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Compañeros de piso por Shima_Suzuki

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Notas del capitulo:

ah, que hoy toca actualizar verdad xD?
ya se me andaba olvidando :u
wueño, aqui les dejo el capi, disfrutenlo, voy a contestar sus Rw y avisar que ya actualice por otros lados XD

Había pasado una semana.

El menor aun no decía nada acerca de la llamada de su madre.

Mucho menos de lo que se habló en esa llamada.

Era domingo, día de descanso.

Y también autoproclamado día de ejercicios para Akira.

Ahora con más deberes en la empresa, tenía muy poco tiempo para hacer cualquier otra cosa que no fuera trabajo.

Así que ahí estaban…

Ambos estaban en la alfombra, Akira haciendo abdominales mientras Kouyou se agarraba fuerte de sus piernas para mantener un contrapeso y que el mayor pudiera hacer bien sus ejercicios.

Claro que cada vez que Akira hacia una abdominal, sus rostros quedaban siempre muy juntos aunque sea por un par de segundos…

Y eso tenía a ambos bastante avergonzados, aunque Kouyou creía que el sonrojo en su cara se debía al cansancio.

Poco después se detuvieron, el castaño le pasó el agua.

Dio tragos cortos y continuaron.

Claro que al momento de las lagartijas el mayor quiso subir un poco la dificultad.

— ¿Qué quieres que haga qué? —pregunto es castaño atónito.

—Que te subas en mi espalda mientras las hago…

—Te volviste loco ¿no? —pregunto el castaño cuando el mayor le pidió tal barbaridad.

—Vamos, solo necesito un poco de peso extra, tu no pesas casi nada.

— ¿Tengo que tomarme eso como cumplido o como insulto?

—Como cumplido, obvio.

El castaño se lo pensó un momento más, Akira se acomodó en el suelo para comenzar el ejercicio.

Poco después comenzó, el castaño solo lo miraba.

Vaya que estaba disfrutando la vista, ver el cómo sus músculos se tensaban al hacer el esfuerzo…

¿Se vería muy malo si empezaba a babear?

No resistió mucho tiempo mirándolo, así que hizo lo pedido, se acomodó en su espalda de modo en que su cabeza quedara apoyada en la del mayor, su pecho en esa ancha espalda y sus brazos alrededor de su cuello.

—Insisto, estás loco…

Akira solo sonrió y continúo, ahora con un poco más de esfuerzo por el peso del otro, el ejercicio.

Como lo adivino, el castaño no pesaba casi nada.

Kouyou no solo sirvió de peso extra en su espalda, sino de peso para sus brazos, las pesas del rubio estaban pérdidas por algún lado de la casa y no tenía ganas de buscarlas, así que utilizo de nueva cuenta al castaño.

Lo cargo como si de una princesa se tratara.

Kouyou estaba más rojo que el color rojo ante tal situación, jamás se imaginó que podría llegar a pasar eso, a pesar de todo, siguió las indicaciones del rubio, estarse quietecito en sus brazos sin agarrarse de su cuello aunque tuviera la sensación de que se iba a caer.

Akira notaba la tensión y el nerviosismo del menor en su cuerpo, que decir de esa adorable carita roja que denotaba preocupación.

Después de unos momentos lo dejo en el piso, pero no lo soltó, lo cual obligo al castaño a mirarlo…

Se quedaron mirándose como dos tontos perdidos en la mirada del otro…

El rubio fue el que se movió primero, sujetando el rostro del menor. Fue por inercia, como si un imán los atrajera…

Cuando los labios de ambos se tocaron ninguno se movió, solo dejaron sus bocas juntas en un tierno e inocente beso.

Una de sus manos fue a una de las del mayor, acariciándola suavemente.

Ambos sabían que lo que estaban haciendo estaba mal…

Muy mal.

Pero no podían detenerse.

Y no se detendrían…

 

 

Ya en la noche, las cosas cambiaron un poco, ambos estaban… ¿raros?

Si eso, raros.

El silencio en el que se encontraban no era incómodo, o al menos hasta que sus miradas se encontraban, ahí era cunado se volvía incómodo.

Les costaría un poco volver a mirarse a la cara, al menos por parte del castaño, realmente le costaría volver a verlo a la cara, estaba demasiado apenado.

Ambos sabían que lo que habían hecho estaba mal.

Porque Akira tenía novia.

Ambos lo sabían, lo sabían y aun así no les importo besarse.

Y vaya que si fueron besos, de tiernos e inocentes pasaron a uno atrevidos y pasionales que duraron una sesión de media hora.

A pesar de eso, cenaron en tranquilidad.

Claro que en la recamara las cosas no fueron igual que tranquilas que en la cena.

Ambos se daban la espalda, uno cada quien en la esquina de su cama.

O bueno, eso era hasta que Akira se giró para verlo, no podía dormir con todo lo que había pasado en la tarde…

Miro al castaño, se podía ver la tensión en su cuerpo, no estaba dormido, llevaba el suficiente tiempo viviendo con el como para identificar cuando dormía y cuando fingía hacerlo.

Se acercó, acaricio su espalda con mucha suavidad sintiendo de inmediato el temblor en el cuerpo del otro.

Sonrió.

Se apegó más a su cuerpo entonces y lo abrazo.

El castaño se tensó más, pero no lo alejo, ni se removió para que el otro se alejara…le agradaba mucho el calor que transmitía el rubio.

Sintió los labios del rubio besar su oreja, tembló de nuevo.

—Te quiero…—dijo el rubio suavemente en su oído.

El corazón de Kouyou se aceleró 6 veces más de lo que debería.

Se giró completamente para mirarlo, estaba atónito, necesitaba verlo a los ojos, necesitaba que le dijera esas palabras mientras lo miraba de frente, solo así le creería tan bellas palabras.

Entonces la mirada de ambos se encontró.

Miles de sentimientos se reflejaban en ese par de ojos achocolatados que le hicieron saber al castaño que no mentía…

Que era enserio.

Su mano acaricio suavemente la mejilla del rubio entonces.

—Te quiero…—repitió sabiendo porque el menor se había girado, el también necesitaba decírselo  la cara, mirándolo a los ojos, que supiera que ese sentimiento era real.

Que supiera que se había ganado su corazón…

Sin pensarlo mucho se acercaron para poder besarse.

Dios…

Los labios del castaño se le hacían tan suaves al rubio, abultados…perfectos para morderlos…

Pero no lo hizo…aun no lo haría al menos.

Beso al menor con calma, acariciando suavemente su espalda.

El castaño se sentía a morir, se aferró a la ropa del otro a la altura del pecho, tanta emoción y sentimiento lo llenaban, no cabía en su felicidad.

Se besaron un largo rato, sin apuro…

Las caricias que el rubio repartía al cuerpo del castaño eran gentiles y tiernas…

Llenas de cariño…

Quería llorar pero eso arruinaría el momento.

Un par de lágrimas lograron salir de sus ojos, el rubio se separó al sentir el sabor salado, sonrió y acaricio su rostro, limpiando sus lágrimas, después volvió a abrazarlo y a llenar su rostro de pequeños y tiernos besos.

Sonrió y se dejó consentir.

—Estoy feliz…—dijo el castaño. —También te quiero Akira…

El rubio sonrió y lo beso de nuevo, apegándolo a su cuerpo.

No querían que la noche se acabara…

Querían seguir así…

Juntos, llenándose de tiernos besos y suaves caricias.

Querían seguir amándose.

..

.

La mañana llego junto con unos golpes a la puerta…

Kouyou se encontraba dormido en el pecho del rubio, el cual estaba igualmente dormido, abrazándolo con posesión…

Claro que los golpes se fueron haciendo evidentemente más fuertes al punto de despertar a ambos, era un departamento, el ruido fuerte alcanzaba todos los rincones del lugar rápidamente.

El castaño se acurruco más en su pecho mientras el rubio gruñía.

Era su día de descanso, su tío le había dado varios días seguidos para descansar por su alto rendimiento en la empresa…

— ¿Quién toca a estas horas?... —dijo molesto mirando el reloj de su celular, eran las 7 de la mañana, pero no solo vio la hora, sino también las 20 llamadas perdidas de su novia más los múltiples mensajes en redes sociales y de texto de la misma.

Mierda.

Dejo al castaño dormir en la cama, beso su frente y acaricio su cabello, la puerta no se detenía.

—Aki…—dijo el castaño estando medio dormido aun.

—Duerme, yo atiendo…

El castaño asintió con la cabeza, se volvió a acomodar.

Akira fue hasta la entrada de su hogar y abrió.

Y efectivamente, su novia estaba ahí…

Los delgados brazos de la mujer se fueron a su cuello y sus piernas a su cadera.

— ¡Eres un tonto! ¡No sabes lo preocupada que estaba! ¿Por qué demonios no contestas? ¡Tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto! —le estaba haciendo un auténtico berrinche.

—Sora por favor…he estado ocupado, perdón por no contestar pero ahora mismo estoy trabajando… no tengo tiempo…

— ¿Para mí? ¿No tienes tiempo para mí? No nos hemos visto en meses ¡¿y dices que no has tenido tiempo?! —se bajó de él, ahora se veía molesta.

—Sí, no he tenido tiempo, ahorita estoy ocupado, por favor retírate…

— ¡Pues no me voy! No importa si te tengo que ver trabajar. Se supone que eres mi pareja Akira…

—Sí, pero ahora estoy ocupado…

—…

—…

—Hay alguien más… ¿verdad?

— ¿Eh?

—Ya no me amas ¿no? Por eso no quieres estar conmigo…

—Sora…

—Akira…solo te pido que mejor seas sincero conmigo, y me digas si tienes a alguien más…en vez de estarme dando largas para no verme…

Nadie dijo nada en ese momento…

Ni siquiera Kouyou, que por el escándalo no había logrado volver a dormir y ahora estaba apoyado en una de las paredes del pasillo, escuchando la conversación.

—Sora… no digas esas cosas, mira…estoy pasando por una etapa complicada en mi vida, he tenido mucho trabajo y de verdad que estoy cansado…Trata de entenderme un poco ¿está bien?

—Puedo quedarme a descansar contigo entonces.

—Sora, necesito mi espacio por favor.

—Akira, no nos hemos visto en casi 6 meses… ¿Qué más espacio quieres?

—Pero no es porque no hayamos querido vernos, tú estabas de viaje y yo trabajando…

— ¡Y ahora que estoy de vuelta quiero estar contigo! ¡Pero tú no quieres estar conmigo!

—Sora…

—Akira…

De nuevo más silencio.

Kouyou no pudo adivinar que caras tendrían en ese momento…

Probablemente ambos tendrían el ceño fruncido, retándose con la mirada para ver quién sería el ganador de esa discusión.

Por el suspiro que soltó el rubio, al parecer el ganador fue la chica cuyo nombre sabía que era Sora…

La novia de Akira…

¿Entonces ellos que eran si seguían estando juntos esos dos?

No estaba dispuesto a ser un amante…

Regreso a la recamara cuando escucho al rubio decir que iría a cambiarse para irse con ella de paseo.

Se volvió a costar rápido, se cubrió hasta la cabeza.

El rubio entro a la habitación, acaricio su figura, sintió como apartaban un poco las cobijas, cerró los ojos y fingió su mejor expresión tranquila.

Sintió un beso en la frente y después escucho pasos por toda la habitación por un rato, después escucho la puerta de la entrada…

Abrió los ojos, ahora llenos de lágrimas…

¿Por qué?

Se sentó en la cama y se quedó esperando…

No debía de actuar anticipadamente…

Podría ser que Akira hubiera salido con ella para terminarla y así quedarse con el…

Con ese pensamiento se levantó, se daría un baño, necesitaba relajarse.

Su corazón estaba latiendo con demasiada fuerza y dolía.

Sus ojos querían producir lágrimas pero él no dejaba que salieran…

Estaba teniendo todo el autocontrol del mundo para no comenzar a llorar.

No tenía motivos para hacerlo, o eso era lo que él esperaba.

Confiaba en Akira.

Confiaba en que todo estaría bien.

Confiaba en que el rubio terminaría con aquella mujer cuyo rostro aun no conocía para quedarse con el…

Confiaba en Akira.

Realmente esperaba que las cosas fueran así…

 

 

 

 

 

 

Fin del capítulo 5.

Notas finales:

y la trama se complica :u <3
eso es todo por ahora, reita por favor no la vayas a cagar como es tu costumbre x'DD

el pato confia en ti no lo defraudes x'''c
en fin, las amo a todas <3

 


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