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UNIDO A TI por Starless Night

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Notas del capitulo:

Eh aquì otra entrega del debraye nuestro. Con bastantes saltos y extraños acontesimientos, pero terminado. Antes que nada,decir que los rewies serán contestados un tanto más tarde, pero bueno, no haciendoles esperar más...Enjoy it!!

 

Unido a ti

Por Starless Night  

Capitulo Dos: Finalmente comprometidos. 

 

 

Con solo estar delante puso el dedo índice en la paquete de vidrio que, haciendo un leve sonido, abrió la puerta de manera horizontal. Ambos entraron, observando el armonioso amueblado a su alrededor del lujoso departamento; grandes ventanales se desplegaban delante de  la sala color ocre con muebles en tono crema. La cocina se encontraba a un lado, divida por una tabernera. A esa parte de la casa, definitivamente era la que más luz le entraba. Un pasillo tapizado de madera los conducía a dos cuartos; baño, closet y cuarto de visitas. Mientras que en el otro extremo, conducía otros dos cuartos aún vacíos. Dos cuartos llevaban un color azul y amarillo, y solo el baño y un cuarto se mantenían en un blanco puro.

 

-¿Qué te parece?-Dijo  con una sonrisa acompañada de un ademán de manos, como invitándolo a pasar. El peliverde miró a su alrededor, pasando como le indicaba-Por cierto...eehhh...-Titubeo inseguro  de como llamarle, sacó una delgada lamina que desdoblo y colocó delante de él-Pon tu pulgar a aquí por favor.

 

-¿Para qué?-Le miraba extrañado.

 

-Con esto estará completamente registrada una cuenta a tu nombre-rodó los ojos-por  lo de las compras, al menos que tu pienses-Le  volvió a sonreír, algo divertido-...pagar.

 

-¿Pondrás una cuenta a mi nombre? Preferiría que el dinero lo manejases tú, no quiero que haya desconfianzas. Tus padres no lo verían bien ¿O si?-dijo dudoso.

 

-Pues no completamente a tu nombre, los ingresos los seguiré manejando yo, con la diferencia que la usaras tu...digamos que es tu registro-Le volvió a extender la hoja. Gildrian le miro suspicaz entrecerrando su vista.

 

-¿Lo crees pertinente, Señor Moltaire?-dijo  aun reacio a  hacer aquello; en realidad no quería hacerse el difícil pero, el dinero era cosa de cuidado.

 

-Si lo creo pertinente-Dijo como si nada, mirando al techo algo fastidiado, tomando la mano del peliverde y colocando el dedo pulgar sobre la plaqueta, la cual mostró unas rayas de color verdoso moverse cual serpientes en diferentes direcciones y desvanecerse- ...y todo lo demás bien ¡listo!...^^ Podrás comprar lo que quieras, excepto viajes al extranjero ¿vale?-Gildrian  le miro alzando su ceja, notando el fastidio.

 

-A que se desespera rápido  ¿Verdad? , bueno siempre puede dar marcha atrás...o existe el divorcio-Siguió  mirando aquel lugar también algo fastidiado.

 

-Uhmmm...no...Definitivamente el divorcio nunca será mientras mantenga la guardia, y no me has dicho ¿Qué te parece?.

 

Aquel lugar era espacioso, habría lugar para él y su bebe, y por supuesto para su esposo.

 

-Me parece bien; dejaras que yo lo decore a mi gusto, y por supuesto tiene varias habitaciones en cual dormirá usted-Dio unos pasos acercándose a la ventana para mirar el exterior.

 

Bajo la cabeza algo resignado-Ajá-Bueno, aún no le podía pedir frutos a la higuera-¿Entonces te quedas con está?.

 

-Me parece bien, aunque cuando mi hijo nazca no podré tenerlo aquí, seguridad ya sabe que estos departamentos son peligrosos para los niños pequeños-Entraba  mucha luz. Miraba el cielo sonriendo, le gustaba la vista.

 

-Pues, si así te parece-Se recargó en le marco de la puerta, observando aquellos ojos verdes perdidos en la distancia-Yo no me opongo-Giró la cabeza mirando la nada, sabia que no soportaría seguir observándole sin sentir algo-Por  cierto, la próxima semana habrá una fiesta en la mansión principal con motivo de anunciar nuestro compromiso, y tu sabes, como los invitados especiales que somos-Se  acercó hasta recargarse en el resquicio opuesto de la ventana.

 

-Si hay que asistir, supongo que no hay mas remedio. Estaré ahí solo, dígame la hora. Le informare a mi padre también-Se giró para mirarle; esos ojos denotaban algo que el desconocía, quizás algo de alegría.

 

-Bien pues, cómprate algo muy bonito ¿Quieres?-Le sonrió, entre divertido y medio irónico.

 

"Un esposo nuevo".-pensó molesto, por el tono irónico usado por el otro-Algo  lindo, bueno será solo para no hacerle quedar mal; además volvemos a lo de la familia ¿Sus padres están contentos con esa fiesta? Mi padre estará feliz-Dijo  en un tono de felicidad a medias.

 

-Mis padres siempre estarán de acuerdo mientras yo lo este-Se  retiro de su cómoda posición y camino a la puerta-Ante  quien tienes que quedar lindo, es ante mi...Te veo luego-Sonrió ligero, alzando la mano y saliendo por la puerta.

 

Solo asintió con la cabeza mirándolo salir. Se sentó en el suelo frente a la ventana, sonriendo de nuevo, tocándose el vientre. "¿Que te parece?, linda vista cierto. Tu padre lamentara haberte dejado, serás el bebe mas lindo de todo el mundo, con mi amor será suficiente para ti. Seguro".

 

Se mostraba animado por la sola imagen de su hijo teniéndolo en brazos, pero se preocupo al imaginar a alguien más a su lado cuando eso pasara.

 

  ×*/_*×_×*/_*×

  

Miró la delgada fibra óptica, casi traslucida, que mostraba una persona  en su forma tridimensional, observándole.

 

-Así que, ¿Lo forzaras?-Le pregunto la imagen, cabello largo, café y ojos como dos zafiros.

 

Sae, indiferente tenia la mirada perdida en el exterior sintiendo el compás del movimiento de su transporte privado, una mano cubria su boca de delgados labios.

 

-Eso es algo que no discutiré contigo, así que guárdate las alusivas-Dijo  seco, girando directamente sus ojos a la proyección-No es nada por lo cual no puedo manejarlo-Le aseguró.

 

El transporte repentinamente se estaciono en una saliente, adentrándose  en ese gran edificio sofisticado, arquitectónicamente delicioso. Desgraciadamente apreciado a la mitad, por la capa de humo que cubría su parte inferior. El peliazul bajo, mostrando su elegante vestimenta de chaqueta vino, acompañado de un pantalón negro y camisa a juego. Ese largo cabello negro azulado, delicadamente peinado en una coleta que en aquellos momentos reposaba sobre su hombre, unos mechones inquietos acariciaban la apiñonada mejilla y frente.  Se coloco delante de la puerta, presiono marcando el número del cuarto  y toco suavemente un botón, abriéndose las puertas automáticas, acompañado del suave  timbre en el interior. Hora de subir.

  

El peliverde  se encontraba dando los últimos detalles a su aspecto mirándose al espejo, en realidad aun no hacia mucho vientre; alzo su camisa para mirarse, le agradaba ver cuanto había crecido su bebe. Tomo un cepillo comenzando a acomodar su pelo, de manera sutil, dejo caer unos mechones largos sobre su tez, estos cubrían sus ojos, levemente dándole un toque más misterioso. Cubrió sus labios con algo de brillo casi superficialmente, para después acomodar su ropa, la cual consistía en una camisa de seda blanca sin botones con abertura en el pecho en forma de v no pronunciada y unos pantalones de color caqui, no era muy formal pero aquellos colores resaltaban su pelo verde y ojos del mismo color, se echo encima una chaqueta casual para cubrirse solo lo necesario.

 

 Cuando escucho el timbre salió despacio de su cuarto, para quedarse al pie de la escalera entrecerrando su  mirada hacia la entrada, respiro profundo queriendo sentirse seguro de lo que iba a hacer. Su casa seguía sin amueblar, sólo había comprado su cama y una cómoda, más su ropa estaba en maletas. Se detuvo frente a la puerta dudando en abrir, notando que aún estaba descalzo, el piso estaba frió;  finalmente paso su mano por encima de la placa negra que se encontraba al costado de la puerta para que esta se abriera mostrando a la persona que estaba del otro lado.

 

-Buenas tardes-Dijo  simple.

 

-Bu-Buenas-Por  un momento las palabras habían muerto en su boca, atrayendo la vista ante el hermoso joven de pelo verde y ojos a juego, enmarcando su figura con tales ropas-¿Vamos?-Articulo, con una sonrisa algo nerviosa y moviendo la mano a manera de que saliese.

 

-Espera sólo un minuto, me faltan los zapatos-Dijo mirando sus pies, para después darse la media vuelta y medio avanzar rápidamente por la duela del departamento, sin querer trastabillo un poco alcanzándose a agarrar del quicio de la puerta de la habitación, dejo salir una risa tenue-No  tardo-Se perdió en la puerta mientras se sentaba en su cama para calzarse.

 

Sae suspiro, recargándose en le marco de la puerta. Vaya que el chico lo había puesto nervioso. Aunque, se notaba a leguas que era un torpe. Sonrió para si, era una de las cosas que le agradaban en él. Cosas  que siempre le traerían ese recuerdo-Bien, pero no tardes frente al espejo-Le  dijo, con un leve tinte burlón. (y blah blah blah seh ¬¬*)

 

Dio una mirada en blanco tras escuchar ese comentario, término dando un último vistazo a su figura y salió mirándole serio paso a su lado abriendo la puerta del departamento, saliendo como si nada.

 

-¿Que esperas? ¿Vas a quedarte ahí?-Fue lo que dijo caminado rumbo al elevador, él no era vanidoso.

 

-Si! ¡Ya voy!-Dijo, siguiendo lo hasta la parte el elevador, donde las puertas se abrieron automáticamente, Sae la tomo, solo por formalidad-Adelante -Le sonrió.

 

Paso sin mas mirando hacia en frente, retirando esos mechones de su tez para acomodarlos en su oído, sin éxito pues volvían al mismo lugar de antes-Gracias -Dijo serio y por educación también.

 

Giro la mirada, sintiendo un leve sonrojo ante la inocente acción del peliverde. Si seguía así, terminaría haciendo algo realmente mal-Si ...--Murmuro, acomodándose a su lado, cerrando la puerta, para después sentir el transporte  bajar.

 

Sintió aquel bamboleo propio del elevador, de momento trastabillo levemente, vio como todo daba vueltas, no puedo evitar echarse hacia atrás apoyándose en la pared del aparato, "estúpidos mareos" froto sus ojos intentando recuperarse.

 

-¿Necesitas algo?-Miró a  su acompañante, preocupado.

 

-Solo que todo deje de moverse-Dijo  aun indispuesto, se sujeto al brazo del otro para recargarse en él, si no caería.

  

El peliazul sintió su calor muy cerca, llegaba a oler el perfume y el shampoo mezclado en un delicioso aroma. Se dejo hacer, recargando ligeramente el mentón sobre la cabeza verde.

 

"Hay cosas que no quisiera que pasaran...".- pensó, cerrando los ojos.

 

"Solo será unos minutos, los mareos son incómodos" Un sentimiento de seguridad nació en él al sentir el mentón del otro en su cabeza, la incomodidad pasaba ya era leve.

 

-Ya estamos -Dijo, abriendo los ojos al oír una leve campañilla. Soltó su brazo enseguida como regresando a la realidad, avanzo un poco para luego mirarle.

 

-Es ese tu coche ¿Cierto?-Se dirigió hacia él,  sintiéndose peor: jaqueca, mareos, embarazo de  dos meses, un futuro esposo que se creía muy gracioso y una familia encantadoraaaaaa con quien convivir por lo menos unas horas. Se  paró junto a la puerta, de muy mal genio.

 

-Si-Al acercarse, extrañamente sentía una atmósfera hormonalmente mal alrededor del peliverde "¿Cuantos cambios se pueden hacer en un día?" . La puerta se abrió automáticamente, y ambos entraron- ¿Seguro que no necesitas anda?-Volvió  a rectificar, inseguro

 

-Acabar con el espectáculo de una vez-Entro  al vehículo sin decir nada mas sentía furia, coraje y ganas de llorar, demonios ¿Por qué a él?. Se giro hacia la ventana mirando la calle, haciendo un silencio que en verdad daba miedo.

 

"Y algo me dice que solo empieza"  se dijo Sae, dejando toda la cabeza descansar en el respaldo del automóvil mientras se ponía en marcha [Sip, solo empieza ^o^]. Pero de alguna forma, le gustaba la manera en que iban las cosas. Si el peliverde fuera tan predecible, no se divertiría tanto-...Valentaine-Se  atrevió a llamarle por su apellido-Solo necesitamos estar presentes hasta que mi padre nos anuncié, que más o menos será minutos después de que lleguemos...-Se  giro  a intentar observarlo, chocando con le reflejo del peliverde tenuemente desvanecido en el vidrio a la par del movimiento externo-Por  lo que puedes faltar a la demás velada...cualquier excusa se te será concedido...y más...-Miró  rápida y inconscientemente el vientre-Por  tu estado-Argumentó.

 

-Perfecto Moltaire-dijo  seco, sin mirarle; estaba muy sensible, lloraría pronto pero no lo haría frente al otro eso jamás, antes muerto.

 

Y en todo el viaje, no volvieron a hablar. Sea incomodad o disgusto. Pero ninguno se volvió a dirigir la palabra hasta que llegaron a su destino

 

Miraba por la ventana observado como llegaban a una mansión enorme de un gusto excelente; había que admitirlo. El coche se detuvo en la entrada esperando que el gran barandal se abriese, en el centro del mismo estaba detallado el emblema de la familia Moltaire; en tonos dorados. Pudo divisar el gran jardín que había en la entrada, todo estaba iluminado por pequeños focos blancos, arreglos de flores exquisitamente caras de invernadero Aquella casa parecía tener una fachada de mármol con grande columnas, su gusto seguía siendo excelente.

           

 El vehículo prosiguió para aparcarse en la entrada de aquel lujoso lugar, al parecer la seguridad era demasiada; de seguro grandes personalidades habrían sido invitadas. Salió sin necesidad de que le abrieran la puerta, en seguida pudo percibir el olor dulce despedido por los arreglos y miro una fuente a los lejos llena de multicolores; como un arcóiris de noche, giró mirando la gente en la entrada divisando a los padres de Moltaire. Exhalo tranquilo mientras caminaba, arreglándose un poco el porte, dejando  que su prometido  abriera la puerta. Debía acabar rápido si no se sentiría peor, por el espectáculo del que él iba a ser una parte importante.

  

Se relajo tomando la mano de Sae-Como  si tuviera que celebrar -susurro  para si, después de quitar con un movimiento leve unos mechones de su cabello; transformando su cara hastiada en una sonrisa angelical, vivaz saludando con delicadeza a los presentes; era un actor consumado.

 

-Sres. Moltaire, buenas noches-Menciono  parco pero propio.

  

Podía divisar a mucha gente en el interior, platicando y haciendo bullicio. Inhalo profundo esperando a que su futuro esposo se uniera a su ya tan buena farsa. Se acercó, recibiendo los saludos de la demás gente; tomó la mano del peliverde , haciendo mancuerna a manera de que descansara en su antebrazo-Sonríe  un poco más, se supone que somos felices-Le susurro, conduciéndolo entre la gente.

 

"¿Quien lo viera?" Pensó el peliazul, apartando la mirada de su futuro esposo.

 

-Por allá están mis padres, vamos-Dijo , acercándose hasta los susodichos, Michael Moltaire con su alto porte y Larren Moltaire con el aire estoico, y agraciado.

 

Diviso a los padres de Sae, miro con soltura a su Padre, mas a su progenitor lo barrio con la mirada; no le aguantaría mas desplantes, no ese día tan difícil para él.

 

-Gildrian, Sae, nuestros invitados especiales han llegado-Sonrió complacido Michael, abrazando a su hijo y tomando la mano de Gildrian en un saludo cordial.

 

Larren, por el contrario, miró a su hijo y luego a Gildrian, pero a ninguno de los dos les dirigió la palabra. Asintió tranquilo y dejó que su prometido lo guiase, sin dejar la cordialidad fingida que tenia, miro al padre de Sae, tomando su mano de igual forma que él, para después dar una reverencia ante su suegro alzo su vista y miro Larren haciendo la misma reverencia, no quedaría mal ante todos; no por él.

 

-Esperaremos unos momentos y después haremos el anuncio, solo deja que terminen de servir el vino. Por lo que hagan el favor de esperar-Dijo  Michael, marcando con la mano una mesa un tanto centrada, pero a la vez retirada.

 

-Si padre-Sae  tomo la mano de Gildrian y caminaron hacia el lugar reservado.

En la sutilmente adornada mesa, el Sr.Valentaine, padre de Gildrian ya ocupaba un lugar. Se levantó en cuanto vio a Sae, y tomó su mano en un afectuoso saludo. Poniendo mucho énfasis en que era lo mejor para ambos. Después miró a Gildrian.

 

-Hijo...-Saludo.

 

Todo su carisma se esfumo, volviendo a su hastiado anterior, soltó la mano de Sae y se dirigió a su padre.

 

-Tu tienes la culpa de esto tu y solo tu-Dijo llegando hasta el hombre regordete-siéntete a gusto de haber vendido a tu único hijo al mejor postor  ¿Ves todo esto?, a cambio de eso me darás infelicidad y tristeza, padre te odio-Le dijo en un murmullo bajo pero audible para el otro y después, miró con reproche a Sae pero no lloraría no señor.

 

-Vamos, Valentaine, no te alteras, no te hará bien-Intentó  calmarle.

 

-Qué mas te da  si me altero o no-Su  tono era grosero y no les miraba, ni al peliazul ni a su padre.

 

-Hijo, sabes que lo hice por tu bien. Sae te cuidara bien, y mi nieto nacerá en una buena familia-Dijo su padre.

 

-Vamos, Valentaine, no le hará bien al niño que te enfadas ¿Por que no tomamos asiento mientras esperamos?.

 

El peliverde  volteo a verle dedicándole una mirada que podría haberlo helado, luego miró a su padre de la misma manera.

 

-Ósea que me conseguiste un esposo rico y una familia estable para mi hijo, vaya, debería besar el suelo que pisas padre, eso si me haría mal a mi y a mi bebe-contesto  irónico.

 

-Valen...

 

-¡Gildrian!-Respondió  el padre, apretando los labios y comenzando a ponerse rojo.

 

-No hagas más esfuerzos-Susurro casi en suplica,  el peliazul-Sentémonos -Dijo, algo nervioso por la situación tan tensa que se creaba

 

Gidrian  estaba por demás sensible; el embarazo, el matrimonio, la fiesta, su padre, Sae y demás, todo le exasperaba. Todo.

 

-No quiero-pronuncio  necio-y  tu, no tienes mas autoridad para gritarme ¿Me oyes?. Tu también te vendiste a los Moltaire, y me arrastrases contigo ¡Soy muy infeliz! y...¡ahhh!-Se  doblo un poco, había sentido una leve punzada en el vientre;  señal de que el bebe mismo le pedía calmarse.

 

-Gi...Valentaine-Se  acercó, sosteniéndolo levemente-No  es momento de que repeles, anda, siéntate-Pidió, abriendo con una mano la silla y con la otra intentando guiarle.  A lo que  el peliverde respondió  soltándose tan rápido de ese agarre como pudo, sentándose alejado de su padre, por supuesto. Le lanzó una mirada asesina mientras se sobaba el estomago.

 

-No repelo, así que déjame en paz. Ve donde tus padres a poner cara de todo esta bien y ahórrame tener que poner la mía-en  verdad estaba furioso y descargaría su furia con su prometido.

 

-Ok. Ok-"Malditas hormonas", pensó, dándose la vuelta para ir donde sus padres, que parecían haber  presenciado todo el numerito.

 

Pasando entre la gente y dando uno que otro empujón, pudo ver a varios jóvenes arremolinados, provocando un pequeño tumulto. Un mal presentimiento  le vinó.

 

Gildrian le miro irse, por fin. De mala manera tomó un vaso de los que habían en la mesa he hizo señas a un mesero para que lo llenara con agua; tenia la boca seca y los mareos regresaban, mientras tanto su padre vociferaba una y otra vez los pros del matrimonio con Sae.

 

"Si no se calla, habrá asesinato en masa y el será el primero" pensó  aburrido y con dolor de cabeza.. Quería acabar con esa farsa, como si no fuera suficiente lidiar con Larren, con el que pintaba para no llevarse nada bien y seria una batalla campal cuando supiera del embarazo , quien sabe igual se divorciaba. Bebió un poco de su agua,  detallando el arreglo del salón, en verdad se habían esmerado por esa fiesta.

 

"Lo que es querer quedar bien con todos aunque no los conozcas" Pensó  mirando todo el lujo; los candelabros que pendían en el techo, las flores igualmente caras de los centros de mesa, los manteles de tela rarísima con bordados de lo que parecía filo de oro, y los cubiertos, de plata. Si, esa familia se pudría en dinero, y al parecer pronto emparentaría con ellos. Acabar la farsa, sobrevolaba por su mente  pero al parecer esperaban aún a mas gente, familiar o no de seguro era importante puesto que la recepción no daba inicio. Miraba a lo lejos a los padres de Sae;  se veían algo ansiosos. Fijo su vista en el progenitor, y suspiro, su relación no podía ser peor.

    

Mientras, en donde Sae se encontraba; el tumulto no le permitía pasar muy bien. Visualizo a sus padres dirigiéndose a donde estaba, no tuvo que conectar más ideas, Él ya estaba aquí.

 

-Sae-Escucho que pronunciaban su nombre, y algo cercano a un escalofrió recorrió su espina dorsal, sin quererlo, sin anhelarlo y mucho menos  desearlo, se giro para toparse con la [según él] pequeña diferencia de estaturas [solo 10 cm¬.¬].

 

-¿ No saludaras a tu hermano?-Sonrió, abriéndose paso entre los jóvenes que lo rodeaban.

 

Se giro al escuchar aquella voz tan conocida por él, su hermano "pequeño", se abría paso para de seguro reclamarle por su obvia tardanza. Sonrió irónico, le haría pasar un mal rato. Si podía en ese día, según especial.  No conocía al prometido, solo por nombre ni siquiera por fotografía; era mas que obvio que no le interesaba salvo si podía sacarle algún provecho  o si podía fastidiar a Sae de alguna manera.

 

-Claro que te iba a saludar, sólo que mis admiradores me mantienen ocupado; pero este es tu día hermanito. Por eso hoy brillas tú-Dijo  extendiéndole la mano desafanadamente.

 

Miró el pedazo de carne que se extendía, por que para él eso era, y dijo algo rudo-Que bueno que estas aquí-Sonrió -Sólo  a ti te esperaba.

 

Iba a contestarle a su hermanito cuando su padre entro en escena. Sabia controlarse delante de él, meció un poco su cabellera volteando hacia la cabecilla de familia.

 

-Drey-Llamó el señor Moltaire, tomando posición junto a sus hijos-¿Se puede saber la razón de tu tardanza? Debías estar con nosotros desde el principio, al ser un momento tan especial para nuestra familia.

 

-Mis disculpas para ambos, los negocios me retuvieran mas de lo que pensaba; inversiones en bancos, movimientos en las cuentas del extranjero, transacciones y esas cosas. Padre, sabes que no me gusta dejar nada al azar, mas cuando se trata de dinero mas el día de hoy debí ser mas considerado, pues el pequeño de la familia se compromete. Me disculpo ¿Alguien me presentaría a mi futuro cuñado?-Menciono  bajando leve la cabeza en señal de respeto a su padre.

 

Ante toda esta hazaña, Sae se la pasa mirando el techo con fastidio, moviendo la boca cual replica infantil-Si, si yo te presentare, hermano-Dijo , dándose la vuelta y no esperando a la contestación. Dejando a ambos padres atrás, uno un tanto indiferente con la situación, otro muy expectante por una explosión entre sus hijos.

 

El castaño ignoro olímpicamente lo dicho por el menor, después de todo siempre lo hacia se excuso con sus padres, para seguirlo no sin antes detenerse una que otra vez a saludar a uno que otro sobresaliente invitado o a uno que otro chico guapo, por demás conocido por lo menos para él.  Caminaron hasta quedar delante de la mesa en donde el peliverde y su padre ocupaban un lugar.

 

-August Valentaine y su hijo Gildrian, mi prometido-Dijo el peliazul respectivamente. Drey se detuvo detrás de Sae, aún sin mirar a la mesa.

 

Aburrido, Gildrian paseaba su dedo sobre las orillas de su copa semi llena, produciendo un sonido similar al de un violín, pero mas bajo, provocado por el  fino cristal del que estaba echa .  "Aquí todo es costoso",  pensó cuando escucho la voz de Sae; giró su cabeza para mirarle y también al extraño que venia con el. Su padre se apresuro a pararse, vociferando un mucho gusto mas él seguía mirando al extraño.

 

Ya un poco mas relajado, decidió por fin conocer al nuevo integrante de la familia, y cuando le miro supo que tendría algo seguro con que molestar a Sae por unos cuantos meses, o lo que durara el matrimonio.

 

-Sr. Valentaine, joven Gildrian tanto gusto, Drey Moltaire su hermano -- Dijo sin mirar al peliazul, en cambio su mano viajo para saludar ameno al padre del chico, luego pasando frente a Sae, dirigiéndose a Gildrian.

 

-Gildrian, porque puedo llamarte así al fin y al cabo eres ya casi familia; un gusto-Tomo la mano del peliverde depositando un beso en ella, sonriéndole su actitud le consumaba como un excelente y bien portado hombre de sociedad.

 

El susodicho le miró sin cambiar el gesto de su cara, curiosidad era o quizás algo de duda, como esos dos podían ser hermanos, ¿Cómo?. (yo se adopción O.o)

 

-Supongo, que, por mi nombre esta bien si con eso esta usted cómodo, después de todo es su hermano-Dijo  mirando a Sae;  como pudo retiro su mano sin parecer muy grosero.

 

-Bien, conocida toda la familia padre ¿Puedes terminar  con toda esta ceremonia?-Dijo el peliazul, evitando mirar, tanto a su prometido como a su hermano y también a su progenitor.

 

-Sae, guarda la compostura y la paciencia, por Dios, a veces no pareces de esta familia-Respondió.

 

Sae rodó los ojos ciertamente fastidiadlo ¡Quería irse de ese lugar lo antes posible!

 

-Lo siento padre.

 

Dio una ultima mirada al peliverde, pensando en un "¿Y por qué no?", paso a Sae murmurando un "no seas niño", sabiendo que lo escucharía muy bien,  para luego  ponerse respetuoso al lado de sus padres.

 

-Todos sabemos como es Sae y así lo amamos, pero hay reglas hermanito, si quieres boda; respétalas-Dijo  dándole una de sus sonrisas marca "irony", patentadas solo por él.

 

Gildrian escuchaba callado todo aquello, mirando a su "nueva" familia; no encajaría, no lo haría.

 

-Discúlpame , Drey; por supuesto que tu has de saber muy  bien como respetar todas estas bodas de etiqueta, digo, ya habrás asistido a muchas, y sobre todo a la tuya-Le devolvió la sonría, intentando no expresar un "Si no hubieses venido, no tendría que irme yo".

 

-Dices bien, he asistido a muchas y es solo porque cierta persona no atiende los compromisos sociales a los que esta sujeto, y todos sabemos quien es....Todos; y gracias por expresar preocupación por mi vida amorosa. Cuando me despose ten por seguro que si serás invitado; tu y tu adorable y tierno futuro esposo, claro-Sonrió  triunfal ante el pequeño y sus esfuerzos por hacerlo enojar.

 

-Expresas  muy bien lo que no se te pide, Drey. Tan típico de mi hermano-Sonrió con aire de inocencia bien interrumpida.

 

-Por ti siempre, hermano-Respondió  en tono neutro, despreocupado.

 

-¿Está era la razón por la que querías apresurar el anuncio?-Expreso Michael Moltaire algo disgustado por las peleas constantes entre sus vástagos. (ven como si son adoptados o clonados o_O)

 

El peliverde rasco su cabeza; para ser hermanos no demostraban mucho afecto, después giro la vista hacia el progenitor de Sae , "Ya, esa es la razón"  pensó poniéndose de pie caminando hacia su prometido.

 

-Ah..Gi...¿Valentaine?¿Te sientes mal?-Dijo  repentinamente, girándose hacia su prometido.

 

Captando la atención de los demás presentes. Le miro a él y luego al resto, para tomar a Sae de la mano, ahí empezaba su actuación de nuevo.

 

-No me siento mal, bueno tal vez un poco agotado deberíamos iniciar si es que no tiene ningún inconveniente y ya no esperan a nadie mas, Sae estas de acuerdo-- Dijo mirándole casi amorosamente. Ignorando al resto de los presentes.

 

Como si el tiempo se hubiera detenido, el peliazul sintió un leve calor agolparse en sus mejillas a la par que su corazón latió un poco más rápido de lo normal "¡¿Q-Que le pasa?! Vamos Sae ignora, ignora, ¡Sólo está actuando! ¡Fuerza de voluntad, fuerza de voluntad!"-hmmejem...si, si, eso padre. Valentaine puede tener una salud poco estable-Sonrió  algo soso, aún con el color rosado en su mejillas. Apretó su mano fuerte al oír lo de poco estable, mas su rostro no cambio.

 

-Debilucho-Casi, pero casi susurro Larren; con cierta arrogancia en su tono.

 

"Ambos son niños" pensó el castaño hermano mayor, mirando a la  feliz pareja.

 

Gildrian alcanzó a escuchar ese susurro, todos lo escucharon mas callaron, para no incomodarle; si él le daría su debilucho. Se repego más al peliazul, entrelazando su otro brazo, estando casi besando  su oído le murmuro algo.

 

-Acaba con esto o lo termino yo-- Las hormonas y el fastidio del progenitor de Sae, mucho podía lograr para hacer de eso un espectáculo digno de cualquier tabloide.

 

-S-S-Si-Susurro  algo nervioso. De lo que había aprendidó conviviendo con el peliverde era que, su carácter y las hormonas no hacían buen juego con las dagas venenosas de su progenitor.

 

-Padre, ¿Podrías hacer de una buena vez la presentación?-Dijo, mirando entre tímido y serio.

 

El señor Michael Moltaire, pelo gris debido a las canas y ojos como zafiros, solo suspiro con cierto aire de "Este chamaco del demonio"  Se dirigió a uno de los camareros y le susurro algo que el otro asintió. De inmediato les dijo a los demás.  De rato, un  ayudante de cámara, colocaba un chip en la solapa del traje del distinguido señor. Aclaro su garganta un poco para captar con eso la atención de los invitados

 

-Amigos, y estimados asistentes, gracias por honrarnos con su presencia  en tan importante acontecimiento; tanto para la familia Moltaire como para la familia Valentaine.  El día de hoy, Sae mi hijo, y Gildrian mi próximo hijo también, se comprometerán para unir sus vidas para siempre-Musito  señalando a la pareja para luego tomar su copa y alzarla frente a los demás, mirando a su esposo y a su otro hijo incitándoles a seguirlo-Deseémosles  buenos augurios para la nueva vida que empiezan juntos el día de hoy........Por ambos-Expresó ávido y seguro, brindando con los asistentes dejando escuchar un sonoro brindis para la pareja.

 

Sin dejar el brazo de Sae, miro la copa dudoso no tomaría alcohol, así que solo simulo hacerlo.

 

-¡Eh!...no-Le  dijo el peliazul, quitándole la copa y colocándola en la bandeja de uno de los meseros-Mejor  solo dices que el alcohol no te va.

 

Gildrian lo dejo haciendo una mueca con la boca abierta, clavo ligeramente sus uñas en el brazo del peliverde, evitando que se notara tal  acción.

 

Sae por su parte, apretó los dientes aguantándose el dolor-¿Te quieres ir ya?-Dijo intentando sonar lo más normal posible

 

-¿Tu que piensas?-Murmuro  bajito;  la gente  empezaba  arremolinarse a su alrededor  dándoles un abrazo o un beso, fingido de alegría.

           

Dejo su copa en la mesa, mirando como sus padres cuchicheaban con el padre de su cuñado era el escenario perfecto, para hacer alguno de sus planes magistrales. Se dirigió, pues a la pareja, no sin antes darle ciertas instrucciones al maestro de la orquesta.

 

-¿Dejemos toda esta cháchara hipócrita y larguémonos-Respondió Sae a su prometido con el mismo tono de voz; recibiendo un beso de un joven que le sonreía con una dulzura muy inusual [léase, sarcástica].

 

El castaño se poso triunfal ante ellos.

 

-¿Cómo es que ya se retiran, hermano? No acapares a la estrella de la fiesta-- Dijo sonriendo.

 

Gildrian estuvo apunto de contestarle,  a su ahora casi esposo cuando su habla fue cortado por el abrazo de un hombre regordete el cual lo apretujaba, por eso mismo no contesto a lo referido por el castaño hermano de Sae.

 

En aquellos momentos, Sae tenía ganas que su hermano estuvieses unos Diez, no Quince metros bajo tierra de esa casona. Y lo peor del caso, era que no podía replicar. (Sae es cruel será el hijo malvado O_o)

 

-Claro, pero la estrella no se siente muy bien por lo que no se le puede forzar, lo sentimos nos tenemos que ir-Le  dijo, recibiendo un abrazo y una replica de la pareja frente a ellos que había escuchado parte de la conversación. Hizo una seña a la orquesta, escuchándose el inicio de una melodía. La pareja que  saludaban, les veía asombrada conteniendo las ganas de chismosear por la actitud del novio.

 

-Hermanito, no se irán sin lo acostumbrado; un baile y por supuesto un beso que selle su compromiso. Gildrian, mi nuevo hermoso hermano ¿Me dedicarías una pieza? aquí entre nos, Sae es malo en la pista-Extendió su mano esperando la contestación del peliverde.

 

La demás gente en espera, prefiero dejarles para dirigirse a los padres de ambos, dándoles sus respectivas felicitaciones. Todos ellos sabían de ante mano la manera de llevarse de los hermanos Moltaire.

 

-Eso no será necesario Her-ma-no-Se  interpuso-Por  mi querido prometido, haré lo que sea-Dijo , sintiendo el desafió pegarle directamente a la cara.

 

-Vamos Valentaine-Lo miró.

 

"Lo conseguí....esto será divertido, baile o no el pequeño es nulo en sincronización y si aprendió, de todos modos será gracioso verle danzar un vals en su vida lo  ha hecho"-Les miro ir a la pista disfrutando de lo que vendría.

   

Estaba como estupefacto, el no besaría a Sae y no bailarían. No señor.....

 

-Ehhh, ¡eyy¡ espera, ¿Por lo menos sabes hacerlo?, ¿Lo sabes?-Le  miro dudoso-Si  me pisas mueres............-Susurro quedo.

 

-Tu relax-Intento  parecer seguro. Los compases de música empezaban y la gente fijaba su atención en ellos. Se habían convertido en el centro de la atención. Sae intento ir despacio tratando de olvidar que tenía dos pies izquierdos.

 

-Un, dos, un dos...lo siento-Se disculpo cuando piso levemente el zapato del peliverde-Un , dos, un , dos...auch-Ahora , él fue  el pisado.

 

-Es tu culpa, no sigues el compás ¿Quieres relajarte?-Dijo  apretando su brazo algo disgustado; le hacia equivocarse. No iba a recibir una humillación tan multitudinaria, así que se acerco al oído del otro y suspiro calmándose-Tan  solo déjate guiar por la música, no es complicado, siente y deja que tus pies vayan solos a donde las notas los lleven yo te seguiré. Sae no es difícil-Murmuro  por primera vez en un tono comprensivo y sincero.

 

Él escucho las palabras, pero los nervios que le invadían no le dejaron notar el cambio de actitud del chico-Esta  bien, dejó que me guíes-Dijo, apenas despegando la vista del suelo.

 

-De acuerdo-Por el contrario su vista no se despego del peliazul; le conducía casi por toda la pista, la música le agradaba. Por fin algo le hacia sentirse cómodo incluso dejo salir una sonrisa. Los cabellos de ambos se mecían en cada compás, en cada vuelta incluso alcanzaba a escuchar los "ahhh" pronunciados por los invitados, por fin daba un buen espectáculo. Incluso sonrió, algo raro en el.

 

"Lo logro. En verdad lo logro, ese Gildrian pudo hacerlo bailar, que mas secretos guardara, ya quiero saber..."-Procedería  con la parte -b- de su plan. Puso un micrófono diminuto en la solapa de su traje.

 

La música suavemente comenzó a terminar, y Gildrian procedió a dar su ultima vuelta, con Sae.

 

La gente ya aplaudía, pero poco después se quedaba expectante por algo.

 

-Amigos, amigos demos un aplauso a la pareja que lo han hecho bien-Musito aplaudiendo sonoramente-¡Eso!  eso es, ¿Verdad que lo hicieron de maravilla?, se merecen más aplausos; mi querido hermano y su futuro esposo. Ahora concurrencia animémosles con algo más ustedes saben que es-Dijo  incitando a la gente.

 

Por un segundo y al acabar la pieza musical, no pudo dejar de mirar al peliazul estaba como en trance y no sabia el por qué, mas la voz de Drey lo sacó de ese estado.

 

Sae, apretó un poco más fuerte la mano de Gildrian y presionó la mano en su cintura. Debía estar bromeando, era un broma ¡¿verdad?! Miró a la concurrencia expectante y  luego a las caras indiferentes y decididas de sus padres, y la sutil sonrisa malévola en su hermano.

 

"Estos son los momentos en los que deseo que desaparezcas" Pensó, no dejando de mirarlo

 

-Hermanito has brillar a la estrella .¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!-Susurro  haciendo eco en el salón, seguida por  la gente aquello era bochornoso pero necesario, para él y para su propia satisfacción.

 

Sae suspiro, no se dejaría vencer por algo así, tanto como el mismo orgullo Moltaire que compartían. Sin mucho preámbulo, tomo con ambas manos las mejillas del peliverde.

 

-¿No lo harás, cierto?-Le miro un poco asustado, estático y deseando huir, pero sus pies no se movían.-Moltaire nos miran...tu..no....-La  palabra beso resonaba en todos lados estaba rojo y avergonzado.

 

-La feliz pareja es tímida........mucho-Remato  con ironía, como disfrutaba eso.

"Tal vez deba ayudar a mi hermanito"-Pensó, mirando no muy castamente a su cuñado.

 

Sae, hizo  uso de sus habilidosas manos [mmmm...habilidosas eh]; tomo el rostro del peliverde, cubrió lo suficiente para aparentar un beso, pero termino colocándolo en la mejilla, cerca de donde el labio empezaba. Aparentando ante todos un beso real. La gente rompió en aplausos, felicitándoles por esa demostración de amor.

 

Cuando Sae se retiro, por fin  dio cuenta en lo que había hecho y sintió su cabeza ponerse roja.

 

Gildrian, le miro sin ninguna emoción en el rostro para luego seguir con la farsa. Sólo un poco mas y terminaría. Se retiro al igual que Sae y sonrió a los demás mostrando una actitud plena, una cara enamorada un sentir bien falso.

 

-Eso es, eso es. ahora si puedes llevártelo, sólo para ti hermano-Dijo , quitándose el micrófono de la solapa avanzando hacia ellos, de seguro Sae emprenderia la huida pero intentaría hablar con el y su cuñado.

 

-Quiero irme ya-Dijo al peliazul, estaba agotado."Estúpido...estúpido, estúpido......." Se repetía sin cesar, en sus pensamientos.

 

Sae sonrió forzadamente a la multitud-Claro , apoyo idea.

 

Minutos  después de besos , abrazos y felicitaciones; ambos salían de la mansión "¿Como carajos habían pasado de ser una simple ceremonia de presentación a todo una demostración de honor?" Todo era culpa de su hermano. Él era el verdadero culpable de tal linchamiento público.

 

Eso era lo que el peliazul venia pensando, cuando reclinado en el cómodo transporte, descansaba. Suspiro con sus ojos cerrados, casi habían salido corriendo pero, así era mejor. De pronto, un aparato sonó dentro del auto,supuso que era un teléfono móvil visual; el no usaba aquello, era más sencillo.  Tomó el aparato, ya que Sae parecía inmerso en sus pensamientos.

 

-Cuñadín.....el ingrato te llevo tan rápido, que no me dejo abrazarte y felicitarte como es debido. Dime ¿Puedo ir a molestarte un día de estos a su casa? Me interesa tener una charla contigo-Murmuro  la imagen en la pequeña pantalla.

 

-Drey ,¿Cierto?-Murmuro  a su aún desconocido cuñado, no tenia ni idea de para que le llamaba y mas después del espectáculo que él mismo había iniciado. Miró de reojo a Sae, que tampoco parecía estar muy concentrado en lo que pasaba a su alrededor, y obviamente no alcanzaba a escuchar las palabras de su hermano evitando con ello un posible enfado.

 

-No se para que quieres charlar conmigo, pero la casa de Sae, supongo que es tu casa y eres bienvenido. Es tu hermano, no tendría porque negarme, ¿Ó si?.

 

-De acuerdo entonces Gildrian, pasare a verte en la tarde o quizás noche, depende de los negocios; intentaré llevar obsequios para ambos. El maleducado del pequeñín no espero a recibir los presentes, apuesto que el mío les encantara. Espero seamos buenos hermanos, de verdad-Le  dijo con voz aguda.

 

"Fantástico, otro mas a la colección, cuanta familia nueva"  Pensó suspirando-Esta bien esperare paciente el día de tu visita, cuídate Drey, tratare de ser un buen hermano nuevo, buenas noches-Dijo, deseando ya estar en su cama y no levantarse hasta el otro  día.

 

-Buenas noches y no canses a mi hermanito por lo menos esperen a la boda-Dicho aquello termino la platica dejando la pantalla en negro.

 

"Tienen el mismo carisma...., =__=u.." Se acomodo en el asiento dispuesto a dejarse arrastrar por sus sueños; el peliazul sentado delante de él, parecía ir perdido en sus pensamientos. ¿Para qué molestarle?, lo que pensaba seguro era más importante que la próxima visita de su amado hermano al departamento de ambos,  y además, las caras que hacia no le inspiraban muchos deseos de comentárselo tampoco.

 

El peliazul iba metido en su pensamientos,  rodando en que su hermano le había fastidiado toda la noche, se paso tan sumergido en esa rabieta infantil que no se percató de lo que su acompañante hacia. Poco después, el chofer anunció la llegada al departamento; sin pensarlo dos veces, Gildrian bajo del auto avanzando a la puerta del gran edificio, tenia un solo pensamiento descansar y no pensar en nada....

 

-Buenas noches...-Fue lo único que esbozo a la persona dentro del auto, no, mas bien a su prometido.

 

Sae volteo y levanto una mano, distraído y tratando de decir un -Buenas-Que  terminó en sonido gutural. La puerta se cerró y el transporte partió.

 

¿Por qué todo salía contrario a lo que quería?, ¿Por qué él no había correspondido a su amor?, si lo hubiera hecho, las cosas serian diferentes ¿Por qué su padre no le tenia consideración, a pesar de ser su sangre?, ¿Por qué había aceptado esa boda?. Sonrió con ironía; se había vendido a una familia rica, era de lo peor. Llego a su destino, abrió desganado la puerta del apartamento para botar la ropa que tenia puesta; sin mas se ducho dejando que el agua se llevara esos torturantes pensamientos. Mas tarde se hallaba ya recostado en su cama. Futuro incierto, el suyo y de su hijo.

 

Sin contenerse empezó a llorar, abrazándose a si mismo; aquello no iba a funcionar lo sabia ¿Cuánto lloró? no lo supo, el cansancio le venció quedándose dormido; teniendo solo una imagen en la cabeza  que bien sabia debía desechar, si no sufriría aun más y no sólo seria él.

 

Continuara....cuando quien sabe pero continuara....^^  

 

 

Notas finales:

Demora en la actualizacion ,pero el cap salio largo^^u

Pd. mia si tardo no fue mi culpa..^^ *dedo señalando a vrio*


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