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Te pierdo cada vez mas. [ one-shot ] por mikuichisan

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Quiero saber como será tú voz "


Ansió el día en que puedas decir mi nombre Asta "


Sus ojos dorados no se  apartaron de la vista de su amado, quien dormía profundamente entre sus brazos. Él solo verle así de tranquilo calmaba su corazón, logrando una utopía.


Lentamente acarició los cabellos platas contrarios, eran tan suaves, como si tocará seda.


Momentos después sus dorados cristales se cerraron debido al cansancio, con su amante entre sus brazos podía descansar pacíficamente.


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Yuno, 18 años, 1.78 cm de alto, cabello negro desordenado, ojos dorados, con una mirada amable. Caballero mágico de alto rango de la orden real " Amanecer dorado" una de las mejores ordenes dentro del reinó. Entró a corta edad, para defender lo que amaba.


Asta, 16 años, 1.60 cm de altura, cabello color plata con un pequeño ahoge, Ojos verdosos cuál esmeralda, mirada dulce e infantil. No posee magia, ni voz, fue abandonado después de nacer, su única compañía fue su compañero yuno.


Todos sus esfuerzos por tratar de tener magia han sido en vano, sin embargó un día tras tratar de defender a su compañero de un ladrón le llegó su grimorio mágico, pero este era oscuro y en la portada había un trebol negro de 5 hojas. A partir de ese momento fue puesto a la vista de todos los magos de alto rango, e incluso ofrecieron dinero por su cabeza.


Al no poder explicar nada, su compañero se lo llevó de allí a un lugar alejado y solitario.


Aquel grimorio se encuentra sin ser usado por asta, por ordenes de su amante. Pues cabe la posibilidad de que al usarlo nuevamente termine siendo absorbido por la oscuridad y pase a ser un demonio.


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La cama aún estaba cálida, podía sentir el calor y respiración de su compañero, abrió lentamente sus cristales verdosos, pestañeando varias veces para poder acostumbrarse a la luz.


Dio un suave bostezo matutino y dirigió su mirada al rostro de su amado, su ceño estaba relajado como siempre, sonrió tenuemente y acercó sus labios a los contrarios atrapándolos en un besó desbordante de dulzura. Yuno al sentir aquella sensación en sus labios entendió lo que significaba, sin abrir sus ojos le abrazó con un poco más de fuerza, apegandole completamente a su torso desnudo.


El peliplata continuó con él beso, su rostro se había tornado carmín por las acciones contrarias. Un par de segundos más y el beso finalizó, asta desvío su mirada avergonzado, mientras que yuno sonrió con amabilidad.


Buenos días, a ti también Asta. -dijo sin quitar su sonrisa, su amado era tan atento al despertarlo de esa manera por la mañana- Será mejor levantarnos para desayunar pronto. -añadió deshaciendo el abrazó-


Él peliplata solamente asintió y una vez estuvo libre se levantó despacio, pues la mayoría del tiempo se caía por culpa de la fuerza de su pareja en la cama. Una vez estuvo de pie, se puso una camisa larga y fue directamente al baño a tomar una ducha. Yuno por su lado después de deleitar su mirada se puso su ropa y fue directamente a la cocina a prepar algo.


Después del desayuno, llegó la hora de la despedida de todos los días, Asta correspondió y se dejó hacer por su pareja como parte de su " despedida" minutos más tarde él pelinegro ya se había ido a la orden a la cual pertenecía, quedando asta solo en aquella cabaña.


Después de limpiar y hacer algunas cosas, el peliplata decidió salir, no había problema mientras estuviera cerca de casa. Dirigió sus pasos a un jardín de rosales, le gustaba estar allí... Sentía que podía desahogarse sin culpa en ese lugar.


Su sueño alguna vez fue convertirse en el rey mago. Pero debido a que nacío sin magia ni voz, no pudo lograrlo. Tener aquel grimorio oscuro en sus manos, era otro de sus impedimentos.


Sus verdosos ojos se cristalizaron en lagrimas desbordante, lloró todo lo que podía en aquel silencioso lugar.


El resto del día continuó como algo rutinario para él, regresó a la cabaña y se hizo su almuerzo, lo comió en la soledad de la habitación, estaba acostumbrado así que no tenía problema. Volvió a salir horas después, regresó al jardín de rosales y allí se quedó hasta el atardacer viendo las hermosas rosas.


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Cerca del término de la puesta de sol llegó el pelinegro a la cabaña, extraño le pareció que su pareja no fuera a recibirle, no entró a la cabaña y fue directamente a ver a los alrededores. En menos de cinco minutos lo encontró, pero no se acercó; se veía tan hermoso iluminado por la anaranjada luz del atardecer, rodeado de rosas blancas... Era una escencia tan pura e inocente, que emanaba de Asta.


No pudo apartar su dorada mirada de su pareja, nunca antes le había visto de esa manera, quería dejarla graba en su mente.


Sin embargo al ocultarse el sol por completó el peliplata se levantó y se volteó, encontrándose a su compañero de pie a unos metros.


Yuno volviste " dijo moviendo sus labios, pero nada se escuchó.


Claro que regresé, no me iría sin ti -pronuncio el pelinegro al leer los labios de su pareja- Es tarde, volvamos a casa -invitó, extendiendo su mano al contrarió-


Asta tomó la mano de su pareja y al corresponderle se fue junto a él devuelta a su hogar.


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Una vez dentro del lugar, yuno con una delicadeza increíble acorraló a su pequeño amante contra la pared, selló sus labios con los suyos en largos y profundos besos apasionados... Asta con sus mejillas en carmín correspondió a cada beso y caricia, su respiración se volvió errática, las expresiones de su rostro se volvían cada vez más y más lujuriosas.


Sus prendas una a una se deslizaron hasta caer al piso, el pelinegro bajó por todo el pecho y torso contrario llenándole de marcas de besos, demostrando que asta era solo de él.


Tanto fue el placer, que el menor término por eyacular primero, logrando perder la fuerza en sus piernas. Ante aquel inconveniente yuno, tomó a su pareja estilo nupcial y llevó al cuarto, con cuidado le depósito sobre la cama para continuar.


Asta, asta... -llamo al verle tan metido en su éxtasis-


Y-yu...no... " repitió sin dejar de mover sus labios, hinchados por los besos.


No pudo resistir el verle llamando por su nombre, aún que no lo escuchara, podía imaginarse su tono embriagado de éxtasis y placer decir su nombre.


Preparó debidamente a su amado y sin poder esperar un segundo más arremetio llenando por completo a su pequeña pareja. Asta apretó con fuerza las sabanas hasta lograr quitarlas de las esquinas de la cama, su abdomen estaba bastante abultado y su pecho no dejaba de subir y bajar por la agitación.


Las estocadas empezaron lentas hacerse más y más rápidas, el pelinegro estaba disfrutando demasiado de la estrechez, calidez y succión que su pareja le brindaba en esos momentos... De repente el menor llevo sus manos a la espalda contraria y se sujetó con fuerza, sin dejar de jadear.


Pocos minutos después y ante la ultima estocada el pelinegro eyaculó dentro de su pareja, y este entre los abdómenes de ambos... Le abrazo con fuerza y le dejó dormir sobre su pecho, su pequeño amante había quedado exhausto, con un " Te amo " le dejó dormir en paz.


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— "Yu-yuno ayudame... "


Pronunció el peliplata desesperado, mientras poco a poco iba siendo consumido por la oscuridad demoníaca de su grimorio. Tenues lágrimas invadieron sus ojos, no quería convertirse en un demonio, sentía su piel ser quemada con el paso de la oscuridad.


— ¡¡YUNO!!


Grito esta vez con mayor desesperacion, era desamasiado doloroso, continuó llorando, aún que su voz había logrado ser escuchada con ayuda del grimorio ya no la quería.


— ¡¡Preparense este demonio debemos derrotarlo antes de que termine su transformación!!


Exclamó el capitán de la orden Amanecer dorado quien estaba junto a sus subordinados listos para luchar.


Yuno estaba entre ellos, arrepintiéndose internamente por lo que sucedía, ante los gritos desesperados de su pareja hizo oídos sordos, la voz que le llamaba no era la de su amado asta, era imposible.


— ¡¡¡YUNO!!!


Grito con todas sus fuerzas él peliplata antes de que la oscuridad le completará.


Antimagia, ahora con todo su cuerpo llena de ella, era un ser invencible para los magos que estaban allí presentes, incluso para el mismo capitán de la orden.


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Arduas horas de batalla, solo fueron en vano, la cuidad donde se encontraban ya estaba destruida por completo, muchas vidas se perdieron.


Yuno ni siquiera podia pronunciar algún hechizo, ni siquiera pudo abrir su grimorio dorado, el solo ver en lo que su pequeño amante se había convertido le quitaba la fuerza.


Asta destruiría todo el país si seguía de aquella manera... Dentro del demonio se encontraba él, había perdido toda esperanza, ante cada golpe su cuerpo dolía como si clavaran miles de espadas en él.


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No se distinguió en que momento el pelinegro utilizó su magia y destruyó al demonio.


Él fue iluminado y asta cayó en la oscuridad.


Mantenía el cuerpo de su amante entre sus brazos, no dejaría que se lo arrebataran nuevamente, se alejó lo mas que pudo del lugar de la batalla, hasta que pudieron llegar a un destruido jardín de rosas, con sumo cuidado depósito el cuerpo sobre las rosas.


— Asta... Perdóname.


Pidió con su vista se nublaba, estaba llorando, por primera vez en años, le abrazo por ultima vez sin tener intensión de soltarle.


Con el pasar de las horas el cuerpo de asta se iba enfriando, ya no sufría, estaba en un mejor lugar.


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Años más tarde, yuno como el nuevo rey mago, término por suicidarse, la culpa era demasiada, el había asesinando a la persona que había jurado proteger con su vida.


Fin.


 

Notas finales:

Espero les haya sido de su agrado, como aclaración hice bastante modificaciones a la información de los personajes como también de sus personalidades.  

eso, bye

 


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