¿Cuánto tiempo había pasado?
Bueno, casi un año desde que se separaron…
¿Qué ha sido de ellos?
Bueno…
Akira ya es el director general de la empresa de su tío, lo dejo al mando de esa mientras que él se iba a otra zona a abrir la misma empresa.
Kouyou ya es dueño de la biblioteca en la que había empezado desde abajo…
Ambos habían hecho cosas buenas con su vida.
Habían mejorado en todo lo que tuvieran que mejorar.
Habían madurado…
Pero también se habían olvidado.
Ambos habían estado tan concentrados en sus trabajos, en mantener la calma en sus mentes…
Que simplemente se habían olvidado de porque estaban haciendo lo que hacían ahora.
Pero… ¿Cómo?
¿Cómo olvidar tan fácil a la persona que amas?
Bueno, digamos que tener la mente ocupada todo el tiempo te hace olvidar muchas cosas…
Y el hecho de tener ocupaciones todo el tiempo no te deja pensar el porqué de tus acciones pasadas.
Sumando a que el único momento que tendrían para recordar por qué su vida es así ahora es el momento de descansar…
Es dormir o preocuparse por el pasado…
Dormir es más tentador.
A pesar de esto, en sus sueños se encontraban con bellos recuerdos de sus momentos juntos.
Claro que cuando las alarmas sonaban y el trabajo comenzaba no les daba tiempo de ponerse a reflexionar sobre lo soñado y ponerse mal al no tenerlo…
Aun así, seguían adelante.
—Akira-sama—dijo una chica entrando a la oficina del rubio.
— ¿Qué pasa? —dijo concentrado en los papeles que tenía en las manos, tenía bastante trabajo esos días.
—Tiene una llamada de su tío…
—Conéctala a mi teléfono, la tomare en un momento.
La chica asintió y se fue. Pronto el teléfono sonó, lo tomo, apoyándolo en su oreja y hombro ya que sus manos seguían ocupadas.
— ¿Si?
—Akira-kun…
—Hola tío.
—Necesito un pequeño favor…
—Bueno… ¿y qué es?
—Necesito que vayas a la sucursal de la compañía que está en Tokyo.
— ¿Hay problemas?
—Unos cuantos, necesito que pongas todo en orden…
—Mmm…
Se la pensó por un rato, su tío se mantenía a la expectativa de lo que diría.
Pensándolo bien…
Sería una buena idea.
Kouyou se encontraba en Tokyo en esos momentos, así que… ¿Por qué no?
—Bien, iré ¿Cuándo?
—Mañana en la mañana.
—Estaré allá…
—Te buscare un departamento por allá, mientras ya te hice una reservación en buen hotel.
—Vale, gracias.
Y colgaron…
¿Qué cosas traerá el destino para ambos ahora?
…
..
.
Llego a su casa cuando la jornada termino.
No tardó mucho en correr a hacer sus maletas, estaba bastante emocionado, si los problemas no eran muy grandes, podría terminar rápido y buscar a Kouyou…
Porque si, ya sabía dónde vivía.
En todo ese tiempo a pesar de lo ocupado que estaba y que por lo general no tenía tiempo para pensar en él, se dedicó a investigar su vivienda con la tarjeta que le había dejado de referencia.
Ya sabía dónde vivía, ahora solo sería ir y arreglar las cosas que necesitaba su tío y después tendría absoluta libertad de ir y buscar a Kouyou.
Metió la ropa necesaria para algunas semanas, sabía que cuando su tío decía “algunos problemas” era porque eran asuntos bastante grandes. Le llevaría bastante tiempo arreglarlo.
Arreglo lo que pudo de la manera más decente posible, por lo general él era de aventar la ropa hecha bolas dentro de una maleta.
Cuando tuvo todo listo ya era hora de dormir, se fue a bañar, la ducha que tomo fue bastante larga, tenía demasiadas cosas en la cabeza…
¿Cómo llegaría?
¿Solo tocaría la puerta y se le tiraría encima?
No, eso es muy precipitado.
¿Tendría que llevarle algún regalo?
¿Flores? ¿Chocolates? ¿Un peluche quizás? Al castaño le gustaban los patos…
¿Qué mierda estaba pensando?
Kouyou no era una chica como para tratar de sobornarlo con regalos…
Pero al castaño si le gustaban mucho los detalles.
“¡Ahhh! ¡Esto es demasiado difícil!”
Fue lo que pensó.
Tal vez… un regalo estaría bien, como disculpa por la tardanza, pero no sabía que regalarle.
Si recordaba bien, el castaño no era muy afecto a los chocolates como tal, o sea…los comía pero no eran sus favoritos.
Las flores…bueno, al castaño le gustaba mucho la botánica, no por nada su departamento término lleno de flores o diferentes plantas en maseta…
Las flores favoritas del castaño eran los girasoles…
Las flores era mejor opción.
Y el peluche…
No vendría mal tampoco…
Se secó y visto, después se dejó caer en su cama y abrazo una almohada.
Todo estaría bien, tenía que estarlo. Tenía que estar tranquilo, no quería que el nerviosismo le ganara en esos momentos.
Podría estar bien con el castaño, por fin podrían estar juntos.
Todo estaría bien.
Realmente esperaba que todo fuera bien.
Con esos pensamientos se quedó dormido, mañana tendría que partir a Tokyo para encontrarse con los problemas que se habían generado en la empresa.
Se encontraría con un gran reto también…
Recuperar a su amor.
…
..
.
Cuando la alarma sonó se levantó como un rayo.
Se arregló lo más rápido que pudo y tomo sus maletas, no quería llegar tarde, que decir, eran las 3 de la mañana de Kanagawa a Tokyo se hacía bastante tiempo y tenía que llegar allá temprano.
El auto que su tío había mandado ya estaba esperándolo afuera.
Cerro todas las ventanas, desconecto todos los aparatos eléctricos, cerro bien el gas, verifico entera la casa, no se quería olvidar de nada.
Una vez todo en orden bajo rápido, metió las maletas en el maletero y entro al auto, el cual se fue rápidamente, nadie quería llegar tarde.
Tania bastante sueño, así que durmió un rato en el auto en lo que llegaban a Tokyo.
~
Llego después de unas horas…
Un gran suspiro salió de su boca, su tío era un mentiroso…
La empresa no solo tenía problemas.
Estaba todo de cabeza.
Definitivamente, tendría muchísimo trabajo…
Adiós a sus planes de recuperar a Kouyou.
Decidió dejar de lamentarse y comenzar a trabajar, mientras más pronto acabara mejor, empezó primero con la organización de empleados, todos estaban sin saber que hacer…
…
..
.
¿Cuántas horas llevaba trabajando?
13.
¿Qué hora es?
Las 4 de la mañana en punto.
Y… ¿Dónde está?
Sigue en la oficina…
—Suzuki-sama…es mejor que descanse…—decía su secretaria llevándole la 7ma taza de café.
—Esto tiene que quedar ahorita, si no los demás no podrán trabajar…—dijo sin dejar de teclear en su portátil.
—Lleva ya mucho rato ahí, debería de tomar un descanso…
—Cuando termine descansare…
…
..
.
— ¿Escuchaste los nuevos chismes?
Kouyou levanto su vista del libro que estaba leyendo entonces.
—Yumi… sabes que no me interesan mucho esas cosas…—regreso a su lectura entonces, había un par de personas en la biblioteca, unos cuantos estudiantes consultando libros para sus trabajos y gente que, como el, disfrutaba leer.
—Oh, pero este si te interesara~
Soltó un suspiro, coloco el separador y cerro el libro.
—Habla antes de que me arrepienta y te ignore…
Oh si, Kouyou había cambiado mucho, si bien con Akira siempre se mostraba amable y sonriente, ahora ya no lo era, era bastante serio y algo antipático.
—Me dijiste hace mucho que tu amor prohibido era un chico rubio con apellido Suzuki ¿no?
— ¿Y que con eso?
—Está aquí en Tokyo…
Y la tensión en el ambiente se hizo presente…
¿Akira…en Tokyo?
Por un momento no respiro, sus ojos se fueron abriendo a la par que esas palabras se repetían en su cabeza…
—… ¿Qué has dicho?
—Las empresas Suzuki llegaron hace no mucho aquí, pero eres tan cerrado que nunca te enteraste—le pico la mejilla—el Sobrino del dueño está aquí para arreglar los desastres que los empleados hicieron…
El castaño no dijo nada, no sabía que decir, es más, no estaba ni seguro de poder hablar…
Se había quedado impactado por lo que había oído.
Hace bastante tiempo que no pensaba en el mayor…se había concentrado enteramente en su trabajo con el propósito de madurar lo suficiente para volver a verlo cuando estuvieran listos…
El aún no se sentía listo.
Yumi siguió hable y hable sobre los Suzuki y lo maravillosos que eran. Kouyou solo escuchaba “bla, bla, bla” su mente se había centrado en que Akira ya estaba en Tokyo y muy probablemente buscándolo.
Si no es que ya lo había encontrado…
Decidió dejar de pensar en eso y volver a su lectura.
Tendría tiempo de preocuparse después ¿no?
…
..
.
Ya era tarde, bueno, no tan tarde.
Apenas eran las 9 de la noche, el día ya estaba obscuro en su totalidad.
Apenas estaba regresando a casa, ya había cerrado la biblioteca.
Iba a paso tranquilo, sin ninguna prisa, realmente solo estaba tardando más su llegada, tenía miedo de saber lo que le esperaba…
Camino por un largo rato hasta llegar…
El portero de su edificio le sonrió como todas las noches el simplemente regresaba una vaga sonrisa, no le dijo nada, así que supuso que podría estar a salvo de “sorpresas” ¿no?
Sigo, si alguien hubiera llegado preguntando por él, el portero era el responsable de decirle…
Por un momento pensó que podía sentirse tranquilo, a pesar de eso, decidió ir por las escaleras en vez de por el elevador.
Él vivía en el sexto piso. El ultimo.
No le molestaba subir escaleras, estaba cansado pero no le importaba, realmente no quería llegar rápido, su corazón estaba latiendo muy fuerte y tenía un presentimiento de que al llegar a casa las cosas serán diferentes…
Llego a su piso, giro hacia el pasillo y abrió la puerta…
Su bolsa se cayó…
—Hola…—dijo el rubio sentado en su sala, la cual quedaba justamente frente a la puerta de entrada—Shima…
—Hola Akira…
…
..
.
Fin del capítulo 9.