135 días han transcurrido y para mi ha sido el tiempo mas relativo que he vivido.
Depresión: es el estado de tristeza que dura más de dos semanas, acompañado de falta de apetito, problemas de sueño y ansiedad.
Medicación: fluoxetina y olazapina; y aunque no es recomendando, una cerveza por cena. Ese es mi gran plan para esta noche.
Gracias a los Dioses al finalizar medicina interna no tome la especialidad de psiquiatría, sino estaría dopado hasta el punto de sonreir dormido. Pero es tan inevitable
La presión en el pecho era cada vez mas grande he insoportable, un grito ahogado que no termina de salir, siempre esta presente.
Han pasado 135 días desde esa jodida noche en la que se te ocurrió mandarme al demonio de una forma “memorable”.
¡Maldición! ¿por qué terminaste conmigo? aún no le entiendo, sí, teníamos problemas pero no era para tanto.
Camino de forma acelerada, siento una gran necesidad de atravesar las puertas de mi departamento; llego a él, a puestas cerradas todo sigue tan callado, vacío, como quiero evitarlo por que me afronta a mi realidad, pero tampoco puedo estar en las multitudes, todo mi cuerpo pide refugio. Mis ojos se nublan por las lagrima, la respiración se me agita.
- ¡Aaaah!-
Otro grito que me deja sin aire, y aún así parece que no ha abandonado mi pecho. Todo el cuerpo se entumece, mi respiración se agita.
Me dirijo a tomar mis pastillas, una blanca y media amarilla, un trago de cerveza oscura, y a espera que llegue la paz. Lo cierto es que esa es una gran mentira. La ansiedad baja, pero aún hay dolor, y tristeza y vacío. ¿Cómo es que tu puedes seguir con tu vida tan tranquilo? Yo siento que me muero.
Esa noche iba tan bien, yo ya tenia casi todo listo para celebrar nuestro aniversario y y la película que acabábamos de ver definitivamente pintaba para ser todo un éxito en la próxima celebración de los Oscar, y efectivamente lo fue, meses después gano el galardón a “mejor película”; ¡y no vi la ceremonia!
Era nuestra tradición ver esa premiación cada año y en esta ocasión tú no estabas ahí, a mi lado. preferiste estar sin mi.
Es maldita noche entraste antes a tu departamento y cuando me permitiste la entrada había velas y un aire de misterio. ¿para qué? para decirme que nuestra relación no iba bien, que la última semana llena da salidas y detalles eran solo una gran despedida. Grandioso, eres un gran hombre Kanon, un hombre que hasta para dar una despedida lo haces con un estilo engañoso antes de dar el golpe mas certero y crudo posible.
La ansiedad no baja, los medicamentos ya los ha asimilado mi cuerpo y parece que no hacen el mismo efecto que antes, las primeras dosis parecían magia, la ansiedad se iba, el dolor disminuía, y el tiempo, oh lo mejor de todo, el tiempo se normalizaba, casi podía sentir qu ella vida fluía.
En este tiempo ha pasado por todos las faces posibles. La madrugada después de terminar fue la mas eterna de mi vida, intentaba cerrar los ojos dormir, y apenas los abría el llanto llegaba, el corazón se salía de mi pecho, y ese grito ahogado me parecía inagotable desde mi pecho a mi garganta, hasta salir por pis labios conmocionados en una mueca de dolor, gritos tan audibles que hice participe de mi dolor a los vecinos, otros silenciosos y paralizantes, como si entrara en parálisis, por lo menos hasta la siguiente bocanada de aire.
El tiempo siguió lento por algunos días, hasta que te volví a ver, Geminis, tú pretendías una relación de amistad y camaradería, vernos esporádicamente para ponernos al día y el tiempo era tan veloz entre encuentro y encuentro. Para mi eran pequeñas dosis de ti, con la esperanza de que cambiaras de opinión, eso no paso. Y yo desesperado por tenerte de nuevo en mi vida empece a ser posesivo y paranoico, pero ¿de qué podía ser posesivo si tú ya habías dejado claro que yo no me pertenecías? y a no eras mi compañero, sólo, en tus palabras “un buen amigo”.
Y cuando con mi actitud finalmente te canse, decidiste ya no vernos mas pues “me hacías daño al ilusionarme” de ahí en adelante el tiempo se volvió lento nuevamente, casi parecía haberse detenido. No puede ponerme en pie ese viernes para salir al hospital, a realizar algo que me apasiona, mi profesión, salvar a las personas que llegan en situaciones criticas a la sala de urgencias.
No, no pude caer mas bajo. toque fondo, no pude salir de la cama, sentía que me habían arrancado la mitad de mi, ¿suena exagerado?. El llanto, la falta de aire, la opresión en el pecho, todo era paralizante.
He pedido seres amados, pacientes, ni siquiera cuando Aioros murió sentí tal vacío.
Depresión: es el estado de tristeza que dura más de dos semanas, acompañado de falta de apetito, problemas de sueño y ansiedad.
Medicación: píldoras mas algunos tragos de cerveza, rutinas de ejercicios y saturarse de trabajo.
Resultado: Sobrellevar tu ausencia, controlar mi abstinencia a ti con alcohol y fármacos. Una mascara perfecta y funcional para la vida diaria.
Seguir sobreviviendo.