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Rebirth por Helsic

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Déjame hacerte una descripción mía: cara pálida, pelo largo y un pequeño asomo de panza. Agrégale a esto una manera torpe de caminar y un cigarro en la boca... y una pluma en el bolsillo o en la mano. Pero de piernas chuecas o verrugas ¡ni hablar!, de manera que bien parecido si soy, sin pelos en las manos Como es tan frecuente en los hombres feos, entonces en efecto, fue una lastima que no hubieras podido ver.
{Albert Einstein ~ Postal enviada a su prima ~ 1920}

"Rebirth"

~ Capítulo 5 ~

No quiero volver a verte

Salió a caminar como le había dicho a Shingo, pero no se quedó en la Universidad, salió de ahí también, ese ambiente estudiantil le hacia sentir nostálgico y triste, inevitablemente le traía recuerdos de su vida pasada, al lado de Yuki, cuando aún creía que ella lo amaba y podía besarla cada que se le antojase.

Eran días relativamente tranquilos, pensó, nada perturbaba su vida a parte del hecho de pertenecer a un prestigiado clan como el Kusanagi y compartir un destino tan cruel. Sin embargo nunca le importó demasiado ese destino, siempre pasó de largo las explicaciones y aclaraciones de su padre sobre las cuestiones de la familia, las tradiciones y los demás clanes.

Reflexionaba sobre esto y lentamente se fue alejando de la Universidad, para caminar por las desiertas calles del Norte de la ciudad, hace rato que había notado que era un sector poco concurrido y bastante familiar, edificios de 5 o 6 pisos de diseño y porte similar se alzaban en el cielo por manzanas, eran conjuntos residenciales dedujo, mirando a través de las rejas, viendo a los niños correr y reír tras una pelota, allí sólo jugando, sin preocupaciones.

Nunca se había detenido a admirar tantos detalles de la vida, sin embargo no tenía nada mas que hacer que caminar sin rumbo fijo.

Pensó que sería bueno sentarse en algún lado y vio entonces la posibilidad de descansar en un pequeño parque al otro lado de la calle y se dirigió allí, el parquecillo era de lo mas acogedor, con su fuente en el centro, las bancas pintadas de un color blanco ubicadas estratégicamente alrededor de esta, los árboles frondosos dejando caer eventualmente sus hojas arrastradas por la fresca brisa de esa tarde despejada.

Busco con la mirada donde sentarse y vio una banca solitaria bajo un no muy alto árbol, con algunas hojas sobre ella, talvez producto del viento que sacudía las ramas, no le dio mucha importancia, solo quería perder el tiempo, la clase de Shingo duraría aproximadamente dos Horas, era mucho tiempo el que debía esperar, así que no era mala idea recostarse ahí e intentar por unos momentos olvidar esa cruda realidad que ahora vivía.

Iba a sentarse y fue entonces cuando alzó la mirada sólo para quedarse paralizado y sorprendido, sus ojos fijos en la otra persona sin poder creer que era cierto lo que veía. Allí en medio del claro, al lado de la fuente, estaba Yagami.

Parpadeó confuso, creyendo que era una visión lo que veía. ¿Algún sueño quizás? ¿o una pesadilla? Se inclinaba mas por la segunda opción, siempre que pensaba en Yagami era signo de problemas. Pero esta vez fue un poco diferente, estaba Iori si, pero tras sentir el impulso primario de combatir con él, sintió algo mas profundo, como si le alegrara volver a verlo, como si lo hubiese extrañado.

Giró la cabeza en signo de desaprobación hacia sus propios pensamientos, pero se sentía confuso, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que se vieron y pelearon...

Y No sabía como actuar.

*_*

Iori simplemente salió para atender un asunto que le urgía sobre su banda, recibió una llamada a su celular de Repente, uno de sus compañeros había sido herido en un accidente automovilístico y le preocupaba demasiado su salud. ¡Era el Baterista por amor a Dios! ¿cómo podrían seguir tocando sin él?.

"Lo llevaron al hospital que queda cerca de la Universidad Tecnológica, esa que queda en el norte" había dicho Nakago el baterista de la banda y entonces fue cuando el pelirrojo salió de la pequeña cafetería y se dirigió hacia el susodicho Hospital. No se tomó la molestia de ir hasta su departamento por su auto, simplemente salió de allí y aprovechando que no estaba muy lejos, decidió abordar el Metro y el resto del camino irse a pie.

Al bajarse en la penúltima estación, caminó por aquel sector residencial, con cabeza agachada y los hombros ligeramente encorvados hacia delante como era su costumbre, llevaba un simple jean negro y un buzo de igual color. Caminaba acompasadamente cuando de repente se vio obligado a detenerse, sintió una energía demasiado familiar como para ignorarla y pasar de largo.

Era Kyo Kusanagi.

Si, podía sentirlo, Kyo estaba cerca, podía sentir su energía característica de un Kusanagi emerger de algún punto de ese pequeño parque que le separaba del hospital. Camino hacia allí y pudo divisar una figura de un joven de cabellos castaños y rostro pálido acercarse al lugar, un poco cabizbajo y mucho mas repuesto a comparación de la última vez que lo vio.

Su energía era fuerte, Notó, al parecer ya se había recuperado. Era un momento perfecto para enfrentarlo de nuevo, desde hacía un buen tiempo, moría de ganas por golpearlo, por sentirlo...

No iba a matarlo aún, sin embargo estaba deseoso de tener un buen combate con él.

*_*

Kyo no dijo nada, se quedo ahí parado, inmóvil, observando a Iori parado frente a él, viendo como sus labios se curvaban en una maliciosa sonrisa. El pelirrojo comenzó a avanzar hacía él. Su sonrisa aún presente, Kyo retrocedió un poco pero topó con la silla justo atrás de él.

- Hola Kusanagi – escuchó que decía – Cuanto tiempo sin vernos ¿eh? –

Kyo no respondió a eso, sólo lo miró son seriedad, ese encuentro había sido tan inesperado que aún no sabía como reaccionar, por que en todo ese tiempo, solo había estado con Shingo y al parecer había olvidado momentáneamente la existencia del pelirrojo.

Por que definitivamente Iori representaba un Karma para él, pensó, tener que pelear con él o morir si se negaba, era un destino que para nada de agradaba. Pelear con Iori era emocionante, debía aceptarlo, el Yagami se defendía demasiado bien y muchas veces no sabía si iba a lograr salir con vida, sin embargo, esa presión bajo la cual tenía que vivir por el hecho de ser una "Obligación" el tener que pelear con él, le agobiaba.

Ahora se le sumaba el hecho de que no sabía donde demonios había estado durante esos 3 años, no sabía quien demonios era NESTS o por que ese tipo... llamado K' tenía SU fuego...

- Tres años quizás – respondió retomando de nuevo su posición arrogante – y no haz cambiado nada –

Iori sonrió, le gustaba ver a ese Kyo altanero al cual siempre recordaba desde que lo había conocido, quería creer que a pesar del tiempo nada había cambiado y que volverían a pelear como siempre lo habían hecho asta ahora.

- Tu tampoco – Iori se detuvo a escasos metros del joven, Kyo lo miró a los ojos por unos segundos y el pelirrojo se sorprendió de la tristeza que denotaban.

- Te equivocas...- acotó bajando el rostro, Iori se puso en guardia ignorando las palabras que acababa de escuchar.

- Ikuze {vamos} ¿que estas esperando? - agredió Iori, pero Kyo continuaba inmóvil, con sus manos cayendo a los costados de su cuerpo con desgano, con la mirada fija en algún punto en la grava del suelo, con los mechones del cabello tapando sutilmente sus ojos.

- ¿Aún quieres pelear? – la voz de Kyo sonó apagada y lastimera - ¿Aun quieres seguir con esto? – concluyó extendiendo sus manos y encendiendo levemente sus llamas. Iori observó todo con expresión indiferente, maquillando la sorpresa que le producía el que Kyo se negara a pelear con él.

- ¿Hasta Ahora vienes a quejarte? – exclamó Iori colmando su paciencia - ¿tengo que repetírtelo de nuevo Kusanagi? O peleas o simplemente mueres! – El silencio que se formó luego de esta afirmación fue realmente incomodo.

- No – dijo al rato el Kusanagi – no tienes que repetírmelo, por que ya no habrá una próxima vez –

- Ahh... perfecto, por fin te decides a pelear en serio... ¿Qué piensas hacer? ¿vas a matarme? – El pelirrojo parecía disfrutar enormemente el hecho de volver a encontrarse con Kyo y poder burlarse de él, era como volver a los viejos tiempos. Y realmente lo había extrañado.

- No – negó nuevamente Kyo y esta vez fue Iori el sorprendido – No volveré a luchar contigo. –

Por unos instantes el pelirrojo se quedó inmóvil, escuchando solamente el caer del agua en la fuente a pocos metros de ambos, la fresca brisa haciendo agitar los árboles y provocando que las hojas se desprendieran irremediablemente en un bonito espectáculo, lo que había dicho Kyo era una afirmación categórica , era un hecho, una decisión que Iori jamás se hubiese esperado que tomaría. Vio como las llamas escarlata se extinguían en las manos de su rival mientras regresaba sus brazos a los costados de su cuerpo.

- ¿Qué dices? – sólo atino a decir.

- Que ya no quiero volver a pelear contigo Yagami – aclaró con firmeza y mirándolo firmemente a los ojos, - Estoy cansado de todo esto, no quiero seguir con esta estupidez, ya no soy un niño al que pueden intimidar tan fácilmente –

El pelirrojo se sentía desconcertado, no sabía como tomar eso. ¿Cómo una cobardía? O ¿Cómo un acto de sensatez? Sabía que el asunto con Orochi se había aclarado cuando este había muerto en la batalla, la guerra entre los clanes se había congelado y los dirigentes actuales habían acordado entrar en negociaciones de paz para el bienestar mutuo, sin embargo, Iori se negaba a creer que el odio entre Kyo y él también se hubiese congelado.

Se negaba a creer que Kyo ya no le interesara pelear con él. Era algo que simplemente nunca hubiese esperado. Siempre creyó que su misión en la vida era acabar con su rival y después de eso morir a causa de su maldición. Sin embargo, ahora Kyo se negaba a pelear con él... ¿lo que significaba que de alguna forma su vida ya no tenía sentido? ¿Para que vivir si la única persona capaz de producirle todas esas emocionantes sensaciones durante un combate ya no volvería a combatir?

- Cobarde – exclamó con recelo, como una queja inconforme, como queriendo refutar lo que el Kusanagi había dicho, pero lejos de enojarse Kyo sólo le sonrió con melancolía.

- Tómalo como quieras Yagami – fue la respuesta – Pero ya no me interesa lo que pienses de mi, Sólo quiero que salgas de mi vida... ¡para siempre! –

De nuevo ese vacío y esa sensación dolorosa en el pecho, por unos instantes el pelirrojo se quedó solo observando a su enemigo, sus ojos mirándolo tan serios, su pálido rostro y esa mascará de desinterés en su rostro. ¡No desinterés no! Todo menos eso! Preferiría saber que Kyo lo odiaba a saber que ya no le importaba para nada. Pero Kyo parecía totalmente decidido y Iori se sentía cada vez mas perturbado.

Kyo vio como Iori no bajaba su guardia y como con un movimiento lento comenzaba a avanzar hacía él, vio las manos como garras extendidas, su expresión era extraña notó, no podía saber si era odio o dolor lo que veía en esos fieros ojos rojos, al parecer Iori no razonaría con él, no iba a aceptar que el ya no quería seguir con esa ridícula pantomima.

Shingo tenía razón, pensaba Kyo mientras veía acercar a Iori. ¿Para que continuar peleando cuando todo estaba solucionado? ¿Para que gastar sus energías en él, si debía guardarlas para solucionar los problemas que lo agobiaban sobre su presunto secuestro?

No pudo continuar reflexionando por que la mano de Iori se incrustó en su cuello sin darle tiempo de esquivarla. Sintió la presión en su cuello asfixiándolo, sintió como perdía el sentido gradualmente, no obstante no hizo nada por impedirlo, Si Yagami no aceptaba sus razones y continuaba con la idea de matarlo, daba igual si lo mataba o continuaba viviendo sabiendo que él le seguía los pasos.

- ¡Defiéndete imbecil! – gritó sin alejar la presión de sus dedos, Kyo abrió los ojos con lentitud, tratando de enfocar el rostro del pelirrojo - ¿Qué demonios te pasa? – agregó totalmente enfurecido

- Acabemos ya... con esta ridícula pantomima que hemos adoptado todos estos años, Yagami – susurró Kyo sin apartar su mirada de Iori.

- ¡¡Esta ridícula pantomima ES MI VIDA!! Maldita sea!! – rugió Iori desesperado, sacudiendo a Kyo como a un muñeco de trapo. El Kusanagi no sabía como asimilar aquella revelación. ¿Era su vida? ¿acaso era eso tan importante para él? ¿No le alegraba el deja aquella obligación? O... ¿acaso lo hacía por gusto?

- ¿acaso... no estas cansado Yagami? – Se defendió Kyo - ¿No estas cansado de todo esto? ¿Qué no quieres hacer algo diferente que... patearme el trasero? – Iori entrecerró los ojos con odio y... tristeza.

Nunca pensó que vería a Kyo tan sumiso, tan... cobarde... pero sobre todo tan indiferente. ¿Qué acaso a él no le importaba?

- ¿Cómo puedes dejarlo todo así... de fácil? – exclamo el pelirrojo, pero sus palabras sonaron quejumbrosas, Kyo sólo sonrió mientras decía:

- ¿Y se supone que deberías importarme? – las manos del Kusanagi se posaron fuertes sobre las de Iori y las apartó con decisión – No seas tan iluso, me da igual si vives o mueres... realmente nunca me intereso matarte... realmente nunca me interesé en ti –

Un golpe de una mano envuelta en llamas púrpuras le hizo perder el equilibrio y caer al suelo estrepitosamente, sintió el borde metálico de la silla en donde inicialmente intentó sentarse, golpear contra su rostro y su brazo fracturado volvió a descomponerse con el fuerte impacto, abrió los ojos y vio al pelirrojo de pie frente a él, los ojos entrecerrados y... brillosos, en sus manos aún rugiendo las llamas derecho de nacimiento de ambos... y esa expresión...esa expresión de tristeza y decepción a la vez.

Se quedó quieto, esperando algún movimiento de Iori, esperando también a que el dolor en su costado le dejara moverse con libertad, pero Iori no hizo nada, así que Kyo solo se levanto lentamente y se sentó cabizbajo. Había sido un golpe demasiado fuerte pensó y alzó de nuevo la mirada.

Iori se quedó observando la escena frente a él, a Kyo dejándose golpear y mostrándose totalmente indiferente frente a él. Vio como la sangre brotaba de su boca en un hilillo rojo y como su mejilla se sonrojaba e hinchada por el golpe . en otras circunstancias, Kyo no hubiese permitido que el le golpeara de esa manera y si llegaba a hacerlo, hubiese arremetido en contra de él para vengarse, sin embargo Kyo continuaba inmóvil mirándolo.

Kyo vio como el pelirrojo abrió sus labios para decir algo, sin embargo ninguna palabra salió de ellos, simplemente se dio media vuelta y se alejó del lugar, dejando al Kusanagi sentado aún al lado de la silla y las hojas del pequeño árbol cayendo arrastradas por la fresca brisa...

x x Continuara x x

x x x

Todos los personajes pertenecen a SNK

"Rebirth" y Los personajes originales que aparecen allí pertenecen a

Cualquier comentario o pregunta, por favor diríjase a kensou_no_miko@yahoo.com

**26 de julio del 2002**


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