Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi dulce perdición por Dennis_R

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

TODOS LOS DERECHOS SON RESERVADOS DEL AUTOR. ©
NO COPIAS O ADAPTACIONES.
GRACIAS ^=^.

Notas del capitulo:

Hola*

Gracias por leer¨¨

...

 

Desde hace mucho tiempo los humanos se rehusaron a convivir con los demonios formalizando un contrato que decidía dividir los territorios por separados, para así poder vivir en paz.

En la actualidad el rey de los demonios rompió aquel trató declarando la guerra y comenzó a invadir nuestros territorios.
Nadie sabía la razón del por qué había roto aquel contrato que permanecía durante años, pero tampoco se escuchaba hablar de aquel rey.

Los problemas no se hicieron esperar, y a pesar de que no estábamos dispuesto a pelear, ya no podíamos hacer nada para detener la guerra.
En todo el caos de la mayoría de los territorios, surgieron muchas amenazas que comenzaron a cambiar el mundo por completo...

 

<< Sólo era yo... hasta que apareció el >>

 

...

 

 

 

“Los humanos y los demonios son de mundos diferentes”.

Cuando era pequeño pensaba en que dividir el mundo en dos partes era algo egoísta, aunque en cierta parte esa era la única opción en ese tiempo, pero ahora en la actualidad debería haber una segunda opción en donde los demonios y humanos intenten vivir juntos. Todos me decían que estaba equivocado y que tal vez ellos no mentían...

 

 

Vivíamos pacíficamente con ese simple contrato. Así que nunca me imaginé que llegaría el día en que aquel contrato se disolviera.

Y toda aquella responsabilidad y confianza de los humanos se me fuera otorgada obligadamente.

Mi padre es quien reinaba a los humanos, pero de pronto su salud empeoró y por voluntad propia decidió dejarme el reinado, en ese momento no me lo podía creer, él podía haber elegido a mis otros dos hermanos mayores. Pero me eligió a mí para dirigir a los humanos y encargarme de tener la victoria.

No me sentía afortunado en lo más mínimo, solo pensaba que era demasiada responsabilidad para alguien como yo, así que me negué, pero él no quiso escucharme y tampoco quería enfrentarme a él, por que solía ser muy estricto ante sus decisiones.


No lo entendía, ¿por qué me eligió?


Ni siquiera sé manipular bien la espada o disparar un arma, sin contar el hecho de que no pueda manejar un arma demoníaca.

Cualquiera de mis hermanos estaría perfecto para estar en mi posición, saben pelear y siempre dan buenas ideas y órdenes, comparados conmigo ellos son completamente perfectos. Pero aun si tengo todo el apoyo de ellos me es un poco difícil manejar y formar estrategias en contra de los demonios.
Si me equivoco en algo más personas morirían por mi error, y eso me ponía muy inquieto.


Muchas personas aquí creen en mí, y me han enseñado varias cosas.
Pero aun así no puedo evitar sentirme intranquilo...

 

- Tatsumi - abren la puerta de un sólo golpe, levante la mirada y lo observe con algo preocupación - así que estabas aquí, que alivio.

 

- No me asustes así, creí que sucedía algo - suspiré con alivio y sin darle importancia a su presencia seguí organizando los papeles de mi escritorio.

 

- Tranquilo, yo debería decirte lo mismo, no desaparezcas así o será un problema - me exige sentándose en una de las sillas. Volteo para verlo con indiferencia y reí un poco ante su exigencia.

 

- Tu deber no es protegerme a mí - el parecía no tomar en cuenta mis palabras y por su expresión me daba la impresión de que ocultaba algo.

 

- Haru, me dijo que no tienes ningún acompañante por lo que sería mejor quedarme contigo - comento despreocupado. Ya me imaginaba que se trataba de algo como eso, porque cosas así siempre terminan girando en torno de mi hermano, así que no me sorprendía para nada.

 

- No tienes que protegerme, pronto encontraré a alguien para que lo haga, así que no olvides tus obligaciones, tienes que estar con Haru - le sonreí con amabilidad y con algo de exigencia - es una orden, Aki.

 

- Si es lo que deseas, entonces lo haré - respondió inseguro así que seguí con mi trabajo sin preocupaciones, pero aún así seguía sintiendo su mirada analizadora en mí y eso me incomodaba un poco - Tatsumi no tomes estas cosas a la ligera, acaso estas preocupado por algo.

 

- No entiendo de que estas hablando - respondí sin voltear a verlo – sabes, estaba pensando que sería bueno que hoy vaya a ver a Misako así que...

 

- No puedes - entró Haru a la habitación, conociéndolo era notable que espiaba nuestra conversación así que no pude evitar suspirar de cansancio mientras lo observaba fijamente, - nosotros estaremos en los territorios del norte y oeste, volveremos en dos días y cuando estemos aquí, irás con nosotros.

 

- Me niego - le aclaré firmemente y muy seguro de mis palabras - iré hoy, el castillo de Misako está cerca de aquí, puedo ir con unos guardias sin preocupaciones.

 

- Recuerda que no tienes un acompañante, será peligroso, así que tienes que esperarme Tatsumi...

 

- Haru, no puedo quedarme en el castillo dando órdenes y creando estrategias sólo para que ustedes hagan todo el trabajo - Haru se enojó un poco ante mi declaración, pero preferí no darle importancia porque estaba muy seguro de lo que decía y él lo sabía perfectamente, - para mí lo más importante ahora es ir a ver a Misako necesito saber cómo está la situación en estos momentos.

 

- No quiero que vayas - exigió con seriedad, golpeando su mano sobre el escritorio, dando a entender que no estaba dispuesto a cambiar de opinión.

 

- Tranquilo - se levantó Aki de su asiento y apartó a Haru hacia atrás para así poderme observar fijamente, - el bosque está lleno de criaturas demoníacas, dime Tatsumi nunca has peleado, cierto... cómo puedes estar seguro de que no tendrás miedo.

 

Él tenía razón siempre había estado en el castillo y cada vez que iba a ver a Misako estaba junto a uno de mis hermanos.
Al darme cuenta de ese pequeño detalle no pude evitar ver a Aki con resentimiento, mientras el parecía muy divertido esperando por mi respuesta.

 

- No me subestimes, Aki - fingí sonar confiado - no tendré miedo, eso te lo aseguró, a parte siempre estoy entrenado así que no será difícil para mí.

 

- Estas seguro - me interrogó con la mirada por lo que asentí con seguridad - entonces puedes ir...

 

- No, no puedes - se negó Haru, pero antes de que pueda decir más Aki se le acercó y le susurró algo secreto en el oído, Haru lo observó no muy convencido y algo molesto, pero al final terminó accediendo.


A veces me resultaba algo sorprendente la facilidad en que convencía tan rápido al terco de mi hermano y esa era una de las especialidades de Aki.

 

- Tatsumi como me gustaría verte llorar del miedo, pero eso será para otra ocasión, claro eso si después querrás salir del castillo...

 

- Te demostrare que no tendré miedo, idiota - respondí con enojó observando como ambos se dirigían a la puerta.

 

- Te conozco muy bien y siempre has sido un bebé llorón así que si quieres aún puedes retractarte, - se río levemente y me observó de reojo con un semblante de seriedad, - Ten en mente esto Tatsumi, dar órdenes y hacer las estrategias son parte de tu deber, nosotros estamos obligados a pelear ese también es nuestro deber, no te comportes como un niño y causes problemas, eres muy importante para nosotros, lo entiende... su majestad.

 

Dejándome muy en claro sus últimas palabras, salió de la habitación junto con Haru. Por un momento mi mirada se quedó perdida en la puerta y apreté mis labios con frustración al quedarme sin palabras.

 

- Lo sé, idiota - susurré desanimado echándome para atrás junto a la silla.

Lo sabía mejor que nadie... no quiero defraudar a nadie, pero tampoco planeo ser una molestia, esas cosas siempre son las causantes de mi inseguridad.

 

 

 

 

Después de unas horas observe desde la ventana como Haru les daba las órdenes e indicaciones a los guardias y se fue junto a los demás soldados, note en su expresión algo de preocupación y no puede evitar sentirme algo culpable al respecto, ya que él siempre es tan cuidadoso conmigo y yo siempre quejándome sobre su comportamiento sobreprotector, pero no se compara para nada a Ai, a ella si la puedo declarar loca por su obsesión hacia mí.
No pude evitar reír ante mis pensamientos, lastimosamente no puedo estar junto a mis hermanos todo el tiempo como antes, ahora ellos están afuera combatiendo con demonios, sé que ese es su deber pero no puedo evitar sentirme solitario al respecto.

Bajo un poco la mirada y notó como Aki me observaba fijamente con un semblante de seriedad, me sorprendí un poco ya que no me había percatado. Él al instante desvío la mirada y se fue justo detrás de Haru, me parecía muy extraño, pero no quise pensar mucho al respecto después de todo se trataba de Aki...

 

Después de varias horas en caballo, faltaba poco para llegar al castillo de Misako, de alguna forma me sentía aliviando al ver que no aparecían muchas criaturas por los alrededores del bosque, pero eso no significaba que pueda estar tranquilo.


Cada paso que daba se volvía cada vez más impredecible ya que los ruidos de los árboles eran algo confusos. Era consciente de algunas criaturas ya que había cruzado este bosque muchas veces junto a la compañía de mis hermanos.

No había manera de que tuviera miedo, eso lo sé, pero no podía evitar sentirme nervioso.

Un ruido sordo se escuchó por los arboles era como si algo se aproximará, así que rápidamente los guardias se pusieron en posición y sacaron sus armas, retrocedí unos pasos por obligación, pero no podía dejar de observar inquietamente él movimiento de los árboles.

En menos de un minuto la criatura se mostró ante nosotros, se trataba de un ogro de ojos rojos y al instante recordé que antes Aki me había nombrado esa clase de criatura.

Ante mi distracción el ogro empezó a atacarnos sorpresiva mente, retrocedí aún más ya que aquel ogro realmente se mostraba violento. Los guardias hacían su mayor intento en derribar y combatir al ogro, pero no causaban ningún daño en él. Rápidamente pase mi mano aun lado de mi cintura y tocaba con inseguridad mi espada. No había forma de que pudiera utilizarla, anteriormente Aki me había advertido que si utilizaba un arma demoníaca sin saber manejarla seria poseído por él demonio, así que no podía arriesgarme porque solo empeoraría aún más la situación.

En medio de la negación bajé del caballo y me acerqué a uno de los guardias para arrebatarle su espada y me acerqué con rapidez hasta aquel ogro. Intentaba con todas mis fuerzas causarle una cortada, pero era imposible ya que su piel era demasiada dura como para hacerle un rasguño.

Aquel ogro parecía molesto por mi impertinencia y se enfocó en atacarme. Hacia todo lo posible para esquivar sus ataques, aunque en algunas ocasiones se me hacía dificultoso, al segundo los guardias se preocuparon e intentaron llamar la atención del ogro y eso causó mi distracción. Él ogro alcanzó a darme un golpe fuerte tirándome al suelo, intento aplastarme, pero logre poner la espada en horizontal para amortiguar el golpe.

 

- Su majestad - se alarmó uno de los guardias intentado atacar al ogro.

 

- Detente, no te acerques - grite con un poco de fuerza, todos se detuvieron sorprendidos por mi exigencia.

 

La espada empezaba crearse una abertura por lo que inmediatamente entre pánico, mis brazos empezaron a temblar ya no podía soportar más tiempo, pero tampoco podía pensar en una salida para mi situación.


Un estruendo se escuchó muy cerca de mí, él ogro retrocedió rápidamente y sin fuerza alguna me retorcí en él suelo. Al voltear a ver al ogro, mi mirada fue capturada en aquel chico de cabellos rubios, él cual sacó su espada y cortó al ogro a la mitad con mucha facilidad.

Estaba muy sorprendido por su fuerza, no había manera de querer apartar mi mirada de él. Los guardias se acercaron a mí con preocupación por lo que intente levantarme con la ayuda de ellos.

 

- Su majestad, lo siento por todo esto... aunque nuestro deber era protegerlo no pudimos hacer nada - mencionó uno de los guardias con arrepentimiento, por lo que no pude evitar reír levemente.

 

- También fue mi culpa, hice las cosas sin pensar, - les sonreí con confianza, - mantendremos esto en secreto de los demás, especialmente de mi hermano, de acuerdo.

 

- Como usted diga, su majestad - asintieron todos a la vez. Volteo para ver nuevamente a aquel chico de cabello rubio, él me observaba con seriedad con sus penetrantes ojos azules intensos. Lentamente me acerque un poco hasta donde estaba él, pero mantenía un poco la distancia.

 

- Gracias - dije con algo de nerviosismo, él no respondió solo me dio la espalda y siguió su camino. Rápidamente perdí su silueta entre los arbustos y árboles...

....

 

Notas finales:

[Nos vemos]


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).