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My Protege por Beitha KangChoi

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4° Perdóname y olvídalo.


Sus ojos se fueron abriendo lentamente, topándose con aquel techo gris con algunas luces bajas, seguro era de noche o momento de descansar. Se quedó un par de minutos en aquella posición, sabía que estaba sobre la cama ya que era suave la superficie en la que se encontraba recostado.


Intentó sentarse en el borde del colchón pero sus cortes y muchos golpes comenzaron a doler de un momento a otro, como si hubiera tenido un segundo round tras el primero en el cual venció a su oponente y fue cuando flashes de lo ocurrido le llegaron a la mente de un momento a otro; recordaba a su protegido curando sus heridas, Victoria ingresando y después una mujer rubia, lágrimas por parte de su protegido junto con Demetri.


Rosalie. Ella también estaba presente.


No. Lo había soñado, su esposa había muerto.


“–Ahora conoces en verdad al hombre que te cuida. Es mejor que sigas con tu novio de kínder, apuesto a que él si te es fiel. Ahí tienes una valiosa lección; felicidades, tu primera ilusión amorosa y la primera vez que te rompen el corazón. –“


Su protegido lloraba ante las palabras de Demetri.


“–No te enojes conmigo solo porque tu perro no resultó sentir nada por ti y es totalmente heterosexual. Seré una pesadilla que enterraras, pero te juro que te visitaré cada vez que duermas. Ahí estaré. –“


El Verdugo. Él dijo que Seth estaba sintiendo algo por él. Algo más que amistad y agradecimiento.


Seth se había enamorado de él.


Kellan se incorporó con dificultad de la cama y permaneció sentado asimilando lo ocurrido en aquellos minutos o quizás ya horas. No estaba al pendiente de cuánto tiempo había transcurrido. Solo sabía que le faltan dos batallas más y por fin sería libre junto a Seth.


Seth.


El rubio se incorporó de la cama y giró en su eje para buscar a su protegido pero no lo encontró por ningún lado, de hito en hito y no había rastro de él por lo que comenzó a preocuparse hasta que se acercó a la gran puerta de metal listo para golpearla y gritar para que le dieran información de donde se encontraba Seth y escuchó la voz de quien buscaba con desespero.


–Solo te pido ese favor en caso no salga vivo. –


–Me estas pidiendo algo muy arriesgado. –


–Piensa que te lo está pidiendo Kellan, sé que te gusta también. – Aquel “también” por parte del menor le recordó que todo lo ocurrido no fue solo un mal sueño, en verdad el joven estaba enamorado de él, si tuvo sexo con aquella prostituta frente a él y Demetri lo forzó a ver.


Todo fue real. Si le hizo daño a Seth.


–No sé a qué te refieres. – La voz de la pelirroja se escuchó dudosa y tambaleante.


–Con mi primer protector, nunca te comportaste así. En cambio con Kellan, te aseguras de que coma y le das una ración más abundante, envías medicina de sobra y te empeñas siempre en ser la primera en recibirlo tras ganar una batalla y decirle que hizo un buen trabajo. Kellan te gusta, por no decir que te gustaría tener una relación más que solo de negocios.


Por favor Victoria, solo dile a mi hermano, hermana y Alec que los quiero y que me perdonen. Solo eso. – Kellan permaneció escuchando el silencio tras la puerta de metal hasta que logró escuchar un suspiro suave por parte de la pelirroja al parecer y después sus palabras.


–Lo intentaré. –


–Si muero, se que podrás tener a Kellan para ti, y yo me alejaría del Verdugo. Tú y yo salimos ganando. –


–Veré que puedo hacer. –


–Gracias. – Las puertas de metal comenzaron a sonar y pronto Kellan volvió hasta el colchón donde permaneció sentado y procesando lo que había escuchado. ¿Acaso su protegido ya no le tenía fe? Su ceño se frunció de solo imaginar aquello.


La gran puerta de metal de abrió y Seth ingresó y la mirada del rubio penetró la ajena y fue bajando hasta llegar a su cuello donde notó marcas de dedos fielmente impresas.


Seth soltó un suspiro y avanzó con la cabeza agachas cogiendo un poco de medicina de la pequeña mesa de metal que había y que le servía a ambos para poder comer. Se arrodilló en medio de las piernas del rubio y comenzó a curar cada herida con cuidado, sabiendo que probablemente se deben de haber abierto con tanto movimiento.


Pensar en eso solo le causó una punzada en el pecho. Pero continuó con su trabajo.


Kellan por su parte veía como aquel joven no le miraba a los ojos y se dedicaba a limpiarle los cortes en sus muslos y pronto fue subiendo por su abdomen, aquella sabana era lo único que cubría su intimidad y desnudez.


El rubio intentó hacer que algo saliera de su boca pero simplemente no sabía nada y eso lo ponía más ansioso. Necesitaba pedirle disculpas por todo lo que vio, por herir sus sentimientos de esa forma tan cruda.


Los dedos de Seth tocaron accidentalmente la piel del mayor y ello hizo a Seth alejarse un poco más casi como si doliera tocarle, pero Kellan lo interpretó como asco y decepción.


El joven continuó su labor hasta llegar a su pectoral donde surcaba una gran cicatriz la cual la trató con sumo cuidado, casi olvidándose por un instante lo ocurrido, se había concentrado tanto en su tarea que no sintió cuando Kellan le había tomado por la muñeca con fuerza para que no escapara. Seth removía su mano de aquella fuerte que le sostenía pero solo lograba que el rubio le agarrara con más ímpetu.


–Kellan, ya basta. – la voz del menor salió como suplica aun sin verle a los ojos, miraba a la fría pared tras el rubio.


–En verdad lo siento, si hubiera tenido una idea…–


–Era un regalo de Aro, no podías decir que no una vez más o todo sería peor. –


–Sabes que no es a lo que me refiero. – Seth abrió en demasía los ojos y comenzó a palidecer. Entonces si lo recordaba y había escuchado las palabras de Demetri. Volvió a intentar soltarse pero Kellan le sostuvo más fuerte creando incomodidad al menor, se colocó de pie y los fuertes brazos del protector le rodearon impidiendo su huida.


–Por favor no me toques, no lo hagas más difícil para mí. Entendí el mensaje. Lo entendí claramente. –


–No, yo…–


–Perdón por hacerme falsas esperanzas, por Dios, ¡Estabas casado! ¡Era obvio! Supongo… que nadie aquí había sido tan amable conmigo, mi mente retorció todo y… pasó. Lo siento. Fue toda mi culpa. Pero por favor, que esto no cambie nada, admito mi error. Solo quiero salir de éste lugar y todo será como antes, cada quien con su vida. –


Qué extraño. Su pecho se contrajo y en su garganta algo pasó que le comenzó a faltar el oxigeno.


– ¿Cada quien con su vida?– Para Kellan no había nada ahí afuera, sin hijos ni esposa, pero solo un hermano. Hermano con quien no se hablaba desde hace mucho. Kellan le cogió fuertemente de los brazos viéndole a los ojos, se sentía enojado, sentía algo en todo su ser que no podía darle explicación. – ¿Y piensas que para mí hay algo ahí afuera? ¡¿Crees que hay alguien que espere mi regreso?!– Seth entrecerró los ojos de miedo ya que no pensaba que su protector estuviera tan enfadado por lo que había dicho. –


Estaba a la misma altura con el rubio viéndole directamente a los ojos enojado. ¿Acaso volver a la vida real era que ambos se iban a separar y cada quien volver con su vida? Kellan solo y sin nadie mientras que a Seth le esperaban sus hermanos, madre y… Alec.


Alec.


Ese nombre lo había escuchado de la boca de su protegido, claramente lo había escuchado y se escuchaba con tantas ganas de volver a verlo.


–Basta, me duele. – Algo en la cabeza de Kellan comenzaba a hacer cortocircuito y quiso salir de dudas.


– ¿Así que eres gay?– El rostro del menor se contrajo y Kellan lo tomó como una afirmación.


–Es algo que solo me compete a mí. –


–Así que todo éste tiempo arriesgué mi cuello para que un chico gay se enamorara de mí y que después quiera regresar con su maldito novio cuando se dio cuenta que a mí no me gusta. –


Seth bajó la cabeza y sonrió con tristeza, por fin lo había escuchado de la propia boca de su… de aquel hombre. Kellan no siente nada por él. Que duro había ido escucharlo de aquel hombre que por un momento se escabulló por su corazón y lo habitó sin permiso alguno.


Pero Seth tenía orgullo.


–Si te da tanto asco que un chico como yo llegara a sentir algo diferente a solo agradecimiento, entonces me disculpo pero ya expliqué lo que sucedió conmigo, Kellan. – El pelinegro se soltó del fuerte agarre del rubio y le miró a los ojos firmemente. –Y sí, soy gay y no me siento menos que nadie. Solo no metas a Alec en esto. – Una salida dramática hubiera sido lo mejor para ese momento sin embargo Seth recordó en donde estaba y pronto caminó por la habitación hasta el otro extremo de la cama donde se sentó y dio la espalda al fortachón.


Kellan le siguió con la mirada y sentía un revuelo de emociones dentro de sí mismo, deseaba tanto poder decir lo que realmente ocurría con él en ese momento pero no podía expresarlo bien. Y eso era lo que comenzó a frustrarlo de verdad.


–Prometo… que si llegamos a salir de aquí, nunca más me verás, ni si quiera sabrás de mi y podrás tener una buena vida. Nadie sabrá que alguien como yo llegó a sentir algo más que amistad por ti y tampoco se lo diré a alguien. Lo prometo, si eso te hace sentir más seguro para las dos peleas que vienen. –


No. Kellan sentía que las cosas comenzaban a retorcerse aun más con todas las palabras del menor.


No le importaba si Seth tenía otra orientación sexual o fuera un ser asexual.


Le importaba que aquel chico pensara tan mal de él.


Celos…


En su cabeza algo grito con fuerza y se quedó pensativo hasta que sus pasos comenzaron a darse hasta quedar frente al menor, viendo la diferencia de tamaño debido a que el pelinegro estaba sentado y con la cabeza abajo.


–En verdad lo lamento. – la voz suave de Seth se hizo presente sin poder levantar la cabeza ya que sentía que un fuerte dolor comenzaba a darle sin tregua alguna al parecer. –Lo arruiné. Lo arruiné todo. –


En realidad fue el rubio el ciego pero Seth se sentía más culpable pese a no haber hecho nada.


Kellan quedó de rodillas en medio de las piernas del menor para poder estar a una buena distancia y de ésta forma comenzar una conversación de adultos. Sabía que el joven ni si quiera le miraría a la cara por lo que en ésta conversación por lo menos tendría que haber un adulto.


–Mírame, por favor. –


–Ni si quiera tengo la valentía para hacerlo, por favor no me obligues a algo que en verdad no quiero hacer. – McCarthy soltó un suspiro y pronto le levantó un poco la cabeza para que pueda verle y notó aquellos ojos cristalizados y a punto de llorar, sus ojos fueron a sus labios y los vieron rojos y con ligeras líneas horizontales, clara prueba de que estaba aguantando el llanto valientemente mordiéndose los labios.


–Fue mi culpa el no darme cuenta de todo por lo que habías pasado aquí, ya que no hay nadie que pudo tratarte amablemente, sonreírte o protegerte, todo ese estrés de por medio y, de la nada llegue yo y comencé a  hacerlo y eso sé que debió confundirte en gran magnitud, y continué haciéndolo sin darme cuenta lo que eso estaba haciendo en ti, Seth. Debí detenerme o por lo menos decirte las cosas claras.


En el caso de que ambos salgamos de aquí, no quiero olvidarte o que desaparezcas de un momento a otro, tienes que estar en mi radar veinticuatro por siete, voy a necesitar saber que estas bien, con tu familia, siendo feliz y sobretodo siendo un chico de tu edad. Sé que saliendo de aquí serás tú quien querrá olvidarme y olvidar todo lo que viviste aquí y lo comprendo. –


Seth elevó la cabeza aun más y vio el rostro masculino de Kellan que ahora estaba acompañado de un par de lágrimas. Kellan se sorprendió cuando sintió los pulgares de aquel joven tocar su rostro, sintiéndolo húmedo.


–No hace falta que llores, me siento más culpable por lo que dije. – Los pulgares del menor continuaron limpiando y Kellan se concentró en aquel rostro con rasgos infantiles, no le miraba a los ojos y se le veía concentrado en su tarea de limpiar aquel par de lágrimas.


Recordó que no había sentido ese sentimiento de pérdida después de lo ocurrido con su familia pero la sintió al escuchar las palabras del menor.


Y hasta que se hizo protector del más joven, no se sintió solo o si quiera pensó en su tristeza o esposa en todo el sentido de la palabra.


Quizás Seth no fue el único confundido en todo esto.


Quizás Seth fue valiente en expresar lo que estaba sintiendo y ahora era el rubio el cobarde y lento al recién darse cuenta de todo.


–Si hago algo, promete no enojarte y olvidarlo. – El rubio asintió con la cabeza aun pensando en la información que acababa de descubrir.


Kellan sentía su rostro ser acariciado por los pulgares del menor mientras sentía que sostenía mejor su cabeza y la cercanía comenzaba a ser parte del pasado y fue cuando sintió los labios del menor sobre los suyos, se movían con miedo y tan dubitativos por la osadía que estaba cometiendo en ese momento.


Ni si quiera podría haber punto de comparación con aquella mujer que calentó su cama antes.


No habría y no lo hay.


Entreabrió los labios con cierto miedo y recibió el labio inferior de su protegido con tranquilidad, sus ojos se cerraron mientras comenzaba a darse aquel beso y el nudo que su garganta guardaba desapareció y se arriesgó a continuar aquel beso ladeando el rostro, mientras aquellos pulgares le trataban con cariño, casi brindándole suaves mimos para que el beso fuera más que especial en ese momento. Disfrutó de la textura de aquellos labios e hizo un paso atrevido al introducir su lengua en la cavidad del menor quien no tardo en responderle de aquella misma forma queriendo continuar y no necesitar de oxigeno para que nunca terminara ese momento.


Las manos del rubio fueron hasta los costados del pelinegro brindándole el mismo tipo de caricias que Seth le estaba dando.


Se perdió tanto en el placer de solo besar a Seth que terminó recostándolo en la cama para tener algo de poderío sobre él y no dejar ese beso del cual comenzaba a volverse adicto.


Las manos de Seth estaban dubitativas en rodearle el cuello porque sabía que si lo hacía, entonces no podría soltarlo y se dio una bofetada mental al colocar las manos en los pectorales del rubio y separarse del beso aun manteniendo la posición.


Sus ojos se cruzaron y antes de que Kellan dijera algo, Seth le calló colocando su índice sobre aquellos labios que había besado anteriormente.


–Solo no digas nada. Lo prometiste. – Kellan tenía tanto que procesar en ese momento que no escuchó cuando la puerta de metal se abrió y los guardias trajeron la comida del día junto con la ropa que usaría probablemente después de dormir ese día. Mañana sería su penúltima pelea.


Sería tonto decirlo pero tenía algo por lo cual ganar. Siempre lo tuvo pero hoy hubo un plus para poder hacerlo mejor.


***


Durante gran parte de toda la noche, Kellan se dedicó a entrenar su cuerpo mientras Seth dormía profundamente y procuró no hacer ruido al momento de ejercitar. Iba a salir de ese sitio y consigo se iría su protegido, intentaba no pensar mucho sobre lo que había ocurrido horas antes mientras hacía abdominales, pero los recuerdos de cómo sintió aquel beso, las suaves caricias que recibió solo le gritaban que Seth era un chico que había experimentado el amor mas no la lujuria en un beso, probablemente el tal Alec había sido su novio de kínder y no había llegado a más con él, pero no lo sabía a ciencia cierta.


Su mente era un lio pero tenía que estar tranquilo y con la mente despejada de todo en ese momento, esa sería su última pelea antes de enfrentarse al maldito Verdugo y tenía que hacerlo bien.


Lo único que tenía que haber en su mente era que su protegido lo necesitaba una vez más y que estaban a un paso de salir, por lo menos de que Seth lo hiciera.


Es tu nueva misión.


¿Qué?


Algo gritó en el interior de su cabeza aquello y no supo de donde vino en realidad pero suponía que era una misión que tendría que cumplir por el bien del más joven.


Realizó la rutina un par de veces más hasta que sentía sus músculos tensos y listos para cualquier cosa en ese momento, se recostó en la cama cerrando los ojos y con la respiración agitada. Su cabeza giró y vio el rostro tranquilo de Seth descansar sin pesadillas de por medio.


¿Prometer que no me enojaría y lo olvidara?


No, era imposible hacer las dos cosas.


Sé que no me enojó ese beso, pero ¿olvidarlo? Por supuesto que no. Ese beso quedó grabado en su mente y cada vez que cerraba los ojos sentía la textura de los labios ajenos y las pequeñas caricias que había recibido en ese momento.


Cuando llegó el momento de la pelea, Kellan se colocó unos nuevos pantalones y salió solo con un bivirí blanco y sin zapatos de por medio. Caminó rodeado de más guardias mientras su protegido hacía lo mismo pero en dirección contraria.


Victoria estaba en la entrada y pidió a los guardias se retiraran y hasta que solo quedaron los dos fue que comenzó a hablar.


–Quien está al otro lado está enfermo en verdad. Tienes que tener más cuidado y ésta vez no solo tu tendrás un oponente. – Kellan frunció el ceño. Seth. No.


– ¿Qué?–


–Aro quiere hacerlo todo más divertido, así que termina rápido para que puedas ayudar a Seth. Esos tipos están locos. –


–Te agradezco todo lo que has hecho por nosotros. Por mí. – Kellan le brindó una sonrisa, tenía que jugar bien su última carta. –Será una dura pelea y no sé si salga con vida, pero estoy feliz de saber que por lo menos conocí a una persona que está cuerda. Solo quiero pedirte mi última voluntad en caso de que así se dé; tengo un hermano a quien no he visto en años, luego de lo que pasó me distancie aun más de él. Solo quiero que lo llames y le digas que estoy bien, que no me busque. Por favor. – Kellan se acercó lo suficiente y posó su respiración en la oreja del cual colgaba un bello pendiente de diamantes. –Es lo único que pido, Victoria. – Cogió su mano aun sin salir de aquella posición y le brindó un papel arrugado el cual contenía el número de su hermano. Su única familia ahí afuera.


Una alarma sonó para avisar que le tocaba ingresar y Kellan se separó y giró para ingresar a su penúltima batalla o quizás la última. Llenó de oxígeno sus pulmones y dio un paso para ingresar a la nueva temática que le habían preparado.


Cuando la puerta se cerró, Victoria observó el arrugado papel viendo un número de teléfono.


Seth y Kellan le estaban brindando su última voluntad pero solo podía hacer una llamada o descubrirían todo el teatro. ¿Pero a quien se la cumpliría?

Notas finales:

Pueblo de Amor Yaoi, espero que se encuentren bien :v no se olviden del review ¬_¬ No hacen que me inspire mucho que digamos después de todo.


Nos vemos hasta la proxima y no olviden ir a mi página de Facebook "BlissHat Fanfics" Ahí encontraran uno que otro meme, información sobre los personajes y más comunicación entre nosotros.


Nos leemos pronto.


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