Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡¡¡Buenas!!!

¿Cómo están? Espero que bien, está semana fue de prácticas y estando un poco enferma… T_T  con un calor horrible…

 

Mientras tanto en el auditorio, los alumnos escuchaban sin interés la conferencia sobre las ETS, Natasha escuchaba con una sonrisa pícara en su rostro, solo esperaba que esos dos se hayan acercado más, que Steve haya invitado a Tony a salir o algo por el estilo, cualquier cosa estaría bien, sin embargo su tranquilidad fue interrumpida por Barnes.

-Oye Nat. –le dijo el castaño desde una de las butacas de atrás. –JP no me estaba buscando.

-Debí confundir el nombre. –sonrió mentalmente.

-Por cierto. –volteó por todos lados. –¿Dónde está Steve y Tony? No los veo por ningún lado. –preguntó extrañado el Castaño.

-Y yo que sé. –se encogió de hombros. –Han de estar por ahí. –finalizó la pelirroja. “No voy a dejar que Loki me gane” pensó.

-No me digas… -el castaño se interrumpió así mismo. –Ese maldito de Steve…

-No lo sé…

De inmediato Barnes se puso de pie con la determinación de salir a buscarlos, pero fue detenido por Bruce. –Bucky siéntate, si el director te ve con intenciones de salir te va a regañar, y sabemos que Fury es estricto.

-Pero… -dijo James.

-Al rato lo buscas. –Comentó la pelirroja. –Ahora cállate que si nos regañan será tú culpa y no quiero que la vieja esa que está hablando nos usen como ejemplo para algo de las ETS.

-Está bien. –y sin más Barnes se sentó de nuevo, esperando que su mejor amigo no haya hecho algún movimiento, “¿Por qué siempre me quedo atrás?” pensó.

A unas cuantas butacas de ellos se encontraba Loki junto a su hermano, el pelinegro observó todo y no pudo evitar fruncir el ceño. “Esa maldita mujer” pensó el ojiverde, “Con que así estamos, eh. Debo de pensar en mi siguiente movimiento”.

Regresando al gimnasio, en la caja, Tony y Steve se encontraban ahí adentro todavía, esperando a que la chica les abriera, lo único que podían hacer era conversar, el rubio aprovechaba para conocer más al de ojos chocolate.

-Oye Tony. –le llamó Rogers, como Stark estaba encima de él, tenía sus manos sobre la espalda del menor y Tony tenía las manos recargadas en el pecho del rubio.

-¿Hm?

-Me preguntaba el por qué te cambiaste de escuela.

-Pues… –El castaño pareció reflexionar lo que iba a decir. –Papá salió mal con el director por un problema…

-Lo siento. –Steve pareció arrepentirse de la pregunta que le hizo al menor, ya que bajó la mirada un poco triste.

-No importa…

-¿Puedo saber por qué?

-Papá es muy sobreprotector… y creo que fue por eso. –suspiró. –Hubo un concurso de ciencias y el director quería que yo fuera obligatoriamente pero debido a que tenía otras cosas que hacer no pude asistir, y cuando mi papá fue a hablar con el director para aclarar algunas cosas salieron de pleito, así que me cambiaron de academia, era esta o la academia Hydra, pero Jarvis dijo que esta escuela es mejor y pues aquí me tienes.

-Vaya… Creo que tú papá es aterrador. –se asustó el rubio.

-Cuando se lo propone sí. –se rio el castaño y seguido de él lo hizo el más alto. –Ahora es mi turno de preguntar.

-¿Qué quieres saber? –sonrió el mayor. –Puedes preguntar lo que quieras.

-¿Cómo es tu mamá? ¿Es aterradora?

-Ella es amable y dulce, siempre ayuda a los demás, dicen que me parezco a ella… y mi papá es igual a mamá, sin embargo mi papá siempre hace lo que mi mamá quiere. Ambos dan miedo cuando quieren pero no hay nada como mi mamá. –dijo dulcemente, recordándola. –Incluso una vez me aventó la chancla y a pesar de que me encontraba un poco lejos me atinó.

-¿Te aventó la chancla? –preguntó confundido el menor. –¿Por qué?

-Porque me peleé con Bucky por un balón… -se rio. –Creo que tenía alrededor de 10 años cuando eso pasó… pero todavía me da con la chancla si me porto mal.

La plática cada vez fue más cómoda, hasta que el celular de Tony sonó. –Steve ¿Pudes agarrar mi celular? Está en mi bolsillo trasero.

El rubio se sonrojo, por la posición en la que se encontraban era más viable que Steve agarrara el teléfono, pero no contaba que se encontrara en el bolsillo de atrás. –S-sí, espérame. –de inmediato metió su mano en el bolsillo de Tony. “No aprietes Rogers, no aprietes” por Dios el rubio se moría por estrujar ese hermoso traserito, en cuanto sacó el aparato se lo dio a Tony y éste le agradeció para luego contestar.

-¿Bueno? –preguntó el castaño. –Hola papá. –El capitán observaba como Tony asentía a varias cosas. –Sí… no se me olvida… está bien… sí te veo al rato… sí yo también te quiero. –colgó.

-¿Tú papá?

-Si… al parecer va a venir a recogerme.

-Ya veo.

No les quedó de otra que seguir esperando mientras charlaban sobre otras cosas, sin pensarlo el tiempo caminó muy rápido hasta que la caja fue abierta por la chica pelirroja que los veía divertida.

Ambos salieron de la caja, y miraron a Nat. Hasta que Steve preguntó. –¿Por qué hiciste eso Nat?

Romanoff miró a su amigo rubio para luego encogerse de hombros. –Me pareció divertido.

Tony sonrió a la pelirroja. –Debo admitir que fue divertido en cierto punto. –miró su reloj. –me tengo que ir. –comenzó a caminar hacia la salida. –me gustó platicar contigo Steve, deberíamos ir por un helado un día. –sonrió y después de eso lo perdieron de vista.

Natasha observó con cierta picardía a su amigo que se había quedado embobado por el menor. –Si no te vas ahora llegaras tarde a la práctica… -palmeó su hombro. –ya me agradecerás bien luego. –dicho esto el rubio reaccionó y salió corriendo para llegar a tiempo, no le convenía llegar tarde o el entrenador se enojaría.

Fuera de la academia Howard Stark se encontraba recargado en su auto, esperando a que su hijo saliera de la escuela y cuando lo vio sonrió. –Hola hijo. –le dijo justo cuando estaba a una corta distancia. –¿Cómo te fue?

-Bien, pasaron muchas cosas. –le dijo a su padre con una sonrisa.

Ambos Stark se subieron al coche, el mayor encendió el coche y avanzaron a su destino. –Oye Tony, ¿De quién es esa bufanda y esa chamarra?

-Ah lo que pasa es que me mojé por accidente y dos amigos me prestaron esto.

-Ya veo. –apretó un poco el volante pero de inmediato se calmó. –Deberías presentármelos y así poder conocerlos.

-Sí… son buenas personas.

-¿Qué tal si después de ir al doctor vamos a comprar esas donas de la tienda nueva que acaba de abrir?

-Sí…

El Stark mayor estacionó el coche en el estacionamiento del hospital, se bajaron y caminaron hacia adentro, Tony iba contándole a su papá todo lo que había pasado en durante la jornada escolar y Howard solo pensó que debía hablar muy seriamente con esos chicos llamados Steve y James, y de paso con Loki y Natasha, sentía un presentimiento hacia ellos, y su instinto nunca se equivocaba o al menos eso creía él.

Llegaron al consultorio del doctor, Tony se sentó en la sala de espera mientras Howard iba a tocar la puerta, y en cuanto tocó el doctor salió. –Buenas tardes doctor.

-Buenas tardes. –saludó cordialmente.

-¡Tony! –su padre le llamó.

-Ya voy. –caminó hacia ellos y de inmediato sonrió para saludar al doctor cosa que fue correspondida por el contrario que de igual manera sonrió. –Hola…

-Hola Tony ¿Cómo estás?

-Bien, no he tenido molestias.

-De acuerdo pasen… -finalizó el de blanco y así los tres se metieron al consultorio.

El doctor comenzó a hacerle las pruebas a Anthony, checó las radiografías, y después de lo que parecía una eternidad de pruebas y preguntas, el doctor ya había terminado, sonrió y dijo. –Tony ¿Puedes esperar a tu papá afuera mientras hablo con él?

-Está bien. –dijo el castaño menor, de inmediato se levantó de donde se encontraba sentado y salió del consultorio, y en cuanto cerró la puerta, el de blanco suspiró de manera frustrante borrando así su sonrisa. Después de todo el doctor era el medico especial de Tony desde los 4 años.

Howard observó con detenimiento al doctor, y al instante supo que no eran buenas noticias. -¿Qué pasa Vincent?

-Howard… quiero que escuches con atención. –dijo serio y cuando notó que Stark asintió prosiguió. –Mira, la condición de Tony cada vez está peor, el medicamento no ayudó mucho solo atrasó, pensé que la medicina funcionaría…

-¿Qué quiere decir? –Howard no sabía ni como le fluían las palabras.

-A lo que me refiero es que viendo las radiografías de Anthony. –hizo un pequeña pausa. –Howard tú hijo tiene Insuficiencia cardiaca congestiva.

-¿Q-qué?

-Pero eso no es lo peor, por lo que pude observar está en fase terminal. –Vincent habló serio.

-… -Stark no sabía cómo contestar a eso.

El de blanco al darse cuenta que el castaño no decía nada prefirió continuar. –Deja que te explique. –suspiró con pesar, después de todo él también se había encariñado con el chico, y como no hacerlo si Tony es una ternura. –es una enfermedad en la que el musculo cardiaco presenta una falla grave en su intento por bombear sangre por el cuerpo, y la medicina ya no le está haciendo efecto. Es una afección que se produce  cuando el corazón no puede bombear suficiente cantidad sangre. –observó como Howard estaba a punto de estallar en lágrimas. –Esto no quiere decir que el corazón de Anthony esté a punto de dejar de latir. En otras palabras su musculo cardiaco no bombea sangre de manera normal porque se ha debilitado. –lo miró triste.

-¿Qué quiere decir con esto? ¿Por qué mi hijo se enfermó de eso? –el castaño preguntó desesperado.

-Pudo haber sido por un golpe muy fuerte, por abuso de drogas o alcohol que dudo que sea esto porque Anthony presentó esta enfermedad desde los 4 años, también pudo haber sido por anemia o alguna enfermedad pulmonar crónica…

-Pero Tony nunca…

-Eso no es todo. –miró con tristeza a Howard, ya que también lo consideraba como un amigo. –Howard, a este paso Anthony no durara más de tres meses…

-¿¡Qué!? –se sorprendió el castaño y no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a fluir por su rostro, de inmediato Vincent le acercó un pañuelo para que se secara las lágrimas.

-Debes ser fuerte, Anthony necesita que toda su familia sea fuerte. –el de blanco lo tranquilizó.

-Por favor dime que se puede salvar… -rogó Stark.

-La única manera en la que se puede salvar es haciéndole un trasplante de corazón. –de nuevo hizo una pequeña pausa. –Pero sabes que conseguir un trasplante de corazón es exageradamente complicado y el procedimiento es sumamente riesgoso. –y es ahí en donde viene la pregunta más difícil. –Howard ¿Qué quieres hacer? Anthony es menor de edad así que sus padres son los que deben decidir. ¿Quieres que ponga su nombre en la lista de espera?

Stark estaba mudo, esa noticia le cayó como agua helada, su hijo estaba muriendo. –Sí… por ahora es lo único que puedo hacer…

-De acuerdo. –sacó una receta médica y el doctor comenzó a escribir en ella. –Anthony necesita un medicamento más fuerte, el anterior que ya no se lo tome, ahora se tomará este que estoy escribiendo cada 7 horas, además queda prohibido que haga cualquier actividad física que requiera esfuerzo o le haga perder el aliento, también las emociones fuertes como los sustos o un enojo muy grande y que coma a sus horas.

-De acuerdo, haré todo lo posible. –agarró la receta después de que su amigo la firmó.

-Si surge alguna molestia no dudes en llamarme…

-Gracias. –dicho esto se aseguró que sus ojos estuvieran secos y que no hubiera algún rastro de que hubiera llorado.

Ambos adultos salieron del consultorio, Howard al ver a su hijo casi se le parte el corazón de nuevo, debía ser fuerte. –Listo Tony. –Caminó hacia el menor.

-Nos vemos luego Doc. –se despidió Tony.

-Adiós Anthony. –hizo la seña con su mano. –Cuídate.

Los dos Stark comenzaron a caminar por aquellos pasillos blancos del hospital, en silencio, hasta que Tony se atrevió a preguntar. –¿Qué te dijo?

Howard hizo su mayor esfuerzo para sonreírle a su hijo. –Pues dijo que estabas un poco mejor, pero te cambió la medicina y no debes de hacer ejercicio por un tiempo, y tampoco que tengas emociones fuertes como asustarte o enojarte.

-Está bien. –sonrió el menor.

-¿Vamos por la medicina y después vamos a comprar las donas? –le preguntó a su hijo.

-Si. –sonrió. –Quiero una dona rellena.

-Lo que tú quieras hijo… -le acarició la cabeza, “¿De qué sirve que sea un genio si no puedo salvar a mi hijo?” pensó. Y después de comprar las medicinas salieron del hospital, se subieron al auto, “Prometo que te salvaré Tony, supongo que debo hablar con un viejo amigo” pensó. Y de ahí Howard encendió el coche y arrancó, lo menos que podía hacer era cumplir los deseos de su único hijo, pero venía otro problema; decirle a María.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

¡Nos vemos!

(≡^v^≡)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).