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El nuevo vecino del 19B de la calle Switch por RedParadiseYaoi

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Notas del capitulo:

Todos los personajes que aparecen en este fanfic pertenecen al manga/anime Boku no hero academía de Kohei Horikoshi





Habían pasado casi dos días desde que Katsuki había visto a su nuevo vecino. Ayer por la media tarde cuando volvió de fiesta, si te preguntas el porqué de no volver la misma noche, el muchacho estaba pedo, no iba a conducir en ese estado, Katsuki es un ciudadano responsable. Cuando volvió a su piso escuchó ruido en el apartamento de su nuevo vecino. Le tocó el timbre y supo que el tipo le miró por la mirilla. El rubio intentó no reírse,  todas las mirillas del edificio eran antiguas, de esas que parecían un sumidero, eran del tamaño de su puño. Si lo dejabas abierto era una ventana a ver el piso. El nuevo enseguida la cerró al verse descubriendo por el rubio.

— No hablo con borrachos —dijo la voz al otro lado de la puerta.

Esa fue toda la interacción que tuvieron esa tarde.

Por la mañana, si se puede llamar así porque era más cercana a la noche que al día, Katsuki le vio. Llevaba puestos una camisa blanca y unos pantalones similares a los del día de que conoció. También una graciosa corbata roja mal colocada, eso resaltaba sobre su vestimenta. Le parecía algo adorable.

— ¡Ey, Deku! ¿Dónde vas tan temprano? —el muchacho de cabellos verdes dio un salto dando un portazo a su puerta, aparentemente no se percató de que el rubio estaba ahí.

— Me voy a trabajar. Es eso que se hace a cambio de dinero para vivir en esta sociedad por si no te has dado cuenta, uno no puede ir por la vida de fiesta en fiesta. —Era triste saber que esa era una de las oraciones más larga que le había dicho desde que se conocen. Se le notaba pesimista o, a lo mejor, tenía mal depertar. Katsuki tomó nota de ver si había alcohol en la vivienda si era así, no hacía falta que le contara mucho más de él.  Tenía sus sospechas de que se tratara de un solitario, borracho y renegón. Y Katsuki pensó en que esa sería una buena descripción de su persona dentro de algunos años,  así que calló. Pero sólo un rato quería saber más del chico de pelos verdes, llamado Deku (Ahora), y de qué trabajaba.

— Guau, ¡¿trabajas?! Y yo que pensaba que eras un bueno-para-nada que no aportaba nada a la sociedad. Dígame señor trabajador, ¿a qué se dedica? —le seguía mientras bajaban las pocas escaleras a la salida.

    Deku no respondió de manera directa sino que comenzó a farfullar lo que quedaba de camino a la salida del edificio, entre los ruidos que emanaban de su boca se pudo entender algo de "profesor" "'por qué..." y "química". El resto que venga un criptologo y que lo averigüe.

— Bien. Que sepas que si en un futuro veo que los adultos son unos bueno-para-nada como tú te echaré la culpa.

— No me encargo de la educación moral. Eso es el trabajo de los padres que —le recriminó Deku.

— ya... ya... —no le dejó acabar.— ¿Que mierda te has hecho? —Colocó su mochila en el asiento de su moto. Deku se le quedó helado, el rubio invadió su espacio vital y le arrebató su corbata. Enseguida deshizo el nudo que con tanto esmero hizo esa mañana. Katsuki se lo colocó en si mismo y hizo un nudo Windsor, de esos que dicen ser los más fáciles de hacer pero a él nunca le salían. Se lo quito y lo arregló en el cuello de Deku.

— ¿Gracias? —Deku no se acordaba de la última vez que se había tenido la corbata de forma correcta. En el centro escolar, donde enseñaba, era obligatorio llevar una pero él nunca aprendió a colocarla apropiadamente. Los tutoriales de Internet insistían en su facilidad, cosa que no era cierta, al final siempre lo dejaba como mejor le salía, lo que solía acabar con un extraño lazo grueso como corbata. Alzó la corbata a la altura de su vista, era increíble la rapidez en que lo hizo, gastó menos tiempo de lo que le había costado a él.

— De nada, Deku —Le sonrió— Nos vemos. —Izuku lo vio marcharse en aquella maquina a dos ruedas que era su moto. No tenía muchos conocimiento sobre el mundo del motor pero recordaba la publicidad de ese modelo de moto. Era un MV Agusta Brutale. Le gustaba pero no le iba a pedir que le de una vuelta en esa cosa. Ya tuvo su experiencia con una moto y no necesitaba otra más.

Por otro lado, no llegaba a comprender el comportamiento de ese muchacho, ¿cómo era posible que se comportara de forma amigable algunas veces y otras  de forma desvergonzada? El otro día fue la primera vez que le vio y le hizo una proposición indecente. No le había hecho nada para hacerle pensar que era un posible compañero sexual. Bueno, era gay pero él no creía  en la existía eso de un "radar gay", ¿A Kachan le funcionaba? a él nunca le había funcionado. Sólo había venido a vivir a esta ciudad para alejarse de su pueblo, no quería meterse con alguien la primera semana de mudarse. Tal vez Kachan lo veía como un juego, parecía ser unos cuantos años más joven que él. A lo mejor no quería acostarse realmente con él. Y si lo quería, podía preguntarle directamente, no es que vaya a aceptarlo pero podría negarse apropiadamente.

Deku volvió al edificio porque se había olvidado de sus gafas de repuesto, eran necesarias para conducir su coche. Solía dejarse algunas cosas, por eso siempre salía pronto. Por un momento en su mente pasó que su vecino tenía razón. Era bastante despistado, aunque las vecinas del barrio donde nació decían que era parte de su encanto, lo que no le ayudó a su autoestima. 

Por la tarde, cuando al fin consiguió salir de aquel lugar que llamaba trabajo, se dirigió a su casa. No es que la vida le estuviese tratando mal sino que se encontraba agotado por pequeñas cosas que tal vez al resto del mundo no le molestara tanto como le molestaba a él. Sabía que estaba tratando con personas más jovenes que él pero no es que se tratara de muchos años sino que era de escasa separación de edad. El tenía 31 años reción cumplidos, el año pasado, y sus alumnos rondaban los 16 a 20 años. Vale, tal vez si había algo de diferencia de edad. Les había pedido que entregaran un trabajo para hoy, casi nadie lo tenía hecho, igual lo corrigió. Por parte de la genética... digamos que no tuvo suerte con ella, media casi lo mismo que su madre, un metro 66. Por eso mismo sus alumnos no solían tomarlo en serio, a eso le sumamos su falta de  autoridad, no conseguía que las personas le respetaran por ser él,  tenía que  venir otra persona a decirles que tenían que hacerle caso. Incluso sus compañeros de trabajo no lo trataban como uno más sino como una persona que por circunstancias de la vida está de paso por la suya. A la hora de almorzar el iba a su pequeño despacho que tenía para los profesores asociados. Al meno tenía eso. Un espacio para estar tranquilo en la institución.

Ya estando en el piso respiró con tranquilidad y se fue directo a agarrar un vaso de aquella estantería antigua que conservó de los muebles de su abuelo. En realidad no había tirado casi nada. De pequeño había ido a menudo a visitarlo, los muebles le traían buenos recuerdos. Dejó de ir cuando su hijo abandonó a su familia, su madre no se lo había  prohibido pero veía en sus ojos la tristeza que eso le provocaba así que decidió por su propio pie no ir. Casi no se acordaba del rostro de su padre lo único que sabía que tenían en común, y lo sabía por conocimiento de su madre, eran las pecas que tenía en su mejillas. Muchas veces su madre le había dicho que tenía la piel fina y que debería de ponerse a la sombra y mucha crema solar. Él no hizo caso y sus pecas aumentaron durante una temporada muy larga, ahora junto a sus pecas tenía manchas por culpa de su descuído. Las manchas no afectaban su apariencia, era otro de sus "peculiares encantos" como decían las vecinas de su barrio.

Fue a la cocina a por un cubito de hielo, lo colocó en el vaso y abrió la nevera para poner un par de aceitunas dentro de este. Se dirigió al salón y abrió un vermut nuevo que compró del supermercado cuando venía de vuelta. Cuando comenzó a tomar esta bebida el sabor era raro pero ahora tenía el gusto a alcohol que le gustaba. Rellenó su vaso hasta un poco más de la mitad y lo colocó en la mesilla cerca del sofá. Ya lo tenía todo listo. Ahora podía relajarse y perderse en un libro de su estantería. Esta tarde probaría con una autobiografía, le gustaba leer sobre la vida de otras personas, su madre le había regalado "Middlesex" y por las reseñas que había leído no estaba mal. 

Katsuki volvió a casa  en coche  en vez de en su moto, después tendría que acordarse de ir a recogerla. No es que estuviera borracho de nuevo. Ser universitario no significa estar borracho todo el rato. Siempre sorprendía a las personas cuando iba todos los días a clases, aunque no la mayoría de veces no tomase a puntes, que gracia tenía si el profesor narraba prácticamente lo que decía el manual para la asignatura. Igualmente él iba porque sinó no se levantaría en todo el día, y porque después de clases se iba a la biblioteca a mirar lo dado hoy. Era un chico aplicado aunque el resto de personas no lo creyera por las "pintas" que solía llevar. Eso muchas veces le molestaba.  Se acordaba de su primer año en la facultad, todos parecían vestir sus mejores galas para aparentar más ante los demás. ¿No habían hechos todos las mismas pruebas para entrar en la universidad? En fin, al parecer en la universidad la gente juzga más pero a la vez hace menos caso a las personas. Es cierto que odiaba, profundamente, los trabajos en grupo porque siempre tenía que unirse a alguien para que el profesor le puntuara. Pero también es cierto que encontró a personas que se han convertido en sus mejores amigos.

Eijiro Kirishima fue su primer amigo. No tomó mucha importancia a su amistad al principio, se conocieron el primer día de clase y ahora continuaban siendo amigos después de 3 años, más o menos. No era al único al que llamaba amigo, pasaba bastante tiempo dentro del campus así que, no supo cuanto, se encontró rodeado por personas todo el rato. El venía de un pueblo algo lejos de la ciudad por lo que la mejor opción era vivir en la ciudad de la universidad que venir todos los días desde casa eso ayudó a conseguir esas amistades.

— Katsuki —le llama su amigo Eijiro, era quien conducía— Lo siento, tío. No pensé que nos tomaría tanto tiempo estar en casa de Mina. Si quieres mañana te llevo yo a la uni —Habían estado en casa de su amiga desde que salieron de la universidad, como tenían pensado volver  dejaron la moto de Katsuki y fueron en coche, en ese momento pensaron en que era la opción más inteligente. Se hizo tarde, eran cerca de las ocho de la tarde y si volvían a recoger la moto tendría que hacer doble camino por lo que Katsuki le pidió que le llevara directamente a su casa.

—No, tú tienes clases por la tarde. No tiene sentido que me lleves si después tienes que irte de nuevo. Agarraré el autobús, espero que no haya muchas personas por la mañana.

—Me sabe mal, fui yo quien dijo que vinieras en coche.

—No pienses  en esas mierdas, arruinarás la poca inteligencia que tienes. Fui yo quien aceptó ir. Si quieres deberme algo, mañana me invitas a merendar  y ya está —Aunque le hastiaba tener que levantarse más temprano para llegar a tiempo. Tendría que ver  el horario de autobús, de dónde y cual tenía que tomar  para ir a la universidad.

— Vaale —dijo al final, rindiéndose, llevaba todo el camino diciendo que le sentaba mal.

—¡Para el coche! —Eijiro frenó de golpe en plena carretera. Menos mal que ya estaban por el barrio y no solían pasar coches por ahí.

— ¡¿Qué ocurre?! —preguntó sorprendido el pelirrojo.

— Tengo que pasar por la cena. —Katsuki apuntó con la cabeza a la cafetería Contact.

— ¿Es enserio? ¡He frenado en plena calle! ¿Qué pasa si hubiera habido coches detrás?

— Mira mi cara. ¿Ves que me importe? A parte, podrías haber sido un ser más racional y aparcar en vez de frenar de golpe. No es mi culpa que en tu cabeza no haya más que serrín. —Recogió su mochila y abrió la puerta del coche.

—Capullo. Nos vemos —Se dieron un choque de puños antes de que Katsuki saliera del vehículo. 

Katsuki se había detenido porque vio a Deku en la cafetería, era cierto que también iba por la cena, pero eso tenía que ser más tarde. Entró en el establecimiento, el sujeto de su interés estaba sentado en la barra hablando con la camarera Ochako, al parecer hoy tenía turno de noche también.

    — Ey —dijo como saludo cuando la vio.

    — "Ey"¿Qué?, cada vez saludas peor. —le recriminó Ochako cuando el rubio llegó a la altura de la barra. —¿Qué haces aquí? Aún no son las nueve.

    — Ya lo sé, vine a verlo a él —miró directamente a Deku, estaba tomando un café.— No te hagas ilusiones —se dirigió a la fémina, mientras se sentaba al lado del chico de pelos verdes.

— Iré a ver si tienen lista la cena —se metió en la cocina quitándole importancia a las palabras de Katsuki, dejándolos a solas.

— Hola, a ti también —le había visto esta mañana pero no le pareció suficiente. Si jugaba bien sus cartas esa noche conseguiría que el nuevo vecino estuviera mordiendo la almohada.

— No deberías de tratar a Ochako de esa forma. Parece ser una buena persona —toma un poco de su café.

— Es una buena persona, sólo hay que ver su cara de ángel —eso último lo hizo chillando para que Ochako la oyera.

De la puerta de la cocina salió una mano con el dedo de en medio apuntando arriba. Kachan señaló la mano a Deku como si eso solucionase cualquier duda.

— Supongo... que eso significa que te llevas bien con ella —Deku no estaba seguro de la relación había entre los dos, tal vez era una conducta juvenil. por lo que Ochako le había contado ella llevaba trabajando en la cafetería desde los 16 años, estaba ganando dinero para pagarse la universidad. Parecía buena chica, si todo le iba bien el año que viene comenzaría. No le preguntó la edad pero estaba casi seguro que tenía 18 o 19 a lo sumo.

— Se puede decir que sí. Si le das mucha cuerda te obligará a hacerte una cuenta en la cafetería —Le advirtió Katsuki

— Oh, sí. Me la acabo de hacer —Deku le mostró un papel con el justificante del contrato.

Y de nuevo dejó sin habla a Katsuki, ¿Qué se supone que tenía que decir él ahora? Iba burlarse de él por caer tan rápidamente en la trampa de ser socio, pero el mismo cayó en la trampa el primer día que entró en la cafetería. Ochako no le dejó en paz hasta que firmó la maldita cosa. Menos mal que no había mucha gente esa noche, se hubiera sentido avergonzado por la forma en que Ochako le obligó.

— El cocinero dice que lo tendrá en 10 minutos que esperes un rato —Ochako salió de la cocina y se presentó delante de ellos— ¿Quieres un café mientras esperas?

— Sí, hoy va a ser una noche larga.

— ¿Tienes un examen? —le preguntó Ochako  mientras comenzaba a preparar el café. Ya sabía el tipo de café que quería siempre era el mismo.

— No, lo decía porque voy a pasar la noche con él —y como en una mala comedia Izuku escupió el café que tenía en la boca manchando gran parte de la barra.

    — Mira que intento no llamarte Deku, inútil o bueno-para-nada pero me lo pones difícil.

    — ¡¿De quien crees que es la culpa?! —dijo el muchacho de cabellos verdes mientras tosía.

— ¿Estás bien? —dijo Ochako acercándole papeles para que Izuku se secara.

— Sí, sí. Gracias —recogía los papeles que le entregaba para secar algunas gotas de sus pantalones y camisa.

— A mi "Deku" me gusta. ¿No  significa algo como "puedes lograrlo"? Seguro que eres una persona que se esfuerza en todo lo que hace.

— Yo, bueno... —Midoriya se sonrojó al escuchar halagos  dirigidos a él.

Katsuki ignoró la conversación que estaban tenido esos dos sujetos, había recibido un mensaje de su amigo Eijiro:

<<Ey, Mañana te apetece ir a la Poma
?
Algunos de clase se van a apuntar 
Será mañana a las 17:30
Así de devuelvo lo de hoy
Te*>>
Abajo del texto había emoticono de cervezas y comida

No le apetecía, ¿por qué se tenía que ir al pueblo de al lado para una merienda si en la cafetería de la universidad la comida estaba buena?

<<No>> le respondió junto con un emoticono que miraba de lado.

Eijiro le envió un emoticono de una cara llorando.

Guardó su teléfono. No podía conquistar a una persona si prestaba atención al movil. Alzó la vista y vio como Ochako y Deku se sonreían. 
¿Cómo lo hizo para avanzar más que él? Se supone que él era quien quería llevárselo a la cama. Ella sólo estaba fidelizando un cliente, al menos eso esperaba.

—Ochako, ¿no estarás ligando con él? —por preguntar no perdía nada.

—¡Kachan! —le llamó la atención Midoriya por molestar a Ochako, era la primera amiga que hacía en el barrio.

— ¡¿Qué?! No he dicho ninguna mentira, Deku. Si quiere ligar contigo no será en mi presencia porque-

    — ¡ Porque nada, Kachan!, no puedes-

Ambos estaban hablando a la vez.

— Los dos —Ambos se giraron hacía Ochako que fingía una sonrisa— estaís montando demasiado ruído esto es un cafetería tranquila así que a callar, o es pediré que os marchéis —lo dijo en un tono duro, lo que hizo callara ambos— Gracias.

— Ochako, la comida ya está —Gritan desde la cocina.

— Kachan, lárgate cuando te de la comida. Te pondré el café para llevar —dijo Ochako mientras se dirigía a la cocina.

    — ¡Tú! ¡No me llames así! —le grita Katsuki.

    — Esta bien. Creo que yo también me iré —Izuku se había quedado callado. Hacía mucho que nadie le llamaba la atención de esa forma. Había perdido los nervios por el comportamiento de Kachan.

    — No espera —Katsuki le detuvo —Ochako tiene razón no debí de comportarme de esa manera. Para compensártelo te invito a cenar.

    — No quiero tu cena, Kachan. Nos vemos otro día

    — Es cena para dos. Los lunes suelo cenar con Recovery pero se ha ido de viaje y no cancelé la cena. Se estropeará la comida si nadie se la come.

    Izuku no había preparado la cena aún y si era sincero tampoco le apetecía cocinar.

    — Está bien. Pero en mi piso.

    Katsuki levantó sus dos pulgares. Era algo que hacía a menudo uno de sus amigos. Le resultaba ridículo pero ahora mismo estaba tan bloqueado que le pareció que era buen momento para emplearlo. En realidad no, ya se estaba comenzando a arrepentir del gesto. Por lo menos no dijo "gez, gez"

    — "En el fondo es un niño" —Pensó Izuku, mientras sonreía la acción del rubio.


Kachan le miraba todo el rato mientras cenaban, no era mirada curiosa. Sabía que le estaba desnudando con la mirada. ¿Tal vez hizo mal en aceptar la cena? Pero era una ofrenda de paz. O tal vez calló en una trampa. Imposible, estaban en su propia casa. Su lugar de paz y tranquilidad.

    — ¿Qué tipo de cosas te gusta hacer la cama, Deku? Pareces del tipo vainilla.

    Definitivamente era una trampa, el rubio no se daba por vencido. Le estaba comenzando a molestar ese comportamiento.

    — Me gustan diversas cosas. El sexo vainilla se aleja de mis gustos —Respondió. Se rendía, si quería hablar de sexo bien. No era un tema que le apasionara pero ocasionalmente se veía obligado a hablar sobre el tema.

    — Oh, ¿Eres un Cristian Gray y no me lo has comentado? ¿Me mostrarás tu habitación con artículos de "tus gustos particulares"? Porque ahora estoy curioso.

    —No te voy a enseñar nada, Kachan. En esta casa no tengo ese tipo de cosas. Me acabo de mudar hace poco por si no te has dado cuenta.

    Kachan bajó el tenedor con comida. Lo había dicho para burlarse ¿Deku le estaba siguiendo la broma? El sujeto era mucho más interesante de lo creyó en un principio. Había visto porno BDSM hetero, el gay sería similar. Extrañamente pensar en tener a Deku atado le excitó un poco. Le dio igual que Deku le viera y se recolocó la polla para que no le apretara la bragueta.

    — Kachan, ¿te puedo pedir una cosa?

    —Por pedir, me puedes pedir hasta la luna, otra cosa es que se cumpla.

    — Deja de insinuarte —le pidió serio.

    — No.

    — ¡¿Por qué?! No ves que

    — Porque me pones caliente. Deku, no sé que tienes pero pensar en follarte me excita bastante. Imagínate, pensando en ti siendo azotado o atado hizo a mi pene saltar —lo dijo con voz ronca mientras se tocaba de nuevo su miembro viril.

    — No. Suficiente —Izuku se puso en pie y se dirigió a la puerta para pedirle que se fuera.

    Katsuki le siguió.

    — Has sido tú quien preguntó y yo respondí —Katsuki impidió que abriera la puerta principal, le agarró su brazo y le retuvo en lugar.

    — Suéltame.

    Katsuki no obedeció, al contrario se acercó más a él. Consiguió abrazarlo a pesar de que Deku opuso resistencia.

    — No ves que no soy más que un cachorro que quiere tu atención —Katsuki no iba a abusar de Deku, a él no le gustaba el sexo forzado. Le gustaba que le rogaran por tener sexo. Tenía más de un truco en la manga, no es que el tuviera sexo todos lo fines de semana sino que sabía como conseguirlo si estudiaba un poco el comportamiento de la persona que le interesaba. Si estaba en lo correcto a Deku le gustaba que le insistieran. Podía actuar como un Twin ansioso de conocimiento si hacía falta, aunque estaba un poco crecido para tener la apariencia de uno.

    Izuku se zafó del abrazo y le encaró.

    — ¿Un cachorro? —¿Le creía tonto? Podía ver la estrategia del rubio. Creía que jugando el papel de joven ansioso le ganaría. Le faltaban unos cuantos años para estar a su nivel.

    — Sí —Katsuki no tenía un gramo de sumiso en el rostro. Tenía una mirada arrogante como si contemplara su objetivo cumplido. Se volvió a acercar a Izuku, este intentó evitar otro abrazo pero se tropezó haciendo caer a Katsuki con él.

    — Deku... —Susurró el rubio. Le iba a recriminar que su incompetencia arruinara el ambiente pero aprovechó la ocasión para colocarse en una mejor posición contra Izuku, colocándose entre las piernas del otro.

    — Guau, parece que tu torpeza sí quiere que estemos juntos.

    — Menuda estupidez —Izuku levantó las manos de Katsuki que, hasta el momento, estaban a ambos lados de su cara. Katsuki se sorprendió de la fuerza que tenía Izuku, estaba consiguiendo levantarle.

    Pero para tozudo Katsuki, aprovechando que Izuku estaba haciendo fuerza con sus manos y que no prestaba atención a su parte baja, comenzó a restregarse contra él. El balanceo producido le llevó al éxito, el pene de Izuku estaba respondiendo.

    — Vaya —habló Kachan— No se suponía que te estabas negando. Algo de ti me cuenta algo diferente —dio un empujón más contra Izuku. Este dio un suspiro temploroso.

    — ¡¿Qué esperabas si te restriegas contra mi?! ¡No soy de piedra! —estaba sonrojado. Claro que le ponía caliente que un hombre estuviera encima suyo de esa forma. Tenía que haberse masturbado antes, hacía mucho que no tenía sexo y su cuerpo se lo estaba recriminando.

    — ¿Eres imbécil? ¡Tú quieres sexo, yo quiero sexo! ¡¿Por qué no continuar?!

    — ¡Cállate! —Izuku hizo que cambiaran de posición, para hacerle callar tapó su poca con ambas manos . Ahora era él quien estaba encima de Kachan— ¿Qué pasa si un vecino nos oye?

    Katsuki lamió una de las manos de Izuku, este las retiró enseguida. Katsuki se lo impidió y comenzó a chupar uno a uno los dedos de la mano derecha. Cuando acabó esa labor y dejó los dedos humedecidos, soltó esa mano— Sabrán que somos jóvenes saludables que están teniendo sexo.

    — No quiero hacer un escándalo siendo el nuevo en el barrio.

    — Oh, estoy seguro que gritarás —Con su otra mano libre Katsuki agarró uno de los glúteos de Izuku ayudándole a que el vaivén que Izuku continúo fuera más fuerte.

    — No. —Le frenó.— Lo haremos a mi manera —Izuku puso ambas manos encima del pecho de Katsuki, se impulsó para ponerse de pie— Ven —dio la orden.

    Katsuki le siguió.

     — No pienso tener sexo con un desconocido si no tengo antes su control médico. Podemos masturbarnos pero nada de sexo. —le explicó deku mientras agarraba un lubricante de un cajón.

    — ¿Qué?

    — Lo aceptas o sales de este piso. —le amenazó.

    — ¡Bien! —Se resignó. Era un paso corto el que hacía pero lo aceptaría. Será como volver a la adolescencia.

    — Buen chico —Izuku se acercó a él. Acarició la cremallera de los vaqueros de Katsuki. Tenía el miembro erecto— No te lo había dicho antes pero esos pantalones que llevas te quedan muy bien. —Movió sus manos detrás del cuerpo de Kachan— Te hacen un culo increíble.

    El rubio se quedó asombrado, el carácter de Deku había cambiado.

    — Kachan, cuando estoy con alguien me gusta que bese —rozó los labios con el contrarió— ¿Serás capaz de satisfacer ese deseo?

    Katsuki se apresuró a cumplir lo pedido. No lo hizo brusco, acercó sus labios a los de Deku. El tacto de la piel del otro era agradable, no se trataba de gruesos labios, como los de una mujer, pero eran suaves. Aún tenía el sabor de la cena. Mientras Izuku comenzó a desabrochar sus pantalones, profundizó el beso. Por inercia cerró los ojos, se inclinó un poco más hacía Deku. Se separaron un poco y para el siguiente beso, Izuku le esperaba con la boca un poco abierta lo que aprovechó para introducir su lengua. Sus manos no se quedaron quietas, él también comenzó a desnudarle. Comenzó con la camisa, esa prenda no le favorecía en absoluto. Su pecho no tenía vello pero la parte baja de su abdomen sí, el vello se perdía debajo de los pantalones. Su camisa ya estaba fuera al igual que sus propios pantalones. Por el tacto que tenía del tronco de su ahora amante se notaba que se cuidaba. Su estomago no presentaba lo que él había tenido en mente hasta el momento, no era un hombre enclenque, parecía que tenían casi la misma contextura física.

    Izuku separó el beso.

    — Cama —le da un pequeño beso en los labios— túmbate en ella.

    Katsuki no protestó, se dirigió a ella y aprovechó los breves segundo para quitarse la camiseta que llevaba. Izuku lo observó desde la parte de abajo de la cama.

    Katsuki abrió las piernas para que viera que su miembro aún estaba esperando recibir atención de su parte.

    — Muy bien Kachan —le felicitó por las vistas— ¿Alguna vez has recibido alguna mamada?

    — Porque no me haces olvidar las experiencias pasadas —bajó lentamente su bóxer mostrando parte de sus genitales.

    Izuku se acercó lentamente y continuó el trabajo de Katsuki hasta dejar la ropa interior colgando de uno de los tobillos. Levantó su rodillas haciendo sus pies se apoyaran en la cama

    — Tienes un buen tamaño. Seguro que también sabes emplearla bien —se agachó para darle un beso a la punta del pene del rubio.

    Katsuki veía que Izuku estaba yendo lento a propósito. Sólo le estaba dando besos y pequeños lametazos a su pene.

    — No me hagas rogar, aaamh —mientras hablaba, Izuku se metió el falo entero. Kachan sentía que la punta de su pene pasaba la campanilla de Deku— Oh, joder. No tienes reflejos.

    — Uhum, mmmh —Izuku estaba haciendo vibrar su garganta mientras subía y bajaba por el miembro. Katsuki había estado con alguna que otra persona pero ninguna sabía vibrar la garganta mientras su boca estaba llena de él. Izuku no lo había tragado entero aún quedaba una parte que estaba siendo cubierta por una de las manos, mientras que la otra masajeaba sus testículos. La segunda mano era la más problemática, no era un masaje suave lo que hacía, era fuertes apretones que no sabía calificar si estaba sintiendo dolor o placer.

    — Deku... yo —tenía que parar si continuaba a ese ritmo no tardaría mucho en correrse. Comenzaba a sentir la corriente tras su espalda. Su orgasmo se acercaba —Aaaa... ¡Ay! —estaba tan cerca. Aun podía sentir el cosquilleo en su parte baja pero la mano apretando la parte baja de su pene lo detuvo.

    — No dije que podías correrte, Kachan —Izuku dejó de chupar el pene del rubio, se lamió los labios, más abultados que antes, ante la atenta mirada del rubio.— Ya que has llegado hasta aquí te haré sentir algo más. No te quedes sólo con la experiencia de un orgasmo.

    Katsuki no dijo nada, aunque no se había corrido sentía la pesadez después de uno. Vio como Izuku agarraba el bote de lubricante olvidado en la cama, colocó una cantidad generosa en una de sus manos. Movía su dedos.

    — ¿Has jugado alguna vez con tu próstata?

    — No —esta vez Katsuki respondió sin altanería.

    Izuku introdujo uno de los dígitos en el interior de Katsuki mientras le seguía masturbando. Katsuki se sentía raro teniendo algo entrando por el ano en vez de salir, no se quejó.

    —Lo hace muy bien, parece que te estás acostumbrando bien. Ahora voy a meter otro —Katsuki iba a protestar, aún se estaba acostumbrando al primero.

    Seguía sin ser molesto, no podía evitar que su cuerpo quiera expulsar los dedos pero cada vez que se contraía los tragaba un poco más o, mejor dicho, Izuku los metía más dentro de él. Un temblor similar al del orgasmo lo recorrió y no pudo evitar expresarlo con un gemido.

    — Eso es la próstata, Kachan —Deku masajeó de nuevo esa área. Katsuki no pudo evitar mover sus caderas, nunca había sentido eso antes. Si Izuku seguía tocando ese lugar llegaría pronto.

    — Deku... —le advirtió.

    — Lo sé quieres correrte. Aún no —Izuku apretó el falo haciendo que el dolor disminuyese la posibilidad de llegar al orgasmo. Katsuki no se quejó.— Voy a poner un tercero.

    ¿Cuántos quería poner dentro de él? Ya había llegado a su próstata. Con un tercer dedo notó como su recto se expandía más de lo que estaba acostumbrado. ¿De qué tamaño tenía los tenía? Cuando antes había chupando sus dedos, notó que eran más pequeños que los suyo.

    — Beso, Kachan —Era cierto a Deku le gustaba los besos. Izuku se acercó a él, el beso no era como el anterior, con el anterior estaban conociendo el estilo del otro, ahora era Izuki quien imponía el suyo, Katsuki no se resistió y le siguió el ritmo. Era consciente de que era él quien hacía esos gemidos cada vez que Izuku lo dejaba libre.

    — Tienes que estar de broma —lo dijo de carrerilla. El pecoso le había colocado un cuarto dígito. ¿Acaso le pensaba penetrar con el pene? Si dijo que no iban ir más lejos de una paja...

    El ensañamiento que sufría su ano comenzó a ser placentero, ya no era sólo porque sus dedos tocaban la próstata sino que por el mero hecho de que los dedos salieran y entraran en él se sentía bien.

     — Sí, más. Más... ausssh —Katsuki Sentía que estaba vez iba a correrse aunque Izuku no se lo había permitido aún, no podía controlar su cuerpo.

Agarró del cuero cabelludo a Izuku para darle un beso.Su movimiento de caderas era tal que él mismo se estaba penetrando con los dedos del otros, no podía frenar sus caderas.

    — No te di permiso para hacer eso Kachan. —Izuku le mordió el hombro para que se centrar en sus palabras, no les estaba escuchando y seguía moviendo sus caderas.

    — ¡Haz que me corra!

    — ¿Acaso me estás pidiendo que te penetre con otra cosa que no sean mis dedos, Kachan?

    — Sí, sí. Lo que sea —Katsuki ya no movía sus caderas dejaba que Izuku fuera quien le penetrara con los dedos.

    — No. Lo que sea no. Respuesta incorrecta.

    — ¿Qué? —Kachan se encontraba con la mente un poco nublada por el placer.

    — No, Kachan. —lamió la mordida que le hizo. No era fuerte tal vez se quedaría rojas unos pocos días—. No voy a penetrarte. Recuerdas lo que te dije que haríamos. Sólo masturbarnos.

    — Tú me has metido los dedos dentro —le recriminó.

    — El masaje de próstata es otra forma de masturbarse, Kachan —le dio una caricia al bulto dentro del rubio. Después de sacarle otro gemido a Katsuki quitó todos sus dedos.

    — ¡No! —Katsuki se quejó quería seguir sintiéndolos dentro. Agarró el brazo de Izuku con fuerza para que volviera a introducirlos.

    — ¡Kachan! —el nombrado paró— obedece —soltó el brazo.

Miró hacía abajo, hasta el momento no se había dado cuenta de que Izuku no se había quitado los pantalones, hasta ahora, se los dejó a la altura de las rodillas al igual que sus calzoncillos.

    Izuku colocó más lubricante en el pene de Katsuki. El rubio chistó por el frío.

    — Tienes presemen desde hace rato, has aguantado muy bien Kachan.

    Izuku colocó las piernas del rubibo a la altura de su estómago, haciendo que su agujero esté elevado. Podía ver perfectamente como se contraía esperando que le penetrara. El tronco de su pene rozó el palpitante ano.

    — Hoy no te penetraré, Kachan. —Katsuki hizo un sonido de quejido— Kachan, mastúrbanos.

    El rubio obedeció tomo su pene y el de Izuku, comenzó a moverlos al mismo tiempo. Izuku se movía como si estuviera penetrando a Kachan haciendo que sus bolas rozaran el sensible recto del otro. Sus labios se volvieron a juntar, los gemidos de ambos se mezclaban dentro.

    — Deku...

    — Sí, Kachan... Amh, ahora sí puedes —Al rubio no le hizo falta mucho más gritó su orgasmo.

    Manchó su pecho, algunas gotas cayeron en su rostro. Izuku estaba cerca también, aceleró el vaivén que tenía hasta que terminó corriéndose encima de Katsuki. El semen de ambos se mezclaba en Katsuki. El pecosos soltó las piernas que tenía sujetas y comenzó a retirarse de la cama

     — ¿Dónde vas? —le preguntó Katsuki

    — Voy a por toallas húmedas para limpiarte.

    — Ah.

Izuku arregló sus pantalones y se dirigió al baño.

    — Duerme aquí— Izuku le acarició el pelo. Ya había acabado de limpiarle. Katsuki se veía poco dispuesto a abandonar su cama, se había metido dentro.

    Estaba física y mentalmente cansado, se acurrucó más entre las cobijas de la cama

    — ¿Mañana te tienes que levantar temprano?

    — A las 6:30 —recordó que tenía que agarrar el autobús,

    — Vale, te despertaré.

    Aunque Deku no se lo pidió Katsuki le quiso besar. Era un beso perezoso, sólo una rozadura entre dos labios, pero el rubio sentía que necesitaba darselo.

    —Buen chico.

    Izuku  dejó que el otro descansara en su cama, él se dirigió al sofá. Tenía que pensar en lo que acababan de hacer. En lo que había hecho él, se dejó llevar.

    —Mierda, esto no tenía que pasar. —Se suponía que tenía que espantar al rubio con la penetración anal pero no fue así.

    Agarra su teléfono móvil y envía un mensaje. Se recuesta en el sofá que era más o menos de su tamaño. Mañana leería la respuesta, ahora iba a dormir. 

 

Notas finales:

Como has visto se trata de una relación dentro del BDSM, por lo que, más adelante, habrá escenas relacionas con ese tipo de relación. 

 

Otra cosa, SÍ que puedes contagiarte de alguna enfermedad por beso, si compartes flujos hay riesgo de contagio de cualquier enfermedad (desde herpes a VIH) . Las cosas como son y no quiero que nadie salga confundido de aquí. Sólo que Izuku es apasionado y le gustan lo besos. Es como los médicos que saben que fumar perjudica la salud pero siguen haciéndolo.

Nos vemos ???—

 


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