Mu se encontraba ahora cerca de la casa de estado. Ahí era donde se encontraría accidentalmente con Pandora y fingiría ser asistente de algún trabajador, aunque lo cierto era que aún no tenía pensando qué decir.
-Según lo que leo, Pandora está ahí todo el día
-Espera, se me durmió el pie en el subterráneo. Me hormiguea- se quejó Mu cojeando mientras escuchaba a Saga por el celular.
-Golpéala- dijo el peliazul, quien se encontraba dándose un baño de espuma y bebiendo un poco de vino con un auricular en el oído derecho.
-¿En serio?- Mu comenzó a golpearla provocándose un dolor horrible –Idiota, no funcionó, por cierto ¿Qué es ese ruido?
-Nada- rio Saga- Oye, no sabía que te gustaba tanto Lady Gaga.
-¿Sabes? Ver la lista de reproducción de alguien es como ver su diario- rezongó el pelilila sintiendo una vibración en su celular, lo miró sólo para encontrar una foto de Saga cubierto de espuma y mostrando su reproductor de música. -Esa es mi bañera, sal de ahí, tonto- sonrió para después cortar la llamada. Negó mirando la imagen, y estaba en eso cuando tropezó con alguien. -Oh, lo siento, yo…
-¿Mu?
-¡Aldebarán!- gritó mirando al brasileño con algo de sorpresa mientras este le dedicaba una mirada algo despectiva.
-¿Qué estás haciendo aquí?
-Visitando a… mi novio.
-¿Tu novio el que estaba en el Polo Norte?
-Sí… él… Arles regresó- dijo desviando la mirada sin saber qué más decir.
-¿Así que Arles está en la casa de Estado cuando yo tengo una conferencia?
-Sí, tiene una cita con el presidente- soltó queriendo salir de ahí.
-Qué coincidencia.
-Qué locura ¿No lo crees?
-Sí, eso es. Adiós- concluyó Aldebarán alejándose del pelilila, quien le sonrió forzosamente. Ese tipo era tan inoportuno.
Entró al lugar con algo de nerviosismo por ver a Pandora. Recordaba que en su época de preparatoria habían salido un par de meses, ella siempre hablaba de política y cosas que poco comprendía. Lo cierto es que había salido con ella por petición de su padre, y no le desagradaba, el sexo era bueno, pero en ese entonces no era lo suyo, quizá ahora sí.
El lugar era enorme, pero no tardó en encontrar a la joven pelinegra más bella que había conocido. Estaba sentada justamente en una mesa que se encontraba sola, lucía tan bien ahora.
-¿Pandora?
-¡Mu!- gritó la joven en cuanto el pelilila se acercó a ella.
Se abrazaron felices de encontrarse en ese lugar, quizá era la única con quien no había terminado mal.
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-Oh, por Dios, me invitó a una fiesta- dijo Mu al teléfono hablando desde el hotel más cercano al enorme edificio donde sería esa exclusiva reunión.
-¿Te dejó en el hotel y no te pidió sexo de reencuentro? Debes ser malo.
-No lo soy, pero seguro no quiere verse como una chica fácil. Ella es diferente, es la mujer que le gustaría a mi padre.
-Seguro fue porque ibas formal- se burló Saga mientras Mu estaba en bata después de una ducha relajante y se arrojaba sobre el mullido colchón.
-Lo que sucede es que soy un caballero, tú no podrías reconocerlo aunque esté frente a ti- dijo sonriendo- La puerta llama, debo colgar- finalizó cortando la llamada yendo hasta la puerta. No había pedido nada a la habitación, pero seguro era Pandora buscando sexo.
Sí, era Pandora con una enorme caja en sus manos con un moño de regalo y la angustia en el rostro.
-Mu, debes ayudarme.
-¿Estás bien? Pasa- dijo dejándola pasar a su habitación, la pelinegra entró dejando la caja en la cama y tomándose las manos nerviosamente.
-Mi pareja no podrá venir ésta noche y necesito que tú seas quien me acompañe- ¿Esa no era la idea? Pensó Mu sonriéndole amablemente.
-Claro, Pandora, por eso estoy aquí.
-No, Mu, no entiendes. Soy asistente del senador y busco un lugar dentro de esas filas. Sería la primera senadora representante de la comunidad gay.
-Espera ¿Qué?
-Soy gay, Mu, y mi prometida tuvo un percance con su vuelo, no podrá llegar y esto es importante.
-Pandora, yo…
-Sé que es una locura pero, Mu, ¿Puedes hacerlo por los viejos tiempos?- el pelilila resopló sentándose en la cama dejándose caer.
-Tú eres lesbiana y yo me convertí en gay y la verdad es que estoy buscando a mis ex parejas para saber si puede funcionar con una de ellas ahora.
-Lo supe desde que te vi- sonrió Pandora acercándose a él y sentándose a su lado.
-Lo haré por los viejos tiempos ¿Qué ibas a hacer sin mí?
-Decirle a una chica cualquiera y pagarle, pero nadie es tan lindo como tú- dijo la joven haciéndole cosquillas en la barriga.
Pandora había terminado con Mu porque había descubierto que le atraían las mujeres y él había atraído por su imagen andrógina, pero no tenía lo que a ella le gustaba.
-Bien ¿Quieres ver el vestido? Saori es idéntica a ti, hasta debe ser de tu talla- dijo con una enorme sonrisa- Agradezco que me buscaras, Mu.
La chica lo abrazó mientras él se alzaba de hombros mentalmente. No funcionaría con Pandora, pero al menos no se había convertido en una idiota como todos los demás.
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Después de una llamada a Saga y escucharlo riéndose por más de un minuto, cortó la llamada. Ahora estaba siendo maquillado y peinado por Pandora.
-Compré este vestido de última hora- dijo la joven una vez puesto en Mu, y claro, después de haberle puesto una faja para darle algo de figura.
-No puedo respirar y es obvio que no tengo pechos- se quejó el pelilila mirándose al espejo ahora con una figura femenina.
-Ella tampoco, cielo, luces increíble. Has pensando en…
-No, y nadie sabrá de esto, no sé por qué lo hago. Uso una faja, Pandora- dijo torciendo el gesto y mirándose en el espejo admirando que realmente lucía muy bien, excepto, claro, por ese aparatoso vestido.
-Tendrás noticias de mi cuando sea senadora. Te daré trabajo, te lo prometo- le dijo la joven besando su mejilla y sonriéndole por el espejo. Mu le había comentado brevemente que ahora estaba desempleado.
-Bien, sólo falta tu vestido.
-Y créeme, cielo, nadie te notará con lo que llevaré puesto.
Una vez listos, fueron a la fiesta y llegaron tomados de la mano. Era claro que miraban a Pandora, pero también a Mu, quien lucía tan hermoso con ese maquillaje y peinado.
Sonrió cuanto pudo ya que en realidad le costaba respirar y por ende, caminar, por suerte Pandora no lo obligó a usar tacones, el vestido era bastante largo para tapar sus zapatos deportivos.
Saludaron a muchas personas y Mu fue presentado como Saori. Pandora le dijo que cuando la verdadera estuviera presente, todos pensarían que se había hecho cirugía plástica.
Después de unos tragos con personas importantes y no decir más que monosílabos, ya que Pandora respondía por él si le hacían una pregunta, fueron hasta un pequeño pasillo en donde la joven pelirroja lo abrazó efusivamente.
-No puedo creer que el Presidente hablara con nosotros por quince minutos, ahora quiere escuchar mis ideas, Mu.
- Y su esposa quiere llevarme a comer pudín. Yienes que decirle eso a Saori. Felicidades, Pandora, lo lograste.
-No sin ti, Mu, gracias, te juro que sabrás pronto de mí, esto ha sido fenomenal.
El pelilila le sonrió resoplando, esa faja lo estaba matando.
Un par de horas después volvía a su hotel. Pandora era una excelente persona y hubiese funcionado si ambos fueran heterosexuales, pero eso no sucedería.
Llegó a su hotel cansado por el bullicio de toda esa gente poderosa. Abrió su puerta encontrándose sólo con el sonido de una voz.
-Espera… no te muevas- Mu encendió la luz viendo a Saga moverse por el lugar, y alcanzó a ver que la mesa tenía una pizza encima y una par de cervezas.
-¿Qué haces aquí? no estoy tan deprimido para dormir contigo.
-Luces genial, te queda ser una chica- sonrió el peliazul llegando hasta él con una chaqueta, pantalones y una playera que había sacado de la casa del menor.
Mu le sonrió rodando los ojos agachándose para quitarse sus zapatos deportivos y arrojárselos a modo de juego. Esa noche apenas comenzaba.