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Chispitas de Chocolate Blanco por cancion del viento

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Notas del capitulo:

Solo para aclarar algunas cosas:

  • Decidí cambiar la personalidad de Tony a algo más tierno y dulce, no lo sé, quise imaginármelo un poco más lindo. >_<
  • Los nombres de los maestros que mencionaré junto a sus personalidades, son los de mi escuela, si pensé en agregar a Charles y a otros más, pero dije “por qué no”  además de un poco de diferenciación. (Si alguien de mi escuela está leyendo esto, y reconoce a los maestros, solo te digo “¡Hola!” aunque dudo que haya alguien).
  • He leído muchos ficts donde Howard es un padre horrible y abusador, en parte me gusta, pero decidí que en esta historia sería un buen padre sobreprotector con su único hijo.
  • Si se me viene otra cosa, les avisaré luego.

Ambos fortachones habían quedado embobados por aquel castaño, se quedaron viendo un buen rato en la dirección que el menor había tomado, soltaron un suspiro al mismo tiempo.

-Lo quiero para mí. –Comentó Barnes.

-Yo lo quiero solo para mí. –de igual manera habló Rogers.

-Espera… -reaccionó Bucky por lo que dijo su amigo. –Yo lo vi primero. –dijo, después de todo ambos sabían cuando había un enamoramiento en el contrario, y siempre se ayudaban para conquistar a esa persona. Sin embargo, esta vez, se enamoraron a primera vista y para acabarla de la misma persona.

-¿Qué? –el rubio sabía lo mismo que su amigo. –No es cierto yo lo vi primero.

-Mentira. –contraatacó el castaño. -¿Acaso vas a romper el código de hermanos?

-Tú lo rompiste desde el principio. –se defendió. –Porque si no fuera por mí, de seguro hubieras dejado que ese brabucón lo siguiera molestando.

-¡Claro que no! –se enojó. -¿Y cómo sé que tú no hubiera hecho eso?

-Porque soy Steve Rogers. –aclaró.

-Eh… -levantó el dedo índice para reclamar, pero lo bajó. –Buen punto.

-Te lo dije.

-Pero yo también lo hubiera ayudado, -se encogió de hombros. –Sabes como soy.

-Tienes razón.

Los dos chicos se estaban observando a muerte por primera vez en su vida, a ambos se les había olvidado que tenían que ir a clase, de no ser por la prefecta que estaba cuidando los pasillos para que ningún alumno se echara la pinta, se hubiesen quedado ahí, todo el día. –¡Hey ustedes! ¿Qué están haciendo fuera de su clase? –y como venía, solo les aterró.

-Lo siento. –comenzó el rubio. –Fuimos a recoger unas cosas al casillero, por eso se nos hizo tarde, ¿Verdad Bucky?

-Sí, pero ya nos íbamos. –ambos comenzaron a caminar lejos de aquella autoridad.

-Será mejor que se apresuren si no quieren que los reporte. –amenazó.

Y así ambos fortachones salieron corriendo del lugar, no querían un reporte el primer día después de que su suspensión terminara, no sería bueno. Llegaron al su salón correspondiente, se miraron y se preguntaron si realmente la maestra los dejaría entrar. Tocaron la puerta y después de unos cuantos segundos la docente abrió la puerta, mirándolos seriamente por su retraso.

-¿Por qué llegan tarde? –preguntó la maestra, una docente que es alta, delgada, cabello largo y lacio de color negro, que siempre viste con un traje sastre de colores oscuros y con botines negros; llamada Verónica pero le dicen Vero. Una maestra que con un regaño te puede hacer llorar.

-Es que… se nos hizo tarde porque fuimos a recoger unas cosas a nuestro casillero. –explicó el rubio.

-¿Los dos? –preguntó la maestra.

-Si maestra, ya ve que estuvimos suspendidos y por eso tuvimos que ir por nuestras cosas. –mencionó Barnes, que estaba igual de nervioso que su amigo.

-Que no se repita. –finalizó, caminó hacia su escritorio y tomó asiento. Steve y James, no lo dudaron y se metieron al salón siendo vistos por todos los ojos curiosos que esperaban que la maestra los regañara. –Júntense con un equipo para trabajar.

Los ojos de ambos chicos comenzaron a buscar por todos los equipos para ver a quien le faltaban miembros, y de inmediato vieron a Nat junto con Loki, les faltaba dos miembros, así que ellos eran perfectos, caminaron hacia el equipo y se sentaron junto a ellos.

-¿Por qué tan tarde? –preguntó la pelirroja. –Tuve que soportar a Loki todo este tiempo.

-Yo no te dije que fueras parte de mi equipo. –el pelinegro usó el sarcasmo.

-Tú no, pero la maestra sí, así que no me quedó de otra.

-Ya chicos. –intentó calmarlos el rubio. –Llegamos tarde por salvar a la persona más hermosa del mundo. –tanto Loki con Natasha jurarían que estaban viendo corazones en sus ojos.

-Lo más bello que existe. –le siguió el castaño de igual manera que Steve.

-Así que… -sonrió con malicia la pelirroja. -¿No me digan que se enamoraron de la misma chica?

-Esto se pondrá interesante. –sonrió Loki, estaba ansioso por ver cómo se peleaban por atraer la atención de aquella persona.

-No es una chica. –comentó Barnes. –es un hermoso niño, y él será mío.

-¿Tuyo? –se molestó el rubio. –Ni en tus sueños.

-Ok… y, ¿Quién es el afortunado? –preguntó curiosa la mujer, quería saber de quien se trataba.

-No sabemos. –suspiró frustrado el rubio. –Pero creo que era de primero.

-¿De primero? –la chica se sorprendió.

-¿Quién diría que ustedes dos, serían unos asalta cunas? –se burló el pelinegro.

Ambos fortachones se avergonzaron, es cierto, los de primero tienen de edad alrededor de 15 y 16 años y ellos ya tenían 18 y próximamente 19 años, eso podría considerarse estupro ante la ley.

-Y-ya dejemos esto por ahora. –tartamudeó el rubio, estaba que se moría de la vergüenza. -¿Cuál es el trabajo?

-No lo sé. –el pelinegro se recargó en su asiento. –No puse atención.

De alguna manera lograron realizar el trabajo encargado y entregárselo a la maestra, y sabe que estuviera bien hecho. Pero por ahora no importaba, estaban tan preocupados por entregar el trabajo que no habían visto al chico nuevo y mucho menos presentarse.

En cuanto la docente abandonó el aula, todos se relajaron y comenzaron a conversar entre ellos esperando al próximo maestro, sin embargo una voz, que ambos; Steve y James. Lograron reconocer, pues era la misma voz de aquel chico que se habían encontrado en los pasillos, de inmediato voltearon para encontrarse con aquella extraña situación.

-Y-ya ba-bajame Thor. –se asustó el castaño.

-Pero es que eres tan pequeño y ligero que puedo cargarte en mi antebrazo y con un solo brazo. –le dijo el rubio de cabellos largos, Thor tenía al castaño sentado en su antebrazo sin siquiera usar mucha fuerza, ni algún gesto de que se estuviera esforzando.

El menor estaba avergonzado por aquello, pero sin darse cuenta dos chicos estaban hirviendo en celos por la acción que su amigo Thor estaba haciendo, ¿Qué se creía para hacer eso? ¿Ya le tenía tanta confianza como para hacer algo como eso?

-Tengo miedo de caerme.

-No te preocupes, no te dejaré caer. –le animó el rubio de cabellos largos.

-Thor, ¿No crees que ya es suficiente? –habló Rogers con una mirada fría, cosa que no pasó desapercibida por el nombrado, sin duda se dio cuenta en ese momento de que Steve quería algo más que una amistad con ese chico.

-Oh, está bien. –de inmediato bajó con cuidado al menor. –Perdona amigo.

-No hay problema. –le correspondió el menor. En cuanto tocó suelo pudo ver de quien se trataba, y era nada más y nada menos que aquel rubio que lo había ayudado.

Steve se acercó al menor y de inmediato sintió como su mejor amigo se le pegaba, “Genial” pensó con sarcasmo, después de todo quería un platicar con el menor un rato, conocerlo.

-Creo que no nos presentamos adecuadamente hace rato, así que comenzaré. Mucho gusto. –el rubio le extendió la mano al castaño menor. –Soy Steve Rogers, Capitán del equipo de futbol Americano.

El menor de inmediato correspondió el saludo mientras le sonreía. –Yo soy Anthony Stark, pero mis amigos me llaman Tony. –soltó la mano ajena e instantáneamente miró al otro castaño.

-James Barnes. –hizo lo mismo que el rubio, de saludar al castaño de mano, solo que éste se aprovechó y besó la mano del menor haciendo que se sonrojara y que un Steve lo mirara furioso. –Si quieres puedes decirme Bucky. –Soltó la mano ajena.

-James… me gusta, espero que no te importe te llame así. –sonrió, haciendo que el castaño mayor se ruborizara por aquella simple acción.

-No, tú puedes decirme como quieras.

Justo cuando el rubio iba a preguntarle al menor si tenía que hacer algo más tarde, el siguiente maestro entró, provocando que todos tomaran asiento, y por causa del destino la buena suerte, por los Dioses o lo que sea, el pupitre de Tony se encontraba exactamente entre Steve y Bucky; a la derecha de Steve estaba Tony y a la izquierda de Bucky estaba Tony. Sin duda en medio de una batalla por su amor.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Nos vemos!

(≡^v^≡)/

Perdonen faltas de ortografía... ya es tarde...


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