Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sálvate a ti mismo por Ilusion-Gris

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sasuke observó el rostro de la única persona que, por un instante, creyó podría confiar; y no encontró ni una sombra de arrepentimiento en el semblante del joven.

—Neji, ¿tienes algo que quieras decir? —pronunció el de cabellos blancos rompiendo el incómodo silencio que se formó entre ellos.

Sin emitir palabra negó con la cabeza.

—Bien —expresó con resignación—. Uchiha, por el momento no explicaremos el motivo de tu captura, compórtate y quizá lo hagamos en el futuro.

Sasuke no apartó su penetrante mirada del castaño de ojos perla —deseaba tatuarse en la retina la expresión de desdén que le dedicaba— hasta que le vio girarse y darle la espalda.

—Intenta no hacer mucho ruido —aconsejó Kakashi antes de marcharse junto con el joven que había pactado su suerte.

[...]

—¿Cuánto tiempo lleva así? —cuestionó Naruto visiblemente preocupado.

—Prácticamente, desde que lo trajeron... —respondió con honestidad—. No ha probado bocado en los tres días que lleva aquí y hoy solo le dio un pequeño sorbo a la botella de agua —confesó Tenten. La habían puesto a cargo de alimentarlo, pero no era su deber obligarlo a hacerlo.

—Ese tipo ¿acaso planea morir? —profirió con irritación y decidió que lo mejor sería enfrentarlo.

Antes de que diera el primer paso en dirección al Uchiha, la chica lo tomó del brazo con firmeza.

—Puede que no me creas... —articuló con vacilación y le tomó unos segundos continuar—: Yo tampoco estoy muy segura, pero a veces parece que tiene un plan para escapar, ten mucho cuidado cuando te acerques a él —declaró en voz baja y sin mirarle a los ojos.

—Tranquila, yo me haré cargo. —Con suavidad tocó el hombro de Tenten por un instante.

La chica asintió todavía insegura y le permitió marcharse.

Mantenían a Sasuke cautivo en el sótano del edificio que utilizaban como guarida, habían adaptado el lugar para encerrarlo en un reducido espacio, con varillas que soldaron formaron una jaula de dos metros de alto por tres de fondo, y con dos cadenas que sujetaban su pierna izquierda y brazo derecho, respectivamente, se aseguraron de despojarlo de toda libertad.

Naruto bajó los escalones haciendo el mínimo ruido del que era capaz de emitir, continuó por un pasillo largo y angosto hasta detenerse frente a una sólida puerta de metal; del otro lado se encontraba el chico que estuvieron buscando con desesperación los últimos meses.

Al abrir, la luz tenue del corredor se coló en la oscura habitación. No le gustaba ni un poco la forma tan extremista e inhumana en que lo mantenían, pero comprendía que no tenían más opción.

Dentro olía a humedad, orín y a algo más que no logró identificar.

Sacó del bolsillo trasero de su pantalón una lámpara de mano —la luz del pasillo no iluminaba lo suficiente—, y esperó unos segundos hasta que su vista se acostumbró a la oscuridad. Poco a poco distinguió al chico de espaldas, tirado en el suelo.

Encendió la lámpara y apuntó arriba de la cabeza de Sasuke para que se girara.

Pero no se movió ni un centímetro.

Soltando el aire, e intentando controlar su enojo, recorrió los cinco metros que los separaban.

—Tienes que comer, no estamos envenenándote, no nos sirves muerto —dijo con falsa tranquilidad.

Al no obtener respuesta golpeó las varillas con la lámpara.

—¡Te estoy hablando, bastardo! —gritó perdiendo la paciencia.

Sasuke ni se inmutó.

—¡No me obligues a hacer que abras la boca por la fuerza! ¡Entraré y haré que comas! —Volvió a golpear la jaula.

Para su desgracia, no tenía las llaves, y si arriba escuchaban el escándalo que estaba armando lo arrastrarían fuera y le prohibirían volver a echarle un vistazo, por ello comenzó a respirar con fuerza por la nariz y a expulsar por la boca el aire; pero ahí se sentía tan sofocado y la peste del lugar no le ayudaba a relajarse.

Odiaba con el alma el trato que le tenían a Sasuke, él no estaba de acuerdo del todo.

Cerró los ojos y recordó por qué debía aceptarlo.

«Se encontraban sentados formando un círculo, Neji de pie junto a su líder, Kakashi, que explicaba cómo se harían cargo del joven que se encontraba inconsciente en esos momentos.

—¡No es una bestia salvaje! —interrumpió cuando escuchó que lo sedarían a través de la comida y agua en pequeñas cantidades para mantenerlo bajo control.

—Naruto, guarda silencio —aconsejó Gaara—. Sabes de primera mano lo escurridizo que es ese chico, no podemos permitirnos perder más tiempo.

El pelirrojo estaba en silla de ruedas, habían tenido que amputar una de sus piernas; y si se encontraba ahí con ellos, era porque se recuperaba con rapidez gracias al medicamento que le había proporcionado Orochimaru.

—Ese Uchiha no debería ser tratado como un humano —comentó Temari con resentimiento—, lo intentamos y nunca funcionó.

Lo culpaba por el estado de su hermano menor, si no fuera por él, Gaara tendría más posibilidades de sobrevivir en el mundo, pero ahora gracias al encuentro que tuvieron, la esperanza que tenía era casi nula.

—¿A qué te refieres? —Contraatacó Uzumaki—. Tú no lo conoces, no sabes...

—¡Basta! —Los reprendió el líder—. Si tienen tiempo de discutir entonces no deberían estar aquí —expulsó con hostilidad.

—Temari tiene razón, Sasuke no es como nosotros. En la primera oportunidad que encuentre nos dejará sin importarle el destino que nos depare, aunque es el único capaz de hacer algo al respecto, no lo pensará dos veces... —Neji habló en voz alta para que todos escucharan y no les quedara la menor duda.

Naruto inclinó la cabeza y apretó los puños. No podía contradecirlo, no había pasado tanto tiempo con el chico como el Hyuga, pero sentía que estaban siendo crueles incluso si tenían razón.

Todos se mostraron de acuerdo y se marcharon para reanudar sus actividades.

Solo Gaara quedó al lado del rubio.

—No te atormentes, no ganarás nada haciéndolo —le recomendó en voz baja.

—Es que... Él nos ayudó, a pesar de que no creía en nosotros, se quedó y arriesgó su vida...

—Pero se marchó al final, justo en el momento decisivo —le recordó con pesar.

—Hizo más de lo que muchos otros harían —dijo con convicción y el chico de ojos esmeraldas no fue capaz de refutar su argumento.

—Lo lamento Naruto, aun así tenemos que tratarlo así. —Alcanzó el brazo del contrario e intentó persuadirlo con una suave caricia.

—¿Por qué Neji dijo eso? Él mejor que nadie debe saber cómo es en realidad Sasuke —pronunció con tristeza.

¿Era así cómo debían tratarse? ¿Debían actuar con indiferencia hacia los demás para sobrevivir?

—Tuvo que pasar por mucho para conseguir traerlo, no seas injusto con él —susurró aquello como último recurso y comenzó a moverse para dejar solo a su amigo.

Necesitaba aclararse consigo mismo, y de paso, ya debería asimilar que la realidad en la que vivían no les permitiría actuar con clemencia.»

Con el rostro reflejando la derrota que sentía, retrocedió un par de pasos.

—No mueras —musitó antes de marcharse.

[...]

Era capaz de soportar mucho tiempo sin comida, pero no podía controlar la sed, y al tomar un poco del agua que le ofrecían, descubrió lo que ya sospechaba. Intentaban drogarlo para que no opusiera resistencia.

Tenía que salir de allí lo antes posible. Pero, ¿qué caso tenía hacerlo?

No había nadie allá afuera esperándolo, y sabía que el fin pronto lo alcanzaría. Encerrado en una jaula, o escondido en un edificio completamente solo, el resultado sería el mismo.

¿Por qué confió en Neji? Era lo único que se recriminaba.

Escuchó a Naruto, y escuchó su balbuceo, pero no necesitaba responderle.

Después de unas horas volvió a escuchar que alguien entraba, pensó que se trataba de la chica dejando una lata de comida y una botella de agua en el suelo —en aquella rutina que logró identificar desde el inicio—, pero al notar que se mantenían solo observándolo, creyó que era de nuevo Naruto siendo persistente.

—Tienes que sobrevivir —escuchó en cambio la voz de Neji.

Por un instante, sintió que todo a su alrededor se congeló.

—¿Por qué les interesa tanto que viva? —Pronunció con frialdad—. ¿Es por mi familia?

Neji se tensó al escuchar aquello.

—¿Cuánto saben de ellos? Si conocen lo suficiente, deberían ser los primeros en entender que no regresarán por mí, que para ellos ya no existo —dijo sin una pizca de remordimiento.

—¿Entonces por qué te están buscando? —Esta vez cuestionó el castaño.

Sasuke se mantuvo callado unos segundos.

—Mentira —respondió.

—No estoy mintiendo, hemos visto a Itachi, te están buscando, quieren que regreses con ellos —habló acercándose a la jaula improvisada.

Creyó que Sasuke se giraría y lo observaría con asombro, hasta quizá con un poco de alegría, pero nunca esperó que se riera con tanta amargura. Expulsando un sonido desagradable y carente de diversión.

—Son unos tontos —habló cuando hubo parado de reír—, ellos solo quieren que muera de una vez.

Neji formó una fina línea con sus labios y apretó los puños.

—No intentes engañarme... Tú nos sacarás de aquí, tú eres nuestro pase a la supervivencia.

No le daría crédito a las palabras escuchadas, probablemente intentaba escapar y encontrarse con su familia. Era un Uchiha después todo.

—Idiota, deberías abrir los ojos. No nos queda más que decepción y muerte —musitó con tranquilidad.

—¡Cállate! —Explotó con irritación—. ¡Tú eres nuestra única esperanza para sobrevivir!

Se aferró a las varillas como deseando traspasarlas y golpear a Sasuke.

El chico se puso de pie y se acercó a Neji a una distancia imprudente.

—¿Te das cuenta de lo que dices? Pretendes ser salvado por esos bastardos a los que nunca les importaste, ¿crees que ahora se tentarán el corazón? —Sacó las manos y apresó las muñecas del contrario.

—Somos pocos, muy pocos... —dijo a centímetros del rostro del Uchiha—. Deberían hacerlo, un par de personas más no les afectará...

—No seas ingenuo —lo interrumpió—, no te permitirán refugiarte con ellos. Te matarán en cuanto pongas un pie frente a ellos.

—Por eso estás tú, tú serás nuestro pase, ellos quieren salvarte.

En cada palabra que emitió, percibió desesperación, entendiendo así la condición en la que se encontraban aquellas personas que lo habían capturado.

Deseaba hacerle entender que estaba muy equivocado, que él no era la salvación de nadie, que en cuanto eligió separarse de su familia, su destino no era más que la muerte y que para aquellos seres despreciables ya no significaba nada. Solo un cabo suelto, una voz que deseaban ahogar.

Pero el rostro suplicante de Neji le calaba hasta el alma, podía verse reflejado en él, como si gritara con exasperación e impotencia por salvación.

Y quería hacer algo al respecto, quería ser capaz de salvarlos a todos, sin embargo, no era capaz de salvarse ni él mismo.

Soltó con lentitud las muñecas de Neji, pero el chico antes de que se apartara alcanzó sus manos.

—Tienes que sobrevivir —dijo con auténtica preocupación.

Sabía que estaba siendo cruel, que utilizarlo de aquella forma era despreciable, que traerlo a base de engaños corrompía su moral, pero Sasuke era un chico que no confiaba en nadie, ni siquiera en su sombra. Solo obligándolo, recurriendo a la poca clemencia que poseía, parecía la única opción.

—Deberías preocuparte por ti mismo, que seas inmune no significa que ya estás fuera de peligro —le recordó con voz gélida.

Sin decir más aflojó el agarre de sus manos y Sasuke regresó al fondo de la jaula.

Debería sentir odio por Neji, por todas sus mentiras, pero en cambio solo sentía tristeza.

[...]

Neji subió los escalones con la mirada puesta en el suelo, y cuando sintió unas manos posarse en sus hombros no se inmutó porque ya había percibido la presencia de la chica.

—Primo, ¿estás bien? —preguntó deteniéndolo en medio del camino.

Asintió y apartó sus manos.

—¿Qué haces aquí? Deberías estar con Kiba —enunció con tranquilidad.

—Me di cuenta cuando bajaste, te esperé... Pero tardaste, creí que algo malo había ocurrido —comentó visiblemente avergonzada.

—Todo está bien, será mejor que regresemos antes de que Kakashi se dé cuenta —aconsejó.

—Neji... Deberías tomar un descanso, deberías alejarte de ese chico —lo observó con inquietud—, no creo que verlo te haga bien.

—Yo lo traje, es mi deber asegurarme que no intente escapar —mencionó con indiferencia.

Pensó que su prima se rendiría y comenzó a subir el resto de escalones, pero su voz le detuvo por segunda ocasión.

—Tu deber terminó desde el momento en que lo trajiste, arriesgaste todo por él, nadie te está pidiendo más... —susurró con nerviosismo.

—No te preocupes, te prometo que estaremos bien —dijo sobre su hombro y reanudó su camino.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).