitación se encontraba en la segunda planta, así que todavía me quedaba bajar las escaleras, llegar a la salida y recorrer por lo menos cincuenta metros para llegar al edificio de música, donde tomaría la clase de rap, la primera del día.
En verdad me gustaba el estilo tan elegante de los dormitorios: las oscuras paredes de madera que formaban las pasillos y las habitaciones; el piso de roble minuciosamente impecable; las puertas, también de madera, de cada una de las habitaciones que tenía cierta elegancia en su estructura; los grandes ventanales que daban a los patios alrededor de los dormitorios; las lámparas sobre la pared que por la noche apenas iluminaban una parte del pasillo; los cuadros que adornaban las paredes con algunas pinturas que seguramente los alumnos de generaciones anteriores habían pintado... Todo era simplemente genial.
Iba tan ensimismado en la maravilla que tenía a mi alrededor que, al doblar la esquina para llegar a las escaleras, no pude evitar chocar con alguien más. El golpe fue tal que lo derribé, cayendo yo también en el suelo, a su lado, sobre mi costado, mientras intentaba comprender qué había sucedido.
-Maldita sea -gruñó alguien detrás de mí, también en el suelo, obviamente furioso por el anterior acontecimiento -. ¡Ten más cuidado, mocoso imbécil! -me gritó mientras se ponía de pie -. ¿Qué no ves que ya voy tarde? -inquirió, mientras lanzaba más maldiciones y recogía sus cosas del suelo.
Al verlo, lo reconocí al instante. Por supuesto, ¡esa voz! Era uno de los raperos de hace días en el evento de bienvenida, el enano, si no me equivocaba. Al momento de reconocerlo sonreí, e imité sus movimientos, poniéndome de pie y recogiendo mi mochila para salir corriendo de nuevo, pero no lo hice al instante.
-No es mi culpa que tu tamaño no me haya dejado verte -le contesté con cierta sorna en mi voz, haciendo que el chico se enfureciera más y, sin importarme, seguí hablando -. Además, está prohibido correr por los pasillos del dormitorio, ¿no leíste el reglamento? -le pregunté inclinándome levemente hacia él mientras le sonreía, inmutable ante su reacción tan colérica.
-¡Eras tú quien estaba corriendo como un retrasado! -me recordó en un grito, con los puños cerrados con fuerza, como si estuviera a punto de golpearme.
-Que rencoroso eres, hyung -lloriqueé con un fingido tono de inocencia, lo que lo impacientó más.
-No tengo tiempo para lidiar contigo -me dijo sin poder decir otra cosa, claramente frustrado, y comenzó su marcha por las escaleras, así que comencé a caminar a su lado sin dejar que me dejara atrás.
-¿A qué clase vas tan apurado, hyung? -le pregunté, volviendo a utilizar ese tono de voz de inocencia.
-Déjame en paz -me dijo sin mirarme siquiera e intentando ir más rápido, pero le seguí el paso.
-Si gustas, puedo llevarte sobre mi espalda; se ve que estás demasiado enojado como para caminar; además, eres tan pequeño que seguramente no pesas nada -seguí hablando, a su lado aun, cuando apenas íbamos a atravesar la puerta principal para salir a los patios.
-Mira niño -me dijo mientras agarraba mi camisa con ambas manos y me acercaba hacia él de un tirón, más agresivo de lo que pensé que sería -, a mí me importa una mierda si eres el maknae de oro o si crees que todos los premios que has ganado te hacen más importante como para joderle las pelotas a los demás. Puedes hacer lo que quieras, pero no te metas conmigo -sentenció para después empujarme y seguir caminando con rapidez hacia su primera clase, cualquiera que fuera.
Realmente creí que iba a golpearme, aunque la idea no me provocaba mucho miedo. La verdad, no era como si no me hubieran pegado antes, así que si él me hubiera golpeado, no me hubiera molestado del todo.
Noté que se dirigía al mismo edificio que yo, así que le seguí el paso, volviendo a alcanzarlo y sin quedarme conforme con la respuesta que me había dado él. Decidí seguir jodiéndolo hasta que llegara el momento de separarnos.
-Que grosero eres, hyung -le dije, situándome a su lado -, tardé demasiado en planchar esta camisa como para que llegues y me la arrugues de esa manera tan agresiva -dije haciendo un puchero.
Él ni siquiera se molestó en contestarme, ignorándome por completo, casi como si fuera caminando solo por el patio. Obviamente, no dejaría que me ignorara. Este chico aun no comprendía quién era yo.
-Hyung, hyung -lo llamé mientras le quitaba la mochila de una de sus manos de un tirón -, se te cayó esto -le dije, lanzando la mochila hacia mi costado por el aire, con una expresión divertida en el rostro -. ¡Oh, por todos los cielos! -exclamé -. También quisiera una mochila que volara como la tuya, hyung. ¿Dónde la conseguiste?
Él, al sentir la ausencia de su maletín en su mano, rápidamente volteó a verme y, al observar la manera en la que su mochila salía volando hacia uno de nuestros costados, sus ojos se prendieron, mostrándose mucho más enfurecido que minutos antes. No tenía ninguna idea de cómo podía reaccionar, y había supuesto que iría a recoger su mochila antes de venir hacia mí e intentar darme una paliza, pero al ver que comenzaba a caminar hacia mí lentamente, entendí que no tenía la menor intención de ir por su mochila sin antes molerme a golpes a mí primero.
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[Hoseok]
Ya eran las 8:30 de la mañana y Yoongi todavía no aparecía en clase. ¿Qué tan tarde se durmió ayer como para haberse quedado dormido por tanto tiempo? Apenas llevaba media hora de retraso, pero ya me había comenzado a preocupar. ¿Y si se había enfermado hoy? Ayer dijo que creía que la comida del almuerzo no le había sentado nada bien, ¿podría tener alguna relación con eso?
Miré el reloj de nuevo, viendo que no había pasado ningún minuto desde la última vez que había visto la hora. Maldito tiempo lento.
Ni siquiera había prestado demasiada atención al profesor de composición de rap, así que me estaba aburriendo e impacientando. El profesor nos dejó un trabajo y salió, diciendo que iría al baño, así que tomé esa oportunidad para llamarlo, necesitaba saber que estaba bien.
Me llevé el móvil a mi oreja para comenzar a escuchar los pitidos y, después de que sonarán tres veces, alguien contestó al otro lado de la línea.
-¿Hola? -escuché una voz jadeante, contestando mi llamada, pero no, esa persona no era Yoongi, esa no era su voz.
-¿Y-yoongi? -no pude evitar tartamudear ante la sorpresa de que alguien más contestara su celular. Él era muy reservado con sus cosas, de modo de que era difícil que alguien hiciera tal cosa como contestar su teléfono en lugar de él mismo.
No obtuve una respuesta inmediata, pero escuchaba ruidos extraños provenir de la bocina de mi móvil. ¿Qué pasaba?
-¿Estás bien? -insistí, esperando que fuera él quien me contestara.
-Ah... ah... uuhh... -jadeaba alguien, que claramente no era Yoongi. No, no podía ser él. -Ah... es-espera, hyung... no... yo... estoy... apunto -jadeo la misteriosa persona, pero seguido de eso escuché una voz que se asimilaba más a la de mi amigo - ¿Qué rayos estás diciendo? Devuélveme el puto teléfono si no quieres que te vuelva a partir... -y colgó. La llamada, por alguna razón, se cortó, y yo aún no entendía nada de lo que estaba pasando.
Con que Yoongi tenía ese tipo de fetiches, vino un pensamiento a mi cabeza, totalmente fuera de lugar. ¿Qué me pasaba al pensar en eso? Ya llevábamos de amistad más de cinco años y ni siquiera sabía nada acerca de eso... Supe que debía calmarme y dejar de pensar en eso. Era algo extraño, pero me había sentido mal ante la reciente revelación...
-Oh, Hobi, ¿te encuentras bien? -escuché que Namjoon hablaba a mi lado -. Estás sonrojado -se fijó, mirándome con preocupación -. ¿Qué te dijo Yoongi? -me preguntó, guiñándome el ojo.
-¿Yoongi? -murmuré, sin saber qué decir -. Él... sonaba algo... agitado -dije sin mirarlo, intentando que las palabras no salieran entrecortadas.
-¿Agitado? Seguramente venía corriendo porque se le hizo tarde, como siempre -me dijo él, intentando calmarme, riendo.
-Él... estaba con alguien más -volví a repetir el mismo tono de voz de monotonía, sin saber cómo reaccionar.
-¿Qué? -preguntó simplemente.
-Namjoon -lo llamé, lloriqueando -, ¿tú crees que Yoongi esté con alguien más? Tú lo sabías, ¿cierto? Y, aun así, ayer él... me invitó el almuerzo -dije, casi al borde del llanto, pero sin levantar demasiado la voz para no llamar la atención de los demás -. ¿Por qué Yoongi me invitaría el almuerzo si tenía pareja?
-¿Qué estás diciendo, Hoseok? ¿Pareja? ¿De qué hablas? -me preguntó frunciendo el ceño, aún más confundido que yo.
Pero antes de que pudiera llegar a contestarle, la puerta del aula se abrió y vi al profesor tomando de la ropa a Yoongi y a... ¿Qué no ese era Yoonwa? ¿Qué rayos hacía Yoongi con Yoonwa? ¿Fue él quien me contestó su teléfono? ¿Acaso estaban saliendo? ¿Por qué Yoonwa traía su ojo izquierdo irritado, como si alguien lo hubiera golpeado? ¿Que no él había muerto? Eso fue sólo en el dorama, imbécil. Entonces... ¿qué estaba pasando?