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Amor del demonio por Sakuriita_Henandez

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Anteriormente.

" Informe de ultima hora!

El vuelo A-01598 con destino a Londres, exploto luego de que el tanque de combustible hiciera contacto con alguna chispa en medio del vuelo.

Según informes de autoridades marítimas, hasta el momento se han encontrado 20 de los 90 cuerpos correspondientes a los pasajeros y pilotos.

Se sospecha que no hay sobrevivientes."

-Nagisa, la telev...

-Karma... Ahora si estoy totalmente solo...

.

.

.

"Canto por ti que ya no tienes voz.

Cada nota de esta canción se bañe en mi dolor y se lleve de mi alma la ultima gota de amor al ser que de mi vida arrebato.

¿Como amar a quien fácilmente arranca la vida de inocentes que no han nacido?

¿Como creer en quien dice que ama pero odio destila?

Canto por ti que jamas podrás hacerlo.

Que mis labios sean portales y mi voz les lleve el mensaje.

En esta balanza arreglada, el cielo e infierno no son iguales.

¿Que tan malo es el?


¿Que tan bueno eres tu?"

.

.

.

El día era gris.

No había aves.

Incluso el viento se había esfumado dejando un silencio total en la ciudad.

La mayor parte de los habitantes se encontraban en algún cementerio orando por las almas de sus familiares caídos.

El peliazul no era la excepción.

Rodeado por hombres y mujeres vestidos de negro, en silencio, en total y abrumador silencio, frente a tres tumbas sin cuerpos.

Solo las lápidas.

Entre lágrimas y pésames.

Murmullos de lastima.

El dolor en su pecho era semejante a una presión contra una cama de clavos.

Quería llorar, pero todas sus lágrimas se habían secado, quería hablar pero su voz se había esfumado.

-(A esto te referías con las tragedias que podrían pasar?) - pregunto sabiendo que nadie respondería -(me gustaría oír su voz en estos momentos) - pensó lleno de tristeza.

-Shiota-san, en nombre de todos los trabajadores bajo las ordenes de los señores Karasuma, le expreso mis mas sinceras condolencias - dijo un hombre a su lado - ellos siempre fueron unos jefes increíbles, exigentes pero considerados, realmente les estimábamos.

-Gracias...- respondió el peliazul desconociendo su propia voz.

Llevaba ya tres días sin hablar, había llorado y gritado tanto la noche del accidente que, simplemente, había despertado sin voz a la mañana siguiente, y aquí se rebelaban los resultados, en una voz similar a la de una chica con un resfriado terrible.

-También  le informo que, en caso de algo así, el señor Karasuma nos tenia ordenado cuidar de usted y su amigo hasta que cumplieran la mayoría de edad - añadió el hombre haciendo una leve reverencia, misma que fue imitada por el resto de sus colegas.

-Disculpe? - pregunto el peliazul sin entender como "cuidarían" de ellos.

-Cualquier problema que tengan nosotros lo solucionaremos en la medida de lo posible, económicamente el gobierno, como una deuda a los familiares de sus servidores, otorga una pensión bastante apta para que sigan con su vida de forma normal - explico el agente, sintiendo un escalofrío subir desde sus pies hasta su nuca, el aire se le fue de los pulmones, sus palabras le abandonaron y la sensación de muerte lo abrazo, aterrado busco a quien le ocasionaba dicha sensación, topándose con quien menos pensó - Shiota...san...- susurro como pudo sin poder apartar sus ojos de aquellas orbes azules que lo veían fijamente, tal como un depredador a la presa que esta a punto de matar.

-"Sigan con su vida de forma normal" - repitió Nagisa con burla, cambiando la tristeza por la rabia, mientras acortaba la distancia que había entre el agente y el - cree realmente que eso sea posible? - le cuestiono utilizando el tono de voz mas frío que pudo hacer - parte de mi "vida normal", se esta enterrando en estos momentos, así que, ¿cree que pueda seguir viviendo normalmente sin ellos? - pregunto molesto tomando al hombre por la corbata.

-Shiota-san yo...

-Nagisa, sueltalo, el no tiene la culpa - intervino Karma al notar como el deseo de matar a ese hombre aumentaba en el interior del peliazul.

Nagisa reacciono entonces, soltando al hombre que le veía despavorido, negó rápidamente tratando de calmarse.

-Disculpeme, aun estoy algo afectado, no quise tratarlo de esa forma...(quizás)- se disculpo de inmediato sintiendo una ligera satisfacción al ver el miedo reflejado en los ojos del mayor.

-Entiendo, no se preocupe... Un encargado se pondrá en contacto con ustedes en cuanto sea posible - dijo el hombre alejándose un poco mientras trataba de disimular el miedo que aun sentía - de momento, los llevaremos a casa.

-Gracias - respondió Karma, evitando que Nagisa dijera algo más.

-Yo paso.

Claro que nunca imagino que el peliazul se negara, y mucho menos lo que esto ocasionaría.

-Perdón? - pregunto el hombre creyendo que se refería a otra cosa.

-Por que!? - reclamo el pelirrojo.

-Tengo cosas que hacer - respondió Nagisa al pelirrojo - agradezco la invitación, pero yo voy por otro lado.

-Entonces le llevaremos a su destino, no tenemos problemas.

-No es necesario. Gracias.

-Insisto, lo llevaremos.

Los nervios de Nagisa terminaron por crisparse, en su cara apareció aquella sonrisa que a Karma había desconcertado anteriormente, sus ojos se volvieran fríos como el hielo y, de no ser por Karma, sus manos se habrían encargado de matar al hombre para sacarlo del camino.

Karma había reaccionado en cuanto se percato de aquella sed de sangre.

Sabia de quien era y a quien iba dirigida.

Rápidamente sostuvo al pequeño peliazul de las manos, sin que nadie se diese por enterado, salvando, contrario a su naturaleza, al hombre.

-Creo que sera mejor que se vaya - indico el pelirrojo logrando que el mayor se fuera al momento.

-No sabia que fueras tan persuasivo - dijo Nagisa sacándose del agarre que tenia Karma en sus manos.

-Soy un demonio, nos viene en la voz.

-Cierto... A veces olvido que lo eres... Con  eso de que eres un inútil.

-Que grosero! - refunfuño Karma fingiendo haberse ofendido - no olvides que soy el demonio que quiere robar tu alma.

-Hmmm... Pensé que querrías algo mas que mi alma...- soltó Nagisa en un suspiro.

-Eh?! - exclamo el pelirrojo adquiriendo un tono casi tan rojo como su cabello -(Lo sabe!)

-Ja, nada... Olvidalo intento de demonio - soltó Nagisa volviéndose a las tumbas de sus familiares.

Las miro durante un momento y, como si sus ojos hablaran por su alma, hizo una promesa que solo el y las lapidas entendieron.

-Adiós...- el peliazul hecho la vuelta y comenzó a andar, con rumbo fijo y desconocido.

-Y... ¿A donde vamos?- pregunto Karma tras darle alcance.

-Tu a casa, yo no se...- dijo el peliazul deteniéndose.

-No creo que eso sea posible... Últimamente haces cosas muy raras Nagisa...- comentó Karma con seriedad - tampoco frecuentas a tus amigos habituales y, si no mal recuerdo, te la vives rodeado por los raros del club de computo...

-¿Reprochas por celos o por preocupación? - le cuestiono el mas bajo - no es de tu incumbencia.

-Ok... Quizás no creas si te digo que es por preocupación, pero... Nagisa, Asano también esta preocupado - replico el pelirrojo  sintiendo como Nagisa se alejaba por un sendero que no era correcto, al menos para alguien como el peliazul.

-Gakushu-nii... A el tampoco le interesa...- decreto terminando de romper las esperanzas del demonio para que volviera al camino que le correspondía.

-Nagisa... Se que has matado a algunas personas.

El peliazul lo vio con asombro y embozo una sínica sonrisa que hizo estremecer mas de una cosa en el demonio.

-¿Y eso es malo?

El piso se movió, o quizás solo fue Karma, la vista se le oscureció por un momento y vio caer una pluma negra a los pies del peliazul, un sentimiento semejante al miedo estremeció el cuerpo humano que portaba, cortando su voz y anclando sus pies al suelo del cementerio.

En cualquier otra situación, dicha vista hubiera sido algo satisfactorio para el demonio.

Pero este no era el caso.

Impotente e incapaz de moverse, solo miro como Nagisa se perdía en la distancia.

-(Soy un demonio, ¡carajo! ¿Como es posible que esto me este pasando?) - pensó molesto sin poder articular palabra alguna - (Aunque... Esto tampoco es algo que un humano sentiría...)

Miro a todas partes, buscando algo que apoyara lo que creía.

Busco y busco, hasta que al fin encontró lo que le detenía.

En una tumba cercana, entre las ofrendas, la estúpida vara de incienso que la paralizaba.

-(Nagisa!) - grito en su mente.

Ahora tendría que esperar a que esa mierda se consumiera por completo antes de poder moverse.

.
.
.

Sus pies se movieron solos tras dejar el campo santo donde dio el ultimo adiós a su familia.

Camino al rededor de una hora hasta que encontró el lugar que habían acordado.

Una tienda de equipo electrónico, algo pequeña, rodeada de grandes edificios.

-Circuitos Celestiales... La broma se cuenta sola...- dijo Nagisa al ver el nombre del lugar, miro a ambos lados, pero no encontró timbre o puerta alguna - ¿Y aquí como entro? - se pregunto angustiado y pensando que quizás la puerta estaba al otro lado de la propiedad, pero justo cuando se disponía a caminar, una mano amiga lo detuvo.

-Nagisa-chan! Comenzaba a preocuparme que te hubieras perdido! - le dijo una pelilila con alegría.

-Ritsu-san... Me alegra verte - trato de responder animado aunque sus ojos no pudieran mentirle a la nefilim.

-Realmente lamento lo de tu familia... Todos lo hacemos a decir verdad - le confeso mientras lo abrazaba - Megu-chan e Itona no son muy expresivos en este tipo de situaciones, pero hablo por ellos y te digo que si necesitas llorar, aquí tienes mi hombro - ofreció sintiendo las frías manos de Nagisa aferrarse a su espalda.

-Gracias...- dijo el peliazul separándose de su amiga que lo veía con ternura maternal.

-Pensé que estabas llorando - dijo al ver los ojos de su amigo totalmente secos.

-Yo también pensé que lloraría, pero creo que me he quedado seco - comento Nagisa tallando uno de sus ojos - pero supongo que así esta bien... Las lágrimas no van conmigo... No ahora por lo menos.

-Supongo que eso es bueno... Ahora vamos con los demás! - respondió la chica de ojos verdes desplegando unas grandes alas de color plateado con manchones negros.

-¿Como demonios escondes eso? - pregunto Nagisa asombrado por ese nuevo descubrimiento - ¿Son reales para empezar?

-Si... Y pues... Solo las doblo - respondió la pelilila mirando sus alas como si se tratara de algo nuevo para ella - Ahora que lo pienso... Como se doblan?

-Te acabo de preguntar eso...

-Da igual, de momento tiene es cosas que hablar con nosotros y la calle no es lugar para eso - decreto Ritsu halando a Nagisa para emprender el vuelo.

La barda del lugar era alta, no mucho para no ver parte de la casa, pero tampoco baja coma para que los ladrones y vecinos pudieran echarle ojo al interior.

-Como entran si no hay puerta? ¿No les da miedo que alguien pueda verlos... Volar? - Cuestiono el peliazul una vez que aterrizaron dentro de la propiedad.

-Si alguien nos ve, siempre podemos utilizar los "accidentes" para silenciarla - respondió la chica de ojos verdes como si fuera algo común (aunque para los suyos si lo era).

-Entiendo... Pero como hacen cuando reciben visitas?

-Ammm... Tu eres nuestra primer visita...

-... Ok... Pero si comen, ¿verdad? - pregunto Nagisa sintiendo como su estomago le pasaba la factura de un día.

-No, pero hemos traído comida para ti.

-Con eso tengo! ¡Vamos ya!

.
.
.

-Primero que nada...-dijo el albino sentándose frente a Nagisa - Lamento tu perdida, no he experimentado las emociones humanas, pero he visto en esos documentales que pasan...

-Novelas Itona - le corrigió Megu.

-lo que sean, he visto que la pasan fatal - aseguro con expresión de intriga - así que no te contentas y llora todo lo que tengas que llorar - ordenó el peliblanco con fingida simpatía.

-Gracias Itona-san, pero creo que tomara un tiempo para que vuelva a llorar - agradeció el peliazul antes de tomar otro bocado de pizza - gracias también por la comida, ¿estan seguros que no quieren?

-No te preocupes Nagi-chan, nosotros no comemos la comida de los humanos - informo Megu con calma - Nosotros nos alimentamos de las emociones humanas.

-Ah... Ya veo...

-Nagisa... Estas seguro que estas bien? - pregunto Ritsu preocupada - hace unos días no dejabas de llorar, no comías, ni siquiera te movías! Akabane tuvo que hacer malabares y la tregua con Asano para mantenerte vivo... Y ahora...

-Estas como si nada - completo Itona sabiendo a lo que Ritsu se refería.

-Hmmm... Quizás...- susurro el peliazul tomando el vaso con jugo entre sus manos - estoy tratando de ser fuerte... De permanecer tranquilo para no preocupar a mis tíos y mi padre que me cuidan en el cielo...- dijo firme recordando la promesa que había hecho en el cementerio.

-Cierto... Sobre eso Nagisa... Hay algo que debes saber sobre tu familia...-  dijo Megu nerviosa.

-No te preocupes... Ya lo se...

-¿Que? ¿Como? - gritaron los nefilim al unisono.

-Bueno... Era obvio, ¿no? - inquirió Nagisa con calma increíble - es claro que el buscaría llevárselos para que no se mancharan con mi impureza... Por eso se los llevó a su lado...

-Eh?

-Era eso, ¿no? Dios los mato a propósito...

-Si, pero también queríamos decirte que ellos...

-Te querían mucho - dijo Itona interrumpiendo a la castaña que lo veía extrañada.

-Gracias... Lo se - respondió Nagisa con dulzura y alegría - ahora... ¿Cual es el plan?

.
.
.

-Así que, básicamente, tengo que matar una persona por cada vida que me hizo renacer...

-Correcto! - afirmo Ritsu.

-Una vez que hayas matado a mil quinientas personas, el lazo que te mantiene unido al cielo se romperá - explicó Megu entregándole una carpeta con nombres, direcciones y todo tupo de información sobre sus futuras víctimas - Ritsu hizo esta lista para ti, son personas toxicas para la sociedad, su muerte traería paz, pero sigue siendo un pecado.

-Ok, no hay problema!

Todos en la habitación guardaron silencio mientras veían a Nagisa. Un mes antes, hablar del asesinato era inimaginable para el pequeño de ojos azules, ahora, cuando veía la carpeta, parecía que veía una lista de material escolar que fácil conseguiría.

-Hemos creado un monstruo...- susurro Megu a la pelilila.

-Si, pero solo uno y chiquito - acepto la de ojos verdes con diversión.

-Lo podemos controlar... Aun...- agrego Itona.

-Oigan... Y, ¿que pasara después? - preguntó Nagisa interrumpio el peliazul parando el cuchicheo de los semi-angeles.

-¿Que pasara con que? - dijo Itona regresando una pregunta.

-Conmigo, con Karma... El no querrá tomar venganza o algo?

-Quizás... Todo dependerá de ti y de tu decisión.

-¿Mi decisión?

-Lo entenderás cuando llegue el momento - le aclaro Megu poniéndose a su lado - ahora sera mejor que te vayas, es algo tarde y tienes que descansar, matar mil personas en un mes sera algo pesado...

-Pero divertido...

-Que rápido cambiaste - dijo Itona.

- No cambie... Solo me ajuste a la  situación.

-Lo que haya sido! Ahora vete a casa! Ritsu se encargara de llevarte a salvo, es tarde - decreto la castaña.

-¿Un futuro asesino necesita protección? ¿Por que?

-Porque lo digo yo! Ahora fuera de aquí!

-Ok, ok... Nos vemos después... Mami Megu - dijo el peliazul antes de salir corriente del de la habitación llevando a Ritsu con el.

-Hay que ver como ha cambiado en esta vida...- suspiro la castaña viendo por la ventana como Ritsu alzaba el vuelo con Nagisa entre sus brazos.

-Yo me alegro por eso - dijo Itona - al menos ya no se le ve tan triste a los ojos.

-Tienes razón... Oye Itona...

-¿Que sucede?

-¿Porque no me dejaste decirle de su familia? Tu fuiste quien dijo que había que contarle.

-¿Y que ganaríamos? Sentiría que todo el mundo le había mentido, cambiaría totalmente.

-¿Eso no seria bueno? - cuestiono Megu - odiaría mas a El y no dudaría ni un minuto en hacer lo necesario?

-No... Me alegra que cambie... Pero no quiero que odie mas de lo debido...- negó el chico de pelo blanco - No creo que a Nagisa le agrade...

-Pero es por su bien!

-Por eso mismo! ¿Como crees que reaccionaria si le digo que su familia nunca fue lo que pensó? - cuestiono con frustración - ¿Como le puedo decir, "Nagisa, no te preocupes por nada, tus tíos y tu padre están muy cómodos en el infierno porque también eran asesinos"?

-¿Que?

-Nagisa...!


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