INNEGABLE DESTINO.
PROLOGO.
Un delicado rostro de finas facciones era golpeado en la pared, ocasionadas por las fuertes envestidas que recibía. Llevaba casi una hora de ser follado duramente, su culo ardía, pero el tipo que lo penetraba parecía poseído por su necesidad animal. Y la fuerte penetración lo indicaba, la forma tan brusca de tomar su cintura, y las fuertes succiones que sentía en su cuello y espalda. Una lagrima se deslizo por su mejilla nunca se imaginó que en tan solo un mes su vida hubiese cambiado demasiado; sus sueños de ser un enfermero profesional se habían roto desde el momento en que la vida de sus padres y su libertad fueran arrebatas por León Blake.
Uno de los más poderosos asesinos de la organización Elite. La cual se dividía en ramas siendo este, miembro de la Elite Warren. La famosa organización de asesinos quienes eran contratados en todo el mundo por personas importantes: Políticos, empresarios, mafiosos, personas con el dinero suficiente como para pagar el servicio y que estos hicieran el trabajo sucio. A sus 28 años se había ganado el respeto de muchos y la admiración de sus jefes; al punto de llamarlo ¨EL DEMONIO¨.
Su porte imponente, la fuerza que poseía, su mirada fría, su sola presencia era suficiente para que cualquiera comenzara a temerle. Como el día en que se apareció en su casa, matando a sangre fría y ante sus ojos a sus padres por algo que ellos no cometieron. Arrebatándole en tan solo segundos su futuro, sus sueños, y adueñándose de su cuerpo, convirtiéndose en su puta personal. Todo gracias a su miserable hermano mayor.
Sus piernas ya no podían resistir más, comenzaban a adormecerse, y su cadera quemaba del dolor. Sintió como el semen de su verdugo, invadía toda su cavidad por cuarta vez, le dio una última envestida la cual fue fuerte y profunda acompañada por un ronco gemido, señal que su tortura llegaba a su fin. como siempre León soltó su cintura para salir sin cuidado del interior del chico, quien cayó de inmediato hincando.
-- Ese fue tu castigo por contestarme de forma altanera… -- dijo con ronca voz, el demonio quien se arrodillo, para tomar al chico del cabello sin tacto alguno -- La próxima vez que lo hagas te ira peor, ten en cuenta cuál es tu lugar; tu solo eres una puta más, Uriel -- soltó al chico de manera brusca, cayendo sin fuerzas al piso. León se puso de pie para acomodarse el pantalón y luego salir de la habitación del chico como si nada y sin mirarlo.
Mientras Uriel se quedó el piso, llorando, recordando sus días de libertad, extrañaba a sus padres, y jamás olvidaría el cariño que recibió de ellos. Hubiese querido morir junto con ellos en lugar de estar viviendo el infierno junto a ese demonio que lo violaba cada vez que se le daba la gana.
Ahí tirado en el piso cerró sus ojos cansado, quería dormir y no despertar jamás, y nunca volver a ver al causante de sus desgracias…
-- León Blake, Te odio… --