Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

UshiHina week (2018) por 1827kratSN

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Ushijima había descubierto varias cosas en los dos meses que pasó frecuentando aquel hogar y por ende a aquel omega. Primero, el señor Hinata tomaba bajo su cargo a todo aquel omega nacido en las tierras que le pertenecía, lo hacía para proteger a los pequeños de ser víctimas en negocios poco decentes. Segundo, muy pocos de esos omegas eran tomados como concubinos, es más, aparte de la esposa sólo había una concubina quien pronto daría a luz al nuevo heredero, los demás se dedicaban a trabajos varios. Tercero, unos cuantos omegas eran entrenados como a cualquier soldado para que, de ser el caso, defendieran la mansión. Cuarto, Shouyo era el tesoro más resguardado de ese hogar debido a la paranoia generada por un incidente cuando el pequeño había tenido tan sólo diez años.

 

—¿Me está escuchando, Ushijima-san?

—Sí

—Entonces, ¿qué me dice? —sonreía mientras caminaban por los jardines que rodeaban la casa principal

—No puedo hacerlo si es que tu padre no lo autoriza

—Él no lo permitiría —suspiró con desgano— por eso te lo pedí a ti, pero veo que no vas a acceder

—¿Por qué quieres aprender a usar la katana? —elevó una de sus cejas, extrañado por aquel capricho poco común en un jovencito de clase alta

—¿Y tú porqué aprendiste a blandirla? —contraatacó con audacia

—Para proteger y servir —Wakatoshi miró de reojo al muchachito quien asentía con una sonrisa

—Es por la misma razón que quiero aprender

—Pero debe haber una razón poderosa por la que tu padre no quiere que aprendas a usarla —por instinto tocó a su preciada compañera, a la que sólo desenfundaba para la lucha o para afilarla

—No quiere que me haga daño —Shouyo apretó un poco los labios—, ha sido así desde que puedo recordar. Me ha prohibido muchas cosas y he vivido dentro de esta mansión toda mi vida… No me dejan salir sin una buena razón y en parte creo que es porque parezco débil y presa fácil para cualquiera —masculló con desagrado total

—No negaré que cualquiera puede cargarte y secuestrarte

—Eso no me anima, Ushijima-san —hizo un mohín y arrugó su nariz

—No trataba de hacerlo

—A veces creo que no tienes corazón —frunció sus labios en protesta—. Eres malvado

—Lo tengo —frunció levemente el ceño—, pero supongo que no puedo entender los estándares de comunicación con las demás personas

—Eso es tan triste —Shouyo sujetó la manga del más alto para detenerlo

—¿Sucede algo?

—¿Quieres un abrazo? —sonrió con sutileza apreciando la confusión del mayor— Es que me diste penita… Suenas tan solitario y hasta un poco dolido

—No hace falta que me reconfortes

—Pero quiero hacerlo —extendió sus brazos levemente—, ¿puedo? —el silencio los acunó un momento y fue entonces que Hinata dio el paso para acercarse— Lo haré de todas formas

 

Ushijima no sabía muy bien qué hacer en esa situación, lo único que supo fue que aquel pequeño cuerpo se juntó al suyo y esos brazos se esforzaron para rodearlo por completo a pesar de que eso obviamente iba a ser imposible. Sintió claramente como los dedos de Shouyo se posaron en su espalda y como la mejilla del mismo se unió a su pecho en un suave y cálido tacto, el cual era claro incluso con el impedimento de tela que los separaba. Podía ver esos cabellos anaranjados removerse suavemente, un leve rubor en las mejillas ajenas, la sonrisa que se formaba en aquellos labios de color cereza e incluso el aroma a cítricos le llegó de repente.

Correspondió.

No estaba seguro de por qué lo hizo, pero rodeó al pequeño con sus brazos y con suavidad pasó sus dedos por sobre las hebras del menor. Su alfa se lo agradeció pues era uno de los pocos caprichos que le cumplía. Se sintió aliviado de cierta forma y se dejó hacer por largos minutos. Calidez, dulzura, suponía que eso era lo que le estaban transmitiendo en ese simple gesto y él quiso responder de la misma forma, pero era torpe así que prefirió no hacer nada más.

 

—Lamento interrumpir —una de las sirvientes se hallaba a pocos pasos y tuvo que elevar su voz para ser escuchada

—Ups —Shouyo se separó casi al instante, rió nerviosamente y bajó la mirada—. Creo que… fui impulsivo, lo siento

—… —con sus dedos revolvió los cabellos del jovencito—. No hay problema, Shouyo

—Mi señor está buscándolo, Ushijima-san —añadió la muchacha quien estaba un poco incómoda por haber interrumpido aquel pequeño paseo

—Voy enseguida —el samurái no dijo más y emprendió camino hacia donde era requerido, ni siquiera miró atrás, sólo partió

 

Shouyo suspiró profundamente cuando el silencio lo rodeó. Su corazón latía con rapidez, podía incluso sentirlo en sus oídos pues jamás pensó que su nombre pudiese salir de labios de aquel hombre; el tono fue grave pero suave, y con sólo eso su omega se descontroló. Una sensación punzante que ocasionaba sus mejillas arder, lo invadía por completo, pero acompañando a tan agradable sensación se hallaba una punzada algo molesta que le era infringida en el pecho.

Desearía tener más tiempo junto a aquel alfa, incluso se había atrevido a mentir y decir que no sabía usar la katana, pero no había logrado algo significativo, nada más allá de ese abrazo tan efímero. Se podría decir que estaba frustrado, peor aún que eso: sentía envidia.

Envidiaba a las personas que se hallaban cerca del dueño de esas hebras olivadas, de aquellas que podían ver directamente a esos ojos color aceituna, a veces incluso envidiaba al viento que podía acompañar al alfa en las largas travesías a donde quiera que fuera enviado. Sonaba tonto, Shouyo estaba consciente de eso, pero no podía evitarlo porque estaba luchando por volver a ser el dueño de la atención de Waka-chan

 

—No puedo rendirme ahora —se animaba a sí mismo tras tocar sus mejillas y apretarlas un poquito—. La próxima vez haré algo más

 

Él no estaba consciente de que ya había hecho algo, es más, llevaba haciéndolo desde hace semanas sin darse cuenta.

Ushijima sostenía la tela de su ropaje en donde la mejilla de Shouyo se había posado, aun podía sentir el leve respirar que chocaba con aquella zona o la delicadeza con la que esos dedos se posaron en su espalda. Se sentía extraño pues casi nadie podía sonreír por tanto tiempo en su compañía, bien sabía que era apático y eso alejaba a todos, pero el pequeño no parecía espantarse con ese detalle de su persona, seguía tan brillante y vigoroso como la vez en que lo conoció.

 

—¿Cómo lo has pasado con Shouyo hoy?

—Como siempre —respondió con sinceridad, después de todo, algo que caracterizaba sus visitas eran las largas pláticas que el jovencito le brindaba o las sonrisas amplias acentuadas por el brillo de esos ojos amarronados propios de quien no conoce los malos ratos que las personas pudiesen pasar

—Sé que puede ser algo… ruidoso —el señor Hinata suspiraba con desánimo—, tiene demasiada energía y a veces puede ser un… fastidio, pero es un buen chico

—No lo he considerado jamás como un fastidio —contradijo al instante

—Puedes decirme la verdad, Ushijima-kun

—Lo hago —su rostro no exteriorizaba el leve malestar surgido en la boca de su estómago por escuchar esa descripción de Shouyo

—Si estás agotado… puedo terminar con estas visitas

—No —ni siquiera dudó en contestar, incluso elevó su voz más de lo debido—. Me agrada la compañía de su hijo —rectificó su tono y respiró hondo—, de no ser así yo mismo hubiese dejado de venir

—Eso es fabuloso —el pelirrojo sonreía por su leve victoria pues era la primera vez que veía a ese hombre exaltarse

—Seguiré viniendo cuando me sea posible

—Creo que no se va a poder —con calma el amo de esa mansión mostró un pequeño papel enrollado que al parecer tenía algo escrito en fina letra negra por la tinta usada—, pues saldremos de viaje unos días

—Pensé que su hijo no salía de casa

—No lo hace —con seriedad apretó el pergamino—, mas, el viaje será largo y no deseo dejar a mi hijo solo en casa. Así que lo llevaré conmigo

—Entiendo

—Es por eso que te mandé llamar —el pelirrojo cruzó sus brazos antes de seguir—. Necesito que me ayudes a elegir dos escoltas para mí y Shouyo, si es posible quienes sean de tu entera confianza puesto que, como sabes, mi hijo es un omega y no quiero que corra siquiera un mínimo de peligro

—Me sorprende pues tenía la seguridad de que usted confiaba en sus escoltas y escogería a gente que trabajara en su casa

—Confío en ellos, es verdad, pero el propio shogun me ha ofrecido a sus escoltas para cursar en este viaje y no quiero ser descortés con él

—Necesita entonces a dos personas —en su mente Ushijima ya tenía los nombres, sin embargo, sus labios no pudieron pronunciarlos y se quedó en silencio

—Que quede claro que el escolta deberá pasar todo el viaje con mi hijo, por eso es necesario que sea tan confiable como tú, Ushijima-kun

—… —en su mente cursó la idea de mandar a Kageyama, sin embargo, el solo imaginarlo junto a Shouyo era extrañamente desagradable—. Tengo a… un candidato para ser su escolta

—Pero deben ser dos

—No necesariamente —miró al señor Hinata y continuó—. Yo puedo acompañarlos y ser el escolta de Shouyo, así que sólo necesitaríamos de una persona más

—¡Vaya! —sonreía entusiasmado— No creí que te ofrecerías, pero déjame decirte que me siento más calmado si eres tú quien cuida de mi hijo 

—No se preocupe, me haré cargo

—Ahora… el pedir permiso al shogun será difícil, no creo que desee perder a su mejor guerrero por una semana entera

—Yo hablaré con mi señor

 

¿Por qué lo hizo? Porque priorizaba la seguridad de aquel muchachito risueño que le mostraba un sinnúmero de expresiones faciales que le hacían pensar en lo aburrida que era su vida, tal vez porque creía que era su deber el protegerlo ya que era él quien lo frecuentaba como un amigo, o simplemente porque su alfa le obligó a exteriorizar un deseo que trataba de ignorar pero que surgía desde el fondo de su alma. Como fuere, cuando le explicó lo que pasó al shogun, su señor, éste le dio un denominativo que él por sí solo jamás le hubiese dado

 

—No pensé que estarías celoso

—¿Celoso?

—El hijo de Hinata-san es tu prometido, o lo será si es que tú deseas eso… Es normal no desear que alguien más que no seas tú, proteja al pequeño; que sientas celos de otra persona que tenga privilegios que crees son sólo tuyos

—No creo que sea por eso —refutó sin mucha certeza

—Pero yo creo que así es —reía bajito— y ahora sé que tomé la decisión correcta al enviarte a la casa de los Hinata

—¿Por qué lo hizo?

—Por dos motivos —señaló el té que el guerrero ni había tocado— porque Hinata-san me lo pidió y porque yo conozco a Shouyo

—Usted lo hizo a propósito —aseguró antes de beber el contenido de su taza

—Con buenas intenciones, claro está —sonrió—. Porque creo fervientemente en que ese muchachito es la luz que perdiste desde hace años   

 

Ushijima no entendió aquellas palabras, sin embargo, estaba seguro de que tal vez lo haría. El viaje era una buena oportunidad para eso.

 

 

 

 

Notas finales:

Krat ha recibido un par de comentarios en donde desean una continuación del primer relato y, a pesar de que la idea era hacer shots individuales y sin lazo, decidió mejor continuar la historia en base a la temática establecida para cada día de UshiHina week

Espero les haya gustado~

Besos~

No vemos mañana.

PD: Es una historia sencillita, así que me disculpo si alguien tiene altas expectativas XD 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).