Draco estaba pensativo desayunando sus gachas, sin darse cuenta había pasado el tiempo y las vacaciones de Navidad comenzarían en pocos días. Volver a su casa siempre era una experiencia agridulce. Era el único hogar que conocía, su familia y su realidad. Pero también era cada vez más tenso, las exigencias cada vez se le hacían más pesadas y la última vez que cuestionó a su padre las consecuencias duraron semanas.
No pudo evitar mirar hacia la mesa de los Gryffindor, Potter le había dicho que siempre las pasaba en Hogwarts y le envidió.
No le importaría pasar esas Navidades en el colegio, iba a echar mucho de menos a Gatito. Un vistazo al moreno y sus miradas se conectaron, puede que quizás la compañía de Potter no fuera tan mala.
¿Le echaría él de menos?
Harry pudo ver cómo Malfoy lo miraba desde su mesa, últimamente era fácil que ellos compartieran más de lo que dos puros enemigos hicieran. Pero no podía negar que este tiempo que compartían juntos no le hubiera hecho dudar de dicha enemistad.
¿No habían podido estar por horas en un mismo sitio sin pelearse? ¿No le había dado un buen remedio para su mano herida?
No es que pudieran considerarse amigos pero quizás tampoco les casara la definición de enemigos. Los ojos grises del rubio a cada día que se acercaban las vacaciones parecían más tristes.
Por lo general Harry se quedaba en el castillo pero ese año su padrino le había pedido a Dumbledore que Harry lo pasara en Grimmauld Place. Una verdadera Navidad rodeado de todos aquellos que quería.
Malfoy volvió a concentrar su mirada en las gachas. A pesar de haber deseado por años tener una familia que le quisiera y celebrar la Navidad con ellos. Iba a echar mucho de menos a Gatito, odiaba dejarlo solo todos esos días. Un último vistazo a la mesa de los Slytherin. ¿Echaría de menos a Malfoy? ¿Pensaría este en él en eso días? Imaginar que el rubio pensara en él le hizo no poder tomar ni un bocado más de su desayuno. Un revoltijo de emociones en su estómago lo dejó sorprendido. Se concentró en su plato mientras una suave sonrisa que no era capaz de saber que estaba luciendo le cubrió el rostro por buena parte del día.
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