Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conquistando al chico perro (KibaNaru) por Kiba Monster

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¿Acaso el evento fortuito entre Kiba y Naruto unirá o separará a ambos chicos? ¿Dudará Kiba de sus sentimiento? ¿Sospechará Tenten de los sentimiento del rubio hacia el castaño? ¿Habrá algún otro chico enamorado de Kiba además de Naruto? 

Cuando a Naruto se le había bajado finalmente el momento de calor que tuvo, regresó a la mesa donde Tenten ya tenía sus útiles listos. El rubio estaba agradecido de que la chica no vio el encontronazo pues aunque el rubio sabía muy bien su tendencia homosexual, nunca se la había contado antes a nadie y sería seriamente vergonzoso para él. Aún no estaba preparado para ese momento. El castaño realizó sus labores decidido a no pensar más en el asunto y actuar con naturalidad el resto del día. No quería incomodar a Naruto con lo mismo puesto que se notaba algo cohibido.


Cuando los tres se reunieron finalmente, comenzaron escogiendo un tema para su proyecto. Debía estar relacionado con algo histórico. El rubio intentaba disimular el dolor de espalda que ya estaba sintiendo, pero la molestia se hizo notar por Tenten.


— Naruto, ¿te pasa algo? Parece como si te doliera algo.


Sin embargo, antes de que Kiba diera alguna explicación, Naruto adelantó:


— Es que me caí en el pasillo y me lastimé un poco la espalda. ¡Eso es todo! — riendo un poco.


Kiba sabía que no había sido así pero no quiso decir nada más. A final de cuentas sería penoso decir que cayó encima de él. La chica no parecía creerle, pues está algo complicado eso de caerse de espaldas en un pasillo, pero qué más daba.


— Bueno chicos, ¿qué tema escogemos? — preguntó la chica. Estaba decidida en sacar un 10 en ese proyecto.


— ¡Yo digo que hablemos sobre la historia del ramen y su impacto en la sociedad de la aldea de Konoha! — propuso Naruto alegremente.


— ¡¿Qué?! ¿Ramen? Naruto, sabemos muy bien que te podrías casar con un tazón de ramen, no es un buen tema para el proyecto. — aclaró Kiba.


— ¡¿Por qué no?! — bufó enojado. El rubio sintió menospreciada y humillada su opinión, aunque sabía en el fondo de que se la iban a rechazar. Quizás en el fondo solo quería llamar la atención con palabras.


— Yo propongo que hablemos sobre la historia del surgimiento de los ninjas en el país del fuego.


A Naruto y a Kiba les llamó la atención fuertemente la propuesta de Tenten. Todo niño de la aldea de Konoha recibía clases ninja básicas en primaria hasta convertirse en genin, mas solo aquellos que quisieran ser ninjas para el resto de su vida perfeccionaban estas técnicas para ascender a rango chūnin o jōnin, aunque con lo pacífica que se había vuelto la aldea desde hace unas décadas la labor de los ninjas fue disminuyendo y las ansiar de ser ninja se ha desvanecido poco a poco. A Naruto nunca le permitieron ser ninja por el temor al zorro de las nueve colas, cosas que solo las personas de alto mando conocen como la Hokage. Por otro lado, Kiba abandonó su preparación para los exámenes chūnin y Tenten nunca mostró gran interés en la labor ninja, aunque sí en las armas.


— No está mal. — exclamó el castaño con su gruesa voz. Era un tema interesante y al final de todo ayudaría al repertorio de conocimientos de cultura general.


— Mi abuela Tsunade es una de los sannin. ¡Ella puede ayudarnos mucho si escaseamos en información! — recordó el rubio.


Tenten estaba feliz de que a ambos chicos les gustara el tema. El trío comenzó a avanzar con el primer capítulo.


— Oigan chicos, les comento que dentro de una semana cumplo años. — comentó Tenten con una pícara sonrisa con la fe de que no lo olvidaran.— Y pues... quería saber si les gustaría venir a mi fiesta.


— ¿Alguien dijo fiesta? — dijo Kiba mientras sus ojos se dilataban. — ¡Pues claro que vendré! ¡Las fiestas nunca se pierden! — apretando sus puños.


"Si Kiba viene, yo tengo que venir también" analizaba el rubio en su mente. Naruto nunca había sido mucho de fiestas ni alcohol en realidad, pero si Kiba iba a estar ahí no podía desaprovechar una oportunidad tan perfecta para verlo. Debía de hacer un sacrificio.


— ¡Yo también vendré!


Los dos chicos volvieron a mirar al rubio de la misma forma en la que se mira a un chico listo diciendo una idiotez o un chico tonto diciendo un argumento inteligente.  Se extrañaron bastante por el interés, Naruto era el típico "no lo invites que probablemente no irá".


— ¿De verdad Naruto? — preguntó la chica. — Pensé que me habías dicho que no te gustaban las fiestas.


— Sí Naruto. ¿Qué mosco te picó hoy? — preguntó el castaño. — A veces pensamos que odias a todos porque nunca vas a ningún evento social.


— Ejem... no es eso. Lo que pasa es que uno cambia con el tiempo y, pues, ¡ahora me encantan las fiestas!  — justificó nervioso. La chica pensó que el chico bromeaba. ¿Desde cuándo cambió de opinión tan abruptamente?


— Ya veo, al parecer te cambiaste al mundo del derroche del placer, ¿eh? Me alegra que hayas cambiado de parecer, Naruto. ¡Verás que con un poco de alcohol y una chica ardiente disfrutarás como nunca antes lo has hecho! — aconsejó Kiba mientras sonreía pícaramente. — Basta dejarse seducir un día para que no quieras volver atrás.


— Tú sí que no cambias, ¿eh Kiba? — comentó Tenten.


— ¿Qué tiene de malo? En una fiesta todos van por placer de bailar, tomar y coger. Yo simplemente me uno. — argumentó levantando las palmas fingiendo ser víctima de las circunstancias. — No tengo la culpa de que ninguna chica se resista a este maravilloso hombre. — tocando su torso.


Tenten perdió el interés en la arrogancia de Kiba mientras Naruto daba constancia de sus palabras mientras lo observaba tragando grueso, siempre procurando que no fuera audible.


— ¡Yo tengo un juego nuevo que quiero mostrarles en mi fiesta!


— ¿Juego? ¿Y cuál es Tenten? ¡Cuéntanos! — preguntó el rubio para saber qué esperarse y prepararse psicológicamente.


— Es un secreto. ¡Sólo les cuento que será divertido! — al rubio no le dio buena espina tanto hermetismo y su cara de preocupación se hizo evidente.


— ¡Relájate Naruto! Verás que disfrutarás la fiesta tanto como yo ¡Es un estilo de vida grandioso!


— ¡Sí! ¡Claro! — intentó verse tranquilo.


— Por cierto, ¿qué fecha cumplen años ustedes, chicos? — preguntó curiosa. Aún luego de tantos años siendo todos compañeros, casi nadie se sabía el cumpleaños de cada quien al menos que alguna invitación fuera anunciada o alguna red social recordara en la mañana.


— Yo cumplo el 10 de octubre. — añadió el rubio.


— Yo cumplo el 7 de julio. Igual que Akamaru, aunque deberían saberlo, toda la escuela lo tiene apuntado en sus agendas. — presumió de nuevo.


Tenten volvió a ignorar al castaño mientras Naruto debía intentar no olvidar esa fecha por nada del mundo. Quizás podría aprovecharla en algún momento.


Por ahí de las 8:30pm ya era hora de volver a casa. Habían avanzado más de lo esperado. Sin embargo, cuanto más tarde se hacía más peligrosas eran las calles. Antes de partir, la abuela de Tenten les preparó unas bolas de arroz bastante buenas para posteriormente despedirse ambos chicos de su amiga e irse.


La noche estaba fría. Más fría de lo habitual. Kiba se volvió a poner su sudadera que anteriormente se había quitado. Naruto se preguntaba cómo se iría el castaño a su casa. Solo mera curiosidad. 


— ¡Oye Kiba!


— ¿Sí? — poniéndose la mochila.


— Este... ¿cómo piensas irte a tu casa?


— ¿Yo? Pues, a pie.


— ¡¿A pie?!


Naruto no podía entender cómo Kiba se iba a ir a pie a su casa a esas horas. El castaño vivía incluso más lejos de la casa de Tenten que él.


— ¡¿No sabes lo peligroso que es caminar...?!


— ¡Lo sé Naruto! ¡Lo sé! Es que tienes un poco de confianza conmigo y ya me sermoneas. Créeme que ya mi hermana lo ha hecho bastante.


— ¿Y por qué no agarras un taxi? Podemos pagarlo a medias. — sacando su monedero de rana.


— Mmm, mira Naruto, ya que estás tan insistente, te voy a contar. Desde un tiempo para acá, quiero comprarme una motocicleta. Sí, lo que oyes, una moto. — Naruto se quedó ido en las palabras de Kiba. ¿Desde cuándo quería una moto? — Con ella podré desplazarme a donde yo quiera cuando yo quiera. ¿Verdad que suena buena la idea? Además, estoy seguro de que me vería genial en una. — comentó con cierto orgullo mientras imitaba estar montado en una. — ¿No crees?


— ¡¿Q-qué?!


— ¡Es broma! — rió al ver a Naruto sin saber qué contestar, aunque era notable que le incomodó la pregunta.


— Pero... ¿de dónde sacarás el dinero? — cuestionó el rubio.


— ¡Ahí está el asunto! He intentado ahorrar lo más posible para comprármela. Llevo dos años ahorrando e incluso le ayudo a mi hermana Hana los fines de semana como asistente de su veterinaria.


— Wow... ¡eres fabuloso!


— ¿Ah?


— E-Eh que, ¡qué fabuloso que tengas una moto! ¿Y cuánto te falta por ahorrar? — desviando rápido la atención de su desliz.


— Me falta muy poco de hecho. Creo que en una semana la tendré. — dijo el castaño con una gran sonrisa. Realmente se veía entusiasmado.


Naruto se sentía muy feliz por su amigo de que se comprara lo que él quería. Aunque le daba algo de miedo de sentir que se volvería un chico malo. Pero solo eran ideas tontas, sabía que Kiba era simplemente un sexy chico bueno, de esos que hay pocos especímenes en el mundo.


— ¡Prométeme que me darás un paseo con ella! — le hizo prometer Naruto con un ligero sonrojo pervertido.


— ¡Claro! ¿Por qué no?


Naruto intentó mantener a raya sus ansias. Pensar que Kiba le daría posiblemente el mejor paseo del mundo con el mejor piloto del mundo, lo hacía acalorarse.


— Tú sí deberías tomar un taxi, Naruto.


— ¿Yo? ¿Pero por qué si ando contigo?


— Lo sé. Pero no me parece justo que te expongas por mi culpa.


A Naruto le llamó la atención de que Kiba se preocupara por él. Aunque seguramente lo decía por simple cortesía.


— No te preocupes, Kiba. Si estoy contigo, nada me va a pasar.


— Oye... no soy Batman. ¿De verdad sientes tanta protección en mí? — preguntó serio el castaño mientras levantó una ceja.


— La verdad sí. Cualquiera que ve tu cuerpo se... se sentiría... se sentiría... no sé, no se atrevería a tocarte.— dijo con cuidado de no decir alguna insinuación.


Kiba se sonrojó ligeramente.


— Sabía que intimidaba, pero no tanto.— con una pequeña risa. — ¿Te doy miedo? — acercándose al rubio y mirándolo fija y penetrantemente con su mano en hombro del menor; exactamente como si quisiera hacerlo darse cuenta de que no era intimidante pero intimidándolo en el proceso. Naruto no se esperaba eso y su corazón comenzó a acelerarse rápidamente producto de la adrenalina.


— N-N-No Kiba, s-solo que estás muy cerca...


— Já, tu mirada me respondió por sí sola. — alejándose. Naruto estaba intensamente ruborizado y con las palpitaciones a mil. — No me debes temer, nunca te haré nada, ¿ok?— dijo Kiba golpeándolo amistosamente en la espalda.


— O-ok, gracias Kiba. No hace falta que me digas eso, sé que eres una buena persona. — sonrió y el castaño devolvió la sonrisa.


Kiba sabía que Naruto se había vuelto muy tímido desde que empezó la secundaria, así que debía intentar que tomara confianza con él.


— Si quieres, te puedo acompañar hasta tu casa. — ofreció el castaño.


— ¿D-De veras? — Naruto no creía lo que escuchaba.


— ¡Pues claro! No vives muy lejos de mi casa, de hecho.


— E-Está bien Kiba. Si no te molesta...


El rubio se sonrojó un poco. El castaño estaba actuando más amable con él de lo usual.


Ambos chicos se encaminaron a la casa de Naruto mientras hablaban de otros temas, principalmente académicos, ya que el rubio disfrutaba mucho del momento como para pensar en mejores temas. Aunque Naruto fuera un poco vago e irresponsable, al igual que Kiba a veces, Naruto tenía unos grandes dotes en la matemáticas que hasta el mismo Inuzuka reconocía. El rubio negaba eso modestamente, pero el castaño solía insistir.


Después de hablar sobre eso, Naruto quiso preguntarle el motivo del porqué Kiba terminó con su antigua novia Tamaki. El moreno se abstuvo de responder a detalles y solo expresó que tuvieron algunos problemas que terminó con la relación. El rubio se sintió muy entrometido al haberle preguntado eso, pero de verdad le daba curiosidad. Lo que no quería escuchar de Kiba era que le había sido infiel, pero Naruto no pensaba que fuera capaz. Igual no era como que esperase que se lo contara en dado caso.


Luego de varios minutos caminando, llegaron al apartamento del rubio. Naruto deseaba vivir más lejos para que se hubiese alargado la plática, pero había llegado a su fin.


— Bueno Naruto. Te dejo. — dijo mientras dio media vuelta y levantó su mano.


— ¡Kiba! — dijo Naruto al instante. No quería que se fuera. Fue un acto impulsivo.


Naruto estuvo a punto de decir lo que sentía por Kiba, pero luego se retractó de su intención por el miedo que lo inundó.


— ¿Sí? — girando nuevamente su cuerpo.


— ¡N-No nada! ¡Gracias por dejarme aquí! ¡Que te vaya bien!


El castaño rió un poco. Eso fue extraño.


— ¡Vaya que a veces eres raro, rubio! ¡Hasta luego!


— ¡Hasta luego!


Naruto tomó las llaves de su apartamento y entró. Estaba todavía tan acelerado que tuvo que realizar como tres intentos para encajar la llave en la cerradura. Cerró la puerta y se recostó en su cama. No podía creer las vivencias que todo en un mismo día. Su vida solía ser aburrida pero ahora había mucho que recordar.


"¿Por qué está pasando todo esto...?" cuestionaba el rubio. La vida nunca había sido tan picarona con él antes. En fin, creía que el destino siempre llegaba con las sorpresas adecuadas en el momento preciso.


El rubio siempre intentó apagar los deseos que tenía hacia Kiba desde que le comenzó a gustar, mas nunca pudo. Ahora con estos sucesos sus ganas de ver al castaño de nuevo y observar sus ojos y rostro eran irresistibles. Naruto se levantó de su cama y se fijó en su ventana a ver si aún se veía Kiba. El castaño ya se veía muy a lo lejos. Se veía una pequeña silueta que iba corriendo. Naruto no pudo evitar sonreír mientras lo veía.


"Kiba... Prometo que algún día tú serás mío."


Por otro lado, Kiba corría hacia su casa lo más rápido posible. Aunque no le gustaba demostrarlo, le tenía mucho miedo a andar solo en las calles por la noche. Corría muy atento ante cualquier persona sospechosa que lo pudiera asaltar.


— Demonios... debo apresurarme. No me gusta caminar a estas horas. Un día de estos asaltaron al tonto de Shikamaru...


En eso, una misteriosa silueta se vio en un callejón pequeño. Era una silueta masculina alta. No había forma de saber quién era hasta verlo con la luz. No obstante, cuando Kiba estaba por aumentar la velocidad y pasarlo por alto, su gruesa voz se hizo presente.


— Nos volvemos a encontrar, Kiba Inuzuka. — habló un voz mucho más gruesa que la de Kiba.


Kiba detuvo su paso y dio media vuelta al escuchar su nombre. ¿Lo conocía? ¿Quién podía ser? Esa voz... esa aura misteriosa... ¿acaso era...?


Sí, efectivamente era el chico que Kiba pensaba que era.


2624

Notas finales:

¿Quién será este misterioso chico que deambula a la mitad de la noche? ¿Qué querrá de Kiba? ¿Dará Naruto el siguiente paso en la conquista del castaño? ¡Esperen el siguiente capítulo!

Por favor, ¡espero de verdad leer sus comentarios y reviews! Si estás leyendo el fic te agradecería infinitamente que gastes un minuto y comentes :) ¡Espero que les haya gustado!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).