Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Protege por Beitha KangChoi

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

5° La llamada

Aquella pelea pronto comenzó y algo que había notado en primera Kellan, fue la gran pantalla que había, donde mostraban una habitación parecida a la que estaba, volviendo a observar a su alrededor; aquel lugar parecía como un verdadero frigorífico de una carnicería, había sangre seca en las sucias paredes, así como también varios instrumentos de tortura –a su parecer- que estaban en estantes o en la misma pared.

Su mirada se volvió a enfocar en aquella pantalla que capturó el rostro temeroso de Seth, veía todo el lugar con horror y asombro, la misma expresión con la que ingresó el rubio.

Death Dealer, te presentamos a tu oponente de ésta tu quizás última pelea: ¡Break Skull! Solo uno saldrá vivo, y eso significa salvar de la muerte a sus protegidos. – La voz por el alta voz era robótica, pero podía asegurar que era de Aro aquella voz que terminaría odiando día tras días una vez saliera del lugar.

El que estaba frente a él era un tipo más alto que él y eso que Kellan estaba por el metro noventa, quizás aquel hombre llegaba a los dos metros. Vio a los ojos a aquel ser y le observó desviar la mirada hacia el monitor que estaba en la habitación, sin embargo no hizo algún gesto o dijo algunas palabras a su protegido, cada uno de los hombres con los que había peleado les dedicaba por lo menos una mirada significativa a cada uno de los que tenía que cuidar, pero el que tenía en frente, no, pronto desvió la mirada hacia el rubio frente a él y logró observar mejor su apariencia; Break Skull era un tipo alto, rapado y con tatuajes en el cráneo, brazos y hombros, vestía solo unos pantalones jean azul nuevos y una camiseta sin mangas blanca.

Kellan se percató de algo importante ahí; aquel tipo lo habían traído especialmente para él, quizás una recompensa por su muerte y la de su protegido, no lo sabía, pero el hombre con quien tenía que pelear Seth, no tenía ningún vínculo con el monstruo de 2 metros que tenía frente a él. Podía apostar su vida y la de Seth a que esos dos ni si quiera se habían visto antes. Podría darse una idea de quien había arreglado esto.

El Verdugo.

El hombre frente a él se acercó mientras cogía una cuchilla de las muchas que había alrededor y pronto comenzó el ataque de su parte, Kellan lo apartaba o intentaba golpearlo mientras intentaba coger algún arma pero Skull no le daba oportunidad, siempre dándole fuertes golpes en la cara o abdomen que le sacaban el aire, en realidad iba ser un duro oponente.

Tras aquella pantalla, Aro, Demetri y Victoria observaban ambas batallas y pronto Aro se acercó hasta Demetri, dándole un fuerte golpe en el rostro que le hizo girar el mismo y sentir un conocido sabor metálico.

– ¡¿ERES ACASO UN IMBECIL?! ¡Raptaste a un maldito asesino serial! ¡Tendremos suerte si nadie lo reconoce!– Aro estaba furioso por lo arriesgado que había sido Demetri, y eso solo demostraba que le tenía miedo a Death Dealer y con justa razón, aquel hombre tenía un extraño comportamiento con Seth pero en la Arena era un ser sin benevolencia. Suponía que se debía al espectáculo que dieron por la tarde antes de irse ambos a dormir, esos dos tenían algo más que una relación de protector y protegido, nadie excepto él lo había visto por medio de las cámaras que estaban instaladas en aquella habitación que había ganado el paramédico.

–Alguien tiene miedo. – Mencionó Victoria y de la nada Demetri avanzó lo suficiente para tomarla del cuello con fuerza para hacerla callar.

–Basta Demetri, suéltala, solo le estas dando la razón con tu actuar, idiota. – Demetri la soltó molesto.

–No le temo a un estúpido paramédico. –

–El traer un asesino serial para que pelee con él dice lo contrario. – Contraatacó Aro mientras observaba como Seth intentaba defenderse como podía, había una gran probabilidad de que él muriera primero.

–Si llego a pelear con él, no iba a dejar que fuera tan sencillo, para él sería un jodido honor pelear conmigo y morir bajo mi mano. –

–Diva…– Susurró Victoria mientras se cruzaba de brazos y mencionaba aquello más para sí misma. Los tres espectadores continuaron viendo la pelea, sin embargo la pelirroja se mostraba de cierta forma preocupada por lo que le fuera a suceder a Seth, después de todo era una de sus piezas de ajedrez que hacía a Death Dealer una verdadera arma, si lo perdía, eso significaba perder al paramédico.

Por su parte, Seth intentaba que aquel hombre no le tocara lo suficiente para lanzarle más golpes de los que había recibido hasta ese momento. Y fue hasta que sintió algo escurrir por el lateral de su cabeza que se percató que aquel sujeto le había dando un fuerte golpe lo suficiente para hacerle sangrar.

“–Nunca olvides que esto es solo en caso de emergencia, Seth. –“era su papá. Lo recordaba bien,

“–Y emergencia significa utilizarlo con Paul cuando me moleste. –” Aquella simpática risa de su papá se escuchó y no dudó en sonreír pese a que el tipo encerrado junto con él le viera raro por como sonreía, pensó que quizás estaba por morir y eso le agradó.

“–No estoy bromeando, hijo. Paul también sabe que solo debe actuar en caso de emergencia, y tú también debes de hacerlo. Tu vida es importante, tanto como la de tu oponente en una pelea justa. –” Seth observó a su oponente con un fierro de tubería en la mano listo para darle el golpe final y una sonrisa ladina apareció en el maltrecho cuerpo del más joven.

–Perdón, papá pero ésta no es una pelea justa. – Algo había recordado Seth tras recibir aquel golpe en la cabeza, algo que había enterrado bajo toneladas de miedo y lagrimas; tenía en mente que si iba a morir, entonces lo iba a hacer después de asesinar a ese bastardo del Verdugo.

Seth se incorporó haciendo un kip up perfecto que de cierta forma impresionó a su oponente.

–Prometo hacer que duela. –Le mostró una sonrisa un tanto retorcida mientras tomaba un fierro de tubería que había encontrado a su costado. Cuando entrenaba artes marciales con su padre, éste una vez le mencionó que el enfrentamiento físico causaba solo lesiones corporales fáciles de sanar y en caso de que eso sucediera uno tiene que saber levantarse, pero había algo que un peleador podía hacer para asegurarse una victoria y esa era enfrentamiento psicológico, que básicamente constaba de un sesenta por ciento de la pelea total.

Eso aseguraba la pelea junto con buenas técnicas de batalla.

Y Seth tenía ambas gracias a su padre.

“Pronto iré contigo, papá pero antes… hay un pedazo de porquería que tengo que matar primero. Te quiero, papá, espérame.”

Un enfrentamiento de frases por parte de Seth comenzó haciendo que su contrincante atacara por mero miedo ante lo que escuchaba del menor, suponía que era solo eso, palabras, pero cuando el fierro fue directo a su boca, rompiéndole dientes y haciéndole sangrar, supo que quizás ese mocoso hablaba en serio.

Seth tenía en mente cada uno de los movimientos que su padre le había enseñado junto con su hermano Paul y Leah, los tres siendo inculcados por su padre cuando todos aun era más jóvenes y siempre terminaban en risas y juegos por parte de su padre.

Volvería a ver el rostro del hombre que le dio cientos de alegrías porque sabía y era consciente que Aro nunca los dejaría salir del lugar.

Un giro en el aire por parte de Seth al darle una fuerte patada en la cabeza a su adversario le hizo sonreír mientras aun sentía que algo continuaba emanando de su parietal.

Su visión se vio borrosa de un momento a otro y supo que era por la pérdida de sangre, le iba a traer problemas si no se concentraba como era debido, de reojo pudo observar cómo iba la pelea de Kellan y sabía que aquel mastodonte probablemente le iba a dejar algún hueso roto.

Kellan intentaba empujar con toda sus fuerzas al tipo contra lo que parecía ser unas púas enormes, si lo hacía, entonces ganaría y podría ir por Seth y ayudarle, estaba cansado en realidad y solo quería terminar cuando antes.

– ¡YA MUERETE!– Kellan gritó con fuerza mientras seguía empujando pero no habían resultados hasta que dejó de hacerle presión en el cuello y pronto se giró para coger una rustica espada la cual la enterró en medio del pecho del mastodonte sin embargo éste le sonrió y avanzó más hacia el filo de la misma, en ese momento el rubio lo vio con la boca abierta, ese hombre no era humano, en definitiva.

Kellan aprovechó para darle una fuerte patada sobre el abdomen y empujar a su vez hasta aquellas púas que le perforaron el cuerpo y para poder asegurarse de que no hiciera más, el rubio le sacó la espada y con la misma le degolló mientras soltaba un suspiro, estaba con varios golpes y cortes encima pero tenía que ir por Seth ahora.

Cuando giró el cuerpo para ir por aquella puerta que separaba ambas habitaciones, ésta se abrió dejando ver a un hombre lleno de sangre, con golpes y cortes por el cuerpo, pero solo lo veía a él.

–Él sabía pelear. Se las dio de profesor. – Kellan palideció al escucharle hablar, no era posible que su protegido hubiera muerto a manos de ese tipo, ¿tanto había demorado? El tipo sonrió viendo que le faltaban varios dientes y éste sangraba por la boca.

Pero lo que no esperó fue como un machete atravesaba el pecho del hombre y éste giró para ver quien le había sorprendido de esa forma, recibiendo un machete en la garganta del mismo.

–Y… por último, nunca le des la espalda a tu oponente. – La voz de Seth salió cansada y el rubio lo vio cuando el hombre al cual su protegido había asesinado, cayó al suelo.

A Kellen el aire volvió a sus pulmones al ver a su protegido aun vivo y fue hasta él para poder abrazarlo con fuerza.

–Yo… creí… – Seth también lo abrazó rodeando su cintura importándole poco que ambos estuvieran pegajosos por la sangre que traían encima.

–Estoy bien, tranquilo. –ésta vez, fue el menor quien consoló al rubio, quien le brindo seguridad. –Se acabó el Seth débil. – Kellan se separó con una sonrisa y acarició aquellas mejillas tiernas las cuales de paso limpió con su pulgar. Se alejó aun más de los brazos del menor y pronto fue hasta el hombre que había asesinado, tomando su cabeza y llevándola hasta la cámara que tenía en una esquina.

–El siguiente serás tú, Verdugo. Te espero. – Aro mandó a apagar las cámaras y la transmisión global y miró directamente a Demetri quien se veía algo pálido.

Victoria sonrió de lado viendo la cantidad de dinero que había ganado en esa oportunidad, esos dos eran su pequeña mina de oro después de todo, sin embargo sabía que estaba haciendo mal al tenerlos retenidos. Su próxima pelea podría ser la última y aun tenía que cumplir con la última voluntad de alguno de ellos, pero aun no sabía qué hacer; en realidad sabía bien a quien podría cumplirse su petición pero no sabía si con eso arriesgaba toda la organización.

Perdón, Seth, pero también amo a Kellan.

Nuevamente Demetri salió casi corriendo del centro de mando para seguro dirigirse a Kellan o a Seth, era más que seguro que solo iría a provocarlo cuando en realidad solo reflejaba temor.

Kellan se había convertido en una verdadera arma.

Al ver como Aro y sus dos “secretarias” salían del lugar para seguro coger tras una buena ganancia de dinero tras la transmisión de la pelea, Victoria se quedó sentada viendo la pantalla en la cual estaban Seth y Kellan en aquella habitación que se le había dado a ambos.

No era la primera vez que los espiaba, cuando quería saber lo que su rubio hacía, solo se dirigía a las cámaras y observaba como ejercitaba todas las noches, pero también notó aquella inusual cercanía entre ambos. Esos roces de dedos, esas miradas y aquellas pequeñas sonrisas que se regalaban el uno al otro.

Sentía celos.

No tendría porque disfrazar la verdad con escusas estúpidas.

Sentía celos de Seth.

En la pantalla claramente estaba Seth curando las heridas del rubio con cuidado y con los medicamentos que le dieron para que pudiera hacerlo tranquilo.

Kellan cogió entre sus manos el rostro del menor y solo se acercó para dejarle un casto beso sobre los labios y fue turno de que ahora el rubio curara los numerosos golpes que tenía en el rostro y algunas partes del cuerpo.

Aquel ser que atacó al más joven en verdad solo quería asesinarlo.

Victoria llevó su derecha hacia su pecho, intentando tocar algo que no había: el anillo de bodas de Kellan.

Había olvidado hasta ese momento que ahora lo tenía Seth. Volvió a tocar la piel de su pecho de forma lenta mientras veía a ambos hombres interactuar y no hizo más que apretar la mandíbula.

También lo amo, Seth. Me estorbas.

Soltó un suspiro por medio de aquellos labios color carmesí y se dispuso a marcar el numero que el rubio le había dado segundos antes de la pelea y con un movimiento desapareció la cámara para luego aparecer una ventana donde solo se veía números propios de un teléfono móvil, incluso le brindó la ubicación, viendo que era en una zona urbana tranquila, propia donde vivirían familias completas. Donde todo les era felicidad y risas.

El timbre de espera comenzó a sonar y solo se mantuvo viendo la pantalla hasta que apareció el dibujo de un teléfono descolgado de color verde y pronto una voz se escuchó.

El hermano de Kellan.

– ¿Hola?– Victoria se quedó muda sin saber que decirle a quien fuera que estuviera al otro lado de la línea, tuvo miedo. –Si no responde, colgaré. – la pelirroja se alarmó y pronto carraspeó la garganta para hacer saber que si había alguien en la línea. Armándose de valor comenzó a hablar.

– ¿Es Anthony McCarthy?–

Un silencio algo incomodo se hizo en ambos mientras el hermano de Kellan aun no decía nada.

–Él habla. ¿Qué desea usted?–

–Soy amiga de Kellan, su hermano, solo quería decirle que él… está bien. –

–Hace años que no hablo con él, no desde que desapareció a causa de la muerte de Rosalie. –

–Él quería que le dijera que está bien y quizás… –

–Si va a seguir huyendo entonces no tengo nada de qué hablar con relación a él. – Victoria observó la pantalla donde observó que había pasado ya un minuto desde que han estado hablando y era momento de colgar o podría alguien rastrear la llamada.

–Espere, su hermano…–

–No tengo hermanos. –La llamada de colgó abruptamente y Victoria solo pudo pensar que ahora Kellan estaba solo en el mundo, ni si quiera pudo explicarle algo al hermano de este. Se dio una idea que había una muy mala relación entre ambos y ahora si Kellan moría, no le importaría a nadie ya que su único familiar no quería saber de él, ¿habrá escogido mal? ¿Los familiares de Seth hubieran contestado de la misma forma?

La pelirroja suspiró y se incorporó del cómodo sillón para salir de aquellas oficinas e ir a su habitación, sin embargo no giró para ver como un pequeño punto rojo siguió brillando en la pantalla, justo hasta donde había realizado la llamada y por fin desaparecer y solo tener en aquella pantalla gigante cámaras de todos los protectores y protegidos.

***

Las luces volvieron a estar bajas lo cual significaba que era tiempo de descansar, quizás mañana pelearía con el Verdugo o como éste quisiera.

El rubio abrió los ojos viendo el rostro tranquilo y con golpes de Seth descansar, no habiendo pesadillas ni dolor, solo estaba tranquilo y eso solo lo puso de cierta forma feliz.

Sabía que Seth había experimentado un fuerte estrés lo cual le llevó a bloquearse a sí mismo, olvidando parte de sus recuerdos felices y entonces a su mente llegó lo bueno que era en defensa personal. El menor se lo había contado mientras curaba sus heridas, tanto había calado en él el dolor físico y mental que le provocó el Verdugo que olvidó quien era en verdad, lo que sabía y lo que no.

Algo comenzó a brillar de forma casi imperceptible y notó que era su anillo de casado en el cuello de Seth que ahora se encontraba casi sobre el colchón que ambos compartían, llevó su izquierda hasta tocar el borde y cerró los ojos recordando ese fatídico momento donde lo perdió todo pero intentó ir más atrás, cuando se conoció con la rubia, su trabajo, sus amigos, su familia pero no lo logró, solo un incesante pitido como el que habían utilizado para lavarle el cerebro cuando llegó se logró escuchar y solo pudo abrir los ojos a la parte para que este se fuera.

¿Habría ocurrido lo mismo con él? ¿También su mente estaba escondida como con Seth?

No recordaba tener ningún amigo, no recordaba algo de su trabajo como paramédico, solo estaba ese momento en el que Rosalie y su bebé se fueron para siempre.

Pero había un rostro que si aparecía y era el de su hermano Anthony, pero era el único.

Algo estaba mal consigo mismo. Realmente habían logrado lavarle el cerebro en su totalidad, pero sí lo mismo ocurría con Seth, entonces se tendrían el uno al otro para poder crear nuevos recuerdos juntos. Ante la sola idea, Kellan sonrió de lado y observó como Seth soltaba un suave suspiro mientras dormía.

–Si vamos a ser tú y yo, entonces que así sea. Lo que sea que ocurra mañana, prometo cuidarte siempre. De por vida seré tu protector y tu mi protegido. –

Notas finales:

Hola, pueblo.

¡Disfruten de éste capitulillo!

¡El trailer de mi nuevo proyecto lo pueden encontrar en mi página de Youtube! Busquenlo como "Bea & Mel".

(: De toda patata les agradezco que continúen apoyandome.

¡Comenten el vídeo que haré un recopilatorio de sus mensajillos por ahí!

(: Nos vemos con el final y el Epílogo.

PD: Debido al constante SPAM que estoy recibiendo por "No se llamaría amor si no doliera", QUIZÁS SEA ÉSTE EL ÚLTIMO PROYECTO QUE PUBLIQUE POR AQUÍ.

¡Nos leemos pronto! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).