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Sólo un Sueño por MrVanDeKamp2

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Notas del fanfic:

Muy mal fic, en un intento de reponerme del golpe que me ha dado Infinity Wars

Notas del capitulo:

Mi propio final de Infinity Wars

Steve despertó del ensueño, la voz de Bucky lo sacó del trance.


 


-       ¿ Vas a querer que te sirva más sopa? – le sonrió el castaño.


-       ¿Qué? – Steve alzó las cejas y una mueca extraña se dibujó en su barba-


-       Que si vas a querer más sopa, distraído, de pronto te perdiste – le pasó la mano por la cara.


-       Si, si amor – observó con calma el entorno:


 


El departamento era modesto, pero con muy buen gusto, acogedor. Bucky y su melena brillaban a la luz del candelabro del comedor, por lo que se alcanzaba a distinguir por las ventanas estaban en Brooklyn, a lo lejos se alcanzaba a ver el puente que conectaba con Manhattan.


 


-       Maldición – Bucky chistó los dedos – olvidé recoger tu ropa de la tintorería, mejor voy corriendo antes de que cierren - ¿Te importa terminar solo? Regresaré enseguida.


-       No te preocupes, perdón por…


-       ¿Perdón? ¿Por qué te disculpas? – le sonrió el castaño.


-       Trabajaste demasiado, haciendo la cena y…


-       No te preocupes por eso, sé que también estás cansado de estar todo el día en la escuela, regresaré enseguida – le besó la mejilla y se apresuró a ponerse los converse para salir a toda prisa.


 


De pronto un flashback lo golpeó: Toda una vida en segundos.


 


Desde su infancia en Brooklyn, su preparatoria, cuando se le declaró a Bucky bajo la torre Eiffel, la pequeña recepción, sus amigos reunidos, la luna de miel en México. Su trabajo en la preparatoria. Bucky despertando a su lado. Ambos riendo cuando el plato de la lasaña cayó al suelo.


 


De pronto, como si de un golpe se tratara, volvió a la realidad. Observó a su alrededor, la vida que siempre había soñado junto a Buck estaba siendo realidad: las fotos se lo confirmaban, los recuerdos, incluso el Título de Historia del Arte que colgaba sobre el escritorio junto a la ventana, con un montón de carpetas sobre el mueble.


 


-       Pero… Se sintió tan real… - se dijo a si mismo, al momento que escuchó que alguien abría la puerta.


-       Estoy en casa – Bucky entró con las bolsas de la tintorería al hombro y con una bolsa de víveres colgada en el mismo brazo izquierdo – oye… - miró que Steve no había acabado su plato - ¿No te gustó la comida? – su mirada fue algo de decepción.


-       Por supuesto – Steve reaccionó de inmediato – solamente que quería esperar a que llegaras – y se sentó de nuevo a la mesa.


-       Okay… - el castaño lo miró de manera sospechosa – iré a colgar esto.


-       Buck – el rubio se levantó y fue tras él, quedándose en el marco de la puerta de la alcoba mientras que Bucky colgaba la ropa en el clóset.


-       ¿Sí? ¿Te ocurre algo amor? – se acercó el castaño tomándolo del rostro.


-       Es solo que… - Steve lo observó detenidamente: el peso que tenía antes de partir a la guerra, esbelto pero musculado, su cabello como cuando ya se había convertido en el Soldado del Invierno, y esa hermosísimo rostro, lampiño y con esas dos aguamarinas que destellaban llenas de amor; lo tomó de la mano y pudo sentir el discreto diamante en su mano izquierda, su mano de carne y hueso, con esa piel tersa y esas uñas tan bien delineadas – solo que soy tan feliz a tu lado y cada día luces más precioso.


-       Steve – Bucky aún se sonrojaba con el hombre ante él. Era difícil no hacerlo – Te amo – y besó tiernamente los labios del rubio. Su barba le hacía cosquillas.


-       Yo te amo aún más – el rubio pegó su frente con la del castaño y siguió besándolo dulcemente.


 


El beso al inicio fue suave, lindo, una demostración de amor puro. El rubio tomó a su chico del cuello mientras que Buck se abrazaba a él y comenzó a intensificar el beso. Los movimientos eran un poco más explícitos, el castaño comenzó a bajar por el cuello cubierto de ese rasposo pero suave y rubio vello facial, alcanzando aquel pálido y fuerte cuello. Steve soltó un gemido, Bucky exactamente sabía donde tocar.


 


Mientras el castaño hacia de las suyas en el cuello del rubio, éste comenzó a subir la playera polo del menor, dándole a entender que la prenda estorbaba. El castaño se separó un poco y se dejó desnudar: y Steve vio el torso de su chico como siempre debió de ser, sin ninguna cicatriz, sin ningún brazo de metal.


El rubio tomó la iniciativa a besarlo mientras que el castaño desabotonaba la camisa del más alto para dejarlo en igualdad de condiciones, sin separar sus labios ni un momento, logró desabrochar la camisa, dejando expuesto el bien trabajado torso del rubio.


 


Steve tomó por sorpresa al rubio, cargándolo en brazos.


 


-       ¡Steve! - soltó una risilla – me vas a tirar.


-       ¿Crees que no puedo contigo eh?  - el capitán le sonrió de manera abierta.


 


Lo depositó en la cama y siguieron con el apasionado beso, con sus pieles tocándose, Steve con dificultad jaló las mangas largas de su camisa para deshacerse de ella, y estando encima de su chico y sin dejar de besarlo, se deshizo de sus propios zapatos con sus pies y con cuidado hizo lo mismo con los tenis del otro.


Bajó, con sensuales besos por el cuello del ojiazul que soltaba pequeños gemidos de sus sonrojadas mejillas. Llegó a la parte del pecho, una de sus favoritas. Besó y lamió aquel amplio pecho, besó y lamió los capullos que se erigían en él, sintiendo los gemidos del castaño, sintiendo como debajo de su entrepierna, la del otro le demandaba atención.


 


Se deshizo rápidamente de los pantalones del otro y de los suyos y los calcetines, quedando en completa desnudez con su amante. El rubio tomó la posición de loto mientras el castaño se sentaba a ahorcajadas, enredando sus piernas en la cintura  del capitán.


Steve abrazaba la cintura del castaño mientras que aquél envolvía en sus brazos el cuello del rubio, sus miembros se rozaban por la posición y lo apasionado de los besos no cesaba.


 


Tras el hábil manejo de sus dedos, el súper soldado pudo preparar sin romper el momento sensual e íntimo que estaban teniendo a su chico, ambos lubricaban demasiado, lo cual hacía más fácil el siguiente paso.


Sin romper la posición, Bucky comenzó a instalarse, con poca dificultad en el hinchado miembro del rubio, intercambiando entre ambos sonidos de placer y miradas y sonrisas cómplices.


 


El vaivén del subir y el bajar, los besos apasionados, la presión que los trabajados abdómenes de ambos ejercían sobre el miembro de Bucky, la sola presencia del uno y otro, la sensación de saberse suyos, el enorme amor que se profesaban y el intenso sentimiento de placer que se daban mutuamente, aceleraron la culminación de aquel ritual sagrado para ambos.


Pudieron sentir la tibia humedad entre sus abdómenes, los jadeos de Bucky habían anunciado con precipitación el clímax, su interior se contrajo aún más por los espasmos, haciendo sentir a Steve una ola indescriptible, que él sentía que había tenido antes, pero que en realidad, al menos hasta este momento, no lo había hecho.


Ese placer indescriptible y a la vez familiar que lo recorría desde la punta de sus pies hasta los cabellos de su nuca, lo obligó, sin poder controlarlo, sin querer controlarlo, a llegar a su feliz término, derramando su poderoso torrente dentro de su amante.


 


Se besaron riendo, con complicidad, sentían toda la humedad en sus cuerpos, su sudor mezclado, sus esencias que bajaban por efecto de la gravedad, interminables “te amo” intercambiaban, mientras que Steve perdía volumen en su zona sur y facilitaba el desapego de sus cuerpos.


El rubio se recostó primero, el castaño sobre su pecho, y enredando sus piernas y los dedos de sus manos, comenzaron a soñar.


 


Entonces ahí la pesadilla se hizo presente.


 


***


-       Debiste haberme apuntado a la cabeza – le sonrió el villano al Dios del Trueno después de la explosión que aparentemente había dejado inutilizable el guantelete del infinito. Alcanzó a chasquear los dedos y otra onda de energía lanzó a los Avengers por los aires.


-       ¿Pero qué? – El Nómada observó a su alrededor, al parecer todos estaban bien, pero no vio al primer y más importante hombre en su vida.


-       ¿Steve? – el castaño comenzó a caminar hacia él mientras el observaba como se convertía lentamente en ceniza.


El rubio se quedó atónito, sin poder pronunciar palabra ante lo que ocurría, corrió para intentar salvarlo, pero era demasiado tarde. Bucky se había ido.


Con lágrimas en los ojos tentó el suelo donde yacían las cenizas del hombre que había sido con toda seguridad, el amor de su vida.


Aquel por el cuál no le importó dividir al mundo, ni renunciar a sus amigos, ni renunciar a su propia libertad.


Ahora todo estaba acabado.


Y aunque lo mismo sucedió con otros vengadores, convirtiéndose éstos héroes en ceniza, Steve sólo podía pensar en Bucky, y en como, de nueva cuenta, lo había perdido.


 


***


 


-       ¡No Bucky¡ ¡No! – se paró de golpe, como si de una tabla se tratara, sobresaltando al castaño que también despertó abruptamente. Estaba cubierto en sudor y con fiebre.


-       ¿Steve? – con aquel tono de preocupación y miedo que en su sueño, Bucky lo devolvió a la normalidad – Amor ¿estás bien? Fue sólo un mal sueño… Pero – tentó su frente mientras el otro lo miraba lleno de angustia - ¡Ardes en fiebre!


-       ¡Buck! – lo abrazó sin pensarlo – estoy… estoy bien. Estoy bien mientras estés a mi lado Buck.


 


Tras tranquilizarse ambos y darle una píldora para bajar su fiebre, volvieron a quedarse dormidos, o al menos Bucky fingió estarlo, pero observó a Steve dormir y como hablaba entre sueños. Casi no entendía lo que el rubio balbuceaba, pero al menos ya no era la pesadilla que lo había horrorizado con anterioridad.


 


***


 


Todo se tornó gris, entre rayos el cielo se abrió, tras una dura batalla donde la mitad de los héroes aparentemente “muertos” por Thanos, luchaban contra el titán. En una pelea con un bot del Doctor Doom, el villano se distrajo y en un hábil movimiento, Peter Parker pudo arrebatárselo.


 


-       ¡¿Qué crees que estás haciendo?! – el villano miró con horror como el chico de Queens se ponía el guante y revertía todo lo que el villano había hecho.


 


Justo dejando a todos los héroes reunidos en Kamar – Taj, con el guantelete completo, al centro de una especie de altar.


 


-       Es hora de que hagamos esto bien – Steve señaló el guantelete – es demasiado poder para que alguien lo posea.


-       Justo eso iba a decir, debemos regresar al balance de cada uno – señaló el Doctor Strange a las gemas, tomando con el amuleto de Agamotto la del Tiempo y encerrándola en el guardapelo.


-       El Orbe debe estar bien resguardado – Starlord atrajo la gema del Poder, encerrándola en la cápsula plateada.


-       La gema de la Mente no debe de estar ni siquiera en mis manos – los demás miraron a Loki con desconfianza, pero el pelinegro encerró la gema en la protección ámbar que la rodeaba cuando estaba en su báculo y se lo entregó a Thor.


-       El Espacio tampoco puede ser modificado – y con un rayo, Thor regresó a su forma original el Teseracto.


-       Y la final – Steve le señaló a Thor el Éther.


-       Después de esto, jamás volveremos a vernos de la misma forma… Fue un placer y verdadero honor luchar a su lado, compañeros guerreros – Thor finalizón.


Todos los Avengers se miraron los unos a los otros y asintieron.


 


El Dios del Trueno comenzó a manipular el Éter, los Vengadores comenzaron a desaparecer uno por uno, en cenizas, como en la primera pesadilla que vivieron.  La realidad había sido modificada:


 


Tony Stark despertó del ensueño, en un escenario donde a su hijo Peter le daban un premio, todos aplaudían, su esposa Virginia a su lado lo miraba sonriente.


 


Natasha salió del trance cuando el humo de la sartén frente a ella comenzó a hacerse más intenso y Bruce tocía tras ella.


-       Creo que será mejor que salgamos a cenar fuera – tosía y reía con Natasha que le sonreía nerviosa pero divertida.


 


Peter Quill niño caminaba de la mano de su madre, hacia la parada del autobús, mientras veían como una nueva niña de negros cabellos esperaba en el sitio.


 


Wanda y Pietro Maximoff cenaban con sus padres amenamente, mientras reían y contaban las banalidades del día a día en la escuela.


 


Steve de pronto despertó del sueño, de nuevo, cubierto en sudor, se giró y miró a Bucky a su lado muy preocupado.


 


-       ¿Steve? ¿Estás seguro que te encuentras bien? – Bucky se acercó hacia él y lo abrazó, sintiendo la humedad en su piel


-       Si – respiró pesadamente – solamente he estado cansado – pegó su frente con la del castaño – Siento mucho haberte despertado.


-       Fue sólo un sueño amor – Bucky lo abrazó y de nuevo volvieron a dormir, con la  promesa de que mañana sería un día mejor.


 

Notas finales:

Gracias a quienes se hayan tomado la molestia de leer.


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