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Me siento raro... por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

Buenos días, queridos lectores. Ahí va el siguiente capítulo: 

Como dijimos en anteriores capítulos, en la semana 34 de gestación, Ryu tenía una cita programada con el simpático doctor Kusama. Seguramente le programarían una cesárea para dentro de unas dos o tres semanas más... Ahora lo veremos.

Ryu, junto a su Kaoru como siempre, llegó a la consulta de Nowaki e hizo lo que tenía que hacer, enseguida estaba tendido en la camilla y el simpático doctor pasando el aparato por su ya muy hinchado vientre para ver el estado de sus bebés.

-Muy bien señores, saben que en los casos de parto múltiple, éste se suele adelantar... Pocas veces se llega a las 37 semanas. En vista de que usted es un hombre, con su canal de parto y todo lo que ello conlleva, el parto natural podría resultar muy mal, tanto para usted como para sus hijos. Por lo tanto, vamos a programar una cesárea para la semana 36, es decir para el día 5 de octubre... Hasta entonces, le recomiendo que haga reposo. ¿Ha tenido algún otro problema? 
-Bueno, respecto a la alimentación. Últimamente no puedo probar bocado, tengo ardores y he vuelto a vomitar... 
-Es algo normal, lleva dos bebés y, aunque están ya en posición pueden hacer algún movimiento que le afecte al esófago. ¿Se alimenta adecuadamente? 
-Sí, doctor. -Eso era cierto, más que nada por la insistencia de Kaoru. Ryu en ocasiones seguía sus indicaciones, pero a veces se volvía descuidado y apático y si por él fuera se alimentaría a base de helados. 
-Bien, entonces. Su peso también es normal, los bebés están bien. Todo correcto. Dos semanas de reposo, y el día 5 de octubre acuden a la clínica. Ahora les explicaré el protocolo que seguimos a la hora de hacer una cesárea. Es una intervención muy segura, y se realiza mucho en el ámbito de la ginecología. Si es programada, no tiene por qué haber ningún problema. Ese día, tendrá que acudir en ayunas y, si usa cremas anti estrías, no ponerse. No es broma lo de las cremas, hay muchas embarazadas y muchos embarazados que las utilizan. Y para finalizar, como ya saben el día en que deberán acudir a mi consulta de nuevo, eso les permitirá organizarse y preparar su bolsa y la de los bebés, además de toda la documentación necesaria para su admisión en el hospital. 
-De acuerdo, doctor Kusama. 
-Nos vemos el 5 de octubre.

🐰🐰

Ryu ya hacía unas semanas que había dejado de trabajar. Si había algún asunto importante en Marukawa, se lo encomendaba a Kaoru o lo resolvía desde casa, en su ordenador portátil. Pero, en el fondo, agradecía quedarse en casa. El verano había sido caluroso, y ahora, a principios de otoño, seguía haciendo un poco de calor y agobiaba mucho a Ryu y a su doble carga. Kaoru seguía acudiendo a la editorial, pero volvía siempre a media tarde y llamaba más de cinco veces a su amado Ryu para comprobar que estuviera todo bien.

Los futuros abuelos, más de lo mismo. Las abuelas siempre encontraban pretextos para pasarse por el apartamento que compartía la pareja -futura familia-, y ya habían comprado algunos pijamas de colores para los pequeñajos. Los abuelos también acudían... A llevarse medio a rastras a sus esposas. Un embarazado en sus últimos meses necesitaba tranquilidad...

Y Ryu... Dormía. Se moría de sueño, continuamente. Se dormía en cualquier parte, y últimamente se quejaba de dolor de espalda... Pero a veces, a las 3 o las 4 de la madrugada mientras Kaoru se hallaba en el segundo o tercer sueño, se descubría fregona en mano haciendo limpieza general de la casa.

Eso no duró mucho. Un día Kaoru se despertó, y al ver el lado de la cama donde dormía Ryu vacío, se levantó por si había ocurrido algo. No estaba en el baño... Tampoco en la cocina... Tampoco en el salón... Lo encontró en la futura habitación de sus hijos quitándole el polvo a los muebles.

-Ryu, deja eso. 
-Kaoru... No sé qué me pasa, estoy neurótico total, quiero tenerlo todo en orden... Me siento una mamá gallina y ni siquiera he dado a luz... -Decía Ryu retorciéndose los dedos. 
-Quién te ha visto y quién te ve... -Kaoru consultó algo en su móvil. -Ryu, es normal. Tienes el síndrome del nido, muy común en las mujeres embarazadas a punto de dar a luz. 
-¿Síndrome del nido? Ves, lo que te decía, soy toda una mamá gallina... -Ryu estaba nervioso y a punto de llorar. Otro síntoma. Los cambios de humor eran frecuentes en la última etapa del embarazo.

Ryu había sido fuerte, contra todo pronóstico. Había aceptado la idea del embarazo masculino, se lo había contado a su familia sin miedo, habían tenido una magnífica boda... Pero ahora, a días de tener a sus hijos, tenía miedo. Volvía a ser como aquel crío inseguro que no podía conseguir lo que deseaba...

-Kaoru... Tengo miedo. -Se aferró a él, su tabla de salvación. 
-Ryu... Ryu, sabes que siempre estaré a vuestro lado. -Kaoru intentaba consolarlo. 
-¿Y si algo sale mal? ¿Y si no soy una buena madre...? 
-Ryu... Tranquilo. Hemos ido a muchísimos controles médicos, todo está correcto, hay muchos casos de hombres embarazados... Y tu y yo vamos a ser los mejores padres para nuestros bebés. -Ryuichiro pareció tranquilizarse al oír eso. 
-Venga, que te preparo un vasito de leche tibia y luego a la cama. Debes descansar. 
-Kaoru... ¿Te he dicho que te amo? 
-Últimamente no, pero siempre es bueno oírlo. También te amo, Ryuichiro.

3 DE OCTUBRE:

El día empieza mal. Ryuichiro se levantó medio a rastras, intentó desayunar algo pero lo vomitó al poco tiempo. Se metió largo rato en la bañera, sin llegar a dormirse ya que sentía unas ligeras molestias. Kaoru estaba preocupado y se había quedado en casa. Al fin y al cabo los trabajadores de Marukawa eran lo suficientemente capaces para sobrevivir sin su jefe y su mano derecha.

Ryuichiro pasó la mayor parte del día acostado e intentando no preocuparse, no faltaba mucho para su cesárea programada y creía que con descanso se sentiría un poco mejor.

4 DE OCTUBRE, 4 DE LA MADRUGADA:

Ryuichiro se despierta con uma sensación rara, como si quisiera ir al baño y no pudiese aguantar. 
En lo que se incorpora en la cama, siente las sábanas mojadas.

Vaya, igual que los niños pequeños y las señoras mayores, no llegué a tiempo al baño...

Espera un momento...

¿Y si eso fuera...?

Pero aún queda un día para la visita al médico...

Mierda. Mierda, mierda.

-Kaoru... Kaoru, despierta. Creo que he roto aguas...

CONTINUARÁ...

Notas finales:

¡Los bebés ya están en camino! Nos vemos la próxima semana ;) 

 

(Traducción: no he escrito una puñetera palabra) 


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