El Capitán llevaba cargando a Tony como un costal de papas por todo el pasillo, hasta que llegó a su habitación, abrió la puerta y arrojó al menor sobre ella, de inmediato se dio la vuelta para cerrar la puerta con seguro para evitar interrupciones, seguido se giró para observar a millonario que recién salía de su trance.
-¿¡Qué rayos te pasa!? –gritó enojado el genio que se estaba reincorporando en la cama; sentándose sobre la misma, observó como el rubio caminaba hacia él. –¿¡Sabes qué!? ¡Olvídalo! ¡Me largo! –terminó de decir para levantarse de la cama y caminar hacia la salida pero fue detenido por el Icono de América que lo volvió a levantar y otra vez lo arrojó sobre ella y esta vez se posicionó encima del menor.
-No, no te iras hasta que terminemos de hablar. –la voz del rubio sonó seria y con un desdén de autoridad. –Al menos hasta que aclaremos todo.
-¡Bien! –al menor ya no le quedaba de otra, sabía que tarde o temprano tenía que afrontar a su exnovio. –Te escucho, pero no te tardes. –se tranquilizó un poco. –Ahora quítate de encima. –a lo que el rubio obedeció y se sentó al lado del genio a lo que el castaño de igual manera se acomodaba.
El rubio respiró hondo y miró a su castaño. –Tony, yo… lamento todo lo que te dije, no debí haberte dicho todo eso sabiendo que no te lo merecías, perdón.
El menor frunció el ceño. –No, no debiste decirme todo eso sin siquiera hablar conmigo ¿Sabes cómo me sentí en ese momento? ¡Como la mierda! Creí que había hecho algo mal ¡Porque claro! ¡Siempre es culpa de Tony! –dijo con ironía.
-Tony…
-Y ahora vienes y crees que con un simple lo siento esta todo arreglado. –comenzó a respirar de manera agitada llevándose una mano al pecho para calmarse y de alguna manera logró, no quería verse débil. –¡Maldición! ¿¡Por qué mierda pensaste que yo te sería infiel!? ¡Incluso te perdoné que hayas besado a Sharon! ¡Estando aun en una relación conmigo! ¿¡Y ahora me sales con que yo soy el infiel!? –el castaño a este punto ya se estaba desahogando, necesitaba sacar todo lo que sentía. –Solo, ¿por qué lo pensaste? ¿Realmente no confías en mí ni en lo más mínimo? –esto último salió con tristeza.
El rubio sabía muy bien que había hecho mal, a este punto estaba desesperado. –¡Porque sentía celos! ¿¡De acuerdo!? Porque últimamente solo se trata de ¡Bucky y tú! Y me hacen a un lado a mí, Por eso no me costó creerlo, ¿Cómo crees que me sentía? Cada vez que hablabas con Bucky sobre un tema que yo no entendía y me ignoraban, llegué a pensar que preferirías estar con él antes que yo.
-¿Y no te pusiste a pensar en cómo me sentí yo cuando lo elegiste a él antes que a mí? O cuándo recién llegó al complejo solo era James y Tú ¿¡Cómo crees que me sentía!? ¿Verdad qué no se siente bien que te paguen con la misma moneda? Además, ¿¡No eras tú el que quería que nos lleváramos bien!? ¡Así que no me jodas! ¡Maldita paleta helada! –terminó de gritar para recupera el aire que había sacado de una sola vez, el castaño miró al Capitán y no pudo evitar soltar unas lágrimas. -¡Puta madre! ¡Y todo esto porque te amo! ¡Maldición! ¿¡Por qué tenía que enamorarme de alguien como tú!? –comenzó a sollozar más rápido, limpiándose el rostro con las mangas de su camisa.
El Capitán se quedó quieto por unos momentos, era verdad, jamás se detuvo a pensar en cómo se sintió su Canelita en aquellos momentos y ahora que él lo sufrió lo entendía, no sabía cuánto daño le había hecho al amor de su vida. Sin más el rubio se acercó hasta el genio y lo atrajo a sus brazos, quería abrazarlo, tenerlo entre sus brazos y hacer que dejara de llorar; el menor no se opuso, se dejó abrazar, realmente extrañaba los fuertes brazos del rubio rodeándole, lo hacían sentir protegido. –Yo también te amo Tony. –Olió el cabello del castaño llenándose de su aroma, le encantaba, no sabía por qué pero siempre olía a café muy dulce con canela, a un buen punto para no empalagar por lo dulce ni amargar porque le faltaba dulzor. –Realmente te amo Tony, daría mi vida por ti, de eso no lo dudes.
-Eres un idiota… -sollozó el genio.
-Lo soy…
-Eres un tonto…
-Tienes razón.
-Ojalá te violen…
-¿Qué? –el rubio se confundió creyendo haber escuchado mal.
-Que ojalá no hubieras utilizado tanta violencia.
-De… acuerdo… -el Capitán suspiró más relajado, su castaño estaba comenzando a calmarse, quizá era necesario que se desahogara, guardarse tantas cosas solo daña a quien lo hace. –Tony… yo realmente lo siento, haré cualquier cosa para que me perdones.
-No hace falta Steve. –se separó de los fuerte brazos del contrario para mirarlo a los ojos. –Te perdono…
-Gracias Tony… -el rubio por fin podía respirar tranquilo, ahora solo faltaba que volvieran a estar juntos, y juraba por Dios que si esto era otro sueño se volvería loco. –Por cierto, lo que pasó con Bucky…
-No pasó nada Steve, de seguro fue un mal entendido obviamente siendo parte de su malévolo plan. –comentó una vez carburando por completo.
-¿Qué plan? –el rubio se extrañó.
-Pues… -el castaño se llevó una mano a su nuca. –Como venganza James y yo planeamos hacerte sentir celos por no confiar en mí.
-Oh…
-¿Estás enojado? –preguntó con algo de temor en su voz.
-No, no estoy enojado, supongo que con esto aprendí a que no debo dejarte ir porque realmente sentí que te perdía. –el castaño al oír eso se relajó.
-Bien… -de inmediato sintió como el rubio lo jalaba de vuelta hacia él pero esta vez, en vez de abrazarlo, lo besó en los labios muy apasionadamente acto que fue correspondido por el menor, después de unos segundos se separaron. –Eres un atrevido Steve, ni siquiera somos novios.
-Lo que me recuerda. –el rubio lo miró con ternura, ver el rostro de su canelita con un gran rubor y con sus ojos aun cristalizados le hacía perder el control. -¿Quieres empezar de nuevo? ¿Quieres ser mi novio?
-Claro que sí… pero esta vez confía más en mí.
-Esta vez no voy a dudar de todo tu amor y ni tú de mí. –finalizado esto se volvieron sumir en un profundo beso.
El beso se alargó demasiado, el mayor hizo que el menor se recostara sobre la cama sin detener aquel beso, y así el rubio quedó encima del millonario.