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Engañados por cancion del viento

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

La luz natural comenzaba a adentrarse por la ventana, eran alrededor de las 8 de la mañana, y la feliz pareja se encontraba todavía en la cama. El primero en despertar fue Steve, que por su reloj biológico abrió sus ojos a las 7 de la mañana, sin embargo no se levantó a hacer sus ejercicios como normalmente lo hacía, la razón, es simple, es porque un cuerpo estaba encima de él plácidamente dormido y en teoría no quería despertarlo, por una vez que no hiciera sus ejercicios matutinos no pasaría nada, además de que estaba muy cómodo al lado del castaño, por fin las cosas se habían arreglado y sonrió de recordar lo que hicieron la noche anterior.

En la habitación solo se escuchaba los suspiros que soltaba el genio mientras dormía y uno que otro balbuceo o sonido gutural que enternecían al rubio, verlo tan tranquilo e indefenso solo podía verlo él y nadie más, frunció el ceño de recordar que Bucky también tuvo ese privilegio, el rubio siguió sumido en sus pensamientos hasta que un balbuceo del filántropo lo distrajo.

-B... J… Ja…mes… -okay, el rubio no esperaba escuchar el nombre de su mejor amigo, solo se enojó y trató de calmarse, prefirió seguir escuchando. –N… no… -el Capitán se confundió, “Está negando algo, ¿Pero qué?” pensó el ojiazul, dicen que si hablas dormido tienes que tener cuidado porque solo sacas la verdad. –Te… co… mas… son… mías… -“¿comerse?” pensó Rogers. Y de un momento a otro el genio se levantó muy rápido atrayendo la atención de Steve que lo miraba sorprendido. –¡Mis donas! –de inmediato el Capitán lo tranquilizó y entendió que Tony sueña hasta con las donas.

-Calma Tony… -palmeó su espalda lentamente. –Tus donas están a salvo… -sonrió y se sintió aliviado de haber escuchado eso que alguna otra “cosa”.

-Steve… -se recargó en el pecho del nombrado. –Te amo…

El rubio abrió sus ojos sorprendido, vaya manera de comenzar el día, por lo regular era él quien decía esas palabras primero. –Yo también Tony… no te imaginas cuanto… ¿Pero a qué viene eso?

-Pues… aparte de que te amo en verdad… fue porque tuve un sueño muy extraño…

-¿Quieres halar sobre eso? –sabía que Tony a veces tenía pesadillas, pero no pensó que las había tenido, después de todo durmió muy tranquilo, tal vez por eso balbuceaba mucho.

-Soñé que te convertías en una dona de chocolate y eras devorado por policías… -en cierto modo el millonario estaba avergonzado y el rubio no sabía cómo contestar a eso. –Y que James se comía la última dona del planeta… fue horrible…

-Tony… solo fue un sueño… -suspiró divertido. –Además creo que tienes un serio problema con las donas… tal vez deberías dejarlas por un tiempo…

-Vete a la mierda. –se enojó el castaño. –Con las donas no te metas.

Y después de eso ambos se rieron con tanta paz, había pasado tiempo desde la última vez que hicieron eso, simplemente eran el uno para el otro y como quien dice de los errores se aprende.

Un rugido del estómago del castaño se escuchó. –Tengo hambre… aparte de que no cené comida… comí otra cosa… -dijo con picardía.

-A mí me encanta tu sabor Tony… -contestó con igualdad, después de eso se dieron un beso en los labios que duró poco pero que demostraba cuanto se habían extrañado.

El Capitán se levantó de la cama, fue al baño y se vistió. –Voy a hacer el desayuno.

-Yo volveré a dormir. –se acurrucó en la cama. –Son las 8 de la mañana, todavía es temprano, me avisas cuando el almuerzo esté listo.

Rogers miró divertido a Stark, el cómo se acurrucaba le provocaba hacerlo suyo otra vez, “Tranquilízate” pensó algo ruborizado. –De acuerdo. –dicho esto salió de la habitación con dirección a la cocina.

Steve llegó hasta la cocina y se encontró con la mayoría de los vengadores que lo miraban con una sonrisa insinuante, sabían que algo había pasado, tal vez los gritos de Tony se escucharon por toda la torre.

-Vaya vaya vaya… -comenzó el arquero. –Steve hoy estas muy feliz. –después de todo el Capitán venía con una sonrisa radiante.

-Supongo que las cosas se arreglaron ya… -comentó Banner, que estaba sentado en el sofá con una taza de café recién hecho.

-Si… -se relajó el Capitán. –Aunque… golpeé a Bucky… muy fuerte.

-Era necesario. –corroboró Natasha.

-Por cierto, ¿dónde está? –cuestionó Thor.

-No lo sé… respondió Wanda. –Tal vez está frustrado por haber perdido contra Steve.

-No lo creo. –el Capitán caminó hacia la estufa. –Pero ya no importa.

Mientras tanto en la habitación del Icono de América, un millonario estaba completamente desnudo durmiendo en la cama de Rogers, solo estaba cubierto por las sabanas, cuando entró sin aviso el soldado de invierno.

-¡Anthoska!

-¿¡Qué mierdas quieres!? –se levantó enojado. -¿¡No ves que estaba dormido!?

-Sí, lo noté.

El castaño menor suspiró. -¿Qué pasa?

-Nada, solo vengo a ver si puedes levantarte. –sonrió con burla.

-Lo que me hizo Steve con su Capianaconda no es nada. –dijo con soberbia. –Pero igual fue asombroso y… y… creo que voy a cojear por un rato. –se sobó la cadera. –Por Dios, parecía como si nunca lo hubiéramos hecho, técnicamente me embistió sin piedad.

-Eso es demasiada información… -comentó Barnes. –Como sea, vístete y vayamos a desayunar.

Rato después, ya todos se encontraban desayunando, por fin el ambiente se había relajado, y nadie quiso hablar sobre el tema, era mejor así, y así podrían ahorrarse otro malentendido. Hablaban sobre cosas sin importancia, sobre sus misiones mientras comían, no fue hasta que un portal se abrió en medio de la cocina atrayendo la atención de todos, y de éste salió nada más y nada menos que el Hechicero Supremo.

Todos vieron con confusión al recién llegado, no entendían porque había venido y sin previo aviso se acercó hasta Stark que estaba sentado en una de las sillas, lo jaló contra él y lo abrazó sobreprotectoramente, como si fuera lo más valioso del mundo.

-Me acabo de enterar que tuviste una pelea con Rogers y por eso rompieron. –sujetó el rostro del millonario. –Pero no te preocupes Rollito, yo cuidaré de ti… –Y sin previo aviso le tendió un profundo beso al menor en los labios, sorprendiendo a todos y provocando que un Steve hirviera en celos.

-Wow… -fue lo único que pudo decir Bucky. –Éste si llegó lejos…

-Aquí vamos de nuevo… -se frustró la espía.

De inmediato el Capitán se levantó de su asiento, y fue directo a quitarle al doctor a su Canelita. –¡Aléjate de él! ¡Es mío! –se enojó, y al instante abrazó a Tony de la misma forma en que Strange lo había hecho.

-El vivir con los vengadores nunca te aburre… -Se burló el soldado.

Notas finales:

¡Nos vemos!

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