Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rebirthing || Villain Katsuki por Kuroyami Mirai

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Lo odio todo acerca de ti, pero te amo.

 

 

La luna se alza sobre nosotros, el viento gélido hiela la piel de mi cara, pero nada de eso me preocupa. Es mi trabajo hacer el patrullaje para proteger esta estúpida ciudad y patear unos cuantos traseros hasta hacerme con el puesto del Héroe número uno.

 

—Si no cambias esa cara de perro, asustarás a los niños.

 

Es la octava vez que lo escucho decir eso desde que salimos de la agencia. Kirishima es un buen amigo la mayor parte del tiempo, pero es adicto a la adrenalina, por lo tanto, adora sacarme de mis casillas. Juro que si me repite lo de mi cara una vez más, le romperé el tabique de un golpe. Finjo que lo escucho mientras escaneo las calles en busca de amenazas, concentrándome en mi trabajo.

 

— ¿Hace cuánto no echas un polvo, hermano? Tal vez así nos alegras el día y dejas de hacer esa cara —continúa, tentando su suerte.

 

Lo encaro con la peor mueca que puedo componer, pero él no se ve afectado. Llevamos tanto tiempo trabajando como compañeros que está acostumbrado a mis miradas asesinas y esto sólo me irrita el doble. Kirishima se alza de hombros con naturalidad, entonces apoya sus manos en la parte trasera de su cabeza y camina despreocupadamente a mi lado.

 

—Deja tus mierdas para otro momento, Kirishima. Tenemos trabajo que hacer —sé que he sonado como un cabrón aguafiestas, pero no me importa.

 

Él me sonríe fácil y deja caer el peso de su brazo sobre mis hombros en un gesto fraternal. La acción es tan natural que no me inmuto y sigo caminando.

 

—Oh, vamos, Katsubro. Confía en tu hermano. Cuenta, ¿cómo te ha ido en esas citas de las que no quieres hablar?

 

— ¿De qué cojones estás hablando? —Sacudo su brazo de encima de mí. Odio cuando él pretende involucrarme en sus mierdas. No me interesa hablar de mis ligues de una noche, ni mucho menos contárselo a este idiota. Sexo es sexo, no hay por qué alardear de algo tan estúpidamente natural.

 

—Tal vez si te consigues una linda novia, dejarías de tener esa cara de mierda. Hermano, vuelves locas a las mujeres. No me digas que no lo has notado. Esa forma en que te miran cada vez que entras en acción, babeando cuando te ven con este traje —codea mis costillas y me guiña un ojo, pretendiendo que yo comprenda un mensaje en el cual no estoy interesado. Sus ojos quieren hablarme telepáticamente, pero lo ignoro.

 

—Mejor centra toda esa energía en trabajar y déjame en paz. Aún tenemos que atrapar a ese villano.

 

—Bah, será pan comido —hace un gesto despectivo con su mano y después vuelve a su posición relajada, con las manos tras su cabeza—. Según el reporte de la policía, es un asaltante estúpido que se salió un poco de control. Cielos, realmente hay gente inútil que no sabe qué hacer con sus Quirks*.

 

Ruedo los ojos, porque ya no puedo soportar el parloteo de Kirishima. Realmente el sujeto que buscamos no es una verdadera amenaza, pero se ha estado escabullendo de las autoridades por dos días y nuestra agencia cuenta con nosotros para atraparlo. No puedo permitirme una mancha en mi historial, aún quiero ser el número uno y superar a Deku. El imbécil me lleva la delantera desde hace un par de meses, pero definitivamente voy a superarlo.

 

Lo aplastaré.

 

— ¡Wow, hermano, tu cara da miedo! —Chilla Kirishima, dando un pequeño salto. Un gato maúlla en el callejón a nuestro lado en cuanto lo ve saltar y yo chasqueo mis dientes—. ¿Estabas pensando en Midoriya?

 

Detengo mi marcha de inmediato y lo miro. — ¿Cómo lo sabes?

 

La irritante sonrisa de Kirishima se expande por toda su cara, quiero borrársela de un golpe. —Siempre pones ese tipo de expresión cuando se trata de Midoriya.

 

¿Qué? ¿En serio? ¿Desde cuándo?

 

Siento el peso de la mano de Kirishima en mi hombro, su gesto me toma por sorpresa. Cuando alzo la mirada para verlo, noto que tiene el pulgar levantado.

 

—No te preocupes, lo entiendo.

 

— ¿Qué cojones entiendes?

 

—Te gusta Midoriya —dice con naturalidad y yo exploto.

 

— ¡¿Ha?! ¿Quién coño te dijo que me gusta ese bueno para nada? ¡Es una mierda, un insecto! ¡Lo aplastaré! ¡Voy a usar su espalda de peldaño y voy a ser el número uno! —Vomito las palabras a toda velocidad, pero Kirishima no se ve nada afectado.

 

—Está bien —dice tranquilamente, sacudiendo su cabeza—. No se lo diré a nadie. Puedo guardar tu secreto.

 

— ¡No lo necesito! ¡Demonios, yo odio a Deku!

 

—Lo que digas, hermano —responde, caminando despreocupadamente delante de mí.

 

Me quedo de pie frente al callejón, viendo su espalda alejarse mientras sus palabras vuelan dentro de mi cabeza hasta hacerla palpitar. Aprieto los puños, frustrado, y cuando Kirishima ha desaparecido de mi campo de visión, noto que mis dientes rechinan y que me duele la mandíbula por tensarla tanto.

 

¿A mí… me gusta Deku? ¡No! ¡Eso es imposible! Esa pequeña mierdecilla es la cosa que más odio en la vida. Lo único que quiero es aplastarlo, por eso no puedo dejar de pensar en él.

 

Sí, es eso. Estoy seguro.

 

Escucho un ruido proveniente del callejón a mi lado y mis pensamientos se ven interrumpidos. Hay algo moviéndose entre las sombras, escucho voces. Rápidamente alzo la vista en busca de Kirishima, pero el muy imbécil me dejó solo. De seguro ni se ha dado cuenta y sigue parloteando consigo mismo. Juro que voy a patear su duro trasero en cuanto nos reunamos en la agencia, pero ahora, más importante…

 

Entro en el callejón, entrecerrando los ojos para enfocar mi vista en la oscuridad. El gato de antes ya no está, por lo que hay una soledad aplastante. Sigo escuchando las voces, parece que alguien está gritando, pero se oye tan lejano que sólo puedo entender unos vagos mugidos. Cuando llego al final del angostillo, noto que éste conduce a la puerta trasera de una bodega. Es un edificio antiguo, apesta a humedad y a basura y ratas muertas.

 

Una parte de mi cabeza me dice que de seguro se trata de una pelea entre vagabundos, pero la otra, la más tranquila, me dice que en esta parte de la ciudad el nivel de delincuencia es bastante alto. Las probabilidades de que sea un villano no son nulas.

 

Pego la espalda a la mugrienta pared, se siente húmeda y viscosa, pero necesito mantener el perfil bajo por el momento. Asomo un poco la cabeza por el umbral de la enorme puerta de metal. El interior está en penumbras, pero escucho las voces una vez más, ahora estoy seguro, son dos personas. Hay un ajetreo en el interior de la bodega, se escuchan pasos resonando en el cemento. Alguien está corriendo en el interior. Desde aquí también puedo escuchar gemidos y jadeos, algo como un llanto y un grito.

 

¿A dónde crees que vas, héroe?

 

Aquella pregunta me saca de balance porque por un instante pienso que esa voz se refiere a mí, pero entonces oigo otra voz, más aguda, irregular… conocida.

 

¡No, déjame!

 

Todo mi cuerpo reacciona de inmediato en cuanto descubro que es la voz de Deku. No tengo ni una maldita idea de por qué está allí, no obstante, actúo antes de que mis pensamientos procesen lo que está pasando.

 

Entro a la bodega a toda velocidad, pero las penumbras me desorientan y la furia hierve dentro de mi sistema. Hago explotar mis palmas, apuntando al techo. La luz momentánea me permite ubicarme y al mismo tiempo, advierte al villano de mi presencia.

 

Bien. Eso es lo que quiero. Ven a por mí, para que pueda sacarte toda la mierda.

 

Parecen que han venido a por ti, héroe. —Escucho decir al sujeto, pero se mantiene en susurros, no está cerca.

 

Mis ojos recorren el lugar, está muy oscuro, pero estoy alerta. No me van a tomar por sorpresa. Pequeñas chispas salen de entre mis dedos, no dan mucha luz, aunque es suficiente para iluminar todo a mi alrededor.

 

— ¿Kacchan?

 

Reacciono a la voz de Deku y hago que mis palmas exploten otra vez, una apuntando a la otra, logrando un gran estallido de luz que sólo dura un instante. Deku está aquí, tengo que encontrarlo. Tengo que sacarle la mierda al desgraciado que lo tiene encerrado en este maldito basurero.

 

— ¡Sal, escoria! ¡Ven aquí para que pueda arrancarte las pelotas! ¡Da la maldita cara! —grito con todas mis fuerzas, pero la única respuesta que obtengo es una desagradable carcajada.

 

— ¿Para qué? No necesito que interfieras, héroe. Tampoco me afectan tus provocaciones. Tengo todo lo que necesito aquí, conmigo —la voz del hombre se apaga en el aire y el llanto de Deku inunda el lugar. No sé qué mierda le estará haciendo, pero debe estarlo torturando.

 

— ¡Demonios! ¡¡Deku!! ¡¿Tú no eras el maldito número uno?! ¡Deja de actuar como una nena y sal de aquí! ¡Puedes librarte de ese tipo con facilidad! ¿¡Cierto!? —Exploto, pero no recibo otra respuesta además de sus sollozos. ¿Qué coño está pasando? Deku no es tan débil. Corro por todo el maldito vertedero lleno de cajas y piezas de metal oxidadas, explotándolo todo a mi paso. Debe estar en algún lugar. Voy a encontrarlo y después voy a darle una paliza.

 

— ¡Kacchan, sal de aquí! —lo escucho gritar cuando hago explotar mis palmas una vez más. El lugar ha empezado a tambalearse. Algunos escombros caen a mi alrededor, pero no me importa, no lo soporto. Estoy desesperado y sólo puedo pensar en una cosa.

 

— ¿Dónde mierda estás? —grito de nuevo, corriendo al piso de arriba, reventando una pared para adentrarme en una especie de oficina. Igual que el resto del lugar, está a oscuras, pero la luz de la explosión me permite ver una silueta de pie, justo en frente del ventanal que deja ver todo el interior de la bodega.

 

El sujeto a contra luz, se mueve para esquivar los escombros y vuelvo a reventar mis manos. Se refugia en mi punto ciego, su silueta trata de alejarse, pero no lo voy a dejar escapar. Alzo mi brazo y aprieto en mi dedo el seguro de la granada de mi traje. Bien, está cargada. No quería usarlo en un lugar tan cerrado, este edificio tan viejo podría venirse abajo, pero necesito rescatar a Deku.

 

—Kacchan…

 

Lo escucho gemir en un algún lugar dentro de la oficina, está cerca. Hago una pequeña explosión con mi otra mano para iluminar el sitio y lo veo en un pequeño instante. Apenas puedo distinguir su pelo todo despeinado y su brillante traje vede.

 

Está en el suelo, cerca de la ventana, justo donde antes estaba el sujeto. El cual no se ha movido de su nueva posición porque lo estoy apuntando con mi granada. Hace un movimiento en falso y lo reviento. Sé que él puede leer la convicción en mis ojos y alza los brazos en señal de rendición.

 

Me acuclillo un poco, extendiendo una pierna por el suelo para mantener el equilibrio, sin dejar de vigilar al sujeto o de apuntarlo. Apenas observo de soslayo que Deku se está arrastrando por el suelo hasta mí, sus quejidos de dolor llenan mis oídos y sólo puedo preguntarme qué tan herido está.

 

—No dejes que se te acerque, Kacchan —dice Deku, llegando a mi lado.

 

Su puño se cierra en la tela de mi pantalón para hacerme saber que está bien, pero el temblor que percibo en su mano lo contradice. Me inclino un poco en su dirección y lo sostengo bajo mi ala contra mi costado. Él se sostiene sobre sus rodillas para llegar a mí, se aferra a mis hombros. Siento algo caliente y húmedo mojando mi camiseta, proviene de Deku. ¿Sangre…? Maldición.

 

—Su Quirk… —Susurra Deku cerca de mi oído, su aliento me estremece. Su voz es tan rasposa que parece que desayunó rocas y todo su cuerpo tiembla contra el mío. Todo él me dice, sin tener que verlo, que está muy herido y que apenas se puede mantener despierto.

 

— ¿Qué tiene su Quirk? —pregunto, ajustando mi brazo a su alrededor para que no caiga. Con un demonio, parece una muñeca sin baterías. ¿Qué le pasa?

 

—Es como Aizawa-sensei… puede anular otros Quirks. Pero necesita… tocarte.

 

— ¿Eso es lo que hizo contigo? ¿Por eso te ha dado una paliza?

 

—No estoy muy seguro… —Deku entierra su cara en el hueco entre mi cuello y mi hombro, el rocío en mi piel me advierte que está llorando. Los temblores se hacen incontrolables cuando el tipo empieza a reír. Deku parece que se ha hecho de gelatina y tengo que sostenerlo más fuerte. ¿Qué demonios le habrá hecho este tipo para que le tenga tanto miedo?

 

— ¿Puedes moverte tú solo? —pregunto, porque no puedo ver su estado.

 

Lo siento sacudir su cabeza sobre mi hombro, negando. Creo que está por perder la conciencia. Ajusto el agarre de mi brazo en su cintura y lo sacudo con fuerza.

 

— ¡Deku! ¡Carajo, mantente despierto! ¡No te atrevas a desmayarte encima de mí! —grito, pero él parece no reaccionar.

 

—Los jóvenes héroes de hoy en día…, son tan apasionados. Mi viejo corazón está conmovido —dice el sujeto, sin dejar de reír—. Ese chico dio bastante guerra, es una pena. Si no fuera el legado de OneForAll, lo habría acogido.

 

— ¿De qué coño estás hablando? —Exploto, sintiendo el ardor quemando mis párpados. Ahora soy yo el que tiembla, el miedo y la ira mezclándose en mi interior y todo porque… Deku ya no se mueve.

 

—Tú, sin embargo, eres perfecto. —Continúa el hombre con una voz jovial, ignorando mi pregunta—. ¿Qué dices, chico? ¿Te gustaría unirte a mí?

 

— ¡Vete al infierno! —Rujo, liberando de inmediato el seguro de mi granada. La explosión sale disparada en dirección al hombre, el lugar resiente el poder de mi Quirk. Escombros llueven desde todas direcciones, el suelo tiembla bajo mis pies, pero nada de eso me importa—. Deku… —digo, sosteniéndolo—. No te preocupes, maldito nerd. Te sacaré de aquí. —Lo sostengo en mis brazos, sigo escuchando la risa lunática de ese sujeto, pero la ignoro. Deku es toda mi prioridad.

 

Corro con él en brazos, atravieso la salida de la bodega a toda velocidad justo antes de que el edificio se venga abajo. A mi espalda sólo hay ruinas y frente a mí, hacia la salida del callejón, se reúnen los curiosos y las autoridades. Las explosiones debieron advertir a alguien de lo que estaba pasando.

 

Las luces de las ambulancias iluminan la oscuridad al tiempo que migajas de nubes caen sobre nosotros. El cielo está enfurecido, se derrama en gruesas lágrimas y ruje con poderosos truenos, apagando el fuego con la lluvia gélida que cae sobre mí como si cada gota pesara una tonelada.

 

Todo mi mundo está centrado en Deku. Está inconsciente entre mis brazos, y gracias a las luces de las ambulancias, puedo ver qué tan herido está su cuerpo. Su traje quedó hecho jirones, su piel blanca contaminada con moretones, cardenales y una profunda herida en su estómago ha inundado mi ropa con su sangre. Su cabello está pegado en su frente por el sudor, la suciedad y ese asqueroso líquido que se ha tornado purpúreo.

 

Lo sostengo más fuerte y lo sacudo, pero él no quiere abrir los ojos.

 

— ¡Deku! ¡Deku! ¡Mierda, no te atrevas a morirte! ¡Juro que te daré una paliza tan grande que no podrás salir del hospital por el resto de tu vida! ¡Deku! ¡Maldición! ¡Estoy hablando en serio, maldito nerd! ¡Despierta! ¡Despierta ya!

 

— ¡Bakugo! —escucho la voz de Kirishima llegando hasta mí. No despego mis ojos del cuerpo laxo de Deku, pero soy capaz de escuchar sus gruñidos y protestas para con las autoridades—. ¡Déjenme ir, es mi hermano! —grita desesperado.

 

—Es peligroso acercarse —dice uno de los oficiales—. El edificio colapsó, aún estamos tratando de apagar el fuego.

 

— ¡Bakugo! ¡Hermano! —grita Kirishima, y yo no lo escucho. No puedo.

 

Estoy sentado en el suelo con Deku sobre mi regazo, lo sostengo en mis brazos con fuerza, no quiero dejarlo ir. No quiero despertar. No quiero moverme, porque si lo hago, voy a terminar aceptando que Deku ya no volverá.

 

De repente, de las llamas sale esa molesta voz que pensé había extirpado de la faz de la tierra. Es el sujeto de antes, el que ha dejado a Deku así, el que me lo arrebató.

 

—Voy a matarte, desgraciado —digo, sin moverme. Deku está apretado por mí contra mi pecho. Necesito protegerlo. Este sujeto ya no le hará nada, lo prometo.

 

—Que hermoso cuadro —dice, apareciendo delante de las llamas. Entonces me permito apreciarlo. Es muy alto e imponente. Viste un inmaculado traje que apenas se ha ensuciado un poco a pesar de todo lo ocurrido y su cabeza está cubierta por un casco de hierro azabache.

 

—Maldito, te voy a reventar.

 

—Sería un placer —dice, haciendo una reverencia—. Sin embargo, puedo ofrecerte algo mejor. Puedo devolverte a tu amado “Deku”, siempre y cuando no tenga su Quirk.

 

— ¿De qué estás hablando? Tú fuiste quien lo asesinaste, ¿y ahora estás hablando de revivirlo? ¡Voy a matarte!

 

Las autoridades hacen el intento de acercarse, pero el hombre del casco levanta su mano y una pared enorme semitransparente bloquea el acceso al callejón. La ambulancia y los gritos de Kirishima incluso se escuchan más lejanos.

 

—Bien, así no nos molestarán. —El hombre toma una pausa para apreciar la escena en frente de él: Yo, en el suelo, sosteniendo a Deku con todas mis fuerzas. Mis ojos están nublados por la ira, sin embargo—. Una espléndida mirada —susurra, pero soy capaz de escucharlo—.Tuve que matarlo, porque era el heredero de mi peor enemigo, All Might. Pero, honestamente no tengo nada en contra del chico. Por tanto, hagamos un trato. Puedo otorgarte un Quirk, uno que te devuelva a tu chico.

 

— ¿Por qué harías algo así? —pregunto extrañado, aunque puedo sentir que la ira en mi interior se disuelve lentamente. De pronto estoy interesado en lo que sea que vaya a decir.

 

—Porque ninguno de vosotros sois mis enemigos. No obstante, en este mundo nada es gratis. Si me ayudas en mis planes, yo cumpliré con mi parte.

 

— ¿Qué clase de planes? —hago lo posible por no sonar tan interesado, pero es imposible. Puedo recuperar a Deku, nada más me importa.

 

—La total extirpación del Símbolo de la Paz.

 

— ¿Qué?

 

—Para cumplir con mis planes, All Might deberá morir. Préstame tu poder, y yo te prestaré el mío. —Dice él, solemne y hasta convincente, pero… All Might.

 

No, no podría. Admiro a All Might desde pequeño, su expresión cuando gana una batalla es lo que me ha motivado hasta hoy. All Might no tiene la culpa de nada. All Might es el héroe de todos. Y Deku… él moriría por proteger al Símbolo de la Paz. No puedo, no puedo destruir sus sueños. Eso no es lo que él querría.

 

Deku me odiaría.

 

El sujeto del casco se acerca con pasos de pantera, sigilosos y amenazantes. Se detiene en frente de mí y se acuclilla para quedar a mi altura. Yo despego mis ojos del rostro de Deku sólo un momento para mirarlo. No puedo ver su expresión por el casco, pero el hundimiento en sus hombros me dice que es… ¿infeliz?

 

—Escucha, hijo. Sé lo que estás pensando. Es difícil escoger entre tus ideales y lo que realmente deseas. Pero te diré una cosa. Si realmente All Might fuese perfecto, ese chico no habría muerto. Él sabía que yo asesinaría a su legado, y aun así le puso los grilletes de ese destino. Eso… es egoísmo.

 

Sus palabras taladran mis sienes. No quiero escuchar su maldita verborrea, pero es inevitable. All Might… ¿tiene la culpa?

 

El hombre coloca su mano en mi hombro y su peso me saca de balance. Él es fuerte. Mucho más fuerte que cualquier otro oponente al que me haya enfrentado. Si realmente quisiera matarme, ya lo habría hecho.

 

—No te obligaré, sólo te daré la oportunidad de escoger. All Might. O tu amigo. ¿A quién escoges?

 

La pregunta vuela en el aire entre nosotros mientras la digiero tan despacio como puedo. Deku no despertará a menos que haga algo al respecto. All Might tiene la culpa. Él le dio un Quirk. Le dijo que podía ser un héroe cuando yo le dije que no podía. All Might lo involucró en todos estos problemas, lo puso en peligro. Deku debió ser siempre Deku. Mi Deku. El Quirkless. Es cierto. Si este sujeto lo revive, será el Deku de antes. El que revoloteaba detrás de mí. Sí. Mi Deku. Es verdad, All Might no importa. Se puede morir, pero Deku… Él no.

 

Él es mío.

 

—Ya has tomado tu decisión —dice el tipo a mi lado y no es una pregunta.

 

No sé qué tipo de expresión habré puesto, pero es suficiente para que él se dé cuenta. He tomado mi decisión y no pretendo flaquear. Al demonio el Símbolo de la Paz. Al Demonio All Might. Si es para recuperar a Deku, el maldito mundo se puede venir abajo.

 

Observo al tipo del casco y siento que mi cara tira de las comisuras de mi boca hacia arriba. ¿Estoy sonriendo?

 

No importa.

 

Nada importa.

 

— ¿Qué debo hacer?

 

—Respuesta correcta.

 

Continuará…

Notas finales:

* Hay gente que no sabe qué hacer con sus Quirks: Frase tomada literal del canon.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).