Akira realmente trato de terminar con ella…
De verdad que sí.
Pero contrario a eso, termino divirtiéndose con ella en una feria local.
Ese momento le recordó porque se había enamorado de ella…
Sin saber cómo habían quedado la siguiente semana de volver a verse.
Y por supuesto, como cualquier pareja, se despidieron con un beso.
Uno muy profundo y largo fuera del departamento del rubio…
— ¿Y si mejor me invitas a pasar? —dijo la chica en tono sugerente y con una coqueta sonrisa en los labios, apenas eran las 8 de la noche.
—Mejor otro día ¿te parece? Te dije que estaba trabajando, aún tengo que trabajar…
La chica hizo un puchero, pero acepto de todos modos, un beso más y se fue.
Akira suspiro con una sonrisa.
Después entro al departamento.
Estaba completamente a obscuras… no se escuchaba ni un solo ruido.
Ahí fue donde su corazón peso.
Kouyou…
Cerró la puerta y corrió a la cocina.
No estaba ahí.
Entonces fue al baño.
Vacío.
Corrió a la habitación…
Pudo suspirar aliviado al verlo durmiendo en la cama…
Pero de nueva cuenta, su corazón dolió.
No había terminado con Sora…
Y le había prometido al castaño estar con el… eso le había dado a entender el con esas miradas y caricias llenas de cariño, que decir con los besos.
Suspiro y se fue a cambiar, había sido un día largo.
Entro en la cama y se abrazó a su castaño, no tardó mucho en dormirse.
A la mañana siguiente despertó con frio…
Abrió los ojos rápidamente, Kouyou ya no estaba a su lado…
Se levantó y salió rápido del cuarto, escucho el ruido en la cocina y sintió que podía respirar de nuevo al acercarse y comprobar que ahí se encontraba, preparando el desayuno…
Kouyou sirvió la comida y se la dio al rubio, ahí fue cuando Akira noto que su lindo castaño ya estaba completamente vestido y bastante arreglado, que decir se veía precioso.
Akira iba a decir su típico “buenos días” pero Shima no le tiempo de eso, una vez le había servido su plato se quitó el delantal y salió de la cocina.
Tomo una abrigo, la copia de las llaves de la casa que eran para él y salió sin decir nada…
Akira estaba peor que confundido…
¿Qué había pasado?
Se apresuró a ir a buscar su teléfono.
Y en efecto, los mensajes estaban abiertos, había uno exactamente que había llegado apenas hace unas 2 horas:
“De: Cariño (＾—＾) っ<3
Amor mío, no sabes lo bien que me lo pase ayer <3 <3 <3 (—＞–＜—） (‘♡3♡‘)
Quedamos la siguiente semana, el domingo de salir de nuevo.
¡No se te olvide (ಠ ∩ಠ)!
La próxima vez que te vea te tendré una muy muy linda sorpresa <3 (͡° ͜– ͡°) sé que te va a encantar.
Te ama con todo su corazón.
Sora.”
— ¡Mierda! —dijo al mismo tiempo que se levantaba para ir a cambiarse y correr tras el castaño, no debería de estar muy lejos…
Se cambió rápido, ni siquiera se comió lo que el castaño le preparo por las prisas…
Ya medio bien vestido, tomo sus llaves y cartera, salió de ahí corriendo como si la vida le fuera en ello. Bajo por las escaleras, no se molestó en tomar el ascensor, eso sería perder tiempo.
No sabía por dónde empezar a buscar, así que corrió por el sendero que lo llevaba al centro.
Lo que Akira no sabía es que Kouyou aún seguía en el edificio, se había escondido en el cuarto de intendencia, lo había visto pasar corriendo.
Espero unos minutos y salió de regreso al departamento.
Realmente solo se había arreglado para dar una apariencia de salir con alguien más si el rubio llegaba a preguntar.
Subió por el ascensor, bajar las escaleras tan rápido le había agotado.
Cuando llego, al que pronto dejaría de ser su departamento, no tardo en ir a la habitación, saco sus maletas y comenzó a empacar toda su ropa, el rubio se tardaría un buen rato dando vueltas por la ciudad.
Las arreglo bien y con calma para que nada fuera amontonado.
El departamento que su madre le había conseguido, según las indicaciones que el señor que lo vendía le había dado estaba en Tokyo…
Sería un buen lugar para empezar de nuevo.
…
..
.
Akira llevaba un buen rato dando vueltas por el lugar.
No lo encontraba y ya se estaba desesperando.
¿Por qué no se fue en el auto?
Decidió volver al departamento, en el auto sería más fácil trasladarse.
Dio gracias al cielo tener una buena condición física, porque a pesar de todo lo que había corrido aún tenía la energía suficiente para correr de regreso.
Cuando abrió la puerta rápido se topó con el menor en la entrada terminando de ponerse las botas para irse, sus maletas ya estaban listas.
—Oh, Suzuki-san, que oportuno…—dijo sonriendo como si nada de lo que paso en la mañana hubiera pasado.
—Kouyou…que…—apenas si podía respirar.
—Aquí tiene…—dijo regresándole las llaves del departamento y un sobre con dinero.
— ¿Q-Que es esto…?—dijo apenas en un hilo de voz.
—Le agradezco mucho por permitirme quedarme en su hogar todo este tiempo que permanecí en Kanagawa, pero ya he conseguido un departamento, así que no es más necesario que siga viviendo con usted…
— ¿¡De que mierda estas hablado Kouyou?! —ya con el aliento recobrado le grito eso al menor, el cual simplemente le sonrió, pero no era esa típica sonrisa tan linda de él, esa que siempre lo había dejado encantado desde el primer día…
Era una sonrisa enteramente fingida que ocultaba tras ella un enorme enojo y tristeza.
—Me voy Suzuki-san, ya no tiene por qué seguir haciéndose cargo de mí, ahí está el dinero de la renta y las llaves, ahora, permítame pasar por favor, el autobús se va a ir…
— ¿Autobús?... ¿A dónde piensas irte?
—Eso no le concierne.
— ¡Claro que me concierne!
Un suspiro salió de los labios del menor.
—Si con eso se va a quitar del camino, bueno, me voy a Tokyo.
La noticia le llego de golpe, su cerebro aun no terminaba de procesar que el castaño se iba, si no que ahora tendría que procesar a donde iría.
Tokyo estaba realmente lejos…
Claro que ese momento de debilidad lo aprovecho el castaño para salir de ahí…
Cuando Akira se dio cuenta, frente a él ya no había nadie.
Corrió al ascensor, donde las puertas apenas y estaban cerrándose, pudo ver solo por una milésima de segundo, el rostro lleno de lágrimas del menor, solo que este no alcanzo a verlo a él.
Una vez más, el rubio corrió a las escaleras sin saber de dónde saco la fuerza para eso.
Tal vez del amor hacia su castaño, el miedo a perderlo, y la desesperación de no poder detenerlo.
Cuando llego, el castaño ya estaba abordando el taxi que con anterioridad había pedido.
Grito su nombre, pero aun así el taxi se fue.
Con la persona que más amaba dentro de él…
…
..
.
~
~~
~~~
¿Cuánto tiempo había pasado?
Apenas dos semanas.
¿Qué ha pasado en esas semanas?
De todo un poco.
¿Cómo qué?
Bueno, Akira se la pasa deprimido.
No es novedad. ¿Qué más?
Bajo muchísimo en el rendimiento de su trabajo, solo que como es familiar del jefe no se ve tan afectado por eso.
Bueno ¿algo más interesante?
Termino con su novia.
Oh vaya ¿Cómo se dio eso?
***
-Tenemos que hablar-eso fue lo que dijo Akira.
- ¿Qué pasa Aki-chan?-pregunto la chica. Ambos estaban en la sala del departamento del mayor.
-Yo…ya no sé qué es lo que siento por ti…
-…
-Lo siento…
-Akira no juegues…
-No estoy jugando, te quiero mucho, te quiero muchísimo, pero siento…que ya no es lo mismo que antes… algo falta.
- ¿Qué puede faltar Akira? ¡Somos los mismos de siempre!
-Supongo que es eso.
- ¿Qué es qué?
-La rutina…estoy cansado de ella. Nunca hacemos nada nuevo, solo salimos a algún lado, vemos películas, comemos en restaurantes y tenemos sexo…bueno, ya ni eso.
- ¿Quieres que tengamos sexo ahora?
-No, lo que quiero es que te vayas.
- ¡¿Cómo puedes ser así de cruel?! ¿Qué hice? ¿En qué me equivoque?-se podía ver que estaba a punto de llorar.
-El error no fue de nadie…simplemente me di cuenta de que casi no hay razones para seguir amándote…
-Akira…-sollozo.- ¿Encontraste alguien más?
-Lo siento…pero sí. Hace bastante tiempo…
- ¿Cuándo?
-Meses.
- ¿Cuántos?
-Contando estas semanas, 6 y medio.
-Eres un maldito…
-Lo se… pero simplemente fue imposible no enamorarme…
La chica lo miraba atónita, se veía que Akira quería llorar, a pesar de la sonrisa en su rostro al recordar a esa persona que se lo había robado.
- ¿Quién es?
-No creo que sepas quien es.
- ¿No la conozco entonces?
-No.
- ¿Mínimo es bonita?
El rubio rio, Kouyou era hermoso, eso nunca lo iba a negar
- Mucho.
- ¿Dónde la conociste?
- ¿Eso importa?
-Importa mucho.
- ¿Por qué quieres saber? ¿Qué te importa quien fue quien me robo el corazón con solo convivir un día?
-Tengo derecho, me dejaste por otra, mínimo quiero saber…
-Entonces ¿vas a seguir preguntándome hasta que te diga quién es?
-Exactamente.
-Te ahorro la molestia entonces.
La chica no entendió, pero vio como el rubio se levantaba de su lugar y la tomaba del brazo. Caminaron hasta la salida, donde abrió la puerta y la sacó de su hogar.
- ¡¿Qué mierda haces?!
-Su nombre es Takashima Kouyou, tiene 25 años, mide 1.77, es realmente adorable, le encanta cocinar, su sonrisa es la más bonita que he visto en mi vida, sus ojos son de un color avellana precioso, su cabello es castaño cobrizo semi largo y me encanta, por si te lo preguntabas, es un chico, lo conocí hace 6 meses y medio y desde el primer día que piso mi departamento en busca de un lugar donde quedarse hasta que encontrara uno propio, me robo el corazón. Eso es todo, ahí está lo que querías, ahora vete y no me vuelvas a llamar…”
Le había destapado toda la verdad y sin tacto alguno.
Le cerró la puerta en la cara luego de eso y se quedó una media hora contra la puerta escuchando los múltiples gritos e insultos que la chica le decía.
Cuando esta se cansó se fue llorando del lugar.
Si, había sido bastante cruel la forma en la que se lo había dicho…
Pero esa fue la única manera para que la chica nunca más lo fuese a buscar.
Sin ella revoloteando por su alrededor, tendría todo el tiempo del mundo para deprimirse por la pérdida de ese chico tan encantador que tanto amaba…
Lamentando la pérdida de su amor…
Fin del capítulo 6.