Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi rojo cielo por 1827kratSN

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

¿Cuánto tiempo deberían tomarse para “calmar las aguas”? Meses tal vez. Muchos meses. O tal vez sólo tres semanas.

No estaban seguros de cómo pasó eso, es más, ni siquiera recuerdan si uno de ellos fue el causante, pero un día simplemente se encontraron de frente y dejaron de lado la incómoda situación dada para continuar con su relación normal. Fue algo muy natural. Fue hasta gracioso, pero beneficioso también. Además, los más pequeños parecieron agradecérselos porque incluso se ganaron un maestro extra, uno de los más extraños y alocados. ¿Quién iba a decir que Skull se llevaría tan bien con los herederos de Vongola? Al parecer ni él mismo lo imaginó.

Y fue así que, tras perder a tres de sus miembros más importantes, ganó dos residentes estables en su mansión para compensarlo.

Las cosas salieron mejor de lo esperado.

 

—¿Y a dónde van?

—Me llevaré a tus hijos de paseo por uno de los parques en el centro —Skull sonreía emocionado mientras limpiaba su casco.

—No los llevarás en esa moto —Tsuna lo advirtió con seriedad, incluso cruzándose de brazos.

—Eres un aburrido, Tsuna —rodó los ojos antes de alejar su casco y colocarlo suavemente en la mesa.

—Los quiero sanos y salvos.

—¡Bien! Entonces iré en auto —miró las llaves a su disposición, porque sí, tenía ciertos privilegios dados porque era un huésped especial— y conduciré a menos de cuarenta —suspiró antes de mirar al jefe de esa mafia—. ¡Ya sé!

—Ellos pueden entrar en pánico, así que mejor voy contigo.

—No —Skull hizo una mueca—. Claro que no. Tú te largas con Fon para esa reunión, es tu escolta y ya lo discutimos —habló autoritariamente mientras balanceaba su dedo índice.

—Suenas a mi mano derecha —el castaño rio—. O algo así.

—Ya —asintió un par de veces antes de que se le ocurriera una buena idea—. Entonces me llevo a tu sol porque él parece divertido. Todo estará bien de esa forma.

—De ser así, está bien.

—Suerte en tu cita con Fon —Skull balanceó su mano en despedida mientras sonreía—. Ya hazle caso, Vongola —adoraba molestar al chico—. Ya cumpliste con el año de luto, no te sientas culpable y gózalo.

—¡Skull, tú…!

—Sí —volteó para mirar al castaño y sonreírle—, ya me enteré —se relamió los labios y elevó sus cejas divertido por la expresión del cielo—. Y aunque creo que Fon es muy aburrido reconozco que es buena persona… y sabe cocinar… y hacer un té delicioso… y su meditación te hace dormir en cinco minutos… y que le gusta hacer ejercicio con poca ropa —le guiñó un ojo—. Aprovecha y mira un poco cuando lo haga —rio divertido por la vergüenza del castaño—. Sólo bromeo.

—Skull deja eso, por favor.

—No —hizo un puchero—, porque de algo tiene que valer mi sacrificio.

—¿Qué sacrificio?

—¡Nos vemos luego, Vongola!

 

¿Cuál sacrificio? Skull ni siquiera quería tocar el tema a pesar de que lo recordaba constantemente. Sí, hizo una estupidez. Cuando Reborn volviese de esa dichosa misión de seis meses y se enterara que se puso de lado de Fon, le iba a ir muy mal. Pero ¡se sentía tan bien darle la contra a ese sádico homo de clóset! Además, si lo necesitaba se escudaría en el décimo o con el propio Fon. Ya pensaría en eso luego, por ahora seguiría molestando al castaño porque era muy divertido verlo avergonzado.

A más de eso, hasta él se dio cuenta de que Fon estaba perdido en las nubes debido al décimo cielo de Vongola, lo notó con sólo unas pocas pláticas. ¿Y quién no iba a notar lo feliz que se ponía Fon cuando hablaba de Tsuna y de los niños? O de esas caras extrañamente risueñas que Skull no había visto jamás…, y el dolor que reflejaba Fon cuando regresó a China después de un desastroso reencuentro. Sí, ahí fue cuando se prestó de escucha para que el chino se desahogara un poco y confirmó sus sospechas.

 

—No sé ni porqué lo ayudo —Skull suspiró mientras se estiraba un poco—. Si no quiere dar el siguiente paso, es inútil hacerlo.

 

Los testigos silentes en esa mansión creían fervientemente que debían ayudar, pero cuando iban a hacerlo se detenían porque podía ser contraproducente. Era un ciclo que no llevaba a nada. Querían hacer algo, pero a último minuto se detenían. Querían empujar a Tsuna sobre Fon y ver qué pasaba, pero al final sólo se excusaban y huían. Querían dejarlos solos todo el día, pero al final uno de ellos los acompañaba y se sentía como el mar tercio de la salida. Incluso planearon enseñarles a los niños a ser casamenteros, pero no podían dañar esa inocencia tan bonita que los príncipes tenían.

Estaban frustrados.

Lo peor era ver a ese par tan tranquilo, actuando como una pareja de amigos adolescentes que en el fondo sentían más que amistad pero que no se arriesgaban a escalar al siguiente nivel. Era frustrante ser testigos de cómo Tsuna sonreía más cuando estaba con Fon, cómo los niños eran felices cuando el par de adultos estaban con ellos, compartir las comidas diarias con el par de hombres que hablaban como si los demás no estuvieran presentes —eso sin dejar de atender a los niños de la mansión como si fuera algo automático—, y presenciar como Nana e Iemitsu trataban a Fon como si siempre hubiese pertenecido a su pequeño círculo familiar. Hasta Enma a veces los visitaba con su familia y se fijaba en esa extraña situación en la mansión.

 

—Mamá, ya estoy lleno.

 

Ese era un pequeño detalle más que enlistar. Taiki y Bella llamaban “mamá” a Fon con mucha naturalidad. Nadie lo discutió porque el propio Tsuna les dio una explicación sobre ese tema, alegando que no veía problema alguno y que Fon estaba de acuerdo con eso. ¡Eran una familia en todo sentido! Aunque Fon y Tsuna no lo admitieran, así era.

¡Desesperante!

 

—Es raro —Skull relamió sus labios antes de seguir con su helado de frutilla.

—¿De qué hablas? —todos se habían acostumbrado a los comentarios inesperados del antiguo arcobaleno de la nube, así que con naturalidad le seguían el juego.

—Eso —señaló a Fon que limpiaba la mejilla de Taiki quien se ensució un poco con la salsa.

 

Sí, era raro, pero todos se habían acostumbrado a eso. Fon y Tsuna solían sentarse separados por dos puestos, los de Taiki y Bella, de forma que los pequeños quedaban cada uno a cuidado de un adulto. Lambo rememoraba que así se comportaba Dayane cuando sólo Taiki se sentaba en la mesa y Tsuna cargaba a Bella para tenerla con él durante el almuerzo.

Era claramente una imagen familiar que a veces se completaba con el par de abuelos quienes rodeaban a los niños. Todos tenían sus puestos específicos en la mesa de acuerdo a la actividad que realizaran y… ¡era una familia! No podían ni siquiera refutarlo, pero sólo Skull pudo vocalizar en voz alta lo que muchos pensaban.

 

—Mamá, más helado —Bella miraba a Fon y señalaba a su vez la copa intacta del mismo.

—Bella, no más —Tsuna palmeó la cabecita de su hija—. Ya comiste tu parte.

—Papi —la niña hacía una mueca y Fon reía, pero no iba a contradecir al castaño quien era la figura de autoridad.

—¡Lo ven! —Skull seguía con su postre sin dejar de mirar a esos cuatro—. Es obvio que… —ondeó su diestra—, ya saben.

—¿Puedo retirarme? —Taiki recibió el asentimiento de Tsuna y sonrió—. Gracias, papá.

 

Todos vieron como el pequeño rubio saltó de su silla para tomar de la mano a su hermana y ayudarla a bajar. Los vieron rodear la mesa hasta donde se encontraban sus abuelos y junto con ellos retirarse del comedor mientras planificaban su “entrenamiento”. Se quedaron entonces sólo los adultos quienes dudaban si dejar que Skull siguiera con su comentario o cambiar de tema. Aunque sinceramente la mayoría quería ver qué pasaba cuando alguien en esa mesa aclarara “ese” asunto.

 

—No sé a qué te refieres, Skull —fue Tsuna quien retomó el asunto y todos se tensaron. Esperaban ansiosos por el resultado de eso.

—¿Es en serio? —se burló antes de dejar su copa de helado vacía a un lado y así mirar atentamente a la parejita. A vista de todos los que convivieron en esos casi dos meses con ese par, consideraban a Tsuna y Fon como una pareja establecida, pero los involucrados no se daban cuenta—. Reborn-senpai siempre dijo que eras despistado, pero no creí que tanto, Vongola.

—¿Me estás insultando?

—No —Skull sonrió y escuchó un par de risas que lo acompañaron—. Sólo digo que eres un… —recibió un carraspeo por parte de Nagi y se detuvo—. No es eso a lo que me refería al inicio. Lo que quería decir es que no creí que ustedes dos rotaran el papel.

—¿Rotar? —Fon miró al gamberro con duda.

—¿Papel? —Tsuna también se concentró en el de cabellos violetas.

—Sí, ya saben —Skull se encogió de hombros y miró a los demás guardianes que lo acompañaban silenciosamente—. Ustedes lo vieron también, ¿verdad?

—Se refiere a sus papeles en esta familia, creo —Lambo sonrió, ya entendió hacia dónde iba Skull.

—Sí, eso —miró a Tsuna—. Tú eres el papá y Fon es la mamá.

—También me pareció raro al inicio —rio Takeshi—. Ryohei también lo piensa —habló por su amigo ausente.

—¿Qué tiene de raro? —el castaño no estaba entendiendo eso.

—Que creemos que tú deberías ser la mamá —Lambo sonrió a la par que Nagi—. Te queda mejor ese papel.

—Pero Fon-san también es bueno en eso —acotó la niebla quien se tocó el parche porque no creía que esa plática iba a terminar bien.

—Y a más de eso —Skull arrugó su nariz antes de jugar con su cuchara—, yo creí que ya superaron eso de las “manitas sudadas”.

 

Lambo rio, pero trató de no carcajearse demasiado fuerte porque ya entendió a lo que se refería Skull. Lo mejor era que los demás —al parecer—, no lo captaron, aunque suponía que Tsuna sí lo hizo porque frunció un poco los labios y desvió su mirada a la copa vacía de su helado. ¡Eso se iba a poner bueno!

 

—No entendí eso —Fon probó la primera cucharada de su postre—. ¿Qué es eso de “manitas sudadas”, Skull?

—Ya sabes —rio a la par que Lambo—. Los roces que tienes con…

—¡Skull! —Tsuna no pudo más, levantó su voz y carraspeó—. Creo que te estás confundiendo. Fon-san y yo no…

—¡Que no te avergüence! —Skull miró a la lluvia azabache—. Takeshi me dijo que vio a Fon salir de tu cuarto en la mañana, hace unos días. Ya todos lo sabemos.

—Eso no… —Tsuna controló todo lo que pudo su sonrojo y cubrió sus ojos con su mano derecha antes de negar—. No…

—¿Te referías a eso? —Fon seguía tan calmado como siempre—. Ese día Tsuna-kun y yo revisamos los informes de los gastos dados hasta el momento en las misiones de Reborn, Gokudera-kun y Mukuro-kun —rememoró—. Al parecer destruyeron algunas cosas importantes que ocasionaron muchos papeles que revisar.

—Asunto resuelto —Tsuna quería terminar con eso de inmediato.

—¡No! No me refería a eso —pero Skull no iba a dejar que eso terminara, así como así—. Lo que quise decir es que no pensé que Fon fuera la mamá en todos los sentidos posibles.

—Ahora soy yo el que no entiende —Takeshi ladeó su cabeza y frunció ligeramente su ceño.

—No creo que debería —Nagi se sonrojó porque ya entendió el tema que estaban tratando.

—Digo que no pensé que Tsunayoshi sería el “top” de esa relación que tiene con Fon.

 

Tsuna se atoró con el agua que estaba consumiendo para disimular su incomodidad ante esa platica, es más, antes de que Skull dijera eso estaba planeando excusarse y tomar a Fon para escapar. ¡Pero Skull no tenía botón de paro!

Lambo no estuvo mejor, no pudo más, estalló en carcajadas hasta el punto en que resbaló de su silla y tuvo que arrodillarse en el suelo mientras Nagi trataba de detener a Skull quien parecía querer explicarle todo con detalles a Takeshi.

 

—¿Top? —la lluvia estaba confundida y Fon curioso, ambos miraron a Skull con interés.

—Sí, top, ya sabes, el sopla nucas, el machero, mostacero —siguió mostrando sus dedos mientras detallaba los denominativos que conocía—, cacorro, julai, el de la mayonesa.

—No… No entiendo —ahora fue Fon el que habló.

—¡Tsuna es el seme! —fastidiado, ocultando su diversión porque el décimo y Chrome no podían estar más incomodos y rojos, Skull siguió con su monólogo—. ¡El activo! El que pone su… —levantó su dedo índice derecho y se detuvo a la mitad de la manipulación de sus dedos pulgar e índice izquierdos porque Tsuna golpeó la mesa.

—¡Ya basta! —el cielo apretó los puños antes de respirar profundo—. Skull, ya basta.

—Estaba aclarando un punto —rio y vio a Lambo por fin levantarse del suelo casi llorando y rojo por el esfuerzo de reírse.

—¡No es nada de eso! No hay nada de… —Tsuna no sabía ni cómo decirlo sin avergonzarse más—. No.

—Así que aún no hay obshcheniye entre ustedes —Skull fingió sorpresa—. Wow… Yo creí que ya pasaron de las manitas sudadas.

—¡No! No hay nada de eso, ni siquiera… —Tsuna enrojeció y no se supo si fue por la vergüenza o por enfado—. Skull, deja de insinuar eso.

—Obsh… che… —Fon intentó repetir la palabra que no entendió—, ¿qué?

—Nada, no es nada —Tsuna negó y respiró profundo—. No lo escuche, Fon-san.

—Creo que ya entendí —Takeshi rio incómodo antes de jugar con sus dedos—. Tal vez no debí entenderlo.

—Creo que jamás me he sentido tan perdido como hoy en esta plática —Fon miró a todos, en especial a Skull—. Puedes…

—¡No! —Tsuna entró en pánico—. No fue una charla importante, Fon-san, sólo… Skull dijo tonterías —rio nervioso.

—Por cómo te comportaste, Tsuna-kun, parecía importante.

—No, no —se rascó la mejilla—. Ahora, ¿podemos irnos? Tenemos que ir a la casa de Enma.

—Sí, claro.

 

Lambo ya no podía reírse, pero quería hacerlo porque la cara de Tsuna fue épica. Skull por su parte, al ver que Tsuna y Fon se retiraban, empezó a reírse a carcajadas y a golpear la mesa en pro de festejar su travesura. Chrome negó antes de tomarse toda el agua que halló para calmar su bochorno. Takeshi intentó borrar lo que entendió de su cabeza.

 

—No te atrevas a mencionar eso de nuevo y no le expliques nada a Fon-san —Tsuna regresó sólo para advertir eso.

—No… prometo nada…, Vongola —rio finalmente Skull antes de negar con su mano y tratar de respirar.

—Te irá mal si es que aclaras esta conversación —amenazó con seriedad—. No me conoces.

 

Skull siguió riéndose por un rato hasta que las sirvientas fueron autorizadas para retirar la mesa. De haber sabido que Vongola era tan divertida se les hubiese unido desde hace tiempo, es más, estaba planteando hacerlo pues en Carcassa ya se estaba aburriendo. Además, suponía que con todos los guardianes completos eso hubiese sido mejor, y con Reborn hubiese sido un intento de asesinato…, pero igual lo haría de nuevo.

Amaba su estadía temporal en ese lugar.

 

—Queda en su casa, Fon-san —Enma siempre los recibía con calidez—. En cuanto termine los asuntos con Tsuna-kun, nos uniremos a usted y Leo.

—No hay problema.

 

Fon no había tocado el tema de lo sucedido en el almuerzo mientras se trasladaban a aquella mansión, es más, fingió que eso no pasó porque Tsuna estaba un poco incómodo; pero eso sólo aumentó su curiosidad. Miró su reloj y supuso tenía tiempo hasta que Leo terminase su clase con Adelheid, así que observó su alrededor en busca de alguien que pudiera ser un buen compañero de plática.

Necesitaba quitarse la duda dada por la diferencia de idioma que sintió al no entender nada de lo que dijo Skull. Problemas dados cuando vienen de países diferentes y sus modismos difieren.

 

—Entonces dime. Conozco algunos idiomas así que creo que puedo aclarar tus dudas —a quien Fon encontró fue a Kato. No había tratado mucho con él, pero este aceptó ayudarlo.

Julai —pronunció una de las palabras que recordaba.

—Oh, eso —Kato se rascó la barbilla donde estaba su típica barba—. Pues dependiendo de cómo se lo use puede significar que confía mucho en alguien que le trajo problemas, aunque también suelen usarlo para referirse a un sinvergüenza.

—Bueno…, no le encuentro sentido —Fon no creía que ese adjetivo fuera usado con Tsuna, al menos no parecía ser adecuado.

—Ah, pero también julai se les dice a los gitanos… y a los gays —asintió—, sí, suelen usarlo como insulto.

—Creo que ahora tiene algo de sentido —Fon se iba a jugar al todo por el todo, así que preguntó por otra palabra que también le llamó la atención—. ¿Sabes lo que significa obshcheniye?

—Eso —la risita de Kato fue sutil—. No sé qué conversación tuvieron en Vongola, pero es gracioso. Obshcheniye está en ruso… y significa coito, sexo, fornicar…

—No quiero más sinónimos —Fon detuvo el hablar del guardián y suspiró. Tal vez ya le encontró sentido a lo que Skull hablaba en el almuerzo.

—¿Algo más en lo que le pueda ayudar?

—¿Qué sentido le das a “manitas sudadas”?

—¿Es en serio? —Kato rio sonoramente esta vez—. Bueno, eso hace alusión a un noviazgo adolescente, de esos que no pasan de los besos vergonzosos y de tomarse la mano. —se rascó la nuca—. ¿Puedo preguntar en qué tipo de conversación te metiste, antiguo arcobaleno? Porque puede ser que me interese saber más.

—Es un secreto.

 

Se aclaró las dudas y poco a poco —rememorando lo sucedido hace no mucho—, entendió lo que Skull intentó decir. Fon no estaba enfadado, en realidad no sentía nada en específico, tal vez sólo un poco de gracia; y, aun así, suponía que Tsuna al entender todo lo que se dijo en el almuerzo sí pudo pasar un muy mal momento. ¿Qué debería hacer entonces? … ¿Hablar con Skull? ¿Seguir fingiendo que no entendió nada? Tal vez…

 

—¡Fon-san! —dejaría eso para después, ahora tenía un pequeño alumno que atender.

Ni hao, Leo. Es un gusto verte de nuevo.

 

Enma observaba a Tsuna revisar los informes que le facilitó para esa reunión, lo detalló con tranquilidad porque estaba teniendo las mismas reacciones que tuvo él cuando entendió que todo lo sucedido en sus familias estaba llegando a un punto sin retorno. Ya no podían simplemente dejarlo pasar, era obvio que fuera quien fuera el enemigo se iba a revelar pronto en su contra. Tenían que actuar anticipadamente a eso.

 

—Nos quieren destruir.

—Tsuna-kun… —se cruzó de brazos—, es más que eso. Nos quieren muertos para que Vongola caiga.

—Mis hijos y los tuyos no tendrán capacidad de liderar Vongola y Simon por al menos diez años… —Tsuna dejó de lado los papeles para mirar a su amigo—, así que suena coherente.

—Nos están cazando y van por buen camino —Enma señaló la carpeta que contenía los detalles de todos los decesos del último atentado—. Hemos perdido una buena cantidad de gente de confianza, y estuvieron a punto de matarte también.

—Lo mismo va para ti, Enma-kun —el castaño apretó los labios—. Pero ¿por qué sólo a nosotros dos? Es obvio que pueden atacar a los demás aliados, incluso a Dino, para terminar con las ramificaciones de Vongola y dejarnos indefensos.

—Eso es lo que no entiendo.

—¿Ya has hallado un nombre? ¿Una familia? ¿La mente maestra? Algo que nos dé una pista.

—No —el pelirrojo suspiró antes de recargarse en su asiento— y supongo que Mukuro tampoco.

—Es bueno indagando…, pero el enemigo se ha ocultado bien, así que no ha podido encontrar algo concreto ni mucho menos descifrar la identidad de nuestro enemigo.

 

Su investigación no estaba rindiendo los frutos que esperaron en un inicio. Tenían demasiados enemigos, algunos aliados tambaleantes y muchas amenazas que combatir debido a los comercios en el mercado negro. Estaban en problemas. Lo peor era que no podían sacar eso a la luz porque alguien podría estar infiltrado en sus filas todavía.

 

—¿Qué haremos?

—Es hora de que les digas lo que está pasando a todos tus guardianes, Enma-kun. No hay opción. Debemos tener ojos en todos lados para ganar tiempo y terreno.

—¿Y tú lo harás?

—No… —apretó los labios—. No ahora que tengo a tres de mis guardianes lejos, eso sería contraproducente porque entrarían en pánico e histeria innecesaria.

—Pero estás en riesgo —acotó preocupado—. Yo sé que tienes a Fon al tanto y él es muy precavido, pero ¿qué harás si te atacan en grupo?

—Con las mejoras en la mansión estamos bien por el momento, así que minimizaré los viajes largos o reuniones en el extranjero como medida preventiva —no habría muchas sospechas pues todavía estaba cursando por la superación del atentado—. Además, parece que el enemigo aún está atacando a nuestros puntos clave para crear una apertura… Pero en cuanto regresen Mukuro y Hayato les daré detalles.

—¿Y qué harás con Reborn?

—Él… —Tsuna sonrió porque era obvio—. Estoy seguro de que Reborn ya se dio cuenta de esto, por eso me regañó por teléfono el otro día. Seguramente se adelantó a mis órdenes y ya está investigando por su cuenta. De todas formas, se lo diré directamente en la tarde.

—Tsuna-kun —Enma se rascó la mejilla—. ¿Puedes tú hablar con Dino sobre esto? Ya sabes…, mi relación con él jamás volvió a ser la misma.

—No te preocupes. Yo me encargo de eso.

 

 

Plan

 

 

Tal vez lo estaban forzando, tal vez estaban siendo unos idiotas que intentaban unir a dos personas que no estaban destinadas a estar juntas, tal vez pagarían caro por algo imprudente que harían…, y, aun así, sabían que sería una de las pocas oportunidades que tendrían antes de que Mukuro y Gokudera regresaran con sus estúpidos planes para conquistar a su amado cielo.

 

—Tal vez estupidera regrese resignado.

—Pero Mukuro-sama no se rendirá hasta no ver a boss con alguien.

 

Chrome y Lambo lo tenían muy en claro, por eso, y sólo por eso intentarían que en ese último mes que tenían antes del retorno de dos de los tres pretendientes, su cielo se diese cuenta de lo que le pasaba con Fon. Se jugarían el todo por el todo a sabiendas de que nadie más haría algo para ayudar…, aunque no contaron con que un día Skull los encontrara en medio de sus planificaciones silenciosas y se ofreciera de ayuda. ¿Por qué? Simple, porque Skull quería divertirse un poco.

 

—¿Si los forzamos a salir juntos?

—¿No lo intentamos ya?

 

Y varias veces. Habían estado dejándole la protección de Tsuna enteramente a Fon o al menos casi por completo, también intentaron enviarlos juntos cuando iban a reuniones menores o a visitas con los Simon, y si es que los acompañaba alguno de ellos trataban de sólo ser el “mal tercio” para no intervenir con su interacción… ¡Pero no funcionaba! No se daba ese paso definitivo que querían ver. ¡Tenían que pensar en algo más o estarían perdidos!

 

—¿Y si directamente les dicen que pueden salir en una cita?

—Como la vez pasada —suspiró Lambo—, cuando terminaron llevándose a Taiki y Bella a la heladería.

 

Sí, se les estaban acabando las ideas, los planes, o simplemente cuando estaban seguros de haberlo hecho bien, los propios Tsuna y Fon cambiaban las cosas para que la “cita” se convirtiera sólo en un día más. ¡¿Es que no podían salir de la rutina?! ¡Era desesperante verlos en el mismo papel día con día! Aunque sinceramente su día normal asemejaba al de una pareja estable que disfrutaba de la compañía ajena, ¡pero se habían saltado el periodo de la luna de miel!

 

—Como sea, vamos a buscarlos y ver qué podemos hacer.

 

Se dividieron en dos grupos: Skull y Chrome por un lado, y Lambo en solitario por otro. Esperaban tener suerte a la vez que tenían fe en que alguna nueva idea les cayera del cielo.

No se esperaron que, por más que buscaron, no hallaran a ese par que tenía un horario casi estricto que seguir día con día. ¿Por qué justo en ese momento se les ocurría desaparecer? Es más, sólo ellos dos desaparecieron pues los niños estaban con sus abuelos… ¿Dónde carajos se fueron?

 

—Puede ser una buena señal.

—No lo creo.

 

Y tal vez no lo era. No si consideraban que el único lugar donde no se les ocurrió buscar fue en el área de entrenamiento. Ni siquiera se les pasó por la cabeza que esos dos se hubiesen encerrado en una de sus habitaciones para ejercitar un poco las habilidades olvidadas debido a los meses interminables llenos de problemas que aturdieron a Vongola. Sí, nadie se imaginó aquello, menos si tomaban en cuenta que su cielo había dejado el entrenamiento rutinario de lado desde que su primer hijo nació.

 

—Ay no —soltó una quejita al ser la quinta vez que caía al suelo.

—¿Estás bien, Tsuna-kun?

—La verdad —el castaño miró al techo y después al azabache que le ofrecía la mano para ayudarlo a levantarse—, no.

—Estás algo descoordinado.

—Soy un desastre completo —suspiró al limpiarse la mejilla—. Si Reborn me viera ahora, seguramente me golpearía.

—Es algo que él haría —sonrió divertido—. ¿Quieres detenerte?

—No —el castaño se estiró y movió su cuello—. Tengo que recuperar mi resistencia y mis habilidades en combate —miró a Fon decidido—, así que… confío en que no será amable conmigo, Fon-san.

 

Había sido un día cualquiera, empezaron con una plática normal y por alguna razón finalizaron recordando el atentado que casi terminó con la mansión completa. Tsuna admitía que su cuerpo desacostumbrado a la batalla campal le impidió enfrentarse de frente con sus enemigos por demasiado tiempo, y por eso dependió de su ataque más destructivo para terminar las cosas de forma rápida; además, se agotó más rápido de lo pensado y por un momento sintió que perdería ante el enemigo.

Estaba asustado. Lo admitió.

Se había descuidado tanto por años y de tal forma que sus entrenamientos diarios pasaron a ser rutinas disparejas y descoordinadas. Se enfocó más en sus problemas emocionales, trabajo, estrategias y demás; y estaba pagando las consecuencias. Su resistencia era un asco, su pelea cuerpo a cuerpo era desastrosa, se sentía entumecido y evidentemente cansado. Tsunayoshi se sentía como antes de conocer a Reborn o como un viejecito al cual le pesaban sus tres décadas y porciones más.

Y por eso terminó allí, en esa habitación, con Fon como su compañero de entrenamiento y siendo superado fácilmente por quien jamás dejó de entrenar su cuerpo. Pero en mente tenía la idea de volver a ser quien era, de volver a sentir que podía contra todo y todos en ese mundo regido por el poder mafioso. Necesitaba recuperarse físicamente a la par que lo hacía emocionalmente.

 

—Auch —se quejó cuando no pudo caer correctamente y terminó sentado.

—¿No crees que deberíamos parar? —Fon se acercó para acuclillarse junto al castaño.

—Sólo un rato más.

—Si te sobre esfuerzas demasiado, mañana no podrás levantarte siquiera.

—He pasado por cosas peores —suspiró mirando directamente a esos iris marrones—. No se preocupe, podemos seguir.

—No —Fon golpeó la frente del castaño con su dedo—. Ya no más, es todo por hoy.

—Puedo seguir. En serio.

—Tu cuerpo no está acostumbrado a esto, así que iremos de poco a poco —sonrió—. La lección de hoy terminó.

—Hum —se rascó la mejilla—. ¿Gracias?

—¿Por qué?

—No sé cómo reaccionar ante su amabilidad —confesó—. Supongo que… me acostumbré a tener a Reborn como mi tutor.

—¿Lo extrañas? —no pudo evitar preguntarlo.

—Un poco —admitió Tsuna mientras era ayudado a levantarse—. Ha estado a mi lado por muchos años, así que… es raro.

—Tranquilo… —le palmeó el hombro suavemente—, pronto volverás a verlo y tendrás a tu tutor de nuevo.

—No es que lo esté despreciándolo como maestro, Fon-san —señaló un poco alterado—. No quise menospreciarlo.

—No pensé en eso —le sonrió.

—Aun así…, siento que dije algo malo.

—No lo has hecho —negó con su mano—. ¿Se te apetece un poco de té?

—Pues…

 

Tsuna no tuvo que usar su intuición para saber que estaba siendo observado, en realidad sólo le bastó con girar un poco la cabeza y fijarse en la puerta entreabierta en donde dos pares de ojitos lo miraban. Fingió no darse cuenta, pero fue inútil. Skull le recriminaba con la mirada y Taiki sólo los observaba con curiosidad. Fue incómodo hasta que Fon se dio cuenta e invitó al par de espías a pasar. No se fijó desde cuando estaban ahí, pero por lo que Skull le dijo suponía que lo suficiente para escuchar su plática.

 

—Eres un tono, Vongola. Es obvio que dijiste algo muy feo.

—¿Qué dije?

—Hablar de uno de tus pretendientes, decir que lo extrañas e indirectamente decir que es mejor que tu actual pretendiente más cercano…, fue muy grosero e inapropiado. ¿Acaso no sientes pena por Fon?

—Pero…

—Qué cruel eres, Vongola.

 

¿Fue cruel? No lo creía. No dijo nada raro, además, él y Fon no…

No había hecho algo malo, ¿verdad?

¿Entonces por qué se sintió pésimo, triste, culpable y un poco ridículo también?

¿Por qué sintió esa necesidad de disculparse y compensarlo?

¿Por qué no pudo quitarse esa espinita durante el resto del día?

¿Por qué se sentía tan mal?

No pudo dormir, no pudo siquiera concentrarse en su trabajo de oficina, no pudo respirar tranquilo mientras rememoraba lo que dijo y cómo lo hizo. Era todo culpa de Skull. Por eso tuvo que buscar algo con lo que entretenerse en medio de sus meditaciones nocturnas y optó por ir por una copa de vino o un té, lo que hallara primero. Pero primero pasó por la habitación de sus hijos para verificar que dormían plácidamente e ignoraban sus cuestionamientos.

Lo que Tsuna no se esperó fue que, al bajar a la cocina, se hallara con Fon. En realidad, casi se cae del susto porque iba muy distraído y fue la voz del azabache la que lo hizo reaccionar. No podía ser que lograra despistarse tanto por un asunto como ese, tampoco creyó que después de beber el té que le ofrecieran soltaría su lengua y expresaría sus dudas directamente.

 

—No dijiste algo malo, sólo… fuiste sincero —Fon parecía normal—. Extrañas a Reborn y no tiene nada de malo.

—Pero creo que lo hice sentir mal, Fon-san.

—Pues me sentí un poco raro al escucharlo —bebió de su té—, algo así como desplazado… y un poco enojado también. Sinceramente me aturdí con eso porque no es algo que sienta a menudo.

—Fon-san… —dudó, pero conocía esa sensación—, ¿usted estaba… celoso?

—Creo que sí.

 

Tsuna enrojeció, no supo bien porqué, pero de pronto se sintió abochornado. No supo que más decir, ni siquiera cómo actuar, sólo se quedó ahí, jugando con su taza y escuchando a Fon beber de la suya. ¿Estaba mal sentirse un poquito feliz? Tal vez sí, era obvio que sí, y por eso se recriminó su accionar infantil. Pero no tenía idea de cómo arreglar las cosas.

 

—Usted es especial para mí —soltó lo primero que se le vino a la cabeza.

 

Escuchó la leve risita del azabache y un agradecimiento sincero. Se quedó en silencio mientras terminaban con su bebida y limpiaban después. Sintió un ambiente calmo y muy cómodo cuando ambos decidieron que no tenían sueño y que podían compartir algo de tiempo al ver una película en la sala. Se sentaron uno junto al otro y eligieron una al azar. Se cubrieron con una manta ligera y subieron los pies al sofá. Al final se concentraron en la trama dada por una mujer y un policía muy divertido.

 

—Tsuna-kun…, ¿puedo besarte?

 

Fue un susurro dado cuando ya cursaba la mitad de esa película y el silencio de la madrugada les dio un momento de intimidad apreciable. Tsuna se quedó mirando la pantalla por un momento antes de ser consciente de que su brazo derecho estaba completamente pegado al izquierdo de Fon, de tal forma que podía sentir el calor corporal del azabache. Jugó con sus dedos escondidos debajo de la manta compartida, sintió sus mejillas encenderse y su corazón acelerarse.

 

—Sí.

 

Su respuesta fue un poco vacilante y ni siquiera se atrevió a mirar a su compañero, sólo se quedó quieto al sentir como Fon se movía. Estuvo a punto de contradecir su respuesta, pero no pudo hacerlo cuando sintió las manos de Fon sobre su rostro y lo vio frente de sí. El azabache sonreía con dulzura, lo miraba con devoción y le acarició la mejilla con delicadeza. Tsuna no pudo ni quiso cerrar los ojos, se quedó admirando el rostro ajeno que se le acercó hasta que los labios de aquel hombre se posaron en su frente.

Tsuna sintió algo raro en su pecho, algo semejante a la inconformidad como en la ocasión anterior donde algo parecido sucedió entre ellos. Sintió ansiedad y por eso sujetó la mano que iba a abandonar su mejilla para extender un poco más el contacto. Elevó su mirada para toparse con la ajena cuando el rostro de Fon ya estaba lejos del suyo, y soltó su duda.

 

—¿Por qué?

 

Esas dos palabras no lograban expresar todo lo que quiso decir. ¿Por qué pidió besarlo? ¿Por qué Fon se puso celoso de su añoranza por Reborn? ¿Por qué sentía esa sensación tan extraña de inconformidad? ¿Por qué se sentía tan feliz por ese gesto tan simple de cariño? ¿Por qué estaban haciendo eso? ¿Por qué no hacían más que eso?

 

—No lo sé.

 

No dejaron de mirarse por largo rato hasta que la mano de Tsuna soltó la ajena. No dijeron algo más mientras volvían a la posición en la que estuvieron antes. No se apartaron ni se fueron. No pudieron concentrarse en el resto de la película. No se dieron cuenta de cuándo juntaron sus cabezas o cuándo fue que se quedaron dormidos con la televisión encendida. No lograron despejar sus dudas.

 

—Míralos.

—Son tan evidentes y aun así no dejan de ser tan ciegos.

—Lambo, tómales una fotografía.

—¿Los despierto?

—No, espera un momento.

 

Murmullos que hicieron al castaño pestañear un par de veces antes de poder despertar lo mínimo para reconocer cuatro rostros: Skull, Lambo, Chrome y Takeshi.

Tsuna se frotó los ojos un poco antes de levantarse de donde se hubiese quedado dormido, tardó un poco en darse cuenta que debajo de él no estaba el sofá, sino que un cuerpo. Se exaltó al procesar todo y recordar lo que pasó la noche anterior. Se movió para apartarse de Fon quien había servido de su dakimakura y a quien se había abrazado para dormir, y de paso también despertó al azabache que se hallaba recostado en el sofá. Y al final se vio analizado por esas cuatro personas y después sólo bostezó.

 

—Buenos días.

—Durmieron juntos —fue el comentario burlón de Lambo—, pero debieron hacerlo en alguno de sus cuartos.

—Lambo, ¿de qué hablas? —Tsuna aún estaba un poquito aturdido, por eso no captó la indirecta.

—Fon —Skull miró a su antiguo compañero de maldición quien tenía el cabello desordenado y aun bostezaba—, das grandes pasos sin mi ayuda. Muy bien —le aplaudió.

—Nos quedamos dormidos —el azabache sonrió sin alterarse por las miradas—. No sé cómo terminó la película.

—Así que… tuvieron una cita —Takeshi rio divertido.

—No —corearon Fon y Tsuna al mismo tiempo.

—Aunque lo nieguen —Lambo escondió su celular con las evidencias—, ya los vimos.

—¿Qué hora es?

—Las ocho, boss —la niebla sonrió enternecida por ver a ese par restregar sus ojos coordinadamente—. No se preocupe, nos ocupamos de los niños y están terminando de vestirse junto con Nana-san.

—Gracias, chicos —los miró antes de notar que sus brazos dolían—. Y no… —suspiró—, no fue una cita. Ya dejen eso de lado.

 

No fue una cita, no fue ni siquiera planeado, no fue algo a lo que pudiese darle nombre… y, aun así, fue una de las noches más bonitas que tuvo últimamente. Incluso pudo dormir hasta esas horas sin preocupaciones…, aunque suponía debió ser algo incómodo para Fon pues el sofá no era adecuado para dormir.

De todas formas, fue… algo bueno.

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Creo que los asusté en el capítulo anterior al decir que esto llegaba a su fin, lamento eso, pero me refería a que entraremos al problema final antes de que esos dos llegaran a algo concreto. Es más, cuando me puse a revisar mis notas me di cuenta que aún falta un poco para terminar XDDD lamento haberlos asustado.

Romance tímido para el alma~

Krat los ama~

Besitos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).