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Dakishimetai no ni por Phoenix Jade

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Mis padres decidieron nombrarme Hikaru Yami Kawai Hitori cuando nací, y esa noche fue el ocho de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve. Soy el primogénito y el único que lleva en sus genes esta extraña condición que me impide tocar la claridad del sol. Según me dijeron, la heredé de mi abuelo paterno, a quien solo logré ver durante mis primeros siete años de infancia, porque digamos que el prefirió suicidarse a los sesenta y cuatro años. Mi abuela había salido de compras como solía hacerlo durante las tardes de verano, y cuando regresó, encontró a mi abuelo yacido sin vida en el patio trasero, con quemaduras tan severas que la piel parecía habérsele ido. Mis recuerdos de él los tengo grabados en mi cabeza para el resto de mis días, hasta que yo haga lo mismo con mi ser. Mi abuelo ha sido mi único y realmente consejero, el único que comprendió lo que es llevar una vida con la fotosensibilidad, el único que me podía decir “comprendo”. Tengo cuatro hermanos, dos niñas y dos niños, de catorce, diez, seis y tres años, y son los que suelen sacarme el poco humor, cuando lo tengo. Se llaman Kenji Michi, Yushiko Sora,  Natsu Etsuya y Amaya Yusa, respectivamente. Mi padre tiene cuarenta y un años, y mi madre cuarenta y cuatro, se llaman Jun Kawai y Emi Hiroko Hitori. Mi abuela paterna tiene ya setenta años, nombrada como Keiko Michi Nakasawa.Ellos son mi única familia, pues mi madre es huérfana de nacimiento y mi padre hijo único. Vivimos todos en la misma casa desde mil novecientos sesenta y seis (año de la muerte de mi abuelo) y creo que a veces esto suele general bastantes problemas, sobre todo por el espacio y la comodidad. Como ya se sabe, los niños suelen hacer mucho escándalo y esto es lo que descontrola el asunto; aquí es cuando aprovecho mi fotosensibilidad para encerrarme en mi habitación y evitar escuchar el entorno; además, así no tendrán que cerrar las gruesas cortinas para que no entre el sol y los amigos de mis hermanos podrán estar dentro de la casa sin estar a oscuras.Mi familia sabe que esta condición que padezco suele deprimirme, pero no pueden hacer nada más que darme palabras, pues nada ni nadie puede remediarlo, nadie puede curarlo, porque tal vez no sea una enfermedad. Pueden darse cuenta a través de mi mirada cuanto anhelo poder estar con ellos en el patio en una tarde cualquiera, y por ello suelen no salir, para no hacerme sentir mal, pero no saben que con eso las cosas me duelen peor.

Es bastante difícil no acordarme de que no podré llevar una vida como los demás, pero ya con esta edad me he acostumbrado a no quejarme; por lo menos no tengo que lidiar con gente detestable, aunque las posibilidades siempre están. 

Tenía (y tengo) mucho tiempo libre en mi habitación, sobre todo en época de vacaciones, por lo que me dedicaba (y dedico) a leer, dibujar, escuchar y componer música. También suelo escribir y pasarme horas frente al monitor de mi computadora, ya sea con videojuegos o haciendo cualquier otra cosa. Internet fue algo maravilloso para mí, porque podía hablar con personas, buscar información de cosas que me interesaban y hasta publicar las mías. Por supuesto, mis padres, al ver que me gustaba, la pusieron a mi disposición, para que no estuviese mucho tiempo tirado en el suelo haciendo prácticamente nada. Temían que me deprima y me dieron la computadora con Internet para que ocupe el tiempo. 

Uno de los secretos que les oculto son que he empezado a fumar desde los doce años y que veo personas que ellos no. ¿De dónde provino eso? Bueno, sinceramente, desde la muerte de mi abuelo. Su suicido me afectó mucho y comencé a verlo dentro de la casa. En un principio, lo dije, pero como comenzaron a llevarme con un psicólogo por ello, decidí comenzar a mentir que ya no le veía más, aunque la realidad es que aún por las noches lo observo sentado en la punta de mi cama, como lo solía hacer en vida. No pasados muchos días, comencé a ver a otras personas, las cuales a veces raras veces están en mi habitación. 

No me falta mucho para llegar a mi adultez, y aún sigo sin poder imaginarme cómo podría ser mi vida, cómo podría llevarla y mantenerla. Muchos comienzan a buscar carreras para estudiar y así conseguir un empleo digno, pero ¿y yo? Primero tengo que pensar en las carreras en las que podría trabajar sin que mi condición me afecte y luego ver cuál me gusta. Todo un embrollo.No obstante, tengo algo ligero por la mente, y es relacionado con Internet, ya que no tendré que salir de casa por un buen tiempo. No sé cuánto durará ese tiempo, no sé cómo haré para llevar mi vida sin depender de nadie, no sé si podré. No sé si querré.      

09/01/2007 19:32:52

Creo que mi mal carácter ha empeorado.Hoy llegó una de las tantas amigas de mi madre, la regordeta. Yo bajé en busca de un refresco, la saludé como siempre y continué mi camino. Justo en ese momento, mi madre salió a atender el teléfono que estaba cerca de la televisión prendida en programas baratos y horribles (a mi criterio). Mientras buscaba lo que quería, podía sentir la mirada de esa mujer clavada en mi espalda y me molestaba. La observé para comprobarlo y así era. No sabría definir exactamente lo que veía en esos ojos pardos, pero estaba seguro de que el desprecio allí se encontraba. No comprendí sus razones, tal vez sería porque la otra vez que llegó me fui directo a mi habitación y habrá creído que la quería evitar... pero tendría que ser demasiado estúpida como para despreciarme por ello, sabe de mi condición y tendría que comprender que me fui para que pudiesen abrir las cortinas; pero al parecer... El caso es que me la quedé mirando hasta que por fin decidiera decirme qué tanto le molestaba o qué diablos le pasaba, pero pareció ser una eternidad aquella mirada, por lo que preferí ceder:

-¿Sucede algo?

-¿Ya has pensado en buscar algunos amigos, Yami-kun?

No entendí el porqué del comentario, ni el porqué de mantener el tono de su voz de esa manera y esa mirada altanera; pero últimamente ese tema en la casa estaba rondando mucho. Tal vez demasiado.

-¡Jah! No, estoy bien como estoy. No se preocupe, Gina-sama -le dije en un tono un tanto sarcástico, el cual, aparentemente le molestó.

-Es la base que necesitarías para intentar llevar una vida normal.

“¿Base? ¿Cuál maldita base?” Estaba por preguntar pero tenía que controlarme un poco, por lo que opté saltear a la otra parte:

-Nunca llevaré una vida “normal”, tenga o no tenga amigos. El solo hecho de no poder estar bajo los rayo del solo como todos los demás es algo que me impide mantener una vida “normal” ¿que importa si tengo o no amigos? Nunca los tuve, pude estar sin ellos y podré seguir así por mucho tiempo.

Me fui a mi habitación otra vez, mi madre me había escuchado e intentó hacerme disculpar por haberme mostrado molesto ante Gina, pero simplemente la evadí y simulé no escucharla. Sabía que cuando la regordeta se fuese me esperaba una conversación con ella y tal vez con mi padre también.

-Hikaru. Ya es la hora de la cena -me dijo Natsu mientras golpeaba la puerta de mi habitación y asomaba su rostro luego, como si tuviese algo de temor. Es el menor de los varones y quien más miedo demuestra tenerme. No puedo decir nada al respecto, sólo que soy conciente de que aún continúo acrecentando aquello.

-Enseguida bajo. -Dije mientras guardaba el archivo que había escrito. Él salió y cerró la puerta.

Cuando comencé a levantarme dispuesto a bajar, un cartel me comunicó que ‘Bakemono’ se había conectado. Era una lástima, me encantaba entablar conversaciones con él. Dejé en claro que iría a comer y que luego regresaría, pero él me habló:

-puedes ser mi cena?

-¡Baka XD!

Sabía que si me quedaba ahí sería peor y Bakemono seguiría hablándome.Bajé y me di cuenta que ninguno me había esperado, ya estaban disfrutando de los alimentos cocinados por mi abuela. Me senté en mi respectiva silla y observé mi plato lleno.

-Hikaru, ¿que no piensas comenzar a comer? -Keiko me miraba un poco sorprendida y desilusionada.

-No tengo apetito.

-Prueba unos bocados al menos. Has comenzado a adelgazar, así que come aunque no tengas ganas -me dijo mi padre mientras que me amenazaba con sus ojos cafés

-Lo intentaré, pero no prometo nada.

Pasó un rato y ya todos habían terminado, menos yo, que a lo máximo había consumido tres cuartos del plato. Estaba lleno, y solo comí por inercia y a pedido de los demás.

-¿Qué te pasa que has dejado de comer? -Kenji me miraba arqueándome una de sus finas cejas y luego a mi plato

-Ya expliqué que no tengo hambre. Además no me entra nada más. ¿Qué es lo que no se entiende? -dije sosteniéndome el estómago.

-Hikaru, deja de hablar así. -mi madre parecía molesta, no por nada fruncía el entrecejo.

-¿Qué? ¿Qué dije? -pregunté en un tono agudo para demostrar la inocencia con que lo había dicho, lo que no le encontraba nada de malo.

-Hablas con un tono que no me gusta. El mismo con el que trataste mal a Gina hoy. ¿A qué se debe esa falta de respeto?

-¿Falta de respeto? Primero que ella deje de meterse en mis asuntos, que es una falta de respeto para mi persona y luego podremos decir en lo que le he faltado el respeto yo hacia ella.

-No le hables así a tu madre, Hikaru -ahora mi padre era el molesto.

-¡Pero no he dicho nada!

-No comiences a gritar

-¡Esta bien! Me voy a mi habitación. -dije mientras me levantaba presionando mis dientes y llevaba mi plato hacia la cocina para depositarlo sobre la mesada.

No me dijeron nada, todos se me quedaron mirando mientras yo me disponía a encerrarme en la habitación otra vez. Me senté frente a la PC y busqué a Bakemono

-quisiera que me hicieses ese favor alguna noche...

sabes que me encantaría?  

no me digas que te fuiste ya  ù.ú 

ey, yami, te fuiste en serio? =(

Bueno, contéstame cuando vuelvas que te estaré esperando

No pude evitar esbozar una sonrisa con mis labios, aquel insistía aún en convertirme en su cena. Lo que me resultaba terriblemente encantador y desquiciado a la vez.

-Ya estoy de vuelta, Baka

-humm... ya has cenado?

-Sí

-no te creo

-No lo hagas

Pasó un rato, en el que me aseguré que la puerta estuviese cerrada con llave. Luego fui hasta la PC y coloqué “Art of Life” de X-Japan para luego encender un cigarrillo y abrir la ventana que daba a la calle.

-de enserio que no comiste?

Miré un poco más el cielo estrellado antes de ir a contestarle

-Sí. Solo que tú me dijiste que no me creías

 Y como no es la gran cosa decidí seguirte el juego...

-cuánto?

-No llegué a medio plato

Esperé un rato a otro comentario, mientras tanto buscaba un cenicero cerca de mi desordenada cama

-no sabes a qué se debe tu falta de apetito?

-Nop

-no te creo

-No lo hagas

-otra vez con eso? XD 

 ey, yami, puede que signifique algo

-¿Qué cosa?

-la falta de apetito

-No importa

Para intentar cambiar el tema, le invité a vernos por cámara. Sé que suele volverse loco viéndome por ahí. Un día me la había olvidado puesta y me fui a bañar; volví como siempre suelo hacerlo, con una toalla cubriéndome la cintura y sus comentarios dieron a entender que le había gustado encontrarme así. Con esto cambiaría el tema automáticamente. Él aceptó.

-no se vale yami 

no es justo cambiar de tema así como así 

y solo por una cámara web!!!

-Está bien, entonces la quito

-NO 

ya está, déjalo así

 me gusta verte ^_____^

Volví a reírme. Ese muchacho se convirtió un poco tiempo en un amigo que me hacía olvidar de las cosas diarias de la vida. Le conocí hace tres años, a través de un foro en el que ambos estamos afiliados, el cual trata sobre cosas paranormales. Yo me metí en esa página cuando busqué cosas sobre entes o fantasmas; no sabía definirlas bien en aquel entonces. No buscaba ayuda, la compañía de mi abuelo me gusta, y la de los demás no me molesta. La mayor parte del tiempo.

Como iba diciendo, allí se podía colocar preguntas y respuestas, enviar mensajes, entrar a secciones de distintos tipos, en fin, es una gran comunidad. Yo necesitaba algunas respuestas, y comencé a preguntar. Bakemono fue el primero en responderme, además de unas ocho personas más.

Su nombre real es Akai Tsujimura, tiene veinte años y vive en mi pueblo vecino. Es alto, apuesto y simpático (como lo fue siempre conmigo), su cabello es castaño claro, pero se lo tiñó de verde, sus ojos son de un color celeste, muy llamativos por su claridad, porque parecen perderse junto con la esclerótica, su tez es color canela y su voz un tanto gruesa. ¿Eso cómo lo sé? Bueno, nos encontramos una vez. Fuimos al centro de la cuidad, y paseamos por unas cuantas horas mientras hablábamos. No, no pasó nada más. Esa noche se me había pasado volando y cuando me di cuenta ya faltaba poco para que el cielo comenzase a aclararse por el amanecer. Akai había coqueteado conmigo demasiado tarde... tenía que irme.

-estás más delgado de la última vez que te vi 

se te nota en el rostro

-¿De verdad?  

Yo me digo viendo igual que siempre...

-tal vez...

pero deberías comer un poco 

estás adelgazando demasiado

-¿Qué, así no te gusto u.u?

-me gustas igual pedazo de idiota n.n

pero podrias llegar a enfermarte facilmente si tu sistema inmunológico comienza a bajar las defensas todo por tu capricho de no querer comer

-¡¡No es un capricho!!

 No me agarra hambre, te estoy diciendo la verdad  ;_;

-Bueno, entonces vamos a volver a encontrarnos y te voy a dar de comer  ^`__´^

-Si, claro ¬¬

-por que dices eso?

-Cuando nos encontramos lo menos que hiciste fue hablarme así ¬¬

Pareces alguien que habla mucho pero que no hace nada

-aaaahhh tu piensas eso????? 

la próxima vez te vea no voy a hacer amable contigo y te voy a dar todo lo que estas hablando ahora!!!!

-Jajajaja

-te lo digo en serio baka!!!!

 te voy a llevar a mi casa y te voy a secuestrar!!!!

-Bueno, pero tendrás que adaptar tu casa, porque si quieres que viva vas a tener que cubrir todo para que solo haya oscuridad

-es para tanto?

-Mi abuelo se suicidó poniéndose bajo el sol tan solo unos minutos para morir 

La piel se le quemó tanto que tuvieron que hacer el funeral a cajón cerrado

¿Qué ya no lo recuerdas?

-si lo recuerdo...

oye, le sigues viendo?

-Sí, a veces

-en la punta de tu cama?

-Ahora se sienta más cerca de mí

-que tanto mas cerca?

-Huummm

Como a la altura de mi cintura

Sentí que golpearon la puerta, cambié de canción pues ya estaba por terminar (porque dura veintiocho minutos), coloqué “The Fourth Avenué Café” de L’Arc~En~Ciel y pregunté quien era. Desde el otro lado escuché la voz de Yushiko

-¡Yo! ¿No está Shinju por ahí?

Comencé a buscarla, es la mascota de la casa, una gata totalmente negra que solo se la puede ver en la oscuridad  por sus ojos verdes brillantes. No la encontré por ningún lado, aunque no puse mucho empeño

-No, no está. Tal vez se fue con su novio

-¡¡No tiene novio!!

-Bueno, el gatito con el que “juega” -realmente me daba gracia el asunto. Cuando tuviesen crías que quedaré con una

-alguna vez ha llegado a tocarte?

-¿Con qué sentido quieres decir eso? -pregunté mientras me sentaba nuevamente frente al computador

-Con todos los sentidos que quieras darle

-¡¡Es mi abuelo, aho!!

-no tiene nada que ver! 

por experiencia te lo digo

a veces los entes a tu vista parecen ser alguien que tu crees que es, pero cuando les das espacio te demuestran su forma y te das cuenta lo que en verdad son cuando ya es demasiado tarde

-¿A dónde quieres llegar con eso Bakemono?

¿Que a ése que veo no es mi abuelo en realidad?

-solo te doy una advertencia

no les des mucho espacio

no dejes que este muy cerca de ti

si realmente es tu abuelo te comprendera

-Bake, a ti te hicieron algo ¿verdad?

-no importa

me metí en donde no me debería haber metido

y dejé pasar cosas que no debería haber dejado pasar

por eso te lo digo a ti

no les des confianza

a ninguno

“Spirit” de Yasunori Mitsuda comenzó a sonar. Las palabras de Bakemono me sorprendieron, ¿de verdad mi abuelo no era mi abuelo? ¿y entonces quienes eran esos que están en mi casa? ¿son los que se disfrazan de mi abuelo y juegan conmigo?

-no me has respondido, yami

alguna vez ha llegado a tocarte?

-Unas veces...

Algunas cuando estaba en la cama acostado y colocaba su mano por encima del tapado sobre mi pierna

Y otras sobre los hombros

Me daba escalofríos...

Tardó un poco en volver a darme otra pregunta o comentario. Realmente todas esas palabras comenzaban ahora a darme escalofríos, ¿eran las palabras o alguien más? No quise mirar por detrás de mí

-le puedes ver bien el rostro?

estás seguro que es él?

-Basta, Bakemono

Comienzas a asustarme con todo esto...

-gomen, no es mi intención

solo me preocupo por ti, yami

“Wanders in the wilderness” de S.S.H comenzó a sonar. Tomé entre mis dedos un cigarrillo y me lo puse en los labios, busqué al lado de la cajetilla mi encendedor, pero no lo encontraba por ninguna parte. Yo lo había dejado justo ahí, ¿cómo podía ser que no estaba?

-solo respondeme si le ves el rostro y porque crees que es tu abuelo

-Bueno...

Sí le veo el rostro...

Y creo que es mi abuelo porque él siempre se sentaba en la punta de mi cama, como lo recuerdo

Además, su rostro es idéntico al que tenía con vida

Y me demuestra quererme

-como demuestra quererte?

-¿No era que iban a ser las últimas preguntas?

-gomen, es que no puedo evitarlo

“White poem” de X-Japan dio inicio. Me di por resignado, no encontraría mi encendedor. Me di vuelta para dejar la cajetilla sobre la cama, y pude sentir una presencia por detrás. Podía sentir a alguien de pie, detrás de mi silla. Miré al monitor

-Bakemono...

¿Tú crees que me puede pasar algo malo?

-por qué dices eso?

-No lo sé...

Me siento un poco nervioso

-que te pasa?

-Estoy nervioso

y tengo escalofríos en la nuca

-yami, dime que no llamaste a tu abuelo dentro de estos días...

-en esta semana? no

no lo hice

-cuando fue

-el fin de semana pasado

-yami!! te dije que no volvieras con esas cosas!!!!!

La canción terminó y todo quedó en silencio. Sentía un nudo en la garganta y una presión en el pecho. Nunca antes había sentido este temor por los entes.Sentí el crujir de las maderas, como si alguien estuviese caminando en dirección a mi cama, y luego, que se sentó en ella.

-ves a alguien por ahí?

Bakemono no me respondía y yo me sentía cada vez más nervioso, sin atreverme a mirar atrás.

-no te quedes en silencio!!! ves a alguien por la cámara??

no te quedes en silencio aho!!!

No aguanté más, coloqué la configuración para tomar una foto con la cámara y comencé a moverla para mirar por detrás de mí. No tengo seguridad total de que a través de estas cosas los puedo ver, pero ya unas cuantas veces los noté a través del monitor apagado y a través de los espejos y vidrios. Lo busqué en mi cama y pude notar una silueta negra sentada allí. Sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo. No me atreví a tomarle una foto.

-ahí veo algo, yami

Me puse más nervioso, si podía. Tragué saliva y dejé la cámara en esa dirección. Luego, lentamente me di vuelta con la silla giratoria.Estaba ahí, quieta, sentada en mi cama. Me le quedé mirando. De pronto, se apagó la computadora, dejándome en completa oscuridad, a no ser de la que la luna entregaba a través de mi ventana.

-¡¡Mamaaaaa!!! ¡¡¡Se cortó la luuuuuzz!!! -escuché Natsu gritar con temor

No quité la vista un solo segundo de la silueta, hasta que golpearon mi puerta

-Hikaru, Hikaru ¿duermes?

Era la voz de mi padre, golpeaba la puerta e intentó abrirla, pero como estaba con llave no pudo entrar. Volví mi vista hacia la  silueta del hombre joven, pero ya no estaba en la cama, por el contrario, estaba frente a mí a tan solo unos pasos. Sentí otro escalofrío, tenía una corazonada que no le había visto nunca.

-Hikaru ¿por qué cerraste con llave?

-A-ahora voy -dije sin aliento, ¿me dejaría moverme? No, intenté hacerlo, pero mi cuerpo no reaccionaba

-¡Hikaru!

-V-voy-y... y-ya v-voy

-¡Ábreme la puerta ahora mismo!! -el sentir a mi padre furioso del otro lado no hacía más que alarmarme y más que el ente parecía levantar acercarse más y mover su brazo en mi dirección

-V-voy... déjame en paz... ¿Qué diablos quieres? ¿Qué es lo que quieres?

Sentí frío. Pero el miedo se había reducido notablemente, solo era nerviosismo debido a que no podía controlar mi cuerpoDe repente, pude moverme y salí casi corriendo a la puerta y abrirla. Creo que se había ido y me había dejado en paz, como le había pedido

-¿¿Porqué no me abrías la puerta??

-G-gomen nasai, estaba... estaba durmiendo

-Baja y ayuda a encontrar velas o a calmar a tus hermanos

Y así lo hice, fui con mis hermanos, y todos estaban despiertos por los gritos de Natsu, Amaya lloraba a alaridos, quería taparme los oídos, pero de seguro me regañarían.

-¿Todo el tiempo estás así, con esta oscuridad? -preguntó inocente Yushiko mientras me miraba desde el sillón

-¿Tú que crees? -pregunté sin darle mucha importancia. Sí, me gustaba la oscuridad, la siento mi amiga, pero no quiere decir que siempre estoy con ella. No soy un engendro, no tengo buena visión en la oscuridad, soy humano.

Dirigí mi vista hacia el televisor, y luego la luz volvió, alumbrando toda la casa nuevamente.

-¡¡¡Siiiiii, luuuuuz otra vez!!! -gritaba animado Natsu mientras aplaudía.

-¿Pensabas que te iba a comer un monstruo? -le dije mientras le sonreía con algo de malicia

-¡¡Basta Hikaru!! ¡Aquí el único que se parece a un monstruo eres tú! -me recriminó Keiko mientras se mecía con mi hermana en brazos. No sé porqué, pero me dolió un poco. No lo esperaba de ella, tal vez de mis padres.

-¿Lo dices porque no puedo salir al sol y tener una vida normal? Pues, entonces lo soy... -Dije en un tono neutro mientras le miraba, sin dejar que note que ese maldito comentario de su parte me había molestado

No me respondió. Tomé eso como un “sí”.

-Bueno, ya está su preciada luz devuelta con ustedes. Ahora déjenme ir con la oscuridad, tal vez se siente desconsolada porque la desprecian tanto... -comenté con desdén mientras me alejaba.

Cerré la puerta de mi habitación nuevamente con llave y miré el entorno. Luego fui a la cama a recostarme, y casi sin darme cuenta, me ganó el sueño.

 

 

 

Desperté repentinamente. Una leve claridad comenzaba a entrar por la totalidad de la ventana y sentía que comenzaba a quemarme. Rápidamente me senté en mi lecho, la cerré y corrí las gruesas cortinas de color bordó oscuro.

Sentía mi piel arder levemente, por suerte me había despertado a tiempo, ¿qué hubiera sido de mi si no lo hacía? Hubiese terminado igual que mi abuelo, solo que lo mío fue con inconsciencia.

Suspiré y miré el techo de madera. Luego me levanté y fui hasta el escritorio y me coloqué una crema en donde sentía ardor.Eran cerca de las cinco de la madrugada y ya no tenía sueño, tampoco hambre ni sed. Prendí la PC, recordando a Bakemono. ¿Se habría preocupado?

Me conecté y lo encontré ahí. ¿Habría dormido?

-Bakemono... ¿estás ahí?

¿Te encuentras durmiendo?

No me respondió, como era de esperarse. Suspiré y continué esperando. Era lo único que me quedaba.

-yami!! que paso?? estas bien??

-si, estoy bien... bueno, mas o menos, me desperté porque dejé la ventana abierta y la claridad comenzaba a entrar...

-te lastimaste??

que paso anoche??

bah, hace un rato

-Me arde un poco la piel, pero no es nada grave, y anoche se cortó la luz

-y que paso con ese que estaba en tu cama?

-Nee...

no estuvo mucho tiempo pero me asustó ;_;

No podía mover mi cuerpo ;__;

Y tenía mucho frío T____T

-yami, dime la verdad, llegó a tocarte?

-lo intentó, pero le pregunté que quería, le pedí que me dejara en paz, y después pude moverme y bueno... ú.ù suspire aliviado

-ey, tenemos que encontrarnos y hablar seriamente sobre esto

-como digas... pero ahora no, ya no puedo salir x__x

-lo se, lo se...

-¿Te quedaste despierto?

-No, me recosté un poco en la cama y dejé esta cosa prendida para que cuando te conectaras hiciera ruido y me despertara ^___^

-Ah...

-yami...

-Dime

-Conoces a alguien llamado Kazuo?

-Sí, mi abuelo, ¿por?

-maldición

-¿Qué sucede?

-nada

-NO

¡Ahora dime!

- fue un nombre que escuché en el sueño, nada más

-¿Y porqué maldijiste?

-ya sabes porqué... sabes que soy un poco extraño... y que suelo soñar cosas que coinciden con la vida real

-¿De dónde escuchaste el nombre?

¿Quién lo dijo?

¿Viste a mi abuelo?

¿Que pasó en el sueño?

-no me bombardees con tantas preguntas

te dije que vamos a hablar de esto pero no por acá

te voy a esperar en la plaza que nos encontramos la otra vez a eso de las ocho y media quieres?

-De a cuerdo

-mientras tanto cuídate

-Lo mismo te digo

-Suki da yo

-Mou ^____^    

 

 

 

Ya era más o menos el horario y aún caminaba a su encuentro por aquellas anchas veredas. Como es mi costumbre, me vestí de ropas oscuras. Bueno, lo admito, me vestí totalmente de negro, pero es porque no tenía nada limpio, el pilón de la ropa para lavar se me había juntado tan rápido que no me había dado cuenta. Creo que me parecía a uno de los Locos Adams, seguramente a Homero, si no fuese porque no tengo bigote. Este tipo de color contrasta mucho con mi piel, y el toque final es que tengo el pelo negro azabache al igual que mis ojos.

Fui hasta el centro de la plaza, y lo encontré sentado cerca de la fuente, tocando el agua con la yema de sus dedos, desprevenido. Estaba vestido con un jean celeste, borceguíes de cuero negro, una musculosa blanca y una camisa transparente del mismo color; sus cabellos descoloridos caían como lluvia sobre sus ojos posados en el agua. Se veía tan hermoso... Me acerqué con cautela y le di un beso en la mejilla derecha con suavidad, aunque casi podría decir que rocé mis labios contra su piel. El se quedó quieto en un principio, y luego dirigió su mirada hacia a mí y quedamos con una corta distancia entre nosotros. Me sonrió de una forma tan dulce y natural que me contagió e hice lo mismo.

-Ohayou gozaimasu, Yami-kun -cuando su voz gruesa llega a un tono suave, me encanta, me deja maravillado, llegándola a sentir sensual

-Ohayou

-¿Cómo te sientes?

-Mejor que antes -respondí perdiéndome en sus ojos

Se levantó y me tocó los brazos mirándomelos, como buscando si tuviese algún tipo de lesión por lo de hoy a la mañana. Me los acarició suavemente y luego a mis mejillas. Sentía que otra vez no podría contener las ganas de hacer lo mismo con la suya, pero lo hice, tal vez por pudor a que aquellos que estaban en la plaza nos insultaran o algo por el estilo. Todo para mí es nuevo.

-Estoy bien, me coloqué la crema enseguida -aseguré débilmente.

-Me gusta tu piel... De veras parece como si fuese de un ángel, como te dijo tu madre cuando eras un niño

-Entonces... ¿puedes responderme porqué tengo que salir por las noches como si fuese un demonio?

-Creo que... porque de ángel solo puedes llegar a tener tu apariencia, lo de afuera, por dentro eres un demonio... por eso, el sol quemará la superficie y dejará intacto el interior, tu verdadera forma... el demonio que llevas dentro

-Vaya... que respuesta... -le dije mientras volvía a sonreírle- ha sido la mejor que me han dado

-¿Cuáles más te dieron?

-El silencio... y tal vez un “no molestes con eso otra vez”

Akai se alejó un poco de mi sonriéndome, luego me tomó de la mano y comenzó a caminar

-¿A dónde iremos?

-A mi casa -creo que mostré sorpresa porque dio una carcajada cuando me vio a la cara- Te dije que te llevaría a mi casa y te daría de comer... Te estoy secuestrando

No pude evitar reírme y negar con la cabeza, simplemente me gustaba cada cosa que hacía y decía.

-Bueno... ¿por lo menos durante mis horas de rehén me contarás tus sueños?

-¿Seguro que quieres que te cuente mis sueños? -me dijo en un tono picaron sonriendo de una forma extraña. Asentí- Desde que te conocí, en la mayoría apareces... ¿Quieres que te cuento que hacemos en mis sueños?

-¡¡¡Hentai!!! ¡¡No, no quiero!!!

Akai comenzó a reír estrepitosamente, yo me ruboricé por completo, sobre todo por la forma en que lo dijo. Sin darme cuenta, me había liberado de su mano.

-Solo bromeaba, Yami... -se acerca a mí intentando agarrarme de los brazos- cuando te amordace a mi cama, no te contaré mis sueños, sino que te mostraré lo que sucedía en ellos

-¡¡Akaaaiiii!!!

Me alejé nuevamente de él, más rojo, si podía. Él simplemente rió y me abrazó por detrás para impedirme que me continuase alejando, luego me besó en el cuello y me dijo que era otra broma.

-¿Aún crees que soy alguien que habla mucho pero que no hace nada?

Sentí que había comenzado a lamerme el cuello y que me agarraba más fuerte de la cintura, juntándome más contra su cuerpo. Yo me inclinaba tratando de escaparme, pero eso solo era peor, porque podía sentir su cadera demasiado cerca de la mía. Volvía a colocarme derecho mientras intentaba sacar sus manos de mi cintura

-¡¡Ah!! ¡¡En la calle no!!

-Yami... puedo agarrarte de la cintura,..

-¿Y eso qué? -se puso serio y no comprendía porqué

-Mira, puedo agarrarte de la cintura cruzando mis brazos sin ningún problema -me volvió a decir, dándome a entender a qué se refería. Yo le miraba sus brazos musculosos, los míos comparados con los suyos, parecían los de un niño pequeño y débil- estás mucho más delgado...

-Es normal... -atiné a decir, aunque sabía que posiblemente no fuese así

-No, Yami, no lo es... Me preocupas...

-No lo hagas, Bakemono... me siento bien y mientras todo siga así no pasará nada

Sabía que no le había logrado convencer, pero dejó el asunto en donde estaba; me soltó y volvió a tomarme de la mano para continuar caminando rumbo a su casa.

-Ven, sube.

-¿Qué?

Con su mano me señaló una motocicleta negra y me dio un casco, yo lo tomé y lo miré un poco confuso.

-Es mía, no me la robé de ningún lado. Y tengo licencia de conducir. No te preocupes, que no moriremos

Me coloqué el casco azul que me dio, el uno rojo, se subió y la encendió. Me coloqué detrás de él y le agarré de la cintura, un tanto nervioso.

Al cabo de unos minutos, llegamos a una casa. Era relativamente grande, a comparación de la mía, pero no había mucha diferencia, sólo que ésta era más alta y menos ancha. Tenía patio delantero y aparentemente trasero. Bajamos de la motocicleta y mientras él abría el portón, yo me quedé observando cada detalle de su hogar.

Entramos y él depositó el vehículo de dos ruedas contra la pared, luego me hizo un ademán con la mano para que entrase. Una vez hecho esto, me quité las zapatillas y las dejé a un costado, junto a sus botas. El me dijo que iría hasta la cocina a buscar unos refrescos, yo me quedé allí mirándolo todo. Me gustaba la estructura de su casa, pero había algo que me hacía sentir un poco incómodo y nervioso. Lo sentía familiar, como si estuviese con eso a diario y deduje que era en cuanto a las entidades. Se sentía en el ambiente mismo, sobre todo en una habitación que encontré por ahí. Me llamaba la atención y era como si me invitara a pasar. Di unos cuantos pasos para entrar, mientras sentía con mayor plenitud ese aire pesado.

Sentí que una mano me agarró muy fuerte del brazo, me encrespó y me di vuelta a ver quién era.

-No entres ahí -me dijo Akai seriamente mientras me alejaba y cerraba la puerta. No comprendí su actitud o porqué no me dejaba entrar

-Me estás lastimando...

Cambió la expresión de su rostro y me soltó inmediatamente. Me froté la parte en donde me había tenido sujeto, realmente me dolía.

-G-gomen... No controlé mi fuerza... Pero es que no quiero que entres ahí

-¿Por qué no? ¿Qué tiene? -pregunté sin dejar de frotarme el brazo

-Es una vieja habitación de mi hermano mayor... -me quedé mirándolo, como no aceptando que me dijera solo eso- No sé si te diste cuenta, pero el aire ahí es pesado... tal vez lo hayas encontrado familiar...

-Sí... como cuando a veces entro en mi habitación.... -dije comenzando a comprender

-Exacto... Sientes que hay alguien ahí que te llama. Y, por tu bien, no le escuches, simplemente aléjate de ahí. -había vuelto a su tono serio. Realmente me intrigaba que hacía su hermano ahí, ya lo sabía, pero quería saber detalles. Pero intentaría no acercarme, como me dijo.

-Bueno, vamos abajo.  

 

 

-¿Me contarás el sueño en que escuchaste el nombre de mi abuelo? -pregunté mientras bebía una soda y lo miraba a los ojos.

-Está bien... Soñé que te estaba buscando. El lugar en que estaba era una casa que desconozco por el momento. Estaba un poco perdido, por eso no lograba encontrarte. Había una escalera y comencé a subirla, cuando una voz me llamó, era... la voz de un viejo amigo mío que... murió hace unos cuantos años... Detuve mi caminar e intente encontrarlo a él, estaba de pie en medio de la sala, junto a una mesa. Volvió a nombrarme y me dijo que le preguntara a Kazuo. Luego escuché un ruido, como que algo se había caído. Miré hacia allí, y luego a mi amigo, pero ya no estaba.... Caminé en dirección en donde se había originado el ruido. Volví a escuchar otro, pero era completamente distinto. Me hizo acordar a cuando el computador te avisa que alguien te esta hablando, recapacité y me di cuenta de que todo era un sueño. Desperté y vi que te habías conectado y me habías hablado...

Me quedé en silencio, aún intentando buscar un posible significado a su sueño. Recordaba que soñar con alguien querido que en realidad ha fallecido revelaba insatisfacción por la vida actual de uno; la escalera, una predicción de éxito o mejoría de duración y trascendencia que marcará nuestra vida y los peldaños tienen una continuidad, representan dificultades y obstáculos continuos...  ¿Qué mas? Cuando buscamos a alguien refleja nuestra inquietud por dicha persona...

-¿Estás preocupado por mi, Akai?

Levanto su mirada y luego la volvió a clavar en la mesa. Suspiró hondamente

-Suelo estarlo...

Me sentí mal, no quería que por mi culpa estuviese así. Dejé mi bebida en la mesa y me acerqué a él, le acaricié la mano y busqué su mirada, pero él solo se dedicaba a evitar la mía; por ello, coloqué su mano entre las mías y la presioné un poco

-No tienes porqué, Bakemono...

Por fin levantó la mirada, y sonrió levemente, casi con tristeza. Comenzó a devolverme el gesto con las manos, a las cuales observó

-...suki da yo...

Observé su mirada tímida en mis manos, sonreí

-Mou...

Levantó su rostro, se liberó de mis manos y me acarició mis mejillas y luego las dirigió hacia mi cuello. Creo que comenzó a acercar su rostro al mío, cuando el maldito y desquiciado timbre sonó insistentemente.

Maldije para mis adentros, en cambio, Akai lo dijo, casi lo gritó. Me causó gracia y no pude evitar esbozar una sonrisa amplia; él se levantó con pesado caminar y fue hasta la puerta. Yo me quedé un momento ahí sentando y escuché un poco lo que hablaban él y el inesperado visitante. Creo que era un vecino, porque comenzaron a hablar de no-sé-qué y Akai intentaba cortar la conversación desesperadamente.

Continué sonriendo, pero de repente dejé de hacerlo al ver un gatito blanco con manchas marrones. Lo llamé, pero se asustó y se fue, le seguí, me gustan mucho los gatos. Subió las escaleras y luego lo volvió a hacer, para esconderse dentro de un armario. Entré a la habitación, pero nuevamente se me escapó. Escuché sus maullidos por las escaleras, entonces fui hasta allí. Cuando estaba por bajarlas, mi pie resbaló y caí por ellas. Me golpeé fuerte en la cabeza y en el hombro izquierdo, no pude evitar quejarme y sostenerme en donde me dolía. Al cabo de no mucho tiempo, sentí unos pasos que se me acercaban rápidamente

-¿¿Te encuentras bien?? ¿Qué sucedió? -Akai me levantó con sus brazos y me observó preocupado

-Estaba siguiendo a un gatito blanco de manchas marrones y me resbalé -Respondí sosteniendo mi cabeza, estaba algo mareado

-Déjame verte -me corrió la mano y luego mis cabellos

-¡Auch! ¡No hagas eso que me duele!

-Gomen... creo que te saldrá una hinchazón ahí

Me levantó y me llevó en sus brazos hasta una habitación, en el camino me sentía como en la película “Guardaespaldas”. Me acostó en la cama y luego me dijo que iría por hielo y que no me levantara por nada de la cama.

Esperé sin moverme, tal y como me lo había dicho. Era una habitación no muy amplia, estaba la cama un armario grande y alto, una cómoda, una mesa de noche y una para la computadora. Supe que era su habitación, la recuerdo por la cámara Web. Miré al muro, tenía colgados algunos diplomas y fotografías. Lo reconocí entre todo un grupo de niños sonrientes.

-Bueno, mantente esto ahí por un rato -me dijo colocándome una bolsa con hielo en la cabeza.

-¿Ése que está en el medio de esos chicos eras tú?

-Sí... No mires esa foto -dijo algo avergonzado

-¿Por qué? Te ves muy tierno -dije haciendo un ademán de burla para incomodarlo un rato

-No molestes o te empujo por las escaleras -comentó respondiéndome al gesto

Le sonreí, pero vi una silueta en la entrada de la puerta y dejé de esbozarla. Akai se dio cuenta y miró para atrás. Inmediatamente se levantó y cerró la puerta con llave.

No sabía que decirle, me daban ganas de preguntarle si sabía cosas de aquel ente, pero no lo consideré apropiado, siendo que recordaba la seriedad con que me dijo que me alejara de la habitación de su hermano mayor.

-No sé porqué está molestando hoy... Casi siempre demostró ser pasivo...

Bakemono volvió hacia mí y se sentó a mi lado, creo que un poco avergonzado. No lo sé, pero le acaricié la mano y le dije que no se preocupara. El respondió el gesto y me miró. Dejé a un costado la bolsa con hielo

-No, déjate eso en la cabeza

-Pero es que me está quemando...

-Se te hinchará...

-Que lo haga, luego bajará...

Le volví a sonreír mientras él no se mostraba muy de acuerdo con mi decisión. En un movimiento rápido, se acercó a mi rostro y me besó en la mejilla derecha, mientras que con su mano me sostenía del otro lado, luego quedó mirándome a los ojos en una distancia corta y me miró los labios. Rotaba su vista de mis ojos a mis labios

-Yami... ¿Puedes ser mi cena?

No le respondí, simplemente cerré mis ojos, y cuando lo hice, sentí sus labios en los míos.

Mi corazón latía fuerte, podía sentirlo chocar contra mi pecho. Podía sentir mi respirar agitado. Estaba nervioso. Era mi primer beso. Sí, en mis diecisiete años era la primera vez que me besaban... y realmente no me importaba si era normal o no, si era una edad estándar o no... ¡me importaba un carajo todo! Me gustaba mucho, todo lo que estaba referido a él me gustaba mucho, y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de mantener su bienestar. Comencé a sentir que su lengua me pedía el paso y lo dejé, dejé llevarme por él, por el momento.

La mano con la que había estado sosteniéndome el rostro, fue a la altura de mi cuello y comencé a sentir la otra en mi cintura, que levantaba mi camisa negra con cautela. Dejé reposada mi mano izquierda sobre su hombro y poco a poco sentí como su cuerpo se abalanzaba sobre el mío con una sutileza y destreza que me asombraba, o tal vez era normal, pero para mi todo me asombraba, todo era nuevo.

Quedé recostado en su cama, y él me miraba el cuerpo, comenzó a levantarme la camisa y a tocarme el torso con cuidado, quería que continuase, quería mover mi cuerpo para que su mano recorriese mi cuerpo con mayor fuerza y firmeza, porque pensé que estaba dudando o algo así. Finalmente me desabrochó uno a uno los botones y me despojó de esa prenda; con ambas manos me acarició el torso y el pecho, mirándome con sus labios entreabiertos. Yo no aguantaba más, quería sentir otra vez sus labios cerca de mi rostro y apoderarme de ellos, pero me comenzó a besar el ombligo y a mojarlo con su lengua. Arqueé mi espalda y sostuve el acolchado con firmeza, me estaba volviendo loco con eso. Subió hasta mi cuello y comenzó a mordisquearme el lóbulo de la oreja al mismo tiempo que comenzaba a sacarse la camisa blanca. Me sostuve de su cuello, presioné mis dedos contra su cuello y gemí. Realmente no podía soportarlo más, estaba impaciente. Bajé mis brazos y le quité la musculosa por mi cuenta y a desabrocharle el pantalón mientras que él se encargaba del mío.Con rapidez me lo quitó e hizo lo mismo con el suyo, me quitó al ropa interior y después la suya. Me quedé mirándolo y mirándome, le agarré de la mano y lo atraje hasta mí para besarlo. Todo el peso de su cuerpo quedó sobre el mío; yo disfrutaba del juego que su lengua hacía dentro de mi boca, y experimentaba esa extraña sensación de mi corazón palpitar contra mi pecho, de esa extraña sensación de quedarme sin aire, de querer que mi piel se quemara por sus caricias.

Sus besos bajaron hasta mi cuello, luego sentí unos dedos por debajo. Al principio me asusté un poco, sintiendo como una especie de electricidad cruzar por mi espina dorsal, pero después me relajé. Al cabo de no mucho tiempo ya me encontraba gimiendo un poco tímido otra vez.

Akai sacó de un cajón de la mesa de noche un preservativo y se lo puso, luego recostó su cuerpo por sobre el mío otra vez y me agarró de las piernas con cautela, me miró a los ojos

-¿Y? ¿Aún sigues con la idea de querer ser mi cena?

Le sonreí, quería que no se detenga, quería que continuase tocando cada parte de mi cuerpo con sus manos de esa manera tan delicada, quería que me comiera por completo

-No, también tu postre

Me besó nuevamente y me separó las piernas. Me sentí nervioso y a la vez impaciente. Lo sentí dentro de mí. Cerré mis ojos con fuerza, le clavé mis dedos en su espalda y escondí mi rostro en su cuello. Me dolía. Pero no fue por mucho tiempo así, comencé a disfrutarlo luego. Pasó el tiempo, en el que continuaba moviendo sus caderas apasionadamente, en el que me besaba con ternura, con sinceridad, con devoción. Ya no podía dejar de gemir, me aferraba a su cuello, e incluso me mordía los labios para tragarme cada sonido que pudiese dar con mi boca, pero siempre que hacía esto Akai me besaba y me obligaba a dejar de hacerlo y ambos dejábamos escapar ese sonido del goce en la boca del otro.

Llegado el momento, sentí algo en mí estallar y recorrerme todo el cuerpo, grité con fuerza y luego Bakemono hizo lo mismo y cayó rendido en mi cuerpo. Comprendí que habíamos llegado a clímax y no pude dejar de esbozar una sonrisa, me sentía completo y ninguna parte de mí faltaba. Todos los recovecos vacíos en mí fueron completados con él, con su esencia. Cerré los ojos con tranquilidad y sin soltar su cuerpo le dije:

-Dakishimetai no ni... Bakemono    

º-.(·º·).-º-.(·º·).-º-.(·º·).-º-.(·º·).-º-.(·º·).-º-.(·º·).-º-.(·º·).-º-.(·º·).-º

Notas finales:

Hola a todos. Como han podido leer, toda la historia estará relatada por este muchacho. Tengo planeado hacerlo como un fic de poco capítulos, pero, como ya se sabe, no siempre logro hacer lo que digo porque las cosas se me salen de las manos a veces.En fin, espero que les haya gustado y que se atrevan a dejarme un review para decirme si les pareció un fiasco o no (si no lo hacen me daré cuenta porque ahora hay un contador  por cada uno que entra a ver la historia) Pero no importa, mientras sepan de su existencia me basta ^__^

Aclaro ciertas cosillas ante de despedirme:

La primera: Akai llama a Hikaru, ‘Yami’, además de ser su segundo nombre, fue de tal forma como lo conoció en el foro, lo cual significa ‘penumbras, oscuridad o tinieblas’.

La segunda: Akai se hace llamar ‘Bakemono’, lo que significa ‘mosntruo'

La tercera: ‘Suki da yo’ significa ‘te quiero o me gustas’ en japonés (en la versión masculina, sino sería ‘suki desu’)

La cuarta: ‘Dakishimetai no ni’ significa ‘quiero estar contigo’

La quinta: ‘Mou’ significa ‘yo también’

Y la (posible) sexta: ‘Aho’ es otra forma de llamar idiota a alguien (al igual que baka) pero en un tono más serio 

Dije ‘posible’ solo a la sexta, aunque tendría que haberlo colocado con todas. No sé si esto esta REALMENTE bien, lo conseguí y ya no me acuerdo de dónde, y si están completamente seguros que esta MAL, muy mal, sean amables de hacérmelo saber. (Espero que no, porque sino el título de estaría mal. No me culpen a mí T.T por favor)

Gracias por gastar su tiempo leyendo esta historia. Otra cosa mas, pido disculpas a la creadora de esta página por como escribí durante las conversaciones, es que deseaba darles ese formato, coloqué  los ¡ y los ¿ pero lo demás lo dejé a propósito y si llega a leer esto y quita el fic como dijo que lo haría, lo veo bien (ademas de las caritas que puse) Si tal cosa llega a ocurrir, espero poder volver a subir el fic como se debe.

PHOENIX JADE

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