Ya habían pasado cuatro años desde la desaparición del joven alquimista. Roy Mustang había solicitado su cambio de puesto.
No podía creerlo. No podía creer que “su” pequeño hubiese desaparecido, que no estuviera en ninguna parte. Cada vez se sentía más triste, más solo.
Aún albergaba la esperanza de ver cruzar animadamente el umbral de aquel despacho donde habían pasado tantos ratos juntos. Conservaba buenos y malos recuerdos. Reía recordando como se llegaba a enfadar de sobremanera el rubio cuando le llamaban enano, cosa que el hacia cada vez que tenia ocasión. Pues le encantaba ver la expresión irritada de Fullmetal.
Mind…Yo añoro aquello
Find….todo el tiempo
Shine…este amor
Believe… que era verdad
Hacia frío, en aquella pequeña cabaña, solamente el fuego de la chimenea calentaba el ambiente, el alquimista de la llama, no había vuelto a usar su alquimia desde su despedida. Cada vez que oía pasos volvía a colmarse de esperanzas, pero únicamente era el viento, el cual se burlaba descaradamente de él.
“No sabes cuanto te necesito Edward”
Cuando el Taisa no estaba afuera haciendo la ronda, se quedaba mirando hacia el cielo, como buscando señales de un amor que dudaba si volvería a ver.
Incluso si cosas tristes llueven sobre ti
Nadie termina estando solo
Si alzas la vista y rezas al cielo
Amorosas sonrisas te envolverán
Cada vez que el Taisa veía pájaros volar contra ventiscas o buscando su grupo, recordaba como era de insistente Edward con sus propósitos. Tenía grabada a fuego la imagen de aquellos ojos dorados llenos de decisión, no muy propios de chicos de su edad.
Sal el primero de tu dilema, y afrontalo
Tu amor es seguro para hacerlo durar eternamente
Se preguntaba que estaría haciendo él en aquellos momentos “Seguro que se esta metiendo en problemas” pues sabia como era de revoltoso el chaval. “Espero que haya crecido, no me gusta nada la idea de que me llamen pedófilo XD”. Confiaba en que estaría en alguna parte de aquel inmenso universo. Intentando regresar junto a su gente. Más que confiar lo podía asegurar.
Antes que miles de palabras de amor
Yo preferiría solamente tenerte aquí
Nadie puede tomar tu lugar
Tu sonrisa alumbra mi camino hacia el mañana
hacia el sol en el cielo …
Edward Elric ya era todo un hombrecito, se había acostumbrado a la vida en aquel nuevo mundo, y se alegraba de tener un amigo como Heid. Cuando estaba con él sentía como si pudiese estar con su hermano, pero no era verdad, sólo era algo que él deseaba en su interior.
Anhelaba con todas sus fuerzas volver a su mundo, no quería pasar más tiempo en aquel lugar tan desconocido y a la vez tan semblante del que procedía. Pero a quien más quería ver era sin duda al Taisa.
Amo… incluso si estamos separados
Orgullo…yo creo
Cada noche que pasaba sin ver su maliciosa sonrisa, ni sus ojos rasgados y afilados mirándolo con deseo, se le partía el alma. Y al mirar la luna se acordaba aún más de él, el brillo de esta le recordaba la mirada de su tan amado coronel de fuego. Solo él era capaz de encender la llama del deseo en su pequeño corazón. Ed se apretaba el pecho, y agarraba su corazón, como queriendo desgarrarlo al no tener a la persona que más amaba a su lado.
Entre aquel número limitado de encuentros
fuimos reunidos, atados por un hilo
incluso durante noches oscuras y mañanas tempestuosas
Tú eras lo único verdadero
Pero el joven rubio tenía la certeza de que su encuentro cada vez estaba más próximo. Había averiguado bastantes cosas, y estaba al corriente de lo que quería la sociedad de Thule. Su fastidioso padre, según él, le había servido de bastante ayuda.
Ahora voy a abrir la puerta de este trauma
estoy seguro que hay aún un poco de esperanza en mis ojos
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La isla tembló entera y las carcajadas de aquella bruja resonaban bien alto. No iba a permitir que destruyera su mundo, y menos aún iba a perdonar el daño que le habían hecho a Heid. Atravesó la puerta y después de vagar un tanto confuso por Central se chocó contra alguien.
Antes que miles de canciones de amor
yo preferiría solamente tener este calor
Cada vez que encontré dolor, tomé tu ternura
Que se ha convertido en amor otra vez
una brillante promesa en mi corazón...
Ninguno de los dos podía creerlo, casi por azar se habían encontrado. Quizá su destino era aquel reencuentro. Se quedaron tan perplejos que tardaron en reaccionar. Roy fue el primero en hablar, su voz se notaba nerviosa a la vez que emocionada.
- Eres tú Fullmetal?- y posó su mano sobre el rostro del muchacho.
- Ya he vuelto… Taisa- sus mejillas se tornaron rosadas y puso su mano sobre la del coronel, mientras sonreía dulcemente. Se fundieron en un tierno beso, seguido de otro mucho más apasionado, que les dejo casi sin respiración a los dos, tenían tanto que contarse, tanto que aclarar, pero por encima de todo les embargaba la alegría de volverse a ver una vez más.
Roy se separó del rubio y lo analizó e inquirió con una cara un tanto fastidiosa-No has crecido nada, chibi ¬¬.
-Quéeeee????????- se le hinchó una venita y volvió a berrear como solía hacer- He crecidoo!!! No lo ves o qué??? Veo que no cambiarás nunca, baka!- el moreno solo reía, hacia tanto tiempo de la ultima vez que sonrió, añoraba aquella sensación de bienestar.
Si las flores del sol florecen en mi corazón
Entonces estoy seguro que un día conseguiré mi deseo
Corrieron juntos hasta encontrarse con Aru y los demás, Ed se sorprendió tanto al ver a su hermano que no podía evitar echarse a llorar.
Los tres hombres, Roy, Ed y Aru se dirigieron a atacar al enemigo.
Era momento de volverse a separar. Ed estaba triste no quería separarse de las personas que más amaba en este mundo. Pero no podía permitir que la puerta no se cerrase. Estaba decidido, aunque ello conllevara el contradecir a sus sentimientos. Empujó a Aru hacia el moreno. Y se despidió. Aunque le doliera era su deber.
Antes que miles de palabras de amor
yo preferiría solamente tenerte aquí
Nadie puede tomar tu lugar
Mientras cruzaba el umbral de la puerta notó como sus ojos se ahogaban entre lágrimas y sollozo en silencio, ya estaba hecho, solo le quedaba el recuerdo.
....
....
Otra vez en aquel mundo, corrió hacia Heid, pero ya nada se podía hacer por él. Hasta la única persona a quien quería en aquel mundo también había desaparecido de su lado
- Nii-san!!!!- se oyó gritar desde el amasijo de armaduras. Salió con esfuerzo el pequeño Aru y busco con la mirada a su hermano. Corrió hacia a él y se abrazaron con fuerza. Aru se separo y dijo: - No he sido él único en venir!!! Y le señalo a su hermano en la misma dirección de donde él había salido.
Solo pudo articular con esfuerzo- N-no… no puede…-llevándose las manos hacia el rostro
-Sep- sentenció alegre el pequeño de los Elric.
Hay estaba Roy Mustang, saliendo entre los escombros, dirigió su vista hasta Edward, para luego sonreír: - De mi no te escapas, chibi- dijo burlón mientras se acercaba a los hermanos.
- Pero…. Y la puerta?... eehhh un momento a quien llamas tan enano que se confundiría entre los miles de granos de arena del desierto???
- Dejé un mensaje, lo hará Armstrong- decía mientras jugueteaba con el cabello de Edo.
Los tres partieron de aquel lugar, no sabían hacia donde pero la llama de la esperanza ardía en sus corazones.
“Si te tengo a mi lado nada importa, porque este amor no comprende de tiempo ni espacio. Te querré hasta que mi vida se agote y mi alma seguirá amándote allá a donde vaya durante toda la eternidad. “ Sus miradas se cruzaron, como si sus mentes se leyeran entre ellas el pensamiento y apretaron fuertemente sus manos entrelazadas. Estaba amaneciendo.
Tu sonrisa alumbra mi camino hacia el mañana